El gerente

Una buena orgía que me contó mi amigo

La siguiente narración se trata de hechos que en un tiempo fueron verídicos, hoy en día no pasan de ser un muy mal recuerdo para un buen hombre.

Para que tengan una idea general de los hechos, les daré algunos datos que personalmente me proporcionó el personaje del relato, desde luego los nombres y lugares a los que se hacen referencia en este relato no son los reales, más que todo para que quien me lo relató no pase la vergüenza de ser reconocido.

Por medio de las palabras de nuestro personaje, podrán darse cuenta hasta donde puede llegar un idiota que creé estar enamorado (palabras del propio sujeto), y como las personas a su alrededor se pueden aprovechar de su situación.

Bien y para no seguir dando lata, comenzaré por decirles que Roberto un buen día que coloqué un anuncio de prensa solicitando un Contable, se presentó a mi Bufete para ser entrevistado, realmente me sorprendió el verlo solicitando la plaza que yo ofrecía, ya que aunque no soy un explotador reconozco que el sueldo que yo podía pagar en esos momentos no era de los más altos en el mercado, y tratándose de una persona a la que llegué a conocer como el Gerente de la sucursal bancaría en la que originalmente abrí las cuentas de mi Bufete cuando comencé, me extraño en sobre manera el verlo pidiendo empleo, antes de entrevistarlo personalmente llamé a la Gerente de otra sucursal del mismo Banco, ya que al mejorar mi bufete me mudé para otro sector y me era más practico el cambiar la cuenta a una sucursal más cercana a mis oficinas.

Bien le pregunté a ella directamente que sabía de Roberto, la Gerente rápidamente me puso al tanto de la situación, según mi amiga Roberto se vio forzado a renunciar a su cargo debido a un escandaló sexual relacionado con su esposa, por una parte y por otra parte ella le solicitó el divorcio. La alta gerencia de la empresa realizaba gestiones para solicitar su renuncia, la cual según, me comentó la Gerente, ni siquiera hiso falta que se la notificasen ya que al día siguiente que se hiso público el asunto el mismo Roberto presentó la renuncia sin dar tiempo a que se la pidiesen formalmente.

Después de escuchar la información que se me dio, le pregunté a mi amiga si en algún momento los fondos del Banco fueron comprometidos, a lo que ella me respondió que no, es más al parecer después de su renuncia a la semana le ofrecieron un nuevo puesto en otra sucursal ya que todas las cuentas he inversiones fueron de tan alta calidad y provecho para la empresa, que la alta gerencia manifestó que no era parte de su política inmiscuirse en la vida privada de sus empleados, pero Roberto no aceptó.

Luego de obtener dicha información, pasé a entrevistar a Roberto el cual al verme, se sintió algo incomodo aparentemente no se acordó o relacionó el nombre actual de mi firma, ya lo habían entrevistado mis socios y por el historial laboral todos estaban de acuerdo con que se contratase siempre y cuando se corroborase la información de su último empleo, al darse cuenta de quien yo era estuvo a punto de darse la vuelta y retirarse, pero al llamarlo por su nombre se detuvo para luego entrar a mi oficina, en un tiempo cuando yo mantenía la cuenta en su Banco compartí con él y su esposa en innumerables ocasiones, y como el bien me lo recordó sin amargura yo me había acostado con su esposa en varias ocasiones, para mi hasta esos momentos yo ignoraba que él lo sabía, y así se lo hice saber, a lo que él me respondió que no me preocupase ya que ella tenía la costumbre de restregarle en la cara todos y cada uno de los encuentros que mantenía con distintos hombres, por mi parte me quedé sorprendido por las expresiones de Roberto, es verdad que Raquel la que era su mujer era más puta que las gallinas, pero decidí cambiar de tema y lo invité a conocer las oficina y presentarle al personal, yo actué como si diera por sentado que él era el nuevo Contable de mi firma, y por su manera de actuar entendí que lo único que hacía falta en ponernos de acuerdo era en cuanto al sueldo, así que a la hora del almuerzo lo invité a comer con otro de mis socios y juntos los convencimos de que aceptase por un sueldo algo menor al del Banco pero con derecho un porcentaje de las acciones de la empresa.

Con el tiempo Roberto voluntariamente me contó la historia de su matrimonio y

Me autorizó para que la narrará, cosa que haré a continuación.

Básicamente todo empezó como una novela rosa, el pobre niño rico que se enamora perdidamente de la "rica niña" pobre, en otras palabras Roberto se encontraba recién graduado de la Universidad había comenzado a trabajar en el Banco y en poco tiempo alcanzó una destacada posición, Raquel era empleada domestica de su madre (la de Roberto) y en cierta ocasión en que él visitó la casa de su madre, quedó impresionado por las grandes dotes de la joven empleada domestica, en fin eran como aceite y vinagre (siendo Roberto el vinagre), me explicó ella era alta morena con el cabello rojizo (Pintado que me consta) con un gran par de bellos llamativos y hermosos senos, con ojos marrones una boca hecha para mamar con unos labios bien carnosos y voluptuosos, de cintura estrecha pero con unas nalgas imponentes, que eran muy bien sostenidas por un excelente par de buenas y bien torneadas piernas, su preparación académica era bastante pobre por no decir que ninguna, no estaba al tanto del mundo en que vivía, tan solo le interesaba el baile la playa y la ropa mientras más escandalosa más le gustaba, mientras que vinagre, perdón quiero decir Roberto como ya les indiqué tiene una excelente preparación Universitaria de amplia cultura a su temprana edad ya conocía no varios países, si no varios continentes, habla lee y escribe desde luego en español pero además en francés, ingles, alemán e italiano, siempre encuentra tiempo para leer algo nuevo, y le apasiona la música clásica, físicamente es delgado de baja estatura, lampiño con cara de niño. Como dice el dicho el amor y el interés se fueron al campo un día y más pudo el interés que el amor que le tenía, bien algo que Raquel tiene de sobra es el interés, se dio cuenta que el chaval había quedado impresionado por ella y esa misma tarde se auto invitó al apartamento de él, según lo relata Roberto a continuación ahora que ha pasado todo.

Mientras nos dirigíamos a mi apartamento para que ella me hiciera el favor de darle una limpieza, ya que se había ofrecido gustosa a hacerlo por tratarse del hijo de su patrona, yo no retiraba mis ojos de su hermoso par de piernas, las cuales a duras penas eran cubiertas hasta sus muslos por un vestido con minifalda de un color extremadamente chillón, al llegar a mi apartamento quedó impresionada por el lujo del edificio, el guardia uniformado en la puerta principal, los jardines internos el amplio estacionamiento, la refrescante piscina, y las múltiples canchas de tenis, por lo general yo soy medio obsesivo compulsivo sobre todo cuando se trata de la limpieza, por lo que realmente no había mucho que hacer en mi apartamento, y aunque yo estaba bien consiente de ello, me agradaba la idea de que Raquel viese mi propio apartamento, al llegar me pidió algo que ponerse para poder trabajar mucho más cómoda ya que su uniforme lo había dejado en casa de mi madre, yo busqué entre mi ropa y lo único que encontré fue una camiseta que una tía me había traído de recuerdo de un viaje que hiso por Puerto Rico, la cual por lo insulso mensaje estampado que decía "un conocido mio fue a Puerto Rico y solo se le ocurrió traerme esta porquería de camiseta como recuerdo" y lo extremadamente grande que me quedaba nunca la llegué a usar, al regalársela Raquel muy entusiasmada me dio un fuerte abrazo y me plantó un beso en la mejilla muy cerca de mi boca, de inmediato se dirigió al baño de la sala de estar y al mismo tiempo que abría la puerta se quitaba su ropa con gran facilidad, debido a su prisa por estrenar dicha prenda dejó la puerta del baño abierta lo que me permitió ver parcialmente su cuerpo semis desnudo por unos largos segundos mientras se colocaba la camiseta sobre su bello y curvilíneo cuerpo, pude apreciar con claridad que Raquel no usaba ni le hacía falta el usar sostenes, además sus pantaletas eran del tipo tanga que se le introducían entre sus bellas y bien formadas nalgas, esa sola visión me produjo una excitación a tal nivel que me vi obligado a sentarme para disimular la erección de mi pene.

