El farmacéutico (segunda parte).

Raquel, la hermana de mi adjunta.

Para una mejor comprensión de la historia, sugiero a mis lectores la lectura de la primera parte publicada el 23 de octubre de 2015, pido disculpas por la demora en el tiempo y por no saber como se pone el enlace.

El programa informático de hipnosis funcionaba a las mil maravillas, mi querida adjunta era fiel exponente de ello. Según entraba Rebeca por la puerta de la farmacia pronunciaba la palabra mágica –CAPATA- y la fiel esposa abnegada madre de familia quedaba bajo mi influencia. “Sugerí” a Rebeca que debía rasurarse su coño y se quitase el tanga nada más llegar al trabajo. También le ordené que fuese a trabajar con ropa “cómoda”, faldas de vuelo y leggins ajustados, de esta manera y a la mínima ocasión podía magrear a mi entera disposición sus muslos, nalgas, tetas y en especial su coño dedeándola sin piedad hasta llegar al orgasmo, apretando sus muslos con fuerza hasta hacerme daño en mi mano cuando alcanzaba el clímax.

Igualmente, le ordené que follase con su marido lo mínimo posible poniendo cualquier escusa, y siempre con las debidas precauciones ya que su coño me pertenecía, y aunque la parejita quería tener su segundo hijo sería yo quien tuviese el “honor” de preñar a esa deliciosa milf.

También aproveché la ocasión para hacer algunas reformas en la sala oftalmológica, insonoricé el local, e instalé por mi cuenta un equipo de grabación para “deleitarme” con mi futura cuadra de hembras.

Con cualquier excusa, hacía que Rebeca se quedase en la oficina de farmacia fuera del horario laboral para disponer de mi adjunta. Follé muchas veces con Rebeca, sintiendo el morbo de poseer a una mujer casada, aunque nunca estrené su ano por miedo a que sufriese algún desgarro o dolor que pudiese levantar sospechas -tanto de ella como del gilipollas de su marido- de que algo raro pasaba.

Esa tarde-noche, después de haber follado a mi empleada, sentí que necesitaba algo más, una idea rondaba por mi cabeza. Cogí su teléfono y ojeé su whatsApp. La foto de uno de los perfiles me llamó la atención, hasta donde sabía la foto de aquella deseable hembra era la de Raquel, la hermana menor de mi adjunta. Tenía que poseerla y así ampliar mi cuadra de zorras.

Rebeca yacía totalmente desnuda con sus piernas abiertas, mientras un hilo de semen escurría de su coño por toda la entrepierna, había vuelto a montar a mi subalterna como a una verdadera perra. Cuéntame cosas de tu hermana, le ordené a Rebeca.

  • Raquel tiene veintiséis años, es la lista de la familia, siempre obtuvo las mejores calificaciones en el colegio y en la universidad, estudió derecho y trabaja en una importante firma de abogados. En casa la llamamos mosquita muerta, -continuó Rebeca- porqué es demasiado responsable.

  • ¿Tiene novio?, pregunté a mi empleada.

  • Sí, se llama Mateo y se conocieron en la universidad. Es un alto ejecutivo de un banco, están prometidos y se casan dentro de siete meses, hacen una pareja perfecta, contestó Rebeca.

Mi polla se puso durísima al saber que su hermanita iba a contraer matrimonio. Yo tendría el placer de hacerla subir preñada al altar, pensé para mis adentros.

  • Además, continuó Rebeca, creo que Raquel es virgen.

  • ¿Virgen?, contesté sin salir de mi asombro.

  • Es muy religiosa y conservadora como su novio, siempre ha comentado que llegará virgen al matrimonio.

  • ¿Dónde vive Raquel?, pregunté.

  • En casa de mis padres aunque hace dos años se compró un chalet con su novio, es precioso y lo tienen ya totalmente amueblado.

  • Dame su dirección, ordené a mi empleada.

  • Rebeca -continué-, hace días te noto extraña, ¿ocurre algo?.

Noté una vacilación en mi adjunta, ¿Qué pasa? Repetí por segunda vez..

  • Creo ….., creo que estoy embarazada, contestó.

