El Feo de la Clase
Un chico cansado de las burlas de sus compañeros demuestra su poder mental y lo utiliza para vengarse y satisfacer sus más bajos instintos.
Arnulfo; su nombre lo decía todo, aparte de ser poco agraciado, tenía la mala suerte de que sus padres no fueron buenos al escogerle el nombre. El pobre chico como pudo llegó a la preparatoria, soportando burlas de sus compañeros y compañeras, ya sea por su físico o por su nombre, siempre fue el hazmerreír de la clase, eso derivó en un carácter apocado y tímido, que no se acercaba ni a mujeres ni a hombres. Sobre todo de una chica muy popular llamada Mónica, que lo había hecho víctima de sus más crueles burlas. Sólo Rolando, un chico alto y de carácter alegre se llevaba bien con él; nunca fueron grandes amigos, pero cuando menos lo invitaba a las fiestas y platicaba a veces con él; aunque sus otros amigos se burlaban de Rolando cuando lo hacía, pues decían que se estaba quemando con las chavas al tener un amigo tan feo. Y es que este chico estaba narigón, muy flaco, era güero, pero muy blanco y medio chaparro, usaba unas gafas de fondo de botella y además era pecoso y para su mala fortuna se había llenado de granos en la cara. Desde chico Arnulfo había descubierto que en ocasiones él podía mover objetos con solo concentrarse en ello y en ocasiones tiró algunos platos con solo el poder de su mente, lo que le ganó una regañiza y un fuerte castigo de parte de su Mamá. Al crecer, Arnulfo fue desarrollando un gusto por todo lo esotérico y cosas como la hipnosis, magia negra y cosas ocultas; empezó a leer libros de ese tipo y a ver programas de televisión, así como a ir a conferencias de los más grandes hipnotistas del mundo. Un día Arnulfo veía un programa de televisión en el cual entrevistaban a un tipo que decía saber todo sobre hipnosis y que hizo una demostración "en vivo". El chico quedó asombrado del poder de la mente y decidió aprender; compró libros y videos a cerca de eso y empezó a seguir los consejos del tipo de la televisión; primero tenía que probar sus poderes con un ser inferior, de poca mentalidad y decidió hacerlo con Tango, el perro de Hania, su hermana. No fue difícil dominar la mente de Tango; lo hizo maullar y ronronear y después aventarse del décimo escalón. Arnulfo vio que era demasiado fácil dominar a Tango y entonces decidió dar el siguiente paso que le indicaba el libro: Dominar a una persona de mente débil. Pensando, Arnulfo se dio cuenta que la persona más tonta que conocía estaba en su propia casa, cerca de él y era su hermana Hania. Hania era todo lo contrario de Arnulfo; de cabello negro y tez blanca, la chica tenía una belleza aceptable, y de cuerpo no estaba nada mal, su figura era estilizada con unas piernas largas y unas tetas y nalgas redonditas, más de un chico estaba volado por ella. Por lo mismo, ella siempre había negado a Arnulfo como su hermano, lo que a él le daba mucho coraje, pero se aguantaba con tal de no molestar a su hermana. Lo malo era que Hania lo que tenía de bonita lo tenía de tonta, en la escuela era muy popular, pero le iba mal en clases; varias veces los profesores la aprobaban solo por estar guapa o por hacerles "favores especiales", por lo que no tenía problemas para aprobar las materias. Un día Arnulfo le dijo a Hania que iban a hacer un experimento, que ella lo mirara fijamente a los ojos; Hania divertida, le dijo que era un tonto por intentar hipnotizarla, pero aceptó; Arnulfo se sorprendió de que en menos de un minuto, Hania estaba bajo su poder; le ordenó morder un ajo, cosa que ella detestaba y lo obedeció; luego le ordenó patear al Tango, que era su adoración y sin más ni más, Hania soltó un puntapié tremendo al pobre perro que salió chillando. Arnulfo decidió acabar con la prueba; pero antes quiso ver si era cierto lo que decía el libro, acerca de que él podía dejar a Hania de manera normal, pero cuando oyera una palabra proveniente de él o un sonido que él hiciera, volvería a quedar hipnotizada. Arnulfo sentó a su hermana en el sillón y él frente a ella; le dijo: "Cuando yo cuente tres vas a despertar y olvidarás todo lo que has hecho; pero cuando escuches de mi voz la palabra Falo, volverás a quedar hipnotizada y en mi poder, y harás todo lo que yo te ordene, ¿de acuerdo?". "Si", respondió Hania sin darse cuenta del poder al que había sido sometida. Arnulfo contó hasta tres y Hania despertó diciéndole: "¿Ya ves guey?, aparte de feo idiota, ¿cómo crees que se pude hipnotizar a una persona?". Arnulfo la vio y sonriendo para sus adentros le respondió: "Tienes razón, es imposible"; su primera víctima había caído. Arnulfo estuvo pensando que tenía que aprovechar su nuevo poder y estuvo pensando a quien hipnotizaría; llegó a la conclusión de que lo usaría par vengarse de todos aquellos compañeros y compañeras de clase que se hubieran burlado de él y empezó por hacer una lista, cuando acabó vio que todos sus compañeros de clase, excepto Rolando estaban anotados ahí, incluyendo a la maestra de sociología que siempre se había referido a él como "el alumno feo" o "el hombre de cromagnon". Entonces Arnulfo pensó "tengo que hipnotizar a toda la clase, pero no será fácil" y recordó que en sus libros había visto que había una sección de hipnotismo a distancia, de personas solas o en grupo; así que se puso a estudiar el tema e incluso contactó a uno de los