El gran auto café (4)

(control mental/confesiones/fetichismo/jovencitas/colegialas) ya no hay salida, esta demasiado metido en mi, ya no puedo pensar en otra cosa mas que en el y lo que me hara, esta cuarta parte fue muy intensa en su momento

Pasaron unos días y no supe nada de él, pero recordaba aquel juguete que me abrió una ventana a nuevas experiencias, eventualmente aparecía, pero solo para llevarme a la escuela, de hecho no hacíamos nada durante como una semana, por razones biológicas.

después de eso, la situación se estaba volviendo aburrida, yo no me atrevía a insinuarle mis deseos y el no decía ni hacia nada al respecto, sentía que esa “relación” estaba en decadencia, aun con eso, yo ya había experimentado mucho, sentía que nada mas me sorprendería en adelante.

El frio ya era constante la mayor parte del día, pues estábamos ya en otoño, pero el clima era demasiado fresco, los hábitos cambiaban así como la ropa, antes para estas fechas acostumbraba a usar unas mayas para el frio, pero en esta temporada había estado usando siempre unas medias altas, gruesas blancas que me llegaban muy altas, y se escondían bajo mi falda, los sweaters fueron sustituidos por chamarras y a veces hasta bufanda tenía que usar.

Pero un día por la mañana, un día particularmente frio, camino a la escuela, me dijo: "recuéstate en la puerta y quítate las panties" . Así lo hice, me asegure de que la puerta no se abriría y me recargue en ella, subí mis pies al asiento y me quite la ropa interior. Cabe decir que jamás había expuesto mi vagina de ese modo ante alguien, ni siquiera había ido con un ginecólogo. Solo a él se la había mostrado, pero nunca de esta forma, siempre me  había mostrado por detrás y con el uniforme puesto, así que eso me emociono, puesto que salía de lo común y hacia ya bastante tiempo sin emociones.

Me sentía expuesta, sonreía y lo volteaba a ver, el luchaba entre mantener la vista en el camino y observar mis piernas entreabiertas, con la falda como si hiciera una sombra bajo dos columnas, dejando ver mi pequeña y siempre depilada vagina. Me comenzó a tocar las piernas y recorría  su mano como si fuera a llegar a donde ambas se juntan, cuando llegaba a esa área, me tocaba con el dorso de su mano, yo la sentía suave a pesar de ser tosca, mi mirada estaba fija en su rostro, con una sonrisa, y mis manos detenían mi falda a la altura de mis rodillas, era excitante ver su rostro y al mismo tiempo no poder ver lo que me estaba haciendo, solo lo sentía y eso amplificaba el placer, lo hacía de reojo puesto que el tráfico era pesado a esa hora de la mañana, aunque no era lejos el trayecto, si requería de poner atención.

Note su desesperación, se que lo que veía lo estaba provocando y que deseaba detenerse para poner toda su atención en su mano derecha, pero le era imposible, cuando pensaba esto, sonreía aun mas, me gustaba verlo así, desesperado, sin control sobre la situación, me gustaba llevar las riendas del asunto, imagino que alcanzo a ver mi sonrisa y noto mi placer de verlo así, porque en ese momento, y sin aviso alguno, me metió su dedo bruscamente, como castigándome, solo abrí mi boca y deje salir un ligero gemido, sin dejar de sonreír, estaba tan lubricada, que no me había causado dolor, sino placer

Estaba yo teniendo el control de la situación, se que al ver que su movimiento no causo en mi el efecto que él esperaba, se sintió frustrado, pero competitivo y comenzó a moverlo rápidamente hacia afuera y hacia adentro, mis ojos en ese momento se cerraron y sentía solamente el dedo lubricado entrando y saliendo mientras mis manos apretaban mis rodillas, aun que el placer era delicioso, esto de penetrarme con su dedo lo hacía eventualmente, y ya no causaba la sensación de aquella primera vez, yo ansiaba ya que me hiciera suya, que me tomara fuertemente e introdujera ese miembro que ha sido inspirador de mis fantasías pero que jamás había visto.

No sé si era parte de su plan o se desespero de no verme sometida, pero saco su dedo velozmente y lo limpio en su pantalón, desde mi posición podía ver como emitía algún destello, fruto de mi liquido y el reflejo de alguna luz que lo tocaba, metió su mano en la bolsa de su saco de pana y saco algo curioso, como un huevito azul transparente que dejaba ver algo en su interior, aunque no lo hizo muy rápido, no alcanzaba a distinguir  que era.

