El harem de Fernando (7)

Siguen las aventuras de Fernando. Conoce a una nueva amiga, y al final...

Lorena dejó el coñito de Marta sin rastro de semen. La lenta comida de coño que le hizo le provocó tres estupendos orgasmos. Fernando no dejó de besarla y acariciarla en todo momento. Los fuertes gemidos de cada orgasmo eran ahogados en la boca de su hermano, que la estuvo besando y acariciando todo el tiempo.

Cuando Lorena salió de entre las piernas de Marta, su cara estaba brillante, mojada. Miró a su hijo.

-Ummmm, cada vez me gusta más tu lechita...Y tomármela de un rico coñito es aún mejor. Marta, tienes que probarlo.

-Os quiero. A los dos -dijo Marta.

-Y nosotros a ti.

-Fernando, ya es hora que te vayas a clase.

-Pero mami

-No hay peros que valgan

-Jo.

Se dio una duchita rápida y se marchó. Las dos mujeres se quedaron solas.

-Tendré que empezar a tomar pastillas, mami.

-Será lo mejor, mi vida.

-Estoy impaciente por contárselo todo a Sonia. La voy a llamar.

-¿No prefieres ir a verla?

-Ummmm, sí. Mejor en persona.

La acompañó a la puerta y la despidió. Luego se fue al salón. Se sentía muy bien, y de repente, sin saber por qué, se encontró pensando en Miguel, su marido. Cuando se casó con él, lo amaba. Durante un tiempo fue un hombre estupendo. Ahora sabía que sexualmente no era ninguna maravilla, pero que coño, ella tampoco lo era. Antes se querían, y ella aún lo quería, pero sin saber porqué las cosas fueron cambiando, hasta llegar al ahora. No había pasión, y si aún quedaba amor entre ellos, no se manifestaba.

Qué diferentes hubiesen sido las cosas si él aún fuera como antes, cariñoso, divertido. Quizás entonces ella no se hubiese lanzado en los brazos de Fernando, y luego de Marta. No se arrepentía, pero quizás no le hubiese hecho falta. Se dijo, aún así, que toda la culpa no sería sólo de Miguel. Cuando sonó el timbre de la puerta dejó de pensar y fue a abrir. Era María.

-Hola preciosa. ¿Estás sola?

-Sí, pasa.

Cuando cerró la puerta, María la besó.

-Lorena!!!! Hueles a...hueles a coño!!

-Jajajaja. Pues sip!!

-Pero...¿Cómo..?¿De quién?

-Y no sólo eso. Además me he comido un riquíiiiiiiiiiiisimo pastelito de crema.

-La crema me imagino que la puso Fernando. ¿Pero y el pastel?

-Marta.

María miró a su amiga con la boca abierta. De mosquita muerta a reina del sexo incestuoso. Estaba muy sorprendida.

-Joder, Lorena, guapa. Que envidia me das.

-Tú tienes más amantes que yo, seguro.

-Sí, pero no en casa. Y no son mis hijos. Que morbo. He traído algo para ti.

-¿Qué es?

María abrió el bolso y sacó un vibrador mediano, de los lisos en forma de misil.

-¿Para mí?

-Para tu culito. Si Fernando te lo va a follar habrá que ir preparándolo.

-¿Quién te ha dicho que me va a follar el culito?

-Yo. Y además quiero verlo. Quiero ver como Fernando te da por el culo, como mete su enorme polla dentro.

-Eres una viciosa de cuidado, María

María se acercó a su amiga y metió una mano por debajo del camisón. Lorena no llevaba bragas, así que su mano acarició directamente el coñito.

-Yo seré una viciosa de cuidado, pero tú tienes el coño empapado sólo de pensar en como Fernando te rompe el culito.

-Ummmmm, sí....Esa enorme polla dentro de mi culete...

María mojó bien un dedo en la rajita de Lorena y luego se lo metió en el culito.

-¿Te gusta mi dedito en el culo?

-Agggg, sí.....

-Pues es un simple dedito...Ya verás cuando Fernando te clave su polla.

-Vamos..a...la cama...

Mientras se dirigían al dormitorio, María no sacó el dedo del culito de su amiga. Lorena se tumbó en la cama y abrió sus piernas.

-María, me puse muy cachonda viendo a Marta y Fernando amarse. Fue precioso, muy tierno.

-Me habría encantado verlo a mí también.