Raquel al salir del baño de inmediato se dio a la tarea de remover el polvo con una escoba, yo procuré no prestarle mucha atención pero francamente me era imposible apartar su esbelto cuerpo de mi mente, en una de esas me pidió que le prestase ayuda para limpiar las ventana

s, por lo que se trepó sobre una pequeña escalera y con agua y jabón comenzó a pasarles un paño húmedo, mientras que yo permanecía sujetando la escalera y disfrutando de la vista de sus nalgas a pocos centímetros de mi rostro, cuando terminó con la primera ventana al bajarse se le podían apreciar claramente sus senos y hasta los oscuros pezones ya que al parecer a medida que limpiaba con agua y jabón las ventanas, algo o mejor dicho bastante cantidad de agua le calló sobre la camiseta dejando ver en cierta forma sus bien parados senos y hermosos pezones. A esa altura de la circunstancias yo realmente me encontraba muy excitado de tan solo verla, y para completar el cuadro cuando Raquel se disponía a bajar después de limpiar la segunda ventana, perdió su equilibrio y fue a dar contra mi cuerpo, finalmente los dos terminamos en el sofá de la sala, yo con mi rostro metido prácticamente entre sus senos.

Eso y comenzar a besarnos fue la misma cosa, cuando nos detuvimos fue para que ella me ayudase a desvestir, en parte me dio algo de vergüenza al quedar totalmente desnudo ante ella que se mantenía con la camiseta aun puesta, para mi era la primera vez que me pasaba eso, no es que yo fuese virgen, la cosa es que por desde que estaba en la universidad por lo general me acostaba con mujeres mayores que yo, y cuando comencé a trabajar me presentaron a una chica que de primera impresión parecía una ejecutiva, pero que se dedicaba al oficio más antiguo del mundo, y yo la visitaba una vez al mes, por lo que para mi la primera experiencia con Raquel fue algo único, sus manos acariciaron casi todo mi cuerpo al tiempo que yo torpemente acariciaba el de ella por sobre la tela de la camiseta, mientras continuábamos besándonos con loca pación, una de sus manos se posó sobre mi erecto pene, y comenzó a masajearlo suavemente.

Hasta que dejó de besarme y lentamente se fue llevando mi miembro hasta su boca, yo por mi parte me quedé sin saber que hacer sus labios comenzaron a besar mi glande y de momento en momento su lengua la pasaba lamiéndolo lentamente, para luego introducírselo completamente dentro de su boca y comenzar a chuparlo con suavidad, lo que hiso que dentro de mi estallase algo que no me había hecho sentir jamás mujer alguna.

Raquel se incorporó y escupió en un vaso el semen que yo había eyaculado en su boca, por un rato descansamos y ella se dirigió al baño y la escuche enjuagarse la boca, al regresar traía un par de copas de vino pero llenas de vodka, charlamos por un rato y me pidió disculpas por haber hecho eso ya que era según me dijo la primera vez que lo hacía, pero al estar conmigo le provocó el hacerme sentir bien y yo se lo agradecí con un fogoso beso de mi parte, los dos continuamos besándonos y ella comenzó a retirar la camiseta de su cuerpo con lentitud, yo me encontraba algo desesperado y estuve tentado a sacársela de un tirón pero me contuve no fuese que la asustase, ante mi fue quedando parcialmente desnuda, únicamente cubierta por el diminuto tanga que tenía puesto, sus bellos pechos fueron apareciendo con lentitud y me provocó el tener sus parados pezones entre mis labios para besarlos y chuparlos hasta el cansancio, fue cuando ella pícaramente me preguntó si deseaba tocarlos a lo que tímidamente asentí con mi cabeza.

Raquel se hecho un poco para adelante colocando uno de sus pezones a pocos centímetros de mi boca la cual debí haber tenido abierta en todo momento, por un largo rato me deleité chupando lamiendo y besando sus dos hermosos pezones me turnaba de seno en seno, mientras que a ella la escuchaba dar pequeños y cortos quejidos de placer, de vez en cuando les echaba algo de vodka sobre sus senos y yo continuaba chupándoselos hasta que comenzó hablarme diciéndome que era señorita por lo cual no me permitiría el metérselo, yo le dije que solo haría lo que ella me permitiese hacer, fue cuando Raquel comenzó a quitarse su pequeño tanga y dejar ante mis ojos su totalmente depilado coño, colocó una de sus manos sobre mi cuello y me guio al mismo directamente su olor era suave y penetrante y embriagador a la vez, sus labios vaginales permanecieron unidos hasta que mi boca y lengua los fueron apartando, para mi también era la primera vez que mamaba el coño a una chica, permanecí por un largo rato con mi cara entre sus piernas, ella al igual que yo de vez en cuando vaciaba algo del contenido de su copa sobre su cuerpo para que yo se lo lamiera, creo que hasta le chupe o pase mi lengua por su esfínter

R, fue cuando Raquel me propuso que si quería tratásemos de metérselo por entre sus nalgas así tanto ella como yo lo disfrutaríamos según me dijo que lo había leído en una revista que mi madre tenía en su cuarto.

Yo de inmediato accedí no creí que tal placer me fuera reservado en esa tarde, ya que en ocasiones yo le había dado por el culo a una vieja que me dio clases en la universidad pero era por que a ella al parecer la volvía loca el que se lo metiesen por de tras, las demás mujeres con que había estado hasta entonces al parecer no lo disfrutaban y hasta hubo una que cuando se lo pedí, me propuso que ella lo hacía si yo permitía que ella se pusiera un aparato de goma y me diera a mí primero para que supiese lo que era bueno, de más esta el decir que nunca llegué a metérselo por el culo a esa mujer.

Todo mi cuerpo temblaba de la emoción, aunque Raquel me aclaró que era únicamente ponerlo entre sus nalgas, yo acepte muy emocionado, ella se colocó en cuatro y yo puse mi miembro entre su par de bellas y bien formadas nalgas toda mojadas con mi propia saliva, nos comenzamos a mover y de momento ella comenzó a protestar diciéndome que se lo estaba introduciendo en su coño, pero al mismo tiempo movía con gran fuerza sus caderas, y fue cuando sentí como mi pene era tragado por su húmeda, caliente y estrecha vulva, ella dio un pequeño grito de dolor pero continuó moviendo sus caderas, yo me sentí el amo del mundo en esos momentos por haber desflorado a una virgen, seguimos con el mete y saca hasta que me vine dentro de ella, ella por una parte me pedía que le diese más pero por la otra se preguntaba que voy hacer ya no soy virgen, a medida que los dos comenzábamos a movernos con mayor lentitud hasta quedarnos totalmente quietos, quizás por la emoción y por el cansancio nos quedamos dormidos.

Cuando me desperté vi a Raquel con una pequeña toalla de mi baño, desnuda limpiando el cojín del mueble, se me acercó y sin decir nada me colocó la toalla sobre mi pene y lo limpió de igual forma yo solo pude apreciar una mancha de color rojo en la toalla, como les dije me sentí el amo del mundo en esos momentos, hasta que Raquel abrió su boca para decirme que yo no había cumplido con mi palabra y la había hecho mujer, yo me quedé en silencio desnudo mientras ella se vestía de momento me sentí sumamente ridículo al verme desnudo frente a ella completamente vestida, algo molesta me dijo por lo menos me puede llevar a mi casa el señorito, seguí sin pronunciar palabra para dedicarme a vestir, mientras que en mi cabeza me bullían un montón de ideas sobre Raquel y sobre mi, una vez que me vestí bajamos hasta mi auto y la llevé a una de las zonas de mayor pobreza de la ciudad, durante el trayecto solo se limitó habitúeselos indicarme la dirección, al llegar se bajó del auto y se marchó sin despedirse.

Yo me quedé sumamente preocupado por Raquel no quería que fuera a pensar que me quise aprovechar de ella. A la semana siguiente ella se presentó en el banco en el que recientemente se me había nombrado gerente, su forma de vestir era sumamente sencilla llevaba un vestido de color blanco que daba la impresión de quedarle algo grande, al verme se puso a llorar por lo que le pedí que me acompañase a mi oficina, una vez dentro me dijo que había terminado con su novio con el que llevaba casi cinco años de amores ya que no podía seguir con el después de lo que había pasado entre nosotros dos, y que solo esperaba no haber quedado embarazada, en cosa de segundos yo mordí el anzuelo, y en un arranque de tonta caballerosidad le propuse matrimonio y ella desde luego acepto, nos casamos discretamente a la semana siguiente, mi madre al enterarse me pidió que no la fuese a visitar mientras estuviese casado con esa caza fortuna, yo pensaba que mi madre se equivocaba pero en realidad el equivocado lo fui yo.

