El grupo de Victor (14: El Chato, el cuartel y un)
El Chato me contó una de sus experiencias con tíos en el cuartel ...
EL GRUPO DE VICTOR (14)
(EL CHATO, EL CUARTEL, Y UN SARGENTO MUY HIJO DE PUTA)
Chato:. Ya te he hablado varias veces del sargento Pilas, que lo llamamos así por que siempre está, ¡Hay que ponerse las pilas cadetes!
Victor:. Si, ya me has contado cosas del nota, que por lo visto también es un máquina y un pedazo de cabrón de mucho cuidado.
Chato:. Ese mismo, pues, hay un chavalito en mi regimiento, que se le ve el plumero, vaya que es un poco afeminado y muy delicado él.
Victor:. ¿Está bueno el chaval? jajaja.
Chato:. Jajaja mamón, no está mal y tiene buen culo para follárselo. De hecho, es tremendo dando placer en el cipote y el niñato no le hace asco a nada el maricón.
Victor:. Osea, que ya te lo has tirado, ¿No?
Chato:. Pues claro chulo, a eso voy, Primero tengo que contarte, que el sargento le tiene los puntos puestos, desde que llegó al cuartel y le deja pasar ni una.
Victor:. Joder con el sargento de mierda.
Chato:. ¿Joder? El tío es un sádico calentorro y un guarrón de mierda, hace con nosotros lo que le viene en gana, y encima tenemos que obedecerle. En fin que .
Manolo, el cabo primera, entró en el almacén donde estábamos mi colega y mejor amigo Iker y yo, y nos ordenó que fuéramos a las dependencias del sargento. Iker es un tío super enrollado, conmigo se porta de puta madre, en el cuartel siempre estamos juntos y tenemos un buen rollo que te cagas. Para tu gusto personal te diré, que el cuerpo lo tiene muy bien formado, de cara es bastante atractivo con un toque chulesco, que te da morbo, pelado al uno, como todos los soldados, ojos grandes verdes y muy expresivo, culo fibroso de glúteos firmes y duros, y una polla proporcionada a su cuerpo, grande, gorda y cabezona. Somos íntimos amigos, compartimos muchas cosas juntos, comida, secretos, pivas, cuarto, duchas, pero nunca me fijé en él como algo sexual, todo lo contrarío, hasta ese día.
Llegamos a las dependencias del Pilas y después de pegar en la puerta, nos hizo entrar dentro. Lo primero que vimos fue al chavalito desnudo, solo con los calzoncillos puestos, de pie frente al sargento y cuadrado. El sargento estaba sentado en un sillón, con las piernas abiertas y dándose una buena sobada en la bragueta. Sin camisa, con el pecho al aire y la gorra puesta.
El sargento ronda los 30 años, pero el tío se conserva de puta madre, todo en él es pura fibra, musculoso pero no demasiado exagerado, tiene un buen culo respingón, y un paquetazo super marcado. Después pude descubrir de primera mano, lo que gasta el cabrón debajo de los pantalones, y te puedo decir que no es moco de pavo, le cuelgan unos huevos super gordos, de kilo cada uno, y tiene un cipotón que da miedo verlo. El tronco dibujado de venas, largo, de unos 25 cm, capullona como una seta, y bastante gorda, a ti te encantaría tragártela por el culo y chupársela a conciencia.
El cadete estaba recibiendo una reprimenda, por algo que había hecho mal como siempre, lo que no sabía el pobre, es que no iba a ser lo único que recibiría ese día.
Sargento:. Vamos a ver soldados, ¿Creéis que es normal lo de este tío? Es que no aprende por mas que se le digan las cosas, y esto que has hecho hoy, tiene graves consecuencias. Un castigo ejemplar es lo que tú, soldado, necesitas y no pasa de ahora que lo recibas.
Cadete:. ¡Señor! ¡Si Señor!
Sargento:. Bien soldado, ven aquí y arrodillate delante de mi, mete la cabeza entre mis piernas y pídele perdón a tu oficial cipote gordo.
Cadete:. ¡Señor! ¿Y como le pido perdón? ¡Señor!
Sargento:. Pues muy fácil recluta, chupalo, come, traga, y hazle una mamada que no pueda olvidar nunca.
Cadete:. ¿Señor? (casi llorando) ¿Como me pide que obedezca la orden?
Sargento:. ¡Que me chupes la polla! mamamela maricona, ¡Ya!
