El gimnasio y los amigos de papa (5)

El solo pensar escucharles decirme… “Me encanta que te pongas boca abajo con ese culito pidiendo polla, pero la única polla que vas a recibir, es cuando tu macho, te la meta hasta el fondo por de esa boquita tragona, ¡disfrutando al verte tener arcadas y nauseas al tragar pelos de mis huevos… mmmm!.

El gimnasio y los amigos de papa (5)

Antes de continuar, os debo de confesar que todo lo ocurrido que cuento por este medio es real, quizás me callo algunas cosas, cosas que unas son confidenciales y otras que, terceros no me permiten su divulgación. Aunque hay otras que dejo para mí mismo… más por dejarme algo, pero por lo demás, os lo hago saber, intentando no dejar nada en el tintero, mostrándome tal y como soy. Pero, pienso que soy el resultado de cómo me inicie (o me iniciaron, según se mire), pues la pura verdad que todo comienza a raíz de buscar respuestas, respuestas que otros me negaban por ser adolescente y por ser un tema tabú en casa, aunque a día de hoy… el sexo sigue siendo un tema tabú, aunque neguemos lo contrario. Siendo a raíz de estas dudas, donde comienza mi camino, ese camino por senderos hostiles, cuyos atajos te hacen ver las satisfacciones que se te ocultan, ya sea por la edad o por una manera de protegerme. No quedándome que tomar sendas que, a pesar de ser prohibidas tomo con la responsabilidad en su día, aunque estas me hayan llevado a lo que soy hoy en día (Joder que profundo). Dicho esto, comenzaré…

Aunque la verdad que todo comenzó por unas revistas que me encontré de forma casual, revistas como… ‘Prívate, Cartas de Charo Medina, Pen o Clímax’, revistas que inicialmente fue echarle una ojeada y se me puso el corazón a cien por hora. Pero claro está, estas revistas no me iban a resolver mis dudas sobre el sexo, aunque quizás más me las agravio, ¡pues el ver a semejantes chicas tan exuberantes y a tíos con esos rabos… uuuffff!! , como viendo mi miembro me hacían dudar de mi hombría. Pero bueno, sabía perfectamente que en casa no podría ver estas revistas, como que me dio por buscar un sitio donde poder disfrutarla, debiendo de ser un sitio que no estuviera muy lejos ni de casa y menos del colegio, lugar que me diera algo de intimidad.

Pero era ver estas revistas y me ponía malísimo, cuyas fantasías y sobre todo en mis sueños, me daba por soñar que lógicamente, yo era uno de esos chicos que se follaba a esas chicas, pero al mismo tiempo, tenía fantasías de lo contrario, donde yo era la chica y era follado por aquellos sementales. Que decir… yo simplemente era aún un niño sin cabeza, pues realizaba todo sin pensar, solo con el hecho de tenerlo o lograrlo, esa pillería y picardía que nos delata en esos años.

Pues sí, era un chiquillo como cualquiera de esa edad, era un chiquillo como cualquiera de esa edad, chico que, con tan solo catorce años, me iba al colegio solo por las mañanas, dándome por tomar el camino más corto, aunque fueran desaconsejados por mis padres. Para poneros en situación, salía de mi casa situada en la Av. De las Razas, tomaba la Av. Molini hasta el Paseo de las Delicias, tomando el primer acceso al Parque de María Luisa e ir cortando hasta salir por la Av. Isabel la católica, callejeando hasta mi colegio situado en Felipe II. Donde a la salida, me detenía en infinidades de lugares donde poder visionar mis revistas, acabando en más de una ocasión por masturbarme, llegándome a correr y regresaba a casa impregnado con mi propia corrida, claro esta corrida dentro de mis calzoncillos, ¡sensación difícil de explicar… uuuffff!!.