Durante nuestra luna de miel sucedieron unas cuantas cosas raras, la primera lo fue el hecho de que yo contrarió a la primera vez comencé a padecer una mezcla entre impotencia y eyaculación precoz o sea que cuando podía metérselo apenas se lo metía ya estaba viniéndome, al principio no le di importancia pero luego al escuchar los comentarios y quejas de Raquel al respecto me comencé a preocupar seriamente, pero como yo me encontraba realmente enamorado de ella no veía alguna de sus acciones como algo malo, por ejemplo al tercer día de estar e

n nuestra luna de miel, luego que en la mañana mantuvimos un encuentro relámpago debido a mi condición Raquel molesta se dirigió al gimnasio con el fin de quemar algo de energías, regresó como a la hora totalmente sudada y despeinada pero con un estado de animó muy diferente al que salió de la habitación del hotel.

El resto de la mañana lo pasamos en la piscina del hotel ella llevaba puesto un traje de baño de esos que parecen hechos con hilo dental que prácticamente secuestró todas las miradas de los hombres y hasta de algunas mujeres que se encontraban tomando el sol junto con nosotros, los mozos del hotel nada más bastaba que ella abriese la boca y de inmediato la atendían, luego del almuerzo nos dirigimos a realizar unas compras, y al regresar a Raquel le dio por ir de nuevo al gimnasio, yo por mi parte me encontraba interesado en tratar de hablar por teléfono con mi madre por lo que no la acompañé, pasó cerca de una hora cuando nuevamente regresó Raquel totalmente sudada, despeinada y muy contenta.

De inmediato se metió a la ducha y al salir completamente desnuda se me insinuó para que fuéramos a la cama nuevamente, yo me animé y una vez que me desnudé y comenzamos a besarnos ella me tomó por los hombros y llevó mi cara hasta su coño, yo se lo mamé hasta la saciedad, mientras ella suspiraba de placer y de vez en cuando daba uno que otro quejido y alcanzaba uno que otro orgasmo, mientras mi boca la enterraba dentro de su vulva o mi lengua jugaba con su clítoris, al final me dijo que ya bastaba abrió sus piernas y me dijo ven has lo posible por ser un verdadero hombre, y como la vez anterior apenas se lo había metido cuando me corrí, Raquel algo molesta comentó por lo menos en esta ocasión disfruté un poco antes de que te vinieses, y como si dijese algo gracioso me dijo entre risas me recuerdas al gallo de mi padre que apenas pisa a la gallina en seguida se le baja, de ese día en adelante comenzó a preguntarme por el gallo para referirse a mi pene, en forma burlona por demás. Los restantes días en el hotel no fueron muy diferentes, tan solo que sus viajes al gimnasio de dos al día pasaron a ser tres, en una de las últimas noche en el hotel, cuando nos encontrábamos listos para salir a cenar ella cargaba puesto un vestido que le tapaba sus bellos senos y gran parte de su cuello, de hecho me sorprendió el que ella usase ese traje de seda roja fuese tan recatado, pero al observarlo detenidamente me di cuenta que me encontraba en un error, aunque el traje era largo y aparentemente muy encubridor, por uno de sus costados tenía una apertura que le llegaba hasta las caderas, y por otra parte presentaba un escote en la espalda que le dejaba casi una cuarta parte de sus nalgas al aire, mientras que ella tras abrir la puerta de la habitación para disponerse a salir se acordó que no tenía las pantaletas puestas, por lo que en el mismo medio de la habitación y con la puerta de la abierta, sin decoro alguno se dio a la terea de ponerse unas minúsculas pantaletas del mismo color que el vestido, cuando terminó de ponérselas se dirigió a la puerta de la habitación, yo por mi parte comencé a criticar tanto el atrevido vestido como su acción de ponerse su ropa intima con la puerta del cuarto completamente abierta, y Raquel me respondió “lo que se van a comer los gusanos que lo vean los humanos".

Eso me dejo sin palabras, mientras bajábamos en el ascensor el empleado del hotel no le retiraba los ojos de sus nalgas, y eso a ella como que la emocionaba, yo por mi parte procuré no darle mayor importancia ya que si ella quería un motivo para discutir yo no se lo iba a dar, al llegar al comedor por donde pasábamos yo sentía que las miradas de todos se clavaban en las nalgas de mi esposa, y eso por una parte me enorgullecía pero por otra parte me molestaba, y a medida que caminábamos en dirección a nuestra mesa, uno que otro hombre la saludaba afectuosamente y ella me presentaba como su marido, tras lo cual ellos se retiraban algo nerviosos, mientras que ella les decía que se verían nuevamente en el gimnasio al día siguiente, a lo que ellos le respondían que si. Cuando le pregunté quienes eran esas personas Raquel me dijo que las conoció en la sala de las pesas, y que la ayudaron a realizar las rutinas de ejercicios, después de la cena nos fuimos al salón de baile del hotel, para mi fue una de mis peores noches, ya que yo por desgracia únicamente se bailar boleros y eso por que no  es

Repulsión pero no fue así, todo lo contrario me trague gran cantidad de su leche mientras que por pedido de Raquel lo sacó de mi boca y me echó un buen taco de leche en la cara para fotografiarme, una vez que terminó acomodándose la ropa se acercó a Pedro y a Raquel y extendió la mano vi con cierto asombró como mi mujer sacaba de dentro de sus senos una

Repulsión pero no fue así, todo lo contrario me trague gran cantidad de su leche mientras que por pedido de Raquel lo sacó de mi boca y me echó un buen taco de leche en la cara para fotografiarme, una vez que terminó acomodándose la ropa se acercó a Pedro y a Raquel y extendió la mano vi con cierto asombró como mi mujer sacaba de dentro de sus senos una

No teníamos ni cinco minutos en nuestra mesa cuando se nos acercó el capitán de los meseros y nos preguntó si podíamos compartir la mesa con otra pareja ya que el salón se encontraba llenó a reventar, en principio yo pensaba repulsión pero no fue así, todo lo contrario me trague gran cantidad de su leche mientras que por pedido de Raquel lo sacó de mi boca y me echó un buen taco de leche en la cara para fotografiarme, una vez que terminó acomodándose la ropa se acercó a Pedro y a Raquel y extendió la mano vi con cierto asombró como mi mujer sacaba de dentro de sus senos una oponerme pero mi esposa con una gran sonrisa preguntó si se trataba de la pareja que se encontraba parada en la entrada, y la respuesta del mesero fue afirmativa, y sin consultarlo con migo le dijo al mesero que si que no había ningún problema en ello, luego me miró a mi y dijo "verdad mi amor", y al escucharla decirme así, yo solo me limité a decir "no, no hay problema". Él era un tipo más alto que mi esposa, moreno de cuerpo atlético de unos treinta y tantos años, mientras que su acompañante era una joven como de unos veinticinco años en avanzado estado de embarazo, al sentarse nos agradecieron el que compartiéramos nuestra mesa con ellos, al poco tiempo ya nos estábamos tuteando y hablando de cosas sin la mayor importancia, durante ese lapso de tiempo yo saque a bailar a mi esposa una vez, al regresar a la mesa Jaime que era como se llamaba el tipo, me pidió permiso para sacar a bailar a mi esposa y hasta su mujer intercedió por él. Ya que debido a su estado el solo caminar le producía mareos, así que yo me quedé en la mesa con la preñada mientras que su marido bailaba con mi mujer.

