El hombre misterioso (3)
Ana sigue los dictados del hombre misterioso.
Después de un rato el desconocido escribió:
"Propongo que te cites con alguno de los que está conectado ahora. Que busquéis un lugar excitante donde realizar su fantasía y que lo grabéis para compartirlo luego con el resto"
La respuesta del foro fue casi unánime a favor. Ana se sorprendió a sí misma porque la idea la excitó muchísimo. El desconocido siguió escribiendo:
"Para que sea más excitante para ella propongo que se desconecte y lo debatamos y organicemos entre nosotros y le mandemos un mensaje con indicaciones de lo que debe hacer"
Ana contestó a esto desconectándose de la web, luego se fue a dormir. Había sido un día largo y lleno de emociones. Se quedó profundamente dormida y no se despertó hasta bien avanzada la mañana cuando llamaron a la puerta. Era un botones del hotel con una bolsa para ella. La cogió y despidió al botones. Cogió la ropa y se la puso. Se trataba de un tanga, un pareo y una camiseta blanca que le quedaba muy ajustada. Decidió conectarse a la web para ver el mensaje que le habían dejado: "Después de comer vete a la habitación 216 del Hotel Bellevue"
Bajó a recepción a y pidió un taxi para que la llevase. Iba bastante justa de tiempo. El hotel tenía pinta de ser bastante viejo y justo al lado estaban construyendo uno nuevo. Cuando llegó subió directamente a la habitación. En la puerta había una nota que ponía "La puerta está abierta. Vete a la terraza y toma el sol en top less" Ana pasó y fue a la terraza. No era muy grande y se podía acceder desde ella a las terrazas de las habitaciones de los dos lados ya que apenas había un tabique muy bajo separándolas, había una tumbona y un bote de crema solar. Se quitó la camiseta y el pareo y se tumbó boca arriba. Vió que había una cámara web colgada del techo discretamente. La terraza apenas distaba 10 metros del nuevo hotel. Al ser fin de semana no había obra, si no iba ser el centro de atención de un montón de miradas. La idea la excitó bastante. Llegó un mensaje al móvil: "Ponte la crema solar sensualmente". Ana empezó a hacerlo, la verdad es que no le costó mucho porque estaba bastante excitada y frotándose se dejó llevar y empezó a masturbarse. Entonces se dio cuenta de que en las obras había dos obreros que debían estar haciendo horas extras que la miraban con los ojos como platos. Ana siguió masturbándose, de hecho el saber que esos dos la estaban mirando la excitó aún.
Entonces oyó como alguien entraba en la habitación de al lado. Ana paró de masturbarse. Se abrió la puerta de la terraza y salió un chaval de apenas 16 años que no pudo evitar quedarse mirando para los pechos desnudos de Ana. Ella no sabía muy bien qué hacer, la verdad es que seguía muy excitada porque no había podido acabar de masturbarse. El joven intentaba actuar con naturalidad, aparentando que tener a esa mujer casi desnuda en la terraza de al lado no le afectaba pero el bulto que tenía en sus pantalones le delataba. El joven entró a la habitación. Ana pensó en vestirse e irse pero empezó a oír como el joven se estaba haciendo una paja en la habitación. La situación de un joven masturbándose pensando en ella, el desconocido mirándola por la web y los dos obreros mirándola casi desnuda hicieron que se excitara de sobremanera. Así que decidió pasar a la terraza de al lado, vio que el joven estaba en la cama masturbándose. Tenía una polla enorme. Llamó a la ventana. El joven se puso el bañador a cien por hora interrumpiendo su paja. Abrió la puerta de la terraza, su erección era impresionante y el bañador apenas la contenía en su interior. Ana le pidió que le echara crema en la espalda, deseaba notar ese pene a rozándola. El chico accedió. Ana se echo boca abajo y el chico empezó a echarle crema por la espalda y las piernas, como vio que Ana no oponía resistencia empezó a echarle crema por su hermoso culo. Ana estaba a cien por hora, se dio la vuelta y le pidió que le echase crema por el pecho. En frente los obreros no perdían detalle, uno de ellos empezó a grabar todo con su móvil. El chico empezó a echarle crema por sus enormes pechos y recreándose en sus duros pezones. Luego fue bajando por la barriga y viendo como estaba la situación el chico decidió arriesgar e introdujo su mano debajo del tanga e introdujo un dedo dentro de Ana que estaba más que húmeda. Empezó a masturbarla, Ana agarró con su mano el pene del chico y empezó a masturbarlo. Ana estaba muy excitada, necesitaba comerse esa polla. No aguantó más. Le bajó el bañador y empezó a chupársela frenéticamente. Estuvo chupando un poco hasta que notó que el chico iba a correrse, entonces se la quitó de la boca y dejo que le llenase los pechos con su abundante esperma. No podía creerse lo que acababa de hacer pero la verdad es que hacer que el chico se corriera de aquella manera le había hecho sentir muy bien aunque su excitación aun no se había pasado.
