El gran negocio con mi hermana

Al poco llamó mi hermana y entró dentro, me quedé con la boca abierta, venía totalmente desnuda y la tienda de campaña no se disimuló en mi pantalón. —Pensé que vendrías con uno de los modelitos. Dije con voz temblorosa. —Y lo llevo puesto, ven acércate. Dijo mi hermana.

¿Nunca os habéis preguntado la de sorpresas que te depara la vida? ¿O como un pensamiento, una idea, puede hacer que tu destino cambie drásticamente? Pues eso es lo que nos pasó a mi hermana Gabriela y a mí

Mi familia la componíamos mi padre mi madre mi hermana y yo. No vivíamos nada mal, gracias a Dios nuestros padres trabajaban con lo que nos podíamos permitir ciertos lujos, pero tanto mi hermana con 27 años como yo con 29 y nuestras carreras acabadas éramos un lastre para mis padres que desesperados veían como todo nuestro esfuerzo por encontrar algún trabajo de lo nuestro siempre se estrellaba en la falta de experiencia. Mi hermana Gabi había estudiado marketing y gestión de empresas y yo era ingeniero programador multimedia, pero a estas alturas Gabi servía copas de noche en una discoteca y a veces tenía que hacer de gogo y yo me dedicaba a arreglar ordenadores y en ocasiones hacer algún programa específico para algún cliente que me lo pedía, pero claro, a un módico precio.

Eso nos daba algo de margen para no depender de nuestros padres económicamente, pero el independizarnos, el vivir nuestra vida era de momento imposible y era lo que más deseábamos. Físicamente mi hermana es una hembra impresionante, yo como hombre si no fuese mi hermana me la follaría sin dudarlo. Tiene una cara preciosa, unos ojazos azules muy grandes y expresivos, simpatía, inteligencia, y un cuerpo, unas tetas y un culo que hacen girar la cabeza a todos los hombres mientras su larga melena rubia tapa prácticamente su espalda. Muchas veces la he visto en bikini y reconozco que he fantaseado con ella incluso me he hecho mis buenas pajas a su salud.

Por mi parte soy alto, ojos marrones, pelo negro, cuerpo muy definido y musculado, sé que no tengo problemas con las mujeres, doy imagen de malote, noto sus miradas clavadas en mi cuando entro en algún sitio y en más de una ocasión casi me han buscado un problema por alguna loca que con su marido o su novio delante han querido ligar conmigo. No es que tenga un pollón descomunal, pero mis 19 cm. dejan muy satisfechas a las mujeres Me gustan los tatuajes, pero sin ser un obseso, mi espalda, mi pecho y mis hombros son fiel reflejo de lo que digo, aunque las partes que se ven con ropa las tengo libres, se lo que significa ir a buscar trabajo y que te vean tatuado, por desgracia está mal visto.

Mis padres son dos auténticos luchadores que solo han querido lo mejor para sus hijos, los dos están cerca de los 60 años. Mi hermana y yo, aunque en ocasiones hemos tenido buenas peleas y nos hemos estado tiempo sin hablar nos queremos mucho y nos apoyamos el uno en el otro, ella es mi confidente a quien le cuento todo y ella lo mismo, me cuenta todo con respecto a su trabajo y a su novio un gilipollas que no aguanto pero que mi hermana quiere como si fuese el último hombre del mundo.

Bien hasta aquí quería poneros en antecedentes de como éramos y a lo que nos dedicábamos, porque esta fue la raíz de lo que se desencadenaría más adelante. Mi hermana trabajaba todos los jueves, viernes y sábados, de doce de la noche a ocho de la mañana. Casi todos los fines de semana siempre me pasaba por donde trabajaba por dos razones principales. La primera es acercar a casa a mi hermana si le apetecía, aunque siempre estaba el baboso de su novio que era el encargado de velar por su seguridad, aunque luego ella llegase a las tres de la tarde después de haberse pasado la mañana follando con ese desgraciado.

Pero la segunda y más importante para mí era entrar en el camerino de las gogos y recrearme con las vistas. Aunque protestaban lo hacían con la boca pequeña, muchas noches he visto a mi hermana solo con un tanga y me miraba divertida.

—Joder Nacho, córtate tío que estamos casi en pelotas.

—No voy a ver nada que no haya visto ya hermanita, pero esto es un lujo para la vista.

Realmente a quien buscaba era a Dana una universitaria estadounidense, con más vicio que una garrota. No estábamos enrollados, pero era verme y venia corriendo o desnuda o con poquísima ropa hacia mí, se colgaba de mi cuello y rodeaba con sus piernas mi cintura mientras gemía en mi oído chapurreando español:

—Nacho quiero tu picha en mi coño.

Ella sabía que me la follaría, pero primero estaba mi hermana y su bienestar, una vez que mi hermana me decía que su novio la llevaría a casa, era todo uno, follar era su único objetivo y sinceramente verla desnuda, gimiendo, berreando según la follaba y llenándola de leche era el pan nuestro de cada fin de semana, aunque para ser sinceros a las otras dos gogos ya me las había follado también entre diario, había probado el lujo de sus cuerpos.

Muchos fines de semana mi hermana me cosía a preguntas sobre sus compañeras y yo no sé si por ponerla cachonda me recreaba en los detalles.

—A ver hermanito, sé que eres un crápula sin escrúpulos, no hace falta que me digas los orgasmos que han alcanzado tus chicas, pero si quiero saber si te han contado algo sobre mí.

—Gabi, solo me quieren por ser tu hermano, decía mintiéndola, tú eres su musa inspiradora, le comentaba riendo. No ahora en serio Gabi, te quieren mucho como compañera y no tienen ninguna queja sobre ti.

En ese aspecto mi hermana era algo insegura y pensaba que sus compañeras la querían hacer alguna faena y nada de eso iba a ocurrir, la querían mucho. Digamos que nuestra vida transcurría así, muchas veces nos tirábamos hablando hasta las tantas de como poder salir de este callejón donde nos habían metido las pocas oportunidades para los jóvenes y poder ganar dinero, tener un sueldo en condiciones y poder vivir a gusto.

—Joder Nacho, hace años terminamos la carrera, fuimos de los primeros en nuestra promoción, pero nada de eso nos vale, tenemos que montar un negocio y que funcione a la primera.

—¿Y con qué dinero Gabi? Montar un negocio cuesta dinero y hace falta una inversión inicial, yo tengo algo ahorrado, pero ni de lejos se acerca a lo que podemos necesitar.

—Yo también tengo algo ahorrado, dijo mi hermana

Nos pusimos a sumar lo que teníamos y lo que podíamos llegar a juntar y no llegábamos a los 20.000€

—De acuerdo dije, podríamos pedir dinero al banco, pero papa tendría que avalarnos con la casa, suponiendo que el negocio fracasa pondríamos a los papas en una situación muy difícil.

—No Nacho, sería solo si nosotros podemos financiarlo, no quiero depender de nadie ni deber nada a nadie y si lo montamos juntos seria al 50%.

—Gabi, suena bien como lo vendes, pero es inviable, con este dinero casi imposible.

—Déjame pensarlo, ¿vale? Estoy segura de que algo se puede hacer.

Esa noche seguimos hablando de infinidad de cosas, me encantaba ver a mi hermana con su ropita para dormir, mínima y muy sexy, notaba sus tetas sobre su camiseta marcando unos pezones pequeñitos, y los pantaloncitos dejándome a la imaginación su tanga y sus curvas de infarto, imágenes que de seguro vendrían a mi mente en una de mis pajas dedicadas a ella.

No volvimos a hablar del tema negocio, pero si noté que Gabi se tiraba más tiempo en su cuarto a puerta cerrada, no le di importancia hasta que pasados unas semanas me lo dijo:

—Hermanito, este jueves no va a venir mi novio a buscarme, pero me gustaría que te pasases por donde trabajo a eso de la cinco de la mañana. Quiero enseñarte algo.

Aunque protesté, ella sabía que iría a buscarla, además así vería a mis chicas, y si se daba el momento a lo mejor incluso follaba cuando dejase en casa a Gabi. Cuando llegué ese jueves a la discoteca me paré a hablar un poco con los dos porteros, dos armarios roperos con brazos como postes y una cara de mala leche que te hacia dudar si entrar o no. Aunque tenían esa pinta de malotes, era solo pose, ellos también se habían follado a las gogos y me habían contado que eran dos cachos de pan y aunque no lo habían dicho explícitamente mi hermana también los cató, según Dana, muy dada a los selfies, uno de ellos tenía un pollón de casi 30 cm y una foto con él lo atestiguaba, hacia empequeñecer a cualquiera.

—Hola hermanita, la saludé desde un extremo de la barra.

Ella me saludó con una gran sonrisa, la miré y me quedé embobado, unos pantalones negros ceñidísimos, marcando sus impresionantes curvas y una camiseta blanca también muy ajustada dejando a la vista un gran escote. Joder, pensé, aunque sea mi hermana, pero es que esta buenísima, no me extrañaba que en la barra estuviesen no menos de diez tíos pidiendo y babeando cuando les hablaba para saber que querían tomar.

—Hola Nacho, dijo apoyando sus dos tetas en mi brazo se aupó para darme un par de besos. Te aseguro que por qué no me queda otra, pero estoy hasta las narices de babosos y tenerme que exhibir de esta manera para que consuman.

—Lo se Gabi, pero es lo que hay. Por suerte, Dios te proporciono ese cuerpo tan perfecto y te está ayudando un poco, aunque sé que no es lo que te gusta. Bueno, ya me tienes aquí, ¿Qué me quieres enseñar?

—Dame unos minutos que lo quiero preparar muy bien, me dijo Gabi con picardía.

Se fue hacia donde estaban sus compañeras y las dijo algo, miraron hacia donde me encontraba y me lanzaron un besito que fue correspondido por mí. Al poco vino mi hermana y mientras se preparaba todo me invitó a una copa, estuvimos charlando de trivialidades, mientras ella con una sonrisa en su cara seguía sirviendo copas. A la media hora más o menos, le dijo a un compañero que se hiciese cargo de la barra y agarrándome de un brazo me llevo hacia los camerinos de las gogos.

—Bien hermanito, cuando abra esta puerta y veas lo que hay dentro quiero que me des tu opinión y no dejes pensar a tu polla, dime lo que ven tus ojos y lo que te provoca.

Gabi abrió la puerta y pasó al interior de la habitación, allí tres ángeles en ropa interior me esperaban, estaban preciosas, pero lo que más me impresiono fueron sus braguitas y sus sujetadores, nunca había visto nada así de bonito, atrayente, erótico y seductor. No sabía cómo describirlo, pero hacía que mis ojos no se separasen se sus cuerpos, ellas se sabían dotadas de hermosura y se exhibían ante mi sin pudor poniendo sus poses más incitantes.

—¡¡JODER!! Chicas estáis preciosas, y esta lencería…es…es increíble, dan ganas de…de…

—Follarlas, ¿a qué si hermanito? Pues quiero presentarte parte de mi colección de lencería erótica.

—¿Colección? ¿Lencería erótica? Dije algo sorprendido.

Las chicas desaparecieron detrás de un biombo, ya que tenían que salir a pista nuevamente, no pude dejar de mirar esos culos perfectos poco cubiertos o solo con la tirita del tanga perdiéndose entre sus nalgas.

—Gabi, ¿Qué es esto?, aparte de bonito, y provocador… ¿Tu colección de lencería erótica?

—Nacho este va a ser nuestro negocio y acabas de ver un avance.

—A ver…a ver… hermanita ¿quieres vender bragas y sujetadores?

—No cielo, no son bragas y sujetadores normales, tú mismo lo has visto, es mucho más, ¿y vender? No creas que me voy a ir a un mercadillo, no, como te he dicho esto es mucho más, vamos a venderlo por internet, y ahí entras tú, tienes que crear una página, alojarla en un servidor y hacer que la gente compre, hacer un programa de gestión y subir fotos de todos los modelitos que de momento he podido comprar, me he gastado 9.000€ en ropa íntima, el resto es para que tu compres lo que necesites, tenemos un margen de 11.000 €.

Mi hermana me dejo sin habla, pero mi cabeza empezó a pensar que a lo mejor esto podía funcionar. Yo me había quedado sin palabras cuando vi esos modelitos tan eróticos sobre los cuerpos de las compañeras de mi hermana. Ella volvió a la barra a servir copas mientras las chicas salían con una sonrisa pícara y me besaban. Me senté en un rincón a pensar en todo lo que había visto y oído y dentro de mi cabeza los números empezaban a tomar forma.

Nos hacía falta un ordenador más potente y más ancho de banda, lógicamente empezaríamos a trabajar desde la casa de nuestros padres. Por los programas de gestión no habría problema, y por el alojamiento de la página de momento tendríamos que conformarnos con algo que fuese asequible, los servidores que nos podían lanzar en los buscadores sin problemas eran casi prohibitivos.

Aunque pensé que podría follar con alguna de las chicas, todo lo vivido me había desviado de mi principal objetivo, follar. Mi hermana y yo llegamos a casa amaneciendo y nos metimos en su habitación a concretar detalles. El cansancio nos pudo y nos quedamos dormidos los dos en su cama, solo recuerdo despertarme cerca de las dos de la tarde con mi cuerpo pegado al de mi hermanita, una mano mía agarrando una teta suya y mi polla con una erección descomunal entre sus nalgas.

Me asuste según tomé consciencia de la situación e intente moverme para deshacer ese abrazo que me tenía excitado. Con lo que no contaba es que mi hermana según notó que me movía agarro una mano mía y la apretó más contra su pecho mientras movía su culo encima de mi polla que iba a explotar en cualquier momento.

—No mi amor, no te vayas sigue así conmigo, susurró entre sueños Gabi.

Creo que mi hermana pensaba que tenía a su novio en la cama abrazándola. Mi situación era delicada, si mi hermana se despertaba y me veía en este escenario seria comprometido explicarle que hacia una mano mía en su teta y mi polla dura como el acero en su culo solo cubierto por un pantaloncito que no conseguía mantener ocultas esas perfectas nalgas.

Dejé a mi hermana semidesnuda en su cama mientras yo me metía en mi habitación y quitándome la ropa me hice una de las mejores pajas que recuerdo pensando en el cuerpo de mi hermanita y el contacto de mi polla sobre su culo, era la primera vez que me encontraba en una situación así y desde luego la primera vez que toqué a mi hermana de esa forma. Eso hizo que de alguna manera la mirase con diferentes ojos, muchas veces había abrazado a mi hermana y había sentido la calidez de su piel, pero ese despertar con mi hermana así de pegada a mí y moviendo su culo sobre mi polla cambió mi actitud hacia ella.

Las siguientes semanas fueron de locos, nos metimos de lleno en el proyecto de mi hermana, ni descansamos, a los días les faltaban horas mientras veíamos como nuestro sueño, nuestro negocio iba tomando forma. Nadie nos dijo que sería fácil, pero llegados a un punto estábamos sin un euro y con todas nuestras ilusiones puestas en una página que no conocía ni Dios. Mi relación con mi hermana era increíble, estábamos juntos en esto y nos apoyábamos y nos dábamos ánimos a partes iguales, aunque sabíamos que estábamos jodidos por que en los dos primeros meses solo vendimos dos conjuntos y uno de ellos lo devolvieron por no cumplir las expectativas.

Creo que las cosas no podían ir peor, de pensar que posiblemente cubriríamos gastos, a estar viendo como palmábamos dinero semana a semana. Yo seguía con mis chapuzillas diarias y Gabi con su trabajo de servir copas y ser una gogó en una discoteca, eso nos servía para pagar deudas, pero nos dejaba sin poder adquisitivo.

—¿Qué estamos haciendo mal? Me decía Gabi con lágrimas en los ojos

En la pantalla del ordenador aparecía la pantalla de pedidos y un cero enorme al final, había visitas sí, pero no en una proporción exagerada. Gabi, sentada en una silla con las piernas cruzadas iba y venía por las paginas, en un gesto cariñoso y tranquilizador la abrace desde atrás y pegue mi cara a su mejilla llenándola de besos.

—Tranquilízate Gabi, veras como dentro de poco empiezan a entrar los pedidos, no te desanimes.

Ella agarro mi brazo y lo besó, pero estaba tan acojonado como ella, nos habíamos liquidado todos nuestros ahorros además de que Gabi había dejado su toque personal en todas y cada una de las prendas. Tangas con un sutil toque de pedrería o lentejuelas, sujetadores con transparencias y aberturas para que los pezones se marcasen en los vestidos o camisetas y lógicamente ya no se podían devolver, teníamos cerca de 9.000€ en producto que no rentaba nada de dinero y todo eran perdidas.