Pero entre tantos sitios, hubo uno que me marco, no solo porque me diera esa intimidad que buscaba, sino que, en realidad, encontré este en el momento que seguí a una buena amiga mía y a su novio, pudiendo ser testigo como aquella ‘princesita’ hacia sus pinitos. Pudiendo comprobar que en ese lugar podría espiar a parejas y no ser descubierto, cosa que creí y con el tiempo vi que no era así, pues este lugar no era otro que la ‘Fuente de los toreros’, lugar que se encuentra a la espalda de la ‘Glorieta de los Hermanos Álvarez Quintero’, e infinidad de arboleda, malezas y demás espesuras. Lugar que estaba cerca de unos baños públicos, aseos que cuya persona encargada estaba precisamente al otro lado, lado que es destinado a las chicas, dejando el lado de caballeros sin vigilancia alguna. Veo que mejor, iré cortando mi sinopsis sobre los hechos, no os parece…

En aquellos tiempos en el cual me encontraba en la preadolescencia, etapa de transición de la niñez a la adolescencia, etapa que como bien me dijo una persona en una ocasión…

  • ·“No te preocupes… ya te ocurrirá, no tengas prisas por pasar la pubertad, veras que luego no es tan importante”.

Pero a pesar de esta supuesta transición, cosa que en mi caso no llegaba, no notaba ningún de los cambios de la dichosa pubertad, cambios que veía reflejados en mis amigos, pero en cambio veía que a mí no llegaba. Algunos de mis amigos dejaron de tener cuerpo de niño, observando pequeños cambios corporales, como el mismo crecimiento del vello, ya sea corporal como facial, aunque más bien era simplemente ‘pelusilla’. En mi caso, nada de esto se vio, pero aumente mi delgadez, estatura, e incluso un inexplicable crecimiento de las mamás (cosa que, con el tiempo, acabo por desaparecer, claro está un tratamiento).

Pero lo cierto es que me veía distinto, aunque mis amigos y compañeros me veían como uno más, pues llego un psicólogo en una ocasión al colegio, persona que vino para mitigar ciertas dudas sobre todo lo relacionado con la pubertad. Profesional que nos hizo saber a algunos de nosotros, cuyos cambios hormonales no han sido evidentes como en algunos, nos dijo que estos cambios se pueden alargar hasta los dieciocho años. Aunque en mi caso, tras una serie de pruebas se me diagnostico el llamado ‘XXL’, cuya persona me dijo que yo tendría una pubertad tardía. Quizás a raíz de mis pequeños testículos, pues no era porque fuera más pequeños de lo normal, sino que estos aún no habían descendido, bueno eso como el tamaño de mi pene, ya que era mucho menor al promedio.

Y la verdad, aunque me decía una vez tras otra que no echara cuenta, yo era de esos que me miraba en secreto al espejo cuando estaba en el baño, observándome reflejado, observando ese cuerpo cuyas facciones eran ciertamente muy diferente al resto de mis amigos. Amigos que entre sus bromas… pesadas para mí, me decían ‘nenaza’ entre otras lindezas, pues las palabras del psicólogo sobre la pubertad tardía que sufrían algunos, me salvaban de la verdad, ante todo. Pero muchos de vosotros (mis lectores) me habéis preguntado de cómo era yo por aquella época, como para ser un reclamo para este tipo de hombres.

Y comenzaría por deciros como con mis catorce años, cuya altura aproximada era de un metro setenta centímetros, cuyo cuerpo delgado (obviamente poco peso) se caracterizaba por tener una silueta muy lejos a lo de cualquier chico de mi edad. Ya que era algo más esbelto, caracterizándome por tener las mismas medidas en los hombros como en las caderas (para haceros una idea… cuerpo rectangular), extremidades largas y delgadas proporcional al resto del conjunto. Viendo irregularidades al resto de mis amigos, como la falta de vello en toda mi anatomía, mi rostro aniñado (cuya edad aparento tener menos de lo que realmente tengo), encima incrementado con mis cabellos largos hasta por debajo de las orejas (a petición de mi madre), entre otras facciones, por ejemplo, como por mi culito duro y respingón. Otras facciones como las más femeninas, cuyas se me reflejaban más en el rostro, nariz y orejas en proporción a la cara, cejas alineadas, labios carnosos, pómulos definidos, mentón pequeño, bueno esto, como las mamas algo más desarrolladas (ginecomastia).

