El hombre sin miedo III
Sigo con la investigación, pero las cosas nunca son como parecen........
El hombre sin miedo III
Llegué al sitio donde Jacinto me había indicado, era una taberna típica del casco antiguo, él estaba en la barra, pero con un gesto rápido y disimulado me hizo saber que no me acercara. Yo pedí una caña con una ración de bravas y me fui al servicio. Al cabo de un rato salí y entró él, en el servicio le escribí mi nuevo teléfono en una nota escrita en la puerta del retrete. En la que rezaba “hombre lobo 629 **”. Me tomé la caña leyendo el Marca disimuladamente, para que en el lapso de media hora salir del local y esperar la llamada de mi colega. Tuve que esperar más de cuarenta minutos. Hasta que por fin sonó, en el me dio una dirección nueva. Para acceder al sitio en cuestión, tomé las precauciones habituales, cambiando hasta cinco veces de medio de transporte. Al final, cuando me aseguré que nadie me seguía, tomé un taxi hasta el sitio indicado. Estuve más de una hora dando vueltas por la ciudad.
Durante ese tiempo recordé, no sé bien por qué pero me vino a la cabeza la toma en julio del 99 de la isla Perejil, fue mi penúltima operación especial. Recuerdo los nervios en el helicóptero, cómo se movía por culpa del viento, los nervios míos y del resto del equipo. Estuvimos preparados para intervenir varios días, de hecho, nos bajamos dos veces del helicóptero. Al final nos descolgamos con cuerdas desde el aparato y tomamos la isla sin dar un tiro. El momento de poner la bandera en el islote lo recuerdo con emoción. No sé por qué lo recuerdo ahora, esos nervios me recordaban a los que siento ahora.
Al final llegué al destino, vigilando con la cautela necesaria para asegurarme que nadie me seguía. El sitio donde habíamos quedado era un puticlub, el sitio era muy discreto nada de neones ni cosas estridentes, una placa en la entrada indicando el nombre del local y un gorila enorme en la puerta, con un simple gesto de Jacinto, este nos dio la una cordial bienvenida, se notaba que era un habitual del local. Una vez dentro, con cara divertida me dijo:
- Espera en la barra, mientras yo lo arreglo todo.
- Vale. -Le dije yo, mientras yo me tomaba una copa alucinando en colores.
- Bueno, ya está subamos a una habitación. Me dijo él con dos tías impresionantes en cada lado.
- Te equivocas……yo no he venido a echar un polvo y menos pagando.
- No seas gilipollas y sube.
- Bueno, pero que sepas….
- Sube y calla….yo invito. –Dijo el tajantemente.
La habitación era una suite, con bañera de hidromasaje y una cama redonda muy chula todo ello con un espejo enorme en el techo. Alucinando en colores, veo como Jacinto ya está desnudo y su fulana comiéndole la polla, sin la parte de arriba. Me fijo en las tetas y son perfectas, vamos perfectamente operadas. Mientras vuelvo a mi realidad, veo que la chica que me había asignado mi colega esta en tanga bajándome la bragueta y metiéndose mi polla en la boca, mientras ella hace yo me quitado la camisa y he desabrochado mis pantalones que han caído a los tobillos, hay algo raro pero no hago caso, al igual que la lumi de Jacinto, ella tiene unas tetas bien operadas, pero da igual, es una gran mamadora. Estoy a gusto, por lo que la levanto, me quito todo resto de ropa y la llevo a la cama. Estoy preparado, por lo que me pone el condón con suma maestría utilizando su boca lo desliza por todo mi pene. Estoy preparado, pero la sorpresa es mayúscula cuando veo que ella al quitarse el tanga no es ella, ¡Es él, y tiene un rabo más grande que el mío!, por ahí no paso, no me voy a meter eso por el culo, entonces veo a mi amigo que no es una broma de él, ¡esta enculando a su propio travelo!, mientras con la otra mano le hace una paja. El muy mamón tenía una cara de gusto que hizo que me empezara a partir de la risa, si no fuera por la tensión acumulada de estos dos últimos días la escena era realmente cómica, mi amigo lleno de vello corporal como un hombre lobo enculando a una T-Lady brasileña, me acordé de la canción de Sabina que decía “desde que te pintas la boca en vez de Don Juan, te llamamos Juana la loca”. Con el estallido de carcajadas, mi amante que seguía comiéndome la polla con el condón, se le contagió la risa. Estábamos los dos tumbados sobre la cama descojonados, y nunca mejor dicho, hasta que Jacinto nos dijo:
- ¡Joder!, parad de reíros que así no hay quien se concentre.
