El Grafico II

Aqui esta la continuación,y muchas gracias a quienes comentaron.Si nuevamente much@s d ustedes no lográ diferenciar a los narradores,lo haré de otra manera en el sgte capitulo,solo les digo que lean con atención,y disfruten,porque comienza la acción luego de este capitulo, que esta un poco mas largo

El Grafico

Capitulo II

Valentina camino a paso veloz alejándose cada vez más rápido de los baños ubicados al fondo del balcón. ¿Cómo demonios había podido creer que Frankie mantendría su palabra? Había sido una tonta al pensar que ese día seria para ellas, solo para ellas… Día de amigas , porque eso era para Frankie, solo su mejor amiga.

Iba tan ensimismada en sus pensamientos que no se dio cuenta de que alguien venia en la dirección contraria hasta que choco con la otra persona.

  • Podrías fijarte mejor por donde vas maldita idio… - La otra chica detuvo su insulto cuando vio quien era la muchacha. Valentina, la amiga de esa….malnacida de Frankie.

Valentina miro a la persona frente a ella. Alta, de complexión delgada. Cabello castaño rizado que le llegaba hasta los hombros. Piel blanca, y ojos castaños. Había visto a chicas más guapas que ella sin duda, pero Alicia, la novia de la chica que gemía sin descaro unos metros más allá, era hermosa de una manera muy especial. Repentinamente pensar en la parejita del baño la hizo sentirse más enferma, y mal por la muchacha que estaba frente a ella.

  • Disculpa – Se apresuró a decir Valentina – Iba distraída y….no te vi – Termino de decir mientras se limpiaba las lágrimas del rostro.

  • No te preocupes, yo igual no estaba prestando atención – Comento Al sintiéndose un poco avergonzada, más cuando noto que la chica estaba llorando. Hizo el amago de seguir con su camino, pero la otra chica le hablo.

  • Están cerrando ese lado del pasillo – Dijo intentado ocultar el pánico al pensar en qué pasaría si ella viese a Frankie follandose a su novia sobre el lavado – Están haciendo el aseo y no se puede ir más allá – Añadió intentando sonar todo lo convincente que podía.

  • Oh, ya veo…- Murmuro Al frunciendo un poco el ceño y mirando hacia el final del largo pasillo y luego a la chica – Entonces voy por otro camino, busco a alguien de todas formas – Dijo más para ella misma que para Valentina.

  • Suerte con eso… - Respondió y vio a Alicia marcharse por donde seguramente había venido. Yo no debería estar ayudándote Frankie, quizás lo mejor hubiese sido que las pillase juntas, pensó antes se volver a caminar hacia la salida y esperar unos minutos a que Frankie estuviese disponible y se fueran de ahí de una vez por todas.

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Frankie estaba terminando de arreglar su ropa mientras Pamela hacia lo mismo. Había silencio en el baño, y la rubia quería irse de ese lugar cuanto antes, no quería otra vez un nuevo intento de confesión, no lo necesitaba.

  • Frankie…- susurro un poco temerosa cuando se percató de que era ignorada por la chica – Frankie – Repitió alzando un poco más la voz, sin embargo nuevamente la otra no respondió – Frankie…Frankie,  yo te am-

  • No, Pam – dijo súbitamente causando un sobre salto en la morena – Tú no me amas ni yo a ti – Declaró con severidad girándose y mirando seriamente a la chica – Tú no tienes idea de cómo soy yo realmente, ni me interesa que lo sepas de todas formas. Tú tienes una novia y es a ella a quien debes decirle todas estas cosas, ¿no crees, preciosa? – Su sonrisa se torció un poco. Como detestaba esas situaciones sentimentales. Se acercó a ella y le beso la mejilla – Escuché que se irán juntas unos días a la playa, disfrútalo y no tomes mucho sol que hace mal para la piel – Aconsejo para luego marcharse y cerrar la puerta con algo de fuerza.

Pamela se quedó ahí, escuchando todavía el eco de la puerta al cerrarse. Sintiéndose realmente una idiota por haberle fallado nuevamente a Al por una mujer como Frankie. Al tenía razón…las personas como Frankie solo hacen daño y son un error en la vida.

Pues que se jodiera Frankie entonces. No pensaría más en ella, y no la vería más. Saldría de ese maldito baño y actuaría como si nada hubiese pasado, y sería feliz con su novia que tanto la quería, aun cuando no lo merecía.

Ojos que no ven, corazón que no siente , se repitió muchas veces alejándose del baño y encaminándose hacia la salida para reunirse con Al. Olvidaría todo lo relacionado con sus infidelidades y repararía el daño causado. Solo sería ella, Al y una casa en la playa.

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Frankie salió del teatro con su cabello rubio algo desordenado, y la blusa mal abrochada. Nada extraño la verdad. Ella siempre andaba un poco desarreglada, pero Valentina no pudo más que apretar los dientes al saber quién era la causante de aquello esta vez.

  • Frankie, ¿Dónde estabas? – Pregunto la muchacha acercándose a su amiga – Las chicas ya se fueron ¡y tú no aparecías por ningún lado!

  • A veces pareces mi madre – Se medió quejo y medio bromeo. Ambas comenzaron a caminar por las calles de la ciudad lejos de aquel teatro. – Debo ir a casa antes, a cambiarme de ropa, no soporto llevar un segundo más este maldito uniforme.

