El forastero

La llegada de un forastero a un pueblo que sin ser cura sabia latín

__Solo hacia cuatro años en que acabase la guerra cuando en Villarejos del Álamo, su viejo y amarillento BUS trajo un misterioso Forastero, barbudo y con una muleta,  y más discreto que un tronco seco de Pino. Este pobre Forastero, además era mudo. Para comunicarse llevaba encima una pequeña pizarra y un trocito de tiza, lo que le era suficiente. Cuando contacto con el Alcalde escribió en su Pizarra que deseaba comprar una casita en el pueblo aunque fuese pequeña puesto que él estaba solo y con poco espacio tenía bastante. Solo tres días después tomaba posesión de ella. En el Ayuntamiento le indicaron una mujer para que se la limpiase y la encalase si fuese necesario. En pocos días el Forastero estaba instalado como un habitante más. Para saludar a quien fuere levantaba ligeramente su mano izquierda ya que su derecha la tenía en la muleta. Todos sabían que además de cojo era mudo. Su rutina diaria consistía en tomarse un café en el Bar del Pueblo y al llegar el buen tiempo lo hacía en la calle en la pequeña terraza de este. Desde allí veía pasar el poco trasiego que había en aquel pequeño Villorrio de 250 habitantes. Pronto pudo conocer a todos sus habitantes, de ellos, varias enlutadas Damas que perdieron a los maridos en el frente de la guerra, y que quedaron totalmente solas. Ellas , si le dirigían la vista, el las saludaba con una inclinación de cabeza cortésmente. Hasta que además de mirarle también lo saludaron discretamente. En el pueblo los hombres escaseaban. De los que marcharon a la guerra volvieron  menos de la mitad. Con los días más largos , Marcial, cojeando, cojeando se desplazaba a las afueras del pueblo y sentado a la sombra de un viejo Nogal dejaba pasar las horas sumido en sus recuerdos y hasta que el Sol se escondía detrás de las próximas montañas. Después se volvía al pueblo con el apoyo de su muleta. Las pocas enlutadas damas que se encontró en sus paseos lo miraban disimuladamente. Vestido con un grueso chaquetón , con pantalones de pana y con un largo cabello de color castaño daba la impresión de ser alguien venido de los lejanos países del Norte de Europa. Su larga y poblada barba lo diferenciaban de los hombres del País. Su metro ochenta más todavía. Con el paso de los días, aquellas damas que antes lo miraban de reojo ya lo saludaron con una sonrisa amistosa,  Cuando ellas se perdían en dirección al pueblo el las seguía con la mirada puesta en sus prominentes muslos en movimiento que todo y llevando aquellas larguísimas faldas también se les marcaban al andar. Aquel forastero daba la impresión de que llevaba mucho tiempo si ver culos como aquellos.__

