El hijo del zapatero (10)
En este capítulo se narra el modo en que Doña Ana y su hija Karina le entregan sus culitos a Javier y cómo éste aprovecha las calenturas de su madre y su hermanita para cumplir sus fantasías.
EL HIJO DEL ZAPATERO
CAPITULO X
Antes que nada, un saludo cordial a mis lectoras y mis lectores. Sé que me tardo en realizar mis entregas. El motivo es que trato de presentar un buen producto. Les recomiendo dar una repasada a los anteriores capítulos para comprender el hilo de la historia. Gracias a todos.
En el capítulo diez daré cuenta del modo en que Doña Ana y su hija Karina le entregan sus culos a Javier. Cómo este aprovecha las calenturas de su madre y su hermanita.
La dulce Karina ve por la rendija que Alondra cabalga con gusto encima de la vergota de Ernesto. Ve que la cachonda de Alondra jadea, que se agita y que muestra una cara salvaje de felicidad por el garrote que le traspasa la rajita de su hermoso panochón peludo. Karina observa que los movimientos de los actores en escena son cadenciosos, sensuales, fuertes. Ella se calienta al ver tanta acción. Ya sin sus calzones, toca su clítoris, se masajea y también jadea, por primera vez en su vida está presenciando, en vivo, un encuentro sexual entre una hermosa y caliente mujer como Alondra y su viril empleado, joven, fuerte y bien parecido, como Ernesto. A veces cierra los ojos para concentrarse en su rajita, pero los vuelve abrir para seguir de cerca los acontecimientos al otro lado del agujero:
¡Síiiiii, Mamá!. Doña Alondra está montada sobre la verga del empleado, ella sube y baja, luego se detiene, toma impulso y se deja caer una y otra vez. ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Quién fuera Alondra!¡Guauuuu! ¡Mamá! ¡Ahhhhhhhhh! ¡Se ve bien bonito lo que están haciendo! ¡Mmmmhhhhhhhh! ¡Hummmmm, quién fuera doña Alondra! ¡Ahhhhhhhhhhhh! No veo la herramienta del negro, pero por la expresión de Alondra, sé que la tiene metida hasta los huevos. ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ya estoy caliente mami! ¡¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Qué rica cogida de los dos! ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡La vergota paradota! ¡La panocha caliente! ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Los huevos! ¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Hijita! ¿Qué palabrotas son esas? No se dice huevos, se dice testículos. Disculpa que te corrija y que te vuelva a quitar de aquí, pero es que tengo que ver en qué acaba todo esto. ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡PUTA! ¡COGELONA! Ahora sí que la chingaste Alondra. Te está cogiendo al negro, tu solita y no invitas. ¡CABRONA! ¡PUTA! ¡Ahhhhhhhhh! En verdad, ¡Qué bonito cogen este par de cabrones calientes! ¡Mmmmmmhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh! Vuelvo a arder hijitos. No más de ver a estos hijos de la chingada. ¡Ahhhhh! ¡Mmmmmmhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhh! ¡JAVIER! ¡Hijito!
¡Síiiii, mami! Dime.
¿Me puedes un gran favor?
¡Claro que sí! Lo que tú ordenes.
¡COJEME!
¿Qué dices?
¡Que me cojas! ¿Qué no oíste cabrón? ¡Qué me metas la verga! ¡Hasta los huevos! Estoy caliente, la pinche Alondra disfrutando con el veracruzano, y yo aquí de mirona, pues no es justo. Eres el único hombre disponible en este momento. Así que te toca hijito. Será incesto, estará mal, pero yo no aguanto. ¡Quiero tu vergón! ¡Tu carne dura! ¡Ya méteme tu chilote! ¡No hagas sufrir más a tu madre!¡Como envidio a la pinche Alondra! ¡Con todo mundo coge! ¡Con todo mundo se mete! Coge con su hijo, coge con el mío, saborea el garrote de Don Alfredo, se mete la macana del pinche esclavo. ¡Ahora sigo yo! ¡Faltaba más! ¡Hijito! Si muchas veces te fuiste al baño para masturbarte por mi causa, si te aprovechas al abrazarme por la espalda poniéndome tu garrote entre mis nalgas, si a cada rato me espías queriendo verme en pelotas, ¡hijito, cuánto habrás sufrido! ahora te pago esa factura. ¡METEME TU VERGOTA!
