El hijo del encargado

Cuando lo vió se dió cuenta que era trolo tragasable ,gay y no tardó en coprobarlo. Pero el hijo del encargado resultaría algo mas que eso.

EL HIJO DEL ENCARGADO

Cuando dejé mi pueblo, mi casa, mis animalitos, pensé que la vida en la ciudad iba a ser mejor. Me equivoqué. En la ciudad me esperaba mi hermana Estrella del Valle ("la Pochi") que siempre había sido buena conmigo, que estaba juntada con el Alfio Zenón (alias "El Rata"), a quien yo no conocía, y con quien tenía una hijita de pocos meses, la Belen Antonella ("la Bebé"). La condición que puso mi hermana para vivir con ellos, era que yo buscara un trabajo y contribuyera con los gastos de la casa.

Cuando llegué y me di cuenta donde iba a vivir me quise pegar un tiro. Era una casa vieja, llena de humedad, cucarachas y otros bichitos de Dios, y mi pieza era un recodo de otra pieza donde guardaban todos los trastos posibles, hasta la escupidera de la Bebé. No tenía ventana y en verano eso era intolerable. Había un olor a pata espantoso y eso que yo, tendré otros defectos pero soy muy limpito. El barrio encima era peligroso. De noche si no te robaban , te pegaban o te rompían el orto. Mi hermana había envejecido diez años y su "marido" era un hijo de puta, si perdonan mi francés académico. Un tipo amarrete, egoísta, arrogante y soberbio, o sea un piojo resucitado,

Al principio como yo le daba dinero todos los días, dinero de mis pocos ahorros, no decía nada, pero fueron pasando los días y como yo no conseguía trabajo y dejé de contribuir a los gastos, el Alfio comenzó a comerle el hígado a mi hermana, y a maltratarme a mi, hasta hacerme la vida imposible. Yo me preguntaba que debía tener el asqueroso ese para que mi hermana lo soportara, y me imaginaba que era una pija del tamaño de la torre Eiffel. Pero la pija no se le notaba, y si los huevos grandes como buen huevón y pelotudo que es, por lo que lo empecé a llamar "mayonesa", por ser puro huevo.

Se sucedieron las peleas, las recriminaciones , los insultos y un día el Alfio me levantó la mano y yo le pegué tanto tanto que no lo reconocieron los parientes lejanos, y por fín mi hermana , su marido y la Bebé , se mudaron lo más lejos posible del barrio y me dejaron a mi como único inquilino de la casa. Para entonces yo había conseguido un trabajo como chofer en una remisería y comprando una garantía con mis últimos ahorros conseguí que el propietario me pasara el alquiler a mi nombre.

Pero lo que ganaba no me permitía demasiados lujos y luego de pagar el alquiler andaba como se dice, corriendo la coneja todo el mes, comiendo saltado, robando con los vueltos a los clientes, y hasta me cogía a una vieja que me pasaba unos mangos que no compensaban el disgusto porque yo soy trolo, puto y gay desde la mas tierna edad.

En la remisería trabajaba un tipo casado de 35 años, muy loco y divertido , lindo como el solo que me tenía compasión y a veces me ayudaba siempre con plata o invitándome a comer. Nos hicimos amigos y una noche al despedirnos me dio un beso en la boca de esos que te dejan paralizado, y me quedé tambien mudo hasta que el se alejó diciendo tenemos que hablar .....

Me dejó tan caliente que no podía caminar. A mis 21 años que un tipo como Leo, me diera importancia me erizaba la piel. Hacía tres meses que estaba en esa ciudad hostil , la estaba pasando mal, y de pronto alguien me daba un beso así con promesa de seguirla....

Cuando llegué a mi casa, me bañé , hice la cama y comencé a pajearme como hacía mucho que no lo hacía. Me acariciaba las tetillas, despacito , suavemente, pellizcaba mis pezones carnosos y rosados, recorría mi pecho lampiño, mis brazos levemente musculosos, mi vientre , el interior de mis piernas, ay si.......mis nalgas aaahhh siiii, la raja del culo y mi trise hoyito y luego volvía hacia atrás para acariciar mis huevos llenos de leche, mi pija limosnera y sufrida. Tomaba mi pija y corría y descorría la pielcita y me acariciaba el glande que pugnaba por salir rotundo y triunfal. Recorria el gande y el agujerito y mi pija gorda se ponía cada vez mas dura y pronunciaba el nombre de Leo, Leo , leooooooo, ahhhhh, mientras recorria locamente el tronco de imi pija y gritando el nombre ese nombre acabé como un litro de mi leche de provincia, y el placer fue tan intenso, que la leche saltó hasta el techo y cayo sobre mis labios entreabiertos , e imanginando que era leche de Leo , la lamí con desesperación .