María se arrodilló al lado de Lorena. Cogió el vibrador y lo encendió. Lorena pudo oír el zumbido del aparato, y vio como su amiga lo acercaba a sus piernas. Acarició sus muslos con el frío plástico. Sintió las agradables vibraciones en su piel, que se acercaban a su sexo.

Su amiga pasó el vibrador por sus ingles. Ahora la vibración se transmitía a su coñito y le provocaba placer.

-Ummmm...que cosa más rica...yo quiero uno de esos.

-Esto sólo acaba de empezar.

Pasó el vibrador por la mojada y abierta rajita del coño de Lorena. Apretó sobre el inflamado clítoris. Ahora sí que sintió placer de verdad.

-Agggggggggggg

María movía el falo de plástico a lo largo de toda aquella encharcada rajita. El aparato se fue mojando. Lo dejó quieto, la punta apoyada sobre la pepitilla de Lorena, haciéndola vibrar. Cuando María se masturbaba con aquel vibrador, solía hacer eso. No lo movía. Sólo lo apoyaba contra su clítoris y conseguía unos estupendos orgasmos. Y Lorena estaba a punto también. Su coñito estaba abierto, los labios hinchados de deseo. De su vagina salía un hilillo de flujo transparente.

-María...que cosa...más... rica....Me ..corroooooo.

El cuerpo de Lorena fue sacudido por fuertes espasmos. María la miraba mientras se corría. Vio como cerró los ojos y como su cuerpo se tensó. Cerró las piernas fuertemente. Después de unos placenteros segundos, se relajó. María apartó el vibrador del clítoris, demasiado sensible tras el orgasmo.

-¿Te ha gustado?

-Ummmmm, ya lo creo...

-Date la vuelta. Ponte boca abajo. Tenemos que preparar ese bonito culo tuyo.

Cuando Lorena estuvo colocada, María le puso una almohada debajo, para que su culo quedara más en pompa. Se acercó a las nalgas y las separó. Ante ella quedó el pequeño agujerito.

-Tienes un culo precioso, Lorena. Vamos a lubricarlo un poco antes.

Le dio un beso en la nalga izquierda. Uno en la nalga derecha.

-Me haces cosquillas.

Lo abrió con sus manos y acercó la lengua. Lamió el ojete. Lorena empezó a gemir otra vez, mientras María le chupaba y lamia el culito. Notó que usaba mucha saliva, para dejarla bien lubricadita. Y entonces volvió a oír el suave zumbido del vibrador, que María había encendido otra vez.

-¿Lista?

-Sí....fóllame el culito...

Sintió como María apoyaba la fina punta contra su esfínter, y como apretaba. Su culito se fue abriendo y dejando paso al duro invasor. La vibración se le transmitía por toda la zona. Cuando el aparato estuvo más dentro y llegó a la zona más ancha, sintió un poco de dolor.

-Uf....me duele un poco.

-¿Lo dejamos?

-No....también me gusta..El dolor..se..va pasando.

Pasando y dejando sitio al placer. María se lo metió hasta donde pudo sin peligro de que se perdiera dentro. (Menudo numerito en el hospital si pasara eso!). Empezó a follarla despacito. Lorena, con los ojos cerrados, sentía como aquella cosa dura se abría paso dentro de ella. El placer era cada vez más intenso. Empezó a rotar sus caderas, haciendo que el vibrador la acariciara mejor aún

-María...me gusta...me gusta que me folles el culito...

-Pues ya verás cuando te lo folle Fernando. Te va a volver loquita de placer. Coño, yo no puedo más. Espera...

María se desnudó y se tumbó boca arriba en la cama. Lorena, con el culito en pompa la miraba.

-Ponte encima mía y cómeme el coño! No puedo más.

Lorena se puso en la posición del 69 y enterró su cara entre las piernas de María. Sin preámbulos, sin preliminares, empezó a la lamer aquella encharcada charca que era el coño de su amiga, que enseguida empezó a gemir. Lorena la acompañó en sus gemidos cuando María también empezó a lamerla a ella, y casi se corre cuando volvió a meterle el vibrador en el culito. Ahora le comía el coño y la follaba con el vibrador.