  • Es cierto, será mejor que vayamos a cambiarnos y luego nos juntemos en algún sitio, ¿o harás otra cosa? – Inquirió mirando de reojo a su amiga.

  • Prometí que este día seria de amigas, Vale, y eso haré. Nos vemos en Blass a las siete, ¿te parece?

  • De acuerdo, pero no llegues tarde – Advirtió viendo como Frankie se alejaba entre la gente.

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Frankie termino de fumarse el último cigarrillo y retomo la caminata hacia su casa. Antes de abrir la puerta cerro los ojos, contó hasta diez y se mentalizo como hacia cada vez que volvía a ese lugar.

  • ¡Eres un cerdo! – Escucho que gritaba la voz histérica de su madre desde la cocina – No haces nada por esta casa, ¡nada!

  • ¡Cállate, maldita loca! – Respondió la voz fastidiosa de un hombre – ¡Joder! Me duele la cabeza…

  • ¡Eso no pasaría si no estuviese emborrachándote por ahí con cualquier zorra!

Frankie apretó los puños con fuerzas y se fue directo a su cuarto no sin antes tirar al suelo su diploma de recién graduada, y el premio por los mejores artículos escritos en la revista de la escuela.

Odiaba por sobre todas las cosas tener que volver a esta maldita casa, era por eso que había estado trabajando a escondida de sus padres los últimos tres años. Estaba tratando de reunir el dinero suficiente para largarse pronto de esa casa de locos.

Abrió la puerta de su habitación y cerró de un portazo, aunque de seguro ni así notarían su presencia en la casa. La mitad del tiempo era invisible para ellos y la otra mitad se la pasa fuera tonteando por algún lugar como solía decir su madre cada vez que la veía llegar tarde en las noches.

Se quitó la horrible corbata azul marino y la blusa blanca, quedándose en brasier y falda. Se acercó al espejo de cuerpo entero que había al lado de su cama y se contempló en silencio.

Una muchacha de cortos cabellos rubios le sonrió tristemente. Tenía unos ojos gris verdosos sumamente intensos que resaltaban más con su piel pálida y de aspecto suave y cremoso. No le gustaba mirarse al espejo por millones de razones que en esos momentos prefería no recordar, por lo que rápidamente se quitó el resto de la ropa y se encamino desnuda hacia el baño. No quería llegar tarde al pub y que Valentina le regañara nuevamente.

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Al se encontró con su novia veinte minutos después de lo acordado horas antes, pero de todas formas no le dijo nada. Simplemente sonrió y la beso en la boca.

Pamela se excusó explicándole que se le había pasado el tiempo hablando con las chicas y luego intentando encontrarla entre la gente. Una excusa bastante barata si uno la estudiaba objetivamente.

Al solo la abrazó con fuerzas e ignoró el leve perfume extraño, pero agradable que llego hasta su nariz. Ignoró eso y la punzada en el pecho que le decía que aquello gritaba traición por todas partes.

  • Te amo, Pam – susurró con voz un poco ahogada – te amo de verdad, amor – Repitió apartándose de ella y mirándola a los ojos.

  • Al…yo…- Se detuvo y pensó en la chica con la que se había estado morreando momentos antes en el baño – Yo….también te amo – Contesto mirando a su novia – Te amo porque eres la mujer más maravillosa del mundo y me haces feliz – Agrego antes de besarla.

Frankie era solo un error que quedaría desde ahora en el pasado. Y Al….ella realmente si valía la pena, y llegaría a amarla de verdad con el tiempo.

  • Entonces… - Comenzó a decir Alicia sin borrar su gran sonrisa de felicidad – ¿Nos vamos juntas este fin de semana….?

  • ¡Claro que sí! – Dijo Pamela borrando de su mente a Frankie – Estoy ansiosa por pasar unos días a solas contigo…- Comento en un tonito insinuador causando un leve rubor en las mejillas de la otra chica.

  • Comencemos a caminar entonces o perderemos el bus de la tarde, amor – Puntualizo la chica dando un corto beso en los labios de su novia y comenzando a caminar juntas de la mano.

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Valentina miro su reloj de pulsera nuevamente y bufo molesta. Eran las ocho quince de la noche y Frankie aún no aparecía.

Las chicas ya estaban dentro del local pasándola bien, y ella ahí, esperando como estúpida a su amiga.

  • Hola, guapa – Escucho que decía alguien a su espalda. Valentina se volteó con rapidez para mirar a una despreocupada Frankie terminando de fumarse un cigarro. Llevaba una sudadera blanca y encima de ella una chaqueta de cuero negra. Unos jeans oscuros algo desgastados y zapatillas de lona marca converse.

  • ¿Qué haces aquí? – Pregunto molesta mirando con ojos entrecerrados a su amiga - ¿Sabes qué hora es? Ya nadie pensaba que llegarías.

  • Oh, vamos, Vale…no llegue tan tarde, además…- dijo cambiando el tono de su voz a uno más suave – Sabia que tú estarías esperándome.

Valentina sintió su cara arder entre vergüenza y rabia. Odiaba que esa mujer pudiese ver más allá en ella, y que aún así no supiera que la ama y que le dolía todo aquello. Molesta con Frankie y consigo misma entro al local sin agregar ninguna otra palabra.

Frankie la vio irse y se alzó de hombros preguntándose qué demonios había hecho ahora aparte de llegar tarde, y la siguió.