El gran secreto de mi hijo por fin revelado
Mi sobrino y yo empezabamos a ser mas cercanos. Tanto que ya pensaba en tener algo mas serio con el. Sin importar lo prohibido de nuestra relación. Algo inesperado cambiaría toda nuestra situación.
Habían pasado un par de semanas desde que mi sobrino y yo manteníamos una relación. Íbamos a el cine juntos, comíamos juntos incluso nos duchábamos juntos y al final del día dormíamos juntos. Mi hijo pronto llegaría a casa y ese estilo de vida que llevábamos se desvanecería por completo. Estaba empezando a desarrollar sentimientos de gran fuerza hacia mi sobrino lo que hacía entrar a mi mente en un profundo conflicto. Pronto ese conflicto se vería forzado a terminar de manera violenta y abrupta.Era un lunes temprano en la mañana. Me había despertado temprano para prepararle a mi sobrino los huevos revueltos que tanto ama y unos panqueques calientes. La noche anterior habíamos saciado nuestros cuerpos hasta el cansancio en un frenesí de sexo ardiente y fogoso. Él era muy intenso y no aceptaba un no como respuesta. Muchas fueron las eyaculaciones que repartió sobre todo mi cuerpo hasta dormir profundamente sobre mí. El punto es que no se si yo podría soportar que el dejara de hacerlo. Mientras desayunábamos era muy cordial conmigo. Se ofrecía para lavar los platos al terminar o incluso en ocasiones preparar la comida del día. Jamás en toda mi vida había tenido tanta ayuda de alguien y era muy lindo sentirse valorada para variar. ¿Oye tía, crees que podríamos ir esta tarde al centro comercial? −pregunto−. Claro amor, solo déjame arreglar algunas cosas en el consultorio y vamos después de eso respondí−. Lo que pasa es que quiero regalarte algo por lo atenta y dulce que has sido conmigo dijo mientras sonreía−. Yo le dije que no tenía por qué hacerlo, pero no me escucho.
Ese día por la tarde me fui al consultorio después de la hora de comida. Atendí a algunos pacientes con síntomas de gripe por la temporada y volví a casa. Mi sobrino ya estaba en casa. Pude saberlo porque su mochila estaba al lado de la puerta de entrada junto con su chaqueta. Subí a buscarlo a su habitación pero no estaba. La verdad estaba muy cansada y necesitaba un baño relajante así que; fui a mi habitación por mi ropa y así poder bañarme para estar lista para nuestro viaje al centro comercial.Mi sobrino estaba duchándose en el baño principal con el uniforme de la universidad tirado en el azulejo manchándolo por completo. La puerta estaba entreabierta y pude ver todo. Su cuerpo lleno de lodo era enjuagado por aquella brisa de agua caliente que llegaba hasta el más profundo rincón de aquel joven cuerpo que no hace muy poco le había arrebatado la virginidad. Pensamientos obscenos arribaron a mi mente llenándola de deseo. Sin oponer ni un poco de resistencia cedi y me deje llevar de nuevo.
Había tierra y césped por todo el lugar. El aún no se había percatado de mi presencia cerca de la puerta. Me despoje de mi ropa rápidamente y la tire al suelo de la misma manera que mi sobrino. Me acerque lentamente a él sin provocar ni el más mínimo ruido y lo abrase por detrás poniendo mis senos en su espalda enorme y mojada. El tomo mis brazos con sus manos dulcemente y me dijo llegaste temprano tía−. Me moría por estar contigo mi amor, ya no puedo soportarlo más, hazme tu mujer aquí y ahora dije mientras llevaba mis manos a su gran paquete−. Él se giró hacia mí y me tomo del trasero haciéndome notar su gran erección rozándola contra mi vientre. Ya no hacían falta palabras entre nosotros. Cada uno sabía lo que el otro deseaba solo con dedicarnos una sutil mirada. Mi sobrino puso mi espalda contra la pared de azulejo del baño y comenzó a besar mi cuello mientras con su mano metía sus dedos en mi vagina que ya goteaba el elixir que el tanto amaba beber. Saco sus dedos y se detuvo para robar un poco su sabor. Después siguió besándome el cuello y bajo hasta mi pecho. Mordió mis pezones y yo grite de placer. Lo masturbaba mientras él se daba gusto con mi cuerpo. El agua nos abrazaba cálidamente mientras nosotros dejábamos que nuestros cuerpos expresaran lo que nuestros labios no podían. Pronto llegamos al punto sin retorno. Su polla ya estaba chorreando su dulce pre eyaculación y yo no pretendía perderme ni una sola gota. Había descubierto que su sabor me había hecho una completa adicta. Era muy un sabor muy dulce y apetecible. Lo que cualquier mujer sueña al chupar una polla. Normalmente te topas con tipos con un sabor amargo incluso mi hijo tenía un mal sabor en ocasiones. Mi sobrino era el caso opuesto a ellos. Yo deseaba con ansias el hacerle sexo oral cada que podía. Mi sobrino apoyo una mano en la pared y yo me puse de rodillas ante él. El agua caía de frente a mis ojos y mi sobrino trataba de cubrirla un poco con su enorme cuerpo. Yo recorría con mi gran lengua su pene lubricándolo con mi saliva. Tu lengua parece la de un demonio muy sexy