Iker y yo estábamos alucinando, no dábamos crédito a nuestros oídos, era muy fuerte lo que escuchábamos y al mismo tiempo que calentón mas grande, me había dado. Y no solo a mí, por que el nota de mi amigo, no veas como marcaba paquete, parecíamos dos tiendas de campaña y con tela verde además, con los pantalones de faena. Nos mirábamos sin decir palabra, hablábamos con los ojos, y nos preguntábamos, ¿Que coño hacíamos allí? ¿Para que nos había llamado el Pilas?.
El sargento abrió un cajón de la mesa que estaba junto a él, sacó una peluca rubia de pelo largo y un par de consoladores a cual mas grande. Le puso la peluca al chaval en la cabeza, agarró con las manos los calzoncillos de los cachetes y se los remetió por la raja del culo.
Sargento:. Ahora si, así me pones caliente bujarrón. ¡Eh! vosotros dos, acercaros a mí y poneros uno a cada lado. Quiero que veáis a esta maricona calienta pollas, haciéndome una buena mamada, y ya después, os daré la orden de entrar a atacar.
Iker:. ¡Señor! ¡Si Señor!
Chato:. ¡Señor! ¡Si Señor!
Sargento:. Así me gusta soldados, que obedezcáis mis ordenes, y no como esta guarra mamona.
Cogió la cabeza del chavalito con sus manazas, se restregó todo el paquetón con la cara del niñato, desabrochó el pantalón y sacó en libertad aquel monstruoso nabo, que escondía bajo la tela. Tengo que reconocer, que al ver aquello tan gordo y empalmado, tuve deseos de verdad, de ser yo el que estuviera de rodillas, esperando para comerse aquel cipote.
No se anduvo con contemplaciones, le partió la boca al chaval de una clavada, era imposible que aquella verga cupiera en su boquita tan pequeña, pero entró, y como entró la polla ¡Joder!, entera se la tragaba por cojones, con las comisuras de los labios destrozada, y las mandíbulas totalmente desencajadas.
El niñato se veía que sufría bastante, le chupaba la polla obligado, se sentía vejado, avergonzado por que sus compañeros estaban mirando, como él tenía que mamarle la verga al sargento y eso es muy denigrante para una persona.
El Pilas ordenó a Iker, que cogiera un consolador de encima de la mesa, y que empezara a taladrarle el ano al cadete, con el cipotón de goma. Mi compañero obedeció sin rechistar, se dirigió hacía la mesa, agarró uno de los vergajos de plástico, un bote de vaselina que estaba al lado, y se colocó detrás del chaval. Yo seguía de pie al lado del sargento, mirando como el pobre cadete, le comía la polla a la fuerza, guiado por las manos del Pilas, que arremetía cada vez con mas rapidez, su cipote dentro de la boca del niñato. Mi pelvis estaba a la altura de la cara del sargento, era imposible disimular mi erección, la empalmada de polla, provocado por el calentón de la escena que estaba viendo, y no solo al chavalito, si no a mi a compañero y amigo, participar tan gustoso de la violación. El cabronazo del sargento, me miraba el paquete con ojos de guarrón vicioso, mas o menos como tú, cuando quieres chuparme la polla, alargó la mano y me cogió del culo, acercando mis caderas a su cara. Se restregó todo el rostro contra mi abultada polla, escondida todavía bajo los pantalones, me mojó la bragueta de saliva y me puso el nabo duro como una piedra.
Chato:. ¡Permiso para hablar! ¡Señor!
Sargento:. ¡Mmmmm! Habla soldado, ¡Ahhhhh!
Chato:. ¡Que hacemos aquí? ¿Que quiere que hagamos? ¡Señor!
Sargento:. Mira Santi, Chato, o como quieras que te llamen tus putos colegas, ¿Que hacéis aquí? pues disfrutar, mamones, como disfrutáis cuando echáis un polvo a escondidas en el cuartel, ¿O que te crees, que yo no me entero de todo?. Mira mamón, tu compañero y amigo del alma, ese que está ahí con el consolador en la mano, se folla cada vez que le sale de los huevos, al cabo Manolo, y por lo visto, y según me ha contado el cabo, no veas el soldadito Iker, es un máquina jodiendo culos y bocas. Y a ti, ya te he pillados follando dos veces en los lavabos, y una en el calabozo, ¿O para que te crees que están las cámaras? Así, que vamos a dejarnos de tonterías, ya no hay nada que esconder, disfrutemos de la follada y dejémonos de esta jerga militar. Tutearme, pero con respeto y sabiendo que el mando lo tengo yo.
Cadete:. Sargento, ¿Entonces .
Sargento:. ¡Tu, no maricón! Para ti soy tu amo y señor, y sigue chupando, ¡Coño!
Iker:. ¿Y éste, sargento? ¿Con quien lo has pillado?