Esa noche cuando Gabi se fue a dormir estuve mirando toda la página las fotos de los conjuntos encima de un fondo blanco o negro según fuese el color de la prenda, joder eran muy sugerentes, no sé cómo nadie no conseguía apreciarlo además no eran conjuntos carísimos, eran muy asequibles. Me decidí y me metí en un foro de informática que tenía un apartado general donde la gente dejaba post de todo lo no relacionado con la informática y puse un enlace a nuestra página a ver qué es lo que pasaba.

De acuerdo las visitas subieron como la espuma, pero los pedidos seguían en cero. Me pasé por el foro y cientos de comentarios que decían lo mismo… ¿Dónde están las modelos con esas prendas puestas? Efectivamente nuestra página era sosa, carente de encanto, solo tangas y sujetadores sobre un fondo y fotografiados con el móvil, no se veía el detalle, no se apreciaba la belleza de esa prenda sobre un cuerpo femenino y ahí residía uno de los problemas. Me metí en unas cuantas páginas de lencería y en todas ellas modelos con un cuerpo de infarto posaban con lencería muy sugerente.

—¡¡No me lo puedo creer hermanito!! ¿Estas mirando páginas de la competencia? Dijo Gabi poniendo sus manos sobre mis hombros.

Cogí una mano suya y la besé, la atraje hacia mí y la hice sentar sobre mis rodillas, ella pasó un brazo por encima de mi hombro con lo que una teta suya quedaba peligrosamente cerca de mi boca, además su conjunto de dormir enseñaba más que escondía y notaba su piel en contacto directo con la mía.

—Gabi ¿Qué ves en esta página? ¿Qué notas que la haga diferente de la nuestra?

Mi hermana agarro el ratón y empezó a mirar una página y otra, su postura no era cómoda, estaba revirada con su cintura en una posición no natural, se levantó y dándome la espalda se sentó a horcajadas sobre mí con su culo bien pegado a mi entrepierna y sus brazos apoyados en la mesa, desde esa perspectiva veía su espalda, su larga melena rubia y esos pantalones mostrando donde la espalda pierde su honesto nombre con las tiritas de su tanga señalándome el camino a recorrer mi polla empezó a dar señales de vida y eso me asustó, mi hermana iba a notar toda mi dureza en su coñito y eso me pondría en una situación muy difícil.

—La verdad Nacho, salvo que su página…no sé, tiene más glamur y su marca es muy conocida no noto gran diferencia.

—Cielo, mira las fotos de nuestros modelos y mira las suyas. Ellos plasman la belleza de una prenda sobre el cuerpo de una mujer, nosotros sobre un fondo inexpresivo, no hay color, no hay belleza en estos conjuntos. Le dije con mi polla a punto de explotar.

En esos momentos mi hermana levanto ligeramente su culo y no sé qué hizo, pero cuando se sentó de nuevo note perfectamente los labios de su coño sobre mi polla, note su calor…su humedad, me estaba poniendo muy malo y no sé cómo iba a terminar esto.

—Bien hermana, dije sin mucha convicción, creo que ya has visto la diferencia, creo que deberíamos ponernos de acuerdo en lo que vamos a hacer con esta ropa interior y una modelo.

—Espera cariño, déjame mirar más, quiero sentir lo que me inspiran estas páginas. Susurró mi hermana.

Noté un ligero movimiento de caderas sobre mi polla, ¿o eran imaginaciones mías? Empecé a acariciar la larga melena rubia de mi hermana, sabía que la espalda era su punto débil, que se la acariciasen y se la besaran la excitaba mucho. Aparte su melena y empecé a darle besitos por la nuca y note como su piel se erizaba, mi hermanita agarro una mano mía y metiéndola bajo la camiseta la poso sobre una teta suya que amasé apoderándome de su pezón y poniéndolo como una piedra.

—Ummmm…hermanito que buenooo.

Mi erección ya dolía de manera salvaje, y notaba el coñito abrasador de mi hermana que moviéndose sin vergüenza sobre mi polla estaba a nada y menos de perder los papeles, no era Dana, era mi hermana y lo que tenía muy claro es que debía de terminar con eso, aunque estábamos solos en casa me asustaba la idea de que pudiésemos llegar a más…joder era mi hermanita pequeña, la quería más que a mi vida, pero lo que se me pasaba por la cabeza ya no me gustaba.

—Venga Gabi, dije dándola un azotito cariñoso en su culo, vamos a ponernos a trabajar.

Ella se levantó y pude apreciar la gran mancha de humedad en su entrepierna y me asusté de la mancha sobre mis pantalones. Gabi me miro a los ojos y luego clavó su mirada en mi polla, volvió a mirarme traviesa mientras sonreía de manera lasciva y mordía su dedo meñique de manera cautivadora.

—Si casi va a ser mejor, dijo mi hermana algo contrariada, aunque primero déjame darme una ducha, dentro de un rato hablamos.

Si mi hermana se hizo un dedo en la ducha no lo sé, yo os aseguro que me volví a masturbar pensando en las sensaciones que me transmitió mi hermanita. Al rato estábamos los dos delante de una taza de café, hablando de lo que podíamos hacer.

—Mira Nacho, hacemos una cosa, nos ponemos en contacto con una agencia de modelos y que nos digan las tarifas.

—De acuerdo Gabi, pero también nos hace falta un fotógrafo, un equipo que haga buenas fotografías, no podemos hacer un book con un móvil por muy buena cámara que tenga, nos hace falta luz, flases, un entorno adecuado.

Ese mismo día nos pusimos en marcha de nuevo, debido al enlace con nuestra página desde los foros, se empezaron a vender algunos modelos, pero no era suficiente. Las noticias que recibimos sobre una modelo y un fotógrafo no fueron muy halagüeñas. Lo más barato que encontramos y haciéndonos un favor nos saldría por unos 6.000€ vamos ni de lejos a lo que teníamos en ese momento entre los dos unos 19€.

—Diooos, esto nos va a salir por un ojo de la cara le dije a mi hermana preocupado.

—Joder que sí. Déjame hablar con las chicas a ver si nos echan una mano, por lo menos Dana esta coladita por ti, seguro que si se lo pides nos hará el favor.

Ni favor ni leches, esa misma noche hablamos con las chicas y aunque nos conocíamos éramos amigos y daríamos un brazo si nos encontrábamos en apuros había una cifra que no bajaba ni queriendo. 1.000€ por posar con esa ropa y querían el 10% de cada venta eso era innegociable. Por mucho que intentamos manejar la situación nos dimos por vencidos, no podíamos pagar esas cantidades.

Esa mañana llegamos bastante derrotados a casa, nos metimos en su cuarto y encendimos el ordenador, bueno había diez pedidos que nos pusimos a preparar en esos momentos, eso nos animó algo, pero veía a mi hermana muy derrotada, lo notaba en su mirada.

—Vamos Gabi, anímate esto es solo otro peldaño que hemos de subir, pero estamos más cerca de lograrlo, veras como va a ir bien.

Mi hermana me miró con ternura mientras terminábamos de empaquetar todo y dejarlo preparado para cuando viniese el mensajero de la agencia de transportes. Me rompía el alma verla tan derrotada pero no sabía cómo animarla. Además, su mierda de novio no había dado la cara en quince días, sabía que ella lo llamaba, pero él siempre tenía algo que hacer y no la apoyaba.

—Vamos a dormir Gabi, necesitamos descansar.

—Nacho, no me dejes sola, no quiero dormir en una cama vacía, duerme conmigo como cuando éramos pequeños.

Sabía lo que significaba, otra noche de sufrir al notar su cuerpo pegado al mío. Gabi se fue al servicio y salió a los pocos minutos con una camiseta y un pantaloncito para dormir, no era la primera vez que veía a mi hermana con ese atuendo, pero si me fije que no llevaba ropa interior, solo ese detalle y mi hermana cuando se acostó pegando su cuerpo al mío hizo que mi polla empezase a ponerse como una piedra.

—Abrázame ¿quieres? Tengo algo de frio. Susurro mi hermana.

Intente abrazarla mientras notaba como su culito se acoplaba contra mi polla. La abrace intentando alejarme de sus tetas, pero fue imposible, una mano mía quedo abarcando una de sus tetas y mi mano por puro instinto la acarició y amasó, note como su pezón se puso como una piedra e hizo que mi polla creciese más aun y se clavase entre los cachetes de su culo.

—Ummmm…que rico mi amor. Murmuro Gabi casi dormida.

Me quedé muy quieto, pero estaba deseando hacer cosas con ella que no eran las adecuadas entre hermanos. De acuerdo que me había hecho pajas pensando en mi hermana, pero solo era eso, ahora lo que deseaba es bajarla su pantaloncito y follarla y eso me asustaba mucho.

Esa noche no dormí nada bien, me desperté muchas veces y creo que mi polla debía de estar gangrenada ya que no note que bajase en ningún momento, se sentía muy arropada entre ese par de magnificas nalgas que poseía mi hermana. Cuando me desperté me encontré solo en la cama de mi hermana y con vergüenza vi mi ropa interior manchada de una gran corrida y no debía de haber sido hace mucho porque todavía estaba húmeda.

—¡¡Venga ya!! No me jodas Ignacio. Me reprendí a mí mismo con vergüenza.

Me fui a la ducha y cuando salí me fui a la cocina, allí estaba Gabi con el portátil y con cara de alegría.

—Buenos días hermanito, mira tenemos quince pedidos más, parece que esto se anima.

Se levantó de la silla y me abrazo con fuerza contra su cuerpo, joder me estaba poniendo malo otra vez, me dio un pico en los labios y me miro con cariño.

—Gracias por dormir conmigo y hacerme sentir bien. Anda desayuna que tenemos mucho que hacer.

Me volvió a besar y la vi desaparecer por la puerta de la cocina meneando ese culo que me empezaba a volver loco. A las dos horas el mensajero llamaba a la puerta y le dábamos la paquetería con todos los pedidos que nos habían llegado. Esos 25 pedidos nos dejaron una gran sonrisa en la cara y aunque seguían sin cubrir gastos nos animaba. Cuando se cerró la puerta mi hermana me cogió de la mano y me llevo a su habitación, cerró la puerta me sentó en la cama y me miro muy fijamente, estaba acojonado, pensé que me iba a echar la bronca por mi corrida o por…yo que sé. La tenía frente a mí a escasos dos metros vestida de manera muy sugerente y notando los labios de su coño en esos pantaloncitos.

—Ignacio, ¿crees que tengo buen cuerpo? Dímelo sin rodeos.

—¿Co…com…cómo? Dije balbuceando.

—Venga dime, ¿estoy buena?

—Gabi, estas muy buena y tienes un cuerpo que es una preciosidad, sabes que tienes a muchos hombres locos por ti.

—Nacho ¿te sigue gustando la fotografía? ¿Sigues la amistad con ese chico que también le gustaba?

—Sí, claro que me sigue gustando, y si, sigo la amistad con Toño, de hecho, ahora se dedica a la fotografía profesional… espera, espera, dije asustado, ¿no estarás pensando que tú? …. ¿Y él?…

—No hermanito, no, tu y yo, que él te deje una buena cámara y yo voy a ser tu modelo, yo voy a posar para nuestra página, no sé cómo no se me ha ocurrido antes, la idea es perfecta y nos ahorramos una pasta.

Os juro que un escalofrió recorrió mi espalda. A ver no sería la primera vez que vería a mi hermana con un bikini minúsculo e incluso en alguna ocasión cuando entraba al camerino de las gogos verla en tanga y con las tetas al aire, pero eran segundos y por supuesto no se mostraba ante mí. Pero posar a centímetros de mi con esa lencería que era como una locura, imaginarla en su cuerpo…por Dios no sé cómo iba a poder disimular mi erección.

—Cariño, ¿estás segura de querer hacerlo así? ¿No prefieres que veamos otras alternativas?

—¿Cuál? ¿Qué tu amigo el fotógrafo me las haga? ¿Y cómo le pagamos, porque me imagino que gratis no lo va a hacer? ¡¡Ahhhh!! Espera me va a ver medio denuda y como no hay dinero para pagarle me lo tendré que follar ¿No? hermanito espabila, todos tus amigos sin excepción están deseando meterse entre mis piernas, dijo mi hermana enfadada, así que no perdamos más el tiempo vas a ser tu quien me tome esas fotos, no pienso desnudarme ante nadie más.

—¿Ni ante tu novio? Pregunte con maldad.

—Y mucho menos ante ese patán, dijo mi hermana iracunda. Y no me toques más las narices ¿Vale?

Cuando Gabi se enfadaba ya no había nadie que le alegrase el día. Además, la idea había sido suya y si encima le sacabas peros era como cuestionarle si estaba segura de lo que decía o lo que hacía, sus ideas eran las mejores y no se ponían en duda.

—De acuerdo hermana será como quieras, llamaré ahora a Toño a ver si me deja una cámara.

Aunque Toño no se encontraba en España pude hablar con él y contarle un poco por encima lo que quería hacer diciéndole que la modelo sería un maniquí. Me dijo que cámara utilizar, como sacar las mejores fotos con un sistema de flases indirectos y el fondo que debería de poner.

—Todo el material lo tienes en mi estudio. Ve a casa de mis padres y pídeles las llaves yo hablaré con ellos.

Por la tarde tenía todo lo necesario en casa, hice sitio en mi cuarto y monté todo, hice una serie de fotos a objetos encima de un taburete y los resultados fueron espectaculares, no tenían nada que ver con la resolución del móvil. Estaba muy nervioso, sabía que iba a tener a mi hermana casi desnuda frente a mí no preveía lo que iba a pasar. Cuando llego Gabi le enseñe todo el tinglado y los resultados, me hizo hacerle unas fotos según iba vestida camiseta de tirantes con un escote muy sugerente, una chaquetita y unos vaqueros ajustadísimos a su cuerpo. Solo de las poses que me puso haciendo las fotos ya me empalmé, creo que esto no iba a ser buena idea empezaba a ver a mi hermana como una mujer, como la tremenda hembra que era.

Acordamos empezar el lunes ya que ella tenía que trabajar, eso me relajó un poco, esa noche me acercaría a recogerla ya que su novio estaba desparecido en combate, veía a mi hermana molesta porque, aunque hablaba con el hacía muchos días que no le veía. Esa noche cuando llegué noté frialdad en el trato con las chicas, ya no se comportaban de manera cariñosa como siempre, mi hermana me comentó que las había molestado el hecho de no contar con ellas para las fotografías y aunque mi hermana les comento por activa y pasiva que no teníamos dinero no lo tomaron bien, se molestaron por la falta de confianza.

—Hermanito, ni se te ocurra pasar por el camerino de las gogos, te pueden llover collejas como panes, están muy molestas.

La noche pasó sin pena ni gloria y a las ocho y media de la mañana estábamos entrando por la puerta de casa. Gabi fue directa a la ducha y de cabeza a la cama, yo me quedé un rato más gestionando nuestra página y embalando veinte pedidos más. Me metí en el banco y me alegró ver que con todos los gastos pagados teníamos una cifra de tres dígitos y que superaba los 500€.

El viernes sería un día que cambiaría el resto de nuestras vidas. Estaba en mi cama miré la hora y vi que eran las doce de la mañana. Nuestros padres nos habían dejado una nota que según saliesen de trabajar se irían al pueblo a pasar el fin de semana. Desayuné y preparé el desayuno de mi hermana, alguna vez lo había hecho y sé que le encantaba, lo puse en una bandeja y se lo subí a su habitación. Cuando entre estaba todo en penumbra, con mi voz casi en un susurro le anuncie que debería de despertarse mientras levantaba ligeramente la persiana de su cuarto.

—Gabi cielo debes de despertarte es tarde.

Vi como mi hermana de desperezaba y se estiraba en su cama, mientras me miraba medio dormida.

—Mira lo que te he traído, dije mostrándole la bandeja.

—¡¡Mi amor que detalle!! Sabes que me encanta desayunar en la cama, dijo mi hermana con alegría.

Se incorporó sentándose para que pusiera la bandeja sobre su regazo, dejo sus perfectas tetas al aire y no hizo nada por esconderlas, estaba sentado, pero me turbaba la visión de su cuerpo desnudo y miré hacia otro lado.

—¿Nacho no me fastidies que te avergüenza mirarme las tetas? Si es así creo que vamos a tener un problema, el lunes me vas a ver más desnuda aun, así que vete acostumbrando.

—No es eso Gabi, es…es…como decirlo…

Gabi me miro traviesa y acarició mi cara, empezaba a tener una erección dolorosa.

—¿Quieres tocarlas? ¿Chuparlas? Dijo mi hermana excitada.

Sin que yo la dijese nada, cogió un poco de mermelada de melocotón y se lo puso es sus pezones, que estaban duros como diamantes. No hizo falta decir nada más, mis manos y mi boca se apoderaron de esas perfectas tetas y me las comí con glotonería mientras mi hermana jadeaba excitada y acariciaba mi cabeza.

