El grupo de Victor (22: el novio de oscar)

Oscar era el único de los cuatro que tenía novio, y esa noche iba a probar el sabor de las pollas de mis colegas y la mía ...

EL GRUPO DE VICTOR (22)

(EL NOVIO DE OSCAR)

(El siguiente de la  lista ... Oscar.)

Oscar era el único de los cuatro que tenía novio, llevaba con su chico unos 4 años  según pude enterarme y por nada del mundo le gustaba compartirlo con nadie, ni siquiera con sus socios. Se le veía bastante celoso con su pareja, Oscar es el tipo de tío que se puede tirar al que le de la gana, pero su novio nada de otros hombres, tiene que serle fiel hasta la muerte. Lo tenía super controlado, vigilaba cada paso que daba, lo llamaba mil veces al móvil, y manipulaba al novio como le daba la gana. Osea en una palabra … ese era su punto débil (el novio).

Por lo que había descubierto de el, era hombre de costumbres, siempre salia puntual para el trabajo, comía en el mismo restaurante los Martes por la noche con su pareja, frecuentaba las mismas amistades, que aparte de sus socios y un par de amigas, no se le veía con nadie mas. Los Viernes por la noche tocaba polvo con el cónyuge, y esto lo sé … por que se les podía ver a los dos, por las grandes cristaleras del dormitorio, que daba a la parte de abajo de su casa. La exhibición que daban los dos era de película porno, se escuchaban los gritos y los gemidos a un kilómetro de distancia. Las posturas eran de lo mas variado, el novio no le hacía asco a nada que Oscar le ordenara, y a decir verdad, … con ese tío tan bueno, chulo morboso y con esa polla … ni yo, ni nadie.

(La trama)

Durante los dos meses que pasaron desde la violación de nuestros culos, yo había estado preparando a fondo un plan para cada uno de los cuatro cabrones, y creerme si os digo que me lo curre de cojones.

El restaurante donde van Oscar y su novio a cenar los Martes, trabaja de camarero el hermano de Yago, que es un antiguo ligue mio y que de vez en cuando, necesito verlo para follármelo por el culo. Yago es de esos amigos que pase el tiempo que pase, parece que hablaste con él ayer mismo y a lo mejor llevamos un año sin vernos. Al mismo tiempo da la coincidencia que el novio de Oscar trabaja de comercial de seguros con Yago y por eso mi antiguo ligue jugaba un papel muy importante en esta venganza.

Yago no tiene vergüenza ninguna, por eso me encanta salir con él de copas, follar con él en los sitios mas insospechados y morbosos que te puedas imaginar. El tío es una caja de sorpresa, no sabes por donde te va a salir el nota, lo que se va a inventar y con que cosa nueva te va a sorprender.

Durante el tiempo que estuve con él me lo pasé de puta madre, fornicábamos como conejos a todas horas, daba igual donde, la hora, quien estuviera, … pero la cuestión era lo posesivo y acaparador que se volvió conmigo, y eso fue lo que destrozó la relación. Mas que nada, por que yo soy muy puta y me gusta mucho una buena polla y un tío bueno, y Yago no aguantaba eso de mí.

Yago es mayor que yo, tendrá ahora unos 27 años, alto, fuertote, moreno de piel, ojos color caramelo, pelo negro, y un culo y una polla de escándalo.

Lo llamé por teléfono a su casa y de momento quedamos para vernos en la mía. Le expliqué con todo detalle el plan que tenía en mente, todo lo que él tenía que hacer y como lo íbamos a pasar de vicio. La cuestión era preparar una cena en parejas en casa de Oscar y su novio. Como ellos se conocían del trabajo y tenían muy buena relación de compañeros, no sería ningún problema, ya que Salva (el novio) lo había invitado en varias ocasiones.

–                   Yago:. Todo esto me parece muy bien, … la trama, … tu venganza, … tu vendetta …  ¿Pero que saco yo de esto? … ¿Como me lo vas a pagar?

–                   Victor:. ¿Que quieres dinero cabrón? … jajaja.

–                   Yago:. ¡Dinero! … ¡nooo! … Te quiero a ti, quiero cobrártelo en una pedazo de follada, … disfrutar como locos, como hacíamos antes Vic.

