El finalizador- Recordando mi primera presa 2
Tercera entrega que nos cuenta la vida de Álex como finalizador. En esta entrega nos recuerda su primera presa, Sandra y finalmente parece que tendrá la oportunidad de su vida.
Tener la mirada de una mujer de 43 recién follada, clavada en tus ojos es una experiencia para la que no te preparan en ninguna universidad. Su cara perlada de sudor, sus pupilas dilatadas y esa boquita abierta en busca de un aire que el tanga encajado en su boca le impedía respirar con normalidad me marcarían de por vida. Estaba hipnotizado, aún a riesgo de que el padre de Luis se girase también y me descubriera, no podía mover un músculo ni mucho menos pensar con claridad. Notaba los latidos de mi corazón en las sienes y tenía el miembro al máximo de su extensión pidiéndome a gritos que lo liberase de la prisión en que se habían convertido mis tejanos. Mientras estaba perdido en estos pensamientos Sandra se fue serenando poco a poco y se quito el tanga de la boca. Su cuerpo brillaba en todo su esplendor embadurnado en una mezcla de sudor, saliva y semen. Se volteo y le dio un profundo beso a su marido. En ese momento la única parte de mi cerebro que aún no estaba completamente paralizada me dijo que llegaba el momento de serenarme y volver a mi zona de estudio.
Como imaginaréis mi capacidad para estudiar estaba completamente anulada, simplemente estaba sentado frente los diferentes apuntes con una sensación agridulce en mi cabeza. Por un lado me sentía profundamente desgraciado. Me había levantado esa mañana con la convicción total de que acabaría follando con Sandra y al final todo había acabado en un sueño, pero por otro lado había visto una imagen por la que muchos voyeurs pagarían. Pero a pesar del espectáculo que acababa de presenciar no conseguía sacarme el mal sabor de boca de ver que era la polla de otro la que entraba en las entrañas de esa hermosa mujer.
De pronto un ruido de pasos me sacó de mi ensoñación, escuche como los dos subían las escaleras y luego escuche el ruido una puerta al cerrarse. Supuse que se habrían ido ambos a la habitación. Por mucho que intentase concentrarme en los estudios no podía evitar estar con los oídos alerta para poder interpretar que estaba pasando en la planta superior, de pronto escuche el ruido inconfundible de agua correr por un desagüe. Supongo que el bajante del baño pasaría cerca de donde yo “estudiaba” y eso me indicaba que efectivamente alguien estaba en la ducha. Y así de pronto una idea apareció en mi mente ¿sería ella la que estaba en la ducha? ¿Podría volver a espiarla? Me forcé a olvidar esa loca idea pero fue imposible, no podía olvidar lo que había visto y mi cuerpo con todo su ímpetu me pedía ver más. Me levanté y silenciosamente empecé a subir las escaleras. Tenía la boca seca y un sudor frio me recorría la espalda. No podía evitar pensar en que excusa podría decir si el padre de Luis apareciese de repente ¿qué estupidez podría decir para justificar lo que estaba haciendo? Por suerte mis dudas se resolvieron al pasar por frente la primera puerta que encontré en mi camino al baño, la puerta estaba medio abierta y en ella podía ver los pies de una hombre en una posición que me indicaban que estaba tumbado boca bajo. Parecía que lo que había pasado apenas una hora atrás en la piscina había sido más que suficiente para un hombre de su edad, de hecho hasta se podía escuchar su respiración profunda y acompasada.
Animado por lo que acababa de descubrir me aventuré a llegar hasta la puerta del baño a un paso más rápido y como cabía esperar estaba cerrada. Una de las ventajas de que el padre de Luis tuviese tanto dinero era que la decoración de la casa era de lujo, un ejemplo era el material empleado en las puertas. Estas eran las típicas puertas con cerrojo estilo “vintage” que permitían mirar a través del cerrojo sino había ninguna llave en el ¡Gracias a dios no la había! Conteniendo el aliento anticipando lo que iba a ver cerque mi ojo a la apertura y lo que vi me dejo de piedra. El estilo “vintage” del padre de Luis se extendía a más sitios además de las puertas. En vez de tener la típica mampara que o bien es transparente o bien lo suficientemente translucida para entrever lo que hay detrás me encontré mirando la típica cortina completamente opaca que me impedía ver nada.