—Eso es hemanitooo…cómeme las tetas…ummmmm…asiiiiii, muérdeme los pezones…Ahhhh.

Creo que mi hermana me estaba llevando al límite y si no parábamos iba a ocurrir lo inevitable. Mi hermana debió de pensar lo mismo y apartando mi boca de sus tetas me beso con pasión dejándome sentir su lengua en mi boca. Respondí a su beso y al final nos besábamos con demencia intentando devorarnos, se separó de mí y me miró con amor mientras miraba la tienda de campaña de mi pantalón.

—Mi amor me encanta como me has despertado, espero que lo hagas más veces. Vete a tu cuarto a aliviarte y déjame sola necesito aliviarme también.

Obedecí como un bobo y me fui de su habitación, a los pocos minutos me pajeaba en honor a mi hermana, con solo un muro de separación y escuchando sin problema los gemidos que nítidamente se escuchaban en la habitación de al lado imaginando a Gabi abierta de piernas haciéndose un dedo, creo que nunca he visto salir tanto semen de mi polla, me puse perdido.

Al rato nos encontramos en la cocina, mi hermana vino con una sonrisa pícara se abrazó a mí y me beso nuevamente.

—A sido divertido ¿A que sí?

Yo solo la abracé muy fuerte contra mí y la besé nuevamente. No sé por qué ese día vi a mi hermana más hermosa, más bella que nunca. Me encantaron sus tetas, la suavidad de su piel y la respuesta de su cuerpo ante mi ataque. Nos pusimos a trabajar, había mucho que hacer. Lo primero fue empezar a elegir los primeros modelos que mostraría mi hermana. Aunque lógicamente en principio no nos iba a costar dinero no era del todo cierto, si había que probar todos los modelos de ropa interior eran modelos que ya no se podrían vender por mera higiene, echamos la cuentas y eran más de 600€. Bueno, no es que nos hiciese gracia, pero era un dinero que ya habíamos invertido y no necesitamos desembolsarlo. Concretamos los detalles y las horas en que lo llevaríamos a cabo, aunque mis padres nos dejaban a nuestro aire deberíamos de ser muy precavidos.

Esa tarde mi hermana me dijo que su novio había dado señales de vida y esa noche se pasaría por la discoteca. Una punzada de celos me hirió como una daga afilada, no sé qué veía mi hermana en ese desgraciado que además desaparecía por temporadas. Por la noche me acerqué a la discoteca, había un ambiente increíble, vi a mi hermana en la barra sirviendo copas y me acerqué a saludarla, me dijo que en una hora tenía que cambiarse y salir a bailar como gogó, noté su cara de fastidio, aunque por cada hora en la tarima exhibiéndose le pagaban 50€ no le hacía gracia por los babosos que había. En ese momento vi a su "novio" que llegaba con un amigo y dos chicas de dudoso proceder. Ni le saludé no me apetecía cambiar impresiones con él, de hecho, nunca pasamos de los saludos de rigor y de hablar si esperaba a Gabi para llevarla a casa.

A la hora más o menos vi salir a Gabi espectacular, siempre solía llevar pantaloncitos, pero hoy lucía una minifalda muy "mini" Estaba seguro de que los que se pusieran debajo de donde bailaba la verían hasta el cielo del paladar. Así fue, a la media hora de estar bailando una gran cantidad de hombres se empujaban para estar pegados a la tarima mientras miraban hacia arriba y se acariciaban la polla por encima de sus pantalones. Miré a mi hermana y vi su cara de disgusto, pero seguía con su trabajo para eso la pagaban, pero vi algo que me empezó a preocupar. El gilipollas de su novio estaba con el móvil grabando mientras su amigo estaba haciendo el mono intentando subirse a la plataforma. Estando casi encima de él pego un salto y metió su mano entre las piernas de mi hermana, vi como agarraba sus braguitas y se las bajaba hasta casi los tobillos mi hermana perdió el equilibrio y cayó de la plataforma donde estaba, gracias a Dios estaba cerca y pude agarrarla a tiempo, si no se hubiese hecho mucho daño.

Deje a mi hermana en el suelo, vi su cara de susto y lágrimas en sus ojos, me gire y me lie a guantazos con el amigo del novio de mi hermana, oía la risa de ese ser que decía querer a mi hermana mientras grababa con su móvil todo, me fui hacia él y le arranque el teléfono de su mano mientras lo estampaba contra la pared.

—¡¡HIJO PUTA, HAS JODIDO MI MÓVIL!! Gritó el subnormal.

Fui a darle un puñetazo, pero los gorilas de la puerta me apartaron y se cebaron con esos dos subnormales, les sacaron de la discoteca casi inconscientes, yo solo cogí su móvil y le quite la tarjeta de memoria, el resto se lo tire a la cara estando el en el suelo. Fui inmediatamente al camerino de las chicas y la encontré llorando en un rincón, asustada y vulnerable, solo me senté a su lado y la abracé contra mí.

—Tranquila mi vida, ya ha pasado todo.

Mi hermana se abrazó a mí como si fuese su salvación, al poco entraron las chicas y el dueño de la discoteca, tranquilizaron a mi hermana y el dueño llamó a la policía para que tomasen acciones contra el imbécil de su novio y su amigo. La llevaron a urgencias la reconocieron y la dieron un parte de lesiones, con eso se interpuso una denuncia contra su amigo y su novio, además se aportó como prueba todo lo grabado en la tarjeta de memoria. Cuando llegamos a casa la acompañé a su habitación, la veía muy abatida y triste.

—Gabi, acuéstate mañana veras todo de diferente color.

—Nacho no me dejes sola, duerme conmigo por favor.

Mi hermana estaba tan abatida que no supe decirle que no, se acostó con la ropa que llevaba puesta, ni se cambió, cuando me acosté junto a ella, se hizo un ovillito y se acurruco contra mí. No sé cuánto habíamos dormido, me despertó el llanto de mi hermana, encendí una pequeña luz que tenía en la mesilla y la vi muy abatida, su carita empapada y moqueando.

—Gabi ¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal?

—Nacho, decía mi hermana entre hipidos, no quiero subir a esa tarima, no lo quiero hacer nunca más.

—Y no lo vas a hacer cielo, veras como no.

—Además duele, duele mucho. Se quejaba mi hermana.

—Ya lo sé que duele mi amor, le dije con cariño, y más viniendo de quien venía, ese ser que tienes por novio es un malnacido.

Vi como mi hermana me miraba de forma rara, y su llanto cambió a una risa silenciosa.

—Que bobo eres, ese dejó de ser mi novio hace semanas, dijo mi hermana entre risas, y el dolor es en mi sexo, al agarrarme las bragas me golpeo en los labios mayores y me araño, me molesta un montón hasta el roce de la braguita me molesta. Voy a ducharme y a darme la pomada anestésica que me dieron en urgencias.

Mi hermana abrió un cajón y sacó una camiseta, salió de la habitación y oí como empezaba a funcionar la ducha. En esos momentos no sabía si quedarme en la habitación de mi hermana o irme a mi habitación. Opté por lo segundo, quería dejarle su espacio, me desnudé y me metí en la cama, al poco rato vi cómo se abría la puerta de mi cuarto y mi hermana se metía en mi cama.

—No me dejes sola Nacho.

Únicamente dijo eso, se volvió a abrazar a mi dejándome sentir su desnudez bajo esa camiseta, su olor a recién duchada me excito.

—¿Te das cuenta Nacho que si no llega a ser por ti ahora estaría muerta o muy mal herida? Iba de cabeza al suelo.

—No pienses en ello Gabi, estas ahora conmigo, nunca dejare que te pase nada.

—Lo se mi amor, siempre me has protegido.

Me dio un tierno beso en los labios y dándose la vuelta pego su culo a mí y me hizo abrazarla quedando mis manos peligrosamente cerca de sus tetas. Así nos quedamos dormidos hasta el día siguiente en el que descubrí de nuevo que había tenido una polución nocturna. Cuando me destapé vi a mi hermana medio desnuda con su culo perfecto pegado a mi paquete, la corrida había sido de campeonato estaba muy manchado y mi ropa interior muy húmeda. Con cuidado me levanté y me fui a la ducha de cabeza, estaba confundido más que nada porque esto de tener poluciones nocturnas no me ocurría desde por lo menos los catorce años y la relación con mi hermana me seguía preocupando.

Ese fin de semana mi hermana no fue a trabajar, no soportaba el roce de ninguna prenda sobre su sexo y aunque me escandalicé mi hermana me enseño lo que ese animal le había hecho, tenía un gran hematoma entre la ingle y uno de sus labios mayores y un arañazo muy profundo de tres dedos de ese bestia. Pero no puede dejar de fijarme en él coñito tan precioso que tenía, con unos labios mayores hinchaditos y mullidos, y unos labios menores pequeñitos y acogedores, era una rajita perfecta que enamoraba.

—Cielo no creo que el lunes podamos empezar nuestro nuevo catálogo, decía mi hermana entre risas, esto duele mucho.

—Tranquila Gabi, cuando podamos lo haremos.

—¿Vas a soportar saber que tu hermanita va sin braguitas? Dijo Gabi con una mirada que me cautivo.

—Bueno Gabi, no serás la primera mujer que va en esta casa sin braguitas, creo que lo soportaré. Mentí descaradamente.

Creo que eso ultimo espoleo a mi hermanita porque se pasó todo el fin de semana enseñándome, pero sin ver nada, exhibiéndose, sabia como ponerme cardiaco y sacarme la parte más animal de mí. Estaba confundido, era mi hermana, pero se comportaba como si yo fuese un folloamigo suyo, no le importaba ir medio desnuda por casa, enseñarme su perfecto sexo, sentarse en mis rodillas o a horcajadas sobre mi mientras me besaba con ternura y me decía lo segura que se sentía conmigo.

Ese fin de semana lo pasamos muy bien ella y yo, hablamos de muchas cosas, de su extinguida relación con ese novio que más que amarla la hizo sufrir, pero sobre todo hablamos de nuestro negocio, ese negocio que día a día veíamos como iba subiendo. La siguiente semana mi hermana y yo no nos separamos, sondeamos a distribuidores y a agencias de mensajería a ver si podíamos sacar mejor precio. Creo que esa semana fue muy productiva, y logramos mejorar nuestras expectativas de negocio, logramos mejores precios en temas de mensajería y encontramos a un distribuidor que nos proporcionaría producto a mejores precios y de mejor calidad.

Tardamos casi un mes en empezar con las fotografías hasta que se quitaron las cicatrices y el hematoma de la entrepierna de mi hermana. Había ido a trabajar, pero había hablado con su jefe y le había dicho que ya no haría más de gogó, no le hizo gracia, ni a su jefe ni a sus compañeras, pero fue su decisión. En ese mes casi se duplicaron las ventas, y nuestra cuenta en el banco subía de manera atractiva a nuestros ojos, habíamos repuesto producto y reinvertido parte de lo ganado. Sabía que el momento más temido por mí se acerba inexorablemente, mi hermana estaba cada vez mejor.

—Nacho ¿puedes venir a mi habitación?

Gabi me llamaba desde la puerta de su habitación, la puerta de mi cuarto estaba abierta y me levante cuando llegué me la encontré cerrada, llamé entre dentro y me quede de piedra, mi hermana totalmente espatarrada, sentada en una silla de ordenador y cada pierna en un reposabrazos, tenía un coño precioso, ya sin heridas ni hematomas, instintivamente mire hacia otro lado.

—¿Qué haces Gabi? Dije avergonzado.

—Quiero tu opinión, ¿está ya listo para posar? ya no me molesta la ropa interior y creo que nos tenemos que poner manos a la obra.

—Joder ¿y para eso me tienes que enseñar tu sexo de esa manera?, Gabi que no soy de piedra joder.

—Pero mira que eres puritano a veces, ¿te escandalizas de ver a tu hermana pequeña así, cuando dentro de nada voy a posar casi desnuda para ti? ¿Acaso el otro día no te gustó comerme las tetas? Vamos hermanito no te estoy pidiendo que me folles, solo quiero que me digas si me veo bien.

Una última mirada rápida a la preciosidad que tenía mi hermana entre las piernas termino de excitarme mientras mi polla se levantaba a la velocidad del rayo, miles de ideas se agolparon en mi cabeza y la racionalidad en mi empezaba a flaquear, fueron segundos, pero me faltó nada para arrodillarme y amorrarme en su coñito, creo que mi hermana vio mi mirada y se asustó porque cerro sus piernas y las cruzó cerrando su paraíso para mí.

—Mañana empezamos, te ves muy bien. Dije con frialdad.

Diciendo esto salí de su habitación dando un portazo, ¿a qué coño estaba jugando mi hermana? Al cabo de las dos horas más o menos entró a mi habitación sin llamar y eso me molestó de sobremanera.

—Gabi, haz el favor de llamar antes de entrar. Dije enfadado.

—Que pasa hermanito, ¿temes que te pille haciéndote una paja y mirando porno? ¿O cascándotela pensando en mí?

Creo que la cara que puse la asustó porque enseguida se disculpó por su comportamiento, no sé a qué había venido eso, siempre habíamos tenido la precaución de llamar antes de entrar en las habitaciones para evitar situaciones embarazosas. Aunque enfadado estuvimos planificando cuales eran los primeros conjuntos, y sobre todo lo que tardaríamos en cada uno de ellos, nos urgía empezar a subir fotos. El resto del día lo pasamos hablando sobre poses la manera más atrayente de captar la atención del posible comprador y mirando páginas de diferentes marcas de lencería, para hacernos una idea más aproximada. Ya lo teníamos todo preparado, el día que elegimos fue cuando nuestros padres se fueron al pueblo de nuevo, tendríamos la casa para nosotros solos y nadie nos molestaría. A nuestros padres les enseñamos nuestro negocio, pero se miraron escépticos y solo nos animaron a buscar algo más estable, aunque apoyaron nuestra idea.

Ese fin de semana mi hermana no fue a trabajar a la discoteca alegando estar enferma, yo preparé todo en mi habitación para empezar, estaba temblando cuando la vi aparecer por la puerta, estaba bellísima, llevaba un conjunto blanco con medias y ligueros y un sujetador de fantasía que dejaba sus pezones al aire, todo esto adornado con pequeñísimas piedras de cristal de Swarovski que refulgían a cada movimiento. Mi hermana me lanzo un beso y me lo dijo con sensualidad.

—Empezamos mi amor, haz echar humo a esa máquina de fotos.

Mi hermana empezó a poner poses, a cada cual más excitante, mi polla no tardó en reaccionar y se puso como el acero, el momento álgido fue cuando sacamos en detalle su entrepierna. La braguita tenía una abertura desde su vagina hasta su anito, especial para follar sin quitarse la braguita para los fetichistas de la ropa interior, me hacía falta correrme, estaba muy excitado y mi hermana parecía darse cuenta porque no hacía más que mirarme el paquete y eso solo en el primer conjunto, hasta los 19 que teníamos iba a ser un martirio. No os voy a contar como fueron uno a uno los modelos, a cada cual más bonito, más excitante, yo no aguantaba tanta sobreexcitación, y más aún cuando mi hermana ya sin pudor se cambiaba delante de mi pidiéndome mi opinión sobre cómo le quedaba.

Ella no era ajena a mi estado y sé que sufría por mí, pero antes que nada estaba nuestro negocio y nada se interpondría en nuestro objetivo. Según terminábamos las sesiones mi hermana se sentaba conmigo y elegíamos las mejores tomas para subirlas a la página y actualizarla. Gabi tenía un gusto impresionante para optar lo que poner y que resultase muy atractivo y no me quedaba más remedio que admitir que la pagina estaba quedando impresionante con esas fotos tan sensuales, miraba a mi hermana con admiración por el trabajo que estaba haciendo.

—¿Por qué me miras así cielo? Me preguntaba mi hermana seductora.

—Gabi me admira lo que haces, como luchas por que este negocio funcione, por lo sensual que eres por…por todo. Es imposible permanecer impasible delante de ti, cautivas con tu manera de ser, con tu mirada…con tu cariño.

Mi hermana iba vestida con una camiseta liviana, no llevaba sujetador, sus pezones la delataban, unos leggins ajustadísimos marcaban su culo y su coñito nítidamente, así como sus magníficas piernas, se levantó y se sentó a horcajadas dejando su sexo apoyado directamente sobre mi polla, me abrazó contra su pecho y note sus tetas en mi cara, mis manos se fueron directamente a su culo, mientras la empujaba contra mi haciendo que sus caderas y su coñito se frotasen contra mí ya crecida polla

—Sabes mi amor, esto nunca lo hubiese conseguido sin ti, te has implicado conmigo y entre los dos estamos haciendo un gran trabajo, y tus fotos, creo que has sabido sacar lo mejor de mí.