Durante varios días el Marcial no coincidió en sus paseos con aquellas enlutadas viudas, pensó que quizá hubiesen cambiado de recorrido, hasta que una semana después las volvió a ver mientras se acercaban a donde él estaba sentado bajo el frondoso nogal. Esta vez sí se le acercaron por qué desearían saber de él. Por el pueblo bien pocos eran los forasteros que llegaban, y este les llamaba la atención quizá por qué no se asemejase a los lugareños de aquellas comarcas. __Buenas tardes Forastero ! __ El hombre sacándose la pequeña pizarra les contesto  que era mudo y que se comunicaba con su pizarra. _Para añadirles un: Bienvenidas Señoras!___Estamos muy contentas de conocerle, y también que haya venido a este pueblo a vivir. Acá son muy pocos los que lo hacen y el pueblo cada vez está más vacío.__ El hombre escribió : Es un placer conocer Damas tan lindas.__Si no es pedirle demasiado, pasado mañana    le invitamos a comer con nosotras ya que celebraremos el Cumpleaños de esta amiga.  Desde hace mucho tiempo_continuo la Dama_ que las celebraciones las hacemos nosotras tres a solas y nos gustaría la compañía de un hombre. _El hombre escribió :  Me parece muy bien. En este caso a la una lo espermos__El hombre escribió : Allí estaré. __Nuestra casa está en la calle paralela a la suya con el número 12, es una puerta de Madera muy Antigua. El hombre escribió : Allí estaré. Cuando las tres Damas se volvieron por donde habían venido, el Marcial, como hizo las otras veces las siguió con la vista mirándoles sus abultados culos que se les enmarcaban en las largas faldas. __Imaginando como podían ser en la intimidad su Priapo se le puso tan duro como el tronco del nogal que le daba sombra.__A la mañana siguiente el Marcial tomo el  desvencijado BUS y se fue para la Ciudad. Allí se agenció media docena de botellas de Champán  y una caja de bombones de marca extranjera, y otras tres botellas de vino de origen Francés. Que a buen seguro por aquellos pueblos ni las conocían. En una tienda de ropa compro para cada una de ellas unas medias que llevaban una marca Francesa._Después entro en una casa de Comidas con aires de buenos fogones y se zampo  un plato de costillas de cordero lechal que lo dejaron cerca de la gloria. El vino que le sirvieron de los 13 grados no bajaba. __A las cuatro de la tarde estaba en su casa cargado como un borrico  y cojeando más que otras veces __ La noche se le hizo larga soñando, con aquellos culos pronunciados y con las piernas de ellas enfundadas con aquellas medias de color negro contrastando con sus pieles blancas y sedosas que no recibían el sol ni en verano Cuando llamo a la puerta fueron las tres damas a abrirla, gozosas de tener un invitado masculino. Al ver lo cargado que iba le quitaron el peso de las manos recriminándole tanta carga. Ellas, a diferencia de las vestimentas de la calle lucían unas blusas de color enseñando sus pechugas de buenos tamaños. La mesa ya estaba preparada con una fuente en la que había un gallo de notables proporciones hecho al horno de leña. Antes de empezar a comer el anfitrión les indico a través de la pizarra los regalos que les llevaba, al tiempo que abría una botella de vino para brindar por el cumpleaños. Medio en broma medio en serio les solicito que le enseñasen el efecto que hacían aquellas medias puestas en las piernas. Una tras otra le mostraron las bellezas que  escondían casi.... en su entrepierna. Nuestro hombre lo aplaudió con mucho gusto. _En la pizarra escribió que se llamaba Marcial._ Ellas le dijeron que una se llamaba Lucrecia, la otra Gertrudis, y finalmente la  anfitriona Claudia. __Marcial, todas estamos muy contentas de haberte conocido y de tenerte con nosotras, y por lo tanto te daremos un beso de Bienvenida. __ Los besos que recibió nuestro hombre no eran unos simples besos, se notaba que aquellas hacían años que no besaban, la morreada que le dieron lo dejaron aturdido. Este, sacándose la pizarra escribió: Saben a poco.__ No te preocupes Marcial, te volveremos a besar hasta que el cuerpo aguante. Nuestro hombre no logro recordar cuántos años hacia que no le habían besado así.__Entre risas y bromas el gallo se lo fueron zampando, las botellas del vino también,  las del Champany ya iban por la segunda.__En buen sitio te metiste Marcial_le dijo la Lucrecia_ con los años que llevamos de abstinencias te vamos a dejar sin plumas como al Gallo.__Cuando acabaron con la pastelería y el Champán  ya casi era de noche, y allí no había quien se aguantase en pie. Entre las tres lograron poner al Marcial en una cama como una plaza de Toros de grande y después lo dejaron en cueros. A una le dio por morrearlo más, a la otra por chuparle su grueso Zipote, y la tercera tan pronto pudo meter su cara entre las piernas paso  a__ lamerle el ano.__Poco tardaron en quedarse dormidas como el Cemento. El.Marcial se puso a roncar como una locomotora de carbón. Cuando ya amanecía el Marcial despertó de su profundo sueño, a su lado y en varias posiciones estaban las tres Damas completamente Desnudas. Nuestro hombre no perdió el tiempo ante aquellos desnudos tan bellos. A la que tenía más   vello en el chocho le metió su Cipote, que todo y estando dormida y medio borracha le facilito la entrada. __Cuando termino de follarla, se montó encima de la que tenía en culo más grande, y como no lograba ponerla en posición de abordaje le metió su priapo por el culo, ella al sentir que por retaguardia le había entrado algo grueso lo movió cadenciosamente.  Cuando ya llevaba un rato con las embestidas y medio despierta grito :  Que me ha entrado un bicho en el culo, socorro !!!!!  Fue entonces cuando todos despertaron riendo hasta que les saltaron las lágrimas viendo como en su culo lo que le había entrado era la polla del Marcial.  Gertrudis que aún no había pasado por las manos del Marcial y saliendo de la habitación se fueron a terminar los cuatro pasteles que quedaban. La Gertrudis tuvo que emplearse a fondo para lograr que aquel Zipote volviese a ponerse erecto y duro para que le entrase en su húmedo chocho Cuando, acabo la fiesta, cada uno se fue para sus casas con caras de agotamiento por la noche pasada. Marcial, se congratuló de que bajo los efectos del alcohol ingerido no hubiese hablado demasiado diciendo que no era ni mudo ni cojo, como tampoco que en su casa tuviese el botín conseguido en el frente de Guerra.