El favor a mi hermana (1)

Dos hermanos maduros, incesto.

EL FAVOR A MI HERMANA

Una sorpresiva llamada de mi hermana, que me invita a cenar esa noche, por que necesitaba hablar algo muy importante conmigo. Me dejo preocupado, ya que la noté muy extraña. Salí del trabajo, fui a mi casa a pegarme una ducha y partí a la casa de mi hermana a la hora acordada. Me saludo muy cariñosamente, me sirvió un trago, mientras de la cocina salía un olor fabuloso. Conversamos de cosas sin trascendencia, de mi trabajo, de mi hijo etc. Yo era separado hace varios años y a mis 40 años no había encontrado aun una compañera definitiva, ni quería encontrarla, disfrutaba mi soltería y de mis conquistas. Por su lado, ella menor que yo por 2 años (38), se había casado hace unos 5 años y hasta el momento no tenía familia. Le pregunte por mi cuñado, y me dijo que para variar, andaba de viaje. El es dueño de un camión grande y realiza viajes al extranjero, por lo que es habitual que no se encuentre en casa por varios días.

Le pregunté el motivo de su invitación y me dijo que cenáramos primero que luego conversaríamos. Me comento que estaba aburrida de cenar sola, es mas, de pasar mucho tiempo sola, que su vida matrimonial no era lo que ella había imaginado, que había empezado a tener problemas con mi cuñado, justamente por que viajaba mucho, más con la desilusión de no haber podido quedar embarazada, lo que para ella y su marido era una gran desilusión, ya que ambos lo deseaban mucho. Fuimos ahondando en este tema, y me dijo que habían intentado por todos los medios, pero que aparentemente era mi cuñado el del problema al ser muy débil sus espermios, pero que aun estaba la posibilidad. Yo le comente que un compañero de trabajo había tenido el mismo problema y que con un tratamiento, y remedios, había logrado dejar embarazada a su mujer. Ella me dijo que si lo habían intentado, pero que el resultado había sido obviamente negativo, mas aun con un alto costo que no podían volver repetir.

Terminamos de cenar y me invito a que pasáramos al living a tomarnos un bajativo y continuar nuestra conversación. Se notaba muy nerviosa y luego de preguntarle en varias oportunidades cual era el motivo de su invitación, me dijo muy nerviosa, que necesitaba que le hiciera un favor, el favor más grande de mi vida. Cuando le pregunte de que se trataba, todo lo imaginable que había pensado, dinero etc , quedo atrás al decirme directamente que ella había pensado que yo fuese el padre secreto de su hijo.

Me quede helado al escuchar su petición, jamás en mi vida se me había pasado por la mente escuchar algo a si de mi hermana. Me quede callado y ella muerta de vergüenza, me dijo que como yo era su único hermano, por los genes, por que me parecía a su marido y por que sabia que podía confiar plenamente en mi, y en mi silencio, se había atrevido a hacerme esa declaración, sabiendo muy concientemente que era una locura lo que me pedía y que si le decía que no, me entendería perfectamente.

Yo aun no podía articular palabra, tratando de asimilar lo que mi hermana me solicitaba. Era algo que quizás en una película podría darse, en una teleserie, no en la vida real, y menos que me pasara a mí. Me tome mi trago de un sorbo y le pedí otro. Ella me lo sirvió y me entendió perfectamente mi reacción al ser una petición tan inusual.

Le dije que me dejaba sin palabras, que yo haría cualquier cosa por ella, pero que eso … no se … era algo muy complicado como para dar una respuesta a si como así. Yo entendía perfectamente su gran deseo de tener un hijo y que era un buena opción , extremadamente loca, pero … no se .. tendría que pensarlo muy bien. Me marche de su casa, con el compromiso que lo pensaría y le contestaría.