Sargento:. ¿A este? con nadie, solamente tenía ganas de tirármelo, pero os diré, que aquí el soldadito, es un buen calienta pollas y una maricona muy mirona. Lo he pillado varias veces, mirándole a los tíos el paquete, no le quita ojo a los compañeros en las duchas, se pasea sin toalla para que le miren el culo, y asín poder calentarles la bragueta. ¿O no os habéis dado cuenta?
Chato:. Ahora que lo dice, el otro día coincidimos los dos en las duchas, y no se fue hasta que terminé yo. Noté que me miraba mucho, que se agachaba con el culo en pompa, mientras restregaba la esponja por la raja, pero imaginé que era por culpa del Nacho, que es un bocazas y seguro que le había contado la follada, que le metí en el calabozo.
Iker:. ¿El Nacho te insinuó algo chaval?
Cadete:. ¡Permiso para hablar, Señor!
Sargento:. Habla bujarrón.
Cadete:. El soldado Nacho Fuentes, me pidió un intercambio de pajas, y para convencerme me contó, que ya lo había hecho con el soldado Santiago Torre. Al final nos pajeamos las pollas, me folló el culo y se la mamé hasta que se corrió en mi boca.
Iker:. ¡Que hijo de puta! ¡Te dió bien chaval! es un lenguas el Nacho de mierda este, deja que lo coja compañero.
Sargento:. Tranquilos muchachos, si hoy os portáis bien, lo podréis pillar en el calabozo y vengaros de él a gusto.
Chato:. Se va a enterar el mamonazo, de quien soy yo, una semana sin poner el culo en una silla, lo voy a dejar al chupa pollas ese. ¡Gracias Sargento!
Sargento:. Bueno, ahora vamos a ocuparnos de esta guarra come nabos, que tiene un culito sin desperdicio ninguno y una lengua que le da un gustillo al capullo, que me pone burraco perdido.
El Pilas se quitó los pantalones por completo, los arrojó al suelo y volvió a sentarse en el sillón. Me agarró por la cintura y me desabrochó el pantalón de faena. Yo terminé de desnudarme, tirando hacía abajo los calzoncillos también, liberando mi cipote altivo, durísimo, todo empalmado y dispuesto a dar mucha guerra. El chaval seguía arrodillado mamando como un loco, aquella monstruosidad de verga, segregando saliva a todo lo largo del tronco, y siendo envergado por mi amigo Iker, que le metía el consolador casi entero en el ano, lleno de vaselina.
Mi pollón pasó de ser libre, a estar prisionero en la boca mamona del Sargento, el cabrón sabía comerse una polla, y seguro que la mía no era la primera, ni iba a ser la última que chuparía. Te daba un gusto tremendo con la lengua, apretaba con su mano el tronco de mi cipote, con los labios me estiraba hacía arriba el prepucio y me metía lametazos en el boquete del capullo. El tío cabrón del Sargento te calentaba aunque no quisieras, solo con verlo mamándome la pija, cabalgándole la boca al bujarrilla, mientras levantaba las caderas del sillón, haciéndole de tragar todo su nabo y con la mano apretándole la cabeza contra su entrepierna, mientras se lo cabalgaba.
Mi colega Iker ya le había trabajado a base de bien, el boquete del ano al chavalito, dándole una buena ración de plástico, preparándole el agujero a conciencia, para recibir lo que le venía ahora encima. Le abrió los glúteos todo lo que pudo, escupió un buen salivazo en el agujero, se pajeó un par de veces la polla y la envergó dentro del culo. El mamón de mi amigo, era el puto rey, se lo tiraba de escándalo, le daba unos cipotazos en el sieso, que lo empotraba contra el Sargento, al cual le seguía chupando el nabo y no le dejaba al pobre chaval ni decir nada. Sentí en la polla, las chupadas que me pegaba el Sargento cada vez mas rápidas, mas intensas, mas bestiales, percibí que el hijo puta le iba a llenar de esperma, la boca al niñato y que se lo iba hacer tragar calentito.
En ese momento recuerdo que pensé, Si el mamón este sigue comiéndome la polla de esta manera, el que se va a correr en su boca voy a ser yo, y no sabía como reaccionaría el Pilas, con el boquino lleno de mi semen. Pero antes de que sucediera nada, sacó mi cipote de su boca, cogió fuertemente la cabeza del cadete con las dos manos, se levantó del sillón en posición de meada y le pegó una corrida en la boca con su verga al chaval, que lo ahogaba por el caudal que bajaba garganta abajo.