Las dos mujeres gemían, pero sus gemidos eras ahogados por el coñito de la otra. Las lenguas recorrían una y otra vez las rajitas, lamían y chupaban los endurecidos clítoris. Lorena no tenía un vibrador para su amiga, así que penetró su culito con dos dedos, provocando el orgasmo de María, cuyo coño empezó a manar en abundancia. Lorena recibió en su boca gran parte del rico líquido. El resto cayó por la rajita y las nalgas.

María se recuperó de su fuerte orgasmo y redobló sus caricias a Lorena, así como la cadencia del vibrador. En pocos segundos, Lorena era atravesada por un fuerte orgasmo, que María bebió con placer.

Las dos amigas terminaron agotadas. Lorena se dio la vuelta y quedaron cara contra cara. Se miraban y sonreían. Luego, se besaron.

-Te voy a dejar el aparatito. Úsalo de vez en cuando y en poco tiempo estarás lista para Fernando.

-Gracias. Que invento.

-De nada, guapa.

-¿Quieres a Fernando esta tarde?

-¿Tú qué crees? Pues claro que quiero. ¿Vendrás con él?

-No lo sé. Puede.

-Bueno, te dejo, que tengo cosas que hacer. Que no todo es follar. jajajaja

-Jajaja, no, no todo. Hasta luego.

Cuando Sonia le abrió la puerta a Marta, enseguida notó algo. Estaba radiante.

-Hola Marta, mi amor

Marta la abrazó y le dio un besazo en la boca. Le metió la lengua casi hasta la garganta.

-Martita..¿Qué te pasa?

-Ven conmigo.

La cogió de la mano y la llevó al sofá del salón. Se sentaron y se volvieron a besar. Sonia en casa no solía llevar bragas, así que cuando Marta metió su mano por dentro del pantalón de pijama que llevaba, acarició su desnudo coñito, que se iba mojando poco a poco. Se separó de ella y la miró a los ojos. Su dedo corazón iba y venía a los largo de la rajita del coño de Sonia. Con la yema del dedo acariciaba el clítoris y luego volvía a bajar, penetrando un poco en la vagina. Sonia empezó a gemir.

-Ummm, Marta...que...te...

-Anoche me acosté con mi madre.

Sonia abrió los ojos y miró, con la boca abierta a Marta, que le sonreía.

-¿En serio?

-En serio. Me vino a ver a mi cuarto. La acaricié como te estoy acariciando a ti ahora. Y ella a mí. Hice correr a mi madre con mis dedos.

-Y a miiiiiiiiii

Sonia tuvo un fuerte orgasmo. Su novia se había acostado con su madre. Esa idea la excitó mucho, haciéndola llegar al orgasmo con rapidez.

-Hay más.

-¿Más?

-Después nos comimos los coñitos la una a la otra, como lo hacemos tu yo tantas veces.

-Ahhhhh

Siguió masturbándola. Sabía que Sonia era capaz de tener muchos orgasmos si estaba muy excitada. Y ahora lo estaba.

-Sonia, mi amor. Me gustó tanto que mi madre se corriera en mi boca. Fue más que placer físico

-Agggggg mi vida...cómo me pones.

Marta la miró a los ojos. Ahora venía la bomba.

-Hay más.

-¿Más? ¿Más aún?

-Esta mañana me acosté con Fernando.

Un nuevo orgasmo atravesó el cuerpo de Sonia, que tuvo que cerrar los ojos mientras el placer se adueñaba de su cuerpo. Cuando pudo abrir los ojos, Marta seguía mirándola.

-¿Te...te gustó?

-Tenías razón. El sexo con un hombre es algo maravilloso. Me encantó.

-Mi vida, me hubiese encantado estar presente en tu primera vez.

-Estarás en mi segunda vez.

-Me lo prometes?

-Te lo prometo.

-Agggggg dime...dime como fue.

-Él estaba desnudo en la cama, tapado con una sábana. Se la quitó. Tenías razón. Tiene una polla grande. Era la primera que veo en vivo, pero la veía enorme.

-Tiene una buena...aggggggg tranca...

-Se la cogí y le hice una paja. Mi primera paja y se la hice a mi hermano. Estaba muy cachonda. Me gustó sentir su polla en mi mano.

-Agggg..se...se corrió?

-Uf. Sonia, tenías que haberlo visto. No paraba se soltar semen. Se llenó el pecho. Y  mi  mano. Me cayó un poco en un muslo y en el brazo. Me gustó sentir su leche caliente en mi piel.

-Ummmm, aggggg...que más...cuéntamelo todo.