- ¡Eso, dejad de reíros cabrones!. -Dijo su compañera mientras era enculada
Joder, a la protesta del amante de mi amigo hizo que me descojonara más y mi compañero de risas también se partía más de risa, no lo podía evitar. La situación era de lo más cómica, para colmo de males Jacinto se puso debajo del travestí y ella empezó a botar sobre mi amigo, haciendo que su polla botara arriba y abajo al unísono con sus tetas siliconada. No podía más, me seguía partiendo el culo de la risa, sobre todo por los bufidos cómicos que encima emitía el hombre lobo. Entonces mi amigo se corrió y yo con las risas la cosa se me vino abajo. Mi colega con un cabreo monumental dijo:
- ¡A tomar por culo!, ya no sigo….
- Y nunca mejor dicho. –Dije yo entre risas.
- No me vas a encular, dijo mi acompañante…..
- No, cielo. Por hoy ya he tenido bastante, pero te prometo que a lo mejor te llamo, es que ya he venido follado de antes.
- Tú te lo pierdes, no hay mujer que me supere follando.
- Bueno, eso lo veremos otro día cariño. –Le decía mientras le daba un beso en la mejilla.
Nos despedimos de ellas, mientras mi amigo le decía a una de ellas que llamara a Pipo, el dueño del local. Estaba ya vestido y aseado de nuevo cuando el jefe llegó a nuestra habitación. Era un matón gordo, enorme coronado con más cadenas encima que el negro del equipo A. Jacinto nos presentó y dijo con una sonrisa en la boca.
- Pipo, tienes que dejarnos tu sala de timbas.
- Eso está hecho, pero no os demoréis mucho, que luego tengo una reunión a las tres de la mañana con unos amigos.-Dijo el proxeneta, con un acento cubano muy sonoro.
- Muy bien, son las diez, nos da tiempo de sobra, otra cosa…..nos podías llevar unos bocadillos y unas cervezas, es que no hemos cenado todavía y yo después de follar siempre me entra hambre.
- Esto está hecho….mando a uno de mis chicos a un bar de aquí cerca y os los traen en un momento. –Dijo el tal Pipo, con ganas de agradar.
No, tardamos mucho en tener una tortilla de patatas unos bocadillos de jamón y unos botellines de cerveza en la sala privada del local. Una vez devoramos todo lo que habían traído, y con una copa de whisky de malta cada uno, el hombre lobo se sinceró diciéndome:
- El torero trabajaba para nosotros.
- ¿Queeeé?
- Lo que oyes. -Dijo mi colega con cara triste. Estábamos detrás de algo muy gordo, pero se ha jodido todo. Quítate de en medio, por tu bien, es algo muy chungo.
- No puedes decirme esto y quedarte tan tranquilo. –Le contesté.
- Hazme caso Montoya, es un tema sucio, necesitábamos a alguien sin miedo a nada, la única persona que daba el perfil era el cabrón del torero.
- ¿Cómo lo reclutasteis?
- Esto es difícil de contar pero el maestro y yo………..éramos amigos de la infancia, nos criamos juntos en el hospicio, yo salí militar y el torero, creo que somos los dos únicos hombres de provecho que han salido de ese orfanato.
- ¿Os criasteis juntos?
- Más que eso, éramos como hermanos, de hecho yo le metí en este fregado, no quería pero él insistió, no tenía nada mejor que hacer me repetía. Al final cedí, estoy realmente jodido, ha sido lo único parecido a una familia que he tenido y mira cómo se lo he agradecido. –Decía Jacinto entre lágrimas.
- ¿Cuánto tiempo ha trabajado en la operación?
- Ha estado trabajando para nosotros cerca de cinco años.
- No puede ser, eso no hay quien lo aguante sin estallar.
- Julio era una máquina, frio, metódico y calculador. Yo lo sabía, lo conozco mejor que nadie.
- Igual que cuando estaba delante del toro. –Dije yo en tono seco
- Tú lo has dicho igual…..a veces, el que daba miedo era él. Pero yo le conocía mejor que nadie, era mi hermano y nos ayudó mucho y tenemos que encontrar a quién lo hizo. De hecho he pedido infiltrarme yo, pero no puedo hacerlo….necesito tu ayuda, sólo me fio de ti. –Me dijo el espía.
- Me encantaría, pero estos tíos son buenos, no veas lo que me ha costado despistarles esta tarde.
- ¿Despistarles? ¿a quién? Jajajaja
- ¿Te parece divertido?
- Sí, mucho….los que te seguían esta tarde son agentes de la casa en prácticas, los he mandando como ejercicio, por cierto han suspendido el ejercicio por perderte, vete a tú casa sin problemas.
- ¡Cabrón!, me he tirado la tarde en un hotel.
- Bueno, al menos alégrate que éramos los buenos.
- Sí claro..............mira, me voy a dormir necesito tener la mente clara para saber si decido ayudarte o no.