gurús del hipnotismo y le pagó para que le diera algunas clases de ese tipo. Dos meses después, Arnulfo estaba listo, su profesor de hipnotismo le dijo que jamás había visto un alumno con tanta facilidad para esto; que el tenía un don especial. Arnulfo decidió de nuevo probar en su hermana su capacidad y para esto invitó un día a la casa a Rolando, le dijo que comiera con él y su hermana que siempre estaban solos, Rolando aceptó y al día siguiente llegó a la casa de Arnulfo. Cuando Arnulfo oyó el timbre, le dijo a Hania: "Invité a comer a un amigo, espero que no te fijes en su Falo"; inmediatamente Hania quedó en poder de la mente de Arnulfo; el le ordenó abrir la puerta y ella obedeció. Rolando entró y quedó admirado de la belleza de Hania; no podía creer que fuera hermana de Arnulfo, pero no dijo nada por respeto a su amigo y precisamente esas eran las cosas que Arnulfo agradecía de Rolando, que lo respetara. Arnulfo ordenó a Hania que les trajera cervezas e hiciera la comida; Hania obedeció sin chistar y los chicos se sentaron en la sala a ver TV. Rolando le dijo a Arnulfo que su hermana era muy guapa y este le contestó que así era, pero que tuviera cuidado porque estaba muy loca y se les lanzaba a todos los hombres; "hasta a mi se me ha lanzado, imagínate", concluyó. Hania llegó con las cervezas y Arnulfo le ordenó mentalmente que coqueteara con Rolando y ella le dijo que estaba muy guapo, que le gustaría conocerlo más al tiempo que se agachaba para que el chico alcanzara a ver sus senos asomándose por el escote de su blusa; Rolando quedó pasmado de lo lanzado que era la chica y Arnulfo le ordenó en voz alta que se fuera ala cocina a terminar de preparar la comida. Hania obedeció y se fue. Rolando le dijo a Arnulfo: "De verdad es lanzada tu hermana, ¿no te molesta?", a lo que este respondió: "De ninguna manera, si quieres algo con ella, adelante, yo no me enojo". Siguieron platicando hasta que Hania llegó con la comida; se sentaron los tres a comer y Arnulfo volvió a ordenarle a Hania mentalmente que coqueteara con Rolando, ella lo miraba y le sonreía, mientras Arnulfo se hacía el disimulado y Rolando se emocionaba cada vez más, el bulto debajo de su pantalón era muy notorio, afortunadamente la mesa lo tapaba. Arnulfo, divertido, ordenó a Hania que se metiera debajo de la mesa y le mamara la verga a su amigo; ella obedeció ante el sorprendido Rolando que no atinaba a decir nada. Hania le bajó el cierre y sacó el enorme Falo del chico y sin darle ningún respiro, empezó a mamársela; Rolando ya no dijo más, tuvo que parar de comer, miró a Arnulfo que comía como si nada sucediera y se dejó llevar. Hania chupaba de maravilla, le lamía el pene y las bolas haciéndolo sentir en el cielo. Arnulfo ordenó mentalmente a Hania que se desnudara y saliera de debajo de la mesa y que se sentara en al verga de Rolando. Hania se despojó de toda su ropa y salió totalmente desnuda; Rolando no acababa de salir de su asombro cuando ella se le montó y se clavó su verga en la panocha. Arnulfo haciéndose el indignado comentó: "Voy a mi cuarto, cochinos, así no se puede comer", pero mentalmente le ordenó a Hania que le pidiera quedarse y hacer un trío; ella lo dijo y Arnulfo hizo como que se asombraba; pero Rolando estaba tan absorto en el placer que Hania le daba, que no dijo nada, así que Arnulfo rápidamente se desvistió, movió la silla donde Hania y Rolando cogían y se colocó detrás de ella; mentalmente le fue ordenando a Hania que le pidiera cogérsela por el culo y que gimiera y se viniera; ella obedeció a la perfección; Arnulfo la pentró desde atrás y Hania pedía más y más. Rolando no aguantó mucho tiempo más y se vino dentro de Hania con un tremendo orgasmo; Arnufo todavía estuvo metiéndosela unos cinco minutos más y también descargó su semen en el culo de su hermana, que gemía y gozaba como loca. Los tres terminaron rendidos; Arnulfo ordenó a Hania limpiarles las vergas con la lengua y ella obedeció; luego le ordenó limpiar todo, recoger la mesa y lavar los trastes y Hania lo hizo aún desnuda. Rolando se visitó y se despidió y Arnulfo le dijo que volviera cuando quisiera. Deshipnotizó a Hania que no recordó nada, pero lo importante ya estaba comprobado, el podía dominar la mente de los demás a distancia, su siguiente paso lo daría en la escuela. Arnulfo pensó que debería ir paso a paso e hipnotizar a laguna persona a distancia para ver si su poder era suficiente; decidió empezar por Ariadna, que no era la más popular, pero si una de ellas y que lo había humillado un par de veces. Así que un día, estando en clase de Historia, Arnulfo le ordenó mentalmente a Ariadna que le enseñara la pierna al maestro, que era un viejito rabo verde que se hacía pasar por muy recto. Ariadna, sin darse cuenta, comenzó a levantarse la falda, cuando el viejito se dio cuenta, se le salían los ojos y se empezó a poner nervioso. Arnulfo, divertido, le ordenó a la chica que coqueteara descaradamente con el maestro y ella empezó a guiñarle el ojo y a acariciarse su hermoso cuerpo; los demás chicos y chicas se dieron cuenta de lo que pasaba, pues el maestro no dejaba de ver a Ariadna y casi se le caía la baba. Los chicos estaban encantados, pero las chicas, sobre todo su amiga Mónica, que era la más popular, le dijeron en voz baja que estaba haciendo el ridículo, pero la mente de Ariadna solo escuchaba