El fontanero
Tuve una avería en el cuarto de baño, y la compañía de seguros me envió a Mister Universo para su reparación.
EL FONTANERO
Lo que voy a contar a continuación me acaba de ocurrir hace unos minutos…
Bueno, realmente ocurrió hace mas de una semana, pero había empezado un relato, que al cabo de los días se ha ido desarrollando de un modo distinto a como lo había imaginado.
Me explico:
El viernes pasado, advertí un pequeño charco de agua en el cuarto de baño, que resultó ser una fuga del inodoro. Como era viernes por la noche, y ya tarde, decidí esperar al lunes, para avisar a la Compañía de seguros.
Esta mañana bien temprano me puse en contacto con la Compañía, para dar parte del siniestro, indicándome que en un plazo inferior a 24 horas, un fontanero se pondría en contacto conmigo para hacerse cargo de la reparación.
Sobre las 5 de la tarde he recibido una llamada en mi móvil, cuyo número no tengo registrado, por lo que he supuesto que se trataba del fontanero. Y, efectivamente era él, que no sabía cómo llegar a mi casa. Reconozco que la dirección es un poco difícil de encontrar…
La voz que me hablaba desde el otro lado era una voz muy agradable, muy varonil, y de un tono muy amable…
-Hola, soy el fontanero del seguro…; es que no localizo la dirección…
Ya de entrada, me ha dado la impresión de ser una persona muy cercana y muy amable. Le he dado todas las explicaciones hasta llegar a mi casa, y a los cinco minutos sonaba el porterillo automático.
-Hola, soy el fontanero, ¿me abre?
Esa voz me ha inspirado una cierta confianza, y el tono cercano y viril ha acentuado mi curiosidad por conocer a la persona que ha estado hablando conmigo. Le he esperado con la puerta del piso abierta, aguardando a que llegara el ascensor… Mi curiosidad era absoluta.
De pronto, el ascensor se detiene en mi planta y se abre la puerta. Veo salir un “adonis”, guapísimo, vestido únicamente con un “mono” azul, sin camisa, dejando ver un espléndido torso desnudo, y unos pezones preciosos que asomaban a los lados de sus tirantes… Por su aspecto le supongo unos 38 o 40 años… Moreno, un cuerpo excelente, con una incipiente -pero graciosa- tripita, que también le da cierto encanto…
Este atractivo hombretón se parece muchísimo al actor porno “Sean Lawless”, (recomiendo buscarlo en Google). Pelo rapado, como él…; torso depilado, como él, y una constitución física perfecta…, como “Sean Lawless”. Enseguida le imagino totalmente desnudo, y pienso que, igual que el actor está también dotado de una hermosa polla cabezona…
Como es verano (pleno julio), yo también voy muy ligero de ropa, solamente un pequeño short y sin nada arriba. Al fin y al cabo estoy en mi casa…
Le hago entrar al piso y le conduzco hasta el baño, donde tengo la avería…, pero mi mente ya empieza a imaginar algo con este hombre, y mi polla comienza a ponerse cachonda… Obviamente sabía que no podía tener nada con él, pero la imaginación es libre, y el deseo es gratis. Otra cosa es la realidad, pero el pensamiento es muy rápido, y mientras que él investigaba la avería, yo he empezado a fantasear con este hermoso apolíneo para dar rienda suelta a mi imaginación.
Yo no dejaba de mirar hacia su entrepierna, adivinando un hermoso falo bajo el pantalón de su “mono”. Me ha parecido ver un bulto a la altura de su paquete (que no era un pliegue de la ropa). Quizás lo he imaginado, pero creo que no. Por lo definido que estaba lo que había debajo, yo hubiese jurado que no llevaba calzoncillos. Es más, estoy seguro de que no los llevaba, y creo que él ha advertido la atracción que yo estaba sintiendo en ese momento, porque mi polla se ha puesto dura como un palo y yo no he hecho nada por disimularlo. Además, yo soy muy transparente y no tengo nada que ocultar. Soy libre -como los pájaros- y no tengo que dar explicaciones a nadie. Por otra parte, yo no estaba haciendo nada malo, ni le estaba ofendiendo, pero creo que él se ha dado cuenta de que yo no dejaba de mirar su paquete y que -incluso- se ha sentido halagado.
