El harem de Fernando (14) y final

Finalizan las aventuras del semantal Fernando. Gracias a todos los que las han seguido

María dejó de tocarle la polla a Fernando. Tenía en mente en donque quería la primera corrida.

-María, Fernando me ha follado sin correrse y es verdad que lleva empalmado todo el día. Seguro que tiene los huevos bien llenitos.

-Mejor, por que me debes un pasatelito de crema, recuerdas?

-Sí! jejeje, te vas a empachar.

-Jajaaja, no creo. Ya sabes que soy una golosa. Bueno, Fernandito, ya sabes lo que tienes que hacer. Te follas a tu madre y le llenas es coño de leche para que yo me la tome toda.

Fernando abrazó a su madre y la beso.

-Para mi será un placer.

Se fueron al dormitorio principal. Los tres estaban muy cachondos, especialmente Fernando. Se desnudaron deprisa. Las mujeres miron la polla.

-Joder...juraría que te ha crecido - dijo María

-Uf.. sí..nunca la había visto así...casi da miedo.

-Es que estoy muy cachondo...No sé si aguantaré mucho.

-Eso no importa - dijo María - tú llenale bien el coño a tu madre que ya me encargo de ella.

Lorena se acostó en el centro de la cama, con las piernas bien abiertas, esperando a que su hijo la follara. No hacían falta preparativos. El coño ya era una lago. Abrió sus brazos a Fernando.

-Fóllame mi amor...

Se arrodilló entre las piernas de su madre. María miraba la escena acariciándose. Vio como Fernando apoyaba su enorme polla en la entrada del coñito de Lorena y se dejaba caer sobre ella, enterrándosela toda.

-Aggggggg...que.....ricoooo

Lorena se sintió llena. Su amado hijo le había metido toda su hermosa polla. Fernando tenía su cabeza al lado de la suya, besando su cuello. No se movía. Temía que si se movía se correría sin remedio. Había sido demasiado tiempo de excitación. Además estaba con su bella madre y con María. Lorena lo acarició y le dijo al oío:

-Mi amor..fóllame..

-Mami...si...ummm me muevo me correré....

-Hazlo mi vida...hazlo...lléname de ti...No te preocupes por mi....córrete...

Fernando se apoyó en sus manos, así podía mirar a su madre. Sus ojos fijos el uno en el otro. Empezó a moverse. El placer que sentía era maravilloso. Lorena puso sus manos en las caderas de su hijo, ayudándolo en sus acometidas. Notó en su cara que estaba a punto de correrse. El orgasmo de Lorena estaba aún muy lejos, así que podría poner todos sus sentidos en el orgasmo de su hijo. Apretó los músculos de su vagina, atrapando la poderosa polla que la penetraba.

Fernanda casi pudo sentir como su semen salía y se mezaclaba en la próstata, para salir disparado a lo largo de su uretra en lo más profundo de su madre. Ella sintió la caliente explosión en el fondo de su coño. Seguida de una segunda, una tercera. Sentía como la lava caliente, espesa, de su amado hijo la iba llenando.

Y María veía como las nalgas de Fernando se contraían con cada cañonazo lanzado dentro de Lorena. Vio como el coño de su amiga empezaba a rezumar una mezcla de semen y jugos vaginales. Y Fernando seguía corriendose. Todo el semen acumulado en tantas horas de excitación por fin era expulsado en oleadas de placer. No recordaba haberse corrido tan abundantemente jamás. Y todo el tiempo, su hermosa madre lo miraba, con una sonrisa en los lindos labios.

Cuando el último chorro fue lanzado, Fernando esperó unos segundos antes de retirarse y acostarse al lado de su madre, que girando la cabeza lo besó. Dejó las piernas abiertas. Ahora era el turno de María, que mmiraba su coño como hipnotizada. Estaba muy mojado, con los labios hinchados por el deseo, y de su vagina iba saliendo un hilillo de semen, que bajaba por su muslo hasta las sábanas.

-María...estás desperdiciando la crema..

María salió de su trance, y se lanzó hacia aquel tentador coño. Lo primero que hizo fue poner su boca en la entrada de la vagina de Lorena y sorber. Su boca se llenó de semen y de los jugos de Lorena. Los saboreó y se los tragó. Luego pasó la lengua a lo largo de la hendidura de su amiga hasta llegar al clítoris.

Lorena gemía de placer en la boca de Fernando, que acariciaba sus mejillas. María lamía y chupaba el clítoris unos segundos y volvía a la vagina, en donde recogía otra bocanada de rica leche. La saboreaba antes de tragarla.

Lorena le dijo algo al Fernando al oío. Entonces se lavantó y se puso detrás de María, que estaba acostada boca abajo entre las piernas de Lorena. La cogió por las caderas y la hizo poner el culito en pompa. En ningún momento dejó de chupar el coño de su amiga.

