El grumete 9

El grumete se adentra en un suburbio de la isla donde la pasara genial...

EL GRUMETE 9

En la noche todo estaba revolucionado. Había fiestas en todos lados. La gente estaba contenta. Tom me estaba esperando. Era el negro que me habían acompañado hasta la casa del gobernador. Estaban aprovechando los últimos momentos a solas, ya que estaba regresando a la casa, la esposa y las hijas del gobernador.

Caminábamos por las calles cada vez mas angostas. Me pareció que era un lugar del suburbio.

__¿No vinimos por aquí?__ pregunte

__¡Oh, no  mi niño, debo pasar por un lugar!__ contesto Tom

__Pero el Capitán sabe de esto?

__¡Sí claro mi señor. Por una desobediencia podría terminar en la horca!!

__¿Tanto así?

__El Capitán es muy estricto mi niño…

__¿Y donde vamos?

__¡Ah es un lugar de celebración, no tema!!__ seguimos hundiéndonos en la noche. La gente que iba y venía no disminuía.

Llegamos a una especie de caverna gigante. Tom sonreía y me hizo señas de que lo siguiera. Yo lo seguía asombrado. Había mucha gente de color. Algunos orientales. Mujeres desnudas correteaban de aquí para allá perseguidas por hombres que también estaban desnudos.

__¿Parece el paraíso, mi niño!!__ dijo Tom sonriendo

__Será…__ comenté. Seguimos caminando. En una especie de mostrador un hombrón gigante. Estaba acostado con su desnudez brillante y morada. Apenas se movía y respira, parecía, con dificultad. Su panza era obscena. Pero su mástil que estaba apuntando arriba estaba muy duro. Se notaba. Alrededor de el había mujeres y hombres que toqueteaban al unisonó aquel fierro candente. El burdel estaba abarrotado de seres que parecían pertenecer a otro mundo. Yo nunca lo había visto. Las manos de aquellas gentes tocaban la vergota del negro gigante. Movía su cara desdentada para todos lados. Parecía que sonreía.

__Es Wilchez, el negro tron. Ha matado a varios intentado meter esa cosa dentro de los cuerpos. Lo tienen drogado todo el tiempo, así acarician su cipote que crece apenas termina, es un ser demoniaco…__ conto Tom. Seguimos avanzando.

__¡El capitán dijo que tenías que conocer el Black Monster!!

__Ya me sorprende. Nunca imagine que existiese un lugar así!

__Bueno esto existe y hay de estos en todas partes…

__¿Tu conoces muchos??

__¡Claro, he navegado antes que tu con Barba Negra y hemos conocido muchos lugares extraños y no tanto…!!!

Pasamos por distintos huecos en la roca, que hacían las veces de habitaciones. En una, una mujer negra hermosa, brillante como la luz besaba a una muchacha blanca de cabello rojo. Pasaba la lengua por sus genitales y la chica lanzaba chorros de su interior con gritos de placer. Enloquecida.

En otra un hombre vestido de cuero daba latigazos a un pequeño desnudo y con las nalgas coloradas y casi desgarradas. El chiquillo tiene su verga parada y el hombre que lo golpeaba también.

__¡La verdad que hay de todo!!__ comenté

__¡Si niño si…!__ noté que Tom se estaba alzando. Me gusto ver su tranca levantándose.

En otro lugar dos mujeres se besaban acostadas y besaba a un hombre bastante viejo. Tomaban en copas. Se rociaban y se chupaban por todos lados, mientras reían y reían.

Muchos saludaban a Tom, desde que habíamos entrado a ese lugar yo lo había notado.

__Perece que te conocen

__Sí claro, soy de este lugar y siempre he venido aquí

__¿Ah bien bien! __ seguimos un trecho mas y entramos a otro salón un poco más amplio. Olía raro.

__¿Y aquí?¿Qué es ese olor?

__Aquí fuman opio, esa medicina que traen de oriente__ pasamos sin detenernos. Los ojos de los que fumaban parecían no mirar a nadie. Estaban como perdidos. Borrachos.

