El fin de semana que cambió a Alicia
Después del sexshop, Alicia decide confesarse
Después de lo acaecido en el sexshop, nuestras relaciones sexuales eran más frecuentes y de más calidad, había más pasión, se notaba que algo había despertado en Alicia. Hablamos de lo sucedido y de la posibilidad de repetir o hacer otras cosas, no se negó a que en un futuro haya algo pero ahora quería disfrutar del punto en el que nos encontrábamos y vaya si lo hacíamos, de dos veces al mes pasamos a tres por semana y por supuesto ya no había reparos con el sexo anal o eyacular en cualquier parte, incluso tragárselo. Decir que después de unas sesiones con el consolador anal, ella decidió comprar una sorpresa y un día después de los previos y vendarme los ojos se puso un arnés……pero eso será otra historia.
Yo todavía seguía dándole vueltas al hecho de como era posible que Alicia pasara de ser una clasista en la cama, a toda una experta en el arte amatoria en una tarde. Teníamos la oportunidad de hacer una escapada de fin de semana a Cantabria a un hotel con spa y quería aprovechar para intentar algo diferente con ella. Es un hotel al que hemos ido con bastante frecuencia, esta bien de precio, la habitación con jacuzzi y libre acceso al spa, por no hablar de la carta de masajes. Cuando le propuse de ir me sorprendió su reacción, se puso blanca y hasta diría que se mareó, se sentó en el sofá y yo no sabía que estaba pasando. Se puso a llorar como nunca antes la había visto y me dijo que a ése hotel no podíamos ir, a cualquier otro sitio menos allí, preguntaba el porqué pero no hallaba respuesta, hasta que la razón me explotó en la cara. Cogió aire, dejó de llorar y mirándome a la cara me dijo que allí fue la primera vez que me fue infiel. Yo no entendía nada, pensaba que su “primera vez" con un hombre que no era yo fue en la cabina de sexshop pero no, fue en ese hotel durante un masaje. A lo primero no sabía cómo reaccionar, una cosa es hacer algo los dos con pleno conocimiento de causa y otra muy distinta a mis espaldas. Observe que estaba esperando a que la hablara y en un momento de lucidez la dije que si lo disfruto, si la gusto o por el contrario fue algún despeche por alguna causa. Alicia me miró con ojos vidriosos y dijo si, si y no, simplemente surgió. Después de unos segundos en silencio me senté a su lado, la agarré la mano y la dije que estuviera tranquila, que yo siempre había querido verla disfrutar con otro hombre y si lo disfruto aunque yo no haya estado presente me valía. Pero a cambio me tenía que contar como fue, que sucedió y el porqué.
Sucedió hace unos 5 años atrás en una escapada que hicimos de una noche al hotel en cuestión. Como siempre nada más llegar a la habitación, dejábamos las cosas y nos íbamos al spa. Nos gusta ir por la mañana y a última hora de la tarde porque hay menos gente, no es un balneario pero para estar incluido en el precio está muy bien, tiene una piscina grande de agua caliente, un jacuzzi de cuatro personas, un baño turco, sauna y una piscina de chorros. Comentar que hay cámaras por todo el recinto puesto que no hay socorrista, aparte esta la sala de tratamientos corporales y masajes. Lo bueno que tiene el hotel es que bajas desde la habitación al spa en ascensor, solo necesitas el traje de baño y el albornoz. Aquél día quería reservar un masaje para cada uno sobre las cinco de la tarde, primero se lo hacen a uno y luego a otro porque solo hay una cabina pero como el hotel estaba bastante lleno nos dieron a partir de las siete de la tarde. Bajamos al spa y lo previsto, vacío. Empezamos por el jacuzzi y después de un rato……sorpresa, aparece un hombre de unos 45 años, cuerpo trabajado en el gimnasio y bañador bien pegadito marcando un buen paquete. Nos saludamos y no lo dudo ni un segundo, se metió donde estábamos nosotros. Estábamos los tres tranquilamente hablado de lo bien que esta el spa y el frío que hacia afuera (era invierno ), vamos temas coloquiales para pasar el rato. Me estaba empezando a imaginar mil historias y empecé a tocar la pierna a Alicia por debajo de las burbujas. Ella a lo primero me quitaba la mano pero poco a poco le fue gustando y me dejaba hacer, momento que aproveché para subir hasta su entrepierna. Justo cuando iba a meter la mano por dentro del biquini se acabaron las burbujas y como si nada nos fuimos los dos al baño de vapor dejando al