Pasaron 2 días y la idea de hacerlo con mi hermana, para darle un hijo era una verdadera locura, no dejaba de pensar ni un minuto en la propuesta , que tenia algo de cordura al ser yo tan parecido ficsicamente a su marido .. no sabia que decidir … aunque debo reconocer que solo el hecho de imaginarme estar con ella, me parecía por sobre todo morboso y excitante. Luego de darle muchas vueltas al tema, la llame , mi cuñado aun seguía de viaje y le dije que pasaría por su casa en la noche a conversar del tema.

Me recibió muy amablemente, y nos sentamos en el living de su casa. Ella me esperaba con un trago, conversamos de cualquier cosa hasta que tocamos el tema. Le dije que la verdad, me parecía una locura lo que ella me proponía, que éticamente y moralmente era impensable, pero que tener un hijo, al menos para mi , era lo mas hermoso que me había pasado en la vida y que entendía perfectamente su deseo de tener uno. Pero que estaba por un lado el carácter ético, que obviamente nos afectaba a ambos , en fin .. le dije que por el cariño que sentía por ella, estaba dispuesto a hacerlo. Se puso muy contenta , me abrazo llorando y dándome las gracias llenándome de besos .

Ahora ambos estábamos muy nerviosos al discutir el tema, de como lo haríamos y cuando. Ella me dijo que su marido llegaba esa tarde y que estaría en casa unos 4 a 5 días. Que después de eso, pensaba que le estaba por llegar el periodo, por lo que me llamaría en unos cuantos días.

Pasó casi una semana, y esperaba ansioso la llamada de mi hermana. Si bien es cierto mi hermana a sus 38 años no era una modelo, debo decir que estaba bastante buena. Ancha de caderas, con un culo también grande, no de modelo, pero como me gustan a mi, grandes y robusta. Tetas redondas y de un muy buen tamaño, sobre 100 .. digamos que cumplía plenamente con mis requisitos al ser culona y tetona, mas al ser mi propia hermana, le daba a todo un morbo indescriptible. La llamada finalmente llego. Mi hermana me contó que su marido estaba saliendo de viaje al otro día y que tendríamos unos 8 dias , dentro de su periodo fértil, sin problemas para hacer "el encargo". Se notaba completamente decidida y le dije que al otro día, en la noche, iría a su casa.

Llegue a su casa cerca de las 9 de la noche. Justo ella conversaba con una vecina en la puerta de reja. Me recibió muy amablemente, pero en extremo nerviosa. Yo por mi parte también lo estaba, aunque la vecina, que ya me conocía de antes ya que habíamos compartido más de un asado en la casa de mi cuñado, jamás hubiese pensado lo que estábamos planeando hacer. Para todos, era solo una visita normal de un hermano a su hermana, nada extraño. Despachó rápidamente a la vecina y me hizo pasar. Ambos estábamos nerviosos y nuestras palabras salían torpemente.

Me invito un trago y se sirvió otro para ella. Ya era de noche, pleno verano. Conversamos unas cosas sin trascendencia, esperando cada uno que el otro tocara el tema.

*** bueno … y respecto a lo otro

  • ufff .. que vergüenza

  • en realidad es algo incomodo

  • si , pero estoy completamente decidida

  • ¿ninguna duda?

  • No ninguna.. lo he pensado 1000 veces y estoy completamente decidida

  • ¿Y entre nosotros . que pasara?

  • Eso es difícil .. no se .. te confieso que me muero de vergüenza .. pero estoy decidida

  • Que bueno .. yo también

  • Bueno

  • Bueno**

Ambos nos mirábamos y nos reíamos de forma nerviosa. Esa noche ella usaba unos jeans ajustados y una blusa de colores, con un generoso escote, por donde se podían apreciar sus grandes tetas. Estaba excitado, pero a la vez muy nervioso y tímido, cosa que no era habitual en mí. Ella por su parte, tampoco era una mujer callada y aunque hacia su mejor esfuerzo por entablar una conversación sus palabras se enredaban.