la voz de Arnulfo que le ordenaba continuar; los chicos empezaron a aplaudir; Arnulfo deshipnotizó a Ariadna y el maestro decidió terminar la clase y dirigiéndose a ella le dijo: "Señorita, la espero de inmediato en mi cubículo", por lo que todos los chicos hicieron burla diciendo que el viejito quería tenerla solo; solo Ariadna no entendía lo que pasaba y cuando Mónica se lo explicó no le creyó, así que fue a ver que quería el profesor. Todos se quedaron en el salón comentando lo sucedido, solo Arnulfo la siguió; ella entró al cubículo y de inmediato el viejito la empezó a regañar y a decirle que era inmoral que se le insinuara así, pero entonces Arnulfo entró en acción; se concentró y conectó la mente del profesor, que cambió radicalmente y le empezó a decir a Ariadna que para que no pasara nada, ella tendría que hacer lo que él el pidiera; lógicamente, Ariadna se ofendió, pues primero no la entendía y no la dejaban explicar nada y después el viejito se le lanzaba como si ella fuera una fácil; estaba a punto de darle una cachetada al viejito cuando recibió la orden mental de Arnulfo que le decía que respondiera a las insinuaciones del viejito; sin saber porqué, Ariadna le dijo al viejito que haría lo que el gustara siempre y cuando la perdonara. Arnulfo empezó a dominar las mentes de los dos y los hizo besarse y acariciarse; luego les ordenó desnudarse; el viejito ya besaba los pezones de Ariadna y le metía un dedo en la panocha, mientras ella le acariciaba la verga, cuando llegó a la puerta del cubículo el Director de la escuela; Arnulfo de inmediato se desconectó de las mentes de ellos, que fueron pillados desnudos y en posición comprometedora por el Director; ninguno de ellos entendió porque estaban así, pero nadie les creyó; el escándalo fue mayúsculo Ariadna fue expulsada de la escuela y el profesor fue despedido; los padres de ella casi lo meten a la cárcel, pero lo perdonaron pues ella había aceptado. El único que se divertía era Arnulfo que se había dado cuenta que si podía dominar varias mentes a la vez. Arnulfo pensó en su siguiente objetivo: La maestra de Sociología; para ello, Arnulfo fue a ver un día a la maestra a su cubículo un poco antes de la clase y tuvo que aguantar las burlas de ella mientras la hipnotizaba; pero una vez bajo su poder, le dijo lo mismo que a Hania, que en cuanto oyera la palabra Falo estaría bajo su poder, pero agregó que cuando oyera la palabra "social" de quien fuera, ella empezaría a quitarse la ropa, prenda por prenda; él sabía que era una de las palabras más usadas por al maestra en su cátedra, así que eso sería todo un show; Arnulfo se fue a su salón y se sentó cómodamente a esperar. La maestra llegó y pidió al equipo que le tocaba exponer que pasara al frente; eran dos chicos y dos chicas que les tocaba exponer una problemática social. Cuando el primer chico dijo el nombre de su tema, la maestra se quitó el saco, algo que sería normal. El equipo comenzó a dar su tema y el primer chico dijo la palabra "social" dos veces, por lo que la maestra se quitó la blusa y las zapatillas, los alumnos la miraban extrañados, pero ella parecía no darse cuenta de lo que sucedía y en ocasiones intervenía en la clase de los muchachos. La chica que siguió dijo "social" dentro de su tema y la maestra se quitó la falda; nadie sabía que pasaba, solo Arnulfo que veía divertido como todos cuchicheaban pero nadie se atrevía a decirle nada a la maestra, que, dicho sea de paso, empezaba a mostrar que tenía un muy buen cuerpo. Dos veces más que la chica dijo "social" y la maestra ya estaba vestida únicamente con tanga, Mónica se levantó para protestar, pero Arnulfo hábilmente le ordenó mentalmente sentarse y callar. Mónica no supo porqué, pero obedeció. Todo fue que el tercer chico dijera la palabra "social" una vez y la maestra quedó totalmente desnuda frente a la clase. Los pitos de los chicos estaban totalmente levantados, algunas chicas estaban enfadadas, pero no hicieron nada; la maestra siguió dando la clase como si nada y dentro del tema alguien mencionó que algunas culturas adoraban el Falo, así que la maestra perdió la voluntad y pasó a poder de Arnulfo. El no desaprovechó la oportunidad e hizo que la maestra se sentara en el escritorio con las piernas abiertas, mostrándole la concha a todos; luego le ordenó acariciarse con una mano las tetas y con la otra el clítoris; la maestra empezó a hacerlo ante el asombro de todos; ella tenía muy buen cuerpo y con sus anteojos puestos, representaba una tentación enorme para los chicos de la clase, unos se pararon y se acercaron a ella; la rodearon y se bajaron los pantalones. Arnulfo le ordenó a la maestra mamarle las vergas a todos; ella se hincó y empezó con el primero; mientras, Arnulfo ordenó mentalmente a Mónica y sus amigas que se quedaran sentadas, pues ella ya iban a buscar al Director, una de ellas tapó con una hoja la ventanita de la puerta por la cual se veía hacia adentro y otra cerró las cortinas de las ventanas, por orden de Arnulfo. La maestra ya había terminado con uno de los chicos y se había tragado su semen; iba a continuar con el segundo, pero los chicos querían más, la acostaron boca arriba en el escritorio y sin esperar nada, uno de ellos la penetró y empezó a bombearla; Arnulfo tuvo que cambiar la orden para la maestra, le dijo que hiciera lo que los chicos quisieran, así