usuario allí disfrutando en solitario del jacuzzi. Una vez dentro y sentados empecé a tocarla de nuevo, pero ya fui directo al grano, mientras nos besábamos aprovechaba para tocarla las tetas y empezar a masturbarla, ella no se quedaba atrás y me la saco del bañador para empezar suavemente a pajearme. Paro un momento y miro para la puerta, dijo que había oído un ruido y que parasemos que nos podíamos ver alguien. Me asomé a la puerta y vi que el hombre seguía en donde le habíamos dejado además entre el vapor y la puerta no se podía ver nada. De vuelta a dentro fui directamente a donde ella y me bajé el bañador, Alicia lo entendió enseguida y empezó a chupármela, aprovechando mi posición la desabroche la parte de arriba y así poder tocar mejor sus pechos. Se la notaba incómoda por si nos pillaban y decidí ponerme de pie mirando a la puerta. Llevábamos un rato así y de repente apareció la sombra de una persona, esperé un poco y vi que se quedaba en la puerta, no podía ver bien si era el hombre de antes o otra persona pero como supongo que él tampoco podía ver y tampoco entraba decidí no decirle nada a Alicia. De repente la puerta empezó a abrirse y a todo correr ella se puso como pudo la parte de arriba y yo me subí el bañador. Como os imaginareis era el hombre de antes. Se sentó enfrente nuestro y seguimos hablado como si nada, salvo que yo estaba todo empalmado y él marcaba un bulto mayor si cabe que antes. Después de un rato salimos nosotros y le cerré la puerta, aproveché para mirar a través del cristal y efectivamente no se veía bien quien estaba adentro pero la silueta se marcaba perfectamente, tanto que pude comprobar como el hombre se sacaba una polla enorme y se empezaba a pajear. Mierda pensé, nos había pillado fijo, me giró y veo a Alicia mirando embobada la herramienta del amigo. La dije si quería quedarse ahí toda la mañana o seguir el circuito, no dijo nada, me agarró la mano y fuimos a la piscina. Se ve que la gusto lo que vio porque nada más entrar en el agua me besaba con mucha pasión, agarro mi miembro y me decía al oído que la follara ahí mismo, dicho y hecho, la puse contra la piscina y debajo del agua se la empecé a meter, mirando siempre para la puerta del baño de vapor. Le agarraba las tetas y tenía unas ganas tremendas de quitarle el bikini y de que saliera el hombre pero no podía porque teníamos cámaras por todos lados. Pero al final como no podía ser de otra forma nuestro invitado salió, nos miro, guiñó un ojo y sin decir nada pasó a nuestro lado, yo quería quitarme pero ella no me dejó, bajo el ritmo y disimulaba como que ahí no pasaba nada. Al final se fue del spa y después de corrernos los dos nos fuimos también. Luego nos fuimos a comer a un restaurante cercano que tiene comida casera y una quesada de postre espectacular. De vuelta a la habitación nos echamos una siesta para reponer fuerzas puesto que a la tarde queríamos ir al spa y teníamos los masajes.
A las seis bajamos otra vez, pero ahora había bastante gente y entramos al baño de vapor. Había otra pareja, nos saludamos y cogimos sitio. Al de un rato la pareja se fue y aproveché para acariciar los muslos a Alicia pero rápidamente me quito la mano
-Hay mucha gente y nos pueden ver.
-Pues antes parecía no importante, es más juraría que te gusta que nos vean o ¿ te gustaba el espectador?.
- No seas bobo, antes era antes y ahora es ahora, hay más gente.
-Ya pero no me puedes negar que el hombre tenía buen cuerpo.
-No te lo niego y la situación me ha gustado mucho.
-Entonces ¿ te hubiese gustado que se uniera a nosotros?
-No, una cosa es mirar y otra participar, ya sabes que contigo tengo suficiente.
Después de un rato salimos y nos fuimos al jacuzzi, había dos chicas dentro. Mire el reloj y vi que quedaba poco para mí masaje por lo que dejé allí a Alicia y me dirigí a la sala.
Hoy me toco una masajista, unos treinta y cinco años y buen físico, se nota que se cuidaba. Me di una ducha rápida y me coloque la ropa interior desechable que dan para no manchar tu ropa. Me tumbo boca abajo y empieza el masaje, yo elegí un masaje relajante puesto que no tenía ninguna dolencia. La notaba un poco tensa a la chica y la pregunte a ver que tal iba el día
-Pues no te voy a engañar, ahora va mal, yo tenía que haber terminado a las seis pero me ha llamado mi compañero y hasta las ocho no puede venir, un problema con el coche.
