El harem de Fernando (5)

Marta y Lorena se sinceran. Marta empieza a plantearse hacerlo con su hermano

Al medio día, Marta llegó a casa a comer. Encontró su madre en la cocina. Se acercó a ella, la abrazó y la besó en la mejilla.

-Te quiero, mami.

-Y yo a ti, cariño.

Por la mañana tan fría y ahora tan cariñosa. Quiso hablar con ella, pero en ese momento llegó su marido. Poco después, Fernando. Él le dio un casto beso en la mejilla, pero cuando nadie miraba, le cogió el culo. Lorena se le apartó la mano, divertida.

Después de la comida llamaron por teléfono. Lo cogió Lorea. Era María.

-Hola guapa.

-Hola María.

-¿Está Fernando?

-Sip.

-¿Me lo prestas esta tarde?

-María!!! Ni que fuera una cosa.

-No es justo que lo tengas para ti sola. Lo descubrí yo.

Si Fernando se iba con María, Lorena tendría oportunidad de hablar tranquilamente con Marta.

-Se lo diré. Si él quiere, y no creo que no quiera, esta tarde tendrás un guapo mozo para ti sola.

-Ummm, me mojo solo de pensarlo. Oye, si quieres vente con él y así te podrás tomar tu pastelito de crema.

-No creas que no me gustaría, pero esta tarde tengo que hacer otra cosa. Disfrútalo.

-No lo dudes. Lo voy a dejar sequito.

-Adiós.

-Chao.

Cuando su marido se fue a la oficina, Lorena fue al cuarto de Fernando. Se abrazaron y se dieron un besazo. Fernando puso sus manos en el culo de ella y la apretó contra él.

-Cariño, la que llamó antes era María. Está ansiosa porque vayas a verla.

-¿A verla?

-Jajaja, Bueno, a echarle un buen polvo. O dos.

-¿No te importa, verdad?

-Claro que no, tonto. Pasadlo bien. Ah, y pregúntale que qué hizo esta mañana.

-¿Qué hizo?

-Tú pregúntale.

La besó otra vez. Luego se fue a dar una ducha antes de marcharse a 'ver' a María. Cuando se marchó, Lorena se dirigió al cuarto de Marta. Tocó a la puerta.

-Soy mamá. ¿Puedo pasar?

-Claro mami.

Marta se estaba vistiendo.

-¿Vas a salir?

-Sí, a casa de Sonia.

-¿Podemos hablar entes?

Se sentó en la cama. Marta la miraba.

-¿Qué te pasa, cariño?

-Nada mami, de verdad. Ya todo está bien.

-Te conozco bien. Esta mañana había algo que te preocupaba. Y ahora parece que no. ¿Es por Sonia, verdad?

-¿Por Sonia?

-Sé que Sonia y tú sois más que amigas.

Marta se quedó sorprendida. No se lo esperaba

-¿Có...cómo lo sabes?

-Hay cosas que no se le escapan a una madre.

Marta se echó a llorar. Lorena la abrazó.

-Oh mami..¿Estás enfadada?

-¿Enfadada? Claro que no, mi cielo. Lo que me importa es tu felicidad, no con quien la obtienes.

Siguió llorando, pero ahora era de alivio. La tensión acumulada por años de secretos al fin era liberada.

-Tenía tanto miedo de que te disgustaras conmigo por como soy..

-Mi vida, jamás me disgustaría contigo por eso. Te quiero. A quien ames no me importa. ¿La quieres mucho?

-O si, mucho. Es una mujer estupenda.

-Parece buena chica.

-Mami, tienes que perdonarme. Tú no me has hecho el mínimo reproche a mí y yo...lo siento.

-¿Perdonarte? No te entiendo.

-Sé lo tuyo con Fernando.

Ahora la sorprendida era Lorena.

-Anoche te vi entrar en su cuarto. Casi entro a armar un escándalo.

A Lorena se le encogió el corazón.

-¿Te parece mal...lo mío y de tu hermano?

-En ese momento sí. Por eso esta mañana estaba tan fría. Pero luego Sonia me hizo abrir los ojos. Me hizo comprender que no soy quien para juzgarte. Sé que con papá las cosas no van.