que ella se dejó llevar, abrazó con las piernas al chico y empezó a moverse, haciendo al chico disfrutar la cogida. Arnulfo se levantó y se acercó a donde estaban cogiéndose a la maestra; ordenó a los chicos quitarse, se colocó en medio de las piernas abiertas de ella, se bajó el pantalón y le metió la verga hasta el fondo; la bombeó con fuerza, gozando del cuerpo de la maestra; le besó y mordisqueó las tetas, la hizo decirle que él era el mejor y que le encantaba coger con él; ella obedeció y le dijo todo lo que él quiso escuchar. Poco después, Arnulfo terminó dentro de la maestra, sacó su pene y se acercó a su cara; le ordenó limpiarlo con la lengua y la maestra lo hizo. Arnulfo se retiró y se subió el pantalón, ordenó a los chicos cogerse a la maestra por todos lados y se fue a sentar de nuevo; estuvo disfrutando como los chicos voltearon a la maestra boca abajo y empezaron a cogérsela por el culo, cuando ya casi todos los chicos habían pasado, Arnulfo le ordenó a Mónica y sus amigas que fueran por el Director, ellas lo hicieron; Arnulfo se salió del salón antes de que el Director llegara, se escondió cerca y cuando vio al Director acercarse al salón, liberó las mentes de todos los chicos y chicas y de la maestra; el Director entró al salón y encontró un cuadro que lo dejó pasmado, pero ni la maestra entendía porque tenía adentro del culo la verga de un chico ni los chicos y chicas recordaban nada de lo sucedido. Se armó tremendo alboroto en la escuela, la maestra fue despedida y boletinada para que no pudiera dar clases de nuevo; varios chicos fueron suspendidos y castigados; Arnulfo estaba casi satisfecho, pero le faltaba una de las principales personas que lo habían humillado siempre: Mónica. Arnulfo quiso preparar algo muy especial para ella. Arnulfo decidió esperar unos días antes de su venganza contra Mónica, para que se enfriara al asunto de la maestra de sociología; mientras, se dedicó a perfeccionar su dominio sobre la mente de su hermana y le sirvió de practica para lo que quería hacer con Mónica. Así que casi cada noche, Arnulfo dominaba la mente de Hania y le ordenaba ir a su cuarto y tener sexo con él, lo que ella obedecía y le cumplía todos sus caprichos, se la mamaba, se ponía en cuatro o de cabeza o dejaba que él se la metiera por el culo. Aprovechando su poder mental, Arnulfo podía coger por horas sin cansarse ni eyacular, terminaba hasta que veía que Hania ya no aguantaba y como siempre, al otro día ella se levantaba adolorida y somnolienta, pero nunca recordaba lo sucedido. Cuando Arnulfo lo sintió conveniente, comenzó su venganza contra Mónica y sus dos amigas: Vanesa y Cynthia, que fueron sus principales detractoras y aún lo eran. Decidió empezar por el séquito, sabía que Mónica era fuerte porque ellas la hacían fuerte, de hecho ya lo había logrado con Ariadna, así que no le sería difícil deshacerse de las otras dos. Lo primero que hizo fue que un día, al terminar la clase de educación física, Arnulfo dominó las mentes de Vanesa y Cynthia y les ordenó entrar al vestidor de los hombres a escondidas y sin avisarle a nadie; ellas obedecieron y entraron mientras los chicos se bañaban, por lo que ellos se emocionaron de inmediato al ver a esas dos zorritas en su territorio; Arnulfo les ordenó acercarse a él, desvestirse e ignorar a los demás; ellas hicieron un strep-tease frente a Arnulfo y luego, por órdenes de él, comenzaron a besarlo y acariciarlo; Arnulfo se acostó en la larga banca del vestidor y le ordenó a Vanesa mamarle la verga y ella se hincó a un lado y lo hizo, luego le ordenó a Cynthia abrir las piernas a los lados de la banca y sentarse en la boca de él, para chuparle la concha. Los demás chicos estaban anonadados de que dos chicas tan buenotas se hubieran fijado en el feo de Arnulfo, pero ahí estaban las pruebas. Arnulfo hizo que Vanesa se sentara en su verga y les ordenó a ambas que se besaran y acariciaran, ellas obedecieron, dándoles a los chicos un espectáculo excitante. Un rato después, Arnulfo hizo que las chicas intercambiaran posiciones y así gozó de ambas chicas; luego las hizo hincarse en el suelo, recargadas en una banca y se colocó detrás de Vanesa primero, le abrió las nalgas y se la cogió por el culo, la estuvo bombeando hasta que se vino dentro de ella; luego se colocó detrás de Cynthia y gracias a su mente, volvió a levantar su verga, la cual metió en el culo de ella, de igual manera, se la cogió hasta venirse en su culo. Arnulfo se levantó, mentalmente ordenó a las chicas acostarse sobre las bancas boca abajo y no moverse hasta que él se los ordenara, ellas lo hicieron y Arnulfo es dijo a los chicos: "¿Qué esperan?, allí las tienen, hagan lo que quieran con ellas"; los chicos no esperaron más, dos de ellas se encaramaron en las chicas y comenzaron a darles por el culo; se notaba que a ellas les dolía por los gestos que hacían, pero jamás se quejaron. Los chicos fueron penetrándolas por el culo de uno por uno, las bombearon hasta que se cansaron, aquellos que terminaban con una, esperaban su turno para cogerse a la otra; Vanesa y Cynthia fueron cogidas por el culo unas catorce veces cada una. Cuando todos terminaron, ellas estaban llenas de semen en las nalgas y piernas; Arnulfo les ordenó salir así al patio de la escuela y acostarse junto al asta bandera, una vez allí, se lamerían la una a la otra hasta