Sentí como lo dejo en el asiento entre mis piernas porque sentí cuando tocaba mis pompis, me metió dos dedos de forma algo brusca, lo cual me provocó un ligero espasmo y los saco como si fuera una cuchara, sacando mí liquido, me toco toda alrededor de mis labios, para eso quería el liquido, para lubricarme, se sentía bien. Luego, metió con mucho cuidado el huevito dentro de mí, dejando un hilito fuera (de este hilo me percate hasta después, ya que ahí no podía ver nada). Aunque ya me había introducido antes un juguete, este se sentía diferente, era más redondo, no muy alargado, y sentía como mis paredes lo oprimían y resbalaba hacia adentro gracias a mi flujo. Cuando entro todo, me cerró mis piernas y me dijo que me pusiera mi ropita interior.

Estaba esperando algo mas, un movimiento, un comentario, algo, pero no hacía nada, lo miraba fijamente mientras me ponía mis panties esperando la siguiente instrucción, pero su boca no se abría, nada me decía, ni siquiera me volteaba a ver. Llegamos a la escuela, me despidió y me baje con expresión de incertidumbre, ¿qué le pasaba? ¿No pensaba decirme nada? ¿Qué era lo que tenia dentro de mí? ¿No me daría ninguna explicación? Era tanta mi sorpresa e indignación, que casi no sentía lo que tenia dentro, ese tipo de acciones es lo que me hacia odiarlo, pero al mismo tiempo me tenia atada a él. Al fin unas palabras salieron de su boca: “ no te vas a sacar eso en todo el día” ¿pero que era?

Aquí mencionare algo que no había tenido importancia mencionar antes, pero ahora sí,

mi salón que da justo en el fondo de la escuela. Por fuera de este, esta la calle que pasa detrás, yo solía sentarme justo junto a la ventana (y aun lo sigo haciendo). Las ventanas eran altas, no alcanzaba a ver nada ni nadie podía vernos a menos que nos acercáramos a ellas y nos asomáramos.

La primer hora estuve distraída tratando de imaginar, de adivinar este nuevo juego, me hundía en mis pensamientos mientras mi cuerpo se acostumbraba a ese objeto dentro de mi vagina, de vez en cuando, volteaba a ver a mis compañeros, como con un sentimiento de culpa, sentía como si alguien supiera algo de lo que estaba pasando, pero era solo mi imaginación, o quizá mi deseo de que alguien lo supiera, finalmente termino la clase, sin que nada hubiera sucedido.

Después de un pequeño receso, me levante de mi lugar y sentí como el objeto misterioso se acomodaba en mis entrañas, fue una sensación extraña y placentera, alguna vez llegue a usar un tampón, pero la sensación era diferente, camine por el salón con una leve sonrisa, observando a mis compañeros, los cuales no me prestaban atención alguna, de alguna forma, yo me sentía superior, poderosa, volteaba a ver a todos esos “niños” y lo digo así, porque yo sentía que estaba ya en otro nivel, podría apostar a que ninguna de mis compañeras habían estado con un hombre maduro, pero yo, laylita, había logrado captar la atención de uno, me sentía que podía competir con cualquier mujer. Al mismo tiempo, sentía morbo, una especie de semi exhibicionismo, caminar entre ellos y saber que tenia eso dentro de mí, pero nadie lo sabía, ni siquiera imaginaban, que debajo de esa falda a cuadros, debajo de una pantaleta de algodón blanca, entre mis piernas, dentro de mí, estaba un objeto ajeno a mi cuerpo.

Estaba en mis pensamientos cuando la maestra llego, levanto un poco la voz pidiendo atención y todos volvimos a nuestros lugares, en los siguientes momentos comenzó a dictar, y todos comenzamos a escribir. Hacer esto me ayudo a olvidar mis pensamientos eróticos, el dictado se volvía tan monótono, escuchar únicamente la voz de la maestra y ver solo lo que escribíamos en el cuaderno, se tornaba algo hipnótico, no pensaba en nada, cuando de repente, como un acto reflejo, golpee mi escritorio de metal con la palma abierta de mi mano desocupada, al mismo tiempo que descruzaba mis piernas golpeando el suelo y haciendo que la suela de mis zapatos escolares se escuchara en el silencio del salón, mis ojos se abrieron tanto que parecía que los globos oculares saldrían de su órbita, todo mi cuerpo estaba en tensión. Sentí como salió un grito desde mi estomago, no sabía que pasaba, todo estaba sucediendo en tan solo un segundo, aquel objeto dentro de mí que parecía un huevo y no sabía que era estaba vibrando.