Leo era rubio de 1,73 ms de estatura ojos verdes siempre brillantes, peludo y muy sensual. Cuando lo vi en bolas por primera vez casi me desmayo, ese hombre era un fenómeno natural con esa pija de 23 centímetros, esos huevos enormes, y ademas tenia un culo peludo y redondito como para pasar el invierno y el otoño y el resto del año, chupándoselo. A Leo le gustaba coger, era uno de esos raros casados que son activos, y con semejante poronga, sus cogidas eran al principio muy dolorosas y me dejaban el orto cantando la marcha fúnebre., o el tango la vida me engañó.....

Pero que lindo me cogía el guacho....... Me hacía poner con el culo para arriba al borde de la cama, y con forro y lubricante me la iba poniendo de a poco hasta que la tenía toda adentro y comenzaba a bombear con todo su cuerpo arriba del mio. Y cuando esa verga descomunal, entraba yo empezaba a gritar a gemir enloquecido y le pedía mas y más, me convertía en su puta caliente, caliente . Ardía por ese macho, le apretaba su verga con mis nalgas y luego la soltaba y el me la ponia hasta el fondo como queriéndome llegar hasta el corazón.

Aquella primera vez que estuvimos juntos , me cogió tres veces y me hizo ver las estrellas y el cielo , y me enamoré de él perdidamente. Sentía que Leo era el tipo que me completaba. Su leche lubricaba mi orto pero tambien le daba combustible a mi alma y aunque nada me iba bien afuera por lo menos lo tenía a el, con su pija que no pedía permiso, con sus vellos rubios barriendo mi piel, con su fueza estimulando mi energía.

Un fin de semana, Leo vino a mi casa y entre lágrimas me confesó que ya no quería a su mujer pero que nunca abandonaría a su hijo, y que estaba enamorado de mi, pero que no sabía como vivir una vida doble pues siempre había sido heterosexual. Que por su hijo, iba a tener que sacrificar lo único bueno que le había pasado en la vida. Si no entendí mal yo era lo bueno.

Terminamos en la cama abrazados pero vestidos. Que mala suerte la mía , pensaba, nadie me quiere y cuando uno por fin me quería estaba lleno de culpas y la historia se terminaba.

Cuando mi relación con Leo se terminó comenzó mi etapa de promiscuidad: o como decía una loca amiga de "wash and wear", : iba a los boliches elegía al viejo que mas me gustara, cogía , y después le decía adiós. La consigna era no hacerlo dos veces con nadie, para no acostumbrarme para no enamorarme, para que no me hiciera ilusiones con alguien que después me dejara.

Una noche me avisaron que se había muerto el encargado, y en su velatorio conocí a su hijo, que era un muchacho de mi edad, que lloraba desconsoladamente por su viejo. Yo lo envidiaba porque nunca conocí a mi padre ni tuve nunca una tumba donde visitarlo.

Cuando lo vi a Ricardo, enseguida me di cuenta que era del gremio...... O sea que era gay , tragasables, chupapijas, o sea tan puto como vos o como yo.....

De tez clara y cabellos ondeados oscuros y cortos, ojos de muñeco consentido de una niña caprichosa, celestes grandes profundos, una boca varonil y carnosa, cuello de jugador de rugby, grueso y largo, robusto pero no gordo, de hermosa espalda y pecho bien amplio, un culo hermoso, paradito y gordo, lindas piernas gruesas, y un bulto que era difícil de disimular, me pareció lo que se dice un macho "pa comérselo crudo". Cuando me dio la mano, y sentí la tersura de su piel, el calor de sus dedos, la caricia de sus pelitos, se me paró la pija lo que por cierto era inadecuado en el medio de un velatorio en una casa de servicio fúnebre.

A propósito no le solté la mano enseguida y el no hizo nada para liberarla, y nuestras manos quedaron juntas por un rato largo, en medio del llanto de los parientes y los pesames de los conocidos y vecinos.