-Quedó muy manchado, así que fue a buscar una toalla para limpiarme y limpiarlo. Pero a mí no me hizo falta. Mi madre me limpió toda la leche de Fernando, con la boca. Me dio un poco a probar. Ummm, estaba ..rica

Un nuevo orgasmo para Sonia, más fuerte que el anterior. A Marta le encantaba dar placer a Sonia. La amaba.

-Y después de limpiarlo, por fin, lo hicimos. Me la metió hasta el fondo, mi amor. Me sentí llena. Él no dejada de besarme, de acariciarme… y de follarme. Mi hermanito pequeño me estaba follando por primera vez. Metía y sacaba su dura y enorme polla de mi coño.

-Agggggggggg que rico....

-Sí, muy rico. Cuando se iba a correr quiso sacarla, pero no le dejé.

¿Se..corrió..dentro de ...ti?

-Ummmmm si Sonia, me llenó el coñito a topo de leche calentita. Cuando me sentí tan llena me corrí. Por primera vez en mi vida una polla me hacía correr. Sonia, me encantó. Gracias por animarme a que lo probara.

La besó. Se besaron con pasión.

-Marta..¿Qué sentiste con el coñito tan lleno de semen calentito?

-Ummmm algo muy rico. Pero no duró mucho.

-¿Por qué?

-Mi madre...mi madre se lo tomó todo. Me comió el coñito y se tomó toda la lechita de Fernando.

El orgasmo de Sonia fue el definitivo. Esta vez ya no podía más. Cerró sus piernas, señal para que Marta quitara su mano de su coñito. Sonia quedó acurrucada contra ella. Necesitaba reposar un buen rato. Marta se quedó allí con ella, acariciando su cabello y besando su frente de vez en cuando.

Al medio día, en casa de Lorena reinaba la alegría. Los tres estaban contentos. Hasta Miguel, el padre, se contagió de la alegría.

En un momento que estaban a solas, Lorena el dijo a Fernando que María lo esperaba por la tarde.

-Vente conmigo, Mami.

-No mi amor. Me quedaré en casa. Pásalo bien

María daba vueltas en el salón, esperando que llegara Fernando. Estaba tardando mucho. Cuando oyó el timbre, fue corriendo a abrir la puerta. Pero no era Fernando, era Marisa, una amiga.

-Hola María - dijo, pasando sin esperar a ser invitada.

-Hola Marisa.

-¿Vas a salir?

-No, esperaba a alguien.

-Ummm, otro de tus ligues, seguro. ¿Puedo mirar, verdad?

No era la primera vez que Marisa miraba mientras María se acostaba con alguno de sus amantes, ya fuera hombre o mujer. Sólo miraba y se masturbaba, nunca participaba. Decía que no quería serle infiel a su marido. Era un poco rara, la verdad. Y a María también le gustaba que la miraran. Era algo exhibicionista. Una voyeur y una exhibicionista. Buena mezcla.

-Claro, puedes mirar, si él está de acuerdo.

-¿Lo conozco?

-Sí

-¿Quién es?

En ese momento sonó otra vez el timbre.

-Ahora lo verás.

Cuando María abrió la puerta y Marisa reconoció al hijo de Lorena, la mandíbula inferior se le quedó floja y bajó unos centímetros debido a la fuerza de la gravedad. Que se le quedó la boca abierta, vamos!!!

-Hola Fernando. ¿Conoces a Marisa?

-Creo que sí. Alguna vez os he visto con mi madre. Hola Marisa

-Hola Fernando.

Él estaba un poco cortado. Venía a lo que venía y no se esperaba que hubiese nadie más. A lo mejor se iba ya y podría entonces echar un rico polvo con María. Pero no, no se iba. María le dijo.

-Fernando, a Marisa le gusta mirar. ¿Te importa que nos mire mientras follamos?

Marisa lo miró y puso cara de niña buena. Y además de poner cara de niña buena estaba buena. Si quería mirar, que mirase. Y se quería unirse, estupendo. Tenía un buen par de tetas.

-Por mí, encantado.

María se abalanzó sobre él y se morrearon. Las manos de él en las tetas de ella. Las manos de ella en su paquete, ya duro como una piedra.

-Marisa, mira lo que tiene este chico aquí guardado.

María se arrodilló delante de Fernando y le sacó la polla. Otra vez Marisa se quedó con la boca abierta.

-Vaya pedazo de polla!!!

