El grupo de Victor (8: mi amistad con el peta)

Nadie del grupo sabe de este colegueo que nos traemos el peta y yo, el no quiere y yo respeto su decisión ...

EL GRUPO DE VICTOR (8)

(MI AMISTAD CON EL PETA)

Llamaron al timbre de la puerta, ya eran las seis y media, la hora en la que habíamos quedado con el Peta en mi casa. Abrí la puerta y después del saludo de rigor entre tíos, lo invité a que pasara dentro. Ya le había dicho David, que yo quería hablar con él, los dos siempre hemos tenido muy buena relación y hemos compartido marchas, salidas, drogas, fiestas y, … muchas cosas mas.

Me refiero por ejemplo a la noche vieja que contó Luis, el hecho de que el Peta se comportara como lo hizo, y se follara a mi amigo, no fue por que surgió la cosa, … ya estaba mas que preparado, y mas que hablado entre él y yo.

Os explico un poco, … nosotros somos tíos que no se nos nota nada de pluma y que vamos de super machos por la vida, eso de cara a la galería, … para pivas, tíos que no entran en nuestro circulo o que no nos gustan, familia, amistades, etc

El Peta es un tío que le va todo, digamos que es bisexual aunque le tiren mas las tías, pero que de vez en cuando se lo hace con tíos y se monta el solito sus folladas. Lo se, por que conmigo se lo ha montado algunas veces, y por que los dos frecuentábamos el mismo parque en busca de sexo nocturno.

Lo espiaba algunas noches dentro del coche, veía como se adentraba por los arboles, y al rato salía con algún niñato, que se llevaba en su Megane Cupé para follárselo. Una noche lo seguí sin que se diera cuenta, y escondido en la oscuridad pude verlo sentado en un banco del parque, con la polla en la boca de un tío, mientras le hacía una mamada.

Un día mi curiosidad pudo mas que el temor, a que pudiera pillarme espiándolo y al poco tiempo de que él entrara lo seguí, y lo vi sentado en el mismo banco. Esa vez fui yo quien se sentó junto a él, no dijimos nada, solo nos miramos cara a cara, a los ojos, … alargué mi mano hasta su bragueta, bajé la cremallera y saqué su empalmada y dura polla.

Sin quitarnos la mirada comencé a pajearle el cipote, sacaba mi lengua y me la pasaba por los labios, provocandolo y poniéndolo cachondo. Me fui abriendo de piernas sentado, espatarrandome mientras yo me tocaba el paquete, sobando y tocándome la polla por encima del pantalón corto, muy excitado y morboso por hacer algo prohibido y a escondidas.

Acarició mi cara, tocó con sus dedos mis labios y acto seguido me los metió dentro de la boca. Se los chupé, los mamé, y llené de saliva todos ellos, para luego él bajarlos hasta la ingle, meterlos por un lateral de la tela y llegar a la raja de mi culo. Con la mano que le sobraba, la posó en mi cabeza, cerró el puño agarrándome de los pelos y me la fue bajando hacía el glande de su polla.

A un centímetro su verga de mi cara, pude aspirar su olor a limpio, a hombre macho, a cipote rompe coños. Sin embargo ahí estaba, esperando mi lengua, queriendo follar mi boca, darse gusto en el rabo con mi boca y disfrutar de una buena mamada.

El cabrón está buenísimo de vicio, para chuparle la polla y lo que el quiera, y como quiera. La besé por todo el capullo, lamí cada rincón y cada pliegue de su piel, la metí en la garganta desde el cabezón hasta la base, tocando con mis labios el pubis y sus huevos. Le dí una buena mamada a base de bien, hasta quedarme sin respiración, con aquella tranca metida en la boca, saboreando las gotas de pre-cum que resbalaban mezcladas con mi abundante saliva, que yo degustaba y tragaba por mi garganta.

