El gran teatro erótico del mundo 3
Sigue la escena en ese hipotético teatro que es imposible que exista en la realidad porque así no se habla en nuestros teatros, y es una pena. La escena erótica pone los dientes largos a cualquiera.
ESCENA TERCERA-SEGUNDA PARATE O CUADRO SEGUNDO DE LA TERCERA ESCENA O COMO QUIERAN LLAMARLO
Nuestro personaje cruje el bacon entre sus dientes con una mano y con la otra consigue sentar a la dama en sus rodillas. De esta guisa parlotean un buen rato.
-Pero mujer, siempre pensando lo peor. Nadie es reprimido hasta que se demuestre lo contrario. Los dos hemos tenido ocasión de demostrarlo y bien que lo hemos demostrado. La verdad, si te soy sincero, cariño, es que no las tenía todas conmigo. Ni una sola cita en meses y meses, ni una. De pronto apareces tú y me dices que vale, que una cita, pero cómo iba a pensar que acabaríamos así. En tu perfil ponías que querías una relación sentimental seria, aventura romántica pero más bien tirando a matrimonio canónico y todas esas cosas. Te confieso que por un momento pensé que eras una beatona o una reprimida, si quieres, pero no, me has demostrado que no.
Los dos se ríen, lo que aprovechan para darse de comer a la boca, al piquito, como dos palomitos, y pasan un buen rato en estas tonterías, cuando al fin logran hilvanar otra vez hilo es ella la que tiene pendiente una contestación.
-¡Qué querías que pusiera! Si pones aventura de una noche, sexo salvaje, los hombres vais a por las jóvenes, en cambio si pones lo de relación sentimental seria, eso os pone morbosos. Pensáis eso de haber si logro tirármela y habré conseguido una gran proeza, porque esta es de las duras de pelar, y todas esas monsergas. Que sois tontos y estáis en la higuera. Que las mujeres necesitamos sexo como vosotros o más porque la naturaleza nos dotó mejor, seguro que para compensarnos un poco por tanto dolor en el parto, pero como la historia la habéis creado vosotros, resulta que don Juan era un machote porque se tiraba hasta a las monjas y nosotras somos unas “putas” redomadas si hacemos lo mismo y nos tiramos hasta a los curas. No hay derecho. Tenemos que ir de pudibundas y beatonas por la vida y decir eso de que a nosotras no nos gusta o no nos gusta tanto o no nos pica tanto como a vosotros y que podemos pasar sin ello hasta el matrimonio o la noche de bodas, o que preferimos una pareja seria y si para ello tenemos que pasar hambre pues la pasamos y santas pascuas. Vosotros sois idiotas, os lo creéis todo y nosotras a lo nuestro, a ver qué pica el anzuelo y ya veremos.
-No sé, no sé, cariño, que creo que las mujeres sois muy difíciles, siempre buscando la estabilidad, económica, emocional, piramidal. Que no os va eso de aquí te pillo o aquí te mato, eso de disfrutemos hoy que el mañana nos lo joderán los políticos. Que no hay manera de que se pueda disfrutar del sexo sin más, sin complejos, que siempre estamos buscando la estabilidad, que yo quiero algo para toda la vida, que si un príncipe azul, que si al menos alguien al que pueda llamar amigo y que me eche una mano. ¿Sabes lo que ponía una mujer soltera de 39 años en su perfil? Esto es cierto. Decía algo así, no me acuerdo bien, que si la querían para poner la p… en adobo que se buscaran otra, que ella seriedad y romanticismo y para toda la vida. Jajá. Me encantó lo del adobo. ¿Crees que podría ponerla en adobo otro poquito en cuanto terminemos el desayuno?
-Estás imposible. No te imaginaba tan insaciable, pajarito. En cuanto a eso del adobo yo tenía mis dudas, te lo confieso, que te la ponen en adobo ahí dentro y tú ni te enteras y luego que si te he visto ni me acuerdo. Al menos que se sientan un poco comprometidos, un poco culpables, sabiendo que esto va al menos para unos meses se esmeran más, creo yo. Ahora que he probado lo del adobo debo decirte, requetechiquitín, que me gusta. Aunque la tuya sea una salchichita Frankfurt y poco más, la verdad es que es un placer tenerla en adobo. Además nunca creí que eso del sexo oral diera para tanto. ¡Cómo me has comido los pechos! Las tetas, aunque me llames basta, que ambas palabrejas se refieren a lo mismo y no sé por qué los pechos van a ser feministas y las tetas machistas, que son una y misma cosa. Esa forma de lamer el pezón, que si lengua arriba, lengua abajo, y cómo haces esos círculos, primero para un lado y luego para el otro y a toda velocidad. ¡Ay, que me muero de gusto! Y cuando ya no puedo más me mordisqueas la teta con un salero y luego me comes el pezón con casi toda la teta, hasta donde llega la boca. ¡Ay, que me muero de gusto!
-Pues no será porque no las tengas grandes, que la última vez casi me atraganto, menos mal que me diste unas palmaditas en la espalda, que sino palmo allí mismo.
-No sé si serán grandes, pero reconoce que están erguidas para mi edad, no son las de una jovencita, aún sin destetar, pero están muy bien. ¿O no?
-Mejor que bien, me chifla comerte las tetas, me estaría horas y horas. Lo que no imaginé, al verte así en el parque, como una monjita, aunque tal vez fuera porque había mucha luz, era que supieras comer tan bien mi salchichita, como dices tú, que será pequeña pero a juguetona la ganaran pocas salchichas o embutido del basto o calabacín del gordo. Te dije que me la comieras la segunda vez porque la primera podía estallarte en la boca esa manada de espermatozoides que siempre salen brincando, del mucho tiempo que llevan recluidos. Es mejor la segunda, porque así la reanimas, que necesita una ayudita. Y vaya si la reanimaste, que creo que fueron media docena.
-No sé tú pero yo tuve siete u ocho orgasmos, a lo mejor es que son de los encadenados, de esos que llaman multiorgasmos. Nunca creí que dos vejestorios como nosotros pudiéramos llegar a tanto, y es que el hambre hace milagros. Sabes me estoy poniendo muy cachonda. Mete la mano debajo de la bata y verás cómo me estoy convirtiendo en fuente. Termina ya el café y nos vamos a gozar.
-Gosemos, gosemos, que bien nos lo merecemos, que llevamos una eternidad intentando ligar con tontos y al fin hemos conseguido ligar entre nosotros. Que les den morcilla a esos jóvenes que no piensan en sus mayores sino es para pedirles la propina.
Y nuestro personaje se termina el café y mordisqueando el último trozo de beicon que le ha puesto ella en la boca se dirige hacia el lecho, casi conyugal, y por el camino le toca el pompas a la dama, como dirían los pazguatos reprimidos, que lo que le está tocando es el culo, y buen culo que tiene la señora, para su edad de lo mejor. Uuummmm casi me dan ganas de unirme a la fiesta, pero me temo que por mucho que se liberen este fin de semana eso de los tríos, los cuartetos intercambiables, las orgías a oscuras y amontonadas, todo eso les queda un poco grande… aún, que estos en un mes nos dan sopas con honda.