–                   Victor:. Tu sabes que nada puede ser como antes Yago, … tu obsesión conmigo no era normal y además esto lo hemos hablado ya mil veces. Si tu quieres un polvo, lo echamos como lo estamos haciendo ahora, que cuando nos apetece nos vemos y follamos, … pero no quieras buscar ya, donde no hay Yago.

–                   Yago:. ¿Como ahora? … ¿Cuanto tiempo llevas sin llamarme Vic? … desde que sales con tus nuevos colegas, ya no quieres saber nada de mi, … no contestas a mis llamadas, no quedas conmigo para salir, desde hace mogollón de tiempo solo nos hemos visto dos veces, …  pero como ahora me necesitas, pues aquí está el gilí pollas de Yago, … el tonto de turno que te hace todos los favores que quieras.

–                   Victor:. Yago, … no te pongas así, tu sabes que te quiero mucho tío, … y si no quieres ayudarme lo entenderé.

–                   Yago:. No digas tonterías Vic, … sabes perfectamente que haré lo que tu quieras, ¿Y sabes por que? … por que te quiero cabrón, … por que me hablas y me derrito por ti, y todavía sigo esperando que vuelvas conmigo.

Acerqué mis labios a los suyos y lo besé tiernamente. No sabía si estaba cometiendo un error, por que Yago seguía muy pillado por mi, pero en ese momento me apetecía muchísimo sentir el calor de su boca, el tacto de sus labios carnosos junto a los míos, el tacto de sus manos rodeándome la nuca, el roce de mi pierna tocando su abultado paquete, y su cálida saliva inundando mi boca.

Sin darnos cuenta, ya nos encontrábamos en mi dormitorio tumbados encima de la cama y totalmente desnudos. La lengua de Yago hacía estragos en mi agujero anal, agarraba mis cachetes con sus manos separándolos a tope, mientras lameteaba sin control y con frenesí el redondeado boquete de mi culito. Lengua adentro, lengua afuera, … sin parar, lamiendo cada palmo de piel, tocándome la polla con la mano, masturbándome, pajeándome, cascandomela con furia y super rápido. En la postura que yo tenía, de rodillas encima de la cama, con el culo totalmente abierto, la verga colgándome por abajo, … me sentía como una vaca ordeñada, con las dos manos frotaba hacía abajo muy fuerte, luego hacía arriba hasta descapullarme el glande a mas no poder, con un dolor de gusto y placer indescriptible, apaciguado de vez en cuando con un lametazo de su lengua. Yo estaba mordiendo sabana del gustazo, con la cara pegada al colchón por la fuerza violenta de sus golpeteos de boca en mi trasero, sufriendo de gozo por los mordiscos incontrolados que me daba en el ano y esperando con ansia que me penetrara cuanto antes con su cipote.

Me dió la vuelta tumbándome boca arriba en la cama, se echó encima de mi restregándose la polla junto con la mía, todo mi cuerpo sentía su calor tocándome la piel, como me quemaba su calentura, notando su fuego morboso, percibiendo ese vicioso deseo de poseerme y tenerme solo para él. Me tenía al límite, a mil por hora, cachondo perdido, derretido por él, como un esclavo que quiere complacer a su amo y darle todo lo que él le pida.

Cuando me clavó la polla en el culo, fue como una explosión de placer dentro de mí, taladraba con cariño mi ano, me follaba delicadamente como si fuera la primera vez que se acostaba conmigo, y eso me desconcertaba un poco. Yago era de todo menos delicado, si había algo de él que me empalmaba la polla, y me calentaba a mas no poder, era su salvajismo, su parte bestia de macho sin pluma ninguna, el niñaterío chulesco que se gastaba con los colegas y el aire macarra al andar y al hablar.

No paraba de comerme la boca mientras me follaba el culo, agarraba mi nuca con su mano llevándome los labios junto a los suyos, mezclando nuestras salivas, uniendo nuestras babas lujuriosas, … y mientras yo, le cogía los cachetes del culo con fuerza, apretándolos con avaricia, de puro egoísmo, solo para mí, … era mío, y solo mío.

Se volteó sobre el colchón lentamente, poniéndome encima, sentado sobre su nabo, de cara hacía él para verme el rostro, mientras gozaba de la pedazo de  envergada que me estaba dando, y poder mirar mi cipote duro, tieso, grandote, mientras me cabalgaba sin parar.

