El harem de Fernando (11)

Fernando acoge en su harem a una nueva miembra.

Fernando cayó en la cama y se durmió en seguida. Alberto se abrazó a Lorena y también se durmió.

Por la maña, Alberto se levantó el primero, como siempre. Y como siempre, fue al baño a hacer su pis matutino. Esta vez se encontró con Marta, que estaba también haciendo pis.

-Uy, perdona hija, no sabía que estaba ocupado.

-Ya termino, papi

Mientras se secaba el coño  con papel, delante de su padre, cosa que a ella misma sorprendió, se dio cuenta de que él tenía una erección. Cuando Alberto se dio cuenta de a donde miraba ella, sintió vergüenza.

-Mierda...Joder...ya sabes...la típica erección matutina

-¿Te levantas siempre así?

-Casi siempre, sí.

-Ah, creí que era por mí. ¿Y qué haces?

-¿Qué hago con qué?

-Ya sabes, para..que se te baje.

-Oh...nada...Se baja sola.

-Ah.

Alberto se estaba poniendo nervioso con aquella conversación. Y no se le bajaba.

-Marta, me estoy meando.

-Oh, perdona papi.

Se levantó y se subió las bragas. Alberto pudo verle claramente el pubis. Aquello no ayudaba. Marta se dirigió a la puerta del baño, pero no salió. Su padre, de espaldas a ella, se sacó la polla. Intentó orinar, pero la tenía demasiado dura. Además, le costaba hacer pis con gente cerca. Desde niño. Marta espera a oír el chorrillo, pero no llegaba.

-¿No puedes?

-Coño...me cuesta si estás delante.

-¿No será porque la tienes dura?

-Bueno..también es eso.

-¿Quieres que te eche una mano para ayudarte a bajarla?

-Pero MARTA!!

-¿Ahora te vas a escandalizar? Ayer tu hijo me folló y me dio por el culo dos veces. El otro día me llenó el coño de leche y mamá se tomó toda su corrida de mi coño. Y anoche, por lo que oí, os la follasteis los dos a la vez. Ya no somos una familia 'normal', papi.

-¿Mamá te comió el coño?

-Y yo a ella.

-Joder, como han cambiado las cosas.

Marta se acercó a su padre y lo abrazó desde atrás. Alberto sintió sus tetas aplastarse contra su espalda y como su hija llevaba una mano hacia adelante y el cogía la polla.

-¿Quieres o no quieres? - le preguntó mientras empezaba una lenta paja

-Umnmm, claro que quiero... claro que quiero..Pero la mía no es como la de tu hermano. Es más...estándar.

-Bueno, así podrás follarme el culito sin problemas.

Alberto se dio la vuelta y la besó, con pasión. Abrieron sus bocas y sus lenguas enseguida visitaron la boca del otro. Llevó sus manos al culito de su hija y lo amasó entre sus manos.

-Tienes un culito precioso, Marta.

-¿Me lo quieres follar? ¿Quieres darle por el culo a tu niñita?

No lo respondió. Le dio la vuelta y la apoyó en el lavamanos, frente al espejo. Se arrodilló detrás de ella y le bajó el pantaloncito del pijama hasta los tobillos. Estaba muy cachondo. Necesitaba follarse aquel precioso culo que tenía delante.

.-Ábretelo

Marta puso sus manos en sus nalgas y las abrió. Su padre admiró aquella maravilla. La raja del coño estaba mojada, abierta. El ojete estaba un poco colorado, seguramente debido a la enorme polla de su hijo. Acercó su boca y lo lamió.

-Ummmm que rico papi....

Lo ensalivó bien. Empujó fuerte y logró meter la punta de la lengua. Marta gemía de placer. Alberto no podía más. Se levantó. En el espejo veía reflejada la cara de placer de Marta. Apoyó la punta de la polla y empujó. La miró a los ojos a través del espejo al tiempo que empujaba y le clavaba la polla hasta el fondo.

-Aggggggggggggg que...me ...rompes.....el...culito...

Agarró las caderas de Marta y se le empezó a follar fuerte. Metía y sacaba su polla hasta el fondo, arrancando gemidos de placer a los dos. Marta estaba encantada. La polla de su padre, al ser más pequeña que de la su hermano la podía penetrar más fuerte sin hacerle daño. Los dos se miraban.