Como al pasar roce el garrote de Tom que estaba ya muy duro. Pareció no darse por enterado. El ambiente y el lugar me estaban poniendo muy cachondo.

El lugar era grande. Ahora parecía que llegamos a unos lugares donde había puertas. Parecía un lugar más exclusivo o privado.

__¿Y aquí?__ pregunté

__Aquí vienen los que son personas conocidas y no quieren hacerse ver…__ comprendí perfectamente. Dimos un rodeo y nos ubicamos en un lugar donde parecía haber un agujero en la pared. Tom puso el ojo y me hizo que guardara silencio con el dedo. Al rato, hizo una seña para que yo mirara. Agudice mi vista. Estaba todo bastante oscuro. Cuando aclaré la vista pude ver. Era una mujercita joven. Estaba arriba de un hombre no se les veía la cara. Ella lo cabalgaba férreamente. El culo de la jovencita o al menos lo que creía una chiquilla era redondo y muy lindo.

__Ese es el juez de aquí, viene disfrazado de mendigo…

__¿No digas?

__Claro es un  hombre casado

__¿es un bandido!

__Y eso no es nada

__¿Como?

__La que esta con el…es su sobrina…

__¿Quee??

__Así como lo oyes, hay mucho de eso por aquí…__ dijo el negro Tom. de todas maneras esa noticia fue embriagante. Me calentó mucho más. Volví a mirar y como sabía que aquel negrote estaba detrás, tire adrede mi culo, chocando contra su tranca endurecida. El negro se quedó quieto. Me movía como gato salvaje y ronroneante. Seguía mirando a la viciosa pareja. Sentí que Tom se movía inquieto. Y comenzaba con un tenue jadeo. Sin mirar y sin darme vuelta manotee por sobre el pantalón la inflamada pistola de mi guía. Era gorda. La amase con descaro. Lo atraje hacia mi. El negro me tomó por los hombros. Chocó su tranca contra mis nalgas ardientes. Yo empujaba hacia atrás y sentía como aquel vergajo se hinchaba mas y mas. En eso estaba cuando la jovencita salió de su cabalgadura, atrapo la verga de su tío, el juez, con la boca y el hombre se desarmó en su boca fresca y roja.

Giré y arrodillándome baje el pantalón del negro Tom, que acariciaba mis cabellos. Saltó el pedazo de carne color noche. Duro. Una roca. Lo bese. Lo lamí. El negro Tom lanzó un aullido de terror. Bese la cabezota negra. La rodee con mi lengua animal. Chupé y aspiré el aroma de aquel macho alzado que me brindaba aquel hermoso bocado. Una pelotas grandes colgaban sedientas de caricias. Las rocé con mis dedos finos. Se contorsionó aquel enorme hombre. Se sacudió. Le entré con mi boca a aquellas bolas. Las chupe y chupe con animosidad. Tom gemía doblando su cuerpo. La vergota quedó bien salivada, volví a girarme y a la vez baje mis pantalones. Mi culito ardiendo quedó a disposición de aquel porongo. Tom busco mi entrada. Apoyó el sable.

__¡Vamos Tom, cógeme, dame tu vergón, hazlo…!!__ incité al ya caliente negro. Empujó una vez, dos fue entrando, despacio. Las carnes se fueron abriendo. Sus manazas ayudaban abriendo mis nalgas. Las apretaba, las acariciaba. Las pellizcaba. Las amasaba en tanto ya había entrado profundamente. Ya me había clavado por completo. Chocaba con sus pelotas contra mi. Iba y venía gimiendo con su fierro en mi agujero. Sin darnos cuenta se había acercado otro enorme negro. Primero nos observó y luego se acercó a nosotros

__¿Quien es este amorcito Tom?__ preguntó con confianza. Conocía al Tom

__¡Es un amigo!

__¡Compártelo!__ dijo el negro mostrando una enorme verga que tenía en sus manos. Estiré la mano y la agarré. Empezando a sobar y apretar.