Mi hermana me miro a los ojos de una manera que me intimidaba, acarició mi cara y me beso con dulzura, con un cariño inmenso.

—Hermanito solo quedan dos modelitos más que acabo de adquirir y hay que hacerles las correspondientes fotos. Si quieres me los pongo y damos por terminado el book de los modelos a vender.

—Vale voy preparando todo te espero en mi cuarto.

Aunque no había recogido del todo, prepare lo que faltaba e hice varias pruebas, al poco llamó mi hermana y entró dentro, me quede con la boca abierta, venia totalmente desnuda y la tienda de campaña no se disimuló en mi pantalón.

—Pensé que vendrías con uno de los modelitos. Dije con voz temblorosa.

—Y lo llevo puesto, ven acércate. Dijo mi hermana.

Me acerque y me arrodille delante de esa diosa, entonces lo vi, una serie de diminutas tiritas de látex incoloro dejaban ver como una ristra de perlas se metía entre los labios del coñito de mi hermana, ella abrió un poco sus piernas y se abrió los labios de su coño para que viese como rozaban directamente sobre su clítoris. Vi como estaba brillante por la excitación y su olor a hembra llegaba a mi nariz.

—Dios Gabi es precioso.

Agarré mi cámara y empecé a hacer fotos de ese coñito hecho para comérselo, mi polla estaba amoratada seguro y notaba la humedad del líquido pre seminal. Saque cada detalle de esa especie de prenda que se acoplaba al sexo de la mujer.

—Cualquier movimiento que hagas proporciona placer, andar, sentarte, levantarte cruzar las piernas. Susurraba mi hermana.

Estaba como hipnotizado con su cuerpo y sus movimientos sensuales, felinos, su mirada de mujer ardiendo de deseo. Cuando considere que ya tenía suficientes fotos se lo comente, mi hermana me besó y acarició mi cara.

—Esta último te va a encantar, dijo mi hermana con la respiración agitada.

Vi como salió de la habitación luciendo ese culo espectacular, iba con las piernas muy juntas notando el roce de esa prenda sobre su sexo. Al rato entró de nuevo como el anterior parecía que iba desnuda, pero este modelo era aún más atrevido.

—Míralo bien Nacho, este me hará estallar de placer a mí y a quien lo lleve, mira esta bolita en contacto con mi clítoris, tócala.

Toqué esa bolita y noté una pequeña vibración, el coño de mi hermana era ya un manantial tenía gotitas de su flujo saliendo de su coño, y yo estaba a punto de correrme con solo ver y oler el coño de mi hermana a distancia.

—Está a lo mínimo, pero tiene cinco niveles de vibración y te aseguro que el máximo es una puta locura. Además, para rematar todo esto mira.

Dándose la vuelta saco su culito y se lo abrió con sus manos, tenía metido en su anito un plug anal.

—No te imaginas el placer que da, estoy atacada por dos frentes y creo que me voy a correr.

Agarré mi cámara y me puse a hacer fotos como loco a mi hermana, desde todos los ángulos, pero sobre todo a su coñito y a su culo, mi polla iba a reventar el pantalón y no había manera de disimular mi tremenda erección. Mi hermana cada vez me provocaba más, pasaba su culo y su coño a escasos centímetros de mi cara, se agachaba abriéndose de piernas y dejándome ver ese tesoro que tenía por sexo veía esa bolita endiablada vibrando sobre su clítoris y el goteo de su placer descendiendo por su coñito hasta caer al suelo en forma de gotita.

Yo estaba arrodillado, viendo en el visor de la cámara las fotos tomadas, la erección que tenía ya no se podía ocultar de ninguna de las maneras. Ni se en que momento ocurrió me encontré con mi hermana arrodillada delante de mí, mientras me quitaba la cámara de las manos, y acariciaba mi erección por encima del pantalón.

—¿Prefieres ver unas simples fotos cuando me tienes en carne y hueso delante de ti?

Estaba como ido, no conseguía pensar con claridad, mi excitación pensaba por mí, deseaba a mi hermana como si fuese la única mujer sobre la faz de la tierra y me abandoné, si me abandoné al placer de sentir su cuerpo cerca del mío.

—¿Qué…que haces Gabi? Preguntaba entre excitado y asustado.

Mi hermana tenía la mirada perdida, mordía su labio inferior mientras desabrochaba mi pantalón y metía su mano agarrándome la polla y pajeándola suavemente.

—Hago lo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo mi amor.

Mi hermana me puso en pie y me desnudó, ella solo llevaba esa prenda, por llamarla de alguna manera que la seguía proporcionando placer, cuando me tuvo totalmente desnudo, se quitó lo que llevaba y agarrándome de la mano me llevo a su habitación, cuando me tuvo enfrente, volvió a agarrar mi polla y arrodillándose empezó una mamada que me hizo perder el equilibrio por el placer que recibía.

—Ufffff…para Gabi…paraaa…Diooos.

Me estaba llevando al delirio, miré hacia abajo y vi la cabecita de mi hermana moviéndose rítmicamente de adelante a atrás, su perfecta melena rubia ondulaba seductora y la poca cordura que tenía desapareció, todas las barreras morales y éticas cayeron de repente y vi a la mujer que tenía mi polla en su boca comiéndomela con desesperación. La mire con amor y deseo mientras mi mano se metía entre su melena y empezaba a hacer una coleta para poder follar esa boquita. Cuando la tenía bien agarrada tire de ella con fuerza haciendo que mi polla saliese de su boca con un sonoro "PLOP"

—Me encanta como la chupas hermanita, pero ahora me voy a follar tu boquita.

Ella solo esgrimió una sonrisa de satisfacción para seguidamente abrir su boca y esperar la acometida de mi polla. Del primer envite su nariz casi tocó mi pubis y una sonora arcada salió de su interior vi como sus ojitos se aguaban y me miraban complacidos, retrocedí, pero sus manos se posaron en mi culo mientras mi polla la dejaba respirar

—¡¡MÁS!! Gimió desesperada.

En los siguientes minutos me follé su boquita a placer, sus babas caían sobre su pecho o al suelo y cuando sacaba mi polla un hilo de babas unía su boca con mi polla, no me creía lo que estaba viviendo, era como un sueño.

—Gabi me voy a correr, no aguanto más…Gabi…joder siiiiiii.

Mi adorable hermana se metió la polla hasta hacerla desaparecer mientras descargaba en su garganta la excitación acumulada, la miraba con amor mientras ella no apartaba su vista de mis ojos complacida, siguió mamando, chupando y limpiando, recreándose en mi polla hasta que la dejo nuevamente dura y limpia.

—Hermanito como siempre imaginé eres una delicia, pero ahora me toca a mí, anda túmbate en la cama.

La mirada de mi hermana me asustaba, me tumbe como me dijo, se subió y estando de pie pasó una pierna a cada lado de mi cabeza, la visión desde esa perspectiva era alucinante.

—¿Te gusta lo que estás viendo? Mi amor todo lo que ves es tuyo, te pertenezco.

Poco a poco mi hermana fue bajando abriéndose de piernas y mostrándome su coñito en todo su esplendor, solo de verlo ya me iba a correr de nuevo, era lo más bonito, excitante, lujurioso y perfecto que había visto en mi vida…y era mío.

—Necesito sentir tu boca, devorándome, bebiéndome, lo he soñado infinidad de veces.

Mi hermana se sentó encima de mi cara, y dejó al alcance de mi boca y mi lengua su coñito y su anito, su sabor me embrujó, me hice adicto a él de inmediato chupé, lamí y follé con mi lengua sus dos agujeritos mientras mi hermana gemía como una loca y volvía a hacerme una mamada impresionante en un perfecto 69.

—¡¡FÓLLAMEEEEE!!

Gritó mi hermana mientras se ponía a cuatro y dejaba su culo y su coño a mi merced. No me hice de rogar, metí toda mi polla en ese chochito acogedor y caliente, mi hermana gemía de placer, mientras que yo veía como mi polla desaparecía totalmente dentro de mi hermana y ella se volvía loca de gusto.

—Diossss esta ocurriendoooo, asiiiiii hermanito…maaaaaas…más fuerteeee más fuerteeee.

Empecé a follarla con rabia haciendo que mi pelvis chocase contra su perfecto culo, veía como su esfínter se abría y se cerraba lo acaricie con mi dedo gordo y oí como gemía más alto, notaba como Gabi estaba a punto de correrse y yo, aunque hacia poco me había corrido en su boquita, notaba mi orgasmo crecer. De repente mi hermana saco mi polla de su interior y se tumbó boca arriba abriendo sus piernas al máximo.

—Vamos mi amor, decía mi hermana, quiero ver tu cara de placer cuando te corras.

Volví a meter mi polla en su coñito mientras mi hermana echaba su cabeza hacia atrás y aullaba de gusto.

—Siiiiiii…joder hermanito…ufffff…como me llena tu pollaaaaa…asiiiiii.

Oírla hablar así me ponía un montón, me tumbe encima de ella y enseguida me abrazó con brazos y piernas mientras bombeaba dentro de ella como un salvaje.

—Me corro mi amor…me corroooooo…Diossssssss asiiiiii…siiiiiiiiiiiii…ahhhhhh.

Mi hermana estallo en un orgasmo bestial, note como se retorcía debajo de mí, sus caderas se movían sin control mientras estallaba en otro orgasmo sin haber terminado el primero, mi polla literalmente era exprimida por los músculos de su vagina que reclamaban su premio, oía como gemía en mi oído, como se aferraba a mí con brazos y piernas y no aguante más, mi orgasmo crecía dentro de mí sin control.

—Gabi cielo me corrooo.

Espere que me dijese algo, que me saliese o que me corriese en sus tetas, pero solo note como se aferró más a mí y decía un largo si en mi oído.

—Gabiiiiii…

Bramé con fuerza mientras mi polla clavada en lo más hondo del coñito de mi hermana escupía semen sin parar, mi hermana volvió a correrse conmigo mientras me miraba y buscaba mi boca para besarme con furia fue un orgasmo larguísimo que nos dejó agotados a los dos.

—Mi amor ha sido maravilloso, decía mi hermana fatigada, me encanta como me has follado.

Gabi me miraba con amor mientras cubría de besos mi cara y mi boca, estaba preciosa sus ojitos brillantes y su carita arrebolada, la miraba embelesado mi sentimiento hacia ella era de un amor inmenso pero mi conciencia me hizo volver a la realidad, me acababa de follar a mi hermana y un sentimiento de culpabilidad enorme se apoderó de mí.

—Joder Gabi… ¿Qué hemos hecho?

Mi hermanita debió de ver mi cara de susto y de frustración, pero lejos de amedrentarse ante mi pregunta me volvió a besar mientras me empujaba suavemente para que me saliese de ella, cuando saque mi polla de su interior salieron borbotones de semen que fueron a parar a las sabanas, Gabi me miró fijamente y me volvió a besar.

—A ver Nacho, acabamos de hacer el amor o de follar como quieras llamarlo. Esto lo llevo deseando hace mucho, muchísimo tiempo, más del que te puedas imaginar, ya no sabía cómo excitarte, como provocarte hasta hoy que ya no he aguantado más. Te amo como hombre no como hermano siempre has sido mi ideal de persona y ahora que ya lo sabes no pienso separarme de ti en la vida.

—¿Pero no te das cuenta Gabi? Somos hermanos, esto es una aberración para la sociedad, nunca podremos estar juntos como pareja.

—Lo más importante Nacho, ¿tú me amas como mujer? Sé sincero, por favor, no soportaría una mentira.

—Gabi te quiero mucho, eres mi hermana y…No pude seguir mi hermana me cortó.

Se puso de rodillas en la cama apoyando su culo en los talones, estaba bellísima pero su gesto denotaba preocupación.

—Nacho, no te he preguntado si me quieres eso ya lo sé y tampoco hace falta que me digas que soy tu hermana, te aseguro que soy consciente de ello, te he hecho una pregunta bien sencilla que se responde con un sí o un no ¿Me amas como mujer?

A quien quería engañar, claro que la amaba, estaba loco por ella y desde hacía unos meses mi vida giraba en torno a su persona, sería ridículo negar lo que era más que evidente, si la perdiese, si se alejase de mi me volvería loco.

—Te amo como mujer Gabi, te amo más que a mi propia vida.

Gabi me besó con pasión, mientras repetía una y otra vez que me amaba, que me quería y que no quería separarse de mí en la vida. Ya no éramos unos jovenzuelos, digamos que estábamos en edad casadera, ¿mi hermana me estaba proponiendo algo? La verdad que en estos momentos mi cabeza hervía de ideas y no sabía muy bien cómo responderlas.

Tanto beso, tanto roce con el cuerpo desnudo de mi hermana, tanto amor por su parte obró lo que ya era inevitable, tenía mi polla dura como el acero rozando el perfecto cuerpo de mi hermanita que pícaramente se había apropiado de mi erección y me miraba lasciva.

—Ummmm, me encanta la velocidad a la que te recuperas y lo dura que se te pone ¿es por mí? Me encanta lo que provoco en ti.

Diciendo esto pasó una pierna por encima de mí y quedo a horcajadas, agarro mi polla y la dejo en la entrada de su coñito y con un breve movimiento se la clavó hasta los huevos.

—Me encanta como me llenaaaas…ummmmm.

Agarré su perfecto culo y la empecé a follar con calma, sintiéndonos, estuvimos un buen rato follándonos Gabi no dejo de mirarme ni de besarme, me puso las tetas al alcance de mi boca y me las comí a placer mientras ella se corría una y otra vez, volví a llenarla de leche mientras nos corríamos entre gemidos y besos apasionados. Descubrí a mi hermana como mujer y me encantó, lo pasional, lo entregada que era y como disfrutaba de mí, definitivamente la quería en mi vida.

Era tarde cuando decidimos ir a ducharnos, estábamos sudorosos y pringados de nuestros fluidos, en la ducha la volví a follar y cuando mi hermana alcanzo un orgasmo devastador se tuvo que agarrar a mí porque no la sostenían las piernas estaba exhausta. Fuimos a la cocina y prepare algo de cenar a base de embutido y una ensalada, mi hermana me miraba con amor, pero la veía agotada, cuando terminamos la acompañe a mi cama y la arropé, tardó nada en quedarse profundamente dormida, no pude evitar quedarme viéndola como dormía, era una mujer preciosa y así como estaba transmitía felicidad, su cara era el vivo reflejo de la satisfacción, era feliz.

Yo no tenía sueño, cogí mi cámara de fotos y escogí las que creí las mejores fotos de los últimos modelos. No pude evitar excitarme de nuevo viendo las fotos, todas y cada una de ellas transmitía sensualidad y algunas muy explicitas mostrando su sexo eran pornográficas, se veía nítidamente la excitación de mi hermana. Creo que escogí las mejores fotos, las subí y di por terminada la página, volví a ponerla en el portal y esperar acontecimientos, aunque porque esperar. Fui al foro donde había posteado la primera vez, y abrí un nuevo hilo haciendo referencia al hilo anterior para que comparasen, puse el enlace de la página y me fui a dormir con la que a partir de ahora era la mujer de mis sueños.

No pude dormir bien, me desperté muchas veces en la noche con remordimientos de conciencia, pero veía a mi hermana abrazada a mí y se me olvidaban todos los prejuicios que me asaltaban. No sé qué hora seria cuando una sensación muy agradable asaltaba mis labios, cuando conseguí abrir mis ojos tenía la carita de mi hermana sonriente dándome besitos como si no hubiese un mañana.

—Buenos días mi amor ¿Qué tal dormiste? Yo he dormido de maravilla y me ha encantado despertarme contigo abrazándome. Te he traído el desayuno a la cama, es lo mínimo que puedo hacer por ti, ayer me dejaste agotada pero más feliz que una perdiz. Rio con ganas.

Estuvimos hablando cuando desayunaba y le comenté lo que había hecho cuando estaba dormida su cara se iluminó y fue a encender el ordenador, a los pocos segundos se levantó con las manos en la boca y me miraba con cara de asustada.

—¡¡DIOS NACHO ¿QUÉ HAS HECHO?!!

Me levanté asustado, en la pantalla del ordenador los pedidos entrantes eran 650 y subiendo, enseguida me metí en la cuenta del banco y mis ojos se abrieron como platos una cifra de cinco dígitos muy elevada aparecía ante nuestros ojos y según actualizaba seguía subiendo. Miré a mi hermana la abracé y grité de alegría, algo había cambiado y estábamos saturados de pedidos.

—joder mira lo que hemos conseguido, pero ufffff… Dios tenemos un gran problema, no tenemos tanto producto, no vamos a poder atender todos los pedidos.