El Peta, ya me había recostado en el banco, poniéndome las piernas juntas y dejándome el culo al aire, con el pantalón bajado hasta las corbas. Quien estuviera mirando, se estaba poniendo las botas conmigo, la raja del culo toda abierta por los dedos del Peta que no se cansaba de metermelos y abrirse camino dentro de mi boquete.

Cada vez aumentaba mas la velocidad de su mano, apretando mi cabeza contra su verga, elevaba su pelvis, contrayendo los músculos de las piernas y hundiéndome la cara a tope, cortándome la respiración con esa tranca llenándome la boca. Llegó un momento que me tenía chupándole la polla con la cabeza pegada entre sus piernas, sus manos apoyadas en el asiento del banco y el cuerpo por la parte de las caderas totalmente elevado. Así me tuvo hasta que le dió la gana, sin ningún rechazo por mi parte y complaciendo tanto a su polla como mi boca.

Contra el árbol grande que había al lado, me echó el cuerpo dándole la espalda a él y el culo alzado y con los pantalones cortos por las rodillas. Allí mismo me abrió los cachetes y clavó su pollón en mi boquete, de un solo movimiento. Follaba mi ojete y masturbaba con su mano mi verga, estaba en el séptimo cielo, gozando de aquella polla, que tantas veces había deseado meterme por cualquiera de mis agujeros. Apretaba fuertemente con sus manos mis muñecas, alzando mis brazos hacía arriba apoyados en el árbol, mientras él embestía empitonandome como un toro salvaje mi pobre y dañado boquete del culo.

A punto de correrse sacó la verga de mi ojete, me dió la vuelta hacía él, y tirándome de rodilla al suelo me la metió en la boca. Un caudal de semen inundó mi traquea, resbalando a chorros hasta el estómago, sin parar de escupir por el capullo leche a borbotones y cogiéndome la mandíbula con las manos, para que no intentara sacar su polla de mi boca. No tenía la mas mínima intención de hacerlo, quería tragarme entera esa lefa como fuera y ahora que tenía la oportunidad, no iba a desperdiciar ni una sola gota.

Me corrí sin tan siquiera tocarme el nabo, mi musculo viril se convulsionaba lanzando semen por el agujero del capullo, que pegaban contra su pierna y manchaban sus pelos.

A partir de ese día el Peta y yo comenzamos una amistad muy estrecha, en secreto, solo para nuestros vicios y perversiones. Nadie del grupo sabe de este colegueo que nos traemos entre manos, mayormente por que el Peta no quiere y yo respeto su decisión.

Los dos hemos follado muchísimo, solos, o acompañados por otros tíos, pero siempre fuera de nuestro circulo. Tanto al Peta como a mi, nos gusta dar rienda suelta a nuestra imaginación, hacer locuras, cosas prohibidas, folladas lujuriosas, sexo fuerte y vicio, … mucho vicio.

Mas de una jodienda la hemos preparado a conciencia, seleccionado al tío … o a los tíos, provocado situaciones, pervirtiendo a colegas y en algunas ocasiones rozando lo ilegal.

Aquella noche vieja estaba mas que hablada, el Peta llevaba tiempo diciéndome que quería tirarse a Luis, … que lo ponía cachondo y que se calentaba muchísimo verle el culo que tiene en calzoncillos, … pero no se atrevía a insinuarle nada por respeto a la hermana, y por que no sabía como iba a reaccionar su cuñado. Yo le dije al Peta, que Luis se prestaría aponer el culo, pero que tenía que hacerlo como yo le dijera.

Por supuesto Luis, no saben nada de todo esto, el comportamiento que tuvo su cuñado esa noche, las conversaciones de sus folladas, los magreos que se daba en la bragueta, ponerlos hasta el culo de porros, … y lo principal y mas importante provocar a Luis, ponerlo cachondo con la polla a tope.

Toda la lección la llevaba aprendida el Peta, menos lo de los gemelos, con eso no contábamos ninguno de los dos, pero al final salió bien, mejor de lo que habíamos imaginado.