__¡Ohh es bueno, sabe hacerlo este chico, ahhh!!__ se meneaba el hombre negro. Se acercó un poco más y tragué su sable sin remilgos. El suspiro del negro fue excitante. Acarició mi cabeza. La guió para que tragara su viril perno. Tom serruchaba sin descanso. Mi culo estaba extasiado por semejante vergón.

Mi boca golosa llenaba de saliva aquel pedazo que se había apoderado de mi boca. Lo tenía bien agarrado. Sopesaba las bolas del hombre negro que gemía feliz. El hombre estaba obviamente desnudo, como se ve, que era la moda del lugar. Nadie se sorprendía. Y menos de que dos negros estuvieran cogiéndose a un chico blanco como yo. Todo era permitido en Black Monster.

Tomo se había acalambrado un poco y se sentó en un barril pequeño que había por allí. Me subió encima de el. La vergota entró en mi anillo. El cuello de Tom era grueso como el de un toro. Lo mordí y chupe. Besando. El otro negro volvió a poner su cipote en mi boca. Con mis manos seguí masajeando aquel pijón. Tom hacía que dejara aquella tranca para besar mi boca. Hasta que en un momento quedó la verga en medio de los dos y el también empezó a mamar aquel briso animal. No dejaba de taladrar mi ojete. Echaba espuma y humo de lo caliente.

Con sus brazotes de animal curtido Tom me subía y me bajaba como un muñeco de carne. Su pistón bombeaba y bombeaba en mi interior. De vez en cuando dejábamos la poronga del otro hombre y nos confundíamos en besos fogosos y mojados. Profundos. Comenzó a gemir brutalmente. Aceleró sus embestidas y fue largando su leche dentro de mi. Fue un río. El liquido entró profundo. El hombre que era mamado entró en colapso y aceleramos las chupadas y caricias y nos regó las mejillas, la boca, las orejas de leche. Copiosamente, quedamos enchastrados y gozosos.

__¡¡Ohh que deleite!!__ dijo Tom dándome un beso y con su vergota aún en mi cola.

__Mi nombre es Jim__ dijo el otro. Su tranca latía aún, terminando con nuestras lenguas de limpiar aquel falo. Mis manso se llegaron hasta la cola dura de aquel macho negro que estaba de pie, junto a nosotros. La apreté y Jim no decía nada. Miraba su instrumento que  cabeceaba intentado levantarse. Mis dedos finos llegaron al aro del negro. Lo rocé y el hombre se tenso y suspiro, acariciándose las tetillas. Caliente. Mordió sus labios y gimió sin vergüenzas. Hundí un dedo. El dejaba hacer, mientras Tom acariciaba mi pecho. Y ya masajeaba mi verga muy dura. Me masturbaba.

Entre con dos dedos en el culito negro de mi nuevo amigo. Su vergón había vuelto a levantarse. En tanto, la pijota de Tom pugnaba por endurecerse sin salir de mi colita. Me movía suavemente. Buscaba que la poronga de Tom recobrara vida dentro de mi. Con mi culito apretaba y soltaba aquella serpiente. El negro Jim iba levantando su arma nuevamente, mientras suspirara y gemías. Mientras metía los dedos en su cola, atrapaba la morcillona verga con otra mano y la sacudía. Cobraba vida nuevamente..

__¿Quieres cogerme?__ pregunté sacado y el rostro de Jim brillo, cobro mas vida. Se colocó detrás de mi. Ya mi culo estaba abierto con la verga de Tom que se inflamaba de solo pensar en que me entraría otra pija.

__¡Hazlo despacio, sin miedo, ya lo he hecho antes!!__ la cabezota del tronco de Jim se apoyó.  La sentí. Tom apretó mi pija y la masajeaba rápido. Me besa en la boca y Jim me muerde la oreja. Ha entrado despacio. Me siento rebalsado de vergas. Me cogen rítmicamente. Los dos aúllan. Los dos me besan, uno en la boca, el otro en el cuello. Luego se besan entre ellos. Los dos negros gigantes y poderosos, cruzan sus lenguas y se lamen entre si. Yo lanzó escupitajos de semen sobre la mano y el vientre de Tom. pasa la mano por sobre su panza y recoge el semen. Luego lo compartimos entre todos. Todos comen mi leche espumosa.