Nos miramos asustados, pero nos pusimos manos a la obra enseguida, tardamos casi toda la mañana en embalar todo y dejarlo preparado para cuando llegase el mensajero, llamamos a la agencia y pedimos un vehículo con más capacidad de carga. También nos pusimos en contacto con nuestro proveedor y le hicimos un gran pedido con la máxima urgencia nos hacía falta producto para atender todos los pedidos más los que entrasen. Todo fue una locura durante los siguientes meses, nos faltaban horas en el día y estábamos agotados, empezábamos a cometer algunos errores que si no los solucionábamos nos haría tener muy mala imagen y peor propaganda.

Así no podíamos seguir, fuimos al banco y pedimos un préstamo que nos concedieron sin preguntar cuando vieron los movimientos de la cuenta. Alquilamos un local y contratamos a diez personas unas más hábiles para que retocasen las prendas según lo hacia mi hermana y los otros para que preparasen los pedidos y los dejasen listos para el envío. Los resultados empezaban a ser visibles, nosotros estábamos más relajados, los pedidos iban en aumento mensualmente y nuestra cuenta del banco se acercaba a las seis cifras. Gabi dejo su trabajo de poner copas, eso paso hacia meses, pero aún mantenía contacto con las chicas, que venían a vernos a ver qué tal íbamos. En esos momentos mi hermana se ponía algo tensa ya que sobre todo Dana no se cortaba y me metía mano con descaro

—Dana bonita si quieres denúdalo y fóllatelo aquí mismo, seguro que a él no le importa. Decía mi hermana mirándome disgustada.

En esos momentos ponía fin a las caricias de Dana que disgustada me ponía morritos, sin darse cuenta de que Gabi estaba a nada y menos de saltar a su cuello. Creo que las chicas intuyeron que algo pasaba y aunque no dijeron nada, se despidieron y nos quedamos solos mi hermana y yo. Vi como agachaba su mirada, pero no pudo evitar que viese como una lagrima caía desde sus ojos hasta la prenda que estaba terminando de confeccionar habíamos estado tan absortos en nuestro negocio en que todo saliese bien que me había olvidado de lo que pasó entre mi hermana y yo y lo que sentíamos.

Mentiría si dijese que en estos meses no dormimos juntos las veces que pudimos y nos dábamos muestras de cariño, pero estábamos tan cansados tan agotados que caíamos rendidos en la cama y salvo alguna caricia poco más hubo entre nosotros. Miraba a mi hermana embelesado, su carita escondida entre su larga melena rubia; me seguía asustando lo que sentía por ella, pero necesitaba demostrarle que no era un juego para mí que mis sentimientos eran más fuertes de lo que ella pensaba. Estábamos en el local, la gente ya se había ido a sus casas me levanté y fui hacia donde estaba Gabi afanada en dejar terminado el ultimo pedido, me puse tras ella y aparte su melena dejando su cuello y su orejita al descubierto, pasé mis manos bajo su pecho y la atraje hacia mi empecé a besar su cuello oí un leve gemido.

—¿Qué haces Nacho? Debemos de terminar esto.

Noté el nerviosismo de mi hermana en sus manos, baje lentamente las mías e hice que parase, la di la vuelta y ella escondió su carita entre mi cuello y mi hombro agarre su barbilla y la hice mirarme, estaba preciosa, sus grandes ojitos azules enrojecidos de llorar y su mentón temblando.

—¿Qué es lo que te está haciendo llorar mi amor? La pregunté mientras besaba sus ojitos.

—No es nada, tranquilo.

—Gabi, nadie llora por nada.

Mi hermana se abrazó a mí con fuerza mientras me besaba con ternura, respondí a su beso y la hice sentir mí ya incipiente erección sobre su pubis, cuando se separó de mí su mirada había cambiado, la veía feliz.

—Me llamaras tonta, pero desde la otra vez que hicimos el amor no hemos hecho nada y esta tarde cuando ha venido Dana…me…me he puesto celosa, mil ideas se han pasado por mi cabeza…y ninguna buena.

—Sabes cariño mío, nos hemos volcado tanto en nuestro negocio que nos hemos olvidado de nosotros. Le dije besándola de nuevo. Deja todo y vámonos tu y yo a celebrar lo que sea, pero quiero estar contigo, solo contigo.

Gabi me miro radiante cerramos el local y nos fuimos a cenar ella y yo. Fue una cena increíble en la que nos confesamos muchas cosas y nos sinceramos el uno con el otro. Gabi me confesó que llevaba enamorada de mí desde la pubertad y que le hubiese encantado perder la virginidad conmigo, pero que me veía como algo inalcanzable. Luego nos tomamos una copa y nos fuimos a casa. Me fastidió que no me pudiese ir a la cama con ella ya que nuestros padres estaban en casa, aun así, de madrugada con toda la casa en silencio me fui al cuarto de Gabi y me metí en su cama, estaba muy excitado, note su cuerpo desnudo y cálido y me fundí con él, mi polla se metió entre sus nalgas y note el movimiento de sus caderas haciendo que mi polla se incrustase bien en esa cálida hendidura.

—¿Por qué has tardado tanto en venir? Preguntó mi hermana medio dormida.

—He esperado que los papas estén bien dormidos, no quería correr riesgos.

—Mi amor, quiero estar contigo las 24 horas del día, quiero que calientes mi cama y quiero sentir tu cuerpo pegado al mío todas las noches, no soporto estar separada de ti. Susurró mi hermana excitada

Agarro mis manos y la llevo hacia sus tetas de las que me apropie inmediatamente mientras Gabi ya me masturbaba con su perfecto culo, tenía los pezones como dos rocas duros y salidos, me dedique a castigarlos mientras la oía ronronear, me encantaban las tetas de mi hermana, grandes, llenas, duras era una locura tenerlas entre mis manos, era algo que siempre deseé desde que empezó a cambiar, desde que vi como día a día se convertía en una mujer preciosa y veía como se enrollaba solo con estúpidos. Pero ahora era mía, éramos el uno del otro y la amaba, era lo que siempre había deseado y se estaba haciendo realidad, la di la vuelta, y vi sus ojos iluminados, era muy hermosa, estaba radiante aun con la habitación en penumbra la veía refulgir como una estrella, casi sin darme cuenta me encontré entre sus piernas y la hábil mano de mi hermana dejaba mi polla justo en la entrada de su coñito.

—Hazme el amor cielo mío. Jadeo mi hermana.

Solo tuve que mover mis caderas para notar como mi polla se abría camino en el coñito de mi hermana que acogió esa penetración con un largo suspiro de placer, cuando mis huevos tocaron su culo se aferró a mí con brazos y piernas y la follé como no había follado a nadie, con calma, con penetraciones lentas pero profundas, notando como la piel de mi polla literalmente se quemaba con la piel de la vagina de mi hermanita que susurraba en mi oído lo que la hacía sentir…

—Asiiiiii mi amor, asiiiiii, que rico por Diossss no pareeees. Mi niñooo como te sientooooo.

El abrazo de Gabi se hacía más intenso apoyaba sus talones en mi culo para atraerme más hacia ella y hacer la penetración más profunda; su pasión y su cariño estaban haciendo que mi aguante empezase a fallar, notaba ese dulce cosquilleo en la polla, preludio del orgasmo que se avecinaba.

—Mi amor, no creo que aguante mucho…Gabi…mi vida como te amoooo, Diossssssss, me corroooooo. Gemí desesperado.

Mi hermana se aferró más a mí y gimió en mi oído su orgasmo mientras inundaba su útero de semen y nos comíamos la boca para no gritar el placer que nos dábamos en ese momento. Tardamos un buen rato en recuperar nuestras respiraciones mientras no dejábamos de demostrarnos nuestro cariño seguía dentro de mi hermana notando los espasmos de su orgasmo sobre mi polla que recibía descargas de lujuria por su parte.

—Cariño eres maravilloso y no deseo dejar de sentir esto, pero ahora es mejor que te vayas a tu cuarto. Dijo mi hermana con pena.

Cierto, me hubiese encantado quedarme a dormir con ella, pero tenía razón, no me podía quedar los papas nos podían pillar y creo que estar desnudos los dos en la misma cama sería muy difícil de explicar. La besé hasta en el alma, quería llevarme su sabor en mi boca, pero en mi cabeza no dejaba de resonar lo que me dijo Gabi, ¿quería vivir conmigo fuera de casa de los papas? Como vine me fui del cuarto de mi hermana, como una sombra en la noche y sin hacer ruido, estuve pensando mucho rato en poder independizarnos y vivir juntos, aunque sé que tendríamos que esconder nuestro amor en público y eso a la larga nos traería complicaciones.

Por la mañana un olor hizo que mi polla se irguiese como un poste, abrí mis ojos y vi el coñito de mi hermanita a pocos milímetros de mi cara, creo que nunca tuve un mejor despertar.

—Ayer me quede con muchas ganas de ti, dijo mi hermana mientras se abría los labios del coño, me hiciste el amor y me encantó, pero quiero más de ti…¡¡¡Come!!!

Su coñito estaba brillante de la excitación, fue meter mi boca en ese paraíso notar su sabor y empezar mi hermana a gemir escandalosamente mientras me agarraba la cabeza y la dirigía hacia donde la daba más placer, no tardo nada en alcanzar su primer orgasmo, mientras regaba mi boca con la ambrosia de su corrida.

—Dios hermanito que boquita tienes…ufffff…nadie me ha comido el coño como me lo comes tú.

Me miró con ojos glotones mientras reculaba y bajando el edredón me dejo desnudo y con mi polla más dura que el acero.

—Me encanta tu polla Nacho, creo que de lo mejor que he tenido en mis manos…y entre mis piernas, rompió a reír mi hermanita.

Me miro a los ojos mientras veía como engullía mi rabo y le daba la primera arcada sus ojos se aguaron ligeramente, pero lo volvió a hacer y casi toca su naricilla mi pubis. Me miro con cara traviesa una carita que me hubiese comido a besos en ese momento.

—Fóllame la boca Nacho, hazme sentir muy puta para ti.

Agarre su larga melena rubia y cuando la tenía bien agarrada mi pelvis empezó a taladrar la garganta de mi hermanita que fabricaba babas como si no costase. Al poco mi polla mis huevos y la sabana estaban empapadas y los ojitos de Gabi enrojecidos, pero ya se tragaba mi polla sin dificultad hasta que su lengua acariciaba mis huevos nunca había sentido tanto placer, pero quería más de ella quería follarla. Saqué mi polla de su boca y creo que me adivino el pensamiento porque se puso a cuatro muy provocativamente.

—Fóllame hermanito…¡¡¡vamoooos!!! Casi ordeno mi hermana.

Le metí la polla de golpe, estaba empapada solo levanto la cabeza como un animal herido y aulló.

—Siiiiiii joder siiiiiii.

Empecé a bombear como un animal dentro de ella, pero me miro con una cara que no conocía, estaba fuera de sí.

—Por el culo hermanito…abremeloooo...

Era lo más morboso que había oído, el culo de mi hermanita era lo que más deseaba, era precioso y ahora me lo iba a follar, saqué mi polla brillante de sus jugos y puse mi glande en su orificio, como por arte de magia se abrió ante mí y con una ligera presión metí más de la mitad de mi polla en su interior, eso no era terreno virgen pero ahora era mío.

—Mi amor despacioooo…ummmmm que gusto…

Mis huevos tocaron su coñito, tenía metidos casi veinte centímetros de polla en sus intestinos y movía sus caderas de forma lasciva intentando que entrasen hasta los huevos. Fue ella la que echando su cuerpo hacia adelante casi se la saco y fue ella la que con rabia echo su cuerpo hacia atrás hasta que nuestros cuerpos chocaron. Entendí perfectamente lo que quería y empecé a follarla ese culo tan maravilloso que tenía.

—Asiiii hermanito…asiiiiii, joder que bueno…joder…joder…me corrooooo…diooooos.

Note como mi hermana se convulsionaba en un feroz orgasmo, metió su mano entre sus piernas y acarició mis huevos con rudeza hasta casi hacerme daño, pero era muy placentero y notaba mi orgasmo crecer

—Nacho, no pareees, Dios, no pares… otrooo…siiiiiiiiiiiii.

Sin haber terminado su primer orgasmo estallo en un segundo que regó con su corrida mis piernas y las sabanas, mi orgasmo no se detuvo ante la pasión de mi hermanita que aullaba su placer de forma animal.

—Gabi me corrooooo, me corroooooooooo…ahhhhhh.

Empecé a inundar sus intestinos de litros de leche en uno de los orgasmos más largos que recuerdo, mientras mi hermana explotaba en otro orgasmo que la dejó medio desmayada. Nos quedamos tumbados recuperándonos, mi polla seguía dentro de su culo, pero fue perdiendo erección hasta que se salió, en ese momento mi hermana se abrazó a mí y nos quedamos algo dormidos. Ni idea cuanto tiempo había pasado cuando mi hermana me despertó con un beso muy tierno.

—Vamos a ducharnos Nacho tenemos que ir a trabajar.

—Me encantaría quedarme contigo todo el día en la cama Gabi, Dios eres increíble.

—Te quiero hermanito, no te haces una idea de cuánto te quiero, ya tendremos más días para nosotros.

Gabi se levantó mostrándome su cuerpo perfecto, tirando de mí me levantó de la cama y nos fuimos a duchar. Fue imposible resistirme a sus encantos y en la ducha la follé nuevamente hasta que la arranque dos orgasmos más y llene su coñito de mi corrida, ya para mí era imposible no admitir que estaba locamente enamorado de mi hermanita pequeña y que sin ella no podría vivir.

Los siguientes meses reinvertimos en nuestro negocio y lo expandimos más aun, los pedidos se contaban por cientos diariamente y mes a mes subíamos como la espuma, alojamos nuestra web en servidores que nos pusieron en los primeros lugares de búsqueda, tuvimos que alquilar una nave mucho más grande para poder hacer frente a todos los pedidos y eran ya varios los proveedores que nos abastecían, mi hermana era infatigable y cada día sacaba alguna novedad y eso conllevaba nuevas fotos que yo le hacía, Gabi no quería a nadie más.

No sé si sería por el amor que la tenía o que solo tenía ojos para ella, cada día me dejaba más sorprendido por su capacidad de decisión y su liderazgo, de acuerdo que éramos un equipo, pero mi hermana manejaba a proveedores y transportistas como quería, sacaba buenas ofertas por compras de gran volumen y teníamos muchas comidas y cenas de negocios con directores de compañías que devoraban con la vista a mi hermana. Tenía que acostumbrarme a eso, aunque era difícil, mi papel de hermano era inamovible y de eso se aprovechaban para delante de mis narices proponerle negocios millonarios a cambio de una noche de cama con ella.

No me digáis como lo hacía, pero ni noche de pasión ni siquiera dejarles ver un poco más arriba de sus rodillas, mi hermana conseguía contratos que nos dejaban muchísimo dinero, éramos ricos, pero todavía no habíamos invertido en nosotros. Teníamos un equipo de gente que nos respondía sin problemas y tenían capacidad de decisión, nuestra presencia ya no era tan necesaria pero mi hermana odiaba dejar en otras manos su negocio, era infatigable.

A los dos años, poco más de haber iniciado esta aventura, la relación con mi hermana estaba en su mejor momento, aun seguíamos viviendo en casa de nuestros padres y creo que ya era hora de emanciparse. Recordaba lo que me dijo mi hermana, que deseaba que calentase su cama, sentir mi cuerpo pegado al suyo y no separarse de mí, aunque mis padres hacían su vida y todos los fines de semana se iban fuera necesitábamos nuestro espacio. Busqué algo que nos gustase y encontré un chalé que me gustó según lo vi, estaba en una conocida urbanización en la zona de Arturo Soria, muy tranquilo espacioso y con piscina como muchas veces me había comentado mi hermana. Necesitaba una pequeña reforma, adecentar el jardín, muebles nuevos y arreglar la piscina; no me fue difícil contratar a un decorador de interiores que se hizo cargo de todo. Mi hermana creía en mi buen criterio y aunque me pregunto varias veces a que se debían los desembolsos de tanto dinero, siempre le dije que confiase en mí.

Compré un coche para los dos, aunque mi hermana no tenía carné de conducir, le gustaban los coches grandes y sobre todo uno, el Porche Panamera, así que lo encargué con todo el equipamiento y comodidades que podía llevar y que fui a recoger al concesionario días después de que hubiesen terminado de arreglar y decorar la casa. De acuerdo que me dejé un dineral entre la compra de la casa, la reforma, los muebles y el coche, pero por Gabi merecía la pena, preparé todo con sumo cuidado, puse un par de botellas de cava en el frigorífico y me aseguré de que no faltase ningún detalle, la casa estaba preparada para entrar a vivir esa misma noche, me fui a la nave y encontré a mi hermana sentada en su despacho entre hojas de cálculo y pedidos.