-Hace tiempo que no.

-Todavía eres joven. Tienes derecho a...disfrutar de la vida.

-¿Aunque sea con mi hijo?

-Si los dos estáis de acuerdo, sí. No te había visto tan feliz en mucho tiempo.

-Él me hace sentir viva. Ummm, es maravilloso

-Me alegro por ti. Y por él.

-Si hace tres días me dicen que me iba a acostar con mi hijo y con...

Se le escapó. No quería decirle más.

-¿Con ? ¿Es que lo haces con otro más?

-Bueno...no exactamente...es con..otra.

-MAMI!! jajaja. Entonces eres como Sonia. Te gusta la carne y el pescado.

-Jajaja. Sip. ¿A ti no?

-No. Sólo soy de pescado.

-Ummm, pues deberías probar algún día un buen filete. Si está bien servido puede ser maravilloso.

-Eso mismito me dice Sonia.

-Bueno, tú prueba. Si no te gusta, pues vuelves al pescado! jajaja

-Jajaja.

Marta la abrazó. Luego le dio un beso en la mejilla. Madre e hija sonreían. Lorena le devolvió el beso, pero la besó en los labios. Se miraron a los ojos. Ninguna se atrevió a más.

-Bueno cielo, vete a ver a tu chica.

Lorena estaba contenta. Al fin se habían aclarado las cosas con Marta. Ya no tendría que esconderle nada a su hija, ni Marta a ella. Y la había besado. Había besado a su hija. Ella no se lo devolvió, pero tampoco la rechazó.

María estaba impaciente. Fernando no llegaba. Por fin, sonó el timbre. Fue corriendo a abrir la puerta. Casi tira a Fernando al suelo al tirarse en sus brazos.

-Casi no llegas, guapo.

Se lo comió a besos. Fernando puso sus manos en las generosas nalgas de María. Ella se arrodilló delante de él.

-Coño María, espera por lo menos a que cierre la puerta.

El ruido de a puerta al cerrarse coincidió con el ziiiiip de la bragueta de Fernando al bajarla María. En menos de 5 segundos la polla de Fernando despareció dentro de la boca de ella, que comenzó una estupenda mamada. Fernando estaba encantado de tener aquella bella mujer a sus pies chupándole la polla. Puso sus manos en su cabeza y se le empezó a follar por la boca. Se la metía hasta la garganta. María se la sacó y se la pasó por la cara. Al estar llena de saliva dejó su linda carita brillante.

-Vaya pedazo de polla que tienes, Fernando. Me llega a la campanilla.

Se la volvió a tragar. La polla entraba y salía de su boca con rapidez. María deseaba hacerlo correr rápido para llenarse la barriguita con su rica y abundante leche. Pero Fernando ya se había corrido ese día dos veces y no quería terminar tan pronto, así que la hizo levantar.

-Hey!!! Quiero mi premio. Quiero tu leche.

-Después. Vamos a la cama.

Lo agarró por la polla y lo llevó al dormitorio. Cayeron. No, se tiraron en la cama. María no soltó en ningún momento la polla, no se le fuera a escapar. Sus bocas estaban pegadas. Los labios abiertos y las lenguas acariciándose. Fernando metió una mano por debajo de su falta y le tocó el coño.

-No llevas bragas.

-Agggg, no...¿Para qué? ¿No me las ibas a quitar?

-Mi madre me dijo que te preguntara que qué hiciste esta mañana.

-Cabrona.

-¿Qué hiciste esta mañana, María?

-Me bebí tu leche de su coño.

-¿Le comiste el coño a mi madre?

-Sip. Y ella a mí. Aunque el mío no tenía crema.

La polla se le puso más dura.

-Joder! Que morbo. Me hubiese gustado verlo.

-¿Te gustaría follarnos a las dos juntas?

-Claro. Oye, eres una tragona! Esta mañana ya te tomaste mi leche y querías más.

-Es que me encanta. Y tienes tanta...Ummmmm.

