El hijo de mi amigo

Juan el hijo de mi amigo se folla a Rosa mi mujer-Verídico

Hola de nuevo esta historia que os voy a contar, es totalmente verídica, y sucedió hace 3 días, aun creo que todavía tiene mi mujer Rosa, leche dentro del hijo de mi amigo.

Rosa mi mujer a pesar de sus 58 años, se conserva fenomenal, parece que tiene 35, su talla sigue siendo 60,90,60, es rubia de mechas, lo que le hace tener una cara de niña.

Yo ya tengo 60 años, y hemos tenido una vida sexual muy activa, ella se moja enseguida, y siempre hemos follado en los lugares más insospechable.

Pero a mi hace tres años me operaron de próstata y la cosa sexual se anuló completamente, por lo cual las únicas relaciones que tenemos son mediante un consolador que yo me cojo a la cintura simulando que es mi polla y así llevamos ya tres años.

Yo le comentaba a mi mujer si no le gustaría, tener dentro una polla de carne bien dura dentro y que la llenara bien de leche, ella me respondió que me quería mucho y no quería hacerme daño, a lo que yo le respondí, que a mí no me haría daño, que al contrario me gustaría verla a cuatro patas como yo la seguía follando con el consolador pero con un tío detrás viendo como le metía su polla, viéndola entrar y salir de su coño brillando de los jugos que ella echaba.

Ella un poco remisa acepto, diciéndome que ella llevaría la iniciativa, y que lo haría al ser siempre delante de mí y con el que a ella le gustara, que lo elegiría ella.

Bien pues el Sábado pasado había quedado en casa con Juan, hijo de mi amigo llamado Juan su padre que es amigo mío de la infancia ya que somos de la misma edad, para darle unos papeles para su padre, y habíamos quedado sobre la 1 de la tarde, Rosa mi mujer lo conocía es un chaval de 36 años de 1,90 cm bien parecido y muy simpático, y soltero, y siempre me había dicho que mi mujer parecía la hija de su madre siendo las dos de la misma edad, que estaba muy bien con la edad que tenía, yo sé que la miraba disimuladamente las veces que la había visto.

Rosa tenia la costumbre de andar por casa solo con una bata, sin nada de bajo, porqué de siempre sabía que a mí me ponía cuando, se le abría la bata y le veía los pelitos de su coño y alguna que otra teta.

Bueno pues sobre las 12,30, me dijo Rosa que bajara al supermercado a comprar algunas cosas, mientras ella recogía en la casa, yo le dije que, si llegaba Juan que lo atendiera ella, mientras que yo llegara, y le diera la documentación para su padre.

Yo tarde en volver una hora, entre la compra y que me paré con un conocido en un bar a tomar una cerveza, Juan me llamo sobre la 12,45 diciéndome que numero de piso era, y que me esperará volvía en media hora, él no se si de cachondeo o en serio me dijo” Y me vas a dejar solo con tu mujer” y yo le dije “ no me seas verde, que puede ser tu madre” y él dijo riéndose “bueno,bueno jaja”.

Sobre la 1.15 subí para casa al abrir la puerta   oí unos gemidos extraños, lo que me alertó e hizo que siguiera con sigilo.

Me asomé a nuestro cuarto, en y lentamente entreabrí la puerta. En ese momento me quedé de piedra.

Rosa estaba en la cama, desnuda, abierta de piernas al máximo, ofreciendo su bonito chocho, a Juan desnudo también, estaba de rodillas entre las piernas de Rosa, con una polla descomunal entre sus manos, a punto de clavársela .

Yo me quedé paralizado, un enorme rubor recorrió mi cuerpo, al principio pensé que, de enfado, pero enseguida me di cuenta que era de excitación, de todas formas, le había dicho que no había problemas

Ver a mi mujer, madura y con su cuidado cuerpo ofrecido al joven delgado y pollón me puso instantáneamente a mil.

La polla de Juan empezaba a entrar en el chocho de mi mujer .

Lo hacía con facilidad, porque Rosa estaba enormemente lubricada y caliente, rápidamente metió su enorme polla hasta el fondo en el chocho de ella.

A partir de ahí comenzó un feroz mete y saca que volvió loco de placer a los dos. Gemían, bufaban de gozo.

No me lo pensé, despacio y en silencio entré en la habitación. Juan estaba de espaldas y su cabeza me ocultaba de la vista de mi mujer.

Mi mujer se dejó hacer, siendo llevada al éxtasis, pues sabía que una ocasión así probablemente no se repetiría. Sin embargo, a partir de ese día si se repitió y cada semana.

Juan le hacía chorrear de la raja, mientras le metía un dedo en el culo, haciéndola chillar de pasión.