-Umm, papi...papi..como siento tu polla en mi culito....Me lo vas a romper..pero...que gustooooooooo

-¿Te gusta mi vida? ¿Te gusta como papi te encula?

-Agggggggggggg me vuelve...loca...........

Cada vez la follaba más rápido. El baño se llenó con el sonido de sus gemidos y con el plas-plas de sus cuerpos al chocar.

Marta notó que su orgasmo llegaba como un tsusami, imposible de parar.

-Me voy..a  correr...papi....lléname el culito.......córrete en mi culito...AGGGGGGGGGGGGGGGG

Una contracción del cuerpo de Marta. Un chorro de caliente semen lanzado en sus entrañas. Otra contracción. Otro chorro. Los dos tenían los ojos cerrados por el placer. Marta sintió 5 veces como su padre le llenaba el culito. Cuando la polla dejo de soltar su carga, ella seguía aún con su orgasmo.

Silencio. Sólo se oían sus respiraciones. Se miraron. Ella tenía el pelo revuelto. La polla de Alberto se fue aflojando hasta salir por si sola del acogedor culito de Marta.

-Ummm, ahora ya podrás hacer pis, papi. Se ha bajado.

-Uf, estoy que reviento.

Ahora sí que Marta oyó el ruido del chorro y el suspiro de alivio de su padre.

Cuando Fernando se despertó, la casa estaba en silencio. Su padre y Marta ya se habían ido. Y su madre seguía durmiendo. La estuvo mirando un rato. Estaba desnuda, sobre la cama. Recordó lo de la noche pasada y se excitó, pero decidió dejarla descansar. Desayunó y se fue a clase. Cuando iba a coger el autobús, alguien lo llamó.

-Hola Fernando

-Ah? Hola Marisa. ¿Cómo estás?

-Muy bien, y tú?

-Estupendamente.

-Te estaba esperando.

-¿Para qué?

-¿Tú qué crees?

-Creía que sólo mirabas.

-No he dejado de pensar en tu polla. Al cuerno mi marido. Quiero que me folles bien follada. Se acabó el mirar. Pero...no quiero que nadie lo sepa. Ni siquiera María. Tiene la lengua muy larga.

-Seré una tumba.

Marisa sonrió e invitó a subir a su coche a Fernando, que mandó a las clases al carajo. Las cambió por un buen polvo con aquella guapa mujer. El coche arrancó y se dirigieron a casa de Marisa.

-Sácatela.

-¿Estás loca? Estás conduciendo. Nos podrían ver.

-Que te saques la polla....Por favor..

Puso ojillos de niña buena y morritos.  Fernando no se pudo resistir. Se abrió la bragueta y sacó su 'cosita', que aún no estaba despierta del todo. Marisa llevó su mano a la polla, y pocos segundos se convirtió en la dura barra de carne que la tenía loquita desde el otro día.

-Joder, Fernando. Vaya polla que tienes...Es la más grande que he visto en mi vida.

-Va a ser toda para ti.

Pararon en un semáforo.

-¿Sabes? El otro día, cuando María te estaba haciendo la paja delante de mi cara, lo que deseaba era meterme tu polla en la boca y comértela hasta que reventaras y le la llenaras de leche caliente. Me encanta mamársela a mi marido. Anoche, mientras me tragaba todo su semen, me imaginaba que era el tuyo. Me corrí como una cerda y el muy tonto se pesaba que era por él...Esto es sólo un aperitivo...

Se agachó y se metió media polla en la boca. Enseguida Fernando se dio cuenta de que Marisa sabía cómo chupar una polla. Sentía su lengua juguetear con el tronco. Desgraciadamente, el semáforo se puso verde y el coche de atrás tocó la bocina, impaciente.

-En cuanto lleguemos a mi casa vas a saber lo que es chupar una polla.

-¿Queda mucho?

-No, ya casi estamos.

