El harem de Fernando (10)

Lorena quiere a sus dos hombres para ella

Sonia le dijo a Fernando que en el baño había un bote de crema para la cara, hipoalergénica y súper hidratante, para noche y día. Él se fue a buscarla.

-Martita, nos va a romper el culito a las dos

-Sonia, tengo ganas de salir corriendo.

-De eso nada. Al pie del cañón.

-Jajajaja, más que al pie del cañón va a ser al ojete del cañón.

-Jajajaja..uy. ya viene

Fernando, precedido por su tiesa polla, entró en el cuarto. Las chicas, abrazadas miraban lo que dentro de poco tendrían dentro de sus preciosos culitos.

-Poneos de a cuatro patitas, con las rodillas al borde de la cama y el culete en pompa.

Sonia y Marta se colocaron como Fernando les indicó. Admiró la belleza de las dos mujeres..Su espalda, sus caderas y sobretodo, aquellos dos preciosos culos que iban a ser suyos. Se puso entre las dos. Primero empezó a acariciar las nalgas, cada mano en el culo de una. Marta a la izquierda y Sonia a la derecha.

-Tenéis unos culitos preciosos

Pasó un dedo de cada mano por aquellas dos rajitas, evitando el ojete. Comprobó que los dos coñitos estaban mojaditos. Los acarició y ellas gimieron al unísono. Abrió el bote de crema para la cara, hipoalergénica y súper hidratante, para noche y día y metió dos dedos de cada mano en el bote. Luego acercó los dedos con la crema, uno a cada culito, y untó bien de crema los hoyitos. Apretó.... el dedo corazón e índice de cada manó fue entrando lentamente en el culito correspondiente. Gracias a la crema se deslizaban muy bien y los metió hasta el fondo.

-¿Te gusta Martita?

-Coño! Sí...que..rico...no pensé que me fuera a gustar...

¿Y a ti, Sonia?

-También...fóllanos el culito con los dedos.

Sonia se acercó a Marta y la besó. Abrieron sus bocas y sus lenguas exploraron la boca de la otra. Fernando miraba el sensual morreo de las dos chicas al tiempo que empezaba a meter y sacar sus dedos de los culitos. Los metía, los sacaba, los rotaba...dilataba aquellos dos ojetes para que su polla pudiese entrar con el mínimo dolor y el máximo placer. Marta y Sonia gemían y mecían sus caderas, buscando que los dedos la acariciaran con más fuerza

-Bueno, chicas...¿Quién la quiere primero?

-Sonia...primero Sonia - dijo rápidamente Marta.

-Sí, sí..primero yo.

Fernando sacó los dedos del culito de Sonia, pero dejó los de Marta. Se puso un poco más de crema en la polla y se colocó detrás de la guapa chica. Con la mano libre, dirigió la cabezota de su polla y la apoyó contra el esfínter de Sonia. Ella cerró los ojos, esperando la invasión, que se produjo de manera lenta. En cuanta la cabeza de la polla venció la resistencia inicial, el resto de la polla se deslizó dentro del culito sin problemas.

-Agggggggggggg..Mar...ta...Me la...ha metido...hasta el ..fondo....tu..hermano me...está....follando el culo con su enorme...polla...

-¿Te duele, mi amor?

-Ummm.. no..no..bueno...un...poco...pero...el gusto es..mayor

Lentamente, Fernando empezó a meter y sacar su polla de aquel cálido y apretado culito. Le encantaba tener su polla dentro mientras con su otra mano le follaba el culito a su hermana. Al poco tiempo, la polla entraba y salía de aquel culito con toda facilidad. Sonia no dejaba de gemir de placer mientras Marta la besaba.

Se le empezó a follar más fuerte. Sonia arqueaba su espalda y ofrecía aún más su culo a aquella polla que la estaba llevando rápidamente al culmen de placer. Llegó de repente, haciendo que el cuerpo de la chica se tensará todo. Los ojos fuertemente cerrados y su culito cerrado alrededor de la polla que se lo seguía follando sin parar. Sonia no recordaba haber sentido tanto placer en su vida.