limpiarse todo el semen en sus cuerpos. Ellas obedecieron, los chicos se vistieron y las siguieron; las dos chicas dieron un súper espectáculo; allí estaban, dos chicas muy buenotas desnudas a medio patio, lamiéndose de manera lesbiana ambas. Mónica, que había buscado a sus amigas por todos lados infructuosamente, se acercó al asta al ver que se formaban grupos allí; al poder asomarse, no dio crédito a lo que sus ojos veían; les gritó a sus amigas que se detuvieran, pero no la escuchaban. Por allí alguien llevaba una cámara y comenzó a tomar fotos de lo que pasaba. De nuevo entró en acción el Director y Arnulfo deshipnotizó a las chicas; no pudieron explicar que hacían, pero ya el mal estaba hecho. Lógicamente, las dos amigas de Mónica fueron expulsadas de la escuela y ella se quedó sola. Arnulfo se aseguró que así fuera, pues mediante su poder mental, hizo que nadie se le acercara. Unos días después Arnulfo comenzó su verdadera venganza. Como Mónica se encontraba desesperada porque todos la trataban como apestada, entonces Arnulfo se le acercó y empezó a platicar con ella; la convenció de que él quería ser su amigo ya que se había quedado sola; Mónica aceptó la amistad que Arnulfo le ofrecía porque no le quedaba otra opción. Arnulfo invitó a Mónica a comer un día a su casa y ella aceptó por gratitud. Desde antes de que Mónica llegara, Arnulfo preparó todo, hipnotizó a su hermana para que obedeciera en todo, le ordenó ponerse un vestido muy corto con un escote muy atrevido y que utilizara ropa interior muy pequeña y sensual; la hizo limpiar toda la casa y preparar la comida. Cuando llegó Mónica, todo estaba listo; Arnulfo le había ordenado a Hania que se hiciera pasar por la sirviente, así que ella fue a abrir e hizo pasar a Mónica a la sala, ella iba vestida con una blusa blanca y una minifalda negra, con zapatillas del mismo color. Arnulfo salió vestido elegantemente, saludó a Mónica de beso en la mejilla y la invitó a pasar al comedor, el cual estaba adornado con mantel largo y unas velas que lo hacían verse un poco romántico; Mónica se preocupó de las intenciones de Arnulfo, pero este se comportaba como un caballero. Arnulfo ocupó la cabecera y sentó a Mónica a su derecha. Hania sirvió la comida y Arnulfo le ordenó quedarse parada entre ellos; la atención hacia Mónica era magnífica, así que ella empezó a relajarse; situación que Arnulfo aprovechó. Cuando Hania se fue a la cocina por los siguientes platillos y mentalmente Arnulfo le ordenó que cuando regresara no trajera puesto el vestido; así que ella regresó con la comida vestida únicamente con tanga y un pequeño sostén que apenas tapaba los pezones con unos pequeños triangulitos. Mónica quedó asombrada cuando la vio, pero Arnulfo siguió comiendo como si nada pasara; ella le dijo: "Oye, ¿ya viste a la criada?" y el le contestó: "Si, está muy bien, ¿no?". Mónica quedó asombrada y le pidió a Arnulfo que le ordenara a Hania que se vistiera; pero él hizo lo contrario, le dijo a Hania que Mónica quería verla desnuda, por lo que ella se paró a su lado y sensualmente se quitó la tanga y el brassiere y se acercó a Mónica poniéndole sus tetas en la cara y diciéndole sensualmente: "Chúpame". Mónica se levantó molesta y se dirigió a la puerta; estaba por salir cuando Arnulfo le ordenó en voz alta: "¡Detente!" y como si algo le impidiera avanzar, Mónica se detuvo. Arnulfo le ordenó a Mónica regresar a su asiento y ella lo hizo, luego, él ordenó a Hania traer la cámara de video; cuando Hania regresó y le entregó la cámara, él la encendió y empezó a grabar, le ordenó a Mónica que hiciera lo que Hania le había pedido. Mónica empezó a chupar las tetas de Hania y ambas empezaron a acariciarse por órdenes de Arnulfo. Arnulfo las hizo levantarse y dirigirse al sillón; en el trayecto Mónica se fue desvistiendo y ambas se fueron besando en la boca; cayeron sobre el sillón acariciándose morbosamente y gimiendo de placer; Arnulfo no perdía detalle con la videocámara, las hizo que se lamieran las vaginas en un cachondo 69; ambas chicas tuvieron múltiples orgasmos, luego Hania le metió a Mónica un consolador en la vagina, Mónica aulló del placer y tuvo más orgasmos. Arnulfo se desnudó y le dio la cámara a Hania; le ordenó grabar lo que iba a hacer, pero que no saliera la cara de él. De inmediato, él se colocó entre las piernas abiertas de Mónica y sin esperar la penetró; se acostó sobre ella y le lamió los pezones mientras Mónica gemía y pedía más y más; Arnulfo la estuvo bombeando durante casi 40 minutos hasta que terminó dentro de ella. Se salió de ella y le ordenó a Mónica hincarse y chuparle la verga; ella obedeció y a los cinco minuto Arnulfo volvió a tener una erección, así que le ordenó a Mónica empinarse en la mesa, una vez que ella obedeció, él se colocó detrás y abriéndole las nalgas, comenzó a penetrarla por el culo, Mónica sintió un tremendo dolor, pero como Arnulfo le ordenaba aguantar, no hizo nada; el chico masacró el culo de ella y le ordenó disfrutar con el dolor; Mónica comenzó a sentir placer y de nuevo tuvo dos orgasmos. Después de casi una hora, Arnulfo se vino, llenando de semen las entrañas de Mónica, sacó su flácido pene y pensó que ya era suficiente, se estaba haciendo de noche y tenía que llevar a cabo otra parte de su plan. Arnulfo le pidió la cámara a Hania y la mandó a dormir, ordenándole despertar hasta