A Fernando le costó volver a meterse la polla en los pantalones. El bulto era claramente visible, y encima Marisa no hacía otra cosa que sobarlo.  En el ascensor,. se besaron con pasión. María no quitaba la mano de la polla. Casi no lo dejó entrar en el piso. En cuanto cerró la puerta, lo apoyó contra la pared y se arrodilló delante de él. En un momento le había bajado los pantalones. Cuando le bajó los calzoncillos, el pollón saltó y la golpeó en las mejillas.

-Podría enamorarme de esta polla.

Su puso en cuclillas, y apoyó sus manos en sus propios muslos. Levantó su linda carita y miró a Fernando a los ojos. Acercó su cara y se acarició contra la polla. La pasó por toda su carita. Por la frente, por las mejillas, por los labios. Tenía los ojos cerrados y una sonrisa en los labios. Fernando la miraba. Era muy excitante tener a aquella mujer pasándose su polla por la cara.

Sacó la lengua y empezó a lamer desde los huevos, subiendo lentamente por todo el tronco hasta llegar a la gorda cabezota. Hizo círculos a su alrededor con la mojada lengua, dejando el capullo brillante. Lo hacía despacito, muy despacito, con su mirada clavado en los ojos de Fernando, que suspiraba de placer.

Al fin, abrió la boca y sacó la lengua. Apoyó la punta sobre la lengua y cerró los labios, atrapando dentro de la caliente cavidad la polla, la punta de la polla. Con la lengua volvió a hacer círculos.

-Agggg Marisa...Que bien...me la chupas...

No dijo nada, solo sonrió. Ella sabía que era una magnífica comepollas. Y esta era la primera después de muchos años de fidelidad a la de su marido.

Empezó a mover su cabeza adelante y atrás, haciendo entrar y salir la estaca de su boca. Cada vez entraba un poco más...un poco más... Si había algo de lo que estaba orgullosa era de su capacidad para tragar. En pocos minutos consiguió meterse en la boca la inmensa polla de Fernando. Distendía su garganta, pero hacía tiempo que había vencido al reflejo de provocarse. Al tener la cabeza un poco levantada, la polla entraba a fondo, alojándose parte en su garganta. En ese momento no podía respirar.

Fernando alucinaba de la capacidad de aquella mujer. Tenía que abrir la boca ampliamente para poder meterse la polla...Y su lengua..no dejada de moverla ni un segundo.

Tras pocos minutos de la mejor mamada de su corta, pero intensa vida sexual, Fernando notó que el semen le empezaba a hervir...

-Marisa...me voy a correr....

Ella recordó la gran cantidad de semen que le echó por el cuerpo el otro día, así que se preparó para lo que se avecinaba. Pero erró sus cálculos. La polla empezó a llenarle la boca de rica leche de macho, pero en tanta cantidad que a pesar de tragar con rapidez, parte se le salía por la comisura de los labios y bajaba formando un reguero blanco por su cuello. Contó más de 12 chorros de semen, espeso, caliente...sabroso... Nunca en su vida había tragado tanta leche. Y nunca en su vida se había corrido sin tocarse. Fue tanto el placer que sintió al reventar la polla de Fernando dentro de ella, que mientras se bebía su premio estalló en un fuerte orgasmo.

Los dos se miraron. Los dos con las respiraciones agitadas. La polla aún dentro de la boca. Dos rastros de semen que bajaban por el cuello de Marisa hasta el canalillo de sus tetas.

-Marisa...vaya...MA..MA..DA!

-Ya te dije que ibas a saber lo que era chupar una polla.

La hizo levantar y la besó. Su boca tenía aún un intenso sabor a semen. Le cogió el culo con las manos y lo acarició. Levantó sus faldas y lo tocó sobre las bragas, y después, bajo ellas. Pasó sus dedos por la rajita que separaba sus dos nalgas, y llegó al apretado ojete. Le metió un dedo y ella se estremeció.

-Te voy a dar por el culo.

-Ummm, lo sé.

-Vamos a tu cama. Si le vas a poner los cuernos a tu marido hagámoslo bien.

Se subió un poco los pantalones, si no hubiese parecido un pingüino. Cuando entraron en el dormitorio, se desnudaron. Marisa se tumbó en la cama y abrió sus piernas. Tenía el coño totalmente depilado. Y estaba muy cachonda. Aquel coñito pelón chorreaba.