Todas las miradas se clavaron en mí, la maestra detuvo el dictado, me pregunto en un tono algo arrogante que que pasaba conmigo, mientras unas risas bulliciosas se escuchaban del fondo del salón, le respondí que nada pasaba, el dictado procedió, y yo haciendo un esfuerzo sobrehumano, trate de seguir escribiendo mientras todas mis entrañas se movían. Ese evento duro alrededor de medio minuto, pero sentí como si hubiese sido media hora, era demasiado placer sin esperarlo y sin saber que o como. De repente se detuvo, me quede quieta esperando algo mas, pero nada sucedió, ahora mi dictado estaba incompleto y no pude concentrarme ya en lo que la maestra decía.

Así paso el resto de la clase sin que nada sucediera, yo ya había controlado mi mente y aunque recordaba el evento, ya había seguido yo en mi clase normalmente, cuando una vez más, el objeto volvió a vibrar, esta vez no me sorprendió tanto y pude controlarme, solamente  apreté mis piernas lo mas que pude y fije la mirada en mi cuaderno. Me atrevo a asegurar que esta vez lo disimule bien puesto que nadie se dio cuenta. Esta segunda vez duro como un minuto. Para mi buena suerte, se apago, y en ese momento, el timbre sonó, Todos mis compañeros se pusieron de pie y empezaron a platicar, esperaba que alguien me preguntara por el suceso vergonzoso, pero parece que todos estaban más interesados en sus propios asuntos, esto me favoreció, ya que no hubiera sabido que decir. Me levante de mi lugar despacio, aun con las piernas temblorosas y me asome por la ventana. No sé si decir que me sorprendió o no, ahí estaba el parado afuera de su carro con algo en la mano. Me vio y sonrió, cuando hizo eso, levanto su otra mano como queriéndome mostrar algo, pero no alcanzaba a distinguir que era, al hacer esto, mi cuerpo se volvió a estremecer otra vez, mis rodillas se juntaron y se doblaron apenas pude detenerme de la ventana, de no haber sido así, hubiera caído sentada en el suelo, vibraba mas rápido esta vez y no se detenía yo lo observaba con una mirada que pedía piedad, al ver que mi expresión no le causaba mas que emoción, agache mi cabeza y con la frente tocaba el marco de la ventana, mis rodillas seguían juntas y mis tobillos separados lo mas que podía, mientras me inclinaba y levantaba involuntariamente mi trasero, tratando de soportar la vibración. Por suerte todos estaban en sus propios asuntos y nadie se percataba de mi posición ni de lo que me sucedía. La vibración no se detenía y comencé a sentir incomoda sensación de la necesidad de orinar. Comencé a preocuparme, no sabía qué hacer, sería muy vergonzoso hacerlo ahí, en el salón frente a todos, era algo impensable. Pero mis plegarias fueron escuchadas y se detuvo, me deje caer en el suelo y me quede sentada como arrodillada pero con los pies separados y mi trasero tocaba el suelo, la falda me cubría casi completas mis piernas, así quede yo con la cabeza agachada y con mis manos en el suelo.

El timbre sonó y me levante, me asome por la ventana y ya no estaba el, me senté en mi lugar al tiempo que el siguiente maestro entraba al salón, la clase comenzó y yo tenía mi mente distraída, esperando en cualquier momento la vibración y sabiendo de antemano que eso pasaría una y otra vez durante toda mi estadía de ese día en la escuela. La clase seguía pero nada paso, siguió el receso y estuve tentada a ir al baño i extraerme aquel objeto, pero recapacite y me di cuenta que aunque era incomodo y desesperante, era lo que me estaba dando vida, así que no lo hice, en las siguientes horas, nada extraño sucedió, pero el estar esperando en cualquier momento que pasara, la incertidumbre de la sorpresa, me mantuvo en demasiada tensión.

Para variar, no lo vi en la salida de la escuela, ya no era extraño, y aunque me molestaba un poco, ya era de esperarse, me volví a sentir como una estúpida con eso dentro, me despedí de mal humor de mis amigas, y camine hacia la casa, esperando encontrarlo en cualquier momento, pero no fue así. Llegue a mi casa molesta y fui directo al baño, me baje mis panties y puse una pierna sobre el filo de la tina, me levante la falda para alcanzar a verme y alcancé a observar el hilo que salía de mi vagina, lo tome y lo comencé a jalar, una sensación de placer y ansiedad se apodero de mi, se sentía extraño cuando recorría mis paredes internas hacia afuera, al tiempo que mis labios se abrían permitiendo ver lo azul de aquel extraño objeto, seguí mi labor hasta que quedó colgando de mi mano, al tiempo que un suspiro se escuchaba y un chorro de liquido salía de mi interior y caía al suelo.

vuelvo a agradecer sus comentarios y pido una disculpa por haber tardado tanto en publicar esta parte del relato, pero la tension del ultimo semestre de mi prepa, me ha tenido algo ocupada

gracias a todos por seguirme, no tardare en la continuacion