Solo deciros que aquello era delicioso, sentir aquello tan duro golpeándome por dentro, abriéndome el culo en canal, recibiendo lo mío a base de buenos cipotazos que me destrozaban por completo el húmedo agujerito. Los hilillos de pre-cum baboso se deslizaban por mi capullo, salpicando su abdomen moreno, bronceado por el sol, formando pequeñas gotas que brillaban en su piel. Unas veces me abría con las manos los glúteos, para recibir en su totalidad su falo, otras le apretaba los pectorales, pellizcándole con fuerza y con malicia los pezones duros como piedras. Comencé a pegarle por el cuerpo del gustazo tan grande, que me estaba haciendo sentir, … eso es lo que realmente le gustaba, lo ponía calentón perdido, como un vicioso de mierda y un grandísimo chulo hijo de puta. Le encantaba que le pegara, que le diera fuerte, donde fuera, … en la cara, en el cuerpo, en el culo, la polla … etc … un buen masoquista de mierda.

Después del tercero o el cuarto tortazo en la cara, se corrió dentro de mi ano sin control ninguno, el cabrón se plegó todo cuanto pudo, hasta que mi cipote entró en su boca, y sin dejar de darme por el culo, de soltarme leche caliente a borbotones, me la chupó como un fiera hasta correrme en su hocico.

–                   Victor:. Veo que te ha gustado el reencuentro chaval.

–                   Yago:. He alucinado follándote el culo, y sacándote la lefa de tus grandes cojones mamoncete. ¿A ti no te ha gustado?

–                   Victor:. Me has hecho gozar muchísimo, ya echaba de menos tu verga dura y jugosa.

Después del buen polvo y de charlar un buen rato, nos pusimos manos a la obra.

(El plan)

La cita para cenar estaba concertada, pero esta vez sería en casa de Oscar y Salva y no en el restaurante donde iban siempre. Salva había invitado a Yago con su ligue, un muchacho que supuestamente estaba enrollado con él, desde hacía varias semanas. Mi amigo le había estado comiendo la cabeza, hablándole de lo bueno que estaba, de lo bien que se sentía con el muchacho y del gustazo que le daba en el nabo cuando se la chupaba. Le contó las diversas posturas que hacían los dos cuando follaban, lo puta que se ponía en la cama, … como lo ponía calentón el niñato de cojones, hasta el punto de tener que tirárselo y follarle el culo en el primer descampado que encontraban, o en el water de un bar, en el mismo cine viendo la película y rodeado de gente. Realmente no le mentía en nada, así era nuestra relación cuando estábamos juntos, y mas sitios con bastante morbo nos sirvieron para echar un buen polvo.

Aunque Salva se reprimía de cara a la galería, con Yago tenía una especie de complicidad bastante sana y sincera. Con él se desinhibía por completo, no tenía reparo en hablar de sexo, sobre todo de sus polvos con Oscar, con Yago se quitaba la coraza y se sinceraba. Cuando Yago le contaba sus folladas, le gustaba ver la reacción de su cara, la expresión que ponía de calentona y viciosa, las ganas que llevaba dentro de ser su boca y su culo, el que probara el buen cipotón de mi amigo, y su compañero de trabajo. Se le notaba mogollón que le atraía Yago, (según me había contado mi ex ligue) la bragueta le reventaba de la empalmaera, que cogía al escuchar con todo detalle las escenas que le relataba su compañero, … le decía la postura que mas le gustaba cuando le chupaban la polla, el culo tan abierto que tenía el niñato que se había tirado la noche anterior en el coche, de lo puta y guarra que le gustaba que fuera la maricona y que no le hiciera asco a nada de lo que le pidiera.

Mas de una vez tuvo yago tentaciones de agarrarle el paquete, sacarle la polla de los calzoncillos, darle unos buenos lametones en el capullo, y cuando lo tuviera a punto, ponerlo a cuatro patas en el suelo y follárselo sin parar hasta que chillara de gusto al correrse. Pero nunca lo intento, al no saber como reaccionaría Salva, a lo mas que llegó fue a insinuarse y a calentarle la polla a cada dos por tres.

La venganza.

