El hijo del ferretero

A este hombre siempre le gustaron los jóvenes amantes, y el hijo del ferretero lo tiene loco...

EL HIJO DEL FERRETERO

Casi todos los días lo veía pasar meneando su culo. Se veía bien firme y durito. Lo veía pasar distraídamente a aquel jovencito que no tendría mas de dieciocho años pero que yo había descubierto hacía tiempo y me  había prendado de aquel ser tan jovencito, tan maravillosamente joven y delicado, parecía una florcita en un jardín de gigantes energúmenos.

A mi se me caían las babas cuando lo veía de mañana en los días de calor con los pantaloncitos cortos casi para infartar a la humanidad. Casi clavados en su ojete de infierno. Mis deseos hacían que mi cabeza fuera a estallar y calculo que muchos hombres también andarían alzados de ver aquel cuerpecito delgado pero con un orto del carajo.

Planeaba en mi mente como acercarme a aquel muchachito sin que pareciera un abordaje demasiado violento o demasiado agresivo.

Dije que me gustaban los jovencitos desde mucho tiempo atrás. Estaba casado y con hijos grandes ya. Pero ese gusto por los muchachitos me había ido ganando la razón y era ya desde hacía rato una forma de doble vida. Tenía un departamento en el otro lado de la ciudad y allí iba y retozaba a placer cada vez que conseguía un amante pasajero.

Nunca tuve una doble relación, siempre fueron amantes transitorios, no mucho mas, de dos o tres encuentros, no mas que eso.

Pero aquel muchachito me tenía loco desde mucho tiempo atrás. Tal vez dos o tres años, lo vi en la plaza del barrio charlando con unos chicos un poco mas grandes que el, y estos lo tocaban, el se corría y se reía, y desde aquel día lo empecé a mirar un poco mejor y descubrí que era un hermosos bombón, muy apetecible.

A veces iba al negocio del padre a comprar cualquier pavada para verlo. Ver sus ojos brillantes y fulgurantes con una calentura especial. Parecía que siempre estaba dispuesto a tener algún encuentro sexual. Era fogoso. Te dabas cuenta apenas lo veías.

Eso ocurría algunas veces, no siempre estaba atendiendo en el negocio. Y esas veces volvía a casa con un disgusto muy notable, casi llegaba al mal humor.

Los días iban pasando. A veces lo veía pasar o lo veía venir entonces salía a la vereda casualmente y lo saludaba, el me miraba con los ojos vivaces y pasaba moviéndose tan orondo y despreocupado

__¡Hola señor Gotze!

__¡Como estas Adonis!

__¡Bien señor bien!!__ y continuaba caminando, sonriendo. Mirando al cielo azul. Mirando los árboles soñando tal vez con una briosa poronga en su culito hermoso y casi, casi perfecto.

Aquel día me había levantado muy caliente y con la verga como piedra. Había tenido un sueño muy ardiente con Adonis y me había despertado sobresaltado y mojado de sudor.

Me levante molesto y tuve que masturbarme para que se bajara mi verga.

Un día nublado y gris me esperaba. Salí para la oficina luego de haber desayunado tranquilamente. Mi mujer ya se había ido a su trabajo.

Cuando subía al auto eran cerca de las diez de la mañana. Mi trabajo me permite andar en cualquier horario. A eso lo manejo yo. Empezó a llover copiosamente y de manera fuerte.. Gotas gruesas chocaban contra el parabrisas, era un chaparrón bastante fuerte. El limpia parabrisas andaba a máxima velocidad. En eso veo un joven corriendo con una mochila, creí conocerlo. Miro mejor. Si, no cabía duda. Era Adonis. Toqué bocina. Se detuvo y miro hacia atrás. No sé si me conoció el auto o me vio a mi, pero corrió al vehículo sin pensárselo dos veces. Abrió la puerta. Entró chorreando agua.

__¡Adonis estas hecho sopa!!

__¡Si gracias señor Gotze, me salvo!

__¡Toma!__ le di una especie de toalla que siempre llevaba. Lo vi pasárselo por el cabello de forma delicada y mi verga pegó un salto estrepitoso, duro, alocado.