Pero por ese tiempo, no solo me había salvado las palabras del psicólogo en el colegio sobre la pubertad tardía que sufríamos algunos, sino mi comportamiento y mis medidas por cambiar. Ya que practicaba cualquier deporte que podía, iba al gimnasio como bien sabéis, intentaba realizar cualquier acto con mis amigos, resumiendo todo lo que un chico de mi edad hacía, no quería destacar, pero tampoco ser aislado. Por mi forma de ser, no era para nada tímido e intentaba ser lo menos sensible, solamente serlo cuando tocaba. En referencia a la dificultad para expresar mis pensamientos, obviamente no era plan de esparcir a los cuatro vientos mi tipo de vida tan libertinaje, pero eso si era muy abierto con las personas que me importaban, mostrándole mis sentimientos. En otros círculos me decían que debía de abrir mi círculo de amistades, no mostrándome tan reacio a conformarme con los conocidos, debía de socializar, y me daban ganas de responder a estos que para nada mi circulo está cerrado, pues si supieran a cuantos conozco, aunque muchos de estos no quieren precisamente mi amistad, sino lo que puedo aportar mediante cualquier de mis orificios.

Bueno sigo, como he dicho, cuando iba a mediodía al colegio o a la salida de este por la tarde, acaba por detenerme en esa ‘Fuente de los toreros’, cuya tranquilidad era verme arropado por todo lo que la rodeaba. Aquella supuesta intimidad que me daba por masturbarme, aquellas que al principio era con mi mano por dentro de mi prenda, quedándome empapado y pringoso. Dándome luego por acabar por sacármela fuera, masturbarme hasta llegar al éxtasis, y claro está por esto último, fui un reclamo para los mirones. Mirones que se me acercan con buena fe, donde no vez nada malo en ello, pues estos me piden poder ver las revistas conmigo. Hombres sin escrúpulos, dando conversación y cuya conversación se hacen con mi confianza, dándole datos de mi persona que hubiera sido mejor callar. Pero como se suele decir… ‘la confianza da asco’, pues poco a poco les dejaba hacer mientras me informan, enseñándome algunas cosas y mitigando mis dudas, dudas que finalmente me embriagan y aumentan mi curiosidad por otras.

Tipo de persona que con el tiempo aprendes que no son buenos y claro está, menos de fiar, pero no deseando que desaparezca esa manera de satisfacción. Sabiendo incluso perfectamente que, cuando me chantajean o amenazan con contárselo a mis padres el tipo de vida que llevo, se están ellos mismos poniendo la ‘soga al cuello’, pues es una manera de confesar lo que me ocurre, pues por mi parte no solo lo confirmaría, sino que le acusaría a el de ser esa persona, acabando en la cárcel. Pero echando un recordatorio a algunas de estas experiencias, puedo quedarme con una persona que disfruto de mi mediante engaños. Disfruto de mi supuesta pubertad, pubertad ausente, retrasada o incompleta, o como queráis denominarla, bueno sigo…

Aquel… al cual tengo le tengo muy presente, aquel que me hizo disfrutar en mi adolescencia, aquel que valiéndose de aquellas dudas comenzó a embobarme con unas cosas, y embelesar con otras, acabando por lograrlo. Ya sea en aquella glorieta mediante caricias que me ponía a mil, como aquellos magreos que me dejaba todo nervioso, llevándome a lugares oculto por la maleza, donde se aprovechaba de mi supuesta inocencia, acariciando mi cuerpo con el pretexto de una ‘lección de anatomía’. O como aquella vez en la cual me llevo a esos baños públicos cercano, donde tras entrar y cerciorarse que no había nadie, acabo por meterme en el interior de una de las cabinas, aprovechando como he dicho que no había ni un alma. Nada más entrar, acabo por pedirme que me desvistiera, y antes mis pegas y reparos, este me dijo…

  • “Vale no te preocupes, lo dejamos aquí y no pasa nada, nos vamos cada uno a su casita, y nos despedimos”.

