El harem de Fernando (12)

María se pone celosa y exige su parte de Fernando.

Margarita se pasó las manos por las tetas, esparciendo todo el semen. En su cara sentía aún el calor de la leche que recibió.

-Vaya manera de echar leche, Fernando. ¿Cuánto hacía que no te corrías?

-Pues...uno 15 minutos

-¿15 minutos?

-Sip. Tu madre me hizo una estupenda mamada.

-Joder! Tu segunda corrida y así de abundante..

Marisa seguía sin poder creer lo caliente que era su hija. La había visto comerle la polla a Fernando, meterle entre sus tetas. Había visto como Fernando se la follaba delante de sus ojos, y como se corría en su cara y en sus tetas. Se había corrido mirando como se follaban a su hija.

-Bueno..voy a limpiarme un poco..Estoy toda pringosa - dijo Margarita.

-No, espera.....Marisa..tu niña necesita que la limpien.

La miró a los ojos. Marisa leyó en ellos lo que Fernando quería. Pero ella no podía hacer eso. Era su hija. Una cosa era mirar y otra muy distinta lo que él quería.

-N..no...no puedo..

-¿Quieres que te vuelva a follar?

-Sí

-Pues entonces...ya sabes.

Era tanto el deseo de volver a tener aquella polla dentro, que obedeció. Se acercó a su hija. La miró. Su carita llena de semen. Semen que ella tenía que limpiar. Margarita la miraba, asombrada. No podía creer que su madre fuera a hacerlo.

Pero lo hizo. Se acercó y empezó a lamer su cara, recogiendo con su lengua el semen, tragándolo. La piel de su hija lo mantenía caliente, fresco, rico. La polla de Fernando, que se había aflojado después de su segunda corrida, se volvió a poner dura mirando como Marisa iba dejando la cara de Margarita bien limpita de su leche.

Sólo quedaba un poco sobre los labios. Marisa los lamió. Margarita abrió los labios  y lamió la lengua de su madre. Se empezaron a besar. Fernando miraba excitado como madre e hija se besaban, con los ojos cerrados.

Para Marisa era la primera vez que besaba así a otra mujer. Para Margarita, no. Siempre había sido gordita, y durante una época pensaba que no atraía a los hombres. Sus primeras experiencias, por lo tanto, fueron con mujeres. Pero un día descubrió que a los hombres le encantaban sus grandes tetas. Descubrió que a muchos hombres no les importaba que estuviera un poco rellenita. Y que a muchos también les gustaba precisamente por eso. Y ahora, su madre la estaba besando, no como se besa a una hija, sino como se besa a una mujer. Su boca sabía a semen.

Marisa estaba de rodillas sobre la cama. besando con pasión a Margarita. Su culito quedaba en pompa. Fernando vio como la hija alargaba una mano y la llevaba al coñito de su madre. Lo empezó a acariciar.

-Ummm, mami...estás empapada.

-Es que estoy muy...cachonda...

-¿Es por mí o por Fernando?

-Aggggg Por los dos.

Fernando se puso detrás de Marisa y empezó a lamerle el anito. Más abajo, los dedos de Margarita acariciaban la rajita. Marisa no dejaba de gemir, sintiendo los dedos de su hija masturbarla y la lengua de Fernando lamerla. lengua que fue sustituida por dos dedos que penetraron su estrecho culito.

-Agggggggggg,,, me....está follando el culito..con sus dedos...Ummmmm...que ..rico.

Margarita quería verlo, así que se dio la vuelta y se puso debajo de su madre, formando un 69. El rasurado y mojado coño de su madre quedó frente a su cara. Vio los dos dedos del chico entrar y salir del culito. Y su velludo coñito quedó frente a la cara de su madre. Sacó la lengua y empezó a chupar y a lamer el coñito que la había traído al mundo hacía 20 años.

Marisa sentía un placer inmenso al sentir la lengua de su niña en su coño y los dedos de Fernando penetrando su culito. Miró el coñito que tenía delante. Abierto...húmedo, y se preguntó a que sabría. Se acercó. Olía...a coño, como el de ella. Lo lamió. El sabor le gustó mucho. Sintió como Margarita se estremecía.

-Oh!! siiii mami...cómeme el coño...