Pero lo curioso es que me ha dado la impresión de que él no tenía ninguna prisa por terminar…, por irse… Creo que se sentía a gusto y feliz… Se ha tomado todo el tiempo del mundo, y parecía complacido con esta situación. Además, estaba haciendo tiempo para que la Compañía del Seguro le diera la conformidad para realizar la reparación.
Por otra parte, yo estaba tocándome los huevos, como recolocándomelos, masajeando mi paquete de vez en cuando con cierto disimulo pero sin el menor recato, por lo que él se ha percatado de que yo estaba empalmado… A mi tampoco me ha pasado inadvertido que él se fijaba mucho en el bulto de mi pantalón y en mis muslos, pero -obviamente- yo no he querido dar ningún paso en falso…
Han sido unos momentos deliciosos, un espectáculo digno de recordar y recrearse en esa imagen, ver este cuerpazo de 1’90 en mi cuarto de baño, a un metro de mí, y que en algunos momentos me ha dado la impresión de que estaba pidiendo “guerra”. Ha sido muy excitante ver sus pezones en esos pectorales bien trabajados bajo sus tirantes…, un pecho y una espalda perfectamente depilados, que nada tienen que envidiar al más hermoso “mister universo”.
Mientras esperábamos la llamada de la aseguradora yo me fijaba mucho en sus manos. Unas manos grandes, con unos dedos igualmente largos y recios. Igualmente sus pies eran grandes, llevaba unas sandalias tipo franciscano, que dejaban ver unos hermosos pies de gran “macho-man”… Hay una teoría -muy generalizada- que asegura que un hombre con las manos y los dedos grandes, tiene igualmente desarrolladas todas las extremidades de su cuerpo. Así, según esta teoría, el pene de estos hombres suelen estar proporcionalmente desarrollado en relación con el resto de sus miembros, y -por lo general- suele tratarse de hombres muy bien dotados. Y yo creo que éste lo es.
En ese supuesto, yo trataba de fantasear sobre su polla y no hacía falta ser muy imaginativo, pues por encima de su ajustado “mono” de trabajo parecía marcarse su falo. Un miembro que se aventuraba largo y grueso, de magníficas proporciones… ¡Dios cómo me apetecía echarle mano a aquel bulto, aún arriesgándome a una bien merecida bofetada…!
Obviamente no lo habría hecho, (no estoy tan loco), pero mientras me recreaba en aquellos pensamientos, sonó su teléfono y volví a poner los pies en la tierra. Era la Compañía, autorizando la operación.
Entonces este hombre me dijo:
-Tengo que buscar la pieza que le hace falta. Pero, mañana a primera hora volveré para ponérsela y terminaré la reparación. Procure estar en casa, ¿ok?
Yo asentí y el muchacho se marchó, no sin dejarme una sensación de lujuria incontenible y un irrefrenable deseo carnal fuera de todo control.
Después de cerrar la puerta yo me quedé empalmado y estuve un buen rato pensando en este tío; me senté frente a mi P.C. y busqué videos de Sean Lawless, mi actor porno favorito... Como dije al principio, este hombre tiene un parecido extraordinario con el actor, y yo buscaba escenas de sexo de él para masturbarme. Hay muchísimos videos en Internet y estoy seguro de que a muchos de mis lectores les encantará. Realmente Sean Lawless es un actor súper atractivo y tiene un morbo que se la pone dura a cualquiera. Es un cuerpo 10, fibrado y cuidado, (supongo que de gimnasio), depilado, cabeza afeitada, torso muy bien trabajado y unos hermosos pectorales.
