El guardavidas
Un compañero de trabajo que no te trastas mucho te puede sorprender en cualquier momento y la podes pasar genial como yo.
El guardavida:
Como todo verano tiene para todos generalmente muchas historias calurosas que contar. Esta es una de ellas que a mi me gusto mucho vivir.
Yo soy profesora de educación física y en el verano trabajo en colonias de vacaciones y en una de mis grandes pasiones que es la enseñanza de natación.
Llego a mi pueblito donde vivo un guardavida a trabajar en la misma pileta donde yo trabajaba y desde ya que como todo nuevo en el pueblo se hizo popular en poco tiempo. Yo solo me dedique a observarlo de lejos, sin entablar grandes conversaciones con el y con poco tiempo para dedicarle a su atención. Era como inevitable no cruzarlos o rozarnos en algunos momentos. El también opto por tomar la misma actitud distante que yo le mostré. Pero el estar en el mismo lugar era motivo para miradas constantemente, de observación, de vigilancia, de curiosidad, y en algunos momentos de deseo Era un chico castaño, no fuera de lo común, pero con un cuerpo bastante bien marcado y trabajado digno de su profesión y claro algo distintivo que para mi sabrán es irresistible una deliciosa piel tersa y bronceada que solo dejaba sensación de querer gozarla con todos los sentidos.
Con el tiempo fuimos relacionándonos más sin llegar a una amistad verdadera ya que la chispita de un deseo oculto parecía que crecía en ambos.
Cuando termino la temporada se realiza una cena de despedida.
Yo ese día había estado dando clases en el gimnasio y había olvidado unas llaves allí, pero antes de ir para mi casa, luego de la cena pasaría a buscarlas.
En la cena tomamos unos buenos vinos que al cabo de la noche se vieron reflejados en nuestra distensión, alegría y sobre todo en la conversación amena con aquel compañero de trabajo casi ignorado hasta ese momento.
Yo me despedí de todos y uno de los otros profes me recordó que pasara por el gimnasio a buscar mis llaves. Cuando me vio salir del salón se acerco por detrás el guardavidas y me pregunto si quería que me acompañara ya que el iba para el mismo lado que yo.
Yo solo lo mire y acepte. El vino había avivado esa chispita de deseo que existía hacia el. Esa pielcita, asomando por el cuello un poco desprendido de su camisa, junto a ese perfume varonil era una clara invitación a saciar mis ganas de probarlo como hombre.
Caminamos sin casi hablar hasta el gimnasio, llegamos y yo entre sin encender la luz para solo buscar mis llaves que sabia donde las había dejado. El entro detrás y cuando yo me apoyo sobre el escritorio para recoger mis llaves que estaban del otro lado siento que el se apoya contra mi cola sujetándome con sus manos fuertes de forma muy dulce pero segura de la cadera.
En ese momento no me sorprendió y como si fuera natural me di vuelta y lo mire a los ojos, el acerco su cara a la mía y hechizada por ese perfume alucinante me acerque a su boca y con mis labios le acaricie los suyos. El no se movió solo cerro los ojos y disfruto de mis caricias.
Yo recorrí su boca con suavidad con mis labios y luego con mi lengua, tibia y húmeda.
Me acerque a su oreja y comencé a besarlo y a recorrerle el cuello bajando por el hasta su nuez que me dejo ver mas al hacer su cara hacia atrás. Mientras mi boca lo recorría mis manos se ocupaban de desprender y sacarle la camisa de color claro que denotaba mas aun esa piel dorada y sin un solo pelo en todo su pecho.
Comencé a bajar por el centro de su pecho y sus manos que antes sujetaban mi cintura se recrearon acariciando mi cabello suave, fino y lacio.
Mi boca ahora la acompañaron mis manos para tratar de sacar ese molesto pantalón y finalmente lo lograron y al hacerlo mi boca se encontró con un cosito tan duro y tan grande que ya ni su bóxer podía sujetarlo.
Subí hasta su cara y allí frente a frente me dio un beso tan apasionado como intenso. De esos besos que solos podrían llevarte a tener un orgasmo espontáneo.
Cuando me soltó lo único que me interesaba era tener todo ese cosito duro adentro de mi boca. Sin darle tiempo a que reaccionara lo metí dentro de mi boca bastante húmeda, y comencé a lamerlo, acariciarlo, degustarlo, hasta que sentí sus gemidos de placer.
El solo estaba ahí apoyado contra el mostrador con las manos enredado en mi pelo gimiendo de placer y yo estaba arrodillada frente a el disfrutando de hacerle todo eso.
Empecé a aumentar la velocidad en meterla y sacarla de mi boca hasta que en un momento él me levanto tomándome de la cara, me giro y bajándome el pantalón mientras me apoyaba contra una maquina se coloco detrás mío.
Comenzó a penetrarme despacio pero sin pausa. Metió su cosito duro y grande en mi cosita más que húmeda y deseosa de que lo hiciera.
Una vez que me lo metió todo, abrió los cachetes de mi cola y se empujo un poquito mas adentro de mí. Nunca había tenido un cosito tan grande dentro de mi, pero yo estaba mas que complacida con la situación.
Me tomo fuerte por la cadera y comenzó a meterlo y sacarlo cada vez mas rápido. Yo empecé a gemir de placer y al escucharme solo me pregunto si me gustaba. A esa pregunta solo hubo una respuesta: - dame mas fuerte y más adentro que me encanta lo que me haces. Mientras ponía una pierna sobre un banco de trabajo para que me pudiera penetrar mas profundo.
No dudo en cumplir mi pedido y así llego un momento que íbamos a acabar los dos juntos. Pero yo quería probar algo más.
Puse mi mano en su abdomen para que se detuviera unos segundos, me corrí sacándole su cosito de mi cosita que estaba inundada de jugos y coloque ese cosito aun muy duro en la puerta de mi colita.
Dándome vuelta y mirándolo con una media sonrisa le pedí: -ahora quiero acá, despacito.
El me sujeto de nuevo y empezó a penetrarme lentamente como le había pedido, abriéndome la colita dulcemente que casi no sentía dolor. Una vez adentro y ajustada mi colita a semejante tamaño, comenzó a moverse y tomar ritmo nuevamente.
Pero yo ya estaba un poco mas calmada mientras que el ya acabaría muy pronto así que notando eso, una de sus manos se dirigió a mi clítoris y comenzó a acariciarlo y allí fue cuando logro encenderme mucho mas.
La situación era muy intensa y ya ninguno de los dos aguantaba mas, entre gemidos constantes de ambos acabamos explosivamente quedando exhaustos tendidos uno sobre el otro.
Nos vestimos y nos fuimos. Yo conseguí mis llaves y también una sorpresa muy placentera.
Llegue a mi casa y lo despedí, espero que la próxima temporada vuelva.
Espero que les haya gustado mi historia y la próxima será de mi primera experiencia con dos hombres, pero eso será en otra como dije. Besos.