Maróa noto como Fernando le abría las nalgas y le pasaba la lengua por el anito. Eso significaba que se la iba a follar por el culo. Que le iba a meter su enorme polla en su culito. Eso hizo que se comiera el coño de Lorena con más ganas, haciendo que su amiga estallara en su boca. La puso una vez más en la entrada de la vagina. El orgasmo de Lorena llenó una vez más la boca de María con la rica mezcla de semen y sus jugos, aunque cada vez el semen era menos abundante.

Todavía seguía Lorena con las contracciones de su orgasmo cuando María sintió como su culo era atravesado por el pollón de Fernando. El grito que dio se ahogó en el coñito de Lorena.

-Eso es, hijo mío..Rómpele el culo a esa zorrita...¿No quería polla? Pues dale polla

Fernando agarró las caderas de María y la enculó fuerte y rápido. María estaba encantada. Sentía la polla entrar y salir de ella y delante tenía el rico coño de Lorena. Le iba a enseñar lo que era comerse un coño bien comido. Puso el hinchado clítiris entre sus labios y lo chupó fuerte, dándole golpecitos con la lengua. Lorena no lo resistió y volvió a correrse. Prácticamente ya no echó nada de semen en la boca de María, sólo sus propios jugos. Apretó la cabeza que la chupaba contra ella y restrogó su coño por la cara de su amiga.

De repente, María dejó de lamerla. La miró. Tenía los ojos cerrados y una expresión de máximo placer en la cara. Se estaba corriendo. Fernando la estaba haciendo correr follándola por el culito. Cuando él sintió las contracciones del orgasmo de María en su polla, arreció en sus embestidas. Se la clavaba hasta el fondo y se la sacaba hasta que sólo la punta continuaba dentro, pera volver a clavarsela hasta el fondo.

Al terminar su corrida, María sintió flaquear sus piernas y cayó hacia adelante, quedando su cabeza apoyada sobre las tetas de Lorena, que llevó sus manos a su cabello y lo acarició.

Fernando se quedó mirando a las dos bellas mujeres. María, su primera mujer. Lorena, su madre.

-¿Queréis algo? ¿Agua?

-Si, traeme un vasito de agua - pidió su madre.

-Yo nada...me has dejado echa polvo, bandido.

Cuando regresó con el agua, las dos mujeres se estaban besando. Cada una tenía una mano en el coñito de la otra. Dejó el agua en la mesita de noche y se sentó en el sofá a mirar. Se agarrró la polla y empezó a hacerse una lenta paja. Aquellas dos preciosidades que se besaban y se acariciaban eran una visión muy sensual.

Miraba los dedos de su madre entrar y salir de la vagina de María para luego subir y acariciar su clítoris. María hacía lo mismo que el coño de su madre. Al poco rato, las mujeres formaron un placentero 69, quedano Lorena encima y María bajo ella.

En la habitación sólo se oían los gemidos de las dos mujeres y el ruido de sus lenguas al lamerse la una a la otra. La polla de Fernando empezó a echar el transparente líquido preseminal, señal de que estaba listo para volver a follarse a una de las mujeres. La más cercana era su madre, así que se arrodilló detrás de ella y la penetró por el coño. María le chupó los huevos mientras él se follaba a su madre. Estaba impresionada al ver aquella enorme polla desaparecer el coño de Lorena, que no dejaba de lamerle y de chuparla.

Fernando sacó la polla, brillante de los jugos de su Madre, y la acercó a la boca de María, que la abrió, echando la cabeza hacia atrás. Fernando empujó y gracias a la postura, consiguió meter toda su polla en la boca de María, que la sentía en su garganta. Le costaba respirar, pero él no la mantubo tan dentro mucho tiempo. La sacó y la volvió a meter en el coñito de su madre, follándola más fuerte cada vez.

Repitió la operación varias veces. Follaba la boca de María y luego el coño de su madre. Al poco tiempo consiguió que su madre se corriea gracias a su embestitas y al dedo que le había metido en el culito. Las fuertes contracciones del coñito que lo trajo al mundo le hicieron también a él correr. Sacó su polla del coño de su madre y la metió en la boca de María, pero no al fondo, sino en la entrada, para que pudiese recoger toda su leche sin problemas. La conocía muy bien y sabía que no se la tragaría..aún.

El orgasmo de María coincidió cuando sintió su boca llenarse de la caliente leche de Fernando. La lengua de lorena se movía en rápidos golpecitos sobre su clítoris...

Fernani vio como por la comisura de los labios de María espapaba un poco se semen, pero no la había oído tragar. Hizo a su madre ponerse de rosillas en la cama. María también se puso de rodillas. Tenía los mofletes hinchados. Tenía la boca llena de semen. Se acercó a Lorena y la besó. Abrieron sus labios y sus lenguas se lamieron entre un mar de caliente semen. Fue un beso húmedo, muy húmedo. Las dos mujeres compartieron la rica leche de Fernando, que miraba la excena embelesado. Paracían dos gatitas compartiendo un vaso de leche.

La poca que cayó por sus barbillas fue rapidamente lamida y tragada por las mujeres. Cuando terminaron, miraron a Fernando y sonrieron. El les devolvió la sonrisa. Su polla al fin descansaba, a media asta, entre sus muslos.