-Ummmm, Fernando...no puedo más....cómeme el coño...

Y vaya si se lo comió. Te tumbó boca abajo, entre sus piernas, y le dio un lametón que le hizo ver el cielo. Marisa llevó sus manos a su cabeza y la apretó contra ella. Fernando tenía una maravillosa polla, pero su lengua no se quedaba atrás. No dejaba de moverla, de lamerla, de chuparla. El muy cabrito evitaba su clítoris, haciéndola desesperarse más y más, hasta que al fin lo atrapó entre sus labios y lo chupó. En ese momento, Marisa se corrió como hacía tiempo que no lo hacía. Como María, cuando Marisa se corría parecía que se orinaba. La cara de Fernando quedó bañada en sus jugos. Con gusto se bebió todo lo que pudo. Ella tensaba y relajaba su cuerpo con cada espasmo de placer.

Pero el siguió. No dejó ni un momento de comerla. Ahora se ayudó de los dedos, que enterró en aquel lago que era el coño de Marisa en ese momento. Acariciaba con el ancho de la lengua el clítoris al tiempo que la follaba con los dedos. Marisa, con los ojos cerrados, gemía de placer sin parar. Aquel muchacho era, sin duda, el que mejor la había comido el coñito en toda su vida.

-Aggggggggggggg me vas a hacer...correr...otra...vez

El segundo orgasmo le sobrevino cuando otro dedo le penetró su estrecho culito. Creyó que se iba a desmayar de placer. Nuevamente, Fernando sintió su cara mojarse. Él, aparte de muy excitado, se sentía maravillosamente bien por estar dando tanto placer a aquella mujer.

Sin previo aviso, cuando aún coleteaba el orgasmo de Marisa, Fernando se subió sobre ella y la penetró profundamente. Marisa arqueó su espalda. Supo lo que era sentirse llena de verdad. Aquella maravillosa polla empezó a entrar y salir de ella, con fuerza. El placer era intenso, sensacional.

-Ummmm Fernando....como te siento dentro de mí...esto es....aggggg maravilloso.......No dejes de follarme.

No sólo no dejó de follarla sino que incrementó sus movimientos a la vez que le mordía con suavidad uno de los pezones, duro como una piedra.

Cuando Margarita, la hija de Marisa abrió la puerta de su casa, lo primero que oyó fue a su madre gritar.

-Aggggggggggggg me corro otra vez ahhhhhhhhhh.

No se lo podía creer. Su madre, que siempre presumía de ser fiel, estaba follando con alguien. Pero no oyó a nadie más. Quizás sólo se estuviera haciendo un buen pajote, así que sin hacer ruido, se acercó al dormitorio.

No era un pajote. Le estaban echando un polvazo de campeonato. La vio sobre la cama, abierta de piernas y sobre ella un hombre follándola a lo bestia. Veía el culo , precioso , por cierto, del follador, subir y bajar entre las piernas de su madre y ella gemir como una posesa.

-MAMÁ!!! ¿Pero cómo has podido hacerle esto a papá? Hipócrita. Dándotelas de mujer fiel y mírate ahora.

A Marisa casi le da un síncope. El coño le dio un respingo y apretó con fuerza la polla de Fernando. Si la situación hubiese sido otra, este apretón hubiese sido muy placentero. Fernando se quedó quieto, un poco asustado y miró a la chica. Era un poco gordita, pero no era fea. y tenía unas buenas tetas.

Marisa, desde debajo de Fernando, intentaba explicarse.

-Margarita..no es ...

-¿Lo que parece? ¿NO te está follando?

-Si...pero...

-Cayó del cielo y te dio justo en el coño, no?

-Por favor...hija...no le cuentes nada a tu padre...

En ese momento, Fernando se dio la vuelta. Cuando Margarita vio aquella polla, enorme, brillante por los jugos del coño de su madre, sintió como su propio coño se mojaba.

-No le diré nada a papá..si me folla a mí también.

-Pero Margarita!!!

-De pero Margarita nada. Vaya pedazo de polla que se gasta el chaval. La quiero dentro de mí.