Le quitó el vestido, dejándola desnuda para él. Después se quitó él la ropa. Los dos cuerpos se pegaron. Con sus cuatro manos fueron recorridos, acariciados. Fernando le pidió a María que se diese la vuelta, que se pusiese boca abajo. Él se arrodilló a su lado.

Primero le besó el cuello mientras acariciaba sus hombros. María cerró los ojos. Aquellas suaves caricias le encantaban. Este maravilloso chico no dejaba de sorprenderla. En vez de abalanzarse sobre ella y follársela, como solían hacer otros ( cosa que le encantaba, todo hay que decirlo), Fernando la estaba amando sin prisas, con mucha ternura. Se dejó hacer. Sintió sus labios en su espalda, sus manos en su cintura, y después, en sus nalgas. Las caricias eran suaves, la hacían estremecer. Ronroneaba como una gatita.

Cuando la mano de Fernando se metió entre sus muslos, ella abrió un poco las piernas y levantó un poco las caderas. Fernando le acarició el coñito desde atrás. Acercó su boca a su oreja. Le susurró.

-Estás muy mojada.

-Ummmmm es por ti, cariño... me excitas como nadie

La masturbó un poco, haciéndola gemir de placer. Sus dedos se mojaron con sus flujos. Llevó su dedo corazón a su culito. Acarició el agujerito con la yema, mojándolo. María se mordió el labio inferior.

-Agggg, que rico...sigue...

Metió la puntita del dedo. Más gemidos. La empezó a meter y sacar. Cada vez entraba más adentro.

-¿Te gusta?

-Me encanta...mete otro dedito.

Ahora eran los dedos índice y corazón los que le follaban delicadamente el culito. María sentía un gran placer. Como ella tenía las caderas levantadas, Fernando pudo meter su otra mano por debajo y llegar a la rajita del coño. La acarició mientras seguían entrando y saliendo con los dedos.

-Aggggggggggggg

En menos de un minuto la mano de Fernando se mojó. María se corrió con sus caricias. Los dedos de las manos y de los pies se agarrotaron cuando todo su cuerpo se tensó. Cayó sobre la cama, respirando agitada. La mano de Fernando quedó empapada.

-Que placer Fernando...eres...maravilloso.

-Eres mi primera mujer. Eres...especial.

Ella lo miró. Nadie le había dicho nunca que era especial. Lo besó. Rodaron por la cama entre besos y caricias. María quedó encima de Fernando. Entre sus piernas quedo la polla. La quería dentro. La necesitaba dentro. Se levantó un poco, la cogió con la mano y la puso en la entrada de su coño. Se dejó caer despacito.

-Aggggggg

Aquella dura barra de carne se clavó hasta el fondo de su vagina. Se quedó quieta, sintiéndose llena. Cerró los ojos y movió sus caderas, haciendo que la polla acaricia las paredes de su coñito. Fernando llevó sus manos a sus tetas y se las acarició, atrapando entre sus dedos los duros pezones.

María empezó lentamente a subir y bajar, haciendo que la dura polla entrara y saliera de ella.

-Ummmm, cariño..como te siento dentro de mí. Nunca me había sentido tan llena. Tu polla me vuelve loca.

-Me encanta follarte, María...Eres tan caliente, tan sexy.

Ella empezó a moverse más aprisa. Sus abundantes jugos vaginales mojaban la polla y los huevos de Fernando. Subía, bajaba, se restregaba. Estaba a punto de volver a correrse cuando se dio cuenta de que había algo que a ella le gustaba mucho y que aún no había hecho con Fernando. Le daba un poco de miedo por el tamaño, pero eran más las ganas.

-Fernando....

-Ummmm

-Aún no me has follado el culito.

El culito de María era precioso. A Fernando le parecía muy deseable, pero no se atrevió a pedírselo. Ahora era ella la que se lo pedía.

-Me encantaría follarte ese precioso culito que tienes

-¿Te gusta mi culito?

-Ummm, ya lo creo.

-Es todo tuyo.

María se puso a cuatro patas sobre la cama, con el culito en pompa.

-Busca en la mesilla de noche. Hay un tubo de crema. Lubrícame un poco, que nunca me han metido por el culito nada como lo tuyo.