*** ¿estas incomodo?

  • no .. bueno si .. es una situación extraña

  • Si … reconozco que también estoy muy nerviosa

  • Yo también .. ¿no me sirves otro trago?

  • Creo que será lo mejor para ambos .. unos 10 para cada uno

  • Ja ja ja… si ..puede ser**

Seguimos conversando de cosas sin importancias, bajo un ambiente completamente tenso. Mi hermana se levantó a poner algo de música, dándome una buena imagen de su culo apretado bajo esos ajustados jeans. La verdad estaba más buena de lo que yo me imaginaba.

Se quedó de pie mirándome y sonriendo. Le dije que mejor apagara la luz. Lo hizo. Por la ventana del living entraba la luz del farol de afuera que alumbraba tenuemente la habitación. Se sentó a mi lado y avance un poco al ponerle mi mano en su pierna. Ella se estremeció y al instante la corrió. Ambos nos reímos de su actuar, a lo que ella se excuso que estaba muy nerviosa.

Le sugerí que nos diéramos tiempo, que no era necesario que pasara algo esa noche, ni esa semana, es más, le dije que por que mejor no salíamos a bebernos unas copas por ahí, y después que fuera lo que Dios quisiera. Encontró que era una muy buena idea, ya que con alcohol se ponía mas desinhibida y como ya estaba arreglada, salimos a un bar del centro a tomarnos unas copas sin tocar el tema. La noche transcurrió de una forma muy amena y al poco rato ya nuestra conversación era fluida como siempre, casi olvidando nuestro tema principal. Pedimos otros tragos mas, la hora pasó y pasó. La verdad que en todo ese rato me había fijado en lo hermosa que era mi hermana y en el pedazo de hembra que tendría a mi disposición. Sin embargo sabia que a pesar de estar todo listo, debía actuar cautelosamente para no asustarla. Luego pedimos la cuenta y conduje hasta su casa. Ya cuando llegábamos nuevamente ese silencio eterno entre los dos volvió a crecer. Nos quedamos afuera en el auto sin hablar, hasta que ella me pregunta si quiero pasar.

No dije nada, apague el motor y saque las llaves. Ella abría la puerta de reja, se notaba bastante mareada y yo detrás de ella, sin poder despegar los ojos de su culo. Abrió la puerta de la casa, también demorándose en encontrar la llave correcta, entramos y antes que prendiera la luz, la abrace por la cintura apegándola a mi cuerpo. Ella se quedo inmóvil y sintió mis primeros besos en su cuello. No decía nada, solo respiraba fuertemente y echaba hacia atrás la cabeza disfrutando de mis primeros besos. Tomando más confianza, fui subiendo lentamente mi mano por su vientre hasta acariciar una de sus grandes tetas. La mano de ella se puso sobre la mía, pero en ni un momento me la corrió.

Mi mano acariciaba suavemente su pecho y ella con su mano, en movimientos circulares, la apegaba más a su cuerpo. Se soltó, en la oscuridad de la casa, me tomo de la mano, sin decir nada, me hizo avanzar por el pasillo, hasta llegar a su cuarto. Nuevamente estando de pie en el cuarto oscuro, la volví a tomar de la cintura y la apegue a mi cuerpo. De espaldas a mi, se dejaba tocar sus pechos, respirando agitadamente, pero sin poner resistencia. Para ese entonces, mi verga ya se había endurecido y sentía las nalgas de mi hermana contra ella.

Prendí la luz para verla, pero ella me hizo apagarla, solo prendiendo una suave luz de su lámpara de noche.

Nuevamente me apegue a su espalda, besando su cuello. Mi mano bajó hasta su vientre y … un poco mas, dándole la primera caricia a su sexo, por sobre el pantalón. Este movimiento la hizo estremecer , se soltó de mí y dándose vuelta me beso suavemente. Mis manos se apoderaron de su gran culo, apretándolo fuertemente, manoseándolo a mi antojo, mientras sus suaves gemidos escapaban por la comisura de sus labios sin dejar de besarme.

