El grupo de Victor (9: Un dios de ébano)

El calentón era progresivo, se notaba en las conversaciones, y de los brindis pasamos a las ....

EL GRUPO DE VICTOR (9)

(UN DIOS DE ÉBANO)

El Peta concertó una cita con el Delio en mi casa, para pillarle chocolate y maría para unos porros, y de paso tomarnos unas cervezas en plan colegas. Cuando ya llevábamos cuatro o cinco birras y otro tanto de porros encima, llegó el turno de los chupitos y mi plan de dejar cao al negro. Brindamos por nosotros, por lo colegas, por las pivas de coños grandes, de tetas gordas, culos follables, etc … por todo lo que al moreno de mierda le gustaba.

La droga que me había dejado Miguel, se la fui echando desde el primer chupito y poco a poco iba surtiendo efecto. La sustancia en sí no hacía daño al cuerpo, solo te dejaba dormido, … y con la mezcla que llevaba de afrodisíaco, te mantenía todo el tiempo con una tremenda erección en la polla.

El calentón era progresivo, se notaba en las conversaciones, y de los brindis pasamos a hablar de las folladas de cada uno. Naturalmente el Delio solo hablaba de tías, de como se las tiraba y le metía el cipote por el coño. El Peta también contaba las folladas que le metía a su nueva novia y de lo que le gustaba que le hiciera la niñata para correrse.

Yo solo los escuchaba, pendiente con la mirada del paquetón del negro, que engordaba por segundos y abultaba cada vez mas en el pantalón vaquero. Parecía que surtía efecto el líquido y el relato del Peta, el tío sabía como ponerlo cachondo, contándole posturas guarras y como le gustaba soltar el semen por la polla.

A los tres cuartos de hora, el negro ya estaba fuera de juego, sentado en el sofá, con las piernas abiertas y la bragueta a punto de estallar. Sentado a su lado, puse mi mano encima de su paquete, para comprobar que estaba dormido y cerciorarme de que no hubiera peligro. Si estaba consciente, seguro que me partiría la boca y me echaba los dientes abajo de un puñetazo.

Cuando desabroché el pantalón y se los quité junto con los calzoncillos, lo que vimos el peta y yo fue alucinante, … ¡Que pollazo! … gorda y cabezona, grande como ella sola, de unos 25 cm de larga y unos cojones gordos y peludos.

Tuve que probarla, … el deseo de saborear aquel monstruoso cipote era descontrolable para mi, metermela en la boca, tratando que me cupiera, degustando el sabor de aquel falo de ébano, y postrado oliendo a polla de dos días sin lavar.

Mi colega, el Peta, se arrodilló entre las piernas peludas del Delio, se quedó admirando durante un rato el cetro que portaba el negraco, acercó su cara y le pegó unas lamidas con la lengua. El Peta no solía chuparle la polla a nadie, mas bien le gustaba que se la chuparan a él, pero cuando follaba conmigo, era distinto, se desinhibía por completo, sacaba a la luz sus vicios mas ocultos y deseos mas oscuros. Decía que conmigo, podía hacer realidad sus fantasías, realizar todo lo que le gustaba sin vergüenza ninguna, era él mismo sin cortarse ni un pelo, … mamar pollas, meterse consoladores por el culo, tragarse de vez en cuando mi verga en el ojete, azotarlo mientras se lo estaban tirando, … y lo mas cachondo, lo que lo ponía realmente caliente, era que se corrieran dentro de su culo cuando se lo estaban follando.

Se dió un buen atracón de rabazo, tragó con ansia por la boca como si fuera la única verga del mundo, sin dejar de absorber el baboso pre-cum, que se escapaba por el glande purpura e hinchado del Delio.

– Victor:. ¡Chupa mamón! … ahora que no te ve nadie, … solo yo. ¡Que gustazo! Verte esa cara, esa boca, esos labios de chulo machote mamando un pollón negro.

– Peta:. Tu sigue calentándome, … diciéndome cosas guarras, que veras como te voy a poner el culo maricón. El negro de mierda tiene sentencia entre las piernas, y antes que venga el Jaime, … quiero que me veas como me meto su polla por el culo.

– Victor:. Claro colega, … pero ponte de frente hacía mi, que quiero mirarte sentado encima de su tranca, con tu polla tiesa a la vista, moviéndose y balanceándose mientras te folla el boquete.

