El ginecólogo
El estrés me trae algunos problemas médicos y un ginecólogo me hace relajar un poco un día de lluvia.
Esto pasó antes de pandemia.
Tenía 18 años y quería hacerme el chequeo médico anual antes de cumplir los 19, no había tenido mucho tiempo para citas médicas por cuestiones de la universidad, muchos trabajos, exámenes uno tras otro, así que en el último corte de ese semestre cuando ya estaba a más no poder tuve una recaída y fue cuando me decidí ir al médico.
Me mandaron examen de vista, y exámenes ginecologicos por mis constantes retrasos menstruales a causa del estrés.
Cuando llegó el día de la cita, no quería ir, había estado lloviendo desde la mañana y yo tenía que caminar hasta el lugar, no era lejos pero seguro habían charcos llenos de agua y carros pasando a toda velocidad salpicando hacía los andenes, y cuando eres universitario foráneo te acostumbras a no estar gastando en cosas innecesarias, así que me fui caminando por calles no tan transitadas para no ser mojada por los carros.
Solo llevaba mi buzo de tela cubriéndome del frío, sentía mi nariz fría y los pezones como el himalaya pero el buzo los cubría. Cuando por fin llegué me registré pensé que estaría más cálido, pero las sillas de la sala de espera eran metálicas y apenas colocar mis nalgas ahí los pezones volvieron a salir.
Estuve mirando la tv hasta que una chica que salía del consultorio me llamó, ya era mi turno. Cuando entré el doctor estaba de espalda guardando cosas en los gabinetes.
-Sientate Violet- me senté, al menos esta silla era acolchada
-Cuentame que te trae hoy?- preguntó sentándose en su silla, y tecleando algo en el computador
El doctor Jaimes no era tan viejo, pero tampoco muy joven, entre unos 40 o 45 bien parecido, con bastante cabello y canas eso sí. La tez no muy oscura ni muy clara, era moreno claro como yo.
-Me mandaron una exploración
-Tu historial dice que eres estudiante
-Si señor
-Que estudias?
-Idiomas, aquí en la UCS
-Yo soy graduado de ahí- me preguntó por más cosas sobre mi periodo menstrual, cuando fue la última vez, si mantenía relaciones, si fumo bebo o consumo otras drogas, antecedentes familiares. Cosas rutinarias.
-Ahora quítate los zapatos midete en la regleta de esa pared y te pesas
-1,63cm y de peso 66
-Estas comiendo bien? Yo sé que con el estudio se descuida la alimentación
-Almuerzo en la universidad y las cenas me preparo yo
-Bien, ahora siéntate en la camilla aun no te acuestes, y ábrete la blusa
Lo hice, me quité el buzo y desabotone la blusa, cuando se acercó, primero palpó con dos dedos los senos en la parte de arriba, se fue por un lado hacia abajo, cuando estaba ahí me dolió un poco
-Duele ahí?- siguió tocando y yo asentí, pasó al otro seno, presionó en el mismo lugar pero más cerca al pezon
- y así?- lo apretó entre dos dedos, yo me relamí los labios y asentí y fue hacer lo mismo con el otro y sin querer gemí cerrando con fuerza los ojos
-Cual duele más?- tomó ambos y empezó a rotarlos, y los hundió ambos y al ver que salían de nuevo dijo- bueno no se retraen, tienes frío?- dijo y yo vi que mis pezones seguían duros, trate de hacer que se bajaran pasando mis manos por ellos pero seguían así
- Déjalos, se ven bonitos- se fue al computador a llenar la historia clínica
-Ahora quítate los pantalones y la ropa interior
Mientras me quitaba todo, llebava ropa fácil de quitar así que baje el jean y el cachetero de un solo tirón, me quedé sentada en la orilla mientras el sacaba instrumentos del gabinete, se ponía los guantes y preparaba todo en la bandeja metálica.