el otro día y no recordar nada. Luego, sentó a Mónica desnuda en el sofá y el se sentó frente a ella, la miró a los ojos y le dio las siguientes instrucciones: "Desde ahora estás en mi poder; vas a continuar con tu vida normal y vas a seguir siendo como hasta ahora, solo que cuando recibas una instrucción mía, dejarás de hacer lo que sea y aunque no te guste, harás lo que yo te ordene, verbal o mentalmente, ¿de acuerdo?"; Mónica contestó: "Si". Arnulfo continuó: "De ahora en adelante, te gustará ser maltratada, golpeada y humillada, serás masoquista y te gustará que te azoten y golpeen cada que tengas sexo, ¿entendiste?"; "Si", contestó Mónica ya sin voluntad propia. A continuación Arnulfo le ordenó: "Ahora te vas a ir a tu casa caminando como estás y dentro de veinte minutos despertarás en donde estés, no recordarás nada de lo sucedido aquí, ni siquiera recordarás haber venido a mi casa y seguirás tu vida normal hasta que recibas órdenes mías; tu mente estará conectada a la mía todo el tiempo y serás mi puta y de quien quiera coger contigo cuando lo desee, ¿entendido?"; de nuevo Mónica asintió ausente y se fue caminando rumbo a su casa completamente desnuda. Como ya era muy tarde casi no había gente en la calle, los pocos que se asombraron de ver a una chica tan joven y guapa desnuda por la calle y caminando como si nada sucediera; la casa de Mónica estaba como a veinte cuadras de la de Arnulfo, por lo que no era un recorrido corto. Alguien llamó a la policía y una patrulla llegó por ella, en ese momento transcurrieron los veinte minutos de que Mónica había salido de la casa de Arnulfo, por lo que ella salió del trance y se quedó asombrada de estar a media calle desnuda con dos mujeres policías tratando de subirla a una patrulla. En la estación de policía, cubierta con una manta y llena de vergüenza, Mónica no atinó a explicar que había sucedido; habían llamado a sus padres, que estaban consternados por la noticia de haber encontrado a su hija a medianoche caminando desnuda. Mónica no fue al siguiente día a la escuela, pero al siguiente si y se dio cuenta de que todos la miraban extrañamente; supuso que ya se había corrido la voz de lo sucedido, pero no fue sino hasta que el Director la mandó llamar que entendió las miradas de los demás. El Director le mostró un periódico donde salía la noticia: "Jovencita loca camina desnuda a medianoche por transitada avenida" y donde se veía su foto cuando las patrulleras la subían a la patrulla, notándose incluso su pezón derecho; Mónica quedó estupefacta y no pudo explicarle al Director tampoco lo sucedido. Él le dijo que tendría que expulsarla de la escuela por conducta impropia; a menos que hiciera lo que él le pidiera. Lógicamente, Mónica preguntó que tendría que hacer y el Director le dijo que en ese momento tendría que meterse debajo de su escritorio y mamarle la verga y que después tendría otros castigos que cumplir. Mónica se quedó asombrada, no podía creer lo que estaba escuchando y por supuesto, no se imaginaba que en ese momento la mente del Director estaba siendo dirigida por Arnulfo desde un privado contiguo. La mente de Mónica estaba confundida, por un lado se sentía ofendida por la propuesta del Director y pero otro, algo le ordenaba que tenía que hacer lo que le pedían; esto último fue más fuerte que su voluntad, por lo que se metió debajo del escritorio y vio que el Director ya se había bajado el pantalón, comenzó a mamarle la verga mientras él la tomaba de la cabeza. Mónica mamó la verga del Director durante un buen rato, ya le dolían las quijadas cuando él se vino y la hizo tragarse su semen. Mónica escuchó en su mente una risa y una voz que le decía: "Eres una puta, y apenas es el comienzo". Era Arnulfo que había probado que la tenía en su poder. Cuando terminó, Mónica salió de debajo del escritorio del Director y peste le dijo: "Por hoy está bien, te necesito todos los días a partir de mañana aquí a las diez". Mónica alegó que era hora de clase y el Director, sonriendo le dijo: "Precisamente por eso". Mónica salió confundida, aún no estaba del todo consciente del poder que Arnulfo tenía sobre ella, sobre el Director y al parecer, sobre toda la escuela; en la que, por cierto, Mónica era vista y señalada como una loca o una prostituta. Mónica tuvo que faltar los días siguientes a la clase que tocaba alas diez, pues aún en contra de su voluntad, se presentaba en el despacho del Director, el cual los primeros días se conformaba con una mamada diaria de la chica, pero al quinto día las cosas cambiaron. Al entrar, Mónica se iba a hincar debajo del escritorio como siempre, cuando el Director le dijo: "¡Espera!, hoy quiero que hagas otra cosa". Mónica se quedó quieta esperando órdenes. Él le dijo que se desnudara; Mónica no salía de su asombro cuando escuchó la voz interior en su cabeza; era Arnulfo que le indicaba seguir las órdenes del Director, así que empezó por quitarse la blusa y la falda, luego el sostén, los zapatos, las medias y las pantaletas, hasta quedar completamente desnuda en medio del despacho del Director. Él se levantó y se acercó a ella, comenzó a acariciar los senos de la chica y luego a pellizcarlos; esto le produjo un tremendo placer a Mónica; luego, el Director se desvistió; ató las manos de Mónica a una alcayata que se encontraba en la parte superior de la pared, por lo que ella