Cuando recuperó el aliento tuvo que tumbarse en la cama, haciendo que la polla de Fernando abandonara su cálido nido. Pero había otro lindo culito al que follar. El de su preciosa hermanita.

-Tu turno, Marta.

-Con cuidado Fernando...

-No te preocupes.

Sonia había abierto los ojos y miraba la cara de Marta. Vio como Fernando se colocaba detrás de ella. Vio como Marta cerró los ojos con fuerza y como cerró las manos. Fernando se la estaba clavando.

-¿Estás bien, mi amor?

-Uf....Sonia...tengo...el culo lleno de...polla..y....me.....gusta...

Cuando Fernando oyó a Marta decir que le gustaba tener el culo lleno de polla, se le empezó a follar, despacito, pero sin pausa, clavándosela bien a fondo. Si no hubiese sido por la boca de Sonia que la besó, sus gritos de placer se hubiesen oído en toda la casa.

Marta meneaba el culo, recibiendo los pollazos de su hermano

-Así....Fernando...fóllame bien el culito...rómpele el culo a tu hermanita mayor...agggggg...que gusto....

Sonia se metió debajo de Marta y llevó su boca al coñito de su novia. Más arriba veía la polla de Fernando entrar y salir del culito de Marta. Era una visión muy calienta. Acercó su boca y empezó a comerle el coño a Marta, que al sentir la lengua de Sonia en su clítoris se corrió, gritando de placer. Esta vez no había nadie que tapara su boca, así que el grito retumbó por la casa. Fernando sentía en su polla las contracciones de su hermana, y lo llevaron a él también al orgasmo.

El primer potente chorro lo depositó en las profundidades del culito de Marta. Luego sacó su polla del ella y el resto, chorros calientes, espesos, abundantes, los disparó contra el ojete de su hermana. La leche luego iba cayendo por la rajita del culete hasta caer sobre la cara de Sonia, que al notarlos abrió su boca y el resto del semen cayó dentro.

Marta, aún presa de su corrida,  oyó como Sonia tragaba..

Los tres descansaron en la cama. Fernando en medio y una chica a cada lado, abrazada a él

-¿Fernando, a cuantas mujeres te estás follando?

-Ummmm...a ver....Mami, María, Sonia, tú, Marisa...5. Bueno, a Marisa no me le follé. 4

-Joder, hermanito. Tienes tu harem particular montado. ¿Puedes con todas?

-Jejeje, por ahora sí. No tengo quejas.

Mientras ellos hablaban, Sonia había llevado su mano a la polla de Fernando. Estaba floja, pero con sus hábiles caricias la levantó de nuevo. Estaba otra vez cachonda, así que se subió sobre Fernando y se sentó sobre su polla, que desapareció dentro de ella.

Lo cabalgó despacito, haciendo que la dura estaca se frotara contra las paredes de su coño. Cuando la tenía clavada hasta el fondo, se restregaba contra él, frotando su clítoris contra el pubis de Fernando. El placer era inmenso. Llevó sus manos a sus propias tetas y se pellizcó lo pezones.

Marta y Fernando miraban la cara de placer de Sonia, que subía y bajaba, subía y bajaba....Vieron como se corrió de placer, cerrando los ojos y quedándose sin respiración. Tenía espasmos. Era la viva imagen del erotismo. Una preciosa mujer siendo atravesada por un fuerte orgasmo.

Cuando terminó, cayó hacia adelante, apoyando su cabeza en el pecho del chico. Su coñito, aún lleno.

-Como...me....gusta....tu ...polla....

Sonia se escurrió hacia un lado, dejando la polla libre.

-Marta..es toda tuya - le dijo.

Fernando besó a Marta mientras ella agarraba la polla con la mano.

