El hombre más afortunado del mundo (parte dos)

En una fiesta privada, nos calentamos y la realidad superó las fantasías con las que jugábamos en nuestra cama

El hombre más afortunado del mundo (parte dos)

Habíamos vuelto a bajar al salón donde nos pedimos una copa. Daikiry de fresa para mí y un mojito para Dani.

Tonteamos y bailamos un poco con la música del DJ. Nos besamos, nos abrazamos, reímos...

Estábamos más relajados después de nuestra sesión de sexo en aquella sala con espectadores, así que buscamos un sitio donde sentarnos y disfrutar relajadamente de la fiesta mientras nos reponiamos del calor.

Encontramos un sofá libre, de esos chill out, cerca de la piscina.

La gente estaba bañándose a pesar de que eran ya más de las dos de la mañana.

Habían dos chicos con una chica sentada en el borde. Uno le hacía un cunnilingus a ella desde dentro de la piscina y ella se la comía al otro que estaba fuera. Al rededor había un par de chicos mirando y un par de parejas poniéndose muy cachondas con la escena.

Las normas de la fiesta prohibían sexo en la piscina, así que los sofás estaban concurridos de gente follando o calentándose.

Dani se levantó y trajo unas patatas con beicon. Había hambre... Estuvimos un rato charlando tranquilamente y comiendo. Mirando lo que pasaba alrededor.

De repente Dani miró algo y volvió a mirarme con cara de perverso...

  • Que deseas?- Le dije sonriendo.

Sabía perfectamente lo que me iba a pedir. Llevaba mucho tiempo queriéndolo...

  • Has visto esa chica?- me dijo.

  • La morena de bikini verde? Sí. Me fijé antes...

No le dejé decir mucho más.

La chica bailaba cerca de la piscina entre más gente a la que parecía no conocer tampoco pero se unían a la fiesta.

Me levanté y me acerqué a ella poco a poco mientras bailaba con mi daikiry en la mano.

Ella me siguió el rollo bailando.

Le pregunté su nombre: María.

Empezamos a rozarnos mientras bailábamos. Yo miraba a Dani. Ella se dió cuenta y sin más nos acercamos un poco y empezamos a bailar para él.

Nos contoneábamos agarrandonos por las caderas, pasábamos nuestras manos por el cuerpo de la otra...

  • Te apetece?- le dije al oído señalando con la mirada a Dani.

  • Me parece súper sexy! Que hacemos?

  • Vamos a calentarlo bien. Verás que polla tiene!- y le puse las manos a modo de medida.

Abrió los ojos y empezó a bailar aún más sensual con una sonrisa más picarona.

Mientras bailábamos, me quite el vestido.

En el sofá de al lado había una pareja y el chico nos miraba mientras la chica le tocaba.

Empezamos a tocarnos un poco más. Nos besamos y nos dimos un par de lametones por el cuello, los hombros...

Dani sonreía e intentaba guardar la compostura pero yo sabía que estaba excitadisimo y seguramente tenía los pantalones con la polla a punto de reventar. Se reclinó hacia atrás en el sofá apoyando las manos detras y estiró las piernas. En el pantalón se le marcaba el enorme pollón que tenía y yo me puse super cachonda.

Se mordió los labios... Eso lo hacía cuando estaba a tope.

Desabroché la parte de arriba del bikini de María y deje sus pechos al aire. Ella me bajo los tirantes y mientras desabrochaba el mío, me besaba el pecho y me daba pequeños mordiscos.

Seguíamos bailando y tocándonos.

Pase mi mano buscando su clítoris por encima de su braga y dejó escapar un gemido. La cogí del pelo y la besé mientras miraba a Dani y así seguir tocándole el coño delante de él.

Nos acercamos más y Dani enseguida pidió besarme cogiéndome del brazo y llevándome hasta él.

Cuando le besé paso su mano por encima de mi tanga y dijo:

  • Cabrona! Pero si estás mojadisima otra vez!

  • Pídeme lo que quieras.

Me tocó más intensamente y me volvió a besar.

  • Que me la comáis juntas

Tenía a María de la mano y le estire para que se acercase. Desabroché el pantalón de Dani, se lo bajé y se la agarré. Estaba enorme. Nunca se le había puesto tan grande. Su excitación era máxima.

Dejé que el glande quedase al aire con una primera chupada mientras invitaba a María cogiéndola por el brazo a que se acercase a lamer.

  • vamos a darle lo que quiere, no?- le dije.

Le lamiamos juntas, cada una por un lado muy despacio. Yo me contenía las ganas de comérsela entera...

Dani gemía constantemente como si fuese a correrse ya y estuviese aguantandose.

Nosotras seguíamos lamiéndolo, tocándole los huevos, las piernas, los abdominales... Él tocaba un pecho de una, luego el de la otra, nos cogía de la cabeza...

Lubriqué mi mano y empecé a masajearle el ano. Muy suave y despacio.

Estaba a punto. Su cuerpo se contraía y se relajaba cada vez más rápido.