Viendo su actitud, me veo reprochándome mis reparos, teniéndome que decidir y afrontar los hechos, acabando por soltar…

  • “Vale… vale, perdona… pero son los nervios”.

Tras pedirme que me tranquilizará, acabo por sugerirme, diciéndome…

  • “Vale no te preocupes, mira lo voy a hacer yo primero, para que veas que yo pongo pegas”.

Viendo como este hombre mayor cuya edad se asemeja a mi padre, comienza a desabotonar los botones de su camisa y verse ese peludo pecho, dejando la camisa y comenzar a soltar la hebilla del cinturón, bajarse la cremallera, desabotonar el botón del pantalón y cuando bajarse esta prenda… le detuve. Soltándole…

  • “Vale… vale, te creo… ahora comienzo, no te quites nada… perdona, no soy yo… son mis nervios”.

Volviéndome a soltar eso en lo cual soy tan pesado, pero que no me canse o me canso de escuchar…

  • “No va a pasar nada que tu no quieras”.

Comenzando por descalzarme, desvistiéndome como otras veces en su presencia, pero en esta ocasión era distinta, pues iba a acabar desnudo completamente. Me quite el suéter, el pantalón, los calcetines y finalmente los calzoncillos, no dejándole de mirarlo sonrojado y avergonzado, viendo como a este se le iban los ojos, no era para menos. Pero me fije que su mirada iba sobre todo a mi pequeño miembro, miembro que no se si era por el frio suelo que sentía mediante mis pies descalzo, o por la situación, pues mi miembro estaba en erección. No dejándome de decir…

  • “Uuummm!!, menudo cuerpecito que tienes, eres ya todo un chico hecho y derecho… todo formadito”.

Dice y se le escapa…

  • “Uuuffff!!, menudo pecado que eres”.

Yo ni les miraba a los ojos por vergüenza, apenas salían palabras legibles por mi boca, viéndome finalmente rodeado por su brazo derecho y acercándome. Intento besarme… labios que rehuí, sabiendo el perfectamente que no me gusta besar. Él para nada sintiéndose rechazado, continuo, cuyos labios comenzaron a comerme mi oreja… aaahhh!!, descendiendo hasta mi punto débil… mi cuello… uuummm!!. Intente apartarlo, rechazándolo, pero de nada me servía, menos aún, cuando su boca se posó sobre mi pecho y comenzó a chupármelo, lamerlo y succionármelo… ooohhh!!, absorbiendo sobre todo mi durito pezón… uuuffff!!. Escuchándole decirme…

  • “Uuuffff!!... mi nenita como me tienes, dime papi… nena, venga… ooohhh!!”.

Y mientras me estremecía, acababa por responderle…

  • “No… ooohhh!!, no soy una nena, no… uuummm!!”.

Momento en que siento como este me coge mi pequeño miembro, comenzando a pajeármelo con un par de dedos, eso sí, sin dejar de chuparme mis mamas y sobre todo mis duros pezones… aaahhh!!. No dejando de masturbarme, dejando de absorber y de morderme mis pezones, para soltarme…

  • “Uuuffff!!... nene, como me pones, sobre todo tu pene… uuummm!!”.