El acompañante y supuesto ligue de Yago, era indudablemente mi menda, así que nos presentamos en su casa a la hora acordada, con una botella de vino como presente y previamente preparada con una gran dosis de mis liquiditos … ya me entendéis.

Cuando Oscar me vio al abrir la puerta, se le cambió la cara al instante, una expresión de … por favor no digas nada delante de mi novio … se reflejaba en su rostro, aunque intentaba disimularlo y que no se le notara delante de Yago. Muy cortesmente nos invitó a que pasáramos, después de ser presentado por mi acompañante, … pura formalidad, por que él y yo ya nos conocíamos, había tenido el gusto de conocer bien mi culo y yo su grandísima polla. Entrando en el salón nos recibió Salva con una gran sonrisa en la boca y un par de besos muy cariñosos.

–                   Salva:. ¡Por fin nos conocemos! … Yago me ha hablado tanto de ti, que es como si ya te conociera de siempre.

–                   Victor:. Espero que todo lo que te haya dicho sea bueno, jajaja.

–                   Salva:. Claro hombre, … todo era buenas cosas.

–                   Yago:. Bueno … jajaja … alguna mentira que otra se me ha escapado.

–                   Victor:. ¡Oye!

–                   Salva:. Jajaja … no … no le creas.

–                   Oscar:. ¿Y cuanto tiempo lleváis juntos?

–                   Yago:. Algo mas de dos meses … mas o menos … ¿verdad Vic?

–                   Victor:. Si … mas o menos. Hemos traído esta botella de vino para tomárnosla ahora si queréis.

–                   Salva:. Muy buena idea, … cariño ábrela tu que entiendes mejor de estas cosas y sirvenos una copa a cada uno.

–                   Victor:. Si … ábrelo como tu sabes Oscar, que se te da bien … bueno, lo digo por que tu trabajas en un bar de copas me ha dicho Yago y sabrás mas que nosotros como abrirla.

–                   Oscar:. Si hombre, … se me da bien descorchar … y entaponar también … jajaja … ¿verdad cariño?.

–                   Salva:. Jajaja … no seas malo cari y sirve ya las copas de vino.

Estuvimos charlando un buen rato mientras nos bebíamos la botella de vino, cuando estuvo lista la cena, Salva nos indicó muy amablemente donde teníamos que sentarnos. La mesa comedor no era muy grande, a mí me tocó sentarme entre Oscar y Salva, las rodillas de ambos rozaban sutilmente las mías, podía sentir el calor de sus muslos pegados a mis rodillas, y la presión que ejercían sobre ellas.  A Yago lo tenía en frente, me miraba con su cara de niño malo de no haber roto nunca un plato, el punto que tenía por el vino me hizo recordar su boca alrededor de mi capullo, su lengua rozando la piel venosa del tronco, me venía a la mente su rostro de chulo y estaba poniéndome realmente calentona de cojones, … como una puta viciosa.

La cuestión es que yo no era el único, … Yago me hacía señales para que mirara por debajo de la mesa, con una mueca de placer en su cara, mordiéndose suavemente el labio inferior, hice caer la servilleta al suelo para poder agacharme y al recogerla vi como Salva tenía puesta la pierna encima del paquete de Yago. Se restregaba el muslo contra la bragueta bien abultada de mi amigo, provocandolo a escondidas, calentándole la polla empalmada, y todo esto sin que se diera cuenta su novio y yo. Oscar tampoco perdía el tiempo, sus manos por debajo de la mesa eran como tentáculos de un pulpo, me sobaba la pierna que tenía mas cerca de él, rozaba sus dedos sutilmente por mi entre pierna, me tocaba la mano y la cogía hasta ponerla encima de su abultado paquetón. A los pocos minutos la comida ya no importaba, era tal el subidón … el colocón … la adrenalina … el ciego por el vino drogado, … que ya no se escondían los deseos de cada uno, la calentura que desprendían nuestros cuerpos y el morbo acentuado que sentía unos por otros.