Fernando sonrió, orgulloso, mientras María empezaba una lenta mamada. Marisa se llevó las manos debajo de la corta falda de que llevaba y se empezó a tocar, mirando como su amiga se comía aquella impresionante polla. La chupaba, la mamaba, la lamía, y se la pasaba por la cara. Vio como se la metía toda en la boca. María era una tragona, de eso no había dudas. Su garganta se distendía cuando la polla estaba metida hasta el fondo.

María se sacó la polla de la boca. La dejó completamente brillante de saliva. Se levantó y los tres se dirigieron al dormitorio, en donde estarían más cómodos. Marisa se quitó las bragas mientras Fernando, entre besos y caricias desnudaba a María y después de desnudaba él. Marisa se sentó en un pequeño sofá que había junto a la cama y abrió sus piernas, apoyándolas sobre los apoya brazos. Se empezó a pasar los dedos por su mojado coño mientras miraba como María empezaba a suspirar mientras Fernando le pasaba la lengua por la rajita del suyo.

Fernando de vez en cuando miraba a Marisa. Tenía el coño todo depilado. Parecía rico.

-¿Quieres que te coma el coño, Marisa?

-Ummm, no...no puedo...Sólo mirar, nada de...ummm.. tocar

-Como quieras.

Volvió a comerse el de María. En pocos minutos le estaba llenando la boca con sus abundantes jugos.

-Agggggggggg Marisaaaaaaa...eres...tonta...esta chico tiene una lengua estupenda..

-Ahora que te clave ese pollón que tiene.

-Fóllame Fernando, que vea esa tonta como se folla

Se la clavó de golpe hasta el fondo, haciende estremecer a María.

-Joder, vaya estacazo que te ha dado- comentó Marisa metiéndose dos dedos en la vagina y acariciando su clítoris con la otra mano.

Se le empezó a follar con fuerza. metiendo y sacando su polla bien a fondo. María, con los ojos cerrados por el placer no dejaba de gemir, de arquear su espalda. Fernando le mordió los pezones. Marisa tuvo su primer orgasmo. No dejó de mirar como el culete de Fernando subía y bajaba entre las piernas de María. Al rato se dieron la vuelta y fue María la que cabalgó a Ferando, mientras él le acariciaba las tetas. Marisa veía la polla del chico entrar y salir del coño del María. Debía de estar sintiendo mucho placer.

-Agggg vaya polvo que te están echando María...el mejor que he visto...que fuerza..aggggg..Ahora...Fernando...dale por el culo. Sé que le encanta.

-Tu amiga quiere que te folle el culito.

-Ummmm, pues habrá que contentarla.

Fernando se arrodilló en la cama mientras María se ponía a cuatro patas con el culito en pompa. Marisa se relamía, pues sabía que lo que iba a ver iba a ser espectacular.

-¿Dónde está la crema, María?

-No hace falta, ya tengo el ojete mojado..Métela ya...

Apoyó la punta de la polla contra el esfínter y empezó a empujar. Le costó meter la punta, pero a partir de ahí el resto entró con más facilidad. María iba meneando el culete a medida que éste se iba tragando centímetro a centímetro la dura barra. En poco tiempo, estaba toda dentro.

-Qué pasada, María. Te la ha metido hasta los huevos...

-Agggggggggggg lo......sé.....

-Venga, Fernando, ahora rómpele el culo a esa guarra.

Marisa estaba desatada. Nunca había presenciado una follada como esa. Fernando agarró a María por las caderas y empezó a follarle el culito bien duro. María gritaba, con un leve dolor, pero sobre todo por un inmenso placer.

-Agggggggggggg Me vas a partir en dos.....Dame más....

-Sí, sí, métele esa enorme polla, que se salga por la boca.

Fernando alucinaba. Aquellas dos mujeres no dejaban de animarlo a que le diera más duro. Pero él no quería hacerle daño a María, así que siguió a un ritmo más normal, hasta que vio como Marisa se corría, cerrando los ojos y arqueándose sobre el sofá, sin respirar y tensa, con los dedos enterrados en su coño. Tuvo una idea. Pasó una de sus manos por la cadera de María, llegando su coño. La masturbó mientras seguía follándole el culo. La doble estimulación logró hacerla estallar, llenándole la mano de jugos.