Sargento:. ¡Ahhhhhh! ¡Siiiiiiiii! ¡Tomaaaaaaaa! Traga maricón, bebetela todaaaaaa, ¡Traga! ¡Traga! ¡Tragaaaaaaa!.
El niñato tenía la cara colorada por el esfuerzo, llena de semen por todos lados, los labios, los carrillos, la nariz, los pelos, el Pilas le pasaba los restos de leche por el rostro, lo guarreaba sin pudor, para que, seguidamente se arrodillara junto al cadete y se lo limpiara a lametones con su lengua.
¡No veas colega, que morbazo! Verlo en el suelo como una puta mierda, lamiendo su propia corrida, limpiando la cara del chaval y tragándose los cuajarones de su semen. Cuando terminó, se quedó de rodillas, se volvió hacía mí y se enchufó denuevo mi cipote en su boca. Quería terminar lo que había empezado, deseaba que le diera otra vez su juguetito, como un crío caprichoso y desobediente. Otra vez saltó en mi cabeza la duda, de si correrme, o no, en su boca, y al ritmo que iba la mamona trabajándome el cipote, no me daba tiempo ni a pensar, hasta que oí esas palabras tan maravillosas, que sonaron a gloria en mis oídos.
Sargento:. ¡Correte! Llename la boca de leche calentita, ¡Mmmmm! ¡Dame polla! ¡Dame tu leche!
Chato:. ¡Aaahhhhh! ¡Siiiiiiiii! ¡Me corro mamón! ¡Si! ¡Si! ¡Si!
Iker:. ¡Miralo! ¡Como traga, colega! ¡Miralo! esto es alucinante tronco, ¡Que morbazo Santi!
Y mientras mi compañero decía eso, alzando fuerte la voz, comenzó a llenarle el boquete del culo al chaval de caliente y espesa leche.
Le había perforado mi amigo, todo el boquete, se lo dejó mas grande y ancha que la estación de Atocha.
Iker:. ¡Joder Joder Jodeeeeeeer! ¡Pero que bueno tienes el culo chaval! ¡Que delicia!
Sargento:. Ya os lo dije soldados, éste cabroncete prometía bastante. Ahora nos toca a nosotros, ponerle bien el culo, y créeme recluta, lo estoy deseando.
Chato:. Ven para acá niñato, que yo ya estoy listo para darte gusto, y te puedo asegurar, que mi polla te va ha gustar mas que la del Nacho.
Empezamos a follárnoslo uno detrás del otro, primero se la metí yo por el culo, que ya estaba mas que abierto, por el nabazo de mi colega Iker, que parece que tiene tres piernas el cabrón. El Sargento fue el segundo, que le petó el sieso con su armamento pesado, ametrallándole el boquete y dejándoselo aún mas abierto de lo que ya estaba.
Iker, eligió lavarse la polla en la boca del chavalito, con unos buenos lametazos en el capullo, dejandole paladear y saborear los restos de semen. La verdad es que el soldadito, no protestaba a todo lo que le hacíamos, ya daba por hecho que iba a ser voluntario a todas nuestras ordenes y deseos.
Aquello era una explosión de calentura, lo mismo me tiraba yo al chaval por el culo y el Sargento le mamaba la polla, que los dos nos lo follábamos al mismo tiempo, el niñato sentado encima del cipotón del Pilas, y yo detrás de él montándolo con mi verga, pegada a la del oficial abriendo camino. Así nos tiramos un buen rato, y al chavalito, que todo hay que decirlo. Lo mejor llegó momentos después, por lo menos para mi polla, y esto si que me gustó muchísimo y me dió un morbazo que te cagas.
Le sacamos las pollas del trasero al niñato, el Sargento, colocó a mi compañero Iker, boca arriba tendido en el suelo y sentó al cadete en lo alto de su cipote. Comenzó a cabalgarle el ano, como antes lo había hecho, pero ahora con mas rapidez, metiendole el nabo bruscamente y sin piedad. El Pilas se acercó a mí, y en voz baja me dijo al oído, que le envergara el culo al Iker con mi polla y que se la metiera hasta el estómago.
No me lo pensé dos veces, con el calentón que tenía encima, me daba igual que le sentara mal a mi amigo, o que me dijera algo así como ¿Que coño haces tío?
Se la envergué en el culo toda entera, y no me dijo nada que me cortara el rollo, al contrarío, se abrió de piernas el cabrón y me dejó que le pegara una buena follada.