-Uf, no puedo creer que me hayas metido todo esto en el culito.

-Hasta el fondo.

-¿Quieres follármelo otra vez?

-Ummm, parece que te gustó.

-Me encantó. Pero esta vez quiero toda la lechita dentro...Me gusta ser..tu perrita.

Y como una perrita se colocó. A cuatro patitas y con el culo en pompa, ofrecido a su hermano.

La enculada fue larga y placentera para ambos. Le folló el culito lenta y profundamente, haciéndola gemir se placer. De vez en cuando la hacía levantar y le acariciaba las tetas al tiempo que le besaba el cuello, siempre con la polla bien clavada dentro de su culito.

Sonia los miraba, acurrucada, sin fuerzas para más. Y como había pedido Marta, esta vez Fernando le llenó el culito con su nuevamente abundante corrida. Aquel repentino calor la hizo también a ella estallar.

Esta vez sí. Los tres estaban agotados de tanto placer dado y recibido y descansaron un buen rato. Después de despidieron de Sonia y se fueron a su casa.

Cuando llegaron, los dos besaron a su madre. Los dos, en la boca. Fernando se fue a darse una ducha.

-¿Lo habéis pasado bien?

-Uf, mami....casi no puedo sentarme

-¿Quieres decir que...?

-Si, tu hijito me ha roto el culo. Dos veces

-Jajajaja. Dos veces!!! Entonces es que te gustó.

-Ummmmm, mucho. Oye, las cosas con papá parece que van bien, no?

-Mejor que bien. Nos estamos volviendo a conocer...y me gusta.

-Me alegro mucho, mami, de verdad.

-Y yo. Tu hermano es maravilloso. Hacerlo con él me vuelve loca...Uf, esa enorme polla me tiene loquita. Pero es mi hijo. Algún día se irá. Formará su familia. Y yo me haré...vieja. Y ahora, el hombre del que me enamoré, con el que me casé, sé que estará conmigo para siempre. Envejeceremos juntos, como debe ser. Ahora soy de verdad...feliz.

Marta la abrazó con fuerza, y le dio un beso en la mejilla. Un beso de una hija a su madre.

-Eso mismo quiero yo con Sonia. Bueno, y que Fernando de vez en cuando no eche un buen polvo, claro.

-jajajaja.

-¿Sabes que el muy cabrito se lo hace con cinco mujeres?

-¿Cinco? A ver....una..dos....me salen 4. ¿Quién es la quinta?

-Marisa

-¿Marisa? ¿Mi amiga Marisa?

-No sé, me imagino que sí.

-Pero si la muy granuja decía que nunca le sería infiel a su marido.

En ese momento entró Fernando.

-Fernando.¿Te has follado a Marisa?

-Jeje, sí. Bueno, no.

-¿Cómo que si y que no?

-Bueno, es que es un poco rarita. Sólo quería mirar, nada de tocar. No se qué de serle fiel a su marido.

-¿Entonces?

-Bueno, pues...María me hizo una paja y me corrí sobre ella. En toda su cara.

-Joder, la habrás dejado hecha un ruina.

-Quedó preciosa, la verdad.

Oyeron la puerta.

-Es Miguel - dijo Lorena, iluminándosele la cara.

Salió corriendo a recibirlo. En cuando entró por la puerta se echó en sus brazos y lo besó. Los dos hermanos se miraron y sonrieron. Ver a su madre tan feliz les llenaba de alegría. Aparecieron por en la cocina, cogidos de la mano.

-Hola Fernando, hijo.

-Hola papá.

Marta se acercó y le dio un beso en la mejilla y un abrazo.

-Hola papi.

-¿Qué tal la comida en casa de tu amiga?

-Muy bien, muy bien.

-Ah, Fernando...Gracias.

-¿Por qué papá?

Antes de que Miguel pudiese decir nada, Marta, sin pensar en lo que decía, soltó:

-Por que va a ser, tonto, por follarte a mamá.