__¿Adónde ibas con esta tormenta?

__¡A la escuela!

__¡No te dejan faltar?

__¡Es que estoy comprometido con alguna materia!¡Gracias!__ dijo y dejo la toalla en al asiento trasero.

__¿Que materia?__ pregunté muy alzado

__¡Matemáticas!

__¡Pero hoy no creo que vayan muchos a la escuela, mira la lluvia que se ha desatado!

__¡Si pero..esta materia..me vuelve loco!

__¡Puedo ayudarte!

__¿Como?__ pensé en decirle "cogiéndote" pero enseguida aleje ese pensamiento

__¡En la materia! ¡siempre me lleve bien con las matemáticas!__ no mentía y a el se le ilumino la cara.

__¿De veras señor Gotze?__ preguntó con una voz suave y de timbre agudo. Giré a la izquierda y me encaminé sin pensarlo dos veces al departamento. El auto viajaba de manera veloz.

__¿Adónde vamos señor Gotze, pensé que íbamos a su casa?

__¡Vamos a un lugar mas tranquilo cariño!¿Quieres?__ dije para endulzarlo con palabras, creo que toque su fibra interna,  porque los colores arrebolaron sus mejillas, dándoles un color rojizo.

Anduvimos un rato y llegamos al departamento. La lluvia se había vuelto serena y tranquila.

__¿Aquí es?__ pregunto el muchachito

__¡Aquí es cariño vamos!__ dije y el bajo siguiéndome. Mi verga iba a estallar dentro de mi pantalón. Entramos y encendí la luz.

__¡Deja tus cosas por allí!

__¡Es muy lindo señor Gotze!

__¡Es el lugar privado mío, solo pocos conocen este lugar…no me gusta traer a cualquiera aquí!

__¡Ohh es un privilegio!

__¿Y a ti te gustan estos privilegios?

__¡Oh si claro señor Gotze, usted me cae muy bien, pero desde siempre!__ mi verga iba a explotar de la calentura, tragaba saliva desquiciado, quería arrancar su ropa ya mismo.

__¡Porque no te das un baño!¡Digo para que te quites la ropa húmeda, tengo algo que te va a aquedar muy bien!

__¡Usted cree?

__¡Claro que creo cariño!¿O tienes vergüenza de quitarte la ropa delante de un hombre?

__¡No!¿Pero porque sería delante de usted?¿O usted quiere verme desnudo?__ preguntó sin vueltas aquel diablillo de chico.

__¡Bueno…si lo dices así…no tengo problemas en verte desnudo!

__¡Pero1 ¿ quiere o no verme desnudo?

__¡Claro que si cariño no voy a mentirte!¡Ven el baño esta por aquí!__ me siguió casi rozando mi cuerpo, sentía su aliento cerca y mis sentidos estaban a punto de colapsar.

Entró a la ducha. Y viéndome a los ojos se fue quitando la húmeda remera, mostrando sus pecho y sus pezones totalmente erectos, enseñándome que estaba tan caliente como yo, bajo su pantalón y su slip mostraba una creciente erección.

Se giro y muy impúdicamente se agachó y quitó en la misma maniobra la prenda, su soberbio culo se mostró ante mi y tuve que morder mis labios para no abalanzarme sobre el. Abrió los cachetes jugando conmigo y luego cerro la puerta.

Estaba tan duro que no tuve reacción. A Adonis le gustaba jugar. Mi calentura estaba a máxima potencia. Corrí a la habitación y me desnudé por completo. Mi erección estaba al palo, sabía que me acabaría enseguida, pero no me importó.

Se presentó ante mi envuelto en una bata celeste que yo tenía siempre en el baño. Su perfume me embriagó y sin decir agua va se comió mi verga. La metió en su boca, chupo, mordió, lamió, besó la punta y lo largo y la base, volvió a mamar, arrancando gemidos de mis entrañas, se fue corriendo la bata ingenuamente hasta mostrarme su cola por completo mientras jugaba con mi pedazo de carne l borde de largar los jugos..