Se sentó encima de la polla del negro y se la fue metiendo poco a poco, hasta que la vena gorda que marcaba toda la longitud de aquella verga, se perdió de vista dentro de su culo. Comenzó a subir y a bajar, primero despacio, sin prisa ninguna, y poco a poco fue aumentando el ritmo, hasta que la velocidad fue rápida y frenética. Provocando lo que yo esperaba, verle la polla bailando sin control de un lado al otro, arriba y para abajo, salpicando de gotas de pre-cum por el movimiento, su pecho y mi cara que la tenía casi pegada a su cipote.

– Victor:. Parate ya colega, y reservate para luego, que Jaime está a punto de llegar. No quiero que te pille aquí, … lo hacemos como lo hemos hablado, así que … sacate la polla del culo y ayudame a llevar al negro a mi cuarto.

El Peta pensó, que lo que venía a continuación iba a ser mejor, así que se sacó la verga del culo y me ayudó a llevar al negro a la habitación. Lo desnudamos del todo y lo tumbamos boca abajo en mi cama.

Jaime llegaría en quince minutos, quité las botellas vacías y limpié un poco el salón. El Peta se escondió en el dormitorio de mis padres, a esperar mi señal para entrar y pillar a Jaime con las manos en la masa.

Pegaron a la puerta, era Jaime tan puntual como siempre, bien arreglado, perfumado, y guapo el cabrón, como el solo. Se había puesto una camiseta blanca de tirantas pegada al cuerpo, unos vaqueros azul oscuro marcando paquete y las zapatillas de deporte nike.

Yo me había quedado solo con los bóxer, los cuales estaban húmedos por la parte del paquete, de la excitación del momento anterior, con la polla todavía morcillona … y como es normal en Jaime, se dio cuenta nada mas puso su mirada en mi entre pierna.

– Jaime:. Parece que tienes el pájaro un poco mojado y alegre. ¿Me estabas esperando?

– Victor:. Jajaja … ¡Que mamón eres! … la verdad es que te dije que vinieras, por que te he preparado una sorpresa, … y creo que te va ha molar cantidad.

– Jaime:. ¿Una sorpresa para mi?

– Victor:. ¿Te acuerdas que te pregunté en el viaje, quien te gustaría follarte? … y tu me contestaste, que al Delio, por que te daba morbo el negro.

– Jaime:. Si … me acuerdo.

– Victor:. ¿Sigues queriendo follártelo?

– Jaime:. ¡Claro! … ¡Me encantaría! Pero sé que eso es imposible, al negro drogata no le van nuestros rollos, él solo se tira a las tías y se las folla por el coño.

– Victor:. Nada es imposible, y menos para mi … acompañame tronco a mi habitación, que te voy a enseñar una cosa.

Entramos en mi dormitorio y contemplamos al negraco tumbado encima de la cama boca abajo, dejando bien a la vista el culazo de cachetes gordos, listo para el que quisiera saborearlo y degustarlo a lametones.

– Jaime:. ¡Coñoooo! … ¿Y esto?

– Victor:. Tu querías follártelo y aquí lo tienes, … para ti. Es un regalo que te hago, y no te preocupes, no se despertará hasta dentro de tres horas, tiempo suficiente para saciarte de negro y darte un buen atracón con el rabazo que tiene.

– Jaime:. ¿Y luego?

– Victor:. No se acordara de nada, para él solo habrá sido una siesta, una cabezada a causa de los porros. Después lo vestimos y lo sentamos en el sofá del salón y aquí no ha pasado nada.

– Jaime:. ¿Pero como lo has hecho? ¿Que le has dado?

– Victor:. Nada malo, Miguel me ha dado un licor, … es una droga inofensiva para el cuerpo, solo lo deja dormido, sin voluntad ninguna y a nuestra merced. También lleva un afrodisíaco, que le pone empalmada la polla todo el tiempo y no se le bajará hasta que se despierte.

– Jaime:. ¡Que flipe colega! … me voy a harta de negro, le voy a chupar todo el cuerpo, el cipote, el culo, … todo, tío.