—¡¡¡Hombree tu por aquí!!! Exclamó mi hermana. Ya iba siendo hora de que te dejases ver el pelo, trabajar no sé si trabajaras, pero gastar dinero… Dijo algo enfadada.

—Mi amor, todo tiene una explicación. Estoy seguro de que lo que estás haciendo puede esperar hasta mañana, necesito enseñarte algo.

Mi hermana me miro con alegría, le encantaban las sorpresas, aunque creo que esta no se la esperaba, lo quise hacer aún más misterioso y tome prestado su foulard vendándole los ojos.

—Nacho ¿Dónde me llevas? No me gusta ir con los ojos vendados.

—Mi amor confía en mí. Le dije con cariño.

Le abrí la puerta del coche y se montó, cuando me senté a su lado olía como los sabuesos e intentaba mirar algo por el bajo del pañuelo.

—Eh, eh, Gabi eso no vale no quiero que veas nada de momento.

—Es un coche y huele a nuevo, ¿Te has comprado un coche?

—Bueno hermanita, más exactamente nos hemos comprado un coche, porque es tuyo y mío, aunque sea yo el que lo conduzca.

—Ummmm eso suena muy bien y también me gusta cómo suena el motor. ¿Me puedo quitar el pañuelo ya?

—Espera un ratito Gabi, ahora te lo quitas.

Inicié la marcha y tardamos poco más de quince minutos en llegar a nuestra nueva casa, abrí las puertas de la entrada y metí el coche dentro, ayudé a bajar a mi hermana y estando de pie me puse tras ella y le quité el pañuelo. Gabi miró a su alrededor con la boca abierta, todo estaba perfecto, el césped, la iluminación del jardín, de la piscina, los muebles en el porche todo estaba en su sitio.

—Nacho esto es precioso, ¿de quién es?

—Mi amor es nuestra casa, la he comprado y arreglado para nosotros aquí es donde vamos a vivir. ¿Te gusta?

Como respuesta mi hermana se echó a llorar y se abrazó a mí con fuerza, le costó un buen rato tranquilizarse, pero aun después de eso tenía hipidos y miraba todo fascinada.

—Has comprado el coche que sabes que me gusta, por Dios, Nacho eres increíble. Anda enséñame todo, quiero ver dónde vamos a vivir.

Gabi se agarró a mi cintura y apoyo su cabecita en mi hombro, la enseñe la casa y a cada momento abría su boca sorprendida de los lujos y la comodidad del chalé. El cuarto de baño de nuestra habitación era enorme y tenía un jacuzzi grande. Le encantó nuestra cama King size y todas las comodidades que tenía, le enseñé el espacioso salón con el inmenso ventanal que daba acceso al porche y la piscina y por último la gran cocina con acceso también a la piscina y al jardín.

—Dios nacho es todo tan perfecto, no me lo puedo creer, es como un sueño.

Fui a la nevera y saque la primera botella de cava que descorche bajo la atenta mirada de mi hermana que acercando su copa escancie de burbujeante líquido. Brindamos mientras mi hermanita me miraba con cariño.

—¿Que les vamos a decir a nuestros padres cuando sepan que vamos a vivir juntos? Pregunto mi hermana con preocupación.

—Cariño mío, desde que no nos gusta vivir solos y este chalé es muy grande, hasta qué más da si en la casa de los papas ya vivíamos juntos. Si te has fijado en la parte de abajo también hay una habitación totalmente equipada que puede ser de uno de los dos, solo hay que meter algo de ropa en el armario. ¿Crees que nuestros padres van a venir a vigilarnos?

—No, desde luego que no, dijo mi hermana. Además, desde que nos va tan bien y les pasamos dinero, todos los fines de semana desaparecen, ahora viven como reyes.

—Entonces ¿de qué te preocupas?

—No se mi amor, quiero que todo vaya perfecto, y no tengamos problemas.

—Gabi, si permanecemos juntos estoy seguro de que todo nos va a ir muy bien.

Mi hermana estaba preciosa o es que yo estaba muy enamorado de ella, pero la veía radiante, se bajó del taburete donde estaba sentada y se metió entre mis piernas, pasó sus brazos por mi cuello y se abrazó a mí. Como no podía ser de otra manera mi polla reaccionó ante su cuerpo pegado al mío, en principio la abracé por la cintura y la atraje hacia mi apoyando mi más que incipiente erección en su pubis, se separó ligeramente de mí y me besó, Dios me encantaba sentir sus labios y su lengua buscando guerra dentro de mi boca. Mis manos bajaron a su culo, y lo sobaron a conciencia, poco a poco fui subiendo su falda hasta que mis manos entraron en contacto con su piel, solo llevaba un escueto tanga de hilo dental y mis manos abrieron ese par de sagradas nalgas que escondían un tesoro aun mayor, la respiración de mi hermanita se aceleró.

—Mi amor, dijo mi hermana acariciando mi cara, creo que una buena manera de inaugurar nuestra nueva casa es con un buen polvo.

Noté como mi hermanita bajaba el cierre de su falda y se deshacía de ella, pude ver que llevaba medias y liguero, eso me excitó más aun, la di la vuelta y apoyé su espalda en mi pecho mientras desabotonaba su blusa y se la quitaba besando los puntos débiles de mi hermana, su cuello sus hombros y su espalda.

—Ummmmm mi amor me gusta lo que me haces…ahhhhhh…Diossss sigueee.

Desabroche su sujetador muy sugerente y me apodere de las tetas de Gabi castigando esos pezones que tenía y me volvían loco. Mi hermana ya frotaba su culo contra mi polla a través del pantalón, pero sentía todo su calor, estaba muy excitado, mi hermana se dio la vuelta y me bajo del taburete se abrazó a mí y me beso como nunca me habían besado.

—No sé cómo he podido vivir sin esto tanto tiempo me dijo con cariño mi hermanita.

Diciendo esto se abrazó nuevamente a mí y mientras me besaba con lujuria, mis manos agarraron su perfecto culo y ella abrazo mi cintura con sus piernas mientras mis manos se perdían por el culo y el coñito de mi hermanita, notaba a Gabi muy excitada, su respiración, sus ganas, su pasión se hacían notar en cada movimiento en cada acción, podría haber subido a nuestra habitación pero quise jugar más con ella y la senté en la gran isla que tenía la cocina, el contacto del mármol negro con su piel la hizo gemir y noté como su piel se erizaba, con cariño la tumbé sobre la encimera de la isla y el frio mármol hizo arquear su espalda. Abrí sus piernas y la visión era de lo más cautivadora, su piel era como el terciopelo y su lencería excitante, ese tanguita blanco se metía entre los labios de su coñito que ya estaban brillantes de su excitación y su olor, su peculiar olor llego a mí.

—Gabi, no puedo vivir sin ti.

Le quité su braguita y hundí mi cara entre las aterciopeladas piernas de mi hermanita y me apoderé de los labios de su coño en un beso infinito, me atrapó su sabor entre dulce y algo ácido y mi lengua recorrió su sexo y su anito mientras oía gemir a mi hermana escandalosamente.

—Nachooo…no pareeees…por diooos que gusto…más…más…maaaaaas…siiiiiiiiiiiii.

Gabi explotó en un orgasmo que la hizo retorcerse de placer mientras me tiraba del pelo hacia su coño, me bebí su corrida que me supo deliciosa, sus piernas aprisionaban mi cabeza suavemente mientras mi lengua seguía recorriendo su rajita con cariño y ella recuperaba el ritmo de su respiración.

—Paraaa Nacho, para por lo que más quieras…Dios que boquita tienes…ufffff

Apoye mi mentón sobre el pubis de mi hermana mientras veía subir y bajar su pecho rápidamente, me miro con amor y se incorporó sobre sus codos.

—Mi amor, como experiencia ha estado bien. Incluso te diría que el contraste del frio mármol con mi piel me ha gustado, pero mi espalda no aguanta esta dureza, vamos a nuestra cama.

He de reconocer que eso me gustó "vamos a nuestra cama" sonó muy bien. Gabi se bajó de la encimera y agarrándome de la mano me llevo a nuestro dormitorio. Era inevitable no fijarme en su cuerpo y ese culo respingón que se movía provocativamente al ritmo de sus largas piernas, cuando llegamos a nuestra habitación, me desnudo y poniéndose de rodillas empezó una mamada cargada de cariño y deseo, veía sus ojos, su expresión de placer, su felicidad, y ese cuerpo que me volvía loco, ni le pregunté por qué sabía lo que ella deseaba.

—Gabi mi amor, me corrooooo.

Estalle en su boquita mientras mi hermanita tragaba mi corrida, succionaba de tal manera que me iba a vaciar hasta las entrañas, pero era tal el placer que grite mi orgasmo.

—Diossss…siiiiiiiiiiiii…ahhhhhhhhh.

Casi ni me dejo que terminase, la vi muy excitada, me tumbo en la cama y poniéndose a horcajadas sobre mí se clavó mi polla hasta la matriz. Esa noche fue increíble, follamos, hicimos el amor y nos amamos hasta casi ver amanecer, era una locura, una locura maravillosa lo que estaba viviendo con mi hermanita pequeña.

Todo nos empezó a venir de frente, las cosas nos iban sobre ruedas, nuestro negocio empezó a hacerse un hueco en el sector, la lencería erótica de Gabriela de Paul empezaba a entrar con fuerza y eran unas cuantas marcas reconocidas las que se habían fijado en nuestra empresa y ya incluso había artículos en revistas destacando la innovación de las prendas y su fuerte demanda para las mujeres. A Gabi la hicieron dos entrevistas una de una importante revista del corazón y otra de televisión en una cadena que solo ponía programas de marujeo y que fueron determinantes para hacer que nuestro negocio fuese aún más conocido.

Ya hacía unos meses que mi hermana y yo vivíamos juntos y hacíamos vida de pareja de puertas para adentro, los dos estábamos muy enamorados y no había nada que se interpusiese entre nosotros. Nuestros padres nos visitaban a menudo, estaban encantados de que los dos estuviésemos tan compenetrados y ahora si estaban orgullosos de lo que habíamos logrado. No hicieron preguntas molestas ni nada parecido, ni tampoco les extrañó que viviésemos juntos, ellos lo achacaban a nuestro negocio y a la compenetración que teníamos para llevarlo adelante. También hicimos una fiesta de inauguración de nuestra nueva casa a la que asistieron muchos invitados, incluso invitados que no conocíamos de nada pero que amigos muy directos nos dijeron que deberían de estar allí para futuros negocios.

Estos “amigos” que no conocíamos de nada eran auténticos tiburones de los negocios, ávidos de sacar un buen cacho en cualquier operación en la que ellos estuviesen implicados. Pero lo que no soportaba era el acoso casi enfermizo que hacían a mi hermana. En casi todas las fiestas y eventos a los que asistíamos siempre estaban los babosos que no se separaban de ella, pulpos con cien brazos y cien manos que la sobaban, abrazaban, agarraban…metían mano…delante de mis narices con mi consiguiente malestar. Mi hermana tenía una forma de vestir que sin ser descarada era muy provocativa, sabia pararles los pies muy bien, pero eran como satélites a su alrededor, casi ni me dejaban acercarme a ella. Pienso que ese era mi castigo, mi penitencia por haber cometido uno de los pecados más horrendos ante nuestra sociedad, enamorarme perdidamente de mi hermana.

Sé a ciencia cierta qué Gabi nunca me fue infiel, soportamos los dos todo este maremágnum, ella el acoso de los hombres y yo el acoso de las mujeres y el tener que aguantar los dos como intentaban separarnos por el mero hecho de ser hermanos. No sé si se notaría nuestra cercanía, nuestro amor, pero estábamos juntos en todo y eso creo que a la gente no le gustó. Éramos famosos, la gente nos conocía y empezaban a no explicarse como dos personas tan guapas, ricas y famosas no se les conocía ninguna pareja o ningún escándalo.

Llevábamos cerca de dos años en la que nuestro negocio y nuestra vida había cambiado mucho, creo que ambos nos relajamos y nuestra vida de pareja en casa la sacamos a la calle sin darnos cuenta, había evidentes signos de nuestra cercanía, se nos veía muy acaramelados, íbamos por la calle agarrados de la mano o con la mano de Gabi en mi cintura y la mía por sus hombros, acciones que en una pareja normal serian de lo más corriente, pero quizás entre dos hermanos no. Eso hizo que se levantasen rumores y algunas revistas sensacionalistas mandaran a sus paparazzi a ver si conseguían una gran exclusiva.

La verdad, no les costó mucho trabajo el pillarnos en un momento comprometido, saliendo de un restaurante al que fuimos a cenar notaba a mi hermanita muy excitada. Toda la cena se pasó contoneándose en la silla, mirándome seductora, acariciaba mi pierna con su pie desnudo y se mordía el labio inferior provocativamente.

—¿Se puede saber qué te pasa Gabi?, solo te queda desnudarte y follarme aquí mismo.

—Pues espera que no lo haga porque me vuelves loca hermanito, necesito sentir tu polla dentro de mí.

Al oír eso mi polla salto como un resorte y se puso dura como el acero, la mirada de mi hermanita estaba cargada de deseo.

—Sabes Nacho, ¿te acuerdas de ese modelito que te enseñé uno que llevaba una bolita que vibraba y un plug anal?

—Gabi ¿no me jodas que lo llevas puesto?

Mi hermanita me miro traviesa mientras asentía mordiéndose seductoramente su dedo índice.

—Por eso me he puesto esta minifalda de cuero negra, estoy cachonda hermanito y no aguanto más, estoy chorreando juguitos que quiero que te comas y si no llevase esta falda ya habría mojado la silla.

Ni esperamos a los postres, pagué la factura de la cena y agarre de la mano a Gabi sacándola casi en volandas del restaurante. Cuando llegamos al coche y la fui a abrir la puerta la besé con pasión levantándole la minifalda y metiendo mis dedos en su coñito que estaba empapado, oía el chapoteo que hacían al entrar y salir.

—Diossss Nacho no pareeees…me corrooooo…joder me corroooooo.

Gabi se corrió entre espasmos mientras una mano suya acariciaba mi polla por encima del pantalón y aunque mi hermana empezó a desabrocharme para sacarme la polla y follarla ahí mismo, no quise tentar a la suerte no fuese a ser que alguien nos viese. La monté en el coche y nos fuimos a nuestra casa a follar en una de las mejores noches que recuerdo. Gabi se comportó como una autentica zorra ávida de sexo y me dejo seco, era imposible no caer ante una diosa como ella, su boca su coño y su culo probaron mi polla y mis corridas, al final de la noche agotados los dos caímos en un profundo sueño.

Fue sobre las once de la mañana, el sonido insistente del timbre de la puerta de entrada martilleaba en nuestros oídos, me puse unos pantalones de deporte y bajé rápidamente a abrir. Al poco un hombre con una pinta de vividor increíble entraba en nuestra casa sin ni siquiera presentarse, su actitud chulesca y vehemente me puso de muy mal humor enseguida.

—Creo que mi nombre no es relevante, pero lo que tengo aquí os puede arruinar vuestra perfecta vida.

Diciendo esto dejo un par de fotos de Gabi y yo a la salida del restaurante donde cenamos en una actitud demasiado cariñosa y provocativa, la minifalda de mi hermana en su cintura una pierna suya en mi cadera y los muy abrazados comiéndonos la boca.

—Creo que para ser hermanos os lleváis demasiado bien ¿no? Dijo este ser con ironía. Esto todavía no lo ha visto nadie, solo yo, y creo que podríamos llegar a algún tipo de acuerdo, para que estas fotos…¡¡Ah!!Se me olvidaba, dijo dejando también un pendrive encima de las fotos, en este pendrive hay un video muy explícito de tu hermanita corriéndose con tus dedos dentro de ella.

Cogí en mis manos esas fotos y ese pendrive que había dejado este hijo de puta, se había sentado en uno de los sillones con una sonrisa socarrona en su rostro, preámbulo de lo que se nos venía encima por un calentón. En ese momento mi hermana, mi amor, la mujer de mi vida, bajaba por las escaleras con un albornoz que más bien cubría poco, sabía que iba desnuda debajo de él.

—¿Qué es lo que está pasando aquí Nacho? Pregunto mi hermana confundida.

Ese individuo se había hecho con la situación y la manejaba como quería, se levantó como un resorte y se acercó mucho a mi hermana.

—Pero mira que preciosidad tenemos aquí, dijo ese individuo con cara de salido.

Seguidamente metió sus dedos por la solapa del albornoz y acerco su cara a su cuello, mi hermana hizo lo que cualquier mujer, le separó con brusquedad mientras le miraba furiosa.

—¡¡¿Qué coño haces imbécil?!!

—Ummmm…hueles a sexo zorra y eso me pone cachondo dijo este individuo lascivamente.