Y es cuando veo como se agacha, como sujetándome con ambas manos mis caderas, acaba por chupar mi glande mientras me estremezco de placer… ooohhh!!. Este me pide silencio, me ruega que baje la voz y que sea discreto. Cosa que yo a pesar que le pido… imploro, que no siga, ¡ese hombre… sigue… aaahhh!!, dejándole en verdad hacer, pues el placer y la satisfacción que estoy sintiendo es inimaginable. Chupa y engulle una vez tras otra, sintiendo como aquellas manos las cuales me tiene cogido por la cintura, comienza a ascender hasta acabar por masajear mis tetillas, jugueteando sus dedos con mis pequeños y duros pezones… ooohhh!!. Llegándole a hacerle saber…

  • “Aaahhh!!... aaahhh!!, como sigas así me voy a correr… aaahhh!!”.

Me mira, sonríe y sacándose mi pequeño miembro de su boca, soltando sarcásticamente…

  • “Si no hay más remedio… hazlo”.

Y ante mi mirada patidifusa, me suelta…

  • “Quiero que te corras en mi boca… nene, quiero saborear ese rico néctar de juventud”.

No pudiendo más y descargue, no era una gran cantidad de semen, pero aun así este trago en su totalidad, no dejando de chupar y engullir, observando cómo tras sacársela de su boca, mi pequeño miembro continuaba erecto… uuuffff!!. Momento en que me hace girarme, quedando de espalda a él, pidiéndome que me inclinara hacia delante y apoyarme con mis manos en los azulejos, y por mucho que quizás os extrañe… obedecí, hizo todo lo que me dijo sin rechistar. Momento en que sentí sus manos en mis nalgas, una en cada glúteo, comenzando a magrear ambos, tirando y separándolos, mientras nervioso pude decir algo legible, solté…

  • “Eeehhh!!, dime… ¿Qué vas a hacer?”.

Sintiendo sus dedos deslizarse entre mis glúteos… ooohhh!!, mientras con su otra mano me masturba mi miembro, no dejándome de satisfacerme… ooohhh!!. Estremeciéndome al sentir su boca en mis nalgas, ¡comenzando a darme besos y lamer estas… aaahhh!!, continuando hasta llegar a mi orificio, intente culear a modo de apartarlo, pero fue sentir su lengua introducirse y sentir como un chispa en mi interior… uuuffff!!. Aquello era nuevo y distinto, pero no por eso sentí que fuera malo, aquello me estremeció y mi piel se me puso como una gallina, era extraño pero al mismo tiempo satisfactorio… ooohhh!!. Comenzando a sustituir esa lengua viperina con la primera falange de uno de sus dedos, alternándolo una vez tras otra, mientras yo suspiraba y gemía en un tono bajo, tono que no dejaba de pedírmelo… uuummm!!. Dándole por preguntarme…

  • “Te duele”.

Respondiéndole…

  • “Aaahhh!!... sí, sí… me duele un poco… uuummmm!!”.

Momento en el cual me dice…

  • “Dime mi niño… ¿Te gustaría ser la nena de papi?”.

Volviéndole a recordar entre gemido y gemido…

  • “No… uuummm!!, no… no soy una chica, ooohhh!!...”.

Respondo y suelto en el momento en que siento, como este ha sustituido uno de sus dedos por dos en mi orificio, volviéndome a preguntar…

  • “Te duele, dime… ¿Cómo te duele ahora, más o menos?”.

Pero sin dejarme contestar, acaba por soltarme…

  • “Bueno, no te preocupes… eso es bueno, pues mejor que te duela ahora que luego más tarde”.

Dice y continua…

  • “Este es tu primer paso, tu aprendizaje para convertirte en mi niña…”.

Contestándole con rapidez y no dejándole continuar…

  • “No soy una niña”.

Volviéndome a replicar…

  • “Quizás no lo seas aun, o lo eres y aun no te has dado cuenta, mira tu cuerpo y cómo reacciona a mis atenciones, venga dime…”.