-¿Estás segura? No tenemos que hacerlo si no lo estás.

-Lo estoy. Dame por el culo. Méteme toda esa polla, hasta el fondo. Y llénamelo de leche calentita.

Fernando encontró la crema. Se puso detrás de María. Aquel culito ofrecido era precioso. Veía el ojete, apretadito, y la rajita del coño, húmeda, brillante. Se puso un poco de crema en los dedos y acarició el ojete. La esparció bien. Apretó con dos dedos. Gracias a la crema entraban con mucha facilidad. Los pudo meter hasta el fondo. La folló un poco con ellos, para ir dilatándola. Incluso movía los dedos en círculos. María tenía la cabeza apoyada en una almohada y los ojos cerrados. Si aquellos dos dedos le daban tanto placer, cuando le metiera la polla se iba a morir de gusto.

También se puso crema en la polla. La embadurnó bien.

-¿Estás lista?

-Sí

Puso la punta de la polla contra el esfínter. Apretó y la cabeza entró. María se estremeció.

-Agggggggggg métemela toda. Hasta el fondo...Fóllame el culo.

Empujó más. Veía como poco a poco la polla se iba clavando en el culo de María. Era una visión muy excitánte. Cuando tenía la mitad dentro, se paró.

-¿Sigo?

-Agggggggg Todaaaaaaaaaa

Ella misma empujó hacia Fernando, haciendo desaparecer toda la polla dentro de ella. Su culo hizo tope con el pubis de Fernando.

-María, tienes...ummmm... toda mi polla dentro de tu culito.

-Ahora sí que me has llenado. Nunca...ummm...había sentido nada...así...

-Uf, que apretadito lo tienes. Siento como me atrapa la polla.

-Fóllamelo despacito...despacito....

Puso sus manos en sus caderas y empezó, como ella había pedido, a follarla despacito. Sacaba un poco la polla y la volvía a meter. El gustito que le daba aquel caliente y apretado culito era inmenso. Cada vez la sacaba un poco más, hasta que llegó a sacar la mitad de la polla. El culito se fue acostumbrando al tamaño del duro invasor.

-Ummm que rico Fernando...que rico....ahora..más aprisa...fóllame bien.

María llevó una de sus manos a su coñito y se masturbó mientras sentía como  Fernando la empezaba a encular en serio. Ahora se movía más rápido. La penetración era profunda. Aquel pistón que entraba y salía de ella la estaba matando de gusto.

-Más fuerte, más fuerte..Párteme en dos...Agggggggggggggg

-¿Te gusta que te de por el culito?

-Me encanta, cariño. Me encanta sentir tu enorme polla taladrándome toda.

Los dos amantes se estaban aproximando al orgasmo. La combinación de la polla de Fernando entrando y saliendo con fuerza de su culito y sus dedos en su clítoris era más de lo que María podía soportar. Empezó a tener espasmos de placer por todo su cuerpo hasta que estalló. Sus músculos se contrajeron, incluidos los de su culito, que se cerraron con más fuerza alrededor de la polla de Fernando, llevándolo a él también a un fortísimo orgasmo.

-Me corro Mariaaaaaaaa.

Ella no pudo hablar. Estaba en medio de su orgasmo. Sólo podía sentir. Con los ojos fuertemente cerrados  notó como la polla de Fernando se tensaba más aún dentro de ella y como de repente algo caliente la invadía. La corrida de Fernando fue como todas las de él, abundante y caliente. La llenó por dentro, prolongando su placer.

No pudieron soportarlo y cayeron sobre la cama. La polla, que iba perdiendo su dureza, se salió del culito. Fernando la abrazó desde atrás.

-María...me ..has...vaciado.

-Ummm y tú me has llenado. Aún siento tu leche dentro....

Estuvieron un rato abrazados, recuperando el aliento. María cogía el brazo de Fernando, que la abrazaba. Aquel chaval, además de darle mucho placer la hacía sentir muy bien. La trataba con cariño y con dulzura. Se la follaba con fuerza y cariño a la vez.

Sonó el teléfono. Reconoció el número.

-Es tu madre- dijo cogiendo el aparato.

-Hola María.