-¿Me haceis un hueco?

-Claro, semental mío.

Se acostó entre las dos mujeres. Pasó los brazos por debajo de sus cabezas y ellas se apoyaron sobre su pecho. Lo acariciaban dulcemente.

-María, a que no sabes aquien se folló esta mañana mi niño

-MAMA!!! Que lo prometiste...

-Jajaja, nunca te lo vas a imaginar, María.

-A Marisa - respondió María sin dudarlo.

Fernando estaba estupefacto. ¿Cómo lo sabía? Seguro que Marisa no se lo había dicho.

-¿Cómo lo sabes? - le preguntó.

-Por la manera en que te miraba la polla cuando te corriste es su cara. Era una mirada de deseo. Sabía que mandaría al carajo sus estupideces de mirar y no tocar. Lo que no esperaba es que fuera tan rápido.

-Jajaja, es que la polla de mi niño obra milagros!

-Jajaja ya lo creo.

-Pero no fue sólo a Marisa. También a la hija!

.MAMA!!!!! No se te puede contar nada.

-¿A la hija? ¿La gordita tetuda?

-Sip. Con esas dos ya son seis mujeres para él. Menos mál que su padre ahora le puede echar una manita. Más bien, una pollita! jajajaja. Ah, no lo digo por el tamaño, que mi marido tiene una buena herramienta!

Los tres rieron con ganas.

-Bueno, me voy a dar una duchita..¿Vienen? - preguntó Lorena.

-Déjame al niño un poco más...Tu ya lo tienes siempre que quieres.

-Bueno, vale...chao.

Miraron el lindo culete de Lorena mientas se dirigía al baño. María llevó uan mano a los huevetes de Fernando.

-¿Te queda aún un poco de leche para mi?

-Uf, no lo sé... No sé si podrñe volver a disparar más hoy.

-Bueno, al menos lo intentaremos.

María se subió sobre Fernando y le puso el coñito al alcance de la boca. Se agacho y se metió la polla en la boca. Estaba floja, pero le gustaba sentirla así. Notó la lengua del chico lamerla suavemente, tiernamente. Y tiernamente empezó a mamar la floja polla, que poco a poco fue ganando dureza, poniéndose dura en su boca hasta ponerse como ella le gustaba. Se levantó y sin darse la vuelta, se sentó sobre la polla. Fernando podía ver su linda espalda y su precioso culito. LLevó su pulgar y lo metió en aquel culito. María rotaba sus caderas alrededor de la polla. Sentía un suave placer, muy agradable.

Empezó a subir y bajar lentamente, haciendo que la polla entrara y saliera de su coño con suavidad. Llevó sus manos a sus tetas y se las acarició.

María consiguió tener un suave orgasmo, suave pero muy placentero. Volvió junto a su amante. Miró la polla, que ahora estaba dura, brillante.

-Lo siento.. tu no te has corrido.

-No pasa nada. De verdad que ya no puedo más....

Cuando Lorena salió del baño, los encontró a los dos abrazados. La polla de Fernando se había encogido al fin.

-¿Nos vamos a casa?

-Sip - dijo Fernando, poniendose en pie de un salto.

Se despidieron de María y al llegar a casa encontraron a Marta en el regazo de su padre, viendo la tele.

-¿Que tal lo habeis pasado? - preguntó.

-Muy muy bien. El pobre Fernando está rendidito. ¿Y vosotros?

-Estupendamente.

Cenaron los cuatro y luego fueron al salón. Lorena y Alberto se fueron a la cama rápido. Estaba agotados después de un día de tanto placer. Al poco Marta también se fue. Fernando se dio una duchita y finalmente, se acostó.

Sobre las doce de la noche, acostado en su cama, Fernando empezó a rememorar el día que había terminado. Se había acostado con 4 mujeres, y con las 4 había gozado mucho. Y las había hecho gozar a ellas.

Desde las 7:30 que habían vuelto de casa de María, había tenido tiempo de recuperarse un poco. Empezó a recordar todo lo que les había hecho a sus cuadro damas del día y se excitó. Se dio cuenta de que tenía 6 mujeres para él, y que hasta ahora habían sido ellas las que lo bucaban cuando querían que las follara.

Pero como le había dicho un día su hermana, eran su harem. Y en el harem manda el jeque. Así que desnudo, con la polla tiesa, esa gran polla que tenían a las seis mujeres encantadas, se dirigió al cuarto de su hermanita. Ella podrían seguir buscándolo cuando quisieran que les diese esa polla, pero a partir de ahora, él también las buscaría. Y ahora se la había antojado el precioso culito de su hermana.

Al fin y al cabo, el jeque era él.

FIN


Aunque quedan muchas combinaciones entre Fernando, su padre y las seis mujeres, al final sería repetitivo. Así que dejaremos al jeque disfrutar de su harem.

Nos leemos en próximas historias.

Gracias a todos