Debido a la gran cantidad de personas en la pista de baile rápidamente se nos perdieron entre la multitud, cada cierto tiempo pasaban por la mesa para ver si se nos ofrecía algo y de inmediato se nos perdían de vista de nuevo, cuando los volvimos a ver fue por que tocaron la nueva versión de la Conga interpretada por el Venezolano Ricardo Montaner creo, lo que originó que se formase una larga fila entre los que bailaban en la pista, ellos pasaron frente a nosotros como si no existiéramos, Raquel iba de tras de un tipo gordo al que ella le tenía pegados sus pechos a la espalda de él, mientras que el gordo restregaba su gran culo contra el cuerpo de mi mujer, de tras de Raquel se encontraba el tal Jaime el cual la tenía agarrada por las caderas y muy bien pegada a su cuerpo, la mujer de Jaime al verlos se comenzó a reír como si eso para ella fuese una gracia, yo no aguanté más y me levanté para ir al baño para orinar, al salir del baño ya la condenada canción de la Conga había terminado, en su lugar tocaban la Macarena, al ver hacía la pista los pude distinguir bailándola de manera muy pegada, las manos del individuo se encontraban metidas dentro del escote de mi mujer agarrándole una de sus nalgas mientras que sus labios se encontraban casi rosándose, de inmediato me dirigí a donde ellos se encontraban pero al llegar había terminado la música y se dirigían a nuestra mesa, cuando les dé alcance les informé que me sentía mal y llamé al mesero, pedí las cuentas muestras y las del tal Jaime y su esposa, tras cancelarlas sin más le dije a Raquel que nos retirábamos, debió ser la forma tan rápida en que actué y el hecho que ella se encontraba algo tomada pero tardó en actuar y me siguió sin decir palabra.

Al llegar a nuestra habitación comencé a decirle que la había visto bailando en la pista lo que pareció no importarle mucho a ella, se sentó frente a mi con las piernas totalmente abiertas, fue cuando me di cuenta que no llevaba ningún tipo de ropa intima, y me acordé que antes de salir de la habitación la vi ponerse unas pantaletas del mismo color del vestido, de inmediato le pregunté por la prenda a lo que ella me respondió con una risita que se le debió quedar en el baño, yo le recordé que ella no había ido al baño en toda la noche, tras pensarlo un momento se sonrió y me dijo pues se la habré regalado de seguro a Jaime cuando bailaba conmigo, esas palabras me dejaron perplejo, cuando traté de seguir con la conversación Raquel se paró y cambiando de estado de animo muy molesta y me preguntó directamente, si yo era o me hacía, al yo preguntarle como un tonto que cosa, ella respondió idiota o es que no te has dado cuenta que te las he estado pegando desde que lléganos al hotel, sus palabras me cayeron como un balde de agua fría, de inmediato me llevé mi mano a la cintura donde desde que soy gerente del b

Ancho uso una pistola semis automática Walter PPK calibre 380, ella no se dio cuenta de mi movimiento ya que se encontraba de espaldas a mi, y continuó hablando diciendo, si eso que sospechabas es verdad me he acostado con varios hombres en este hotel desde que llegamos, y lo voy a seguir haciendo mientras que tu no me satisfagas como hombre, en ese momento retiré mi mano del arma, yo mismo me preguntaba que estaba pasando.

Por una parte tenía ganas de matarla, pero por otra hasta justificaba lo que había hecho a mis espaldas, ella continuó hablando para decirme, y no se te ocurra tratar de impedírmelo por que te armo un escandalo, y diciendo eso se acercó a la puerta y salió, cuando traté de darle alcancé había desaparecido, yo salí de la habitación procurando alcanzarla pero me fue inútil, el resto de la noche lo pasé caminando por todo el hotel y por los alrededores para ver si la podía localizar, y disculparme con ella por el mal rato que le hice pasar en el cuarto. Me encontraba por el área de la playa cuando estaba a punto de regresar a mi habitación cuando escuche una risa conocida de tras de unos arbustos cercanos a la playa, al asomarme vi a mi mujer con su vestido de seda roja recogido hasta la cintura y todos los botones del frente sueltos, ella se encontraba con sus rodillas sobre la arena al igual que sus manos, ósea en cuatro como dicen vulgarmente, el tal Jaime se encontraba de tras de ella dándole verga mientras que a su mujer la preñada, mi esposa le mamaba su peludo coño, no podía creer lo que mis ojos miraban el tipo se había quitado el saco y la camisa, se encontraba con su torso desnudo y con los pantalones hasta la rodilla, el desgraciado parecía un oso de lo velludo que era, y su mujer a pesar de estar en estado se encontraba sentada en una silla con su vestido totalmente abierto desde donde me encontraba oculto su barriga parecía un globo blanco a punto de estallar con las piernas completamente abiertas de par en par, al tiempo que Raquel le chupaba o le lamía el coño a la preñada indiscriminadamente, al principio me dieron ganas nuevamente de descargar el arma pero contra los tres , pensé que ningún tribunal me podía condenar si los mataba en un acto de ira, pero al verlos más detenidamente, durante el tiempo que estuve observándolos me comencé a excitar a tal grado que me dieron unas fuertes ganas de masturbarme, mientras observaba como le daban a mi mujer por de tras, yo me comencé a masturbar viéndolos a los tres, oculto tras unos arbustos, contrario a cuando me encontraba con Raquel para venirme me costó.

Al yo terminar me encaminé al hotel pensando que haría con ella, tenía ganas de solicitar el divorcio por una parte pero por otra me encontraba tan enamorado de ella, el solo verla me confortaba aunque me estuviese siendo infiel con otras personas, yo caminé por la playa un largo rato casi unas dos horas pensando que hacer y al regresar a la habitación me encontré con un botones a la puerta de mi habitación, observando para dentro, al verme comenzó a caminar en dirección contraría a la mía, la puerta se encontraba totalmente abierta y al yo llegar pude ver que era lo que miraba el botones, Raquel se encontraba tendida sobre la cama completamente desnuda, su vestido estaba tirado a un lado todo lleno de arena y algo más, al llamarla me di cuenta que se encontraba completamente ebria y su olor era a sudor de hombre, al levantarla me di cuenta que sus nalgas chorreaban semen todavía, por lo que la llevé hasta el baño y comencé a lavarla con mis propias manos, tal era su borrachera que apenas y se despertó por un corto tiempo para volver a dormirse bajo la ducha, en ese momento aproveche para una vez que la tuve en la cama, me quité la ropa le abrí sus largas piernas mientras que ella continuaba sin sentido tendida sobre su espalda, se lo introduje, luego de un largo rato de moverme sobre su cuerpo desnudo me levanté sin poder llegar acabar.

Al día siguiente Raquel se levantó con un fuerte dolor de cabeza y el cuerpo todo adolorido por lo que permaneció en cama el resto del día, esa misma noche regresamos a mi apartamento, al llegar yo pensaba que el arranque de la noche anterior se debió a la borrachera que tenía. Pero cuando nos fuimos a dormir ella me dijo, ya estas advertido lo que yo hice en el hotel lo seguiré haciendo cuando me plazca y con quien me plazca hasta que tu me hagas sentir bien.

Al día siguiente de regresar a la ciudad de inmediato hice una cita con una medico especialista en urología, que seguir

Aten y me habían comentado se dedicaba a tratar a personas con problemas de disfunciones sexuales eufemismo para denominar a los impotentes y eyaculadores precoces como era mi caso, de inmediato me mandó a realizar cuanta prueba había, desde la presión arterial pasando por exámenes de laboratorios de sangre orina y semen, aparte de un examen de la próstata y un auscultación completa de todo mi cuerpo, eso sin contar el referido que me hiso a un psicólogo especialista en la materia. Para no cansarlos mucho les diré que desde el punto de vista medico no existía problema físico alguno, y desde el punto de vista del psicólogo aparentemente yo presentaba una condición de ansiedad generalizada al momento del acto sexual con mi mujer que provocaba el que yo eyaculase antes de tiempo.

Se me recetaron varios medicamentos, pero resulté alérgico a la mayoría de ellos, y los otros sencillamente no me funcionaban, también me inscribí en un grupo de terapia con personas que tenían problemas similares a los míos, pero todos ellos eran hombre mayores, quiero decir el más joven del grupo era yo y al que yo seguía en edad tenía por lo menos cincuenta y ocho años, por lo que luego de la primera sesión no asistí más. Mientras tanto Raquel hacía lo que se le antojaba, yo no le había pedido el divorcio sencillamente por que la amaba, había algo en ella que me mantenía subyugado, ya los dos nos acostumbramos a nuestro particular estilo de vida, hasta que ha ella le dio por visitarme en las oficinas del banco, debido a su pobre nivel de educación su trato con las demás personas denotaba su pobre roce social por lo que yo le había solicitado que se abstuviese de visitar mis oficinas, principalmente por no pasar la vergüenza de que fuera a realizar alguno de los exabruptos a los que estaba acostumbrada.