Me hizo señal de que me acostara y abrir las piernas, no me había depilado en dos semanas no me acordaba y me daba vergüenza, pero el no dijo nada, me miré los pezones y seguían duros, cuando abrió más mis piernas sentí que mi vagina se abría y se cerraba
-Relajate, necesitas algo?- sentí la textura del guante en mi clitoris cuando el me habló, y volví a cerrar y abrir mi vagina, yo lo miré a los ojos con complicidad
Siguió dándome unos cuantos toques delicados, me sentía mojada, cuando dejé por fin la vagina abierta, abrió mis labios y pasó un palito por dentro de ella, lo guardo con una mano porque la otra la tenía aún abriendo mi vagina, sacó otro hisopo de los largos y lo llevó lentamente desde el clitoris pasando por los labios como limpiando todo lo mojada que estaba, yo gemia bajito, cerraba los ojos y expulsaba el aire por mi boca, hasta que siento algo más grueso, sus dedos lentamente ingresando, fue lo más lejos que pudo ir, eso significado que su otro dedo estaba en la entrada de mi ano. Nos miramos y no nos dijimos nada, su dedo entró en mi ano también, ya no ocultaba los gemidos, trate de acomodar la almohada de la camilla, el sacó los dedos de un tirón justo cuando ya estaba demasiado excitada, eso fue todo pensé.
-Yo te veo muy bien, ticara esperar análisis de las muestras- boltio a teclear en la historia clínica, empezó a imprimir unas hojas y yo pensé, ya se acabó la cita médica.
Me senté de nuevo para ponerme la ropa y el me miró y dijo que no con su dedo, seguí acostada en lo que el acababa, guardo los isopos en el gabinete de al lado y se bajó su pantalón gris, la bata tapaba su miembro pero no ocultaba del todo que ya estaba a full.
Se puso a mi lado y pasó sus manos de senos a pubis
-Que tienes aquí?- dijo viendo una mancha en mi pezoncito derecho
-Es una cicatriz, de una mordida- le dije sonriendo y mirándolo a los ojos
-Pero mira que zorrita- sus dedos que estaban en mi clitoris lo estimaron y con la otra mano me tapó la boca, eso dolió pero fue muy excitante
Siguió metiéndome dos dedos mientras lengueteaba mis pezones, y yk dichosa de la vida, le mamaba tremenda monstruosidad que tenia tras la bata, morena pero la cabeza roja, gordisima y de largo promedio, mi boca ya no daba más, no podía respirar tampoco, solo se escuchaba sus dedos navegando salvajemente en mis aguas viscosas y mi garganta no pudiendo contener más esa verga, hasta que sonó mi alarma de las 5pm de todos los días. Cuando me levanté para apagarla el doctor me hizo doblarme contra la camilla para el insertarla desde atrás, así me gusta más porque se siente más la penetración, de un momento a otro lo siento en mi culo y no duró mucho, porque solo lo uso para descargarse. Me pasó mi ropa mientras limpiaba su pene con pañitos húmedos a mi no me pasó nada, saldría del consultorio oliendo a sexo, caminaria a casa oliendo a sexo. Pero está bien, porque me gustó que me comiera el doctor.
-Te dí una orden para otra cita
-Tengo que pedirla ahora?- tendría que hacer fila y que todos me huelan
-No, vienes otro día o puedes llamar desde casa
-Ok
-Y espero que vengas depilada, así se disfruta más
-Si señor- dije poniéndome el buzo para salir de ahí
-Espera- se paró quitó el buzo y la blusa, y los chupo de nuevo, me entregó el buzo de tela pero se quedó con la blusa, yo pensé que era una tontería de adolescentes eso de quedarse con una prenda- vete así
-No, enserió dame la blusa- adiós blusa
- Llama a Rosaura Peralta cuando salgas- no volvió a mirarme y salí de ahí.
Mi panti mojado, sentía que sonaba cuando caminaba, los pezones duros ocultos por el buzo y cuando iba a cuadrs y media empezó a llover, por fortuna siempre llevo un paraguas, pero me entró una idea loca ya que iba por calles poco transitada, subí el buzo hasta arriba de los senos y caminé así, la brisa fría y la experiencia de antes me hacía sentir puta.
Gracias por leer este relato, espero que escribas en comentarios que te pareció, alguna sugerencia o petición que desees compartir será bienvenida.