-Vamos que hoy dos horas extra, míralo por el lado bueno, dinero que ganas.
-De eso nada, me las devolverá cuando me venga bien y ya, aquí no pagan horas.
Transcurrido mi tiempo, nos despedimos y la chica se va. Me pongo el bañador y el albornoz y al salir estaba Alicia esperando
-He visto a la masajista salir, era bastante guapa.
-Tranquila que ya ha acabado, ahora entra el masajista, la digo guiñando un ojo.
-Bueno mientras sepa lo que hace me da igual que sea chico o chica.
-Ya ya…..bueno te espero en la habitación.
Entra en la sala y saluda al masajista que está de espaldas, se gira sonriendo y la devuelve el saludo. La cara de Alicia era un poema, roja como un tomate, el masajista era el hombre del spa de esta mañana. Eduardo, que así se llama el masajista, espera afuera y ella se ducha y se pone la ropa desechable, evidentemente solo la parte de abajo, para la de arriba usa la toalla y se tumba en la camilla boca abajo. Añadir que Alicia eligió un masaje descontracturante y relajante de una hora y media, aunque acude a la piscina tres días a la semana y hace dos días spinning, suele tener la espalda bastante cargada. Antes de comenzar la pregunta por sus dolencias.
-Mi nombre es Eduardo, dime Alicia ¿ donde te duele exactamente?
-Pues la espalda y tengo cargados los hombros. Las piernas las noto muy cansadas pero supongo que será del spinning y la piscina.
-Bueno comenzaremos desde arriba e iremos viendo como estas.
Acto seguido empezó por sus hombros, Alicia noto un escalofrío nada más sentir sus manos, parte por las manos que estaban algo frías y parte por no saber si ese hombre la había visto esta mañana o no. Eduardo notó que estaban bastante tensos y empezó a hacer su trabajo, pidió permiso para retirar la toalla y dejarla colgada por los lados de la camilla. Desde esa posición podía ver perfectamente por los laterales parte de los pechos pero se centró en su trabajo en la espalda. Tenía bastante que soltar y desde esa posición no podía, por eso la pidió que se sentara en la camilla. Alicia se incorporo agarrando la toalla dejando su espalda al desnudo. La agarro de un brazo y estiro poniendo la otra mano en la espalda, sonó el dichoso crack y repitió con el otro brazo. Después poniéndose detrás la abrazo agarrándola un brazo y estiró, ahí noto los pechos de Alicia y noto que su respiración se aceleraba ligeramente. Una vez hizo lo mismo con el otro brazo la tumbo de nuevo boca abajo y paso a sus piernas. En ese momento si que tenía buena visión, sólo tenía un tanga desechable puesto. Empezó por sus muslos y Alicia por acto reflejo cerro sus piernas, trabajo sus gemelos y dio por terminada la primera parte. Ahora tocaba la parte suave, puso música relajante, bajo la luz y encendió una vela aromática.
Echó por todo su cuerpo un aceite efecto calor, lo derramaba directamente de un cuenco de bambú empezando por su cuello, columna, culo y piernas. Alicia se sorprendió que echara en su culo pero no dijo nada, Eduardo se colocó en la cabeza y empezó por el cuello bajando las manos por la columna abriendo las manos a cada lado de la espalda. En cada pasada bajaba más las manos por las costillas, iba poco a poco esperando alguna reacción, como no la encontró se arriesgó un poco más y por fin llegó hasta el final tocando los laterales de los pechos aplastados de Alicia contra la camilla, eran ligeras pasadas que poco a poco aumentaban la presión sobre todo en esa zona. El masajista notó como Alicia emitía ruidos muy ligeramente pero no sabía si era porque le gustaba o porque igual se estaba pasando de listo, no podía discernir entre gemido o gruñido. No quiso tensar más la situación y volvió a la columna vertebral pasando sus manos desde el cuello hasta la cintura baja, repitió el mismo proceso pero esta vez las manos llegaban hasta la braguita, con la insistencia de las pasadas logró que se bajara hasta el inicio del culo empezando a ver unas nalgas preciosas. Ahora mismo solo sólo pasaba sus manos de la cintura hacia su culo y prácticamente se tumbaba encima de ella, Alicia estaba agusto y además no se podía mover, quiso levantar la cabeza pero no podía, delante tenía la entrepierna que desprendía un fuerte olor a feromonas y veía como el bulto había aumentado. Eduardo noto que Alicia se había dado cuenta de su inminente erección y se acercó más a su cabeza, quería que ella lo notara al cien por cien, solo fueron unos segundo y después pasó a colocarse a sus pies. Empezó por sus tobillos y fue subiendo recorriendo toda la pierna hasta llegar a las braguitas donde con los pulgares recorría el contorno del culo. Alicia ya no cerraba las piernas, se la notaba relajada y Eduardo aprovechó para ir un poco más allá, con sus pulgares mientras recorría su culo subió la braga de tal forma que se quedara como un tanga. Para tener mejor acceso se puso a su lado y con semejante visión paso a sus muslos, sus manos recorrían toda la superficie y se adentraba donde no daba la vista, podía notar el calor que se desprendía de esa zona.