La música suave que envolvía el salón, hizo que Salva se levantara de la mesa y se pusiera a bailar de una forma muy sensual y provocativa. Se contoneaba alrededor de Yago, moviendo todo su cuerpo delicadamente, tocándose el pecho, el estómago, las ingles, el paquete por encima del pantalón, agarrándolo por completo y tirando de el con la mano hacía abajo con ropa incluida. Se acercaba a mi amigo sin pudor ninguno, se rozaba con él delante de nosotros, mirándonos lujuriosamente, lo rodeaba con sus brazos por los hombros, pegando la boca a su oreja, echándole el aliento y susurrándole al oído suaves gemidos. Yago se había retirado de la mesa unos centímetros, su cuerpo reclinado en la silla con las piernas estiradas, cruzadas una encima de la otra, mirando el baile exótico de Salva con mucha atención, … con entusiasmo, … con morbo, y magreándose con las manos su abultado paquete, que se erguía majestuosamente entre sus piernas.

Por otro lado, Oscar no paraba de tocarme el paquete por debajo de la mesa, con su boca pagada a mi oído diciéndome cosas, sin dejar de mirar a su novio caliente y desbocado.

–                   Oscar:. ¡Miralo, como disfruta mi pequeña puta! … ¿A que te gusta chaval? … ¡Mmmm … que bien se mueve mi zorra! … Yo sabía desde hace mucho que le atraía tu novio, que le daba morbo, que deseaba tocarle la polla y follárselo de una puta vez.

–                   Victor:. Eres un enfermo tío, … un vicioso hijo de puta. ¿Sabe tu hombrecito las folladas que te pegas con tus socios? … ¿A los niñatos como yo que te tiras a sus espaldas? … ¿Los pollazos que le pegas en el culo hasta romperles el boquete? … ¿O como te gusta que te chupen la polla de rodillas, mientras les agarras la cabeza hasta que te corres en sus bocas? … ¿Se lo has dicho?

–                   Oscar:. ¿A ti no te gustó? …  ¿No te dió placer mi nabazo en tu boca de mamona, en tu culo de maricona calienta pollas? …  por que tu cipote está super duro debajo de mi mano, te delata la empalmaera que llevas encima y creo que no es solo por el baile de mi guarrilla. ¡Dime cabrona! … ¿Como tengo la polla? … ¿La tengo grande y jugosa? … ¿Te gusta? … ¿Eh? … ¡Dime lo bueno que estoy y las ganas que tienes, de que te envergue otra vez!

–                   Victor:. ¡Siii! … Lo estoy deseando, … chuparte denuevo ese pedazo de pollón que tienes entre las piernas, … metermelo en la boca entero hasta los huevos, … lamerte con mi lengua todo el capullo, … tragármelo por el culo mientras te agarro los cachetes y me pegas una enculada bestial. ¿Te gustaría eso cabrón?

–                   Oscar:. ¿Que si me gustaría, putilla? … Se me humedece la polla solo de pensarlo, … tocamela, y verás.

Puse mi mano encima de su bragueta, notaba en mi mano la monstruosidad que se escondía bajo la ropa, esa polla gorda y dura que tanto placer me había dado anteriormente, y que ahora estaba dispuesta a volver a darme. Agaché la cabeza hasta su entre pierna, me restregué la cara por encima de su paquetón, percibiendo el olor a tío bueno que desprendía aquel cipote empalmado, mojandolo de saliva con mi lengua y humedeciendo por completo su bulto. Me tenía la boca hecha agua, los calzoncillos mojados por la excitación, … el brebaje en el vino había surtido su efecto … y al parecer yo no era el único que se había puesto puta. Oscar me apretaba la cabeza contra su paquetón mientras se espatarraba, apretando con fuerza, rozándose mi mamona boca por toda la grandeza de su miembro viril, ofreciéndomelo, regalándomelo todo sin importarle que los demás nos pudieran ver.

La verdad es que a su novio, parecía no importarle demasiado quien le mamara la polla, le traía sin cuidado si me follaba o no, si me partía el culo en dos con el cipote, ya que él se había encontrado otra distracción con su compañero de trabajo. Estaba echado encima de la mesa de espaldas a Yago, con los pantalones y los slip bajados hasta los tobillos, con el boquete del culo bien abierto por las manos de mi colega, y recibiendo a base de lametazos ráfagas de placer. Los gemidos de Salva, resonaban en mis oídos poniéndome cada vez mas caliente, mas morboso, mas vicioso si cabe, y a Oscar también parecía volverle loco, … se sacó la polla por la cremallera y comenzó a pegarme con ella en la cara.

