El hermano
Una timida amistad que evidenciaba deseo.
EL HERMANO
A lo largo de nuestra existencia, reunimos personas que significan y significaran el aroma de lo especial, aquellas personas que no podremos olvidar porque su nombre su rostro y su ser, han marcado de una u otra forma nuestras conductas de vida, en esa gran alcancía depositamos la esencia de una diversidad de lo que somos.
Muchos de nosotros asociaremos familiares e ineludiblemente amigos, pero existe un grupo selecto con los que hemos compartido la fuerza interna de nuestra voz, aquellas personas en las cuales depositamos algo de nuestro espíritu con los cuales pretendemos compartir el sabor de su cuerpo y el olor de su sonrisa.
Cerca de mi casa vive mi mejor amiga y su hermano de 29 años, un joven alto de pelo negro tez muy blanca, la practica de karate y natación han hecho de su anatomía muscular digna de estudio, atlético y vibrante, sus dientes son grandes reflectores que al sonreír son capaces de darle luz a un ciego, sus ojos tristes pero hermosos guardan secretos que cualquiera desearía saber, su nariz esculpida por ángeles y su voz electrizante puede cristalizar al fuego, pero es tan melodiosa que puede calmar tormentas, su nombre Arturo.
En mi casa vivo solo, así que consigo refugio y compañía con mi agradable amiga, aquellas tardes y noches en las que solo el sonido de las hojas secas al caer me acompañan, los tres somos jóvenes llenos de emociones suficientemente fuertes capaz de generar electricidad para un tren, soy un joven de 27 años de piel blanca pero muy bronceada por el sol, mis ojos expresan la fuerza interna de mi corazón y mi cuerpo aunque no tan perfecto como el de Arturo es mas delgado pero definido.
Necesitaba esa energía que podía conseguir con ellos así que salí de mi casa a las 8 pm para buscarlos y tomarme un café, camine la cuadra que nos separaba, la noche era clara y brillante a pesar de no haber muchas estrellas la luna descubría las sombras nocturnas que de día se esconden, esas sombras parecían tener relación con las sombras de mi cabeza y con los sentimientos que escondía y guardaba hacia Arturo, en el existía ese catalizador que me atraía no solo a su cuerpo si no a su espíritu, pero a pesar de la intensidad de mis deseos esto no podría ser por los diferentes nexos de amistad que nos unía, su hermana y también por la evidente condición de ser del mismo sexo, ni en el, ni en mi existían señales que nos proporcionara ideas diferentes a ser buenos amigos.
Al llegar a casa de mi amiga, toque la puerta y algunos segundos después quien me atendía e invitaba a pasar era Arturo el hermano de mi amiga.
- Hola Arturo, que tal?, la noche esta clara hoy verdad?
- Hola Kike si esta clara, pero también fría, pasa, sigue adelante mi hermana no esta, pero adelante espera adentro.
- Gracias, Arturo
Entre a la casa, su hermana no estaba pero nuestra confianza era tal que seguí de largo al estudio encendí el televisor, Arturo se acerco a la entrada de la estancia y me dijo:
- Oye, estaré en la parte de atrás de la casa arreglando un computador de un amigo, estas en tu casa cualquier cosa que necesites me avisas mi hermana no tardara en llegar.
Me instale en el sofá, busque la posición mas cómoda y comencé a ver televisión, canal tras canal, minuto tras minuto, hora tras hora el sueño me venció y quede dormido, en medio de mi descanso sentí un leve toque en mi hombre y una susurrante voz que me decía:
- Hey heyyyy Kike, despierta loco
Abrí mis ojos y estaba el allí, Arturo a un lado, conteste:
- Que paso?, me quede dormido .
- Si ya veo, mira mi hermana me llamo hace rato, no vendrá hasta mañana en la tarde se quedara en casa de no se quien?, no me quiso dar detalles, seguro tu sabeeees, jejejeje para mi que es algún novio escondido que tiene.
- No vale, no creo, bueno no se nada, no me dijo . Jejej será? Que tienes razón Arturo, bueee es su vida al fin no?
- Si claro, respondió el.
- Creo que me iré así te dejo descansar
- Uhmmm sabes, si quieres no se bueno podrías quedarte acá, ya lo has hecho otras oportunidades me acompañas a cenar vemos alguna película y mañana vas a tu casa te gusta el plan?