tía, se mueve como si fuera de una serpiente −dijo−. Yo seguí lamiendo su polla haciendo temblar su cuerpo de vez en cuando. El cariñosamente recogía mi cabello para que no cayera en mi rostro y poder seguir chupándosela cómodamente. Sus caderas comenzaron a temblar y yo le dije −vente en mis tetas amor−. Saque su polla de mi boca y comencé a masturbarlo poniéndola en medio de mis senos y chupando la punta ocasionalmente. Él me dijo− no la saques síguela chupando ya voy a llegar−. No quiero que eyacules dentro de mi boca hoy amor −dije−. Esa tarde había tenido un poco de vómitos por el embarazo y no quería que se revelaran ante mi sobrino. El sabor de su pre eyaculación era muy dulce así que no provocaba ese efecto en mí, pero el semen era algo totalmente distinto. En ocasiones hacia esfuerzo para no vomitar al tragarlo, a veces era difícil hacerlo, por su textura y sabor. Por el calor del momento el no pudo retenerse y metió su polla dentro de mi boca y sostuvo sus manos firmemente mientras eyaculaba su leche espesa y grumosa dentro de mi garganta sin darme oportunidad de reaccionar. Yo de inmediato me retire de él y escupí el semen al suelo. Perdón tía, me deje llevar, no me pude aguantar −dijo−. De inmediato una sensación de asco vino a mí al igual que unas inevitables ganas de vomitar. La comida que había tenido en la tarde estaba esparcida por todo el piso del baño y un poco en los pies y piernas de mi sobrino. Él se apeno aún más y no sabía qué hacer. Me tomo el cabello mientras yo seguía vomitando sin dejar de pedirme perdón. Cuando deje de hacerlo el agua se llevó todo y mi sobrino y yo nos enjuagamos y duchamos propiamente.
Salimos de la ducha y él se veía algo reocupado por mí, pero no me decía ni una sola palabra. Puse una toalla en mi cabello y una en mi cuerpo y salí de la habitación sin decir nada. Me cambie en mi recamara y mi sobrino llego desnudo totalmente seco y con un rostro de preocupación. No entendía que era lo que había ocurrido puesto que o siempre bebía su semen sin problemas. Así que tomo valor, se sentó en mi cama y me pregunto qué era lo que estaba sucediendo.
− ¿Tía, que es lo que te pasa, estas enferma de algo, necesitas ir con el medico?
−No es eso amor, solo he estado algo cansada.
−Pues sí, pero eso no es normal, podrías tener algo severo tía.
−No me pasa nada, solo tengo mareos y nauseas amor.
−No será que tú estés
− ¡No, amor, para nada, me he estado cuidando!
−Bueno aun así, mañana iremos con un ginecólogo para que nos diga que es lo que tienes, no vaya a ser que estés embarazada tía.
−Claro, mañana, sí.
Le dije que lo haría aunque no tenía ni la más pequeña intención de acudir a un ginecólogo. Yo ya sabía que estaba esperando un hijo de mi propio primogénito pero no podía revelarle un hecho tan perturbador a mi sobrino que había crecido con unas bases morales tan altas. ¿Te parece si nos quedamos en casa hoy, no me siento tan bien como para salir de compras podemos dejar lo del centro comercial para otro día? −pregunte−. Claro tía, no te preocupes, ahorita te preparo un té para tu estomago −dijo−. Nos vestimos y bajamos a la cocina. Mi sobrino me preparo un té de manzanilla y yo lo bebí pero no lo termine. Le dije que me iba ir a recostar un poco, la verdad estaba algo agotada por el día y deseaba descansar. Me fui a recostar y cerré la puerta. Mi sobrino fue a su habitación a realizar los deberes de la universidad y luego vino a mi habitación. Lo supe porque lo sentí al entrar a la habitación debido al rechinar de la puerta, la cual ya requería un poco de aceite en las bisagras. Se acostó detrás de mí y comenzó a besarme el cuello. Yo sentí un cosquilleo en el are y supe que era su lengua la que buscaba darme placer. Comenzó a masturbarme mientras seguía besándome por todos lados. Yo no podía más con el placer y lo deje que me tomara. Me bajo la tanga y se acercó más a mi dejándome sentir su cálido aliento en mi oreja. Su cuerpo se movía de manera que entraba la mayor parte de su polla, húmeda y gruesa se abría paso a través de mi canal vaginal haciéndolo menos estrecho cada vez. ¡Cógeme duro, dame más mi amor, háblame sucio! −grite−. Tómala entera perrita sucia, eres mi perra, soy tu puto dueño cabrona dijo mientras me jalaba el pelo y me lo metía más profundamente−. Yo gritaba y gemía presa del placer al igual que él. Nos dejamos llevar tanto que no nos percatamos. Alguien abrió la puerta de la habitación y encendió la luz. ¿Me pueden explicar que chingados es esto? −Pregunto mi hijo furioso−. Ella es mi hembra no tuya pendejo añadió furioso−. Mi sobrino se bajó de la cama tratando de calmar a mi hijo sin éxito. Mi hijo lo golpeo y lo dejo en el suelo. Prisionero de su ira revelo el gran secreto que tratábamos con tanto esfuerzo de ocultar. Ella es mi mujer y está esperando un hijo mío dijo mi hijo iracundo−. Mi sobrino se quedó mudo al igual que todos después de esa revelación. Continuara