Entramos al salón y nos sentamos en el sofá. Le pasé una birra, sacó un petardo ya liado del bolsillo de la cazadora y comenzamos a fumárnoslo.

– Peta:. ¿Que pasa tío?, me ha dicho el David que querías hablar conmigo.

– Victor:. No pasa nada, solo quería saber de ti, y proponerte uno de nuestros polvos viciosos. Claro, … si te apetece.

– Peta:. Tu sabes que contigo siempre me apetece, y si es como el último que echamos, … mejor. No veas que culo tenía la maricona, … cada vez que me acuerdo del niñato metiéndose la botella de champan, se me pone la polla dura.

– Victor:. Jajaja … si, era bastante guarra el Wachy, ya te lo advertí. ¿Pero no puedes negar que te lo pasaste de vicio? … te lo dije cuando íbamos a recogerlo, que te iba a presentar a un niñato que le gustaba follar, y que no se asustaba de nada.

– Peta:. ¡No, … ya!, el que se asustó fui yo cabrón … jajaja. Un poco mas y me deja sin leche en los huevos el mamón, ¿cuantos polvos le echamos ese día? Por que yo perdí la cuenta, tronco.

– Victor:. Yo que se tío, … por lo menos nos corrimos cinco veces, … además, parábamos un rato y el cabronazo empezaba a jugar con las pollas, y nos la resucitaba otra vez. No tenía hartura esa boca y ese culo del bujarra.

– Peta:. Era buenísimo el brasileño, ¡no te digo colega! … mirame el paquete, … es que me acuerdo de la follada y me pongo burro.

– Victor:. Jajaja … para potro, reservate para lo que quiero hacer. Haber, … la última vez que nos vimos, te estuve hablando de lo que me gustaría follarme al Jaime, bueno … pues ya me lo he tirado.

– Peta:. ¡No me jodas!

– Victor:. Si, … ya te dije que tarde o temprano, me lo follaba y le hacía chuparme la polla, … ¡y como la chupa!

– Peta:. ¡Que morbazo colega! … nunca me lo hubiera imaginado, … bueno imaginármelo si, por que el cabrón está bueno y tiene mas de un polvo, pero si tu me lo dices, te creo. Con la pinta que tiene de chulo macarra, nadie lo diría y además, que siempre va de macho con los colegas.

– Victor:. Pues igual que tu, por eso lo calé desde el primer momento y como tu comprenderás no iba a dejarlo escapar sin probarle ese culito tan sabroso que tiene.

– Peta.. ¿Y como fue la cosa? ¿Como se dejó que le follaras el culo tío?

Le conté al Peta con pelos y señales, nuestra experiencia con Jaime en el viaje del instituto a Venecia, y como, nos lo habíamos tirado en la habitación del hotel con su ex-cuñado incluido. También la follada con el camarero;

– Victor:. Jaime el machote chulillo, le comió la verga untada de mermelada, me lameteó la raja del culo y se folló al camarero montandolo encima de su cipote … ¡vicioso! … mas que nosotros.

– Peta:. ¡Joder! … ¡joder! … ¡Joder! … eres muy fuerte mamón, eres un peligro cuando te pones a maquinar con esa cabeza. ¿Y que quieres que nos lo follemos los dos? … por que yo estoy dispuesto, ¿O ya has pensado en una de las tuyas?

– Victor:. Delio, el negro de mierda que nos vende el costo, pone al Jaime todo cachondo, y lleva ya tiempo con ganas de follárselo. Así que, … ¡lo vamos a violar!

– Peta:. ¡Estás loco! … el Delio es de mucho cuidado, … ese no se anda con chiquitas.

– Victor:. Tranquilo, cosas difíciles y peores hemos hecho, ... con lo que le voy a dar, no se acordará de nada. Nos lo vamos a tirar los tres, y el negraco ni se va a dar cuenta.

– Peta:. ¿Y como lo vamos ha hacer?

– Victor:. Verás ….