Los machos siguen cogiéndome a ritmo continuo. Fatal, mi culo se ensancha recibiendo bocanadas de placer. Se han juntado dos o tres mas y nos observan, son sus mástiles en mano. Son todos negros. Hombres anchos, de rudo mirar, gente de mar. Me siento como ellos. Soy unos de ellos. Los incito. Los distraigo. Le doy placer. Fascinados entran con sus pijotas en mi anillo. Gimen. Susurran palabrotas. Quieren todo de mi.

Tom y Jim me arrastran en su catarata de lujuria. Sus vergas se rozan en mi interior. Somos un triángulo perfecto. Lanzan improperios al aire. Los otros negros lanzan chorros de semen por el piso. Por el aire. Se tocan entre ellos, mientras el espectáculo somos nosotros. Dos hombres fornidos, negros, se cogen sin piedad a un chiquillo blanco, muy joven. Abro un poco mas mis nalgas. Saco mas mi cola. Me muevo. Giro mis caderas. Ellos se aferran a ellas. Las manotas de Tom y Jim son enormes. Juego con las espadas. Empiezan a convulsionar. Se tensan. Sus músculos se hacen mas anchos. Son de bronce. De metal me agarran mas fuerte. Muerden los dientes. Braman. Mientras van largando su leche pegajosa dentro de mi. Me llenan. Me abarrotan destrozando mi cola. Siento como una ventana abierta. Ellos salen con sus animales bamboleantes y semi muertos. El líquido cae como si fuera una catarata.

Ellos me besan satisfechos. Los otros machos husmean y se acercan. Tienen sus mástiles totalmente  parados. Los toco. Los apretó. Amaso sus bolas. Son dos machos buscando cogerme. Uno tiende sus brazos y me cuelgo a su cuello. Me ensarta sin mas ni mas. Mientras siguen saliendo hilos de leche goteando y goteando. Me agarra las nalgas abriéndolas. Sosteniéndome. Me balancea y clava su estaca en mi culo. El otro negro se ha acercado a Jim. El negro se ha agachado para meter en su boca el sable de aquel. Lo chupa. Se ha prendido a mamar de manera feroz. Tom nos mira, se ha quedado quieto, solo mirando. El negro que me coge besa mi cuello. Me muerde. Mientras gotea gruesas gotas de sudor de su achocolatado y enorme cuerpo granítico. Jim de rodillas es penetrado por el otro hombre. Lo embate. Lo coge yendo y viniendo dentro de Jim que gime y goza. Le gusta que lo cojan. Todos los que pasan por allí nos miran un momento. Algunos continúan la recorrida y otros se quedan un tiempo. La mayoría están con sus miembros alzados. Mi pija se había levantado otra vez y rozaba el vientre del negro que me movía hacia arriba y hacia abajo. Con sus fuertes brazos me sostenía. Bese su boca. El negro me respondió con fuego. Cruzamos nuestras lenguas. Babeamos juntos. Se escuchaban los gruñidos de Jim que ahora esta recostado en el piso y el negro lo coge de costado. Lo serrucha sin piedad.

A mi me sostiene en vilo, aquel negro maravilloso. Su estaca en mi culo entra y sale. Mis jadeos y mis suspiros hacen que el  hombre no descanse y me bombee sin prisa. Con ritmo. Me aferro a su cuello grueso. Musculoso. Parece un toro bufando y clavando su cuerno en mi cola.  Es un macho poderoso. Hambriento de sexo. Jim se regocija con la verga que tiene clavada. Su baboso animal quiere recuperarse. Tom se ha inclinado y ha empezado a chupar la pijota de Jim que se alarga cada vez mas. Hay un chiquillo de color bronce que se ha acercado a nosotros. Acaricia la cola en pompa de Tom. el largo caño de Jim ya se ha parado definitivamente.