Mire la hora eran las 10:30pm, le dije que me parecía genial me levante y fui a la cocina para ver que haríamos de cenar, cuando llegue ya estaba técnicamente todo listo, un apetitoso sándwich me esperaba, detrás de mi estaba el.
- Prepare algo mientras dormía siéntate
Sirvió la comida y nos dispusimos a comer, realmente pocas palabras cruzamos, yo estaba hipnotizando, admirando su belleza y aquel gesto conmigo, nuestras miradas cruzaban fugazmente parecían dos trenes en sentido opuesto cuando se encuentran en un punto de la vía cada mirada llevaba una velocidad que nos permitía vernos por pocos segundos, al terminar de comer me levante le di las gracias por su gentileza en preparar la cena, tome mi plato y luego el de el, una vez que había terminado empecé a ordenar la cocina, el solo se levanto y regreso a la parte de atrás de la casa, luego de terminar en la cocina me dirigí a donde estaba y le pregunte:
- Arturo, donde dormiré?
El estaba de pie frente a una mesa y un montón de circuitos, supuse que era la tarjeta impresa del computador.
- Ehhh pues no se, tranquilo ve a la habitación de huéspedes puedes dormir en la cama que quieras, estas ultimas semanas he dormido allá porque en mi habitación hay un fuerte olor a humedad, así que tal vez me aparezca en un rato, pero insisto no hay problema toma la cama que quieras.
Eran pasadas las 11 y media de la noche así que subí a la parte de arriba de la casa y me dirigí a la habitación de huéspedes, al entrar vi una cama matrimonial y una litera, pensé en tomar la litera pero como mi amigo me había dicho explícitamente que podía escoger, me fui hacia la mas amplia y cómoda, la cama matrimonial, todas tenían su cubrecama y sus almohadas, me quite la ropa la camisa primero, luego los zapatos, las medias y por ultimo el jean, quede cómodo en mi bóxer y listo para dormir, despeje la cama y entre en ella, cerré mis ojos y pensé que mañana un nuevo día vendría.
Ya había pasado algún tiempo, no sabría explicarles cuanto porque dormía, pero escuche los pasos de alguien que entraba a la habitación supuse que seria Arturo, sentí su calor cerca de mi pero luego volvió la sensación de frio, se había ido hacia la litera, escuche como su ropa caía al suelo y como la litera rechinaba cuando su peso empezó apoyarse en ella, en medio de mi aturdido sueño pensaba que era la primera vez en la que Arturo y yo dormíamos en la misma habitación y aparte estábamos completamente solos en la casa, miles de deseos me invadieron, pero yo no podía dejar que mis impulsos me controlaran y arriesgar la confianza que había adquirido por toda su familia y especial su hermana, así que debía olvidarme de ideas absurdas y tratar de dormir.
Al rato escuchaba como el se movía de un lado a otro en su cama, como si no pudiera conciliar el sueño, yo estaba renuente a despertar y verlo y mucho menos preguntarle que le ocurría, así que preferí ignorarlo hasta que el sueño me venció, no se cuanto tiempo transcurrió hasta que sentí un cálido aire sobre mi rostro, un aire que iba y venia como una brisa del desierto, no quería abrir mis ojos pero debía hacerlo, así que los abrí lo suficiente como para ver que pasaba.
Cuando abrí mis ojos y mi mirada enfoco, vi como unos dedos dibujaban mi rostro en el aire y vi reflejada mi cara en un par de hermosos ojos que eran los de Arturo, inmediatamente desperté sorprendido levante mi torso contra la cabecera de la cama, Arturo tan solo hizo un gesto de silencio con su dedo en su boca, le pregunte:
- Que pasa Arturo?
- Pasa lo que siempre hemos deseado, siempre lo he visto en tus ojos y a pesar de que yo esconda los míos, se que son mis peores delatores.
- De que hablas?
Con su hermosa mano tapo mi boca, y se monto en la cama encima de mi cuerpo, yo estaba paralizado ante la impresión, su cuerpo cálido y sudado podía sentirlo, era la primera vez que tenia a Arturo tan cerca, haciendo contacto con muchos poros de mi piel a la vez, con mi mano retire su mano de mi boca y lo bese no podía resistirme ante lo que había sido mi sueño de muchos años, el hermano de mi amiga, aquel hombre del que irremediablemente estaba enamorado y no recordaba desde cuando.