Vio que los obreros estaban hablando por el móvil. Seguro que les estaban contando a sus amigos lo que acababan de ver. Su video chupándosela al chico ya estaría en un montón de móviles. Rezó porque la calidad del video no fuese buena y no se la reconociese. El chico se fue a su habitación y Ana fue ducharse. Cuando se estaba vistiendo, llamaron a la puerta.
Ana acabó de vestirse y abrió la puerta, no había nadie, en el suelo había un sobre, dentro había 1.000 euros y una nota "Vete al club Shame en el distrito sur y di que eres Ana". Se vistió y cogió un taxi hasta allí, notó que el taxista ponía una sonrisa picara cuando le dijo su destino. Al llegar vio que se trataba de un club de striptease. Estaba cerrado. Se acercó a la puerta y llamó al timbre. Poco después abrió un hombre enorme lleno de tatuajes. Ella se identificó y el hombre la dejo pasar. En el centro del club había un escenario con tres barras para que las bailarinas. Luego había bastantes mesas y una zona más oscura con varios sillones donde Ana supuso que se hacían bailes privados. El portero la llevó a un despacho al fondo del club y se fue. Dentro estaba el dueño del local, un tipo de origen magrebí.
Hola Ana. Vienes bien recomendada. Pero antes de nada tengo que ver el material, Quítate la ropa.
Ana dudo pero finalmente se quitó la camiseta y enseño sus pechos al dueño. Este hizo un gesto de afirmación, se levantó y fue hasta ella. Luego le tocó los pechos.
Tienes unas tetas estupendas y además no son operadas.
Luego cogió un hielo de su bebida y se lo pasó por los pezones que se pusieron duros al instante.
Unos pezones exquisitos. Ahora quítate el pareo y el tanga.
Ana obedeció quedándose totalmente desnuda delante de aquel hombre. El hombre conectó el equipo de música
Ahora quiero que bailes para mí.
Ana empezó a moverse al son de la música lo más sensual que pudo. Después de un rato el hombre la mandó parar.
No parece que tengas mucha experiencia, pero nadie nace aprendido. Por lo que me han dicho solo trabajarás hoy. Hoy solo serás camarera y solo bailaras si algún cliente te lo solicita en privado, cuesta 100 euros. Ya sabes que ellos no te pueden tocar, solo tú a ellos. Si alguno se pasa o te pide follar avisa Jack el hombre grande que te abrió la puerta y él se encargará. Si te paga 100 euros extra se puede sacar la polla fuera y pajear mientras bailas. No quedes con ellos para después, si me entero de que usas el trabajo aquí para buscar clientes te echo en el acto. La mitad de lo que ganes es para mí. Vete al cuarto de atrás, las chicas te dirán que ponerte.
Ana se vistió y fue a la habitación de atrás. Vio que varias chicas se estaban arreglando de para actuar, le dijeron que hoy todas las camareras iban de colegiala y le dieron el traje adecuado. Poco después el local abrió, Ana no podía creerse lo que estaba a punto de hacer. Si se lo llegan a decir hace unos días no se lo hubiera creído pero había llegado un momento en que el deseo la había vencido. Así que salió y empezó a servir lo que le iban pidiendo. Después de un rato ya había ganado una buena cantidad en propinas. Los comentarios que le hacían todos aquellos salidos la estaban excitando bastante. Entonces entró un grupo de jóvenes de una despedida de soltero. Pronto se fijaron en Ana y le contrataron un baile privado al novio. Ana accedió y se fue a la zona oscura. Empezó a bailar al son de la música, conforme se fue quitando la ropa se fue excitando y fue acercándose más y más al prometido. Pronto notó la erección que tenía su cliente lo que la excitó todavía más. A esas alturas solo le quedaba puesto la minifalda y el tanga. Restregó sus pechos por la cara del joven y luego se sentó sobre él para jugar con su melena en la cara del excitado prometido. Al sentarse notó su polla erecta que peleaba por salir al exterior. Deseo tenerla dentro pero sabía que no podía. Empezó a moverse encima de él y poco después notó como el joven tenía pequeños espasmos y notó como el pantalón del hombre se humedeció debajo de ella que casi tenía un orgasmo simultáneamente. Acabó de desnudarse ya más relajadamente. Al acabar el baile se vistió y volvió a su trabajo. Después de aquello tuvo varios bailes más. Lo único que hacían era ponerla más y más caliente pero nunca lograba llegar al final. A las 5 de la mañana. Una de las chicas le dijo que se fuera a cambiar que el jefe quería verla. Ana se puso su pareo y camiseta blanca y fue a su despacho. El jefe la pidió su parte. Ella conto la mitad del dinero y se lo dio, aún así había conseguido ganar bastante más dinero del que ganaba en una jornada en su trabajo. Luego el dueño del club le dio una tarjeta con su teléfono y le dijo:
Te has portado muy bien. Se ha acabado tu turno, lástima que sólo trabajes hoy. Si te interesa puedes volver la semana que viene.