Ya teníamos un año viviendo juntos cuando se presentó a mi oficina en busca de dinero para comprar ropa ya que el que le había depositado en la tarjeta de crédito lo había consumido totalmente, apenas entró al banco todo el mundo se le quedó viendo debido al escandaloso y corto traje que ella usaba, a mi secretaria ya le había advertido de que cuando ella apareciera me lo hiciera saber de inmediato, y así lo hiso, por medio de uno de los guardias del banco fue conducida a mis oficinas, al llegar ella le estaba sacando fiesta al uniformado, él cual al verme se puso de todos colores, al ella decirle que yo era su esposo. Hoy en día yo pienso que Raquel no era mala solo que no tuvo la oportunidad de educarse debidamente, pero en esos momentos me producía un mal estar tremendo el verla coqueteando con un cualquiera.

Como parte de mis funciones como Gerente muchos de los clientes me invitaban a sus fiestas y en ocasiones a pasar los fines de semanas en ocasiones en algún club campestre y en otras en casas o apartamentos en las playas, debido a que me encontraba casado la invitación se extendía a mi esposa desde luego, y en una de esas actividades que me invitó el Licenciado fue que mi esposa se acostó con él, pero de eso no quiero hablar en estos momentos. En una ocasión que nos invitaron a un fin de semana en el Yate de 50 pies de otro de mis clientes, no me quedó más remedio que llevar a Raquel, por lo general ella se la pasó tomando el sol en la cubierta de proa casi sin nada encima, luego le dio por querer aprender timonear semejante embarcación, por lo que se presentó con su mínimo traje de baño a el puente de mando donde se encuentra el timón, y colocándose entre el timón y el timonel colocaba sus manos sobre el timón y sus nalgas se las pegó al cuerpo del joven timonel, yo estaba presente cuando lo hiso, a la primera vez que tuve oportunidad salí a la cubierta con la escusa de fumarme un cigarro, por lo que haciéndome el tonto salí fuera del puente, a los pocos minutos salió el timonel algo ansioso, se notaba que se encontraba sumamente excitado la erección en su pantalón era evidente, y apenas pudo se retiró, me supongo que se iría a un baño o a su camarote a masturbarse.

Cuando miré dentro de la cabina a tras vez de una de las ventanas o claraboyas, vi al capitán en la posición del timonel y a mi esposa restregando sus nalgas contra el cuerpo de él, creo que más por la vergüenza de lo que estaba haciendo Raquel me di una borrachera yo solo en nuestro camarote, por la cual no salí de el hasta el día siguiente en que llegamos a puerto, c

amo era su costumbre Raquel apenas nos encontrábamos a solas comenzaba a decirme todo lo que había pasado y con lujo de detalles cosa que yo desde luego detestaba, durante el trayecto al apartamento me fue narrando como pasó la noche, primero con el capitán del Yate, el cual le dio por el culo después que ella le había mamado su verga, luego fue al camarote del timonel y el cocinero, con los cuales compartió gran parte de la noche, mientras el timonel le daba por el coño ella se lo mamaba al cocinero y luego a la inversa o sea mientras el cocinero le daba por el culo ella se lo mamaba al timonel. Por último me contó como se metió al camarote del hijo de mi cliente un jovencito de quince años y le quitó la "virginidad" en repetidas ocasiones.

Yo molestó la increpe por que razón me hacía sufrir así, si ella sabía que yo la amaba y era capaz de hacer por ella lo que me pidiese, fue cuando me preguntó de manera burlona ¿Lo que fuera? Y yo torpemente le respondí que si. ¿Y si te digo que quiero que me veas acostada con otro hombre, que harías? Yo le respondí ya te he visto, y no hice nada. Ella me preguntó cuando, y le conté la vez que la vi en el hotel con aquel tipo con el que bailó y su esposa. Raquel se me quedó mirando y me dijo, la verdad es que eres un cabrón de marca mayor, yo le pedí que no me dijese así ya que la amaba, y ella riéndose me dijo, bien si así son las cosas ahora que nos mudemos a la casa nueva quiero que invites al guardia de seguridad que me atendió la última vez que pasé por tus oficinas, yo desde luego protesté, pero al ella decirme que si yo prefería que ella en persona lo invitase, trance por invitarlo con el pretexto de que fuera a revisar la casa y me diese algunos consejos de seguridad.

El viernes por la noche el guardia de seguridad del banco un joven de unos veinticinco años llamado Pedro, había quedado en pasar por nuestra nueva casa para darme los supuestos consejos, puntualmente llegó a las siete de la noche como habíamos quedado, mi esposa se encontraba vestida con una transparente blusa que no dejaba nada para la imaginación, y una falda extremadamente corta, la verdad sea dicha se veía tremenda, de no haber sido por el maquillaje que la hacía verse como una puta barata, por lo demás se encontraba de maravillas, el guardia de seguridad apenas llegó yo lo atendí cuando a mitad de la conversación hiso su teatral entrada Raquel, tanto yo como el guardia nos quedamos con la boca abierta, de lo hermosa que se veía, no esperó a que yo la presentase, ella misma se presentó y me ordenó de paso que les sirviera unos tragos, cosa que tontamente hice como un sirviente, cuando regresé a la sala de estar Raquel se encontraba sentada frente al guardia, sin el menor decoro ella movía sus largas piernas dejando ver claramente su vulva ya que no estaba usando nada de ropa intima esa noche.

Pedro al lado del cual yo me encontraba sentado sudaba a borbotones, no había la menor duda de que de que estaba sumamente impresionado por la vista que tenía desde su asiento al igual que yo, nos encontrábamos conversando cuando sobre los equipos de seguridad que de paso él no sabía ni una papa de ellos, cuando Raquel en uno de sus arranques le preguntó al guardia si tenía calor a lo que el honestamente dijo que si, fue cuando ella manifestó que deseaba darse un baño en la piscina, y levantándose invitó al guardia a que la acompañase hasta la alberca cuando yo comencé a seguirlos de cerca, Raquel se detuvo y volteándose hacía mi me ordenó que fuera a preparar algo de comer y más bebidas, en esos momentos me supongo que Pedro se había dado cuenta de quien mandaba realmente entre nosotros dos.

Raquel continuó caminando del brazo de él rumbo a la piscina, al llegar los vi charlando muy animadamente y de momento ella se despojó de la poca ropa que tenía puesta y se tiró al agua, desde ahí llamó al guardia por su nombre invitándolo a que siguiera su ejemplo para que se le quitase el calor, Pedro al parecer lo dudo por unos momentos pero luego se desnudó por completo y se tiró a la piscina al igual que mi esposa, cuando llegué los dos se encontraban negreándose en el agua, al verme el guardia como que se pasmó un poco, pero fue la voz de ella la que le indicó que podía continuar en confianza, que no se preocupase por mi ya que al fin y al cabo yo disfrutaba viéndoles a ellos, al principio el Jo

Ven como que no lo creyó, hasta que Raquel me preguntó directamente si era o no cierto lo que ella decía, yo con el rostro rojo de vergüenza y de ira me trague mi malestar y respondí, si era cierto lo que ella decía, a partir de ese momento las cosas cambiaron de manera radical.

Ahora era el Pedro el que daba las ordenes, pero el muy imbécil en vez de atender a Raquel de inmediato le dio por joder conmigo, mandándome a que les sirviese cuanta tontería se le antojaba, lo peor de todo era que ella disfrutaba el verme trabajando como un tonto a los requerimientos de su nuevo amante, luego que los dos se divirtieron con mi persona, Raquel me ordenó sentarme frente a ellos dos mientras ella y el guardia ya fuera de la piscina comenzaban a besar con pasión, eso de estar frente a ellos mientras que las manos de él acariciaban el desnudo cuerpo de ella, no era lo mismo que el observarlos tras un arbusto sin que mi presencia fuera tomada en cuenta, Raquel le decía lo que ella quería que él le hiciera y como se sentía ella, por su parte el guardia era poco comunicativo he imaginativo lo único que repetía una y otra vez era, que buena que estas, que buena que estas.

Raquel agarró la verga del hombre y se la llevó a su boca y comenzó a mamársela como una fiera, mientras que él se recostó con sus manos debajo de su cabeza, desde donde yo me encontraba podía ver con claridad lo mucho que el disfrutaba de la buena mamada que mi mujer le estaba dando en esos momentos, yo por mi parte sufría al ver a mi esposa comportándose como una vil prostituta con ese tipo, de momento el comenzó a venirse dentro de la boca de ella, cosa que a mí nunca me había permitido, supuse erróneamente que ella se molestaría y lo dejaría a medio terminar, pero me equivoque contrario a cuando lo hacía conmigo a él se le tragó todo su semen mientras ella me miraba burlonamente.