No podía creer la cantidad de cosas que me estaban saliendo mal en lo que en teoría iba a ser la mañana más gloriosa de mi vida. En poco más de una hora había pasado de tener opciones claras de sexo, a ser un mero espectador y al final a no ver absolutamente nada. Algo dentro de mí se enfadó y nublo mi capacidad de razonar. Sin pensar, de forma totalmente autónoma, controlado solamente por mis instintos más primarios abrí silenciosamente la puerta, el interior estaba cubierto de vaho y la temperatura era elevada. Sin apenas pensar en lo que estaba haciendo, acerque lentamente la mano hacia la cortina de la ducha y empecé a correrla hacia un lado, lentamente. Poco a poco vi aparecer la piel bronceada de Sandra. El corazón me iba a estallar, lo notaba latir con tanta intensidad que pensé que me iba a dar un infarto. Seguí retirando la cortina para descubrir más de ella. Primero apareció su pierna izquierda, la rodilla, su muslo y entones la cadera junto el inicio de su hombro y su perfecto pecho. Sandra estaba sentada en el borde de la bañera con la espalda recostada en la pared y las piernas bien abiertas mientras que con su mano se daba placer. Y así fue como una vez nuestras miradas se cruzaron. Sandra tenía los labios hinchados y las pupilas dilatadas, todo su cuerpo de diosa brillaba con una combinación de sudor y gotitas de agua. No podía hacer nada más que no fuese observar esa maravilla de la naturaleza dándose placer, retiré mi mirada de su precioso rostro para centrarme en su bajo vientre. Tal y como había intuido de lejos espiándola en la piscina, su coño estaba totalmente libre de pelo a excepción de ese pequeño cuadradito peludo perfectamente perfilado, Sandra se estaba masajeando el clítoris a un ritmo muy suave, con lentos y constantes movimientos circulares. Tenía los dedos empapados y los labios de su vagina muy hinchados, con cada movimiento podía notar como un temblor le subía hasta por la espalda haciendo que sus enormes y contorneados pechos diesen un respingo.
Entonces sucedió. Lentamente separó la espalda de la pared y apoyo las manos en el borde opuesto donde estaba sentada, poco a poco bajo sus hermosas nalgas del borde donde unos segundos antes estaba sentada haciéndose una paja y se apoyo en sus rodillas. Entonces con una mano empezó a desabrochar los botones de mi tejano sin dejar de mirarme fijamente a la cara. Al aflojar el último botón introdujo la mano dentro de mis pantalones y agarrándome la polla por la base la saco de su prisión. No olvidaré nunca la cara de sorpresa al ver el tamaño de la herramienta que tenía ese momento en sus manos, su mano apenas podía rodearla. Aparto la mirada de mis ojos para centrarla en ella y entonces dijo – Dios mío no puedo creer lo que voy a hacer- abrió su boquita y con sus labios empezó a lamer la punta de mi capullo con su lengua. Esa lengua era algo maravilloso, la habilidad de la madre de Luis me sorprendió, con su lengua era capaz de llegar a todos los pliegues y recovecos que formaban mi capullo.