En ese instante mi verga empezó a chorrear, salí de la botica y cogí un test de embarazo. Hazte la prueba ordené. Pasamos al baño, mi empleada orinó dentro del recipiente de muestra y vertió unas gotitas en el test. El resultado fue positivo.

Estás preñada grité eufórico, te he marcado como a las yeguas. El hijo puta de tu esposo aparte de cornudo va a ser un magnífico padre de un hijo bastardo, exclamé entre grandes carcajadas.

Cogí su teléfono móvil, me tumbé en el sillón de pruebas y busqué en el archivo fotos de su hermana. Encontré algunas en la playa posando en bikini, y las reenvié a mi móvil, las amplié, el cuerpo de esa zorra era espectacular. Hazme una paja mientras me excito con tu hermana le ordené a mi adjunta.

Rebeca se arrodilló, sumisamente abrió mis piernas dejando mi verga y mis cojones a la altura de su cara. Muy delicadamente bajó mi prepucio y comenzó a lamer el líquido preseminal que corría por mi verga. Una de sus manos asió el tronco de mi polla mientras que la otras acariciaba suavemente mis pelotas llenas de leche caliente.

  • ¿Te gusta la puta de mi hermana?, preguntó mi subordinada, mientras su mano subía y bajaba por el tronco de mi rabo.

  • Está tremenda contesté, menudas piernas y que tetazas tiene la muy zorra, que suerte tiene el imbécil de su novio.

  • ¿Te la vas a follar como has hecho conmigo?, continuó Rebeca.

  • Siiiii, contesté, y tu me vas a ayudar, ¿verdad?, tú, su hermana, me la va a poner en bandeja de plata para que la desvirgue.

  • ¿Vas a preñarla para que suba al altar bien gorda y sea la comidilla de todos los invitados?, dijo sumisamente mi empleada.

En ese mismo instante y entre grandes espasmos me corrí como un cerdo, lanzando trallazos de leche caliente que mancharon el pelo, la cara y las tetas de mi adjunta.

Mientras Rebeca se duchaba y se quitaba los restos de semen empecé a trazar un plan. Si quería dejar preñada a la hermanísima y que su bombo se notase al subir al altar tenía que darme prisa. Mi empleada salió del aseo, estaba muy hermosa con sus leggins ajustados. El hecho de haber dejado preñado a esa milf me excito nuevamente, mi mano se introdujo por debajo de su pantalón acariciando sus nalgas sintiendo el fino hilo dental de su tanga, mi otra mano acarició sus tetas por debajo de su camiseta.

  • Rebeca, dije mientas me comía el lóbulo de su oreja, voy a darte una serie de órdenes que quiero que cumplas a rajatabla.

Mi subordinada asintió con un leve movimiento de su linda carita.

  • Esta semana vas a convencer a tu hermanita para que venga a la farmacia para hacerse una revisión ocular, le dirás que es por “gentileza” de tu jefe.

  • Esta noche vas a follarte a pelo al cornudo de Alfredo, dejarás que se corra en tu útero para que piense que el hijo que llevas dentro es suyo. ¿Has entendido?.

Sí Oscar, se hará como tu deseas contestó Rebeca.

En ese instante pronuncié las palabras clave CAPATA CAPATA y Rebeca salió de su trance. Como en las anteriores ocasiones no recordaba nada de lo ocurrido pero sabía que cumpliría fielmente mis deseos. Se despidió con un alegre, hasta mañana.

Me asomé a la puerta y observé como mi adjunta se alejaba calle arriba cogida de la mano del hijo puta de su marido, la excitación de preñar a las dos hermanas hizo que mi verga se empalmase de nuevo, corriendo fue a meneármela como un cabrón viendo las fotos de mi próxima yegua.

Pasados un par de días Rebeca me informó que su hermana pasaría por la farmacia para recogerla y de paso hacerse la revisión. Estuve muy excitado, casi a punto de cerrar llegó Raquel en compañía de su novio.