Ana se despidió del hombre y llamó un taxi para que la llevara al hotel. Subió a su habitación y vio que sobre la cama había una camiseta semitransparente, un pantalón y chaqueta de cuero negras, también unas llaves y una nota con un número de plaza de garaje del hotel. Pese a que estaba cansada, seguía muy excitada por los bailes, así que se puso la ropa, que como no le quedaba muy ajustada y bajó al parking del hotel. En la plaza indicada había una moto con un casco negro y un sobre. Dentro había una nota:"Vete al puerto dársena 4". Encendió la moto y fue para allí. Cuando llegó vio que había 10 motoristas esperándola. Le señalaron hacia uno de los de los galpones del puerto que estaba abierto. Ella los siguió. Dentro estaba a oscuras. Cerraron el portón del galpón y encendieron una luz que enfocó el centro del galpón. Lo único que había allí eran unas cadenas que colgaban desde el techo del galpón. Se bajaron de las motos, ella también lo hizo. Le indicaron que fuese hacia la zona iluminada. Uno de los motoristas se acerco y le quitó el casco y la chaqueta de cuero. Luego la llevo hasta las cadenas y la esposó a ellas. Ana estaba asustada pero sobre todo muy excitada. Accionaron una grúa con un mando a distancia que comenzó a subir las cadenas hasta que Ana quedó en puntillas con sus manos por encima de la cabeza. Uno de los motoristas se acercó con una manguera y la mojó durante un rato. La camiseta mojada pegada a su piel era prácticamente transparente. Los motoristas se quitaron la ropa quedándose sólo con el casco puesto. Ocho de ellos la rodearon y empezaron masturbarse a su alrededor. Mientras los otros dos la recorrían con sus manos. Uno le arrancó la camiseta y el otro le quitó el pantalón. Estaba totalmente desnuda. Uno a uno los motoristas se la fueron follando allí colgada, haciendo que tuviera varios orgasmos. Finalmente los diez se corrieron sobre ella dejándola cubierta de semen por todos lados. Lugo se vistieron, se subieron a las motos y se fueron todos menos uno.
La bajó y le soltó las cadenas. Luego usó la manguera para limpiarle el esperma. Le dio unos vaqueros y una camiseta y luego se subió a su moto y se fue. Ella cogió su moto y se fue a su hotel a descansar. Estaba extenuada, no tuvo ni fuerzas para comprobar los videos que seguro habrían subido de sus excitantes aventuras.
Se despertó a eso de las 10, se puso la ropa con la que había llegado ayer por la noche y bajó a comer algo. Luego pensó en que debería pensar en cómo volver á su casa porque al día siguiente trabajaba. Subió a la habitación y en el ordenador miró el horario de trenes. Había uno a que salía a las 2 y llegaría a media tarde a casa. Bajó a la recepción para dejar la habitación, le indicaron que tenía todos los gastos pagados y que si quería poder usar las instalaciones del hotel hasta que se fuese. Decidió bajar al casino y jugar una parte de lo que había ganado el fin de semana.