Una vez que Raquel terminó de chuparle hasta la última gota, los dos se incorporaron y pusieron mayor atención en mi persona nuevamente, me ordenaron recoger su ropa cosa que hice de inmediato para seguirlos luego dentro de la casa, donde me ordenaron que les buscase más bebidas y unas batas de baño, cosa que hice en ese mismo orden. Los dos parecían algo aburridos y los vi secreteándose al oído mutuamente para luego ponerse a reír estridentemente ambos, fue cuando Pedro me llamó y me ordenó arrodillarme frente a mi mujer la cual se encontraba sentada en una butaca con las piernas bien abiertas en posición para que le mamase su coño, y siguiendo las direcciones de él me disponía hacerlo pero al principio cada vez que acercaba mi rostro a su cuerpo ella cerraba las piernas y le daban unos ataques de risa al ver mi cara, a tal grado que en una de esas se comenzó a lanzar pequeños e intermitentes chorros de orine, en una de esas Raquel se paró de la butaca y permaneciendo frente a mi con las piernas abiertas se orinó sobre mi persona.

En ese momento tanto el guardia como ella comenzaron a reír de nuevo con más fuerzas, yo me levanté y en silencio me retiré a mi dormitorio para quitarme la ropa y asearme, luego de ducharme pensaba no volver a bajar a la sala, pero al entrar a nuestro cuarto me encontré con los dos acostados en nuestra cama negreándose nuevamente, él se podía ver que se encontraba listo para metérselo y ella así se lo pedía, pero al llegar yo se detuvieron, no crean que fue por condescendencia a mi persona, creo que fue más bien por que entre ambos ya habían tramado algo para cuando yo entrase a la habitación, y así fue en efecto en esos momentos yo únicamente tenía puesta una toalla que me cubría de la cintura hasta las rodillas dándole la vuelta a mi cuerpo.

Al verme Raquel me ordenó que le diese la toalla, quedándome completamente desnudo ante ellos, a mi lado se paró el guardia al cual yo a duras penas y le llegaba hasta un poco más abajo de los hombros, cada brazo de él era más grueso que los muslos de mis delgadas piernas, todo su cuerpo parecía cubierto por una especie de alfombra de lo velludo que era, contrario a mi que soy totalmente lampiño y los pocos vellos que me salen debajo de los brazos acostumbro a afeitármelos desde cuando practicaba natación cuando joven. Su verga en reposo calculó que sería más grande y gruesa que la mía en estado de erección, mientras lo miraba de reojo pensaba que ese era el tipo de hombre que necesitaba mi mujer, y no alguien tan bajó y del

Gado como yo, en medio de todo yo buscaba la forma o manera de disculparla por sus acciones, realmente no me importaba que tanto se burlase ella de mi o que tanto me ridiculizara delante de otras personas en el fondo la amaba y estaba dispuesto a cumplir cualquier capricho que a ella se le antojase con el solo fin de tenerla cerca de mi.

Fue la voz del guardia la que me sacó de mis pensamientos, él dijo algo que yo realmente no le puse atención, hasta que Raquel me repitió lo dicho por él mientras ella se levantaba de la cama y se dirigía a las gavetas de su armario, de donde extrajo algo de su ropa intima para luego tirármela en la cara, al verla me supuse que deseaba que me la pusiera, pero tan solo me limité a tenerla entre mis manos, hasta que Raquel se puso a registrar en su armario nuevamente y sacó unas piezas que ella usaba para vestir, al tiempo que me ordenaba que me pusiera eso que ella me había sacado, yo siguiendo sus ordenes sin chistar ni pensar en lo que estaba haciendo por ningún momento, me dé a la tarea de ponerme lo que ella me había sacado, las pantaletas no me presentaron ningún problema ya que los slip que acostumbro a usar eran muy similares a lo que ella me sacó, en cuanto al sostén si existía una gran diferencia ya que las espaldas de Raquel son por mucho más anchas que las mías y yo desde luego no tengo los atributos naturales de los que ella gozaba, al parecer ella se dio cuenta de la situación y se fue por de tras de mi y con un alfiler de seguridad realizo un arreglo en cosa de segundos, luego tomando unas cuantas pantimedias viejas las usó como relleno de las copas, cuando terminó de ayudarme a ponerme uno de sus cortos suéter, daba la impresión de que eran senos naturales, luego me entregó una de sus minifaldas faldas la que me puse en el acto con suma facilidad, después me tomó de la mano y me sentó frente al espejo de su tocador para comenzar a maquillarme de inmediato, a todas estas Pedro se puso la bata que yo le había entregado en la sala y bajó a buscar más bebidas.

Mientras que Raquel me preguntaba que me parecía lo que estaba sucediendo, yo apenas le respondí que lo que ella dispusiera para mi estaba bien, una vez que me maquilló sacó de una de las gavetas del tocador una peluca y me la colocó al tiempo que me daba un beso en la mejilla, el cual estremeció todo mi cuerpo, mientras ella me decía lo lindo que había quedado, al subir el guardia yo ya me encontraba de pie probándome unas sandalias de ella, fue cuando el muy desgraciado metiendo una de sus grandes manos por debajo de la minifalda que yo usaba, me agarró con fuerza una de mis nalgas y me la pellizcó, a tal grado que se me brotaron las lagrimas del dolor, luego se paró frente a mi y posó sus dos manos sobre lo que supuestamente eran mi senos los apretó y dirigiéndose a Raquel le dijo, no creas que yo le voy hacer el favor a tu hermana, refiriéndose a mi desde luego, a lo que ella le respondió que no temiera que no tenía eso en mente por los momentos.

Raquel en ese momento lo invitó a la cama lo que el guardia gustoso aceptó y nuevamente frente a mi los dos comenzaron a grajearse, en cosa de segundo la verga del tipo ya se encontraba en condiciones de penetrarla, y todo eso frente a mi persona, yo por mi parte también me encontraba algo excitado al ver el hermoso cuerpo de mi mujer y como ella era poseída por otro hombre frente a mis narices y yo sin poder o querer hacer nada para evitarlo, el rostro el de Raquel reflejaba una tremenda dicha, quien era yo para impedir que disfrutase de lo que yo no podía proporcionarle, es cierto que me sentía incomodo con la ropa que ella me había dado, pero con todo y eso estaba disfrutando viendo lo feliz que era mi mujer, el guardia se lo introdujo de un solo viaje en su coño, y ella lo disfrutó y comenzaron a mover sus cuerpos frente a mi, que envidia me daban, fue cuando Raquel me ordenó que me comenzara a masturbar mientras lo miraba, y me recordó el día que la vi en la playa con aquella pareja, por cosas del destino en un momento me vi en el espejo del armario al principio no me reconocí pero al verme con detenimiento vi lo ridículo que me encontraba vestido y encima de eso masturbándome mientras los miraba a ellos revolcarse en mi cama, al yo acabar ellos continuaron manteniendo sexo, tal y como me encontraba me fui al baño de huéspedes y me lavé. Luego permanecí viendo como los dos se comían su sexo mutuamente, al ellos terminar se dieron una ducha, y se vistieron sin tomarme en cuenta para nada hasta que se dirijo

dieron a la puerta, que fue cuando me llamaron para que les sirviese de chofer, yo pensaba protestar por la ropa que estaba usando a pedidos de ellos, pero Raquel como que me leyó la mente o algo así, y antes de que yo abriese la boca repitió la orden secamente, y yo obedecí como un estúpido, me ordenaron que los llevase a una discoteca a la cual entraron, mientras que permanecí en el auto esperándolos, yo me encontraba dormido en el asiento trasero cuando sentí que Pedro me llamaba usando mi nombre en femenino, cuando me di cuenta el auto se llenó de gente, y lo conduje nuevamente a nuestra casa, además otros autos nos seguían de cerca, en el trayecto escuche que harían una gran fiesta en mi casa.