A la noche me volví a masturbar pensando en él; ya no necesité el video porno, la imagen del fontanero la tenía grabada en mi mente… Y después de una paja bestial, me quedé durmiendo.
Esta mañana alrededor de las 10 ha llamado la empresa de fontanería, (no el móvil del fontanero, sino la empresa), indicándome que el fontanero no había encontrado la pieza de repuesto y la reparación se retrasaría un día mas. Así que –supuestamente- el siguiente día quedaría terminada.
Hoy es martes y la empresa me ha asegurado que el fontanero vendrá mañana miércoles para dejarlo todo terminado, así que no tengo otro remedio que esperar y soñar, imaginando cómo se presentará mañana este muchacho…
Han pasado 48 horas y el fontanero está a punto de llegar… Yo estoy indeciso entre esperarlo con el short que llevaba el primer día, o ponerme un bañador tanga que marca mejor mis atributos sexuales… Lo que sea, con tal de dejar constancia de que aquí hay “tela marinera”… (jeje) Ojalá que este hombre se presente con el mismo “uniforme” del primer día; el “mono” de trabajo, sin camisa, que deja ver sus hermosos pectorales. Yo opté por ponerme el short del primer día, me parecía muy descarado recibirle solamente con un tanga…
A la hora prevista llamaron a la puerta:
-Buenos días, soy el fontanero…
La voz a través del telefonillo me sonó extraña, no parecía la misma voz del otro día… No parecía la misma persona… Abrí la portería, y me quedé esperando al ascensor con la puerta de mi piso abierta. Antes de dos minutos el ascensor se paraba en mi descansillo, y de él salió un hombre mayor y encorvado, que nada tenía que ver con el apuesto muchacho del día anterior. Yo no entendía nada… Ufff…, ¡que decepción!. ¿Qué habría pasado?
-Hola, (me dijo este hombre). Es que Carlos no ha podido venir, porque su mujer se ha puesto de parto…
A mi se me cayó el mundo a los pies… Yo me las había prometido muy feliz, mientras que el muchacho se tiraba al suelo, con los tirantes del “mono” bajados, y mostrando todos sus encantos de cintura para arriba… Pero bueno, nada podía hacer. Como dicen en la huerta: “una mata que no ha echado” (jajaja)
El caso es que este hombre realizó su trabajo, me hizo firmarle un parte de trabajo y se marcho.
Aquí terminaría esta historia, y punto y final. Pero la historia no queda así, (jeje). A los pocos días vuelvo a observar una fuga de agua, mucho menor que la que tenía antes, pero -obviamente- la cosa no se podía dejar así… De modo que volví a llamar a la Compañía y les puse en antecedentes de lo que ocurría. La reparación no había quedado bien y la junta seguía dando agua.
La empresa me dijo que al día siguiente vendrían a ver qué había pasado… Ahora, posiblemente si vendría el fontanero del primer día… Tenía la esperanza de verlo de nuevo, y quién sabe, si con un poco de suerte, podría haber “tema”.
Al día siguiente a las 9,00 sonó el telefonillo. Era él, el mismo del primer día. Lo más probable es que su mujer ya parió, y él había vuelto al trabajo tras el permiso normal de estos casos.
Como en las ocasiones anteriores esperé con la puerta abierta a que llegara el ascensor, y a los pocos segundos salió este hombretón, con el que tanto había elucubrado en mis fantasías sexuales... Igual que la semana anterior, éste se presentó con su mono de trabajo, sin camisa (no hay que olvidar que estamos a mediados del mes de julio, y el calor en la ciudad es espantoso), y con el torso totalmente desnudo. Los tirantes apenas le llegan a cubrir los pezones, y detrás del minúsculo peto, se pueden observar con lujuria unos hermosos pectorales que “encienden” a cualquiera.
Le hice entrar, y este hombre me contó que su mujer había tenido un niño, el tercero de sus hijos, y que ya se encontraba en casa con el niño. Después de felicitarle por ello, me preguntó:
-¿Qué ha pasado?