Alicia se dejaba hacer, no era su intención ir más allá pero esas manos sabían lo que hacían. Quería aprovechar y dejarse tocar por otro hombre, yo le había propuesto hacerlo con otro hombre y ella siempre lo había rechazado pero esta vez pensó que por dejarse tocar tampoco pasaba nada, no sentía que era una infidelidad, más bien que tenía permiso.
Eduardo sabía que lo estaba consiguiendo, que aquella mujer que vio por la mañana podía ser suya pero quería probar hasta donde podía llegar. Se acercó hasta el borde de la camilla para que la mano de Alicia se quedara a escasos centímetros de su entrepierna, la cual estaba bastante dura. Prosiguió con el interior de los muslos y con los dedos índice de cada mano rozó el tesoro, Alicia era un volcán y soltó un gemido. La quería hacer sufrir un rato más, paro el masaje y la coloco debajo de la cintura un rollo de fisioterapia pudiéndose ver durante unos segundos sus pechos colgando. Ahora ya sin ningún disimulo masajeaba todo el culo de Alicia, ya no era un dedo lo que rozaba su zona erógena si no toda la Palma de la mano pero siempre con profesionalidad, como si no quisiera pasar de ahí. Se acercó a su oído y le dijo que tenía que ponerse boca arriba, saco el rulo y puso una toalla para que ella se tapara los pechos.
-Creo que no hace falta esa toalla, ya me las has visto esta mañana.
-Si, no sabía si me habíais visto.
-Yo no pero Alberto si y no dijo nada, por lo tanto no creo que le importe que me las vuelvas a ver.
Por lo tanto Alicia se tumbó boca arriba sin toalla. Eduardo vertió abundante aceite sobre su estomago y empezó a masajear, visto el plan en el que estaban no dudó en empezar a subir hacia sus pechos pero solo los rozaba, no quería correr y se fuera todo al traste. Siguió pasando sus manos y con los dedos subió desde el ombligo hasta sus pechos pero esta vez no se paró, los recorrió coronado los pezones, en ese momento Alicia soltó un gemido y él prosiguió hasta llegar al cuello. Volvió a hacer el camino al revés pero esta vez cuando llegó al final de los pechos los agarro con las dos manos he inicio un intenso masaje. Alicia ya no contenía sus suspiros y sin darse cuenta rozó con su mano la entrepierna de Eduardo, pudo comprobar que estaba dura, la palpo con la mano y empezó a recorrer toda su extensión por encima del pantalón. Era increíblemente grande, era el segundo miembro que tocaba después de diez años de novios y dos de casados. Eduardo la tenía a tiro ya y quiso jugársela al todo o nada, sin soltar uno de los pechos, con la otra mano bajo hasta la tripa de Alicia y con la Palma de la mano empezó a bajar y tocar el ansiado deseo, subió y metió la mano por dentro. Pudo comprobar lo encharcado que estaba Alicia, recorría toda su raja con los dedos y probó a meter un dedo provocando un gemido que denotaba intenso placer. En una jugada maestra Eduardo se apartó y le quitó las bragas a mi mujer, pero no fue lo único, aprovecho y se desnudó completamente. Cuando volvió a su posición retomó donde lo había dejado, una mano en el pecho y la otra abajo, Alicia por su parte seguía disfrutando y quería volver a agarrar ese cacho de carne pero cuando fue a ello la sorpresa fue mayúscula, ahora si podía tocar todo sin impedimentos. Realmente tenía un buen miembro en su mano, lo agarraba y le sobraba el capullo por arriba y algo por debajo, serian 22 o 23 centímetros según me confesó. Empezó a masturbar a Eduardo, el cual al ver que ya tenía carta blanca introdujo dos dedos en el coño que estaba empapado, después de meterlos y sacarlos empezó a jugar con el pulgar en el clítoris y pellizcar el pezón, lo cual hizo que Alicia tuviera su primer orgasmo de tal intensidad que soltó hasta el miembro del masajista. Éste se aparto y subió arriba introduciendo los dedos en la boca de ella, con un movimiento le giró