El gran encuentro

La amistad entre dos ciber amigas se transformó en una gran noche de sexo desfrenado junto una tercera persona...

EL GRAN ENCUENTRO

Se conocían por internet pero nunca se habían visto. Ese fin de semana Ana iba a pasarlo en casa de Maria. Esta tenía un hermano, Juan, que por sus descripciones parecía estar muy bueno.

Ana llegó y Maria fue a buscarla, fueron charlando sin parar hasta la casa de la segunda. Allí, Ana conoció a Juan. Estuvieron hablando toda la tarde los tres, cenaron allí, y justo cuando estaban tomándose unas copitas después de cenar, la vecina de Maria la llamó para que le ayudara en unas cosas, y se fue dejando a Juan y a Ana solos. Ellos siguieron hablando de sus cosas pero con las copitas de mas que llevaba cada uno empezaron los tonteos de roces, hasta que Ana terminó atada de manos por una de las manos de Juan. Con la otra, él, le dio a probar con un dedo crema de uno de los pasteles que estaban comiendo. Ana, mirándole directamente a los ojos, le lamió cada uno de los dedos de la mano como si de su polla se tratase. Esto a Juan le excitó muchísimo, y apareció un gran bulto en su pantalón. Ana se dio cuenta y no se pensó ni un segundo él decirle:

-Pues era cierto lo que me contó tu hermana de ti – señalando con la vista el enorme bulto.

Él, se puso rojo e intentando tapársele sin lograrlo dijo:

-Bueno, mi hermana es muy exagerada, eh?

-Me dejas comprobarlo?

-Tú misma.

Ana, le quitó la camiseta, le besó el pecho, los pezones se los mordió ligeramente, y fue bajando por los abdominales, el ombligo, mientras le desabrochaba los vaqueros y se los quitaba dejando al aire un enorme paquete escondido bajo los calzoncillos.

Ella, siguió besándole sobre la tela que tapaba esa enorme polla pero poco tiempo porque la curiosidad de ver aquel enorme instrumento, le quitó desesperadamente los calzoncillos y vio con sorpresa aquello y dijo sin dejar de mirarlo:

-Tenia toda la razón!!!!

A lo que Juan contestó con una sonrisa.

Ana empezó a comérsela empezando por los huevos, se los metía enteritos en la boca, jugaba con ellos y Juan se iba poniendo cada vez más cachondo. Luego subió hasta el grande pasando su lengua a lo largo de la polla . Cuando llegó a su destino, se detuvo, chapándola como si fuese un chupa-chups, dándole un placer tal, que Juan no podía evitar cerrar los ojos y emitir pequeños gemiditos, que ayudaban a Ana a excitarse aun mas.

Mientras, Maria llegó pero ninguno de los dos se dio cuenta de su presencia. Ella, se escondió tras la puerta y decidió observar lo que hacían su hermano y su nueva amiga.

Ana estaba muy caliente, y empezó a quitarse la falda y las bragas sin dejar de comérsela al hermano de su amiga.

Ana, empezó a masturbarse al tiempo que se la seguía comiendo, esto a Juan le puso mucho más cachondo, tanto que no pudo evitar incorporarse y sobarle el culito que tenia en pompa que aunque grande era muy blandito.

-Qué bien lo haces Ana!!!mmmmmmm...-decía dejándose llevar por el placer que le producía esa boca.

Por su parte, Maria, desde su escondite, comenzaba a sentir muy húmeda su zona más intima, y empezó a tocársela mientras no perdía ni un solo movimiento de su hermano con Ana.

Cuando Juan estuvo muy caliente, cogió a Ana en brazos y la sentó en la mesa, le abrió las piernas y tras tocarle, acariciarle y besarle todo el cuerpo empezó a chuparle su chochito elevando hasta el más grande placer a Ana, que le agarraba la cabeza y se la presionaba contra su zona húmeda diciendo:

-mmmmmmmm, sigue, sigue!!!

Maria estaba muy caliente, no paraba de masturbarse, con una mano se tocaba el clítoris y con la otra mano se acariciaba los pezones erectos a causa de la gran excitación que le producía el espectáculo erótico que estaba observando.

Ana sintió un placer inmenso que le anunciaba la llegada del orgasmo pero no quería llegar, quería follar con aquel chico que acababa de conocer, no hacia muchas horas y que su polla se lo pedía a gritos, así que le apartó repentinamente de su chocho, le ordenó que se sentara en la mesa y ella se sentó encima de él, con su chocho chorreante de flujo y saliva y se fue metiendo la polla poco a poco pues era muy gorda y le hacia daño pero una vez dentro la apretó fuertemente con los músculos de su vagina, movimiento que a Juan le dio aun mas placer, para luego empezar a moverse cada vez mas deprisa sobre él, sus tetas la acompañaban con su movimiento de sube y baja y él intentaba agarrarlas pero el sudor que corría por ellas se lo impedía escapándose con cada movimiento.

