El fotografo (Primera parte)

Una pareja se reencuentra con un amigo que se dedica a la fotografía erótica

Hace unos meses, mientras tomaba unas copas con mi esposa Laura, se nos acercó un chico saludándonos muy efusivamente. En un primer instante no lo reconocí, pero Laura sí.

Era un antiguo amigo, Jorge, compañero de universidad y del cual no habíamos sabido nada desde hacía años.

  • Jorge ! – salude efusivamente cuando por fin lo reconocí

  • Cuanto tiempo sin verte. ¿Qué es de tu vida?

  • Bien, muy bien; hace cinco años me fui a trabajar a Estados Unidos y he estado fuera hasta hace poco. ¿Y vosotros? Os veo bien – contestó

  • Pues aún juntos – sonreí mirando a Laura – Nos casamos hace cuatro años y vivimos muy cerca de aquí.

  • Ah! Muy bien, yo continuo soltero, acabo de regresar y aún estoy situándome. Sólo hace un mes que alquilé un estudio en el que trabajar.

  • ¿Y a que te dedicas? – pregunté

Me miro con una sonrisa tímida, se le notaba cohibido, pero aún así contesto:

  • Soy fotógrafo, hago reportajes de bodas, books para modelos, pero sobre todo, me dedico a la fotografía erótica para un par de revistas.

  • ¿Y eso? – pregunte yo mientras Laura abría los ojos como naranjas, parecía que aquella revelación la había sorprendido.

  • Pues eso; fotografías eróticas y desnudos pero bien hechas. Seleccionando las modelos, buscando la posición y la luz correctas. Aunque no lo parezca es un trabajo mucho más difícil de lo que la gente supone. – argumentó Jorge

  • Pero, ¿entonces? ¿Trabajas para revistas? - pregunté

  • La mayoría de los contratos son de revistas, pero también tengo muchos clientes normales, sobre todo parejas, que desean tener fotos propias de calidad.

  • ¿Parejas? – Pregunto Laura

  • Sí. Como tú y David. Parejas normales que quieren fotos suyas con calidad revista.

  • Venga ya! – Contradijo Laura

  • Sí. No te lo creas si no quieres, pero es mucho más habitual de lo que parece. Todo el mundo algún día ha ido a un fotógrafo profesional para hacerse unas fotos bonitas. Yo hago lo mismo pero un poco más eróticas.

Tanto Laura como yo estábamos sorprendidos con la profesión de Jorge, y sin duda, no nos esperábamos su oferta:

  • Oye – dijo – Por que no os pasaís un día por el estudio, os lo enseño. También puedo enseñaros algunas de mis fotos, y podréis comprobar que no es nada del otro mundo. Y si queréis….

  • … si queréis puedo haceros algunas.

Laura casi salta de la silla del susto.

  • ¿Fotos en pelotas? ¡Ni hablar! – Dijo alzando la voz tanto que los chicos de la mesa de al lado se giraron.

Y ya más calmada dijo con tono jocoso:

  • Tu lo que eres es un mirón….

  • ¡Eso! – añadí yo – Se debe poner las botas mirando tías.

  • No creas – respondió – cuando se hace fotos de calidad hay que estar atento a todo, la cámara, la luz… aunque quieras no puedes desconcentrarte.

De algún modo, como la situación era un poco embarazosa, Laura acabó cambiando el tema de conversación. Estuvimos hablando durante un par de horas, intercambiando teléfonos y recordando antiguas aventuras de la juventud mientras bebíamos unas cervezas; hasta que al final, Jorge dijo:

  • Bueno pareja…. Tengo que irme. Mañana temprano tengo una sesión y no puedo dormirme. Recordad, no es broma, si queréis pasaros por el estudio os lo enseñaré encantado.

Cuando Jorge se fue, continuamos conversando y bromeando sobre el tema, pero a mi, y creo que a Laura también, me picaba el gusanillo.

Así que aquella misma noche, cuando hicimos el amor tomé una cámara y emulé a Jorge.

Me puse frente a la cama, y le pedí a Laura que se desnudara:

  • Poco a poco; ahora enseña un pecho, ahora bájate el pantalón; así… enseña las bragas. Ummm están mojadas….

Laura obedecía mis instrucciones hasta que no aguanté más, coloque la cámara sobre la mesita en modo grabación y me lancé a lamer la vagina de Laura.

Estaba especialmente húmeda y Laura se retorcía de placer.

  • ¿Eso quieres que me haga Jorge?

  • Siiiii – respondí jadeando

  • Oh Jorge, que bien lo chupas – dijo como si fuera él al que tuviera entre las piernas.

Continué lamiendo hasta que tuvo un orgasmo en mi boca. Entonces empecé a follármela con tanta fuerza como pude.

  • ¿Así folla Jorge? – la piqué

  • Síiii… oh Jorge… que dura la tienes

A pesar de mis esfuerzos, cuando oí aquello, no logré aguantar más y me corrí en su vagina. Fue una sesión de sexo distinta, la fantasía de tomar fotos de Laura desnuda delante de Jorge me excitaba sobremanera y su respuesta, aún más.

Al día siguiente, Laura me pidió que borrara las fotos, y al hacerlo pudimos comprobar que todas tenían muy poca luz, estaban mal enfocadas, mal encuadradas y, en definitiva, eran un desastre.

Al mirarlas me quede pensativo, y no sé porque, compartí mi idea en voz alta.

  • ¿Y si hacemos caso a Jorge y nos hacemos una sesión de fotos?

Laura me miro incrédula.

  • ¿Te has vuelto loco? ¿Quieres que Jorge me vea desnuda?

  • No se…. – intenté decir - … en la playa haces topless

  • No es lo mismo. Allí nadie toma fotos a poca distancia

  • No necesariamente tienes que desnudarte, podemos hacer fotos sensuales.

Laura me miró inquisitivamente y la conversación termino allí.


Pasaron los días, casi me había olvidado cuando un día Laura sacó el tema, y inesperadamente me dijo:

  • ¿Sabes? He estado pensando en lo de realizar una sesión fotográfica con Jorge.

  • ¿Cómo? – No daba crédito a lo que Laura me estaba proponiendo

  • Pero nada de fotos guarras, es un buen fotógrafo y puede hacernos fotos normales.

  • Supongo que si – respondí aún sorprendido - ¿Qué propones?

¿Le llamamos y quedamos un día de estos?

Y así lo hicimos, al día siguiente Laura llamó a Jorge y se aseguró de que quedara claro de que las fotos serian normales, nada de erotismo ni desnudos.

.... PRONTO CONTINUARÁ....

Podeis encontrar más de mis relatos en mi blog: http://www.my4dates.net/relatos/users/fernortix