Y en esos momentos, estoy siendo penetrado con dos de sus dedos al tiempo que magrea mi pecho, no dejando de juguetear con mis pezones sobre todo… ooohhh!!. Comenzando a correrme por tercera vez, mientras siento como este cada vez me tiene más introducido sus dedos… uuummm!!, llegando a golpear mis nalgas con los nudillos de su mano… ooohhh!!. Acabando por sacármelo de un tirón, viéndole nervioso como baja su cremallera y saca de su interior su miembro, polla que esta toda dura y erecta, cuyo capullo rojizo al máximo babea precum debido a la excitación. Y hacerme girar, tirando de mi brazo para que me acercara, oprimiendo mi nuca a modo de que acercara mi boca a su glande, pero fue posar mis labios en este, cuando se corrió, dejando todo mi rostro lleno de semen caliente. Y ver este de pie, descargando sus últimos chorros, exprimiendo su miembro sobre mi rostro, mientras me hace saber…

  • “Hoy te escapas, pero la próxima vez te convertiré en mi nenita”.

E inocente de mí, le di por preguntarle…

  • “En serio… de verdad, dime… ¿Cómo me convertirás en una nena?”.

Y el ruido de unas cisternas fuera nos alertó, pidiéndome este silencio y que me vistiera con rapidez, quitando el pestillo, girando el pomo y abriendo la puerta, sacando su cabeza a modo de ver que pudiéramos salir. Sorprendiéndose al ver que había un hombre orinando… o supuestamente, desconocido que le tuvo que decir algo, pues tuvimos que quedarnos dentro un buen rato, tiempo en que ese se fuera. Y debido a esto, llegue muy tarde a casa, acabando por ser castigado, no pudiéndome parar con mis ‘extraescolares’ durante una semana, pero en verdad estas escapadas también afecto a mis estudios, pues de una manera u otra se me noto en las notas. Notas que mis padres, comenzaron a buscarme un profesor particular, profesor que sería sobre todo para esas asignaturas que necesitaba un refuerzo extra. Donde mis padres me propusieron, dar clases entre medio de cuando voy a almorzar, pues da tiempo de recibirlas (teniéndome que quitar esas otras ‘extraescolares’), a la salida del colegio o en verano, escogiendo la primera opción, pues así podría disfrutar de mis ‘extraescolares’ a la salida.

Contratando los servicios de unos de los amigos de mi padre, amigo que es profesor en otro centro y que la particularidad que le gusto a mi padre, era que esta persona vivía cerca del colegio. Aunque inicialmente no me gustó la idea, no me quedo otra que asumirla, quías a raíz de la amenaza de mis padres con castigarme con dar clases de refuerzo durante el verano.

Pues lo cierto es que, a raíz de estos encuentros, comencé a hacerme un adicto del sexo con maduros y fraternales desconocidos, dejándome hacer por estos, cuya preferencia era sobre todo era que me traten como un putito pasivo. Pues poco a poco me consideraba un sumiso antes sus formas, no dejándome de decir muchos que era su juguete. Pero bien recuerdo que se incrementó el día que uno de ellos, me obligo como parte del morbo a vestirme como una chica, aumentando de alguna manera el placer. Pero bueno, dejando esta parte al margen, continuo…

Pero bien recuerdo, que cierto día, tuve el infortunio al estar con uno de mis maduros desconocidos, maduro al cual se la estuve comiendo metido dentro de unos matorrales. Cuando en un momento dado, entro uno con la intención de orinar, uno que al girarse al escuchar los gemidos nos vimos, quedándonos ambos estupefacto y boquiabierto, momento en el cual me vi descubierto por esta persona, cosa que no me imagine nunca. Pues a raíz de esto, cambio las cosas entre nosotros, no imaginándome el efecto que causaría esto, pues os podría resumir con que acabe aprobando con muy buenas notas aquellas asignaturas. Algo lógico ante las lecciones y el ‘repaso’ que me daba, cuyo curso al finalizar el amigo de mi padre, recomendó que durante el verano le visitara algunos días a modo de poder ‘repasar’, aquellas asignaturas, pues no deseaba que perdiéramos el contacto. Pero bueno, dicho esto, continuare…