solamente tocaba el piso con las puntas de los pies y luego él tomó su cinturón; con él comenzó a pegar en las tetas de Mónica, esto, en lugar de disgustarle a ella, le encantaba, tanto así que pedía más y más; una vez que el Director se cansó de pegarle en las tetas, la volteó y comenzó a pegarle en las nalgas; Mónica comenzó a gemir de placer; por lo que el Director se vio obligado a amordazarla para que no los escucharan. Después de una buena golpiza que dejó las nalgas y las tetas de Mónica sumamente enrojecidas e hinchadas, el Director la desató, la empinó sobre su escritorio y le metió la verga hasta lo más profundo de su panocha; ambos cogieron como bestias salvajes, él se movía con furia dentro y fuera de ella y ella le respondía de igual manera, aún atada de las manos y amordazada, Mónica experimentaba un placer como nunca antes había sentido y se vino una, dos, tres y cuatro veces mientras el Director seguía jadeando y empujando hasta que terminó dentro de ella, cayendo al piso agotado por el esfuerzo. Arnulfo entró en escena, abrió la puerta del armario del Director, desde donde los había dominado a ambos y se colocó detrás de Mónica que seguía en la misma posición que el Director la había dejado y sin esperar más, empujó su verga erecta en el inflamado ano de la chica; Mónica gimió un poco, pero luego empezó a acomodarse para recibir el tremendo animalón de Arnulfo; él, al ver que ella empezaba a gozar con la penetración, le dio la orden mental de que en esta ocasión le dolería mucho el culo y que sufriría horrores al ser penetrada por allí,. De inmediato Mónica empezó asentir insoportables dolores, lloró y suplicó por debajo de la mordaza, lo cual produjo en Arnulfo un enorme placer; siempre había sido su sueño obligar a Mónica a tener sexo con él y ahora lo estaba cumpliendo. Arnulfo ordenó al Director que tomara un video de lo que hacían Mónica y él y este obedeció; diez minutos después Arnulfo estaba a punto de venirse, pero de nuevo utilizó su poder mental para seguir gozando del culo de Mónica y para hacerla seguir sufriendo. La chica sentía que no aguantaba más, el dolor era tan fuerte que parecía desmayar, pero Arnulfo la hacía seguir despierta y conciente de lo que ocurría. Una hora después, Arnulfo terminó dentro del culo de Mónica y la hizo voltearse e hincarse para limpiarle la verga. Mientras ella hacía eso, Arnulfo le empezó a decir: "De ahora en adelante, te dará miedo el sexo y cada que alguien te lo haga, vas a sufrir y a sentir mucho dolor, no volverás a tener ningún orgasmo, tampoco gozarás ya con los azotes, todo te dolerá y llorarás por cualquier toqueteo sexual, ¿entendiste?"; "si",. Contestó Mónica sin saber a ciencia cierta lo que le ordenaban. Arnulfo ordenó al Director dejar en paz a Mónica y no interferir con nada de lo que ella hiciera, ya fuera esto correcto o incorrecto. El Director también asintió y Arnulfo sonrió, su plan estaba saliendo a la perfección y estaba a punto de terminar con su venganza. Esa noche, Arnulfo se presentó en casa de Mónica con el pretexto de devolverle su monedero que había dejado "accidentalmente" en la escuela. Los padres de la chica le agradecieron y lo hicieron pasar; Mónica se encontraba dormida, tal y como Arnulfo lo había planeado; nada más entrar, él puso a trabajar sus poderes y rápidamente dominó las mentes de los Papás de Mónica, ala señora la mandó a dormir y al Señor lo hizo ir a la recámara de Mónica; el lo siguió cámara en mano. Una vez que entraron, despertaron a Mónica y Arnulfo le ordenó que se desvistiera y desvistiera a su Papá; ella obedeció y ambos quedaron desnudos, Mónica recibió la orden de mamársela a su Papá; ella lo hizo con asco y dolor, mientras el señor gozaba la caricia recibida de su propia hija y que Arnulfo grababa como testimonio en video. Cuando el Papá de Mónica la tuvo bien parada, Arnulfo ordenó a ella acostarse boca arriba con las piernas abiertas y a él penetrarla de inmediato con fuerza. Ambos obedecieron y el Papá arremetió contra la panocha de cu hija, que de inmediato comenzó a chillar de dolor. Arnulfo hizo que el señor le tapara la boca con una mano mientras le chupaba los pezones y le metía un dedo en el culo; después de un rato, el Papá volteó a Mónica boca abajo y empezó a cogérsela por el culo sin compasión; Mónica no dejaba de llorar y patalear por el inmenso dolor que su padre le infringía, pero ni él ni Arnulfo se compadecieron de la chica y hatsa un buen rato después, que su Papá se vino en ella, pudo descansar; pero poco le duró el gusto, puye suna vez que él se salió y se fue a dormir por órdenes de Arnulfo, este último la penetró de nuevo por el adolorido culo; pero antes, la ató a la cabecera d ela cama y la amordazó para que dejara de gritar. Mónica volvió a sufrir lo indecible y además no pudo desmayarse por órdenes de Arnulfo. Dos horas después, Arnulfo salía de la casa de Mónica con una sonrisa de satisfacción, una tanga de ella y evidencia de que la chica cogía con su padre. Al día siguiente, en la escuela, Arnulfo hizo que el Director anunciara que a las 12:00 se exhibiría una película en el Auditorio de la escuela y que todos los alumnos tendrían que ir porque contaría para calificación. A la hora señalada, el auditorio estaba atiborrado de alumnos, ya no cabían más, había sentados hasta en los pasillos y el Director hizo la