Estuvo un rato jugando luego fue en taxi hasta la estación. Cogió el tren a casa. Cuál fue su sorpresa cuando al ir a su asiento vio que unas filas detrás iba sentado un matrimonio con su hijo que no era otro que el joven del Hotel Bellevue. Ana hizo como que no lo veía. Después de un rato el chico se levantó y pasó a su lado y dejo caer en su regazo una nota que ponía:"bluetooth Sergio". Ana esperó a que volviese a su asiento y entonces conectó el bluetooth de su móvil y buscó los dispositivos que había a su alcance. Entre ellos había uno que se llamaba Sergio, pidió conectarse con él y fue aceptada. Poco después le llegó un mensaje:"Me gustaría que me la chupases de nuevo". Ana le contestó:"Estas loco, tus padres están a tu lado". Sergio le escribió:"No te preocupes, no se enteran de nada, te espero en el compartimento de carga de las bicis". Un rato después vio como el chico se levantaba y abandonaba el vagón. Ana dudó, en su interior algo le pedía volver a comerse esa enorme polla y la situación del riesgo de ser pillados la excitó aún más. Así que se levantó y se dirigió al vagón de carga. En cuanto entró Sergio cerró la puerta a sus espaldas y la atascó con una bici. A continuación cogió su móvil y empezó grabarla. Se acercó a ella y le quitó la camiseta, luego empezó mordisquearle los pezones. Luego se bajó el pantalón y el calzoncillo dejando a la vista su enorme polla semierecta. Ana no pudo resistirse más. Se arrodilló y la metió entre sus tetas. Después empezó a chuparla suavemente, era enorme, le recorría con su lengua y finalmente se la metió en la boca. Después de un rato de metérsela y sacársela de la boca mientras lo masturbaba notó que iba a correrse, entonces se la metió en la boca y se tragó todo el semen que el chico eyaculó. Mientras se vestían, Sergio le dijo que mañana por la tarde fuese al malecón del sur y conectase su bluetooth luego cada uno volvió a su asiento.
Ana llegó a su casa media tarde. Se duchó y se conectó a internet. Entro en la página web donde se colgaban sus videos y vio que habían subido ya su aventura en la terraza con Sergio, sus bailes en el Shame y su orgía con los motoristas. Como siempre, a ella no se la reconocía. No podía creerse todo lo que había hecho. Pasó un rato chateando con alguno de sus admiradores y al poco vio que habían subido un nuevo video suyo: el de su felación a Sergio en el tren. Por suerte Sergio había pixelado su cara para que no se la reconociese. Después de un rato se desconectó y se fue a dormir.
Al día siguiente al acabar de trabajar se fue a su casa con la idea de no ir al malecón. Pero después de un rato, la idea de volver a encontrarse con el joven la superó. Así que se puso un vestido que tenía que marcaba bastante su figura sin nada por debajo. Luego cogió su coche y fue hasta el malecón. Si fuese fin de semana estaría abarrotado porque era una de las zonas de marcha de la ciudad pero siendo lunes había muy poca gente. Conectó el bluetooth y poco después recibió un mensaje de Sergio:"Baja a la playa debajo del malecón".
Ana buscó las escaleras y bajó. Allí abajo pudo ver a Sergio al lado de una cámara de video. Fue junto a él que la recibió con un beso en la boca. Luego le pidió que se sentara y le enseñara su pecho. Ana podía oír como arriba de ello, en el malecón había gente, lo que la excitó. Se bajó el vestido hasta la cintura dejando al aire su hermoso busto. Entonces de detrás de un pilar salió otro chico. Ana se quedó petrificada. Sergio le dijo que era un amigo suyo que se llamaba Fran. Se sentaron uno a cada lado de Ana y sacaron sus pollas semierectas fuera de los pantalones. Ana cogió cada una con una mano y empezó a masturbarlos. La polla del amigo no estaba nada mal pero la de Sergio era descomunal. Después de un rato, Ana se levantó y se sentó encima de Sergio. Desde el primer día que vio esa polla había deseado tenerla dentro. Empezó a moverse arriba y abajo mientras el amigo se había puesto de pie a su lado. Ella le chupó la polla a Fran mientras se follaba a Sergio. Al poco tiempo el amigo se corrió en la cara de Ana mientras ella también se corría con la polla de Sergio en su interior. Luego noto como era Sergio el que se iba a correr, así que se levantó y dejo que también se corriese en su cara. Los dos chicos se subieron los pantalones y se despidieron. Ana se subió el vestido y luego se lavó la cara en el mar. Haberlo hecho con aquellos dos chicos le había sentado genial. Le llegó un mensaje al móvil por el bluetooth: "Ya quedaremos en el foro" Cuando volvió al coche vio que tenía un sobre en él parabrisas:"Ha sido genial verte follar con esos dos chavales. El sábado que viene vuelve al club Shame. Alójate en la habitación del Bellevue".