Tener aquellas dos mujeres comiéndose la una a la otra tenía a Fernando muy excitado. Sacó los dedos del culito de Marisa y apoyó la punta de su polla contra el ojete. Margarita no creía que le fuera a caber semejante rabo en el culito de su madre. Pero le cupo. Vio como poco a poco fue entrando, entrando, hasta que los huevos de Fernando chocaron contra el culo de su madre. Le había enterrado en el culo aquel pollón. Y no dejó de comerle el coño ni un momento. Se movió un poco para poder llegar con su lengua a aquellos dos huevos. Fernando gimió al sentir la lengua de Margarita.

Tuvo una idea. Sacó la polla del culito de Marisa y la acercó a la boca de Margarita. Ella no lo dudó un segundo. Abrió la boca y la recibió. Por la postura que tenía, con la cabeza echada hacia atrás, el recorrido hacia su garganta era casi recto.  Margarita era como su madre. Se tragó toda la polla. La tenía en la garganta. Succionó, transmitiendo a Fernando un indescriptible placer. Se la folló por la boca un rato, luego la sacó, cubierta de saliva, y se la volvió a clavar a Marisa en el culo, follándola más fuerte.

Las dos mujeres gemían de placer, sobre todo Marisa, que estaba siendo doblemente afortunada. Su hija le comía el coño y Fernando la enculaba. No tardó en correrse, llenando la cara de Margarita con sus jugos. Los espasmos del orgasmo se transmitían a al polla de Fernando en forma de apretones de los músculos del culito, que lo hicieron llegar al orgasmo. Rápidamente sacó la polla del culo y la metió en la boca de Margarita. Y se corrió. Su tercer orgasmo no fue tan abundante como los anteriores, pero aún así la boca de Margarita rebosó. Por las comisuras de los labios se escapó parte de la leche que Fernando le disparaba en la boca. Marisa oyó perfectamente como su hija tragaba y los gemidos de Fernando al vaciarse en su boca. Chupó con fuerza el clítoris de Margarita que fue la última en correrse.

Fernando no podía más. Lo habían vaciado por completo. Agotado, se tumbó sobre la cama, mirando a las dos mujeres, que seguían besando, ahora con ternura, sus coñitos recién corridos.

Allí, tumbado, Fernando se puso a pensar. Ahora eran 6 las mujeres en su vida. Por muy joven que fuera, no podía contentarlas a todas. Iba a coger anemia si seguía así. Tendría que...racionarlas. Y coger algún día que otro libre para retomar fuerzas...Pero estaban tan buenas las 6!!!!!

Su madre al menos ahora también tenía a su padre. Y Marta a Sonia. Marisa a Margarita y María....Bueno, María seguro que no pasaba 'hambre'. Tendrían que esperar cada una su turno, pacientemente. Mientras pensaba en todo esto, sonreía como un bobo.

-¿De qué te ríes, guapo? - le preguntó Margarita.

.AH? Oh, de nada. Cosas mías.

-Yo también la quiero en mi culito.

-Uf, Margarita. Pues tendrá que ser otro día. Hoy no creo que se me levante más. Me habéis vaciado los huevos entre las dos.

-¿Si te la levanto me das por el culo?

No tenía nada que perder.

-Vale. Pero no creo que se me levante.

-Tú déjame a mí.

Se acurrucó entre sus piernas y se metía la flácida polla en la boca. Estuvo chupando un buen rato, pero no se ponía dura. Se puso morcillona, pero se levantaba del todo. Y Margarita la quería tener dentro. A ella no se le resistía nada. Así que recurrió al truco que le enseño un amigo. Se chupó un dedo y lo metió en el culito de Fernando, al que cogió por sorpresa.

-¿Qué haces?

-Es solo un dedito. Ya verás....

Empezó a acariciar la próstata. Enseguida Fernando notó un placer especial, y para su asombro, su polla se fue poniendo dura en la boca de Margarita. Aquella inesperada caricia le estaba gustando. En poco tiempo, su gran polla había vuelo. Margarita había triunfado. Se sacó la polla de la boca y puso su culo en pompa.

-Ya la tienes dura. Ahora rómpeme el culo. Pon un poco de saliva para lubricarme un poco.

Margarita estaba acostumbrada a que le follaran el culito, pero nunca con una polla como aquella. Le hizo un poco de daño al entrar, pero en cuando se acostumbró, sólo sintió placer. Placer que no paró de crecer y crecer hasta que empezó a correrse. La polla entraba y salía de ella como un pistón ardiente. Fue un orgasmo largo y fuerte, que la dejó sin fuerzas y calló hacia adelante. Fernando se quedó de rodillas, con su polla al aire. No se había corrido. No tenía leche. Pero estaba satisfecho. Las dos mujeres tenían los ojos cerrados. Las dos con suaves sonrisas. Les dio un beso a cada una, se dio una ducha rápida, se vistió y se marchó a su casa.