Jaime se desnudó por completo, se lanzó hacía el boquete y hundió su boca con nariz incluida. Lamió repetidamente con la lengua, dejando toda la raja llena de saliva, la boca se le hacía agua al mamón, … de rodillas con el culo abierto a la vista de mis ojos, poniéndome cada vez mas caliente y cachondo.

Hice lo propio y atendí a las suplicas de aquel ojete, que provocaba sin remedio mi boca desesperadamente. Atrapé con mi mano la entre pierna, lo alcé hacía arriba y coloqué su culo a la altura de mis labios. ¡Madre mía! … me puso la mano chorreando de babas de su polla, manaba del capullo lo que no hay escrito, ¡que calentón tenía encima el mamonazo!

Mi amigo flexionó las piernas del Delio hacía arriba, dejando al descubierto unos voluminosos glúteos, gordos, duros, fibrosos, y un agujero mas oscuro que una galleta de chocolate, con una aureola suave y brillante por la saliva.

Yo seguía lameteando el culo en pompa de Jaime, dándole una buena dosis de saliva en el boquete, recorriendo hacía abajo la vena hinchada, que separa el ano de los huevos, mordisqueando todo su volumen y bajando hasta los cojones gordos como globos. Recorría con la lengua desde el ano hasta el capullo, deteniéndome especialmente en los huevos, que me los tragaba los dos juntos en la boca y en el tronco del cipote, donde me daba el gustazo de mordisquearlo y besarlo con mis labios.

Pasado un tiempo salí del dormitorio, dejando solo a Jaime, que seguía dándose un buen atracón a costa del negro. Avisé al Peta que estaba escondido en la habitación contigua, esperando en calzoncillos marcando paquetazo, y hambriento de sexo.

Nos apoyamos en el quicio de la puerta, viendo el cuadro que tenía montado Jaime con el negro. Ya le había dado la vuelta y lo tenía tendido boca arriba, con la polla en su boca, pegandole una mamada de escándalo. El Peta lo miraba lujurioso, sobándose el paquete por encima del slip, mostrando una exagerada y abultada bragueta.

– Peta:. Pero, … ¡que maricona eres Jaime! … no podía creer hasta que lo viera con mis ojos, lo que me había dicho el Victor, … jajaja … ¡eres una maricona chupa pollas! … ¿Te gusta mamarle el cipote a los tíos y que te follen el culito?

Jaime se quedó blanco como la pared, su cara era un poema, no se esperaba que el Peta lo pillara con un tío en la cama, y ni mas ni menos, comiéndole la polla. Su colega de porros, el amigacho que salía con él de marcha, y se ligaban a las pivas, lo había descubierto, … y yo había destapado su secreto y sus gustos.

La erección de su rabo se fue bajando por segundos, no hablaba, ni se movía, solo me miraba a mi, con una expresión en los ojos de vergüenza y una pregunta sin palabras … ¿por que me has traicionado?

– Peta:. Pero sigue colega, no te pares. Termina de mamarle la polla al Delio, chupasela como una guarra, y después te vienes a por la mía que la tengo super empalmada, y con ganas de una boca como la tuya.

– Jaime:. ¿Pero que puto juego es este? … ¿Que me has traído aquí, para reíros de mí? … ¿Para dejarme en ridículo, como un mierdas delante de mi colega? … ¿Y tu encima me pides, que te chupe la polla cabrón?

– Peta:. ¡Escucha a la mamona!, … pues claro tío, … si tengo la polla que me va a reventar por tu culpa cabrón, todavía no me puedo creer que mi colega, un macarra como tu, un tío macho ponga el culo, para que te lo follen.

– Victor.. Y espera que te chupe la polla, vas alucinar con esa boca que tiene la mamona, … te correrás del gustazo cuando te la coma, y el culo ya ni te digo … tienes que probarlo Peta.

– Peta:. ¡Como vendes el pescado colega! … espero que sea bueno, por que no veas como estoy de caliente.

– Jaime:. Eres un cabrón de mierda Victor, … te voy a partir la boca hijo puta.

– Victor:. ¡Tranqui tío! … que todo está controlado. El Peta es mi colega, mi compañero de perversiones, el que me ha ayudado a preparar esto y algunas cosillas mas.

– Peta:. No te rayes tío, aquí vamos todos del mismo palo. Ya sabía que te van los tíos y desde que me lo dijo el Victor, estoy loco por pillarte ese culito que tienes, … ¿O no quieres?