María cayó de bruces sobre la cama, con su cuerpo recorrido por fuertes espasmos. Fernando quedó de rodillas, y Marisa vio como su polla daba saltitos en el aire. Aquella cosa tenía vida propia.

Cuando María se recuperó y se dio la vuelta, también se fijó en la polla, esa polla que la había roto de placer.

-Cariño, tú aún no te has corrido. ¿Qué le apetece a mi niño?

Fernando le dijo algo al oído que Marisa no oyó. María sonrió y la miró.

-Marisa, será mejor que te desnudes.

-¿Desnudarme? Ya les he dicho que nada de tocar. Sólo mirar.

-No te va a tocar.

-¿Y entonces por qué tengo que desnudarme?

-Porque Fernando se va a correr sobre ti.

-Pe...pero..

-Nada de peros. No te va a tocar ni un pelo. Pero será mejor que te quites la ropa o te dejará perdida.

Marisa pensó un momento. Si no la tocaba, no había engaño.

-Vale.

Se desnudó en un periquete. No estaba mal la moza. Lástima que fuera así de rara con los de mirar y no tocar. Fernando se levantó.

-Bien, Marisa, ahora ven aquí. Arrodíllate delante de él.

-Uf, que morbo. Tengo otra vez el coño requetemojado.

La polla de Fernando quedó a la altura de la carita de Marisa, que la miraba, María se puso al lado de Fernando y le cogió a polla. Empezó a hacerle una paja, apuntando a la cara de su amiga, que llevó una mano a su propio coñito y se acarició.

-¿Se va a correr en mi cara?

-¿En tu cara? Se va a correr en todo tu cuerpo.

-Ummmmm

María se morreó con Fernando, aumentando el ritmo de la paja. Marisa los miraba y miraba la polla. Le hubiese encantado metersela en la boca, chupar aquella preciosa polla y tragarse toda su leche. Pero nada de tocar .

María notó que el chico estaba a punto.

-Se va a correr. Marisa, cierra los ojos.

Lo hizo. Se preparó para lo que venía. En su rostro se dibujaba una sonrisa.

El primer chorro, largo, espeso, le atravesó la cara, dejando un rastro blanco desde la frente a la barbilla. María acompañaba cada contracción de la polla con su mano, ayudándola a expulsar todo. Dirigió un chorro a cada mejilla, a su nariz, a sus labios. Marisa se estaba corriendo también al recibir aquella catarata caliente. Quería abrir los ojos y mirar, pero los tenía cubiertos de semen. Aquella polla seguía disparando. Oía los gemidos de placer de Fernando.

Cuando la carita de Marisa estaba bien cubierta, María apuntó y el resto de los chorros, cada vez con menos fuerza, los dirigió a sus tetas. Las dos recibieron un par de chorros.

El orgasmo de Fernando al fin terminó. Miraron su obra. Marisa estaba cubierta de semen, que goteaba de su cara sobre las tetas y bajaba en regueros hasta su depilado pubis. Marisa respigaba fatigosamente.

-¿Estoy … guapa?

Un poco de semen le entró en la boca. Se relamió.

-Marisa, jamás había visto a una mujer tan cubierta de semen. Qué pasada..

Se quitó el semen de los ojos y se miró al espejo.

-Dios mío!! ¿Todo esto salió de una sola polla?

-Vaya que sí.

-Pues menos mal que me desnudé. Me voy a dar una duchita...¡ DE AGUA!

-jajajaja

Al rato Fernando se despidió y se fue a casa. Cenaron bien los 4. Más tarde, cuando se despidió para dormir, al darle el beso de buenas noches a su madre, ésta le susurró al oído.

-Luego voy a verte.

Se miraron con picardía.

Como había hecho otras veces, cuando su marido empezó a roncar, Lorena sigilosamente salió de la cama y se dirigió al cuarto de Fernando. Pero esta vez Miguel no dormía. Se olía desde hace días que algo pasaba, así que al poco de irse su mujer la siguió. Supo a donde iba, pero se negaba a creerlo. Eso no podía ser. Era una abominación.

Cuando abrió la puerta del cuarto de su hijo, Lorena estaba desnuda en brazos de Fernando, besándolo con pasión. La mano de él entre sus piernas.

Con los ojos inyectados en sangre, Miguel les gritó.

-Pero por el amo de Dios. ¿Qué estáis haciendo?

CONTINUARÁ!.

Nota final: No se preocupen, esta vez el padre no se muere, jeje