Y allí, en su casa, Lorena se había despertado a media mañana, encontrándose sola en casa. Todos se habían ido. Hizo un poco de limpieza y preparó la comida. Luego se fue al salón a llamar a María. Hacía tiempo que no sabía de ella.

-¿Sí?

-Hola María.

-Hola guapetona. Que bien oír tu voz. ¿Cómo estás?

-Ummmmm, estupendamente.

-Que! Te echó un buen polvo tu hijo, no? CABRONA! Y yo a dos velas.

-Pues no. Hoy me he despertado y todos se habían ido ya. El polvo me lo echó anoche. Él y su padre. Los dos a la vez.

-¿Los dos?

-Uf, fue increíble, María, increíble. Me dormí hasta casi media mañana.

-Que envidia me das.

-¿Pero tú no tenías tantos amantes?

-Sí, muchos, pero son sólo eso, amantes. Para un rato. Pero tú tienes a dos personas que te aman. Es más que sexo.

-Tienes razón. Es mucho más que sexo.

-Aunque el sexo por sí solo es también estupendo! jajaja

-Claro!! jajaja

-Oye..esta tarde...porqué no venís tú y Fernando a verme?

-Bueno, si él quiere...

-Jo!! Convéncelo. Me vuelvo loquita sólo de pensar en hacerlo los tres juntos.

En ese momento llegó Fernando. Llegaba más pronto de lo habitual.

-Hola mami . le dijo besándola en la mejilla.

-Hola mi amor. ¿Por qué tan temprano?

-Bueno...hoy me he saltado las clases.

-No me gusta que hagas eso.

-Lo sé. No lo haré más. Es que..

-Es que...seguro que has estado follando por ahí.

Su cara de niño bueno lo delató.

-Jejeje, sí.

Con María no había sido.

-¿Con Marta y Sonia?

-No..Pero no te lo voy a decir. Le prometía que no se lo diría a nadie.

-¿Has oído, María? Se ha follado a alguna pelandrusca y no me quiere decir a quien.

-¿Estás hablando con María?

-Sí. Quería que esta tarde fuésemos tú y yo a verla a su casa. Pero me imagino que estarás cansado, no?

La idea de follarse a su madre y María juntas, sus dos primeras mujeres, le atraía mucho. Sólo eran las 11. Si descansaba, por la tarde podría responder. Además, acababa de descubrir gracias a Margarita, que aunque no pudiese correrse, la polla sí que podía tenerla dura. De todas maneras, seguro que en unas horas se le volverían a llenar los depósitos.

-Dile que si iremos. Sobre las 6

Eso le daban 7 horas para reponer energías.

-María, hecho. Esta tarde sobre las 6 estaremos allí.

-Ummm, ya tengo el coño mojado.

-Y yo.

-Ni se te ocurra follarte a Fernando hasta esta tarde. Deja que se reponga. No seas egoísta.

-No te preocupes....Pero sí que puede comerme el coñito, no?

-Eres una japuta!!! ¿Y yo qué?

-Hazte una paja.

-Ya me la estoy haciendo hace rato.

-Jajaja.! Eres una calentorra, María...

Lorena abrió sus piernas. No llevaba bragas, y su precioso coño apareció ante los ojos de Fernando.

-Fernando, mi amor, ¿Le comes el coño a mami?

-Claro...

Se arrodilló entre las piernas y enterró su cara. Empezó a lamer aquella húmeda rajita.

-Agggg María...ya me lo está comiendo.

-Joder. Espera. Al menos voy a coger una polla de plástico.

Las dos mujeres se oían gemir la una a la otra. Lorena gracias a la boca de su hijo, que lamía y atrapaba su clítoris entre sus labios, y María gracias a sus dedos y al consolador que metía y sacaba de su coño.

-Ummmm que rico, María..Que lengua tiene mi hijo....Aggggggg me .ha..metido un dedo en..el culito..Agggggg otro más......