¿En serio, mamá? ¿Quieres que te introduzca mi verga en este momento? Doña Alondra decía que le dolía porque estaba muy grande.
¡Le dolía, pero la gozaba la cabrona! ¡Karina! Vuelve a sacarle la verga a Javier, obedece: tómala con tus manitas, agárrala, sóbala, dale besitos y mámasela, hasta que la tenga bien mojadota y bien paradota, luego le ayudas para que me la vaya metiendo despacito en mi rajita, que resbale. ¡RAPIDO CABRONES! ¡ME QUEMO! ¡YA QUIERO ESE GARROTE! ¡HIJITO METEMELO! ¡Hummmmmmmmm! ¡Ahhhhhhhhhh!
Los tres se olvidan, por el momento, de lo que sucede al otro lado del agujero entre Alondra y Ernesto. Karina obedece, como ya cuenta con algo de experiencia, de inmediato desabotona y baja el cierre del pantalón de Javier, mete su linda y exquisita manita, toma el ya endurecido miembro, lo palpa, lo mueve, lo soba, lo saca con delicadeza y la impresión de verlo una vez más no se hace esperar
¡Guauuuu!¡Hermanito! ¡Qué herramienta te cargas!¡Cada vez me parece más gordo y más grande! ¡Mmmmmmmhhhhhh! ¡Guauuuuuuu! ¡Qué belleza! ¡Cabezón, duro, largo, carnoso! Dijo mamá que le diera unas mamaditas y eso voy hacer. ¡No te muevas! ¡Ssssloooooooppp! ¡Sssssllllloooooooppppp! ¡Hummmmmmm! ¡Sllllooooop! ¡Un rico manjar! ¡Mmmmhhhhh! ¡Qué delicia! ¡ssssllllooopppp! ¡Sssssllloooopppp! ¡Hummmmmm! ¡Hasta la baba se me cae! ¡Slllooooooopppp! ¡Todo un bombón! Déjame rodearlo con mi lenguita, así, así. ¡Ahhhhhhhhhh! Ahora tú cabecita ¡Sllllloooopppp!, ¡Ssssloooooppppp! tu tronquito ¡Huuuuummmmm! ¡Qué agasajo!, tus huevitos ¡Papito!, ¡Perdón! Tus testículos. Que importa cómo se llamen, me voy a meter uno en la boca ¡Ssslooooooppp! ¡Ssssloooppppp! ¡Ahhhhhhhh ¡Qué suave! ¡Ahora el otro para que no se ponga triste! ¡Sssslloooppp! ¡Ssslooopppp! ¡Ahhhhhhhh! ¡QUE PAR DE HUEVOS ME ESTOY CENANDO! ¡Mmmmmmhhhhhh! ¡Ahhhhhhhh! ¡QUÉ RICO! ¡Mmmmmmhhhh! ¡Hermanito! ¡No te muevas! ¡Te voy a mamar la puntita! ¡Ahhhhhhhh! Te está saliendo agüita. Me la voy a tragar. ¡Ssssssllllooooopppppp! ¡Ssssssllooooppp! ¡Mmmmmhhhhhh! ¡Qué sabrosa! ¡Ahhhhhhhhhh! ¡De lo que me he perdido tanto tiempo! Ahora es momento de comer tu bomboncito. ¡Sssllllloooooooppppp! ¡Ssssssllllooopppp! ¡Ssssssllloooop!¡Qué manjar! ¡Me voy a meter tu verga en mi boquita hasta donde me quepa! ¡Mmmmmmhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡No me cabe! ¡Ahhhhhhhhh! ¡La tienes muy grande! Creo que la verga de Javier ya está como la quieres mamá. ¡GRANDOTA, MOJADA, CALIENTE, GORDA, PARADOTA! ¡ES TODA TUYA MAMI!