-Pues que sigue goteando por la junta que colocó tu compañero…
-Es que debería haberlo sellado… Y si no lo hizo, a la larga puede producir alguna fuga. Pero no se preocupe que eso lo soluciono ahora mismo.
Pasamos al cuarto de baño y empezó a trabajar… El calor era asfixiante y el sudor le caía por cada poro de su piel… Entonces me preguntó:
-¿Le molesta si me bajo los tirantes? (Se refería a bajarse los tirantes y el peto del mono)
-No.., no… Como si te quieres quitar el mono entero… jajaja
Para realizar la reparación, el muchacho se tenía que tirar al suelo, en una postura bastante incómoda, Y con los calores del verano eran comprensibles aquellos sudores…
-No me quito el mono porque no llevo calzoncillos, que si no si me lo quitaba ahora mismo… jeje
-Bueno, yo tampoco me voy a asustar… Además, podría ser tu padre…
Yo no sabía cómo “romper el hielo”, pero trataba de llevarlo al terreno sexual…
-Así que tu mujer ha tenido un niño… (le dije)
-Si; ya es el tercero…, buscando la niña nos vamos a juntar con un equipo de futbol. Pero ya me corto “la coleta”, jeje
-Bueno; no te la cortes, porque algún día la vas a necesitar… jeje. Aunque ahora te espera una cuarentena… ya sabes… ¡abstinencia total!, al menos con tu mujer…
-Si… ya llevo una temporadita que me tengo que “lavar la ropa a mano”, como el chiste del chinito y la chinita… jajaja. Ya lo sabe, ¿no?
-Si, claro… Conozco el chiste… jeje
Mientras hablábamos yo pasaba mi mano por encima de mi “paquete”, y lo hacía de un modo descarado, sin miramiento alguno… Él, tumbado como estaba manipulando en la parte de atrás de inodoro, estaba también bastante excitado, se advertía como había crecido esa parte del pantalón de su mono azul.
El calor era sofocante, mientras que él seguía con su faena… Yo le dije:
-Si quieres te puedes duchar… Aquí tienes toallas y todo arreglado…
Era evidente que yo quería algo con este hombre… Ni quería disimularlo, ni él parecía incómodo con la situación. Muy al contrario, se mostraba complacido…
-Con la que está cayendo es muy tentadora y gratificante una buena ducha fría, pero creo que sería demasiado…
-¡Una ducha rápida, joder…! Y si quieres, yo te enjabono… ja ja …
El se puso de pie, y quitándose el mono me dijo:
-Dame una toalla, que te voy a complacer…
Solo puedo decir que en mis pensamientos me había quedado demasiado corto… El cuerpo de este muchacho era un escándalo… Me río yo de algunos adefesios que se presentan en la televisión en busca de un título de Mister, (lo que sea)…
Estaba bastante empalmado, pero él no se ocultaba. Al contrario, disfrutaba con la situación, y parecía que aquella no era la primera vez que él tenía una experiencia similar… Yo le dije:
-¿Me puedo duchar contigo?
-¡Claro…! Si quieres…
Obviamente yo lo estaba deseando, y rápidamente me quité el pequeño short, que era casi como no llevar nada, dejando ver mi polla empalmada que él agarró trayéndola hacia sí…
Y mientras estoy recordando esto, y lo que ocurrió después, mi polla se ha vuelto a poner dura como un bate de béisbol y me tendré que masturbar pensando en el fontanero… Pero este relato lo voy a dejar aquí y que el lector imagine el final que más le guste.
Creo que dentro de unos días se me va a romper el grifo del fregador o el desagüe del lavabo, y tendré que volver a llamar a este fontanero tan estupendo. Espero que venga éste y no el otro, porque de lo contrario me voy a cabrear… (jejeje)
Solo una pequeña aclaración: el relato es real, aunque con unos toques de fantasía.