Ese primer beso fue una inexorable nevada en el desierto, una avalancha que derretía al fuego y congelaba mi cuerpo, su lengua era una afilada daga que cortaba mi sistema nervioso y me dejaba a su merced, descubrió mi cuerpo y en ese momento nuestros cuerpos empezaban a conocerse mejor, cada extremidad se acoplaba una con la otra como un perfecto engranaje, su lengua helaba mi piel y su inexplicable sabor era al de un campo de arboles frutales, una extraña mezcla dulce era su olor, aquel primer beso estaba llevando nuestros sentidos al máximo, no dejábamos de estudiar cada centímetro de nuestros labios, de nuestra boca.
Arturo continuo besando mi cuello, sentía cada exhalación de su nariz un cálido aire que rodeaba y embriagaba mi cuerpo, con la punta de su lengua dibujaba un camino hasta mi pecho, mientras tanto yo acariciaba su hermoso pelo y su espalda, dibujando con mis dedos las pecas que habían en ella, mis piernas se cerraban aprisionándolo y atándolo a mi, mientras el buscaba mejor acomodo para poner en contacto toda su piel con la mía.
En ese momento mientras, besábamos y acariciábamos nuestros cuerpos le dije:
- Ambos sabemos lo que pasara, no es necesario que te de permiso, ni tu ni yo hemos planificado esta maravillosa ocasión, así que aprovechemos este momento para aflorar eso que tanto hemos deseado.
Levanto su cabeza, sonrió, pero esta vez su sonrisa se transformo en la de un ladrón que había conseguido robar el mejor Picasso del museo y mordió mis labios, su cuerpo tomo forma y se tenso mucho mas, como queriendo demostrar su fuerza y que estaba ineludiblemente atrapado en el, entre nosotros no existían las sabanas solo nuestros cuerpos y nuestra ropa interior, sutilmente Arturo se deslizo a mi ombligo y lo beso, lo olfateo e introducía la punta de su lengua en el, yo seguía acariciando su espalda con la delicadeza de un pincel en el mas fino oleo, sus dientes comenzaron a bajar mi bóxer descubriéndome ante el, y cada vez aquella sonrisa se marcaba mucho mas, pero esta vez la sonrisa era compartida.
Mi bóxer termino en mis rodillas, termine de ayudarlo e hicimos lo mismo con el de el, entre ambos nos desnudábamos completamente, en ese momento sentí como ambos corazones aceleraban su ritmo, el mío por una mezcla de emociones indescriptibles, miedo, pasión, alegría, excitación, pero todas ellas me encantaban, el de Arturo tan solo el lo sabría.
Arrodillados en la cama nos besamos y tocamos nuestros cuerpos, sentíamos en totalidad cada poro como vibraba frente a la belleza del otro, mi pene claramente erecto tocaba el de el que estaba en igual estado, su vello púbico finamente cuidado debido a la natación lo hacia encantador, su tamaño, estructura y color el ideal, además se veía la fuerza que tenia se marcaban un par de venas, que parecían raíces que lo aferraban y le daban la dureza que exhibía. Bese su cuello y con la punta de mi lengua saboree su pecho, hasta llegar a su vientre, el cual tenía un aroma exquisito, una fragancia inigualable, parecía ser un campo de jazmín, que intoxicaba mi cuerpo al punto de necesitarlo.
Bese su vientre sus vellos, sus testículos, olfateaba cada intersticio de su piel, mientras tanto el besaba mi pelo y acariciaba mi espalda, no desaproveche la oportunidad de besar su pene, y con mi lengua hacer un mapa mental de el, mi lengua era una sonda que lo fijaba a mi mente, recorriendo cada espacio existente en aquel hermoso pene, metí mi lengua entre su prepucio y su glande cuyo color parecía el de una rosa fresca un rosado que solo era igualado por sus labios, mi lengua siguió excavando separando la piel de su glande, saboreando cada rincón, mientras el hacia gestos en su cara que evidenciaban placer.
Introduje la punta de mi lengua en el orificio de su uretra, lo hizo retroceder un poco pero luego se acerco, porque la sensación lo había dejado delirando, y empecé a sentir el sabor de su liquido preseminal, transparente que empezaba a lubricar su pene preparándolo para lo que vendría a continuación, mentí todo su pene en mi boca y succione como queriéndome apoderar de su alma, moviendo mi lengua de forma circular alrededor de el, su cara de placer me bastaba para estar excitado.