Doña Ana se reclina junto a la pared, pone sus grandes, blancas y redondas nalgas a disposición de su hijo. Hay que recordar que Doña Ana tiene un cuerpazo de tentación, sus nalgas y su culo son provocativos, atraen la mirada de cualquier hombre; nalgas carnosas, firmes, grandes, atrayentes y además una panocha con ansias de ser penetrada. Ana le contesta a su hija.
¡Sí hijita! Me obedeciste muy bien, creo que hasta te pasaste, veo que saliste igual a tu madre de mamadora de vergas. Desde aquí lo estoy viendo. Dejen abrir mis nalgas para que Javier me la meta entre los cachetes sin problemas, al fin que ya no traigo mis calzones. ¡Hijito! Me la metes despacio, con dulzura, hazlo como lo hiciste con la puta de Alondra cuando fue a visitarnos a nuestra casa. Ahora, hijito, ¿Quieres hacerle el favor de meterle la verga a tu puta madre?
¡Siiii, mamá, tengo mucho tiempo deseándolo!¡Es cierto que me masturbaba al ver tus calzones y al sentir tu trasero con mi verga! ¡Te deseo mamá! Quiero saber que se siente meterle mi garrote a una madre como la mía. ¡Quiero meterle mi verga a mi puta madre! ¡Ahí te va! ¡Huuummmm!
¿Cómo me dijiste? ¿Puta? ¡Aggggghhhhhhhh! ¡Mmmmmmmmhhhhhhh! ¡Aghhhhhhhhh! ¿Quién, yo? ¡Aggggghhhhhhhh! ¡Me duele! ¡Aghhhhhhhh! ¡Espera, hijito! ¡Aggghhhhhhhhh! Espera. ¡Agggghhhhh! ¡Cabron! ¡Espera! ¡Agggggghhhhhh! ¡No mames! ¡Agggggggghhhhhh! ¡Me duele!
¿Qué pasa mamá?
¡Aggghhhhhhh! ¡La tienes muy gorda. ¡Aghhhhhhhhhh! ¡No la aguanto! ¡Mmmmmhhhhhh! ¡Más despacio hijito! ¡Agggghhhhhhhhh! ¡Ten piedad de esta puta! ¡Agghhhhhhhhh! ¡Qué vergón te cargas! ¡UFFFFFFFFF! Con razón Alondra se quejó ¡Aggghhhhhhh! ¡Despacio! ¡Ahhhhhhhhhhhhhh! De nuevo papito, de nuevo, pero más despacio.
¿La sacó mamá?
¡Ni madre! ¡Agggghhhhhh! ¡Hummmmmmm! Al contrario metémela más. ¡Me duele, pero siento bien rico! ¡Agggggggghhhhh! ¡Sigue! ¡Aghhhhhhhhhh! ¡Métela más! ¡Hummmmmm! ¡Aunque me mates! ¡Aggghhhhhhhh! ¡sigue! ¡CHINGA A TU MADRE!
Javier toma a pecho la consigna y da tres o cuatro empujones bruscamente hasta que toda la carne se introduce en la caliente y humeda vagina de su madre, con la calentura que se cargan eso de que "lento y despacio" pasa a segundo plano. Javier mete y saca la verga con ímpetu, lo hace varias veces, en su rostro se nota que disfruta lo que hace. En cada empujón se aferra a los glúteos de su progenitora; todavía no puede creer tanta belleza, tener a su madre en cuatro patas, a su disposición y él metiéndole su chile; la venida de ambos es inminente. Mientras tanto, Karina observa como la carne aparece y desaparece entre la peluda y afelpada panocha de su madre, mira como resbala entre los pelos y como los jugos se mezclan creando un ambiente lleno de lujuria, de sexo. Karina no soporta tanta acción cercana a sus ojos y se mete un dedo en su rajita mojada, luego mete dos y tres. Jadea y se confunden los gemidos de madre e hijos.
¡Mamá! ¿Te gusta mi verga?