presentación: "Ahora van a ver una verdadera película, no porquerías; al terminar, deberán darme su opinión acerca de lo que vean". Mónica estaba sentada sola en medio de varios chicos y Hania estaba parada casi en la salida del auditorio. Arnulfo estaba detrás de la pantalla, poniendo el video; pero antes de pulsar el botón de "Play", ordenó a todos los que estaban en el auditorio que vieran lo que vieran nos e salieran y que al final recordaría perfectamente lo visto. Lo primero en salir fue la cara de Ariadna, que ya no estaba ahí, gimiendo y gozando; la cámara se fue alejando y se vio al viejito besarla y acariciarle los pezones y la panocha y como ella le agarraba la verga; nadie se movió de su asiento, nadie dijo nada, pero varios penes empezaban a despuntar. Luego siguió una escena en la que se veía a Hania cogiendo con algún chico que estaba sentado en una silla; la cara de Rolando no se vio, Arnulfo cuidó eso, después se veía como otro chico le metía la verga por el culo a Hania; ella, al darse cuenta de lo que se veía en la pantalla, quiso salir corriendo, pero algo se lo impedía. Después salió otra escena en la que se veía el strip-tease se la maestra de sociología y como se las había chupado a los chicos y como se la habían cogido en el escritorio, después las escenas con Vanesa y Cynthia en el vestidor de los hombres, en ese momento, ya todos los hombres y varias chicas estaban sumamente excitados; incluyendo a los profesores. Por último, salió un aviso que decía: "¡Ahora, prepárense para ver a la mayor estrella porno!" y enseguida salieron las escenas de Mónica teniendo sexo lesbiano con Hania; ambas chicas se quisieron morir, pero no podían moverse, luego salía Arnulfo acogiéndose a Mónica durante varios minutos, sin que se viera la cara de él; después, salieron las fotos en los que Mónica había sido arrestada por estar desnuda en la calle, luego se vio al Director azotando a Mónica y ella pidiendo más y más, luego se vio como se la cogió en el escritorio y también como Arnulfo, sin que se viera su cara, se la cogió por el culo, haciendo acercamientos a la cara de sufrimiento de Mónica mientras salía un subtítulo: "Excelente actuación". Por último, se vio al Papá de Mónica entrar a su cuarto y como ella lo desnudaba y se desnudaba, como le mamaba la verga y como él se la cogía después. Luego salió la palabra "Fin" y Arnulfo despertó a todos; nadie entendía lo sucedido, pero poco a poco fueron recordando como se les había ordenado y un chico gritó: "¡Acabemos con esas putas!", los demás lo secundaron y otro gritó: "¡Aquí hay una!" gritó otro chico, señalando a Mónica; "¡Aquí hay otra!" Gritó otro chico señalando a Hania; ambas chicas intentaron explicar y huír, pero la turba enloquecida las cargó y las sacaron del auditorio; Arnulfo se dio cuenta de que todo salí de control e intentó dominar las mentes de los chicos; pero no recordaba que una de las claves para poder ejercer el dominio de la emtne es que esa mente esté relajada y las de ellos no lo estaban. Chicos y chicas se llevaron cargando a Hania y Mónica al patio principal; el Director intentó poner orden, pero los maestros se lo llevaron a su privado para hablar con él. Hania y Mónica fueron arrojadas en medio del patio y las chicas empezaron a aventarles cosas mientras les gritaban "putas lesbianas, por ustedes nadie nos respeta, muéranse, fuera"; varias de ellas les dieron puntapiés a las dos chicas hasta que los hombres las detuvieron. Mónica y Hania habían quedado casi desnudas en el jaloneo y los chicos no esperaron más, considerándolas unas putas, se arrojaron sobre ellas, les arrancaron la ropa y varias manos comenzaron a tocarlas; Arnulfo había llegado y quiso dominar las mentes de ellos o las de ellas, pero nada funcionó, en primera, por la excitación de ellos, en segunda por el temor de ellas y en tercera porque Arnulfo estaba demasiado nervioso y no logró concentrarse. Así que las dos chicas fueron violadas múltiples veces por los chicos enardecidos, que sentían que así se vengaban de ellas; varios de ellos dijeron que eso era lo que ellas hacían así que no les importaría; Mónica no pudo disfrutar ni un segundo, pues cada que la penetraban sentía intensos dolores; de cualquier manera, Hania no la pasó mejor, pues fue obligada por varios chicos a coger con ellos por todos lados; unos se la metieron por la panocha, otros por el culo y unos más la obligaron a mamárselas. Arnulfo se arrepintió de lo que había hecho, pero al querer rescatar a las chicas, los mismos chicos lo empujaron hacia afuera y le decían: "Espera tu turno, feo". Fueron horas de tortura par Hania y Mónica, ya anochecía cuando por fin llegó la policía y paró la orgía masacre. Solo detuvieron a dos chicos que estaban con ellas y a ellas también. Las dos chicas fueron apara a un hospital; el Director fue destituido y boletinado; ningún chico fue encarcelado, pues todos atestigüaron que ellas los provocaron, los Papás de Mónica se separaron al saber que él tenía relaciones con su hija. De Arnulfo no se supo nada desde ese día, algunas personas dicen que montó un espectáculo de hipnotismo y que viaja por todo el mundo, otras versiones afirman que aún domina las mentes de varias personas que lo encubren y una última versión afirma que al ver lo que había provocado, se suicidó arrojándose a un peñasco. Nadie sabe la verdad.