-Hola Lorena. Casi no puedo ni hablar.

-Ummm, así que os lo habéis pasado bien, eh?

-Uf, como nunca. Este hijo tuyo es terrible.

-¿Le dijiste lo de esta mañana?

-Sí. Está deseando follarnos a las dos a la vez.

-Ummmmmm y yo... ¿Tienes el coñito lleno de crema?

-Pues no. Lo que tengo lleno es el culete.

-¿Te folló el culito?

-Wow! Sí.

-Coño. ¿Cómo te pudo meter ese pollón?

-Bueno, no era mi primera vez.

-¿Da gustito?

-Uf, no lo sabes tú bien. Tienes que probar.

-Quita, quita, que me lo rompería! jajaja

-Ya me encargo yo....Agggggggggg

-¿Qué te pasa?

-Me está comiendo el coño....

-¿Es que no se cansa nunca?

María siguió hablando con Lorena mientras abría bien sus piernas.

-Ummm Fernando.. que lengua tienes...Lorena....Tu hijo me va a hacer correr otra vez con su boquita.

Lorena oyó que Fernando decía algo. Pero no lo entendió.

-¿Qué dice?

-Dice que en cuanto termine conmigo va a ir para casa a comerte el tuyo. Que se lo mantengas calentito.

-Ummm, dile que ya lo tengo calentito y mojado. Que no tarde.

Lorena se masturbaba mientras oía los gemidos de María. Cada vez gemía más fuerte hasta que dio un grito. Se estaba corriendo en la boca de Fernando, que se bebía con gusto todos sus jugos. Oyó besitos. Luego Fernando le habló por el teléfono.

-Mami, voy para casa a comerte el coñito.

-No tardes mi amor.

..

-Lorena, voy a descansar un ratito. Fernando me ha dejado hecha polvo. Disfrútalo. Hasta mañana

-Hasta mañana, Guapa.

Cuando Marta entró en casa de Sonia la abrazó con fuerza. Estaba feliz.

-Sonia, mi madre sabe lo nuestro.

-¿Sí?

-Sí....y no se ha enfado...Me dijo que no le importaba mientras yo fuera feliz.

-Te lo dije. Tu madre siempre me pareció una mujer inteligente. Deberías habérselo contado antes.

-Bueno, no se lo conté. Ella me lo dijo. Me dijo que ya lo sabía.

-Lo que te dije. Una mujer inteligente.

-¿Y sabes? Ella también me animó a que probara con un hombre!!

-Jajaja. Cada vez me gusta más tu madre.

-Me...me besó.

-¿En la boca?

-Sí.

-¿Qué sentiste?

-No lo sé. Me...gustó. Luego nos miramos pero ninguna se atrevió a más.

-Ella se acuesta con tu hermano. ¿Te acostarías tú con ella?

Marta no contestó. Sonia vio la respuesta reflejada en sus ojos. No quiso presionarla, así que cambió de tema.

-Marta, tengo el hombre perfecto para ti.

-Y dale. ¿Quién es? Sólo por curiosidad.

-Tu hermano.

-JA!. Lo sabía. ¿ Y qué te hace pensar que él se acostaría conmigo?

-Se acuesta con tu madre, no?

-No tiene nada que ver. A lo mejor no le gusto.

-Pero si eres preciosa.

-No todo es el físico, Sonia.

-Bueno, además me lo dijo él. Que si tú querías él estaría encantado.

-¿Qué te lo dijo? ¿Cuándo lo has visto?

-Esta mañana. Además....me acosté con él.

-Joder Sonia. Al final te lo follaste.

-Hacía tanto que no estaba con un hombre...Ya sabes que siempre me gustó tu hermano. ¿Estás enfadada?

Marta puso cara de enfado. Sonia se asustó. Luego Marta se rió.

-Jajaja, que carita has puesto. Ya te dije que no soy tu dueña. Mientras no me ocultes nada no me importa. Espero que al menos lo hayas pasado bien.

-Marta, ningún hombre me había hecho gozar tanto como tu hermano.

-Ummm, no, si al final me vas a convencer para que pruebe.

CONTINUARÁ