Los cuatro se quedaron sorprendidos. Marta se llevó las manos a la boca y se la tapó.

-¿Lo..lo sabes?

-Lo sé todo...

-Ah...bueno...no pienses mal de mi, Marta..te lo puedo, explicar..

Miguel estaba avergonzado de que Marta lo supiese. Buscaba la manera de explicárselo cuando de repente, Lorena se empezó a reír con ganas. Los tres la miraron.

-Jajaja, Miguel..cariño...no tienes nada que explicarle a Marta...Pregúntale que le ha hecho Fernando en casa de Sonia, dos veces! jajaja

Miguel estaba perdido. Miró a Marta con la boca abierta.

-Bueno..papi..Fernando...me folló el culito, dos veces. Y a Sonia también.

Miró a Fernando, que puso cara de niño bueno, de no haber roto nunca un plato. Quizás no hubiese roto ningún plato, pero en el mismo día les había follado el culo a su madre y a su hermana. Y a Sonia.

Miguel apoyó su culo contra la pared y gritó.

-Pues el mío no te lo vas a follar.

Los cuatro estallaron en una sonora carcajada. Tuvieron que secarse las lágrimas de los ojos. Después, cenaron, los cuatro juntos.

-Miguel, debes estar orgulloso de tu hijo. No sólo me folla a mi, a Marta y a Sonia. También a María.

-Coño, Fernando. ¿Qué tienes? ¿Una polla o un surtidor?

Volvieron a reír con ganas

-Te olvidas de Marisa, mami - dijo Marta.

-Ah, sí. Marisa, la mujer de Oswaldo.

-Bueno, a esa no me lo  follé.

-Voy a llamar a la tele. Tenemos un fenómeno en casa. - exclamó Miguel.

Después de la cena, se fueron al salón a ver la tele. Estuvieron largo rato hablando, riendo. Para Marta había sido un gran día y estaba agotada. Dio un gran bostezo.

-Bueno, me voy a la camita, que me caigo de sueño. Buenas noches a todos.

Quedaron Miguel, Lorena y Fernando. Ella tenía la cabeza apoyada en el hombro de Miguel. Levantó la cabeza y lo besó en el cuello. Él la miró y se besaron, abriendo sus labios. Una de las manos de Lorena se posó sobre el pijama de su marido, encima de la polla y empezó a acariciarla, notando como se ponía dura. Miguel llevó sus manos a una de sus tetas y la acarició.

Fernando miraba como sus padres se acariciaban. Se levantó.

-Bueno, chicos, os dejo solos. Que lo paseéis bien

Lorena lo miró - No te vayas - y extendió su mano hacia él.

Fernando miró a su padre.

-Quédate, hijo.

Cogió la mano de su madre que lo atrajo hacia ellos y lo hizo sentar a su lado. A la derecha estaba Miguel. A la izquierda, Fernando. Y en medio de sus dos hombres, Lorena, que giró su cara en dirección a su hijo, para besarlo con pasión. Su mano derecha volvió a acariciar la polla de su marido. Su mano izquierda, la enorme polla de su hijo.

Empezó a gemir de placer cuando cada uno de sus pechos fue acariciado por sus hombres. Besaba a uno, y después al otro. Como ambos llevaban pijama, le fue fácil sacar sus duras pollas y empezar a masturbarlas. Abrió sus piernas, poniendo sus muslos sobre los muslos de ellos, en una clara invitación a ser acariciada. Los dos la aceptaron, y los dos metieron sus manos por dentro del pijama me ella, llegando a su mojado coño. Los dos empezaron a tocarla, con sus dedos entrelazados.

Lorena gemía por el gran placer que aquellas dos manos le daban. Su marido le besaba la orejita derecha y su hijo la izquierda.

-Ummm que rico...me vais a hacer correr...