No aguante más le agarre del cuello y le senté en el sillón, por primera vez vi algo de miedo en sus ojos, en esa especie de forcejeo se cayeron las fotos y el pendrive, mi hermana los cogió del suelo y se quedó mirándolo con los ojos muy abiertos.

—Nacho, ¿Qué significa esto? ¿Quién ha visto estas fotos?

Vi el miedo en la cara de mi hermana, miedo e incertidumbre, miraba esas fotos sin creerse lo que veía yo acariciaba su cara y le decía que se tranquilizase, pero ni oía ni sentía hasta que vi a este ser meter su mano entre las piernas de mi hermana e imagino que tocaría su sexo, aunque Gabi ni se enteró. Esta vez le agarré del cuello y le di un puñetazo que lo lanzo al suelo, le volví a levantar y lo chilló para que nos enterásemos.

—¡¡UN MILLON DE EUROS!!… ¡¡UN MILLÓN DE EUROS Y FOLLARME A TU HERMANA, SI NO, ESTAS FOTOS Y EL VÍDEO VERÁN LA LUZ MAÑANA, ¡LO SABRÁ TODO EL PAÍS!!

Arrastre a este ser hasta la calle y lo dejé tirado como la basura que era, volví a la casa y vi a Gabi sentada llorando asustada y derrotada.

—¿Qué hemos hecho, por Dios que hemos hecho? Lloraba mi hermana.

Solo me senté a su lado y nos abrazamos fuertemente, estuvimos así durante más de veinte minutos mientras mi cabeza no paraba de pensar. Conseguí tranquilizar a mi hermana, y en una de las fotos vi un nombre y un número de teléfono móvil.

—Cariño, vamos a ducharnos y a vestirnos, tenemos mucho que hacer. Dije a mi hermana con preocupación.

Aunque en un principio la deje que se duchase sola, me metí con ella en la ducha y la abracé muy fuerte contra mí. Gabi se echó a llorar de nuevo mientras me besaba por toda la cara.

—Mi amor no me dejes sola, no quiero que esto nos separe.

Nos duchamos entre arrumacos y cariños, pero no hicimos el amor. Al poco salíamos camino de nuestro abogado para ponerle en antecedentes, iba a ser complicado y muy violento ya que íbamos a confesarle nuestra relación a alguien por primera vez. A nuestro abogado lo conocíamos desde que nuestro negocio empezó a prosperar, nos demostró que era buen profesional y buena persona y eso nos hizo confiar mucho en él. Cuando llegamos nos recibió enseguida y dedujo que algo muy grave pasaba cuando vio nuestras caras; le explicamos todo lo que había pasado y la relación que teníamos mi hermana y yo y no pudimos dejar de mirar su cara de preocupación cuando supo todo.

—A ver, quiero comentaros que la relación incestuosa en España no está penada, pero la relación de consanguinidad sí. Esto quiere decir que no podéis contraer matrimonio ni tener hijos, y que dado vuestro estatus ahora mismo vais a ser carne de noticia y se van a cebar con vosotros.

—Pero si pagamos no pasará nada, dijo mi hermana enseguida.

—Gabi, las condiciones de ese hijo de puta eran un millón de euros y follar contigo…y no estoy dispuesto a jugar con la mujer que más quiero, me importas demasiado.

—Cariño, sería solo una noche…no representaría nada para mí.

—¡¡HE DICHO QUE NO, GABI!! Grité furioso.

Mi hermana se echó a llorar de nuevo, estaba muy sensible y yo demasiado furioso con la situación que este ser había creado. Abracé de nuevo a mi hermanita y la cubrí de besos.

—Tranquila mi amor, no he querido gritarte, pero no pienso consentir que ese tío te ponga un solo dedo encima, no lo soportaría.

—Gabriela, dijo nuestro abogado, estas situaciones las he vivido, primero empezamos por el millón y tú cediendo a sus pretensiones, para terminar, pidiendo más dinero y tú siendo su puta, ¿quieres eso?

Gabi negó con la cabeza mientras su llanto era inconsolable, sufría por ella por lo que estaba pasando y sabía que esto solo era el comienzo.

—Bien de momento vamos a hacer una cosa, dijo nuestro abogado, voy a ponerme en contacto con este tío, y ver lo que quiere realmente, iros a casa y esperad que os llame, quiero saberlo todo.

A las tres horas más o menos nos llamó el abogado y las noticias no eran halagüeñas, este individuo no había rebajado sus pretensiones y solo se comprometía a hablar con Gabi y que ella le diese el millón y pasase la noche con él. Lógicamente nuestro abogado se negó en redondo y este ser dijo que a primera hora mirase en internet y las revistas y periódicos, nuestro abogado solo le dijo que se encontraría con una demanda por acoso y publicación de fotos sin consentimiento.

—Creo que lo mejor que podéis hacer ahora es desparecer iros a otro sitio fuera de esta ciudad, porque a partir de mañana no os van a dejar tranquilos, tenéis que dejar que todo esto se tranquilice.

Lo que paso a partir de entonces fue una pesadilla una pesadilla para Gabi y para mí. Primero nos fuimos a un pueblo de Zaragoza donde tenía un amigo de hace muchos años. Nos recibió con los brazos abiertos y nos sentimos a salvo, pero esto no había hecho nada más que empezar, aunque no salimos prácticamente de casa de nuestro amigo, creo que le pudo la presión y el saber que esa misma revista sensacionalista que publicó nuestras fotos y el video ofrecía 50.000€ por una pista de nuestro paradero. Todo fue una locura, nuestros móviles no paraban de sonar, números que no conocíamos…insultos…vejaciones.

Lo que más nos dolió fue el rechazo de nuestros padres, necesitábamos un apoyo, una frase de cariño, pero todo fueron insultos a mí me llamaron golfo, sinvergüenza degenerado, loco pervertido, a Gabi puta, zorra, bastarda, asquerosa, degenerada…no se me olvidaran las lágrimas de mi hermana oyendo esas barbaridades de boca de nuestros padres y por ultimo un "habéis muerto para nosotros" En ese momento creo que me di cuenta de la magnitud de nuestro pecado y que estábamos solos, no habría nadie que nos pudiese ayudar y mucho menos confiar en alguien con todo lo que habíamos generado.

Con ese horizonte tan negro nos escabullimos en la noche como delincuentes, como los amantes furtivos que éramos, intentando evitar por todos los medios a los periodistas sensacionalistas ávidos de carnaza y de una noticia que les sacase de su mediocridad. Nuestra primera parada fue en Zaragoza, nuestros números de móvil los conocía mucha gente y realmente, puestos a pensar las únicas personas que nos importaban realmente eran nuestros padres y nos habían dado la espalda. Hablamos con nuestro abogado segunda persona en la confiábamos con los ojos cerrados y no nos defraudó, nos dijo que nos deshiciésemos de los móviles y comprásemos un teléfono móvil Blackphone indetectable. Aunque nos costó un poco, al final los teníamos en nuestro poder.

Estuvimos dando tumbos de un lado a otro hasta que parece que todo se tranquilizó, al final nos instalamos en Vitoria en la zona de El Batán, alquilamos un piso e intentamos no salir mucho, queríamos dejar pasar el tiempo que se olvidasen de nosotros. Solo el paso de las semanas hizo que nos relajásemos y nos diésemos cuenta de la dimensión de lo acontecido, las noticias sensacionalistas no se cansaban de preguntar dónde estábamos, incluso se hicieron programas para intentar localizarnos, programas que veíamos con preocupación y nos dábamos cuenta de la cantidad de gente que quiere su minuto de gloria a costa de los demás.

Todo esto hizo que de alguna manera nuestra relación se viese afectada, nos amábamos eso era evidente y Gabi me repetía una y otra vez que no la dejase sola, pero nuestras relaciones sexuales casi se extinguieron, como si haciendo eso purgásemos nuestra culpa. Una mañana al despertarme me encontré solo en la cama, la casa estaba en silencio parecía que hacía rato mi hermanita no estaba junto a mí, su lado estaba frio. Me levante algo preocupado y la vi frente al  gran ventanal del salón, el sol entraba iluminándola y haciendo que su camisón fuese casi transparente mostrando esa desnudez tan sensual, se veían nítidamente sus piernas y ese triangulito invertido de su sexo, su aroma inundaba toda la estancia y fue inevitable, mi polla reaccionó ante tal visión y se puso dura como una piedra, la abracé desde atrás notando su calor, su aroma a mujer y alojando toda mi extensión entre los glúteos de mi hermanita que saco su culo provocativamente.

—Nacho, todo esto que nos está pasando… ¿Es un castigo por lo que hemos hecho?

—¿Es un castigo amarse? Gabi, esto nos está ocurriendo porque hay gente con mucha maldad que quiere vivir muy bien acosta de otras personas, aun destruyéndolas, no les importa.

—Vamos a estar siempre juntos… ¿Verdad? Decía mi hermana restregando su culo por mi polla.

—Hasta el final de nuestros días mi amor. Le dije llevando mis manos a sus tetas y amasándolas.

La respiración de mi hermana se había acelerado, llevábamos muchos días sin tocarnos, se dio la vuelta y me beso con una pasión que me dejo sin habla, se quitó su camisón quedándose desnuda para mí.

—Mi amor, fóllame, necesito sentirte ahora dentro de mí. Dijo mi hermanita excitada.

Me empujo contra el sillón y me hizo sentar, sus ojos hablaban por ella estaba sedienta de sexo, se puso a horcajadas sobre mí y apuntándose mi polla se dejó caer, estaba empapada, mi polla entro como un cuchillo caliente en mantequilla hasta el fondo, agarré su culo y la atraje hacia mí.

—Asiiii hermanito…ábreme bien...Dios la siento en el estómago…ufffff…

Mi hermana abrazo mi cabeza contra su pecho, me costaba respirar, pero estaba en la gloria notaba como botaba encima de mi dándose placer y sacando el mío, tenía que aguantar, pero su calor interno me abrasaba colapsaba mi cerebro que solo pensaba en dar placer a esa mujer note como sus caderas empezaban a moverse vertiginosamente, y su respiración se aceleraba.

—Asiiiii hermanito...asiiiiii, por Dios no pareees…me corrooooo, me corroooooo…siiiiiiiiiiiii.

Note las convulsiones del cuerpo de mi hermana, los músculos de su vagina literalmente exprimiendo mi polla que no tardo en empezar a soltar semen en lo más profundo del útero de mi hermanita, los dos gritamos nuestro orgasmo que fue larguísimo y nos dejó agotados pero felices. Estuvimos un buen rato mimándonos, sin movernos, con mi polla bien clavada en su interior, nos decíamos todo sin decir una palabra…amaba a esa mujer con locura.

—Vamos a ducharnos mi amor, dijo mi hermana.

Eso solo fue el preludio de un perfecto día de sexo con la mujer más increíble que había conocido. Según terminamos de ducharnos y de follar nos fuimos a la cama y allí continuamos hasta que dijimos basta, hasta que nuestros cuerpos no tenían más energía. Esa noche cenamos hablando de nosotros de nuestro posible futuro, pero sabiendo y dejando muy claro que nada ni nadie nos separaría.

Nuestra tranquilidad duró poco, a los tres meses nos volvieron a localizar y volvimos a desaparecer, esta vez pasamos a Francia y nos instalamos allí, a través de nuestro abogado sabíamos que nuestro negocio de lencería erótica no solo no había decaído, si no que había aumentado sus ventas. Nuestra cuenta corriente era desorbitada y estando en Francia una conocida marca de lencería se interesó por nuestros modelos. Con pena la oferta que nos hicieron la aceptamos, el precio fue astronómico con lo que muchas generaciones de nuestra familia vivirían muy bien. Lo único que dejamos claro es que la marca Gabriela de Paul no se vendía, pero si querían utilizar su nombre tendrían que proporcionarnos unos royalties. Creo que ese fue el negocio de nuestra vida, de la nada mi hermana había creado un imperio y ahora éramos multimillonarios…pero ¿a qué precio?

Llegado a un punto ya no quise arriesgarme más, ¿Qué no se puede comprar con dinero? Se puede comprar todo, desde nuevas identidades hasta una nación si te lo propones. Una nación, esa no era mi intención, pero me acordé de una película que siempre me gustó La Isla de Nim ¿por qué no? Lo consulte con mi hermana, vimos los pros y los contras, pero nuestro único deseo era vivir juntos, en paz, tranquilos y sin que nadie nos molestase.

Como he dicho comprar unas identidades nuevas no fue complicado, solo lo fue encontrar a las personas adecuadas y una vez conseguido Ignacio de Paul y Gabriela de Paul se perdieron por algún lugar de Francia y nuestras nuevas identidades cruzaron el charco y se fueron al continente americano. Las posibilidades allí se abrieron como un abanico y sé que en una isla nos ahogaríamos. La costa oeste de los Estado Unidos ofrecía unas posibilidades increíbles, no vendían islas, pero si grandes parcelas con playas privadas y mansiones de película en urbanizaciones de súper lujo que te garantizaban la más completa intimidad. Compramos una de esas parcelas con una casa increíble y una playa de ensueño e iniciamos allí nuestra vida nuevamente. No nos costó mucho acostumbrarnos a ese modo de vida, nuestro abogado en España nos puso en contacto con algunos de los asesores financieros de más prestigio que nos asesoraron como invertir mejor nuestra gran fortuna.

Fueron un par de años en los que vivimos muy bien nadie nos conocía, cuando salíamos lo hacíamos con gorras y gafas de sol para protegernos de miradas indiscretas y no solíamos hacer mucha vida social. He de reconocer que encontramos lo que queríamos, nadie nos molestaba, nadie nos perseguía y Gabi y yo éramos felices juntos, no nos faltaba de nada vivíamos muy bien, pero sin ser ostentosos y follábamos cuanto queríamos, nos dedicamos a viajar y a conocer nuevas culturas. En el tercer año de nuestra estancia allí algo vino a desestabilizar nuestra paz; era un día cualquiera de vaya usted a saber qué mes, un coche de seguridad de la urbanización paró frente a nuestra casa y llamó al telefonillo de la entrada.

—Sr. De Paul, tenemos en el coche a una mujer que dice ser prima suya, una tal Ana Sánchez de Paul, ¿La conoce usted?

La prima Ana, nuestra querida prima Ana. De todas las primas que teníamos era a quien más queríamos y con la que nos llevábamos mejor, no había habido evento familiar en el que los tres, mi hermana mi prima y yo, terminábamos algo perjudicados y de juerga. La queríamos mucho, pero nos extrañó muchísimo que hubiese dado con nosotros, si ella lo había hecho alguien más lo podrá hacer. Mi hermana y yo nos miramos preocupados, vi los ojos de Gabi humedecerse y fue ella quien hablo.

—Déjela pasar, haga el favor.

Al poco vimos a Ana guapísima corriendo hacia nosotros y dejando tiradas sus maletas en el jardín de la entrada.

—¡¡PRIMOOOS!! Grito contenta Ana mientras ella y Gabi se abrazaban y se echaban a llorar. Por fin os encuentro, no os hacéis una idea de lo que me ha costado, nos decía emocionada.

Cuando termino con Gabi vino a mí y me abrazo con fuerza dejando sentir ese cuerpazo que tenía. Para que os hagáis una idea Gabi y Ana se llevaban un año, Ana era mayor, pero eran muy parecidas tanto físicamente como en la manera de ser, de hecho, sus madres eran hermanas, de ahí su parecido.

—Prima, esto es una sorpresa, primero porque nos encanta tenerte aquí con nosotros, pero nos preocupa que nos hayas encontrado, le dije serio.

—Pues no os preocupéis, vuestro secreto está a salvo, me ha costado lo mío, y muchas horas de persuasión con vuestro abogado, pero al final me dijo dónde podría encontraros y vamos dentro que aquí pica mucho el sol, dijo riendo Ana.

La dejamos que descansase del viaje, y ya por la tarde en la playa más tranquilos habló con nosotros

—Cuando salto la noticia de vuestra relación, se armó un revuelo increíble en nuestra familia, como os imaginareis os han puesto a parir y os han llamado de todo.

—¿Tu qué opinas Ana? Pregunto Gabi con tristeza.

—A mí me encanta lo vuestro, me parece que habéis sido muy valientes y que vuestro amor os ha mantenido juntos. Siempre pensé que estabais enamorados, desde niños estuvisteis muy unidos.

Ana y Gabi se abrazaron y mi hermana se echó a llorar, por fin alguien nos daba palabras de ánimo.

—No llores cielo, dijo mi prima, ahora viene algo que es lo que ha hecho que os buscase hasta encontraros.

Gabi y yo nos miramos intrigados Ana sabía algo que seguro nosotros desconocíamos.