El chico color bronce comparte con Tom y maman alternándose, la tranca de aquel ensartado negro que goza sin parar. Mi compañero esta tensando cada vez mas sus brazos. Arruga su cara, frunce la nariz.. comienzo a sentir sus revoluciones que son la mías. Un hormigueo comienzo a largar líquido y a la vez siento que me llenan nuevamente el anillo. El túnel rebalsa de leche. El negro no me suelta vibra conmigo. Se convulsiona conmigo. Sus brazos me aprietan. Se vacía hasta la última gota dentro mío. Me pasa la lengua por donde encuentra. Mientras sus jadeos se van calmando lentamente.

El chico, entretanto esta cogiendo a Tom. Tiene una pijota bien grande para su edad o lo que aparenta. Tom no deja la pija de Jim. La chupa con devoción. El negro que taladra a este también se deja ir dentro de Jim. Se retuercen en el piso. La tranca de Jim se tensa mucho mas, con los chorros de líquido que siente en su culo, del hombre, que lo llena. El negro sale de Jim. Se besan largamente. Luego desaparece. Jim queda como descansando en el piso. Observa que Tom le come la vergota y el chico lo penetra hasta el fondo. Tom gime y come. Gime y come. Me acercó al trío y empiezo a comer la verga de Jim, que no cede. Beso las bolas del negro. Las chupo. El gime. Como se queja Tom de la vergaza que está entrando y saliendo de su trasero abierto y receptivo.

Montó al negro Jim y empiezo a cabalgarlo. El me toma de las caderas. Me ayuda a subir y bajar de aquella estaca. Quiere mi pija y la toma con las manos. Tom se acerca y se la lleva a la boca. El placer es infinito. El chico acelera las embestidas contra el culo de de Tom que gime mientras traga mi verga que esta a punto de largar el semen. La boca de Tom recibe la descarga. Se traga todo. No deja nada. Se relamen sus labios ardientes. Queman sus gestos desbocados. Cuando siente que el chico de bronce se vacía en su culo. Lo desborda de líquido. Que ya chorrea por el costado del anillo de Tom. El chico saca su vergón. Aún palpita. Aún late. Aún tiene vida. Jim se deja ir aferrándome el pecho. Sacudiéndome.  El negro que me tiene clavado sale de mi. Su bamboleante instrumento cae a un costado. Brilla de jugos mezclados. El chico de bronce se acerca a mi. Me da un beso sonoro. Respondo a el. Me cede su vergota colgante. La huelo. Respiro profundo frente a ese pedazo de carne. Paso mi lengua despacio. Se mueve. Da como un respingo. Vuelve a recobrar vida. Lentamente vuelve a erectarse. Potente. Brioso. Empiezo a saborear ese brutal animal.

De repente de la nada. Algo que cae. Un estruendo. Otro mas. Un correrío. Gritos de todos lados. Desorden. Bandadas de gente desnuda. Cuando pude mirar ya el chico de bronce había desaparecido. Tom se movía pesadamente, tratando de levantarse. Aullidos de terror. Lastimosos. Olor a humo. Sentí un golpe que me nublo la razón. Quise ponerme de pie. Algunos me empujaron y caí al suelo. Después no recuerdo mas nada.

Desperté dolorido. Un inmenso dolor en la cabeza me tenía a mal traer. Sentí como que donde estaba se movía. Al rato me di cuenta que estaba en el mar. Navegando. Otra vez. Estaba en un camastro bastante cómodo. Desnudo. Creo que dormí un buen rato. Cuando desperté otra vez, parado junto a mi estaba el negro Jim. El venía vestido.

__¿Que pasa Jim, donde estamos?__ pregunté confundido

__¡Estamos en el Perla Negra!!

__¿Qué?

__¡ Sí señor, el Perla Negra, la nave del Capitán Jack Sparrow!__ me quede mudo.-