El Grafico

El Grafico

Capítulo I

Odiaba a esa chica.

Ella era una mala persona, y me sacaba de quicio que Pamela, mi novia, aún sintiera cosas por esa chica… ¿es qué no se daba cuenta que eso a mí me lastimaba?

Joder, que yo también podía sentirme mal. Era consiente que desde que habíamos comenzado a salir Pamela seguía sintiendo cosas por esa chica, Frankie, la cual debo destacar ni siquiera fue su novia, fue solo una estupidez más en su vida, porque así era Frankie…llena de mujeres solo para el rato. Le gustaba jugar con ellas y luego las mandaba al diablo importándole muy poco si las lastimaba. Yo no entendía como alguien podía estar con esa clase de chicas, y peor aún llegar a enamorarse de una de ellas.

Pamela me había sido infiel con Frankie hace unos meses. Obviamente eso calo hondo en mi corazón porque tenía miedo en todo momento que aquello sucediera de nuevo, pero mi novia prometió no hacerlo nunca más y francamente yo no las he visto juntas desde entonces, ni siquiera se saludan, y eso me tranquiliza un poco. Aún así no puedo estar del todo bien con esa chica rondando por ahí.

Gracias al cielo hoy sería el último día que nos topásemos porque por fin se acababa la escuela, y solo podía decir “¡bienvenida universidad!”, aunque claro, eso iba a ser en un par de meses más.

No más celos tontos por culpa de esa…Frankie. Solo yo, mi novia y unos meses de vacaciones felices.

• Oye, Al – Dijo Daniela llamando mi atención - ¿Dónde está tu novia? – Pregunto sin poder ocultar su desagrado por mi chica. A Daniela no le gustaba para nada lo mío con Pamela, y me aseguraba que terminaría lastimándome. No me escuchaba cuando yo le decía que el asunto con Frankie ya había sido dejado atrás.

• Esta con una de sus amigas – Conteste con seguridad – dijo que quería despedirse de las chicas porque luego nos iremos el fin de semana juntas a la playa – Comente sonriendo como boba pensando en los maravillosos días que nos esperaban.

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• Frankie – Escuché que me gritaban desde el balcón del teatro donde seria nuestra tan divertida ceremonia de graduación. Levante la vista y ahí estaba ella, Pamela, haciéndome señas y ojitos para que subiera a verla.

Lo pensé unos segundos. Yo no quería toparme con ella. Le había prometido a Valentina que no me iría con ninguna chica ese día, pero ella no estaba por ningún lado… ¿Qué tenía que hacer aparte de morrearme unos minutos con la novia de otra? Nada, después le inventaría una excusa a mi amiga... Le devolví la sonrisa y me acerque a las escaleras para llegar hasta donde se encontraba ella.

• Frankie, al fin te encuentro, te he buscado por horas – Dijo acercándose a mí - ¿No te estabas escondiendo de mí, cierto? – Medio bromeo.

Por supuesto que lo hacía, me dije mentalmente.

• Claro que no, preciosa – Respondí al contrario, besándola fugazmente en la boca - ¿Y no deberías estar con tu novia? – Quise saber mirando a su alrededor buscando a la aludida. Se notaba que esa chica cada vez que me veía me asesinaba con la mirada, no que me importase, pero era de todas formas un tanto perturbador.

• No, esta con sus amigas, yo quería despedirme de ti, creo que no nos veremos más…- dijo sonriendo con un poco de tristeza – Era divertido jugar contigo…ignorarnos en los pasillos y luego vernos un rato en algún rincón de la escuela… y quería también…

• No lo hagas, Pam – La detuve adivinando el rumbo de sus palabras – Fue divertido para mí también, y ayudo a mantener a tu novia contenta…Tú y ella se ven felices juntas, no hagas esto por alguien como yo, cariño. Amala a ella, no a mí – dije tomando sus manos y mirándola a los ojos – Fue un juego nada más….sabes que no funcionaría algo más que eso.

• Pero yo te…

• Si quieres un buen recuerdo de nosotras no es necesario más palabras – Dije antes de tomarla de la mano y caminar con pasos decididos hacia el baño.

Abrí la puerta y sonreí al encontrar el lugar vacío. La empuje contra la pared de enfrente y comenzamos a besarnos sin importar que alguien pudiese vernos, ¡que más daba! La escuela ya había terminado, no podían decirnos nada, no los maestros por lo menos.

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• ¡Gloria!, ¿has visto a Frankie? – Pregunto una muchacha de cabellos negros recogidos en una coleta. Era de piel clara y unos hermosos ojos miel.

• Hola, Valentina, yo también me alegro de verte – Dijo con burla la otra muchacha – No, no he visto a la lujuria andante. ¿Has buscado en los rincones oscuros o los baños? – Propuso levantando las cejas en una clara insinuación de algo.

• No creo que este ahí, me lo prometió…ella dijo que no…

• Pues las chicas de la clase B estaban buscando a Pamela, ¿sabes? – Interrumpió con una falsa inocencia - Oh, pero que tonta, que tendría que ver eso con que Frankie no este por aquí, ¿verdad? – La otra chica solo apretó los puños con rabia y se fue de ahí sin agregar palabra alguna.

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• Hey, ¿habéis visto a Pamela? – Pregunté a las amigas de mi novia. Ellas me miraron unos segundos y luego se miraron entre ellas.

Oh oh, mala señal dijo algo dentro de mí.

• Se ha ido hace unos minutos a buscarte, Al – Me respondió una de ellas – Deberías esperarla a la salida, de seguro será más fácil que la pilles ahí.

• Si, yo creo que también no puede encontrarte, y así que es mejor ir a un lugar donde sabes que puede aparecer, ¿no?

• Esta bien, gracias – dije y me marché de ahí rápidamente ignorando el nudo que se había formado en mi garganta.

Pam no me hagas esto, no, por favor….por favor…

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• Oh, Frankie…si así….oh, mierda – La chica estaba sentada sobre uno de los lavados e intentaba controlar los jadeos que salían de su boca. Sus piernas rodeaban la cintura de la rubia.

• ¿Te gusta así, Pam? – Pregunto la rubia en el oído de su compañera. Hizo otro movimiento con sus dedos dentro de la chica y está gimió más fuerte.

Pamela tenía toda la blusa desabrochada y el brasier fuera de lugar. Frankie estaba besando sus pechos mientras que su mano derecha causaba sensaciones placenteras en su sexo.

• Más…oh, mierda….si, así…- dijo apretando más los ojos y clavando sus uñas en la espalda de la otra muchacha.

Ambas estaban tan perdidas en las sensaciones que ninguna noto la puerta abrirse.

La chica que abrió la puerta miro la escena en silencio unos minutos hasta que su cuerpo fue capaz de moverse y salió de ahí en silencio. Apretando los dientes con fuerzas y tratando de controlar sus lágrimas.

Continuará….