–                   Oscar:. ¡Toma zorrón! … ¡Come! … ¿No has venido a comer? … Pues comete un buen cipote gordo.

–                   Victor:. ¡Si! … Te la voy a comer enterita, … como a ti te gusta cabrón, … así … de rodillas en el suelo, … como una perra calentona y hambrienta de una buena polla como esta.

–                   Oscar:. ¡Ufff! … ¡Que gusto tío! … Que bien lo haces, … así, dale con la lengua en el capullo, … ¡mmmmm! … ¡Que bien! … Espera un momento que voy a traer una cosita, verás que subidón vamos a pillar.

Se levantó con la polla dura fuera del pantalón y se dirigió hacía el dormitorio. Era digo de ver al cabrón, con ese culo tan marcado en los vaqueros, esos andares de chulo de mierda, de tío macho, … no podía quitarle la vista de encima, era superior a mis fuerzas, lo quería para mí y me lo iba a follar esa noche como fuera. Lo seguí hasta la habitación, estaba cogiendo un tarrito del cajón superior de la mesita de noche, me acerqué hasta él y pude ver que no era lo único que había allí guardado. Unas esposas, un consolador vibrador, unas bolas chinas, porros ya liados, una cajita de metal con otra sustancia, varios canutillos para aspirar por la nariz, … el tío estaba bien preparado para darse placer y por supuesto, para darlo.

–                   Oscar:. Ven, … toma un poco de esto, verás que flipe colega.

–                   Victor:. Esto es poper´s, … ¿Quieres que le pegue una oliscada? … Menudo viciosillo estás hecho Oscar, … ¿Y lo demás que hay en el cajón es para ti? … ¿O para metérselo en el culo a la guarra de tu novio?

–                   Oscar:. Jajaja … es para ti puta, … huele ya y verás que gozada.

Cuando olí aquello mi corazón se salía del pecho, el subidón fue bestial literalmente, tiré a Oscar encima de la cama, me metí su polla en la boca y se la mamé como si me faltara para vivir. La sensación duraba tres segundo pero para mi era como un vicio interminable, una nube de gozo indescriptible, un calentón incontrolable que me permitía sin vergüenza ninguna, hacerle al tío lo que me diera la gana. Nos pasábamos el tarrito sin parar, olisqueando uno detrás del otro, los dos estábamos como dos putas guarras, calientes como perras, descontrolados al máximo y feroces como animales salvajes. Oscar iba hasta el culo de todo, se había metido por la nariz lo que no hay escrito, se fumaba los porros uno detrás del otro, no paraba de beber a gañote de una botella de tequila que tenía encima de la mesita, y el caso es que yo iba a su par, lo que él tomaba me lo pasaba a mí.

En medio de un restregueo de mi culo con su polla, sentado encima de él, me acerqué a coger las esposas del cajón, le dí otra oliscada de poper´s en su nariz, mientras yo le esposaba las manos al cabecero y daba comienzo a mi venganza.

Salí del dormitorio dejando a Oscar tumbado en la cama, con las esposas puestas, una polla super dura rebozando pre-cum por el calentón y sin parar de hablar cosas guarras y muy viciosas, … posturas que supuestamente quería que yo le hiciera. Cuando llegué al salón, me dirigí hacia mi chaqueta que estaba colgada en la entrada, cogí mi móvil y llamé a mis colegas por teléfono. Mientras hablaba con David, me recreé la vista con la escena que tenían montada el novio de Oscar y mi amigo Yago. Mi colega estaba sentado en el sofá con las piernas abiertas, desnudo de cintura para abajo, con la polla hundida en la boca de Salva, mamando … chupando como una puta guarra … de rodillas en la moqueta … con el culo en pompa y el boquete del ano super abierto, pidiendo a gritos un tapón de carne. Yago le cogía la cabeza con sus manos, se lo follaba por la boca con fuerza, elevando las caderas y presionando al mismo tiempo que le clavaba el cipote dentro del boquino. Gritaba de gusto, chillaba de placer al cabalgarle como un potro desbocado, toda la cavidad bucal del maricón  mamona de Salva, … el compañero de trabajo que tantas ganas tenía de tirarse, y darle bien por el culo.