Todos los asistentes eran personas de escasos modales borrachos y que no tenían idea de lo que era el buen gusto, o por lo menos eso reflejaba su forma de hablar y de vestir, tanto los hombres como las mujeres, al llegar Raquel me llamó Roberta y me ordenó que atendiese a sus invitados en todo lo que me pidiesen, sin importar lo que fuere, de vez en cuando pasaba con la bandeja de bebidas o de tapas, y uno que otro de los invitados de mi mujer me agarraba las nalgas, pero al escuchar mi vos de protesta de inmediato se echaban a reír y me dejaban en paz, todos menos un par de tíos que al parecer se enamoraron de mi, a sabiendas que no era una mujer de verdad, yo procuré durante el resto de la noche sacarles el cuerpo pero se las arreglaban para colocarse de tras de mi y colocar sus sucias manos directamente sobre mis nalgas, llegó un momento en que me acerque a Raquel y le dije lo que estaba sucediendo y le pedí de caridad que me dejase marchar a mi habitación, fue cuando ella me volvió a preguntar que estaba dispuesto hacer yo por amor a ella, por un buen rato permanecí en silencio sabiendo que la respuesta la que fuese que yo diera me perjudicaría, si no decía que todo, la perdía y si respondía que todo de seguro me pondría a prueba y yo no quería pasar por eso, Raquel colocó una de sus manos sobre mi verga y la otra sobre mis nalgas, al tiempo que me daba un beso en la boca, eso lo decidió todo y respondí como un tonto todo, ella se sonrío y me dijo no se hable más del asunto, si de verdad no quieres que esta noche me marche de la casa, ya sabes que debes hacer, y mientras decía eso la mano que mantenía sobre mi pene la retiró al tiempo que la que tenía sobre mis nalgas la apretó con cariño.

Mientras me retiraba le comenté, yo no voy a provocar nada si se da bien pero si no bien también, al escucharme me tiró un beso y se alejó riendo, durante parte de la noche se me ocurrió darles de beber a mis admiradores con el fin de emborracharlos y despreocuparme de ellos, cosa que dio un excelente resultado.

Nuestra casa parecía más un lenocinio que cualquier otra cosa, ya que más de una pareja se encontraba manteniendo sexo en distintos lugares de la casa, a eso de la una de la mañana ya habían terminado con la mitad de mis bebidas, y a cada rato escuchaba como me llamaban Roberta para que les diese algo de comer, para colmo me sentía de lo más incomodo con la ropa que estaba usando, mientras que Raquel y Pedro se divertían a pierna suelta, viéndome servir a sus invitados de esa noche.

Durante el resto de la jornada vi cosas increíbles, como dos tipas haciendo una competencia entre ellas, las dos estaban manteniendo sexo con tres tíos a la vez, el espectáculo me pareció extremadamente vulgar, en una de las habitaciones superiores se encontraba un travesti poseyendo a una mujer, en principio pensé que eran dos hembras pero al momento que se dieron cuenta de mi presencia, el travesti me dijo con una gruesa voz varonil, hermana mejor te buscas otra habitación que esta ya esta ocupada, por lo que me retire sin decir nada. Todo se encontraba en relativa calma, y fue cuando me detuve a descansar mis adoloridos pies por usar las sandalias altas de mi mujer que me fijé que un hombre en particular me estaba observando detenidamente, en ese momento me di cuenta que durante toda la noche lo había visto charlando con una que otra persona u observándome con detenimiento, pero tanto su conducta como su persona era bien distinta a la del resto de atorrantes que se encontraba de visita en la casa, al verme levantó su vaso e hiso como si brindase, yo procuré mantenerme alejado de él, al rato él se me acercó y me pidió que le llenase su vaso con vino rojo, yo procurando engolar más mi voz le indiqué que el vino rojo ya se había acá

vado, y por cortesía le pregunté que más deseaba, fue cuando me dijo, conocerte intima y profundamente, yo estaba seguro que no le cabía duda de que yo era un hombre mal vestido de mujer, pero su actitud me puso bien nervioso, en su mirada se le notaba que su interés por mi persona era algo más que el antojo de un borracho, con la escusa de buscarle el vino que me solicitaba en la cava, me retiré de él como alma que lleva el diablo, con el fin de alejarme del bullicio de la "fiesta" salí por la puerta de la cocina que daba al patio trasero de la casa, pasé por el lado de la piscina y vi a una pareja manteniendo una relación urogenital, se trataba de una mujer algo pasada de peso que se encontraba mamándole la verga a un viejo, procuré no llamar su atención y me dirigí a la covacha donde se guardan las herramientas de jardinería, pensando que en ese lugar estaría tranquilo, me senté en un banco de madera y me despojé de las sandalias que me estaban matando, y cuando menos lo esperaba sentí un par de manos sobre mis hombros, su solo contacto me sobre saltó, era el mismo tipo de adentro de la casa que por lo visto me había seguido hasta ahí, yo me di la vuelta y al estar cara a cara frente a él me tomó entre sus brazos y me plantó un beso en mi boca, yo luché por zafarme pero me apretó con sus fuertes brazos, el roce de su barba de un día sin afeitar me irritó la piel, el tío era mucho más fornido y alto que yo, pero apenas dejó de besarme molesto le pregunté que si no se había dado cuenta que yo era un hombre igual que él y que no estaba dispuesto a nada, él se quedó como estupefacto cosa que aproveché para volverme a calzar las sandalias y salir caminando rápidamente rumbo a la fiesta, por lo menos ahí no se había atrevido hacer lo que hiso segundos antes, estando en la sala Raquel se me acercó con Pedro y me preguntó si no había tenido suerte, yo le señalé los dos candidatos que en principio me habían molestado, ambos se encontraban durmiendo la borrachera, a lo que ella me dijo por lo visto ni como mujer tienes suerte, lo que yo asentí con un aire de felicidad, y cuando más confiado estaba de que no pasaría nada, sentí nuevamente que un par de manos se posaban sobre mis hombros nuevamente, sudé frío en esos momentos, era nuevamente el tipo del vaso de vino y de la covacha, se disculpó con Raquel y sin retirar sus manos de sobre mis hombros me guio al patio de donde habíamos venido, yo pensaba nuevamente cortar con él por las buenas y esconderme en mi dormitorio el cual se encontraba cerrado con llave por previsión, debido al tipo de amistades que nos visitaban esa noche, pero al voltear mi rostro vi de tras de nosotros a Raquel acompañada por Pedro que recién llegaba con dos vasos de alcohol, ellos nos seguían relativamente de cerca por lo que no podía zafarme y salir corriendo o Raquel se iría de la casa según me había amenazado más temprano, el tipo a medida que caminábamos por el patio trasero, me dijo te estas haciendo la interesante escabulléndote de esa manera, Pedro y Raquel se detuvieron mientras que él me seguía empujando al más apartado lugar del patio, y justo en ese momento se detuvo como me tenía fuertemente agarrado por los hombros me dio medía vuelta y abrazándome nuevamente comenzó a besarme de nuevo, yo realmente no sabía como actuar, ya que me quería zafar de él y salir corriendo, pero frente a nosotros se encontraba Raquel observándonos, alcancé a escuchar a Pedro preguntarle ¿tu crees que se atreva?. A lo que le respondió ella si no lo hace esta misma noche me marcho de la casa contigo, ante tal amenaza no me quedó más remedio que seguir el juego de ese tipo, quizás con suerte ellos se retirasen y entonces yo me zafaría de los brazos de ese mastodonte, pero para mi desgracia no fue así, Raquel permaneció acompañada por Pedro sentados viendo como el tipo me besaba, las manos de él comenzaron acariciar mi cuerpo, en particular mis nalgas, en cierto momento sus manos se dirigieron a mis falsos senos y metiendo su mano por debajo del suéter me comentó sabía que no eran de verdad, pero no importa ya que este si lo es y al decir eso sus manos nuevamente hicieron blanco en mis posaderas. Yo comencé a sentir su caliente y dura verga erecta pegada contra la parte baja de mi barriga, sin decir nada continúo besándome, por una parte me sentí mal por lo que estaba