Luego le hacía probar sus propios fluidos, que le llevaba a la boca por medio de sus dedos embarrados previamente en su coño. Inmediatamente la besaba, para que entre ambos saborearan las secreciones, sin dejarle de meter dedo en el culo, lo que excitaba en gran medida a mí mujer, pues nadie antes la trató así.

Juan, encájame tu polla, le decía Rosa, totalmente fuera de sus cabales.

Juan la complacía.

Eres muy golosa le decía él, haciéndola sentir rejuvenecida, se el problema de Antonio y estas mal follada.

Juan ya se estaba corriendo abundante, sin intermediación alguna, pues no usaba condón, haciendo así el justo soltó su leche en el fondo del coño de mí mujer. Él lo hacía despreocupadamente pues, por la edad de la mujer, no creía que hubiese riesgo de preñarla.

Luego de un ligero descanso le dijo: como veo que eres un experto te voy a enseñar cómo se folla a una mujer, se lanzo al piso y sin pensarlo se empezó a agachar sobre su polla, al tocar con la punta de su polla la entrada de su coño se quedo ahí por un rato para hacerle sufrir, no aguanta más porque a Juan a penas se le aflojo y le dijo: métetelo por favor que no aguanto¡¡ y ella respondió: tienes que ser paciente!! Pero él no se aguantó y la tomó por la cintura y la empujó hacia su polla uuummm!!! Fue lo único que se oyó por parte de ella, y él gemí de placer, ella empezó a moverse y gemía, el ver cómo lo cabalgaba se excitaba más, mientras él apretaba sus tetas y se los pellizcaba los pezones  ella gemía cada vez más, en ese momento casi se corre pero se contuvo y siguieron, ella le dijo: échame tu leche otra vez en mi chocho, que ya sabes que lleva tiempo si regar jaja en ese momento su polla empezó a lanzar toda la leche en su chocho y todos sus jugos corriendo por su polla, habían tenido otra corrida juntos, ella cayo tendida sobre él  con su polla adentro.

Nos levantamos pero en el momento en que ella se levantó le pude ver ese rico culo, inmediatamente mi pene se erecto completamente, sin dudarlo, me fui por detrás de ella e intente metérselo por el culo, a lo que ella respondió y apretó las nalgas, yo le dije suavemente: vamos linda abre, ella se apartó de inmediato y me dijo que no porque por ahí nadie se lo había metido, yo no desistí y le dije: tú me desvirgaste y ahora tu tienes que darme algo virgen. Ella me dijo de nuevo no porque por ahí duele mucho, yo le insistía y le dije que, si era mala, y que además toda mi vida su culo era lo que me tenía loco, al final ella accedió, pero con una condición ella se pondría en cuatro patitas y ella sola comenzaría a metérselo, y yo acepte.

Ella fue a la cocina y trajo aceite el cual se esparció por su ano y luego lo regó por todo mi pene, entonces ella se puso en cuatro patas y yo apunte mi pene a la entrada de su ano, ella comenzó a introducírselo, solo llevaba mi glande adentro, cuando oí un quejido de dolor e intento sacarse mi pene, pero yo la tome por la cintura y se lo metí hasta las bolas, ella se quejó horriblemente y me dijo: maldito me partiste el culo uuummm…, él se lo dejo así metido para que su ano se dilatara, pero no la soltaba no podía dejar perder ese placer, luego comencé el mete y saca, lentamente pero ella seguía quejándose incluso empezó a llorar, y me decía: me duele mucho sácalo, sus quejidos se transformaron en gemidos de placer lo que me incito a seguir, ahora yo le decía: ¿has visto lo bueno que es?. En ese instante ella se corrió, pero Juan seguía y grito de placer, pasados unos segundos le echó otra vez su leche dentro de ella a lo que ella respondió con un gemido de mucho placer.

Juan sabia que los estaba viendo, y me dijo, “que Antonio ves lo que te digo, tu mujer es una maquina follando, y aunque tiene la edad que tiene el coño más suave y mojado que una chavala joven, si ella está de acuerdo y tú vengo y le doy ración de polla y leche la que quiera ”.

Y los dos a la vez dijimos de acuerdo, ven cuando quieras, aunque yo no este, verdad Rosa y mi mujer dijo ok de acuerdo que bien una polla joven y caliente que ilusión.

Yo le dije que a su padre no le dijera nada, que yo iría a llevarle la documentación y que, si quería que se quedara a comer en casa con ella, porque casi seguro que por la hora que era comeríamos su padre y yo juntos, y el dijo bueno pues de aquí a que vuelvas, me la abre follado unas pocas de veces más, tranquilo, ¿verdad Rosa?, Juan se río con felicidad, y con satisfacción, me despedí dándole la mano a Juan y un beso a mi mujer, con la polla de Juan en la mano para que no se le aflojara, la verdad que es un maquina follando según me conto después Rosa, pero esto será para el próximo.

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