Me separo de su cuerpo y me levanto hasta su cara me dijo:
- Bésame Kike, me he perdido de ti por muchos años, pero hoy todo ha sido compensado
Nos besamos una vez mas, y suavemente el empezó a dejar caer su peso sobre mi, obligándonos a recostarnos nuevamente en la cama, en ese momento yo ya deseaba tenerlo dentro de mi así que una vez estando tendidos de nuevo, abrí mis piernas dejándolo caer en medio, el se levanto un poco y las tomos con sus fuertes brazos, para pasarlas encima de sus hombros a tal fin de tomar la posición que ambos necesitábamos, mis piernas quedaron suspendidas y su pene mirando hacia mi ano que estaba en dirección a el, acaricio un rato mi zona anal, haciéndole cosquillas con la punta de su pene, mientras reía y se acercaba por periodos cortos a darme besos entrecortados, mientras tanto yo tocaba sus glúteos apretándolos, acariciaba su pecho su abdomen casi perfecto, sus piernas y acariciaba su rostro, en el momento mas inesperado, sentí que algo se abría paso dentro de mi, fue cuando evidencie que ya estaba cogiéndome que se estaba apoderando de mi parte mas vulnerable y que yo estaba muy dichoso de que eso pasara, sentía que era una lanza de fuego que no solo me estaba cortando sino que también quemaba y cicatrizaba mi piel, no aguante y deje salir un gemido, al cual el respondió:
- Ya pasara luego sentirás placer, tranquilo bonito, yo no te haría daño.
El siguió hasta estar completamente dentro de mí, allí se detuvo esperando a que mi ano se acostumbrara y se dilatara, se hecho encima cuidando con sus dedos que su pene no se saliera, beso mi barbilla y me pregunto:
- Estas listo?
Con mi cabeza le dije que si, y en ese momento se levanto y comenzó a darme embestidas que empezaron a tocar mi próstata y me dejaban frio de la mezcla dolor placer que sentía, pero que poco a poco se transformaba en placer, sentía que su pene me perforaba el cuerpo, y ese inigualable calor lo sentía en todo mi cuerpo, mis piernas cansadas bajaron a su espalda, pero allí me abrace como un oso, no queriéndolo soltar ni ahora ni nunca, porque el placer para ambos era infinito.
El seguía dándome embestidas mientras cada vez se hacían mas fuerte, sus manos no dejaban de tocar mi pecho, mientras las mías solo alcanzaban a tocar su cara y mi mente se fijaba en las expresiones de su rostro, luego de una serie de vaivén su rostro cambio con mas intensidad y sus gemidos eran mas fuertes, su cuerpo se tensaba y mostraba su fina complexión, mientras lo tenia y no lo dejaba ir sentí que una cascada de lava ardiente bañaba mi ano, emitió un fuerte sonido desde su garganta y saco su pene de mi, tomándolo con sus mano y masturbándose mientras seguía brotando leche de el, el olor comenzó a inundar el ambiente de la habitación, su leche lleno todo mi pecho y salía por mi ano, se recostó encima de mi a besarme, su semen era un pegamento que nos mantenía unidos, el tomo mi pene y siguió masturbándome mientras me besaba, en realidad yo estaba inmerso en una serie de sensaciones inexplicables que solo podría repetirlas con el. Su cuerpo y sus movimientos encima de mi seguía masturbándome, hasta que el bajo a mi pene y lo metió a su boca en ese momento sentí un cálido abrigo que me cubría por completo, su lengua no paraba de barrer por todo el cuerpo de mi pene, y su boca provocaba una exquisita succión que me hizo llegar al clima y correrme, pensé que el se retiraría pero al contario siguió succionando como un becerrito, me excitaba y me parecía genial lo que ocurría, mi leche llenaba su boca y el estaba dichoso por eso, se acerco y me dio un beso suavecito en mi boca como queriéndome decir, esto ha sido lo mejor que he hecho, cayo tendido en mi pecho, ambos cerramos los ojos mientras nos abrazábamos y hacíamos caricias hasta quedar dormidos y encontrarnos en la mañana.
Cuando desperté, mire a un lado de mi cama y el ya no estaba, sobresaltado por el sueño que había tenido levante mi torso en la cama y lo vi en la litera descansando llevaba puesto su bóxer, mire mi cuerpo y estaba desnudo, el despertó me miro hizo un gesto de silencio con su dedo al llevarlo a su boca y sonrió.