  • Lámele los huevos- le susurré a María.

Se la agarré con una mano y me la metí en la boca muy poco a poco mientras María le comía los huevos.

Su semen inundaba mi boca. Caliente, dulce y salado... Se estremecía y se dejó caer en el sofá totalmente mientras seguía mirándonos.

Tragué y María se acercó a besarme.

Yo seguía masajeándole el pene porque sabía que iba a seguir duro si no lo dejaba.

Dani era capaz de empalmar orgasmos, uno detrás de otro. Era algo que a mí me volvía loca porque me proponía darle más siempre.

  • Déjame metértela!

Le indique a María que se tumbarse en el sofá, le quite las bragas y me dispuse a comer de su coño. Dani miraba y se tocaba.

Volqué los restos de mi daikiry y empecé a lamerle los labios, luego los separé y metiéndole un dedo muy despacio lamía su clítoris.

Dani me la metió desde atrás y se movía despacio mientras miraba como le comía el coño a María. Noté como se le ponía cada vez más dura.

La sacó y empezó a darme lametazos mientras sus dedos urgaban en mi culo para prepararlo.

Empezó a metérmela poco a poco y hasta el fondo.

Yo seguía comiendo y María estaba a punto de llegar a su orgasmo.

La pareja que había estado al lado, había tenido sexo ya y se disponían a unirse a nuestro hasta ahora trío.

El chico se acercó con la polla dura a la cara de María y está, excitada como estaba, se la agarró y empezó a comérsela con desesperación. El chico mientras tocaba a la que parecía su novia.

La chica se agachó y empezó a compartir la polla con María.

María entraba en un orgasmo y gemía agarrando la polla de aquel chico mientras la otra chica se la comía.

Dani seguía dándome con fuerza cuando me dijo al oído:

-Dile al chico que te la meta! - y me besó el cuello mordiéndome suavemente.

Me retorció la cabeza para besarme mientras su polla seguía dentro de mí culo

  • Venga! Te vamos a follar los dos - repitió.

El chico escuchó eso y le dijo algo a su chica a lo que ella asintió.

Se acercó, me cogió de las manos y me invitó a subirme encima de él mientras se tumbaba.

Me subí a sus caderas agarrándole la polla. No la tenía tan grande como Dani, pero al entrar en mi, el placer me inundó de nuevo.

Tener una polla diferente dentro, de alguien a quien no conoces pero que está dispuesto a darte todo el placer que quieras...

Su chica se acercó y agarró la polla de Dani mientras se la meneaba un poco y se la comía. Se sentó en el borde del sofá abriendo el coño y Dani se la metió un par de veces, luego ella se situó de pie con las piernas abiertas frente a mí para que se lo comiese un poco mientras su chico me penetraba.

Dani permanecía detrás agarrándose la polla y moviendo la mano de vez en cuando con la cara desencajada por la excitación. A mí me encantaba esa mirada lasciva que ponía!

La chica no tardo en correrse mientras se lo comía y veía como me movía encima su chico.

Enseguida Dani se puso detrás de mí y me la metió en el culo acompasándose con el ritmo del chico que ya me follaba.

Hasta ahora habíamos hecho esto con algún consolador, pero era la primera vez que me follaba dos tíos a la vez.

No podía parar de gemir gritando. La gente de los sofás de alrededor miraba y se excitaba con mis gemidos. En pocos segundos había un montón más de gente follando animada por lo que yo estaba viviendo.

La sensación de dos pollas dentro de mí, Dani que me besaba desde atrás, el otro chico pellizcandome los pezones...

Noté que Dani se iba a correr y ya no pude retenerme más.

Llegué al orgasmo enseguida casi a la vez que Dani y me corrí con una cascada de flujo mientras mi cuerpo sufría espasmos de placer.

Dani gemía de nuevo mientras se corría y llenaba mi culo con su semen ardiendo.

Las penetraciones se hicieron más lentas hasta parar.

Yo me dejé caer en el sofá, exhausta por aquel orgasmo tan intenso.

La otra chica, viendo cómo me había corrido, se subió encima de su chico y siguió cabalgandolo hasta hacele correrse de tal manera que ella seguía moviéndose y su corrida salía cayendole por las piernas. Luego se subió a su cara y mientras él le comía el coño, culminó en su boca con una mezcla de flujo y semen que él tragaba a lametadas.

Dani se había tumbado conmigo. Había recogido mi ropa y se había abrochado sus pantalones.

Me abrazaba desde atras mientras permanecíamos tumbados de lado.

Por un momento, todo lo que nos rodeaba no importaba, no estaba...

Giré mi cara para besarle, nos miramos a los ojos, nos sonreímos, nos volvimos a besar y volvimos a abrazarnos.

  • Eres increíble -me susurró al oído.

  • Lo somos! -le corregí.

Y después de unos segundos y una sonrisa que no vi pero si sentí, volvió a abrazarme fuerte y a susurrarme:

-Te quiero!