Fernando bajó más su mano y enterró tres dedos en el coñito de su madre. Miguel acariciaba su clítoris. Lorena no podía más. El placer que sentía era maravilloso. Tanto que estalló en un fuerte orgasmo, que llenó las dos manos de sus calientes jugos. Su clítoris acariciado por las yemas de los dedos de Miguel y su vagina follada por los dedos de Fernando, que no pararan mientras duró el orgasmo de ella. Mientras se corría, apretaba entre sus manos aquellas dos maravillosas pollas.

Cuando su orgasmo acabó, quedó relajada sobre el sofá. Una sonrisa dibujada en su rostro.

-Ummm....vamos a la cama..quiero estas dos pollas dentro de mi.

Ellos se levantaron. Miguel vio por primera vez la polla de su hijo.

-Vaya pollón que tienes, Fernando. No me extrañas que las tengas loquitas a todas.

-No todo es el tamaño, mi amor. La tuya también me tiene loquita.

Se levantó y agarró las dos pollas, y tirando de ellas los llevó a su habitación. Una vez allí los tres se desnudaron. Fernando se tumbó en la cama, boca arriba. Agarró su polla con su mano y la puso vertical. Su madre se sentó sobre ella y se la clavó hasta el fondo. Miguel, maravillado, veía aquella enorme polla desaparecer dentro del coño de su esposa. Después ella se echó hacia adelante.

-Mi amor..ahora méteme la tuya por el culito..Quiero sentirme bien llena de las pollas de mis dos hombres.

Como había hecho al medio día, Miguel lamió y chupó el culito de su mujer. Pero esta vez, centímetros más abajo, la polla de su hijo estaba clavada en ella. Lorena gemía de placer, y meneaba su culito, haciendo que la polla de Fernando la rozara por dentro.

Cuando tuvo el ojete lubricado, Miguel apoyó la punta de su polla contra éste y empujó, clavándole lentamente su polla. La metió toda, y quedó quieto.

Ahora Lorena sabía lo que de verdad era sentirse llena. Tenía en el coño la polla de su niño. En el culo, la de su marido. Cerró los ojos.

-Agggg,,,ahora...folladme...

Los hombres se empezaron a mover. Primero lentamente. Enseguida cogieron el ritmo adecuado. Cuando Fernando se la enterraba a topo en el coño, Miguel salía de su culito. Y cuando él empujada dentro, Fernando salía.

-Aggggggggggg aggggggggggggg

El placer era tan intenso que Lorena se empezó a correr, haciendo que sus músculos se tensaran y apretaran aquellos dos maravillosas pollas, que entraban y salían de ella cada vez más rápido. Cuando su orgasmo terminaba y los espasmos de placer concluían, a los pocos segundos volvía a estallar. Estaba teniendo un orgasmo tras otro.

Fernando sentía en su polla la polla de su padre apretar, separado por la fina capa que había entre la vagina y el recto. Y Miguel también sentía a Fernando..

-Me voy a correr en tu culito, mi amor...agggggggggggggg

Un nuevo orgasmo atravesó el cuero de Lorena al sentir el caliente semen de su marido llenarle el culito. Fue el más fuerte de todos. Esta vez las contracciones de su cuerpo fueron más fuertes, más intensas. Su vagina se contraía y distendía alrededor de la polla de Fernando, que también lanzó su abundante y ardiente lava.

Los tres cuerpos estaban tensos por el placer. Lorena casi pierde el sentido. Miguel se tumbó sobre la cama, boca arriba, respirando fatigosamente. Lorena, sin fuerzas, logró bajarse de Fernando y quedó boca abajo en la cama, con los ojos cerrados. No tenía fuerzas para abrirlos.

Fernando se levantó y cogió sus ropas. Su madre seguía quieta, sin moverse. Su padre se acercó a ella y la abrazó. Lorena, sonrió. Los dejó y se fue a su cuarta. Estaba rendido.

CONTINUARÁ.