Álex- me dijo apartando mi polla de su cara- sé que lo que debes pensar de mi, que soy una puta o algo peor, que le estoy comiendo la polla al amigo de mi hijo con mi marido acostado en habitación de al lado. Pero debes creerme, no soy así. Nunca antes había sentido lo que siento por ti. Desde el primer día en que te vi no paro de pensar en la enorme polla que intuí en tus pantalones- callo un momento para darme un beso en la punta de mi glande- prométeme que esto no saldrá de aquí, sería mi ruina-
Claro que se lo prometo- le dije con toda la seriedad que podía mostrar en esa situación- acto seguido Sandra abrió todo lo que pudo y se introdujo mi polla en su boca-
-Dios mío casi no me cabe en la boca- abrió aún más la boca e intento que los 24 centimetros le entrasen en su garganta, como era lógico a medio camino se atraganto y se la saco de la boca entre largos hilos de baba. – Ostia Alex esto es enorme, con mi marido estoy acostumbrada a metérmela toda en la boca pero contigo no creo que vaya a poder, lo siento-
-No se preocupe-la corté- no es la primera vez que me pasa.
-¿Así que han pasado muchas chicas por aquí antes?- pregunto picada – no veas cómo sube la juventud-
-Muchas no diría exactamente, pero más de una y de dos sí- mientras yo hablaba ella no paraba de meterse y sacarse la polla en su boca- de hecho solamente 1 de ellas pudo encajarla toda en su garganta- ella gruño un Mmm e intento otra vez meterse la mayor cantidad de verga en su garganta. Otra vez se atraganto.
Con largos chorretones de baba en su barbilla y pecho me pregunto- ¿Cuántos años tenía?-
-¿Quién?-
-Joder Alex no te hagas el tonto. ¿La chica que consiguió meterse tu polla enterita en su garganta?-
-¡Ah! Esa era Laura, tenía 18 años recién cumplidos-
-¡18 añitos! Madre mía menuda golfa estaría hecha- entonces se incorporó un poco y se metió mi polla entre sus grandes pechos- seguro que ella no tenía unas tetas como estas para hacerte una cubana como dios manda-
¿Queréis saber la respuesta? NO. Aunque Laura era toda una belleza, una niña de 18 años no podía competir con una delantera pagada a golpe de talonario. Aquello era el paraíso, así como su garganta no podía, su canalillo podía albergar perfectamente la mayor parte de mi polla dejando a penas al descubierto la punta de él apuntando directamente a la cara de la madre de Luis. Con sus antebrazos apretaba los laterales de sus pechos de tal manera que aprisionaba mi polla como si se tratara de una abrazadera. El ritmo que marcaban esos pechos hacia difícil mantener la concentración, viendo como mi respiración se agitaba Sandra se animo y empezó a alternar. Un ratito mi polla estaba entre sus pechos y luego otro ratito en su boca. Aquello era una locura, con lo caliente que estaba no creí que pudiese durar mucho a las atenciones que me estaban brindando la boca y los pechos de esa mujer.
-Tranquilo cariño- me dijo- no quiero que te corras aún, apenas me has tocado- no quiero que todo acabe tan deprisa después del tiempo que llevo esperando esto.
-¿Pero no le preocupa que su marido se despierte?-
Ella sonrió, con mi polla entre sus pechos- Sé que me estabas espiando mientras él me follaba, a pesar de estar en plena forma a su edad, después de follar conmigo necesita un par de horas de sueño, además te aseguro que lo que le hecho antes lo ha dejado rendido-
No puede evitar darle la razón, complacer a semejante mujer no era tarea fácil. Aún recordaba el ritmo frenético que el padre de Luis imprimió al culo de Sandra hacía apenas un rato.
-Uff Sandra!! Si sigues así me voy a correr- gemí
Automáticamente Sandra paro la mamada que me estaba haciendo y con cara de enfadada me dijo-¿Quién te ha dicho que me puedes tutear?-
Me quede sorprendido. ¿Cómo podía ser que a pesar de tener a Sandra a cuatro patas y con mí polla encajada entre sus tetas mantuviese la compostura de una mujer de alto estatus? Un poco sonrojado le dije- Discúlpeme no volverá a suceder-
-Lo siento Álex pero no puedo permitirme que por un error me tutes después delante de mi hijo o de mi marido. Y ahora quiero que me enseñes lo que un jovencito como tu puede hacer a una mujer como yo-
En ese momento volvió a sentarse en la misma posición en la que la encontré y abriendo las piernas me mostro todo su esplendor. Tenía un coño perfecto con unos labios carnosos y completamente hinchados por la excitación de estar ofreciéndose al amigo de su hijo. Los labios interiores apenas asomaban y un clítoris hinchado que pedía una lengua a gritos. Parecía mentira que es mujer hubiese dado a luz. Acerqué mi boca a aquel húmedo manjar y pase la punta de mi lengua por su abultado clítoris. Automáticamente Sandra soltó un profundo gemido. Yo estaba alucinando apenas la había rozado. Realmente ella estaba deseando ese momento tanto como yo.