—Veréis, continuo Ana, un día vino a casa vuestra madre, todo estaba como en un secreto, se hablaba en voz baja por si las paredes escuchaban, yo me retire después de los saludos de rigor, pero mi curiosidad me hizo estar escuchando desde la cocina.

—¿Y qué escuchaste? Preguntamos Gabi y yo casi al unísono.

—La verdad no mucho, pero cuchicheaban hasta que mi madre levanto un poco más la voz y lo dijo bien claro… «¡¡Os lo dije!! Dije que ocultarlo solo traería problemas y mira ahora» Cuando se fue vuestra madre no me costó mucho sonsacarle a mi madre la historia

—¿Y qué es lo que ocultaban? Volvimos a preguntar intrigados

—Nacho, hazme el favor, mira a Gabi y dime que ves. Dijo Ana.

― ¿Aparte de lo que es obvio? La mujer más guapa, bella e increíble que he conocido…la mujer de mis sueños.

―Vamos, ¿No ves la diferencia? Míranos a Gabi y a mí, y mírate tú, en nuestra familia casi todos los hijos somos de cabello claro y ojos azules, tu eres la excepción…Nacho, sé que lo que te voy a decir va a ser duro, pero tú eres adoptado, tus padres biológicos no son los que te han criado Gabi y tú no sois hermanos de sangre.

Si dijese que me sorprendió mentiría, algo dentro de mí siempre me dijo que algo raro había, la conexión que tiene una madre y un hijo yo no la tenía con mi madre. Cuando nació Gabi, si note como su madre la miraba, esa mirada de mi madre a su hija nunca la olvidaré y desde luego nunca la vi en mí. Nunca me faltó de nada, tuve una infancia, una adolescencia y una juventud muy felices y creo que con la noticia que Ana nos había dado se había cerrado una especie de círculo en mi vida que no era capaz de cerrar y no entendía por qué, ahora todo cuadraba.

—Cariño, esto no cambia nada dijo Gabi abrazándose a mí.

Ana vino a nuestro lado y también nos abrazó y quizás sea un crápula, pero tener a dos preciosidades en bikini, pegadas a mi hizo que tuviese una erección incomoda e imposible de ocultar.

—¡¡NACHOOO!! Gritó Gabi, eres incorregible, decía divertida mientras me daba un puñetazo cariñoso en el hombro.

Ana al ver también mi erección a través del bañador se llevó las manos a la boca y me miró con los ojos muy abiertos mientras estallaba en una gran risa.

—Ni te acerques a mi mono salido, eres de lo que no hay, reía Ana divertida. Anda vámonos al agua a ver si te enfrías y bajas “eso” decía señalando tímidamente a mi erección.

Eso fue de todo punto imposible, entre Gabi y Ana se dedicaron a calentarme y estaba desbocado, jugaban conmigo y por supuesto mi erección no bajo ni un ápice, solo me tranquilicé cuando las dos chicas salieron del agua entre risas dejándome más caliente que una tea y dejando que mi polla rebajase sus expectativas de follar con dos mujeres. Sinceramente estaba algo alterado entre lo que supe de mí y el jueguecito de Gabi y Ana.

Los siguientes días fueron divertidos, estuvimos enseñando a Ana donde vivíamos, los mejores lugares, sitios paradisiacos, salimos con nuestro barco a recorrer varias islas cercanas, espacios preparados para el turismo donde lo pasabas muy bien y la diversión estaba asegurada. Fue en uno de esos sitios donde Ana conoció a un buen tipo, un cubano muy amable que enseguida se adueñó de la atención de nuestra prima, cenamos juntos y nos invitó, el hombre tenía una educación exquisita y mi prima tenía un brillo especial en sus ojos cuando le miraba. Esa noche mí prima y su cubano follaron en nuestra casa, sus gemidos nos mantenían despiertos y muy excitados, Gabi y yo follamos oyendo como se corría nuestra prima una y otra vez, la curiosidad nos pudo y Gabi se levantó.

― ¿Dónde vas Gabi? Pregunte en voz baja.

―La está destrozando, dijo mi hermanita excitada, quiero verlo.

―Estás loca, nos va a descubrir y va a ser una vergüenza.

Me hizo seguirla, los dos desnudos, cuando llegamos a su puerta estaba casi abierta del todo, ni se habían preocupado en cerrarla y lo que vimos nos dejó perplejos. El cubano la tenía contra la pared follándola con desesperación mientras Ana enroscaba sus piernas en la cintura del cubano y le gemía en su oído…más, más…maaaaaas. Mi polla saltó como un resorte, miraba hipnotizado como el cubano bombeaba en el coño de mi prima la escena era morbosa y Gabi no fue indiferente, pego su culo a mi inflamada polla y movía sus caderas, los dos estábamos ensimismados mirando como follaban, me encantaba el cuerpo de mi prima muy parecido al de Gabi y no se en que momento hicimos algo de ruido y nuestra prima nos descubrió, nos miró lasciva mientras nos lanzaba un besito y el cubano seguía empotrándola.

—Vamos a la cama amor, dijo mi prima, quiero cabalgarte.

El cubano salió del interior de mi prima y cayeron al suelo fluidos de su coñito, la polla del cubano era más o menos como la mía, pero gorda como una lata de refresco. Se tumbó en la cama y mi prima abriéndose de piernas ante nosotros se metió ese tótem de carne en su interior. Gabi y yo estábamos muy excitados y mi hermanita agarrándome la polla la puso a la entrada de su coño, me agarre a sus caderas mientras mis huevos rebotaban en su clítoris.

—Me encanta tu polla, decía mi prima excitada, asiiiiii…diooos como me llena…dame más fuerte cabrón…ahhhhhh…joder me tienes bien abiertaaaa.

Note como Gabi se estaba corriendo, notaba los espasmos de su corrida en mi polla y oímos como el cubano bufando, lleno de leche el coño de mi prima mientras se corrían los dos en un fuerte orgasmo. Esa noche nuestra prima nos brindó una variada sesión de penetraciones y corridas y nosotros lo disfrutamos y acabamos agotados.

Dormimos como benditos esa noche, aunque yo particularmente no dejaba de pensar en nuestra nueva situación, ya no había barreras no había consanguinidad y eso abría un abanico de nuevas posibilidades y por supuesto enfrentarme a nuestros padres y recriminarles su actitud. Escuche ruidos y me levanté, mi prima en tanga acompañaba a su amante a la puerta de salida, se despidieron con un tórrido beso y yo me volví a la cama, eso hizo que Gabi se despertase.

—Ummmm… ¿de dónde vienes amor?

—He oído ruidos. Era Ana despidiéndose de su cubano.

—No conocía esta faceta nuestra de voyeurs, digo Gabi somnolienta, pero he disfrutado mucho mientras me follabas y veía a nuestra prima como se follaba al cubano.

—Pues eso tiene un precio, decía Ana desde la puerta, vestida solo con su tanga. Pareja de mirones, reía divertida.

Mientras, acercándose se subía a nuestra cama, se quitaba su tanga y se acostaba entre nosotros. Mi polla reaccionó ante esto como me esperaba, se puso durísima y sé que para Ana no fue indiferente, pero más alucinado me dejo cuando besó con amor a Gabi y esta le correspondió.

—No os hacéis una idea de lo que me huisteis disfrutar anoche, decía Ana muy excitada, me encanta que me vean follar y más me gusta ver como folla la gente, me vuelve loca.

Ana y Gabi casi me ignoraron mientras se metían mano delante de mí; yo solo miraba embelesado mientras mi mano pajeaba lentamente mi polla viendo a esas dos ninfas retozar. Vi como Ana bajaba por el pecho y el vientre de Gabi, dejando una huella de saliva por su cuerpo hasta que metió la cabeza entre las piernas de mi hermanita.

―Diooos Ana…no pareees. Gimió Gabi moviendo sus caderas.

Ana no dejó de comerse el coñito de Gabi, llevándola a un orgasmo inevitable, no sabía si intervenir o no, la escena era excitante, nunca hubiese pensado ver a Gabi y a Ana así. Hice amago de incorporarme y acercarme, pero un gesto de mi prima me paró en seco, en ese momento vi como mi hermana explotó en un orgasmo que la hizo chillar de placer mientras empapaba la cara de su prima.

―Ahora quiero veros follar, lo necesito, lo llevo deseando desde que os vi cuando llegué sois una pareja preciosa.

Gabi todavía flotaba en su orgasmo y Ana hábilmente la puso en cuatro, expuesta para mí, con su coñito brillante de su corrida y su carita colorada. Me dio la mano y tirando de mí me puso en posición para que la penetrase, pero antes me miró traviesa y me dio un par de buenas mamadas en mi polla que me hicieron ver las estrellas.

―Vamos primo, fóllatela para mí.

Penetré casi con violencia a mi hermana que gimió largamente ante mi acometida y empecé a bombearla con desesperación mientras veía a Ana con su espalda apoyada en el cabecero de la cama, sus piernas abiertas al máximo y sus dedos anular y corazón follando su coñito. Ante esto iba a durar más bien poco, era muy excitante ver, experimentar todo aquello.

―Me encanta como te las estas follando primito, pero quiero verlo mejor.

Ana hizo un 69 con Gabi mientras veía como mi polla perforaba el coño de mi hermanita, tanto la lengua de Gabi, como la de mi prima no se estuvieron quietas y se empezaron a dar placer. Ana era excitante, su lengua también lamia mis huevos mientras la boca de mi hermanita llevaba al orgasmo a Ana que chilló como si el cubano la estuviese perforando ese coñito que tenía. Tanta excitación y ver como esas dos preciosidades se retorcían de placer me hizo estallar en un orgasmo intenso que llenó el útero de mi hermanita, casi grité del placer que sentía, pero más placer me dio cuando saqué la polla del coñito de mi hermana y Ana enseguida se fue a beber la corrida que caía entre los labios de su coño.

—Ummmm que rico sabes primito, esto es una delicia.

Gabi empezó a mover sus caderas nuevamente ante la comida de coño que le estaba dando Ana, aunque me había corrido hace nada, mi polla seguía como una piedra dura y deseando seguir, la visión de la boca de Ana comiéndose el coño de Gabi me tenía hipnotizado. Mi prima me miraba de vez en cuando y me sonreía, cuando mi hermanita estalló en otro orgasmo, mi prima agarró mi polla y empezó una mamada increíble que me la puso más dura aún.

―Fóllale el culo primito, quiero verlo de cerca.

El morbo de la situación me tenía muy excitado, mi adorable hermana estaba muy abierta para mí, y la cabecita de Ana me miraba lasciva esperando que mi polla atravesase el esfínter de Gabi. No me hice esperar y apoyando mi polla en su agujerito mi prima vio como el culito de mi hermana se comía mi polla hasta que mis huevos chocaban con su coño y la naricilla de Ana que seguía amorrada devorando su clítoris.

―Por diooooos no paréis…me estáis matando de gusto, decía mi hermana excitada.

Estuvimos un buen rato hasta que de nuevo los tres estallamos en un gran orgasmo, mi prima abrió su boquita en clara invitación a que me corriese en ella y no lo dudé, me corí llenándola de semen. Estuvimos retozando algo más en la cama y nos quedamos algo dormidos; pensé que seguramente follaría con Ana, pero no ocurrió así, cuando nos despertamos, nos duchamos y bajamos a desayunar algo. Más tarde Gabi me confesaría que no le hubiese hecho ninguna gracia verme follando con otra mujer, aunque esa mujer fuese nuestra prima Ana y la quisiésemos mucho. Eso no quitó para que Gabi y ella se demostrasen más cariño del que era habitual, con lo que mis erecciones eran casi continuas y con ello aprovechábamos y follaba con Gabi para que mi prima disfrutase y yo también, pues mi primita me daba unas mamadas que me volvían loco.

El tiempo pasa inexorablemente y nuestra prima debía de volver a España, aunque antes de irse la invitamos a cenar en un restaurante muy exclusivo y yo quise hablar con ella.

―Ana, hay algo que quiero preguntarte, ¿tuviste que ser muy persuasiva para que nuestro abogado te dijese como localizarnos? Sabes, es algo que me preocupa mucho, aunque con la noticia que nos diste esto ya quita mucho morbo a la noticia.

―Pues veras Nacho, la primera vez que vi a vuestro abogado no me causó buena impresión, aunque no era feo, su cerrazón y su sobrepeso no me gustaron nada, de hecho, las primeras veces fui una autentica borde con él y no me explico cómo no me mando a la mierda.

― ¿Entonces, como conseguiste sacarle la información?

―Bueno, es evidente, una tiene sus encantos y el cómo hombre no fue inmune a ellos. Me fije como me miraba y cambie mi estrategia, empecé a ser más encantadora con él, ganármelo, hacer que cayese en mis redes y lo conseguí, al mes poco menos me invitaba a cenar.

―Entiendo, le dije a mi prima divertido, fue en esa cena donde con la ayuda del vino y tus encantos te contó todo.

―No primito ni mucho menos, en esa cena me empecé a fijar en el como hombre y empezó a atraerme. Curioso, es el tipo de hombre del que siempre he huido y me encontraba molestamente atraída por él.

Ana se quedó pensativa, con la mirada fija en un punto más allá de donde nos encontrábamos, estaba seria, como evaluando lo que pasaba por su cabeza. Gabi y yo la mirábamos ansiosos de que continuase con su historia.

―Fue inevitable, continuo Ana, después de muchas cenas y muchos escarceos no había conseguido sonsacarle nada, así que me propuse jugar mi última carta, me lo llevaría a la cama y me lo follaría, sería un pelele en mis brazos. Me vestí muy provocativamente, falda cortísima, medias negras, ligueros, tanga mínimo zapatos con taconazo y camisa entallada sin sujetador. Cuando me vio se quedó con la boca abierta y pensé que era mío, que equivocada estaba, ese tío es una máquina de follar, estuvo toda la noche regalándome orgasmos, tiene una polla increíble y solo me dijo… "dame tu culo y te digo lo que quieras"… y bueno aquí estoy con vosotros.

Algo nos quedó muy claro de la confesión de nuestra prima y es que, aunque lo negase, estaba coladita por nuestro abogado. Todo llega a su fin y con pesar la acompañamos al aeropuerto a que cogiese su vuelo, habían sido quince días muy divertidos y aunque nos entristecía su partida un nuevo horizonte se dibujaba ante nosotros. Lo primero que hicimos cuando nuestra prima se fue es hacernos un análisis de ADN que confirmo lo que Ana nos había contado, no había consanguinidad, no éramos hermanos.

Aunque en un principio pensamos en ir a España y aclarar todo con los medios de comunicación, solo emitimos una escueta nota con las pruebas y se la dimos a nuestro abogado para que la difundiese por diferentes medios. La noticia causo algo de revuelo, pero sirvió para callar las voces de los más puritanos que nos tachaban de demonios degenerados. Al año más o menos nos fuimos en vuelo privado a España para intentar hablar con nuestros padres, pero todo fue inútil, no quisieron vernos, no así nuestra tía materna la hermana de nuestra madre y la madre de Ana, que nos recibió con los brazos abiertos.

Organizamos una gran comida en un lujoso restaurante para informar a la familia que prepararíamos una pequeña ceremonia en nuestra casa de California, pensamos que nuestros padres se animarían a ir a esta comida, pero no aparecieron. Invitamos a toda la familia y para que pudiesen venir fletamos un avión y reservamos un par de plantas de un hotel que estaba muy cerca de nuestra casa. Nos entristeció comprobar que nuestros padres tampoco quisieron venir, nuestra tía nos confirmó lo que ya nos dijeron en su día, habíamos muerto para ellos. Aunque eso enturbió un poco la ceremonia tanto mi tía como su marido hicieron de padrinos, fue un día inolvidable para todos y sé que nuestros padres vieron las fotos con tristeza por no haber ido.


Han pasado ya cerca de diez años de todo esto que os he contado, una gran aventura que ha terminado de la mejor manera. Veo a Gabi en la orilla de nuestra playa, el sol recorta su espléndida figura solo lleva un escueto bikini mientras mira hacia el mar y grita a nuestras hijas que no se alejen de la orilla, sé que no corren peligro por que donde están todavía hacen pie. En ese momento nuestra prima Ana, su marido (nuestro abogado) y su niño se juntan con nosotros para hacer una barbacoa en la playa. Desde mi tumbona veo como Ana se despoja de su vestido y me deja ver su cuerpo perfecto solo cubierto por una breve braguita, se acerca y me da un pico en los labios mientras tira de mi para irnos al agua.

Aunque dicen que el dinero da la felicidad, eso no es del todo cierto. Echo de menos a nuestros padres, muchas veces me gustaría que entraran en razón y poder hablar con ellos. Aun así y todo Gabi es una mujer increíble, me llena en todos los aspectos de mi vida y es una compañera extraordinaria, me hace muy feliz… ¿qué más puedo pedir?

FIN

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