–                   Yago:. ¡Como te gusta mi polla! … ¿A que si colega? … Estaba loco por follarte la boca, por que me pegaras una mamada de las tuyas, de esas que me contabas que le dabas a Oscar en la polla, … ¡Sigue! … ¡Así! … ¡Chupame el nabo!

–                   Salva:. ¡Siiiii! … ¡Que buena está tu polla cabrón! … ¡Que capullo mas gordo tienes, y que bueno está! … estoy fuera de mi, no se que me pasa Yago, yo no soy así, pero en este momento solo quiero darte placer, comerte entero, follar contigo de una puta vez y quitarme este deseo que me recome por dentro.

–                   Victor:. Está bueno el pollón que tiene el tío … ¿eh? … ¿Tenías ganas de pillarte su polla para ti solito? … chupársela, … mamársela, … comértela toda, … follártela a lametones para luego metertela en el culo y envergarte a tu compañero. Toma y bebe esto que me ha dado Oscar para ti, por lo visto está de un salido vicioso el colega, que se sube por las paredes, y no hace mas que darme cosas para que me las tome.

El líquido del frasco no era de su novio, si no mío, el cual había cogido de mi chaqueta junto con el móvil, … lo cogió con la mano, se lo bebió de un trago como el que se bebe un chupito, y el resto de las gotas que sobraron, se las echó en el capullo a Yago y las limpió a lametazos. No podéis imaginaros como chupaba aquella polla el mamón, le daba igual que yo estuviera al lado, viendo lo guarra que estaba, como una cerda se tragaba el cipote totalmente mojado de saliva y chorreando de babas que se deslizaban por los huevos de mi amigo.

En pocos segundos el brebaje le hizo efecto, ya no era hombre, era un poseso, un hambriento que solo quería polla, quería tíos que se lo follaran, por todos los boquetes y de cualquier postura. Yago se revolcaba del gustazo tan grande, que le estaba dando con la lengua en la polla, no paraba de gritar de placer, a voces le pedía que se la mamara mas rápido, que lamiera mas fuerte el cabezón del nabo y que se tragara los dos huevos por la boca.

Una llamada perdida sonó en mi teléfono, era la señal para que abriera la puerta a mis colegas y empezar a disfrutar de verdad con los dueños de la casa.

(La venganza)

Pasamos al dormitorio donde estaba Oscar esposado, esperando solo en la cama, ciego como una bellota y super colocado de todo. Jaime y David llevaban a Salva cogido por los brazos, con la polla de Yago metida en su boca, el cabrón no la soltaba ni a palos, parecía un bebe que no quiere soltar el chupete. Cuando entramos, Yago se tuvo que tumbar en la cama a los pies de Oscar, era imposible arrancarle el cipote de la boca a Salva, … así que Yago abrió las piernas de Oscar, se tendió en medio de ellas con la cabeza apoyada en la ingle y la boca a la altura de aquel cipote grande y majestuoso. Mis colegas, Jaime, Luis y David se fueron desnudando, mientras yo le hacía a Oscar tragar a la fuerza, otro frasquito de líquido como el que le había dado a su novio en el salón.

–                   Victor:. ¡Traga, tío! … ¡Bebetelo, putón de mierda! … verás que bien te lo vas a pasar con nosotros y que subidón mas guay vas a sentir.

Se lo tragó a regañadientes, pero se lo bebió entero, en pocos segundos su resistencia pasó a ser lujuria, vicio, un tremendo calentón del que no tenía control ninguno. Movía las caderas dándole con la polla a Yago en la cara, pidiéndole a golpes de nabo que se la metiera en la boca y se la chupara toda entera. Mi amigo Yago estaba en su mundo de placer, recibiendo una mamada de escándalo, como no le habían dado en su puta vida, … a la llamada de Oscar con su polla respondió al instante, metiéndosela hasta la garganta y tragando como él bien sabe hacerlo.