Tras recuperar el aliento me pregunto-¿Álex cariño puedes acercarme el tanga que está en el suelo?- Lo recogí y me dijo- Pónmelo en la boca como me viste antes, así mi marido no escuchará mis gemidos, es algo que no puedo contener- hice una pelota con su tanga, no antes de oler el olor que emanaba de él y se lo introduje con suavidad en la boca. Acto seguido seguí con mi trabajo. Tan solo pasar la lengua suavemente por su clítoris volví a escuchar un gemido ahogado a través de la masa de tela que tapaba su boca. Entonces noté como su mano me cogía la cabeza y me la empotraba literalmente contra su coño. Si apenas poder respirar y sintiéndome inundado por sus jugos metí mi lengua tan hondo como pude en su húmedo agujero. Desde esa posición podía notar perfectamente la textura interna de su coño y me dedique a probar el efecto que tenía mi lengua sobre ella. Cuando apenas podía seguir aguantando la respiración empecé a notar una cadena de ligeros temblores en el cuerpo de Sandra y su coño empezó a palpitar, levante la mirada y vi a una mujer completamente entregada al orgasmo. Con los ojos en blanco se acariciaba un pecho con la mano libre que le quedaba y todo su cuerpo estaba en una tensión deliciosa. Como os he contado antes, la madre de Luis era una hembra tonificada y con una piel perfectamente bronceada debido a sus largas horas de gimnasio y piscina. Sé que por mucho que me esfuerce no podré hacer una descripción que haga justicia a lo que yo vi, pero lo intentaré. Mientras yo le comía el coño como un animal en celo Sandra tenía las piernas abiertas apoyadas en el otro extremo de la bañera de forma que sus piernas pasaban a ambos lados de mi cabeza. Sus gemelos estaban totalmente en tensión por lo que supuse que sus delicados pies estarían formando un arco. Sus cuádriceps estaban realizando un ejercicio intenso intentando mantener a Sandra sentada en el borde a pesar de los temblores, eso hacía que pudiese ver perfectamente como la trabajada musculatura que había debajo de aquella delicada piel se aferraba con fuerza en sus rodillas con tal de sostenerla. Levantando los ojos veía lo más parecido a un ángel que hubiese visto jamás. Justo un palmo por encima de mis ojos tenía un vientre perfectamente plano y perlado de sudor que subía y bajaba al mismo ritmo al cual unos centímetros más arriba lo hacían dos enormes pechos perfectamente contorneados con unos pezones que habían crecido hasta tener la longitud de un centímetro bien bueno. Justo en ese momento vi como llenaba de aire todo su pecho para luego soltar un enorme gemido apenas amortiguado por el tanga alojado en su boca. Esa diosa se estaba literalmente corriendo en mi boca. Podía notar todo su coño contrayéndose alrededor de mi lengua. En ese momento soltó mi cabeza y con la mano que antes atrapaba mi cabeza empezó a masturbarse el clítoris a una velocidad de vértigo. Tres segundos más tarde un enorme chorro de líquido me dio de lleno en la cara. La muy puta se estaba haciendo un “squirt” de manual encima de mi cara y sin apenas preguntar. Como uno ha sido educado desde muy pequeño en el respeto a los demás aguanté estoicamente la corrida en mi cara. Justo cuando noté que la intensidad de los espasmos disminuía me levante de nuevo y le empotré mi rabo en la boca sin preguntar. Ella abrió los ojos con sorpresa pero sin rechistar acepto más de la mitad de mi mango mientras aún se masturba y temblaba.