la cabeza y la dejo pegada a su polla, ella no lo dudo y saco su lengua empezando a pasarla por el capullo, la volvió a agarrar y se la metió. Por supuesto no le entraba entera en la boca pero le echaba ganas, Eduardo la agarro con las dos manos la cabeza y empezó a follarse la boca de Alicia hasta tal punto que le daban arcadas. Después de un rato y como la posición era incómoda, mi mujer se bajó de la camilla y se puso de rodillas, ahora si podía comer bien esa pedazo de polla, la recorría de abajo a arriba con su lengua y se metía los huevos en la boca, Eduardo de vez en cuando la sacaba y la golpeaba con ella en la cara hasta que se cansó y volvió a tumbar a Alicia en la camilla, no sin antes darla un beso y meterla la lengua hasta dentro. Ahora era él el que se metió entre las piernas de ella y empezó a comerlo todo, le pellizca los pezones, se los estrujaba y estiraba hasta que mi mujer arqueo la espalda y tuvo un segundo orgasmo. Después de dejarla descansar unos segundos, la giró y dejó sus piernas colgando, se las subió a los hombros y empezó a pasar su capullo por la raja, la hacía sufrir, quería que ella le diera la orden, el seguía jugando metiendo y sacando el capullo, cuando Alicia no podía más le pidió que se la metiera. Orden que el cumplió pero no sin complicaciones, no estaba acostumbrada a semejante tamaño y grosor, cuando iba algo más de la mitad ella le ponía las manos en sus abdominales para que no fuera más adentro, pero el después de insistir un poco más y con un golpe de cadera se la metió entera, el grito de Alicia se debió de oír desde recepción. Una vez acomodado el miembro empezó a sacar y meter sin piedad, ella estaba en el cielo, de las acometidas que le estaba dando Eduardo casi se cae de la camilla y ella llegó a su tercer orgasmo, cosa que nunca le había pasado conmigo. Acto seguido la bajo de la camilla y la acodo recostada de espaldas a él, bajo lamiendo su espalda y se dirijo a su culo. Empezó a besarlo y con las manos le separó los mofletes pudiendo meter su lengua en el culo, para ella era algo nuevo puesto que nunca lo había hecho y a mí no me dejaba ni intentarlo pero como estaba totalmente desinhibida se dejo hacer. El masajista al ver que tenía barra libre cogió las manos de Alicia para que ella se abriese su culo y así podérselo trabajar mejor, ya tenía un dedo dentro pero sabía que era insuficiente y siguió hasta que le entró el segundo. No quería esperar más, se pudo de pie ensalivándose la polla y la colocó en su culo, empezó a empujar pero no entraba y a ella le dolía mucho, al final después de mucho insistir consiguió meter el capullo pero ya era tarde, en cinco minutos vendría el siguiente cliente. Por lo que decidió sacarla y que Alicia rematara con la boca, no hizo falta mucho, un par de chupadas y enseguida se corrió en su cara. Mientras se vestían a todo correr mantuvieron una pequeña conversación
-Eres el segundo hombre con el que estoy en mi vida.
-Gracias, creo que Alberto es afortunado de tenerte.
-Si pero ni hago ciertas cosas con él ni me da el placer que me has dado tu.
-Eres una mujer fabulosa, te tienes que dejar llevar.
Se fundieron en un beso, el le dio su número de teléfono y Alicia vino a la habitación.
-Joder Alicia vaya sofoco que traes, no hacía tanto calor el la sala.
-No es eso.
-¿No te ha gustado el masaje?.
-Si me ha gustado pero he pasado mucha vergüenza ¿sabes quién era el masajista?.
-No, se que era un hombre pero no le he visto.
-Era el chico de esta mañana en el spa.
-No jodas ¿ te ha dicho algo?
-No, pero creo que algo ha visto esta mañana, digamos que estaba como muy cortante….
-Bueno si el masaje ha sido, eso es lo que importa.
Se metió en la ducha y esa noche lo hicimos dos veces. Yo no note nada fuera de lo normal pero parece que a ella algo si la cambió por dentro ese masaje.