– Jaime:. ¡Pues claro que quiero! … ¿Tu sabes la de veces que nos hemos puesto ciegos de porros, los dos tumbados en mi cama hablando en calzoncillos, marcándose tu paquete, con una calentura que me subía por las paredes, … o en tu coche, la veces que me habría agachado para chuparte la polla, y que me follaras hasta que me destrozaras el culo? … ¿Y me preguntas que si quiero?

No hubo mas palabras, Jaime se arrodilló delante del Peta, pegó su cara entre sus piernas y olió profundamente con la nariz la polla, aun tapada por los calzoncillos. La agarró con los dientes suavemente y comenzó a mordisquearla por todo el tronco, a lamer el cabezón mojandole la tela. El Peta le cogió la cabeza y apretó con fuerza su cara contra el paquete, se restregaba por el surco que formaban sus labios, saliendose el capullo por el lateral del slip de los movimientos bruscos. Aprisionado el glande por el elástico de la bragueta, Jaime lo engulló en su boca succionando hacía dentro, tragándose el líquido espeso que salía del cipote del Peta, … que como siempre era abundante, ya que el colega cuando se ponía caliente mojaba muchísimo.

El chulazo lo levantó y lo tiró encima de la cama, lo puso a cuatro patas, con el culo bien abierto y a la vista, agarró el pollón del negro y se lo dió para que lo mamara. Mientras Jaime estaba en plena faena de chupar, el Peta ya le había abierto camino en el boquete con la mano, llegando a meterle hasta el puño entero. El Jaime no era hombre, gritaba como un animal al mismo tiempo que se corría, soltando escupitajos de semen en mi boca, que yo, no desperdiciaba y bebía con mucho gusto.

El Peta se sentó en lo alto de la polla del Delio, poniéndose de espaldas al negro y de cara hacía mi. Se tragó por el culo, todo aquel cipotón de ébano de una sola embestida, hasta el fondo y chocando los cachetes con los huevos del negro.

Después subió a Jaime encima de él, apoyando la espalda en su pecho y haciéndole tragar por el ojete toda su tranca gorda y super dura.

– Peta:. ¡Joder! … ¡Que gustazo de culo cabrón! … que ganas te tenía colega, de follártelo y partirtelo a pollazos.

– Victor:. ¡Que morbazo tíos! … veros como os folláis, con las pollas dentro de vuestros culos, … ¡Que gustazo! … ¡Que vicio!

– Peta:. ¡Tu, maricona! … ponte a trabajar chupa pollas, y hazle una buena mamada a mi coleguita Jaime, … ¡Que culo mamón! … ¡Que culo!

– Jaime:. ¡Sigue tío! … ¡Que placer! … como me pone tu polla cabronazo, … Aaaahh … siiiii … ¡Que gusto colega!

Me puse a mamar la verga de mi amigo Jaime, mirando en primera linea, como los nabazos pegaban en los culos entrando y saliendo de los boquetes. Escuchaba los chapoteos de las clavadas, los golpes de los huevos chocando con los glúteos, olía el sudor de sus cuerpos, sus nabos, sus entre piernas, y ¡que rico olor!.

Sacaba la polla del Delio, la chupaba un poco y la volvía a meter dentro del ojete del Peta. Hacía lo mismo con la de él, la sacaba del culo de Jaime, le daba unos cuantos chupetones y la clavaba denuevo dentro de su culo.

Los movimientos que le daba el Peta al cuerpo del Jaime eran bestiales, agarrándolo por el torso, lo subía y lo bajaba a gran velocidad, como un tío salvaje, un fiera vicioso y descontrolado. El otro no para de jadear de gusto, como una guarra, como la putita del macho que se lo estaba tirando, y haciendo suya esa polla tragándosela hasta el fondo del recto.

La culminación vino con la corrida del Peta dentro de su culo, llenandoselo entero de semen caliente y viscoso. Goterones de leche resbalaban por el cipote del colega, saliendose del ano de Jaime y manchando los cojones del Peta y el pubis del negrata.

Le hizo limpiarle la polla a base de bien, de joderle el culo, pasó a follarle la boca, y el nota, no se conformaba con cualquier cosa, quería una lavada de rabo a fondo y con dedicación.