¡Hummmmm! ¡Si hijito! ¡Me hubieras cogido antes! ¡Aggggghhhhhhh! ¡Qué lindura de garrote! ¡Mmmmmhhhhhh! ¡Aaaahhhhhhh! ¡Siento tu verga bien caliente! ¡Métemela! ¡Métemela más! ¡Ahhhhhhh! ¡Me corro! ¡Hijito, me corro! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhhhhhh!
¡Mamaaaaaaa! ¡No aguanto! ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Me aprietas con tu panocha! ¡Mmmmmhhhhh! ¡Tu carne calientita! ¡Me vengoaooooo! ¡Aggghhhhhhhh! ¡Qué bonito cogerse a mi madre! ¡Ahhhhhhhhhhh!
Yo también mamá, ¡Me coorrrroooooo!¡Quiero la verga de Javier en mi panocha! ¡Ahhhhhhhhh! No soportooooooooo maaaaaasssss! ¡Ahhhhhhhhhhhh!
Los tres quedan desfallecidos, jadeantes. Javier se nota satisfecho, feliz, en la gloria. Karina se ha relajado por el momento y Doña Ana se incorpora de inmediato porque acaba de percibir unas voces jóvenes y femeninas al otro lado del agujero; descubre que hay otras dos actrices, las hijas de Alondra. Abre desmesuradamente sus ojos y casi no puede creer lo que ahí sucede: Sara y Gema, casi en pelotas ofreciendo sus panochas y su culo a su sirviente, Ernesto, el cual los acaricia con sus manos, con su boca y con su lengua.
¡Hijitos! Javier y Karina. Ahora soy yo la que ha quedado perpleja; las educadas y respetables niñas de Don Alfredo le ponen en la cara sus rajitas y sus culos al mozo. ¡Ahhhhhh, cabrón! Ahora le están chupando la verga al negron; ¡Miren! Gema se luce con su boquita, parece querer tragarse todo ese pedazo de carne. ¡Cabrona! ¡Igual que su made! Sara no se queda atrás, quisiera comerse todo el tronco. ¡NO LO PUEDO CREER! Hasta mi se me cae la baba. ¡Infelices! Gema le chupa las bolas y Sara le succiona el garrote. La pinche Alondra esta gustosa de lo que hacen sus hijas. ¡PUTAS LAS TRES!
En ese punto, ya ni Javier ni Karina escuchan lo que su madre está diciendo. Ya lo que suceda al otra lado del agujero no les interesa. Como Karina se quedó a medias en la cogida que le dieron a su madre, se dedica a revivir la gran verga de su hermano, dándole una vez más tremendas mamadas. Con su boca ha recogido todo el semen que ha brotado en la faena con Doña Ana, se traga lo que puede del flujo seminal, va dejando bien limpio el vergón y con su lengua retira los jugos y mucosidades que puedan estorbar. Debido a la juventud de Javier, su miembro no tarda en reaccionar y se va poniendo, poco a poco, en actitud retadora, listo para lo que venga. La dulce y bella Karina, ya experimentada en este quehacer, toma con ambas manos el garrote y lo estira, lo chupa y lo vuelve a estirar; con la lengua le hace cosquillas en la puntita, la desliza hasta los huevos, pasando por el tronco, Karina siente que las venas se agrandan, que la carne se calienta, que la verga vibra; moja los huevos y hace el recorrido inverso hasta volver a chupar la puntita de la verga, ese acto lo repite tres veces. Javier respira hondo, jadea:
¡Hummmmmm! ¡Hermanita1¡Ahhhhhhhhh! ¡Qué bien lo haces! ¡Chupa! ¡Chupa! ¡Todo! ¡Todo lo que quieras! ¡Ahhhhhhhhh!
Ni creas hermanito que lo estoy haciendo es gratis, esto te va a costar doble esfuerzo. Te voy a poner mis nalguitas y me metes tu garrote en mi rajita, para que lo metas y lo saques por un buen rato, pero luego le haces igual que Don Alfredo, me atascas todo tu tronco en mi culito, también por otro buen rato.