- Sí, claro….de momento el primer examen lo has pasado con nota. Piensa que esta puede ser la historia de tu vida.
- Vale, vámonos…Pipo necesitará la sala de un momento a otro.
Me fui en un taxi al hotel, allí intenté dormir y descansar, pero no podía más que darle vueltas al ofrecimiento de mi amigo. Era una aventura en toda regla, tenía todos los ingredientes, pero volver a las armas…..no me gustaba nada. La tensión de verme observado, alejarme otra vez de los míos, era algo que no me atraía nada. Yo tenía un prestigio profesional, pero por otro lado, estaba la aventura y el peligro que a veces añoraba.
Al final me quedé dormido profundamente, desperté sobre las nueve de la mañana. Más que nada porque mi cuerpo me estaba pidiendo salir a correr a gritos. Así que recogí mis cosas, pagué la habitación, pedí un taxi hasta el centro comercial donde había aparcado el coche y me fui para casa, conecté la batería del móvil y vino un caos de llamadas perdidas impresionantes. Tuve que dedicar cerca de tres horas en escuchar y devolver mensajes, una vez solucionado esto salí a dar una vuelta de diez kilómetros corriendo por un parque cercano, necesitaba tener la mente clara y para ello nada mejor que una buena carrera llevando hasta los límites de lo meramente soportable mi cuerpo, eso unido a la tensión acumulada de estos días hizo que terminara vomitando hasta la primera papilla y con una bajada de tensión tremenda. Llegué a casa temblando, me duché y me quedé dormido profundamente, ahora sí. Después de la pequeña siesta comí un bocadillo de chorizo y un par de botellines de cerveza, para seguir pensando en el ofrecimiento. Estaba en calzoncillos y con los pies sobre la mesa pensando en todo lo que había pasado en los últimos días, la verdad es que los pensamientos se acumulaban en mi cabeza y esta bullía como una olla exprés.
Decidí encender la televisión para ver si podía relajarme a base de ver algún programa sin sustancia alguna o bien una buena comedia, empecé a pasar canales, pero sólo había programas del corazón, que por cierto aborrezco profundamente, no entiendo que alguien pueda vivir contando las miserias de gente sin oficio ni beneficio. Pero entonces mi corazón se puso a tope cuando vi que en uno de ellos apareció una cara conocida…….joder, hostia, coño…..¿cómo he podido ser tan gilipollas?, me ha utilizado la muy perra hija de puta. Sí, efectivamente, era Lucía. Como he podido ser tan gilipollas, en el programa ella daba una detenida información sobre el torero fallecido, pero estallé definitivamente, cuando comentó los datos de la autopsia. ¿Cómo me ha podido vender?, sabía que era ambiciosa, pero nunca imagine su falta de escrúpulos. Además vertía una serie de mentiras, como que había tenido una relación sentimental con él, joder me había dado bien por culo. En esto sonó mi teléfono era mi amigo el policía, ni que decir tiene que estaba más enfadado que yo, estaba realmente encabronado.
- Joder Montoya, ¿esta era tu amiga?
- Lo siento Sanchez, nos ha vendido a los dos, ya me conoces.
- Sí, pero a ver que le cuento yo a mis jefes cuando me llamen al orden.-Dijo el policía bastante jodido.
- No sé qué decirte, ahora mismo estoy hecho polvo.
- Esto me cuesta la carrera, no cuentes conmigo en la puta vida, ¿te queda claro?
- Sanchez, por favor escúchame, a mí también me ha engañado.
- ¡Los cojones!, ¿cuánto os van a pagar por la exclusiva?, lo sabía….sabía que no podía confiar en ningún plumilla y menos en esta cabrona, pero claro te ponen unas tetas bien puestas delante y tú gilipollas caes como un mamón.
- Te juro por lo que quieras que yo no he tenido nada que ver en esto.
- Mira, tío….no quiero saber nada más, me habéis jodido bien….so cabrón que tengo dos hijos, a ver cómo los alimento cuando me echen del cuerpo.
- No creo que sea para tanto…
- Queeeé, ¿es que no sabes que hay un secreto de sumario? Y la investigación la lleva el juez Pérez que es un cabrón que no pasa ni una. Estoy jodido, bien jodido…..Adios y olvida que existo.
Colgó dejándome con la palabra en la boca, yo cogí lo primero que vi en el armario y me fui a esperarle en la puerta de la cadena de televisión, tuve que esperar cerca de una hora hasta que la vi pasar. Tan sonriente con sus nuevos amigos, salí del coche y le invité a subir con mi peor cara, ella accedió a mi invitación y cuando subimos al coche conduje sin decir ni mu hasta un área de descanso, entonces estallé.