Fernando notó que la polla se le ponía dura. Comerle el coñito a su madre lo excitaba mucho. Se sacó la polla sin que ella se diera cuenta, ya que disfrutaba de su lengua y sus dedos con los ojos cerrados. Se la iba a follar. Aunque no llegara a correrse él, se iba a follar a su madre. Le encantaba darle placer. La hizo moverse un poco, poniendo el culete más al borde del sofá. Le sacó los dedos del culito y le clavó la polla en el coño de un sólo golpe.

-AGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGGG

-¿Qué pasa Lorena? ¿Te has corrido ya?

-Ummm, no..es que...me he... metido la polla en el coño...Y me está follando...

Fernando oyó el grito de protesta de María por el teléfono. Le decía a su madre que era un cabrona y que tenían un trato. Que era una abusadora.

-Dile a María que no se preocupe. Que te voy a follar pero que no me correré. Que reservaré mi leche para ella.

-María...dice que no se correrá..que sólo me va a......aggggggggggg que rico....que sólo me follará...

-Más le vale...Joder....estoy a punto de correrme....

-Y yo...

Fernando se la follaba con fuerza, metiendo y sacando su polla bien profundamente. La imagen de su madre, abierta de piernas y su polla, brillante de sus jugos, enterrada en su precioso coñito era excitante. Sentía placer, mucho placer, pero su orgasmo estaba lejos. De verdad que estaba vacío.

Sintió como el coño de Lorena tenía fuertes espasmos. Su madre se estaba corriendo. Al no estar él mismo cerca de correrse, pudo disfrutar del orgasmo de su madre. La miraba gozar, con los ojos cerrados. La seguía follando hasta el fondo, prolongando el placer de su madre. Admiró su cara de placer mientras se corría, su cuerpo tenso, su respiración cortada...

Hasta que pudo volver a hablar. El aire entró otra vez en sus pulmones

-Ummmmmmmm que....gusto dios mío..que..placer...

María también se había corrido. Preguntó, nerviosa.

-¿No se habrá corrido él, verdad?

-No...no se ha corrido. Todavía me tiene clavada su polla dentro..

-No me engañas, verdad.

-No..te digo la verdad..

Su madre estaba preciosa. Él seguía con la polla dura. ¿Por qué parar? Amaba a su madre. Si podía, ¿Por qué no darle el mayor placer posible? Se la sacó del coño, la bajó un poco y se le empezó a meter en el culito.

-Agggggggggg

-¿Y ahora qué?

-Me la está clavando en el culo!! Mi niño guapo me va a follar el culito..

Se la metió hasta que hizo tope. Se miraron a los ojos. Sonrieron

-Eres maravilloso, mi amor. ¿Te gusta follarle el culito a tu madre, verdad?

-Me encanta.

Lorena llevó su mano a su coñito y se empezó a acariciar mientras Fernando la empezaba a encular. Ella le puso el teléfono en la oreja a Fernando. Al otro lado de la línea oía gemir a María.

-Hola María.

-Ummm, hola guapetón. -¿Le estás follando el culito a tu madre?

-Sí.

-Prométeme que no te correrás....Me lo debes..Me tienes muy desatendida.

-Te lo prometo. Pero no puedo con todas a la vez..Os tengo que...racionar!!! jajaja

-jaaja. Cabrito. Fóllatela bien. Rómpele el culo a esa cabrona que te quiere sólo para ella.

Gracias a su mano, pero sobre todo a la polla de su hijo, Lorena a los pocos minutos estallaba en un nuevo y fortísimo orgasmo, que esta vez sí la dejó derrengada sobre el sofá. Fernando se la sacó y se puso de pie. Su madre, con la vista aún nublada, miró la barra de carne que tanto placer le había dado. Dura, palpitante...

-¿Quieres que mami te saque la lechita?

-Le hemos prometido a María que no. Estar tarde.

-A la porra con María. Si mi niño quiere que mami lo vacía, mami lo vacía.

Por el teléfono los dos oyeron a María lanzar toda serie de improperios dirigidos a Lorena. No pudieron resistir el estallar en sonoras carcajadas.

-Tranquiliza a María. Dile que cumplo mis promesas.

-jajajaja. Vale mi amor.

Mientras se guardaba con dificultad su dura polla en los pantalones, oía como su madre tranquilizaba a María. Iba a ser una gran tarde.

-Bueno, guapo. Ya que estás en casa ayúdame a terminar de preparar la comido.

-Claro, mami

-¿Me dirás quién te has follado esta mañana?

CONTINUARÁ.