haciendo, pero por otra me supongo que por el hecho de sentir sus grandes manos sobre mi cuerpo y sus labios sobre los míos, yo también me comencé a excitar, y sí a eso le sumaba que estaba siendo observado a unos pocos pasos por Raquel, sentí como si la sola presencia de ella me excitase más aun, las manos del hombre se introdujeron por debajo de la mini falda, y luego por dentro de las pantaletas, y con suavidad comenzó a pasar su seco dedo por sobre mi esfínter, la primera vez que lo realizó mi cuerpo dio un respingo, a espaldas mías se encontraba una de las mesas de madera que decoraba el patio, él me fue llevando hasta ella, y cuando estábamos lo suficientemente cerca me dio la vuelta como si fuese un pelele, he inclinó mi cuerpo sobre dicha mesa, yo estaba resignado a dejarme hacer lo que Raquel quisiera, y los bajos instintos del tío ese lo guiasen, con tal de que ella no se fuese de la casa, sin quitar sus manazas de sobre mi cuerpo ese hombre en medio de ese oscuro patio me subió la minifalda sobre mi espalda dejando mis nalgas a su disposición una vez que me bajó las pantaletas que yo estaba usando, sentí como sus dedos húmedos por su saliva se incrustaban una y otra vez contra mi esfínter, hasta cuando a su juicio lo había abierto lo suficiente como para intentar introducírmelo, escuche como se abría la cremallera de su pantalón y sin retirar sus dedos de dentro de mis nalgas como con la otra mano se las arreglaba para bajarse los pantalones y su interior, a partir de ese momento sentí más fuerte el calor de su verga contra los cachetes de mis nalgas, volteé mi rostro buscando a Raquel, ella se encontraba sola viendo lo que me sucedía por mi amor a ella, en ese momento comencé a sentir como la verga de ese hombre comenzaba a penetrarme, a pesar de lo mucho que me acarició el esfínter siempre sentí con dolor su penetración dentro de mi, para mi era algo insoportable a la tortura que estaba siendo sometido, creo que no me desmaye por causa del mismo dolor, lentamente sentí como su gruesa verga se abría paso dentro de mis nalgas hasta que sentí su abdomen contra la parte baja de mi espalda y sus testículos contra mis nalgas, su pecho contra mi espalda, y su boca contra mi cuello, permaneció detenido por un breve espacio de tiempo, las lagrimas me corrían por las mejillas, y él comenzó a sacarlo lentamente al tiempo que sus dientes me mordían sobre mis hombros, como pude volteé a ver a Raquel nuevamente ella se encontraba con su boca completamente abierta y sus ojos fijos en nosotros, nuevamente ese hombre comenzó a penetrarme y así sucesivamente, pero llego un momento en que para asombró mio comencé a sentir placer en lo que él me estaba haciendo en esos momentos frente a mi mujer, en cierto momento al abrir los ojos la tenía frente a mi, y a Pedro a su lado con mi cámara fotográfica, en ese momento pensé lo que me faltaba para que me chantajeé, pero a esa altura de las circunstancias realmente no me importaba, decidí disfrutar el momento sin importar lo que me pudiese pasar luego, Pedro continuaba sacándome fotos a medida que el tío me daba sabrosamente por mi culo, Raquel hiso un comentario sobre que al fin había encontrado algo en lo que era bueno, realmente no me importó lo que ella decía en esos momentos, yo me comencé a masturbar al tiempo que sentía la caliente verga de ese macho entrando y saliendo de mi culo, cuando mejor me sentía con ese trozo de carne entre mis nalgas, Pedro le grito algo sobre que me pusiera a mamar, y de inmediato él sacó su verga de dentro de mi persona y tomándome por la nuca colocó mi cara frente a su cosa, quedé sorprendido al verla tan de cerca era algo descomunal, no tan solo por lo larga si no por lo gruesa y venosa que se observaba desde mi posición, yo creo que por instinto abrí la boca y me introduje su falo dentro de mi boca y comencé a chuparlo como un desesperado, había algo en ese hombre o en el ambiente que me había vuelto como loco aparte de la gran cantidad de vino que tomé esa noche, al tiempo que continué masturbándome con fuerza, mientras que Pedro continuaba tomándome fotos indiscriminadamente bajo la dirección de Raquel, un grupo de los visitantes al ver el destello producido por el flash de la cámara se acercaron para curiosear, y vieron como me estaban en principio dando por el culo y luego como me habían puesto a mamar, al fin el tipo se vino sentí como todo su semen invadía mi boca, en cierto momento pensé que me produciría repulsión pero no fue así, todo lo contrario me trague gran cantidad de su leche mientras que por pedido de Raquel lo sacó de mi boca y me echó un buen taco de leche en la cara para fotografiarme, una vez que terminó acomodándose la ropa se acercó a Pedro y a Raquel y extendió la mano vi con cierto asombró como mi mujer sacaba de dentro de sus senos una

paca de dinero y se la entregaba al individuo, el cual luego de tomarla se marcho de inmediato, comprendí que todo había sido una trampa en la que había caído como un verdadero pendejo, pero con la remota esperanza de equivocarme y haciéndome el tonto me acerque a Raquel acomodándome la falda y diciéndole que si estaba contenta con la prueba que ella me había pedido, a lo que burlonamente me respondió que en parte, pero de inmediato me comentó pero uno solo no me basta para creer que tu realmente no quieres que yo me marché de la casa hoy mismo lo debes hacer por lo menos con dos o tres más por lo menos para que yo crea en la sinceridad de tus sentimientos por mi, en el fondo como tenía tiempo que no disfrutaba tanto de una buena relación sexual, del calor de un cuerpo en contacto con el mio así fuera que me dieran por el culo por lo que acepte de inmediato. Nos encaminamos a la casa y al llegar se puede decir que me pusieron en subasta pública, de momento había como cuatro tipos interesados en hacerme el favor, al final solo fueron tres ya que uno se cortó todo al ver que todos los invitados estarían observándonos de cerca, cosa a la que yo no le dí importancia, en el resto de la madrugada me pusieron como un pollo a la vara, con una verga dentro de mi culo y otra en la boca, y desde luego que Pedro continuó tomándome fotos, cuando todo terminó ellos se desaparecieron me refiero a Raquel y a Pedro, yo me fui a la habitación y me tiré a dormir con otro macho sobre mis espaldas.

Al día siguiente el último tipo que había dormido conmigo había desaparecido, me di un buen baño y luego de vestirme me di cuenta que ya ellos dos se habían marchado, encontré una nota en que me decían que se fueron al apartamento de la playa. Al llegar el día lunes Raquel no había aparecido todavía, por lo que decidí irme a la oficina, estando ahí llegaron los dos como si fueran una pareja de recién casados exigiéndome que les diese dinero para hacer compras, en principio les preparé un cheque por una cantidad razonable, pero al verla se comenzaron a burlar, y decirme que lo que necesitaban era una cantidad mucho más alta que lo que yo les había ofrecido, fue cuando entre en cuenta que lo que deseaban era ya no mi dinero si no lo fondos del banco a cambio del rollo de fotos, lo que el muy tonto de Pedro no se dio cuenta fue que en ningún momento retiró el protector del lente por lo que ellos trataron de hacer era una especia de asalto o mas bien un chantajeé, por que mantuviesen la boca cerrada sobre los hechos del fin de semana, discretamente llamé a la compañía donde trabajaba el guardia y les dije a medias lo que sucedía, ellos se presentaron con la policía y arrestaron a los dos, de ahí en adelante se desató el escandalo por el cual renuncié al banco, casi de inmediato Raquel puso la demanda de divorcio, lo que me dolió mucho yo traté de llegar a un acuerdo con ella pero fue en vano, por suerte para mi, tuve un destello de inteligencia antes de casarme con Raquel, ya que tuve la previsión de realizar nuestro matrimonio bajo ciertas capitulaciones las cuales dejaban a Raquel en las mismas condiciones económicas que cuado la conocí, después de eso ella trató de volver conmigo pero de solo acordarme de todos los sin sabores que me hiso pasar y a pesar de lo mucho que la amaba no regresé con ella.

Actualmente mantengo una relación con una cliente del Licenciado, que de paso le encanta dar ordenes cuando estamos en la cama, en cuanto a mi problema de impotencia y eyaculación precoz ya no sufro de esas condiciones, a parte de eso asistí durante unos cuantos meses a una cita semanal con mi psicoanalista para tratarme de los daños emocionales que me dejó Raquel, en cuanto a mantener relación con otros hombres no lo he vuelto hacer desde aquella noche que disfrute tanto, pero ya se que puedo hacerlo gracias a Raquel de paso la última vez que supe de ella trabajaba en un bar de putas, y según me contó un detective que contraté Pedro fue preso por caerle a golpes a ella.

Como se darán cuenta, Roberto pasó por la triste situación  de ser utilizado por el ser que él más amaba, pero hoy en día es uno de los pilares de mi empresa, y por los comentarios que se escuchan por los pasillos próximamente se casa con la señora que es mi clienta