Salva estaba tan colocado, que se restregaba la raja del culo con todas las pollas que quisieran hacerlo, se movía eróticamente levantando el trasero, ofreciendo la mercancía, abriéndose los glúteos y enseñando el boquete listo para ser abierto. Tenía el agujero húmedo de pre-cum de diferentes nabos, … David se había restregado a conciencia, aprisionando su polla entre sus cachetes, forzándolos con las manos, haciendo presión y masturbándose con una paja culera … Jaime le restregó el cipote varias veces, dándole con el capullo golpecitos, metiéndole la puntita nada mas y sacándole de la boca mamona unos gemidos de puro placer … Luis golpeó unas cuantas veces con el nabo el ano de Salva, pero como él es muy puta, se bajó hasta tener el culo a la altura de su boca y se lo comió a lametadas, dejándolo sin una gota de pre-cum.

Me senté en una silla enfrente de la mirada de Oscar, mis colegas colocaron a Salva con el culo en pompa, bien preparado para recibir, y la boca trabajándose mi polla en una colosal mamada. Tenía mucha razón mi amigo Yago al gemir gritando de gusto, … aquella lengua hacía maravillas en mi cipote, el placer que te daba me tenía al límite del morbo, a tope de caliente, … y no se como lo hacía el mamón, pero me dolía la polla a reventar de lo dura que me la ponía. Yago se levantó de la cama y se puso detrás de Salva en posición de embestida, colocó la verga en el boquete, se agarró a las caderas y se la clavó entera de una estocada. Los dos al unísono lanzaron un grito de dolor, … placer, … gozo, … aquello era digno de ver, la polla de Yago entrando y saliendo a una velocidad de vértigo, el culo del putón moviéndose adelante y hacía atrás, tragándose lo mas grande por el ano y sin dejar de darme chupadas frenéticas en el cipote.

Jaime se desmarcó de nosotros y se fue a aliviar la dureza del cipote de Oscar, apoyado encima de la cama a cuatro patas, con todo el culo mirando hacía mi cara, la cabeza hundida entre las piernas del colega y tragando por la boca esa tranca gorda, super mojada de la excitación. Mientras se la mamaba a gusto, Jaime jugueteaba con el agujero anal de Oscar, metiéndole los dedos de dos en dos en la cavidad y tanteando con las yemas la profundidad y el diámetro de aquella cueva.

–                   Oscar:. Saca tus sucios dedos de mi culo niñato de mierda, y quitarme las esposas … ¡Que gusto de boca maricona! … Sois unos hijos de puta, ¿que queréis de nosotros? … ¿por que hacéis esto cabrones?

–                   Luis:. ¿Ya no te acuerdas de mí? … ¿No te acuerdas que me reventaste el culo a pollazos, y después se lo pasaste a todos los tíos que quisieron follarme? … ¿Se te ha olvidado cabrón? … Uno detrás del otro me destrozaron el ano, mientras tu y tus socios se lo pasaban super bien, mirando como me jodían sin parar, sin ninguna piedad, como perros salvajes sedientos de lujuria, … y no solo a mí pedazo de mamón, a mis colegas también os los follasteis a gusto, haciendo oídos sordos a los gritos de dolor y sufrimiento.

–                   Victor:. ¿Tu putita no sabe lo que haces por las noches en tu negocio? … ¿No le has contado las orgías, que os montáis tu y tus amiguitos con los chavales? … ¡Miralo como me chupa la polla! … ¡Miralo bien al putón! … Que pena que nunca te haya invitado, con el potencial que tienes en esa boca de mamona, y ese culo tan delicioso que tienes. Pero no te preocupes guarra, hoy te vas a hartar de buenas pollas, de tíos buenos que saben darte gusto mientras te follan, … vas a disfrutar como nunca, y quien sabe … a lo mejor a partir de ahora, tu novio te lleva a las orgías como maricona calienta pollas, … como su amigo el perro, que lo tiene en el antro para calentar a los tíos, para ponerles la polla dura y empalmada, para emborracharlos y drogarlos, y luego follárselos él y sus colegas.

–                   Oscar:. ¡Que hijo de la gran puta eres! … ¡Te voy a matar cabrón!

–                   Victor:. A polvos vicioso de mierda, … me vas a matar de gusto con tu cipote, así que vete preparando que esto no ha hecho mas que empezar.

–                   Luis:. Yo que tu, … me dejaría llevar y disfrutar de la noche. Ese culo que tienes, hoy va a probar los placeres de mi polla y por mis cojones, … escucha lo que te digo, … te lo voy a rellenar de leche calentita.

Continuará