El hotelito (6)

Su dueña cada vez lo va haciendo mas suyo.

EL HOTELITO 6

La verdad es que aquel juego estaba tomando un camino peligroso; yo cada vez estaba más enganchado a ella, veía inevitable que aquel escándalo salpicara a mi novia y terminara con nuestra relación, temía que pudiese afectar a más aspectos de mi vida. Volvieron a pasar dos semanas hasta que volvió a llamarme y en ese tiempo estuve pendiente del teléfono a cada segundo, anhelando que me llamase, esperando como un perro desesperado su presencia en mi vida.

Cuando me llamó me dijo que quería que me comprase una capucha de cuero que ocultara mi asquerosa cabeza, así lo hice y la esperé, según me había indicado, desnudo y encapuchado, ya que iba a venir a mi casa de nuevo. Sonó el timbre de mi casa aquel jueves por la tarde, casi anocheciendo, y corrí a abrir la puerta; me quedé muy sorprendido y avergonzado cuando su figura enmarcó la entrada, acompañada de otra figura de un hombre a su lado.

Pasó dentro como si no ocurriese nada y aquel hombre la siguió mientras cerraba la puerta y me reuní con ellos en el salón; me presentó a Jaime, uno de sus amantes que era capaz de hacer cualquier cosa que le pidiese, pero que de ahora en adelante sería una parte más de nuestro juego, al que tendría que venerar como a ella misma, aunque el fuese otro esclavo para ella. La idea de estar con otro hombre me repugnaba, pero era tal mi grado de cuelgue con esa mujer que pasaría por lo que deseara.

Ella no perdió mucho tiempo, se acomodó en el sofá y me dijo que me arrodillase ante él y lo fuera desnudando; fui quitando toda su ropa hasta dejarlo totalmente desnudo momento en el cual, a una indicación de Sonia, Jaime tapó los agujeros de los ojos con unos parches que tenía la propia capucha, quedándome totalmente cegado. Entonces escuché la voz de Sonia solicitando que sacara la lengua; así lo hice sin dilación y esperé.

Pasaron unos segundos, en total silencio y en la oscuridad, unos segundos que se me hicieron minutos y entonces sentí algo que se me posaba en la lengua; me llevé un susto, di un respingo hacia atrás, pero las manos de Jaime tomaron mi cabeza y me mantuvieron en mi sitio. Abrí de nuevo la boca y saqué la lengua, volviendo a sentir aquel trozo de carne palpitante sobre ella.

" Lame ", sonó la voz de Sonia.

Abarqué la polla con mis labios, presto a mamarla, a pesar de mi asco.

" No, no, cerdito, así no, quiero que saques la lengua y lo repases todo, solo con la lengua ", volvió a sonar la voz de Sonia.

Como me había indicado fui lamiendo y relamiendo toda la extensión de aquella polla que se me antojaba bastante grande, y de repente, sin intuirlo, sus manos se posaron en mi cabeza, atrapándola por las orejas y de un solo golpe, me la clavó en la garganta. Durante varios minutos me estuvo violando la garganta entre arcadas y lágrimas en mis ojos; de repente paró y me lanzó al suelo.

Sonia se acercó a mi, me cogió por una de las anillas de la capucha y me guió hasta el dormitorio, donde me hizo tender en la cama; con unas esposas me ató a los barrotes de la cama, boca abajo, y me hizo levantar mis caderas, notando cómo Jaime se subía a la misma cama y se colocaba entre mis muslos. Su polla se acercó a mi culo, presionó sobre él y en breves instantes se introdujo en mi estrecho ano hasta el fondo.

" Ahora pasaras follado un par de horas; vete acostumbrándote mientras vuelvo ", me dijo mi Ama.

Sonia se fue de la habitación mientras yo apretaba los dientes tratando de soportar el dolor que la gruesa polla infringía en las paredes de mi ano; ella fue por la habitación sacando toda mi ropa de los armarios, pisándola, quemando camisas, cortando corbatas, destrozándola toda. Cogió mi móvil al que llamó desde el teléfono fijo y descolgó, abandonándolo en el suelo y luego trajo un par de botellas de vodka que tenía en la nevera.

Se acomodó en la cabecera de la cama, con mi cabeza entre sus muslos y me metió en la boca un tubo de goma, que selló a mis labios con cinta adhesiva, y en el otro extremo colocó un embudo; abrió una de las botellas y fue vertiéndola por el tubo, de manera que el licor pasaba a mi garganta directamente. Me advirtió que debía tragar sin descanso, pues tenía que acabar las dos botellas; la garganta me quemaba, se me iba haciendo un agujero en el estómago, mientras mi culo ardía de igual modo pues la polla de Jaime me estaba desollando.

Al terminar la primera botella, y con mi cabeza embotada por los efectos del alcohol, Sonia se colocó el embudo en el coño y me meó en la boca, pasando irremisiblemente todo el líquido a mi tripa; luego continuó con la segunda botella y no cejó en su empeño hasta que todo estuvo en mi estómago. Jaime estaba a punto, por lo que Sonia le permitió derramarse en mi culo, regándome todo mi interior.

" Bueno, nos vamos a ir ya, mañana no vas a trabajar, pues te voy a dejar aquí atado, ya te inventarás algo ", me dijo mientras ambos se colocaban la ropa y se despedían de mí.

No fui consciente de nada, pues tenía un coma etílico que me tenía sin conciencia; me dormí sin saber que estaba pasando.....