- ¿Cómo cojones me has podido hacer esto?
- Por dinero, claro está…….
- Eso tiene un nombre, ¡eres una hija de puta!
- Mira tío, me han ofrecido un contrato por dos años con la cadena, con lo que gane si lo muevo bien, me voy a poder quitar la hipoteca de encima y vivir como una reina, a lo mejor hasta me dan un programa para mí.
- Mira, no es cuestión ya de dinero sino de dignidad, a mí me has jodido, pero ha Sánchez lo has partido en dos, esto es una putada en toda regla, ¿es que no sabes lo que es la ética?
- Mira quíen habló, el que se dedica a sacar las vergüenzas ajenas.
- Mira tía….mi trabajo consiste en sacar a la luz a delitos cometidos por gentuza como tú, te juro que esto no va a quedar así, sal de mi coche…
- Estamos en mitad de ninguna parte…..
- ¡que salgas!
- Pero no puedo, no sé ni donde estamos.
- Pues te jodes y te juro que voy hacer lo imposible para que despidan del periódico.
- ¿Eso crees? –Dijo ella muy segura de sí misma.
- No sé si el capullo de Augusto te va a despedir o no, pero te garantizo que voy a hacer lo imposible para conseguirlo. Y ahora sal mientras le tiraba cincuenta euros a la cara.
- ¿ Y el dinero? –Me preguntó totalmente descolocada.
- Lo que te debo por el polvo del otro día, nunca me he follado a una puta gratis y tú no vas a ser la excepción.
Ella salió dando un portazo, yo salí de allí quemando rueda, tampoco creo que se complicara mucho la vida, al final llamaría a algún taxi a que la recogiera. Yendo de camino, marqué un teléfono de mi agenda, era el del juez Pérez, me debía un favor….hace unos años en una investigación sobre los locales de intercambio de parejas me lo encontré y me pidió que no dijera nada para no joder su carrera, cómo tampoco era cuestión de joder a la gente y tampoco era nada ilegal. Cumplí con mi promesa, tenía que pedirle que me devolviera el favor así que le llamé.
- Buenos días…soy Montoya.
- ¿Qué tal estás hombre?
- Bien gracias, necesito pedirte un favor.
- Estaré en el juzgado hasta la noche, si quieres ven a verme y hablamos.
- Gracias
Me dirigí al juzgado donde me esperaba el juez de instrucción, entré en su despacho y me invitó a pasar. Después de los saludos de rigor, decidí que tenía que ir al grano.
- Señoría, necesito que me haga un favor muy grande.
- Bueno, no será para tanto.
- Sí, sí que lo es. –Le aseveré
- Bueno, dime que es lo que necesitas.
- La culpa de lo que ha pasado con la filtración de la autopsia del Julio Díaz, la tengo yo. Por favor no sancione a Sánchez, él es un buen policía no sería justo.
- Lo que me pides es algo un poco duro, tengo una reunión con él mañana, de hecho, estoy preparando la solicitud de sanción y….
- Mire usted, hace unos años me pidió un favor digamos que especial, yo he cumplido mi promesa, los dos sabíamos que estaban a punto de nombrarle decano, si la información hubiese salido a la luz se hubiese tenido que retirar en un juzgado de provincias entre la sorna de la judicatura.
- Me estás chantajeando.
- No, simplemente le estoy pidiendo que me devuelva el favor que me debe.
- Ya entiendo, ¿qué quieres que haga? –Me preguntó con cara de pocos amigos.
- Bueno es sencillo, déjelo en una reprimenda, yo le prometo que tendrá acceso directo a toda la investigación que voy a llevar a cabo con el tema de la muerte del torero, le garantizo que si sale a la luz le va llevar directamente al estrellato.
- ¿Tan gordo es? –Me preguntó el juez.
- Más de lo que se imagina, cumpla su palabra y yo le doy la mía de que será el primero en enterarse de todo.
- Vale, conforme….te doy mi palabra que Sánchez no va a ser sancionado por nadie.
- Gracias señoría, ahora tengo que dejarle, la información puede que me lleve un tiempo….meses, puede que años. Pero le juro por mi madre, que cuando tenga algo importante y real usted será el primero en poder ir con la policía a detener a la gentuza que lo mató y si mis sospechas se cumplen, tendrán un plus añadido. ¿Hacemos trato? –Le dije extendiéndole la mano.
- Trato hecho. –Me dijo mientras me la estrechaba.
- Bueno, ahora le dejo que estará muy ocupado.
- Montoya, ha sido un placer.
Abandoné su despacho y una vez en el coche, llamé a Jacinto para decirle que contara conmigo para unirme a él en su investigación, tenía que desentrañar todo lo que había provocado la muerte del célebre torero Julio Díaz.
Continuara….