El Sargento miraba la expresión de felicidad, que se me había puesto en la cara, era morboso a no poder mas, yo, follándole el culo a mi amigo. Nunca jamás hubiera imaginado, que se prestara a tragarse una polla, y menos la mía. Mayormente, por que cuando salía la conversación de los maricones, él siempre los ponía a parir, y los tiraba como el pescado podrido, y mira ahora el cabrón, tragándose por por el culo un buen cipote.
El mamonazo del Pilas, no le quitaba ojo al movimiento de mi culo, ni los dedos tampoco el muy guarro, me tocaba con ellos la raja del ano, pasándome las yemas mojadas de saliva por el agujero e intentando meterme un par de ellos dentro. Yo me dejaba hacer, mientras fueran los dedos me daba igual, pero si intentaba meterme la polla, no me iba a dejar y entonces si que íbamos a tener un problema.
Nunca le he puesto el culo a nadie, y tú mas que nadie, sabes que no me gusta que me follen por detrás, bueno, hasta hoy, pero hasta esta noche, nadie me la había metido por el culo y ese día no iba a ser especial.
El tío cerdo se masturbaba mirando, como nos follábamos el uno al otro, como Iker le desgarraba el ano al chaval, cada vez que le daba un pollazo, como lo subía sacándole la verga entera y se la volvía a meter sentándolo de un golpe, una y otra vez. Todo esto, sin dejar de meterme los dedos en el boquete del culo, que ya iban tres, y viendo mi polla entrar con dificultad, en el virgen culo de mi compañero.
Sargento:. ¡Me corro cabrones! ¡Siiiii! ¡Toma leche soldado!
El hijo de puta fue a correrse en la cara, de mi compañero Iker, le restregó la polla por todo el rostro, dejandole la barbilla, los pómulos, los labios, chorreando de esperma blanco y después se la metió entera en la boca ¿Que es lo que sabía el puto Sargento de mi amigo Iker, que yo no conocía? Era muy raro, no era normal en un tío como Iker, un macho, un vacilón chuleta, que nunca se había escuchado nada raro de él, con respecto al mariconeo, por que en el cuartel siempre hay rumores y comentarios, pero del Iker nunca he escuchado nada.
La cosa es que la mamona chupa pollas, se la limpió enterita con la lengua, mientras me lo seguía follando con mi verga. El cadete empezó a gemir de gusto, se estaba vaciando los huevos, sin tan siquiera tocarse la polla, escupiendo por el capullo super inflado chorreones de semen que llegaron hasta la frente de mi compañero. La maricona del Sargento no perdió el tiempo, y antes de que desperdiciara mas leche, se inclinó y la atrapó con su boca, succionando la lefa del niñato. Ya no pude aguantar mas viendo aquella escena, saqué la polla del culo de mi amigo y le duché la espalda al chaval con mi leche calentita.
(En el dormitorio Victor y el Chato)
Chato:. Después, ya sabes nos vestimos y aquí no ha pasado nada.
Victor:. ¡Que flipe colega! ¡No veas como tengo la bragueta cabrón! Mira, Toca Santiago torre, jajaja.
Chato:. Quita maricón jajaja que tu lo que quieres es follarme otra vez el culo.
Victor:. Jajaja Bueno, ¿Cuéntame os follasteis tú y tu compañero, al Nacho ese.
Chato:. Pues claro, en el calabozo nos lo tiramos, menuda follada le pegamos al tío mierdas pero ese polvo te lo cuento otro día.
Victor:. Ok, pero dime ¿Que es lo que sabía el Pilas del Iker, para tomarse esa libertad de decirte, que le follaras el culo, sabiendo que se dejaría y correrse después en la boca de tu amigo?
Chato:. Es muy sencillo, el Sargento tiene cámaras por todos lados, por lo visto ya lo había pillado y grabado chingando con el cabo primera. Lo chantajeó diciéndole, que si no follaba con él, iba hacer copias de la cinta y las repartiría a los compañeros, para que supieran todos, lo maricona y chupa pollas que estaba hecho.
Victor:. ¡El hijo de puta! ¡Pedazo de mierda! ¿Que te lo dijo el Iker?
Chato:. Si, después de esa follada, me lo contó todo, Ya te he dicho, que me parecía muy raro su comportamiento durante el polvo y cuando hablamos del tema me explicó el por que. Ahora me tiene grabado a mí, al Iker, al chavalito, y a no se cuantos mas.
Victor:. Osea, que él muy mamón se hincha de joder, a costa de los reclutas.
Chato:. Pues si, ¿pero sabes una cosa tronco? que ahora que me han abierto bien el boquete del culo, voy a probar la polla del Pilas, que no veas como la tiene y gusto tiene que dar Jajaja.
Victor:. Jajaja ¡Cabrón!
Continuará en el cumple .