Y nos miramos a los ojos , de esa manera extraña con la que un gay inspecciona a otro, y en esos ojos vi tristeza, soledad, eran ojos de un muchacho necesitado de cariño o eso se le ocurrió a mi cabeza de loca... Eso significa señores y señoras que me enamoré perdidamente de Ricardo, a tal punto que acompañé los restos mortales hasta el cementerio y al regresar , me subí al auto del cortejo donde iba Ricardo y me senté a su lado , entre el y su señora madre , imagínense.

Toda la noche me quedé pensando en ese muchacho, en lo lindo que era, en la dulzura de su mirada, en la suavidad de sus manos, en el calor de sus dedos , en la caricia de sus vellos, y solo me dormí luego de una de esas pajas agónicas en las que uno tarda mucho en acabar, y la pija te queda como resentida, ay Ricardo por ti me ardo..................

Por supuesto que me atrasé en los alquileres y a la primera de cambio como se dice acá, el piadoso de Ricardo como encargado a cargo del puesto dejado por su padre, me mandó una carta documento intimándome a que pagara los quinientos cuarenta pesos que debía o me harían el desalojo.

Me sentí desilusionado, el muchacho de mis sueños era tan canalla como mi ex cuñado, como los viejos que usaban mi cuerpo como un plato descartable, como los dueños de la remisería, que me hacían trabajar " en negro" es decir sin protección alguna de la seguridad social. Esa noche decidí volverme a mi pueblo, porque si había tanta mierda prefería la mierda conocida.

Me acosté a dormir , y era como la una de la mañana cuando me golpearon la puerta. Me bajé casi en bolas de la cama y prendí la luz y con algo de miedo mire por el visor, en ese barrio de ladrones había que tener cuidado. Fue cuando lo vi, estaba como borracho, despeinado, vestido apenas con un vaquero y una remera de algodón de mangas cortas y hacía frío...... Era Ricardo.

Lo hice pasar y se me tiró encima, me dijo que lo perdonara, que no había sido su intención mandarme la carta de intimación, que sabía que yo pagaría mis deudas , que el viejo tenía buena opinión de mi. Me callé.

Ricardo estaba borracho, muerto de frío, no sabía lo que hablaba, por lo que le dije, hoy te quedás acá, le saqué los zapatos, y asi vestido como estaba lo acosté en mi cama lo tapé y luego me tiré a su lado . Se quedó dormido y yo no me movía por temor a despertarlo.

Cuando me desperté , el estaba muy desnudo , agarrado a mi y caliente, porque percibí su pija entre mis piernas, me moví y el abrió los ojos, ojos color Ricardo, celestes dulces profundos, y entonces acercó su cuerpo al mio y nos abrazamos y nos besamos.

Nuestras piernas desnudas se entrecruzaron por debajo de las sábanas y las frazadas, y había entre nosotros tanta "piel" , tanta complicidad , tanta onda, que me pareció que hacía años que nos conocíamos , y le di un beso en la boca y el me lo devolvíó con intereses, y le di mas besos y le acricié los cabellos y el acarició mi pija, mis huevos, mi culo.

Y le chupé los pezoncitos oscuros, uno a uno hasta que se irguiron como pequeñas pijas duras y lamí su ombligo, su pija , sus huevos, y el me ofreció su culo y sin perder tiempo, le separé las nalgas y comencé a comerle el culo, despacito , suavemente, con mucha saliva para hallar su agujerito y comenzó a gemir y a gritar y a pedirme que se la pusiera, y se la metí sin asco hasta el fondo y el gritaba y yo seguía bombeando , hasta que resolví cogerlo como cogería a una mina, de frente para poder mirarlo a los ojos y compartir nuestro placer.. Se la saqué y puse sus largas piernas sobre mis hombros y dirigiendo mi pija hacia su ojete, lo penetré con ganas causándole un escalofrio, un temblor , una sensación de placer inigualable, que le produjo un grito que me sonó a sollozo único ,y definitivo.

Cuando acabamos, los dos dirigimos nuestras pijas hacia el suelo, para que nuestro semen se uniera por primera vez , como un río que desemboca en otro, como un río que se vuelca en un inmenso mar.

galansoy

Muchas gracias por leer mis relatos y por valorarlos. Escríbanme a galansoy@hotmail.com