¿Cómo? ¿Don Alfredo ya metió su verga en tu ojete? ¿Cuándo? Y yo que estaba orgulloso de haberme cogido a su esposa (Capítulo 4). Bueno, de todos modos voy a cumplir tus deseos, ¡Quiero ver tus nalgas y tu culo ya!
Karina se pone en cuatro patas, abre bien sus piernas, con sus manitas se toma los cachetes los hace a un lado y Javier queda impresionado por la visión que le proporcionan las carnes frescas, suaves, tersas, los pelillos incipientes de la panochita y el culito rosadito que asoma temeroso. Javier toma su verga con sus manos para abrir camino e introducirla en la rajita caliente, pero las suaves manos de Karina se interponen y agarran el tolete en toda su extensión, ella misma dirige toda la carne al asador:
- ¡Hummmmm! ¡Aggghhhh! ¡Javier! ¡Agggghhhhhhh! ¡Que dura la tienes! ¡Agggghhhhhhh! ¡Aggghhhhhhhh! ¡Pero que linda! Y grande
Karina ha puesto apenas la cabecita en su rendijita, todavía no siente la fuerza del tronco, va deslizando lentamente la verga, la cual resbala gracias a lo mojado del camino cachondo
-¡Huuuuuummmmm! ¡Que delicia! ¡Agggghhhhhhh! Duele pero me gusta. ¡Aghhhhhhhhh! No me cabe tu vergota. ¡Empuja! ¡Empuja! ¡Agggggghhhhhhhh! ¡Hermanito! ¡Hummmmmm! ¡Aghhhhhhhh! ¡Qué placer! ¡Así! ¡Así! ¡Aggggghhhhh! ¡Hasta el fondo! ¡Toda! ¡Adentro! ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Qué bien! ¡Tu verga en mi panocha! ¡Ahhhhhhhhhhh!
Javier empuja cadenciosamente chocando su pubis y su vientre con las blancas y redondas nalgas de Karina, en cada movimiento se escucha el clásico ruido: plap, plap, plap. El joven se apalanca cada vez más fuerte de la cintura de su hermana, resopla y dice
-¡Ahhhhhhhhh! ¡Hasta que se me hizo hermanita! ¡Hummmmm! ¡Así te quería tener! Empinada, en pelotas, metiéndote mi verga y disfrutando de este momento. ¡Ahhhhhhhhh! ¡Toma! ¡Ahí te va mi verga! ¡Ahhhhhhhhhh!
- ¡Aggggghhhhhh! ¡Aggggghhhhhh! ¡Dale hermanito! ¡Dale! ¡Yo me empino lo que quieras! ¡Aghhhhhhhhh! ¡Agarra mis nalgas! ¡Son todas tuyas! ¡Agggghhhhhhh! ¡Agggghhhhhhh! ¡Me matas con tu verga! ¡Aagggghhhhh! ¡Metémela! ¡Más! ¡Sigue Javier! ¡Sigue!¡ Huuuummmmm! ¡Dame tu palote! ¡Papasote! ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Me coorrooooo! ¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Me corrrooooooo! ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Qué emoción! ¡Ahhhhhhhhhhhh!
¡Mira qué par de cabrones! Mientras al otro lado de este agujero las hijas del zapatero se dan la gran fiesta mamando la reata del costeño y hasta recibiendo caña por el ojete, ustedes ya están gozando con la metida de verga. No sé si ayudarles en su trabajo o seguir fisgando cómo le están clavando la estaca por el culo a Gema; estoy entre dos fuegos: entre ustedes y las niñas de Alondra. ¡Ya me calenté de nuevo! ¡No se te ocurra venirte Javier! ¡Tienes mucha tarea! ¡Ya ví que a Sara también le están dando por el anito! Pero, ¡Cuánta carne les cabe a esas niñas! ¡El jarocho si que la está pasando bien con esos tres culitos! ¡Bueno! No hay que dejarnos del veracruzano. ¡Ya estuvo! ¡Hijito! ¡Adelante mi rey! Saca la verga de la rajita de Karina y la incrustas en mi ojete. ¡Pero ya! ¡Es más! ¡Ahora me voy a poner en cuatro patas para que puedas fácilmente hacer tu trabajo!
