El hijo consentidor, sorpresa para ella 1

Ahora el hijo de la señora Ayala quiere que ella termine embarrada de los fluidos de el y sus amigos

Después de lo sucedido con Samuel y Andrés yo me quedé con la cabeza bastante caliente, las imágenes de la señora Ayala tragándose los fluidos de mis amigos revoloteaban en mi mente, y estaba dispuesto a que aquello se repitiera, pero no sabía cómo, hasta que un viernes de nuevo la oportunidad apareció, cuando la señora Ayala me dijo que iba a asistir a una fiesta

-¿no tienes planes para ir hoy con tus amigos?

-no, para nada,

-bueno, por qué en un rato me voy a ir a una fiesta con la vecina

-esta bien ¿cómo a qué hora regresas?

-mmhhh...puede que hasta las dos o tres de la mañana, ¿quieres que te traiga pastel?

-claro,

-bueno, entonces me baño y me voy

la señora Ayala se metió a su cuarto y yo me quedé sentado frente al televisor, la verdad es que deseaba despejar mi mente pero me resultaba tan difícil, aún estaba bastante excitado con lo sucedido y no había nada que me tranquilizara saltaba de un canal a otro hasta que de pronto comencé a pensar, si la señora Ayala se trago los fluidos de mis amigos y los míos con singular alegría, por qué no hacerlo de nuevo, ¿pero como?, los minutos pasaban y la señora Ayala salio de la regadera y se fue a su recámara y cuando salió ya estaba lista para irse,

-ya me voy, te dejo algo de cenar en el refrigerador,

le contesté que si y después sin decirme más salió de casa, espere unos minutos y apague el televisor, estaba dispuesto a sacarme aquella idea de la cabeza, así que me fui hacia su cuarto y lentamente abrí la puerta y entre, pude ver qué su cama estaba destendida y había ropa de ella regada por todos lados, me fui directo al cesto de ropa sucia y saque una de sus pantaletas y la lleve a mi rostro, su olor me excitaba de sobremanera seguramente esa pantaleta era la que se acaba de quitar sin soltar aquella prenda me fui directo a su cómoda y comencé a hurgar entre sus cosas, había botes de crema, lápices labiales y todas esas cosas que usan las mujeres para maquillarse, pero aún no se me ocurría nada para satisfacer del todo mi morbo hasta que tome un bote de crema y cuando intenté levantarlo este se destapó y cayó en la cómoda regando un poco de crema, en ese momento se me ocurrió algo,

-la señora Ayala acostumbraba ponerse crema en todo el cuerpo, por qué no echarle un poco de semen en el frasco,

tan solo de pensar que la señora Ayala se embarraría mi semen en todo el cuerpo y que saldría así a la calle me ponía la piel chinita, así que comencé a observar los frascos y me decidí por las que decían crema corporal, tome el frasco y me fui al baño y comencé a vaciar su contenido en un recipiente, cuando el frasco quedó casi a la mitad, tome su pantaleta y para excitarme aún más comencé a pensar en lo que había sucedido con la señora Ayala y mis amigos, el recuerdo de ver cómo el semen escurría por sus pechos y sus piernas me excitaba de sobremanera y lentamente comencé a sacudir mi miembro, la imagen de ella limpiándose el semen con el dedo no la podía apartar de mi mente, y es que ese día se había comportado como toda una puta tragándose los fluidos de mis amigos sin poner pero alguno, continúe masturbándome y al cabo de unos minutos termine sobre aquel recipiente pero pensé que no solo deseaba llenar un frasco, así que fui por otra de sus prendas y continúe masturbándome y cuando pensé que ya tenía suficiente semen comencé a echar pequeñas gotas de semen e todos los frascos y después los volvía a llenar de crema y cuando al fin termine los lleve de nuevo a la cómoda y salí de si habitación, ansioso por que llegara el momento de que ella se untara sus cremas,

continuara,,,