Marisa miró a Fernando. Estaban en manos de su hija. Los ojos de Marisa eran suplicantes. Pero no había que suplicar mucho. Aquella chica gordita no estaba mal, y sus tetazas tenían muchas posibilidades. Fernando la miró.

-A ver que tal la chupas, Margarita. Espero que salgas a tu madre. - le dijo sentándose al borde de la cama.

La chica se lanzó hacia Fernando. Se arrodilló delante de él. La polla quedó a escasos centímetros de su boca. Jamás había visto nada así. Palpitaba, estaba brillante. Y olía. Olía a coño. Al coño de su madre. Pero eran tantas las ganas que tenía de chupar aquella maravilla que no le importó y se la metió en la boca. No tenía la experiencia de su madre, y no le cabía toda, pero no la chupaba nada mal. Mientras mamaba se fue desnudando. Cuando sus dos enormes pero bien puestas tetas quedaron a la vista, notó como Fernando las miraba.

-¿Te gustan eh? A los chicos les encantan mis tetas. Les hago unas cubanas de miedo.

-Margarita!! No me puedo creer que hagas esas cosas.

-Mami, yo no estoy casada y no tengo que serle fiel a nadie

Margarita puso la polla de Fernando entre sus preciosas tetas. Él sintió el calor de la suave piel. La chica podía sin esfuerzo seguir chupándosela al tiempo que la masturbaba con las tetas.

-Ummmm que rico..Margarita....vaya par de tetas que tienes.

-¿Cómo te llamas, guapo?

-Fernando

-Encantada de conocerte. Y a tu polla.

Fernando se apoyó en los codos, sin dejar de mirar como su polla entraba y salía de aquel par de melones y de la boca de la chica. Si seguía así le iba a llenar la boca de leche.

-Será mejor que pares o me correré.

-Ni se te ocurra. Ya me llenarás las tetas de leche luego. Ahora quiero esta maravilla en mi coño.

Marisa no podía creer lo zorrita que había resultado ser su hija. Hasta ahora en casa siempre se había comportado como una buena chica. Vio como se tiraba encima de Fernando y se clavaba aquel inmenso pollón en el coño. Al contrario que el de ella, lo tenía bien peludo.

-Agggggggggggggggggg Vaya....pollaaa....parece que se me va a salir por la boca...

Empezó a cabalgar al muchacho. Fernando vi los impresionantes tetas bambolearse delante de él y no pudo resistirse a agarrarlas, a amasándolas entre sus manos. A su lado, Marisa había vuelto a su condición de mirona. Veía a su hija follar con Fernando mientras se tocaba el coño.

Fernando atrajo hacia él a Margarita y giró sobre ella, dejándola debajo de él, y sin que la polla abandonada aquel cálido coñito, y como hiciera con su madre cuando los sorprendió, se la empezó a follar bien fuerte. Margarita no dejada de gemir. La estaba matando de gusto.

-Aggggggggg Mamááá.... que bien folla este chichooooo

-Uf, lo sé cariño....

En pocos minutos Fernando arrancó el primer orgasmo del cuerpo de Margarita. Su coño tenía espasmos alrededor de su polla. Ella cerró los ojos fuertemente mientras su cuerpo entero era recorrido por el placer. Marisa vio como los dedos de los pies y de las manos de su hija se agarrotaban. Su niña se estaba corriendo delante de ella. Su niña tenía dentro la maravillosa polla de Fernando. Y se corrió, compartiendo el orgasmo de Margarita.

Pero aquel endiablado chico era incansable y la siguió follando, a un ritmo enloquecedor. Se oía el ruido que hacían sus cuerpos al chocar.

-Ummm me vas a matar....me vas a ....AGGGGGGGGGGG

Un segundo orgasmo, más intenso que el anterior la dejó derrotada sobre la cama. Fernando también estaba a punto de correrse, así que le sacó la polla y se subió sobre ella. La puso entre sus tetas y las juntó, y se las empezó a follar hasta estallar. La carita de Margarita quedó cubierta de su caliente y espesa leche. Los últimos chorros los lanzó contra aquellas dos montañas de carne.

Cuando Margarita abrió los ojos y se miró, comprobó que estaba completamente embadurnada de semen.

-Que pasada!!!! - exclamó.

CONTINUARÁ