Después de sacarle brillo al cipote del Peta, se subió encima del Delio, con su pecho tocando el del negro, los huevos apoyados en el abdomen, el culo en pompa con el agujero abierto y frotándose con la verga del negrazo. Yo me puse de pie en lo alto de la cama, suplicándole con la polla una mamada de las suyas y poder darme el gustazo como otras veces, de correrme en su boca.

El Peta devoraba su culo, chupaba la polla negra, la pasaba una y otra vez por la raja del ano y se la encalomaba dentro tapando el agujero. Así estuvo un buen rato, sacando, chupando, metiendo, hasta que la dejó dentro y la juntó con la suya, follándose el culito y compartiendo boquete con el negro. A Jaime le gustaba que se lo follaran dos pollas, … por que la mamada que me estaba dando en el nabo era monumental de cojones, … no pude aguantar mas y le solté todo lo que llevaba dentro de los huevos.

– Victor:. ¡Me corroooooo! … Aaaahh … ¡Que gustazo mamona! … me haces disfrutar como un loco, niñato, … ¡Traga! … Aaahhhh.

– Peta:. ¡Que culo tienes, joder! … que razón tenías Victor, … ¡Como folla el cabronazo! … ¡Que gusto da follarle este culo! … Aaaahh … ¡Me voy a correr otra vez! … ¡Siiiiiii! … ¡Tomaaaaaaa!

– Jaime:. ¡Me corro yo también! … Aaaahh … no me la saques del culo cabrón, … ¡Siiiiiii! … dentro, toda dentro … ¡Me corroooooo!

Cerca de dos horas estuvimos liados con la follada, cuando terminamos limpiamos al negro de cualquier resquicio que hubiera quedado de semen, lo vestimos y lo sentamos en el sofá del salón, en el mismo sitio que había estado.

Saqué unas cervezas para charlar mientras esperábamos que el Delio despertara del sueño.

– Peta:. Ha sido bestial tíos, lo he pasa en grande contigo Jaime, me ha encantado poder follarte el culo y quitarme el deseo de una jodida vez.

– Jaime:. Yo también he disfrutado a tope, … pero esta no te la perdono Victor, … esto se avisa coño, y viene uno con el cuerpo hecho.

– Victor:. Jajaja … no te quejes mamón, que has disfrutado como un cerdo en una charca. Además, si te lo hubiera dicho no habría sido una sorpresa.

– Jaime:. ¡Y que sorpresa, joder! … si ayer me hubieran dicho que me iba a follar el Peta, no lo habría creído. Ni veces que tuve la oportunidad de tocarle el paquete, o chuparle un poco el capullo, cuando se ponía hasta el culo de porros y caía del ciego rendido en la cama.

– Peta:. Pero que gilipollas eres colega, ¿cuantas veces en el coche fumando, hemos tenido conversaciones de las guarras? … ¿O en tu cuarto, los dos en calzoncillos tumbados en tu cama y colocados de porros? … pues ahí, es donde calentaba el ambiente y te ponía cachondo, … y tu, nada, que no te enterabas colega.

– Jaime:. ¿Tu estás loco tío? … ¿Y, si te meto mano y me partes la boca? … ¿Eh? … pues al final me tenía que ir al baño y hacerme una paja, a tu salud, claro está … Jajaja.

– Peta.. ¡Que hijo puta!, … jajaja … me hubieras llamado coño, … pero el peor de todos, este mamón del Victor, que lo enreda todo como él quiere y al final se sale con la suya.

– Victor:. ¡Eh! … que yo solo os doy lo que queréis, ¿O no? Bien que habéis disfrutado como guarras los dos. Y cambiando de tema, … Peta, ¿tu no tenías que contarme lo de la hermana de Isabela?

– Jaime:. ¿No me digas que te has tirado a la hermana?

– Victor:. ¡Calla colega! … jajaja … que la hermana, es un tío, un travestí. Pero no te preocupes que al Peta, eso es lo que le pone mas caliente, follarse a un travelo es lo que le da mas gusto y con lo que mas disfruta del mundo … jajaja.

– Peta:. Como sigas así tío, no te cuento nada y te vas ha quedar con las ganas.

– Victor:. No te mosquees tronco, que es de broma, … venga cuenta tío.

– Jaime:. Si, cuenta colega.