Me acariciaba el abdomen de tanto en tanto hasta que llegó a mis bolas gordas a reventar.

__¡Tienes el pedazo que imaginé!!__ balbuceó

__¡Ohh que boca cariño, me encanta, sigue, chupa amorcito, chupa!!

__¡No acabes todavía papito, la tienes tan dura, ahh, me gusta tu verga, ahhh!!__ gemía el y su cuerpo se fue corriendo para dejar su cola a la altura de mi boca. Mordí las nalgas preciosas, lo deseaba tanto, lamí y las besé. Luego empecé a abrir su cola para llegar a su agujerito, alcance a meter mi lengua y le llené la boca de leche incontenible, mi calentura fue incontrolable. Lo atraganté de semen. El siguió lamiendo mas suave pero siguió chupando. Tragó y besaba mi verga aún dura. Me sorprendí de mi mismo. No caía, estaba si, mas calmado pero lejos de estar satisfecho, escarbaba el ojete de Adonis que gemía, masajeando mi poronga.

__¡Estabas muy caliente papi!¿Yo te pongo así?

__¡Claro amorcito, tu me vuelves loco, ahh, ajjj, ohhh que sabroso tu culito!

__¡Me gusta tanto tu pija papi!¿Me la vas a meter?__ dice jugando con mi enervado miembro, tan duro como al principio de  toda aquella locura. Lo masajeaba a gusto y lo limpiaba a gusto, la verga estaba llena de saliva. El se fue acercando a mi, reptando en la cama, busco mi boca sedienta y me besó infinitamente, largamente, infernalmente. Nuestras lenguas emputecidas se cruzaban sin ningún reparo, alzados, alcance su miembro y lo empecé a acariciar, sopesaba sus huevos, el gemía y me metía la lengua al fondo de mi garganta. Estaba muy caliente. Metía dos dedos en su culito dilatado y presto para recibir una manguera.

Se montó sobre mi, despacio, se fue clavando el ariete entre gemidos y suspiros de gozo. lo fui taladrando, la penetración fue simple, honda, entró todo y el empezó a hamacarse con gusto, pellizcaba sus pezones duros, vibraba.

__¡Me vas a hacer acabar otra vez, ohhh,  que belleza de ojete tienes, me encantas, ahhh, si, putita, sigue sigue que tu macho quiere poseerte!!__ abría sus nalgas, las pellizcaba y jugaba con ellas, las amasaba con ardor y fervor, de pronto vi su palo alzado y duro y lo seguí acariciando,. apretando, quería ordeñarlo con gusto y con ganas el gemía y abría su cola más y mas, lloriqueaba dulcemente como una emputecida loquita necesitada de sexo. Taladraba sin cesar y el de pronto largó sus jugos llegando a mojar mi rostro, parte del pecho y del vientre tenía buena cantidad de semen acumulado.

Luego llegó a mi cara y se puso a lamerla entera limpiando toda la leche esparcida. La comió toda, mientras se comía el pedazo en su culo feroz. Luego vino y me beso así intercambiamos saliva y semen mezclándose y siendo uno solo, Jugamos con nuestras lenguas a placer, a rabiar, yo apuré mis embestidas, se hicieron feroces las bombeadas, me sacaría la leche por segunda vez en aquella tarde de lluvia apasionada y caliente.

Afuera la llovizna persistía, yo le llenaba el ojete precioso con abundante leche, el se quedaba quieto largando la crema de su ojete, luego saco mi desinflada verga, dejo que cayera todo el jugo sobre mi verga y las bolas, la sentía correr caliente y pegajosa. Me hacía hervir los sentidos.

Nos quedamos besando hasta cerca del mediodía. Luego me pidió el teléfono y llamó a sus padres inventando no sé que cosas, entre palabra y palabra metía mi pija que buscaba levantarse en su boca. La chupaba, yo estaba entregado a sus deseos. Adonis quería más verga y yo no se la negaría.-