Como comenté en mi anterior confesión, llego una época en la cual pierdes el resto a mi padre, no solo porque me haya apuntado a un gimnasio que no quería, sino que cuando este me llevaba cogía y se marchaba, dejando allí entre ‘buitres’. Pero muchas veces pienso que el culpable de que estos ‘buitres’ se aprovecharan, no era de otro más que yo, pues me podría haber negado, pero quizás lo tome como parte del juego, juego de seducción y engaños que bien sabéis como ponen… uuummmm!!. A raíz de lo que fue ocurriendo, comencé a discutir con mi padre, no dejándonos de echar en cara de todo, donde el no dejaba de decirme…

  • “Busco mediante los ejercicios un bien para ti, no solo en lo personal sino en relación a tu cuerpo”.

Sabiendo perfectamente mi padre lo que me ocurre, pero bueno como el acusaba a mi madre y a su familia que mis genes era su culpa. Volviéndome a echar en cara…

  • “No te estás dando cuenta que tienes la fisionomía de un marica”.

Suelta y dándose cuenta de sus palabras, acaba retractándose, ciertamente tarde, acabando por decirme…

  • “Mira, no es necesario que te marches si yo tengo que hacerlo”.

Dejándome la coletilla de estar pagando un servicio, y como tal hay que disfrutarlo, aunque sea hasta la finalización de este. Pero lo que más me molestaba de mi padre, era sus salidas… sus escusas en referencia a sus conocidos, como cuando me decía…

  • “Vamos a ver José, dime… para qué carajo te he presentado yo, a algunos de mis amigos y compañeros, no es solo para que confraternices como coleguillas con ellos, sino que estos te hagan un hombre”.

Cuando precisamente, mi padre ignoraba que, a su manera estos, me estaban haciendo un hombre, bueno hombre según se mire… pues a ese paso iba a acabar de otra forma. Amigos o compañeros de mi padre que precisamente en su presencia, no se les caía la cara de vergüenza, cuando estos se aprovechaban de mí. Pero que la culpa mayormente es mía, pues como he dicho en repetidas ocasiones, ya que por mis indiscreciones acabe siendo descubierto por uno de los que trabajaba para mi padre, persona que tuvo que confesar a otros mis indiscreciones. Acabando estos por aprovecharse precisamente en ese lugar, aprovechando mi juventud y cuerpo, cuyo reclamo como tantas veces he mentado para estos tipos de hombres. Pero eso sí, siempre con esa coletilla…

  • “Todo lo que va a ocurrir es por deseo por tu parte, no va a pasar nada que tu no quieras”.

No quedándome otra. Sobre todo, cuando estando en el interior de las duchas, este por no mentar estos, cogía y me decía…

  • “Aquí tenemos un lema… ‘Todo aquello que pase en las duchas, se queda en las duchas’”.

Y es entonces, cuando me da por pensar como coño me metí en semejante berenjenal, no dejaba de darle vueltas a la cabeza, como se me ha ido de las manos, pues el primero fue solo algo casual, pero la cuestión es… ¿Cómo siguió? Pues el solo pensar que son los amigos, compañeros y algún que otro compañero de papa, personas degeneradas y pervertidas tanto o más que yo, donde no hay uno que me suelte…

  • “Me encanta que te pongas boca abajo con ese culito pidiendo polla, pero la única polla que vas a probar es cuando tu macho, te meta toda la verga gorda hasta el fondo de esa garganta tragona, disfrutando viéndote tener arcadas tras arcadas y comer los pelos de mis huevos de macho… uuummm!!. Eso sí que me pone, verte sometido por un verdadero macho, uno que te va a enseñar lo que es un hombre y no lo que vez cuando te miras al espejo”.

Bueno comentario aparte, aquí os lo dejo, ya me decís que os ha parecido, estaré esperando vuestras respuestas, deseando recibir vuestros comentarios, ya sea a este portal como a mi correo. Mi email es: jhosua 1974 @ gmail . com (obviamente todo junto como… jhosua1974@gmail.com ).