Maria que estaba a 1000, no pudo evitar un gemido que le salió desde lo mas profundo del alma tras ver aquella fantástica escena. Solo lo oyó Ana que la miró rápidamente, entonces, se quitó de encima de él, y tapándole los ojos con su camiseta, le dijo al oído:

-Tengo una sorpresita para ti..., relájate y disfruta.

Entonces, con el dedo llamo a Maria, que estaba muy caliente y la ordenó por medio que un gesto que se la comiera a su hermano, mientras que ella estaba agachada comiendo el enorme aparato, Ana la acariciaba por todas partes, los pechos, el clítoris, los labios del chochito que estaban mojados por el flujo, ella, a pesar de tener la boca ocupada, emitía ciertos gemiditos, a lo que él, inocentemente decía:

-Te estás masturbando? No sabes cómo me pone oírte y no poder verte ni tocarte, sigue, disfruta...

Pasado un rato, Ana, con un leve empujón, quitó a Maria de aquella polla y empezó ella a comérsela de principio a fin, mientras Juan gemía de placer, sus gemidos cada vez eran más fuertes y más intensos, y Ana, se la comía con más ganas aun. Maria, le tocaba los pezones, se los mordisqueaba, se comía las tetas enteritas, le acariciaba el culo, se le mordisqueaba, le tocaba el chochito húmedo, chorreante.

Maria no pudo aguantarse más y se acercó también a la polla de su hermano para chapársela, Ana le dejó un hueco ya que ella bajó a sus huevos para comérselos enteros y jugar con ellos dentro de su boca.

Entonces, Juan, notó dos bocas y no dudó ni un instante en quitarse la venda para averiguar quienes eran. Cuando vio que era su hermana la que le estaba comiendo aquella polla de forma alucinante, en un primer momento su reacción fue la de retirarse repentinamente, pero como Maria no dejó de chapársela y aquel placer era tan inmenso, no dijo nada y siguió disfrutando, por poco tiempo pues se moría de ganas de ver cómo se lo montaban las dos chicas que tenia ante sus ojos. Para ello, se bajó de la mesa, y les dijo:

-Ahora vosotras, disfrutar como nunca lo habéis hecho como si yo no estuviera aquí.

Ana y Maria se miraron y sin mediar palabra se empezaron a acariciar por todo su cuerpo, empezaron besándose y pasándose la mano por el pelo, luego, Maria, bajó su boca hasta los pechos de Ana, para lamerlos como si estuvieran rociados de chocolate líquido y su lengua fuera un paño para limpiarlos, siguió bajando hasta que llegó a su órgano mas preciado y allí, se detuvo mas rato para beber de aquel líquido de placer que emanaba, fruto de una excitación inmensa que su amiga le proporcionaba. Los gemidos de Ana se oían en toda la casa y su excitación aumentó al mirar a un lado y ver a Juan de pie, mirándolas y masturbándose enérgicamente con la respiración muy acelerada, cuando Ana sintió la llegada de su orgasmo, hizo parar a Maria con unas palmaditas en la espalda. Se levantó, tumbó a su amiga en el suelo, y empezó a lamerle cada rincón de su cuerpo. No dejó ni un milímetro sin lamer. Todo el cuerpo de Maria estaba cubierto por aquella saliva que según iba dejando la lengua de su amiga que le proporcionaba unos escalofríos que le acercaban cada vez mas al orgasmo.

Cuando llegó al chochito, estaba muy húmedo pero ella, no dudó en meter la lengua hasta dentro, e intentar darle placer a lo que Maria respondió con un movimiento de vientre que lo decía por si mismo lo que sentía. Juan, por su parte, seguía masturbándose, no podía hacerlo durante mucho tiempo porque llegaría al orgasmo y quería ver como se corrían las dos juntas.

Ana, subió al clítoris se le comió, le succionó, le lamió hasta que Maria le dijo que parara, entonces, se puso sobre ella y restregando los dos chochitos húmedos por el flujo las dos llegaron al orgasmo confundiéndose ambos gemidos en uno solo que ayudó a su hermano a correrse sobre las tetas de Ana y la cara de Maria.

Fue una noche impresionante que no olvidaron en todo el fin de semana.