¿Cómo dijiste mamá? ¿Qué te lo meta dónde?
¿Qué no oíste? ¡En mi culo! ¡Aquí están mis nalgas! ¡Tanto que las espiabas! ¡Clava tu carne en el agujerito de mami! Si Alondra, Gema y Sara se dan la gran vida recibiendo por sus anillitos el vergon prieto de Ernesto, yo también tengo derecho a ser penetrada por el mío. ¡Es tuyo mi cielo! ¡Es tu premio! ¡Tómalo corazón!
A pesar de que Karina no está de acuerdo con la orden de su madre, Javier va sacando lentamente su enorme y babeante miembro de la caliente y húmeda panochita, se dirige al culo de su madre, un agujerito que ha sido mojado y dilatado previamente por las amaestradas manos de Doña Ana. Así que ya no hay más remedio, la punta de la verga de Javier apunta, llega, toca la entrada y taladra suavemente, carne con carne, la puntita y la entradita en contacto, el intruso ha llegado, se desliza, invade terreno poco a poco hasta que:
-¡Aggghhhhhhhhh! ¡Cabrón! ¡Aggggggggghhhhhhh! ¡Espérate! ¡Me arde! ¡Ufffffff! Se me había olvidado que la tienes enorme. ¡Aghhhhhhhhh! ¡Aggggggggghhhhhhh!¡Todo lo que tengo que aguantar por un palo en el ojete! ¡Aggggggghhhhh! ¡Mmmmmmhhhhh! ¡Pero que rico! ¡Aaaggggghhhhhhh ¡Adelante cabrón! ¡Aggggghhhhhhhh! ¡Ya empezamos y no nos vamos a detener por chingaderas! ¡Ahhhhhhhhh! Ya siento toda tu carne! ¡Mmmmmmhhhhh! ¡Qué vergon! ¡Aggghhhhh! ¡Dale cabrón! ¡Aggggghhhhh! ¡Cómo duele! ¡Hijo de tu puta madre! ¡Aggghhhhhh! ¿Querías chingar a tu puta madre? Pués ¡CHINGA A TU MADRE! ¡Agggggghhhhhhhh! ¡Ahhhhhhhhh!
¡Mamaaaaaá! Pero, ¿Por que le rayas la madre a Javier? ¿Qué ha hecho de malo? Primero le ofreces tu agujerito, él te complace meténdote su vergota y luego lo insultas. Se nota que cada que lo mete y lo saca lo disfrutas porque no paras de gemir y jadear. No entiendo.
¡Callate Karina! ¡Eres igual de puta que tu madre! ¡También te gusta que te metan el garrote por el ojete. No se te olvide que me contaste la metida de verga de Don Alfredo en tu agujerito rosadito. Y mejor empínate de nuevo para que sientas la vergota de Javier en tu anillito. ¡En esta fiesta todas vamos a alcanzar carne fresca y jugosa! ¡Javier! ¡Hijito! ¡Ahora chínganos a las dos! Un rato me la metes a mí y otro rato a la putita de tu hermana.
Hermanita, ¿Tú también quieres que ?
¡Claro! Ya te había dicho que tenías que trabajar doble, sólo que se me adelantó mamá. Deja ponerme a un lado, para que le hagas como dice mami, pero conmigo ten más cuidado porque me va doler más.
¡Puta! ¡Hijita! ¿A quién quieres engañar? Si te cupo la macana de Don Alfredo, de seguro aguantas el cañón de Javier. Voy ayudarte hijito.
Doña Ana avienta dos salivazos: uno que va directo al culito de su hijita y otro a la puntita de la verga; con la mano izquierda soba el duro miembro de Javier y con la otra masajea el anito de Karina. Doña Ana dirige la macana hacia el rosadito culito de Karina, lo hace lenta y cariñosamente
¡Huuummmmm! ¡Mamáaaaa! ¡Me duele! ¡Encájalo suave! ¡Ahhhhhhhhhh! ¡Así! ¡Aggghhhhhhhhhh! ¡Hermanito! ¡Qué delicia! ¡Mmmmhhhhhh! ¡Mamá quiero más verga! ¡Ahhhhhhhhhh! ¿Ya se metió toda?