Por mucho rato estuvimos de pie, al lado de la cama, besándonos sin parar. Poco a poco nuestras ropas fueron siendo desprendidas por el otro, hasta quedar ambos, solo con ropa interior. Sus grandes pechos se veían divinos dentro de su sostén, que no duro más de unos cuantos segundos, antes que mis dedos desprendieran el broche de atrás, liberando dos hermosas, grandes y redondas tetas No paso ni un segundo mas , cuando ya mis labios succionaban sus gloriosos pezones, deseosos , ardientes. Ella solo se dejaba llevar sin oponer ninguna resistencia, hasta que caímos a la cama para continuar con nuestro plan.

Besándola por todas partes, me fui colocando de rodillas entre sus piernas y comencé a sacarle su última prenda de vestir. Mi hermana yacía de espaldas, con sus ojos cerrados, quizás con algo de vergüenza al mostrar por primera vez su intimidad a su hermano mayor. Sin embargo no oponía ningún tipo de resistencia. Poco a poco la prenda se fue deslizando por sus hermosas y gruesas piernas, dejándola completamente desnuda.

Impactantemente, lejos de todo lo que había pensado, mi hermana era un monumento de mujer. Sus tetas grades que nunca habían dado leche, a pesar de su porte solo se caían un poco hacia los lados, nada de blandas como yo había pensado, sino que duras con sus pezones rosados, erguidos por la excitación. Su vientre plano, sus anchas y exquisitas caderas, una concha ligeramente poblada por pelos negros rizados era la corona de dos hermosas piernas que se abrían para recibirme. En ningún momento abrió sus ojos, solo sus piernas para dejarme montar sobre ella.

Estaba nerviosa, pero excitada, su respiración agitada, sus brazos sobre mi espalda esperando que mi verga se colocara a la entrada de su sexo. Nuestros sexos se encontraron, estremeciéndonos a ambos. Habíamos llegado al punto en que ya no podíamos echar marcha atrás quebrando la barrera de lo moral, llegando al incesto Suavemente mi verga comenzó a entrar, abriéndose paso a través del húmedo sexo de mi hermana, la que mordiéndose los labios y solo tocando mi espalda, abría mas sus piernas para darme mas espacio. Mi verga llegó hasta lo más profundo de su sexo y comencé a metérsela y a sacarla muy suavemente, una y otra vez. Ella disfrutaba, pero sentía de todas formas su cautela o vergüenza al mostrarse excitada ante su hermano. A ratos me sentía mal, pensando que estaba abusando de ella. Fácilmente podría haber eyaculado en 5 minutos, pero el divino cuerpo de mi hermana no era para un sexo rápido, queria seguir disfrutandolo.

Echó sus brazos hacia atrás y solo gemía suavemente sin tocarme. Yo la tenía tomada de sus grandes nalgas, apretándoselas a mi antojo aumentando la intensidad de mis embestidas. Estaba muy excitado, pero a la vez, estaba un poco cortado al saber que era mi hermana la mujer que estaba bajo mío y más aun al notar su poca entrega. Le besaba sus pechos, deliciosos, pero ella no reaccionaba como yo quería. A las finales, igual excitado comencé a descargar mi semen al interior de mi hermana que recién ahí comenzó a gemir un poco mas fuerte al sentirse inundada por la leche caliente de su hermano.

Nuestro encuentro no duró mas allá de unos quince minutos. A pesar de no haber tenido una respuesta muy erótica de mi hermana, fue algo de otro mundo, follarme a mi hermana bajo su consentimiento. Según me dijo ella estaba en su periodo mas fértil y que un producto que había comprado, le indicaría a primera hora de la mañana, si nuestro plan había funcionado.

Fin de la primera parte

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