Aquella situación se alargo por más de 20 minutos durante los cuales no paré de follarme la boca de Sandra y ella no paro de masturbarse escupiendo chorros de flujo de forma regular cada pocos minutos. Era increíble la capacidad mutiorgásmica de aquella mujer. Yo apenas la dejaba respirar y mucho menos le daba tiempo a poder tragar algo de saliva, por lo que el cuerpo de Sandra era un autentico desastre, largos goterones de saliva resbalaban por su barbilla y caían por todo su cuerpo mientras que su coño literalmente goteaba.
En ese justo momento Sandra puso su mano en mi vientre para separarme de ella y me dijo- ¿Veo que te gusta jugar fuerte?-
-Discúlpeme si eso le ha molestado, pero ha empezado usted aplastándome la cabeza, ¿no creé?- dije sonriendo
-Cierto y el hecho de que no te haya molestado lo de después me ha puesto aún más caliente, es algo que me siempre he deseado hacer a un hombre pero con mi marido nunca me había atrevido-
-Claro y con un jovencito sí que se atreve verdad?- le dije sin poder disimular la ansiedad que sentía por meter la polla en su boca otra vez-
Ella al notar que empezaba a forzar mi entrada en su boca otra vez me pregunto- ¿Te fijaste que antes con mi marido he hecho que se corriera encima de mis nalgas?- Yo simplemente asentí, ella siguió- Normalmente le dejo correrse en mi boca pero hoy quería reservarla para ti- haciendo un puchero añadió- espero que eso compense lo que he hecho antes en tu carita-
Apenas tuvo tiempo de terminar la frase pues yo ya estaba metiendo otra vez mi mango en su boca. Entonces fue cuando empezó el auténtico recital de artes felatorias. No podía imaginar hasta qué punto la experiencia de cerca de 20 años mamando pollas podía perfeccionar la técnica de sacar leche a un hombre. La boca de esa mujer podía succionar a una presión negativa parecida a un aspirador comercial, os juro que pensé que me saldría un chupetón en mitad de la polla, todo ello sin parar de masturbarme con su mano derecha subiendo y bajando mientras con la izquierda me sujetaba las pelotas. Como podéis imaginar aquello no duró demasiado. Empecé a temblar y el primer chorro de semen fue a parar en la garganta de Sandra que lo acepto sin apenas notarse un temblor. Mientras yo seguía expulsando chorros ella no separa su boca de mi polla ni un momento y podía notar como tragaba profusamente. Como si estuviese muerta de sed frente un oasis. En todo momento ella no paro de masturbarse así que cuando yo ya iba por mi cuarto chorro directo a su garganta Sandra explotó una vez más en un intenso orgasmo con “squirt” incluido que incluso sobrepaso el ancho de la bañera y aterrizo sobre el suelo. Cuando pare de correrme ella aún seguía en un éxtasis animal. Sacándose la polla de la boca empezó a restregarse por la cara empapándose a aún más los carrillos. Levanto la mirada y me dijo –Álex prométeme que lo volveremos a hacer otro día sin tanto peligro-
Después de lo que había pasado que podía decir- Se lo prometo –
Aun con mi polla agarrada me dijo- pues date una ducha rápida y vuelve a estudiar que en cualquier momento puede llegar Luis o despertarse mi marido-
Diez minutos más tarde estaba otra vez frente mis apuntes y a pesar de lo que podríais pensar, seguía siendo imposible estudiar. Mi mente estaba centrada en cómo sería nuestro próximo encuentro. No habían pasado ni 30 minutos desde que estaba de vuelta con los estudios que escuche un ruido detrás de mí. Me giré y el padre de Luis me dijo- Hijo, tú y yo tenemos que hablar-