¡Mmmmmhhhh, Karina vamos a la mitad! Pero ahí va, un poco más, un poco más. ¡Ahhhhhhhh! Me caliento sólo de ver como se te incrusta la carne en tu agujerito! ¡Hija de puta! Cómo se nota que tu culo estaba hambriento de garrote. ¡Ahora sí ya lo tienes hasta el tronco! ¡Muevete!
¡Ayyyy, mamá. ¿Cómo quieres que me mueva si estoy bien ensartada? Mejor ayuda a Javier para que lo meta y lo saque.
Doña Ana comprende que, efectivamente, necesitan ayuda sus hijos. Con una mano toma las nalgas de Javier y con la otra toma por la cintura a Karina. Empuja a Javier y detiene a Karina; este movimiento lo repite varias veces hasta que la verga y el ano se han acoplado de tal manera que resbalan rítmicamente.
¡Ahhhhhhhhhhhh! ¡Mamá, qué rica siento la verga de Javier! ¡Mmmmhhhhh! ¡La tiene bien dura! ¡Ahhhhhhhhhh! ¡No la saques hermanito! ¡Mi culito es todo tuyo! ¡Ahhhhhhhh! ¡Sigue!¡Sigue hermanito! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡La verga en mi culito! ¡Ahhhhhhhhhh!
¡Karina! ¡Pinche puta!¡Cómo la gozas! ¡PUTA! ¡Ya deja la verga de mi hijo! ¡Sigo yo! Ven corazón te voy a demostrar que mi ojete es mejor.
¡Sí mamá! ¡Sigues tú!
¡Uyyyyyyy! ¡Qué emoción! ¡Aggghhhhhhh! ¡Qué ricura! ¡Mmmmmhhhhhhhh! Nunca me imaginé la delicia de ser penetrada por mi hijo y mucho menos por el ano. ¡Hijito! ¿Te gusta el ano de Ana? ¡Ahhhhhhhhh!
¡Sí mami! Hoy se me han cumplido todas mis fantasías. Cogerte a ti y a mi hermanita, hasta por el ojete. No puedo pedir más. ¡Ahhhhhhhhhhh!
Los tres siguen en ese concierto, nueve o diez bombeadas a Doña Ana, las mismas embestidas a Karina. Frente a sus ojos, Javier tiene un panorama exquisito: unas carnosas redondas y blancas nalgas maternas y unas nalguitas tiernas, suaves y bien formadas de su hermanita. A Doña Ana, Javier le mira una extensa mata de pelos que asoman de la panocha y le llegan hasta el ojete, a Karina le mira el culo rosadito y juvenil. Todo lo que ve, unido al gemir y jadear de las damas que son penetradas con su estaca hacen que:
¡Mamá! ¡Karina! ¡Me vengo! ¡Me vengooooooo! ¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Qué bonito! ¡Sus nalgas, sus culos, sus panochas! ¡Ahhhhhhhhhhhhh! ¡Mis hermosas putas! ¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Hijito! ¡Ahhhhhhhhhhhh!¡Dame tu leche para tragármela! ¡Quiero disfrutarte todo! ¡Ahhhhhhhhhhh!
¡Hermanito! ¡Yo también quiero! ¡Deja que exprima tu garrote! ¡Así! ¡Así! ¡Ahhhhhhhhhhhh!
Ambas damas se incorporan y toman la vergota de Javier con sus manos y hacen lo que dicen: chupan, succionan y maman el duro y enrojecido miembro que expulsa chorros y chorros de semen. Las mujeres se van tragando gota a gota los restos de semen, hasta dejar la verga brillosa y limpia.
¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Clap! ¡Bravo! ¡Bravo! ¡Buenas noches!
Los tres voltean hacia el lugar de donde vienen los aplausos. Tratan de cubrirse instintivamente. Karina es la que se atreve a decir algo:
¡Mamá! Es Carlos, ¡EL HIJO DEL ZAPATERO!
Continuará