Era la parejita perfecta, Mateo con una planta impresionante, cercano al metro noventa, moreno de ojos negros con su perfecto corte de pelo y su carísimo traje. A su lado, Raquel más bajita sobre metro setenta, discreto maquillaje, con unos tacones de aguja altísimos, ojos verdes, castaña con el pelo recogido en una graciosa coleta de caballo, con un traje de ejecutiva ceñido que resaltaba sus espléndidas formas, chaqueta y falda negra hasta las rodillas y una blusa blanca que escondían un par de tetas de la talla noventa y cinco calculé.

Rebeca se encargó de las presentaciones, Mateo estrechó mi mano con mucha fuerza casi hasta hacerme daño, y seguidamente estampé dos besos en las mejillas de Raquel. Su tono de voz era muy dulce. La parejita tenía prisa y directamente pasamos a la sala de oftalmología, no sin antes haber aleccionado a mi empleada para que su estúpido novio no nos interrumpiese, Raquel tomó asiento y procedí a instalar los sensores en la gafa de pruebas.

Ahora verás una serie de imágenes, montes, animales y finalmente los números y letras, le comenté a Raquel. Accioné el programa, la mediometría era muy buena aunque la hermana de mi empleada padecía una leve miopía. La medición finalizó.

-¿Qué tal preguntó Raquel?.

  • Tienes una muy leve miopía que en principio no hace falta corregir para que el ojo no se vuelva vago, contesté.

  • Que alivio, murmuró.

CAPATA. La chica cayó en trance. Levanta el brazo derecho ordené, al instante lo levantó.

  • Bien, bien, bien continué. Raquel desde este momento estás bajo mi control y cuando pronuncie las palabras clave saldrás del trance no recordando nada de lo ocurrido.

Eché el cerrojo de la puerta y accioné la cámara de video ya que no quería perderme ningún detalle. Desnúdate para mí zorra como lo harás en la noche de bodas para el imbécil de tu fututo marido, no te quites los zapatos, ordené.

Raquel se levantó del sillón, pausadamente se despojó de su chaqueta colgándola en el perchero, bajó la cremallera de su falda cayendo esta a sus pies, sus piernas eran espectaculares. Me puse un preservativo y comencé a masturbarme.

  • Ahora quítate la blusa perra, ordené.

Con mucha parsimonia Raquel se desabrochó los botones de su blusa. Me levanté del sillón y le saqué las mangas. La visión fue impresionante, sujetador de color negro dejando a la vista parte de las areolas de sus pechos y un tanga negro de encaje con un finísimo hilo dental que se escondía entre la raja de sus nalgas.

-Sácate el tanga y entrégamelo, ordené.

Raquel, sumisamente, se quitó su prenda más íntima y me la entregó. La olí con desesperación, el aroma era delicioso. Su coño era muy peludo, -tendrás que depilarte el coño- ordené y no creo que tengas que buscar excusas para tu novio, es tan mojigato que seguro que todavía no lo ha visto. Si Oscar, contestó.

Mis manos acariciaron sus muslos y sus firmes nalgas, pasé uno de mis dedos por su ano intentando profanarlo. Raquel gimió. La besé de forma sucia y obscena metiendo mi lengua en su boca, mezclando nuestra saliva. Mis manos sobaron su cuerpo perfecto hasta alcanzar sus tetas, las magreé por encima del sujetador. Bajate las copas, ordené.

Raquel acató mi orden. Sus tetas eran grandes y firmes, las areolas eran de un color marrón muy oscuro y sus pezones casi negros estaban muy duros. Durante un buen rato estuve metiendo mano a la hermana de mi empleada, la hice ponerse en pompa y separar sus nalgas para ver su estrecho ano, sobé su culo a mi antojo, mis manos pasaron por debajo de sus axilas hasta alcanzar sus tetas mientra metía mi tiesa verga por la raja de su culo.

Me senté de nuevo en el sillón, arrodíllate zorra y hazme una paja mientras te hago unas preguntas, ordené a Raquel. Su mano agarró mi durísima verga y empezó a subir y bajar.

  • Estúpida, no tienes ni puta idea de hacer una paja a un hombre exclamé. Más rápido y acaricia mis cojones, va a ser cierto que eres una beata y no has practicado con el idiota de tu novio.

Mientras Raquel se afanaba en hacerme una paja en condiciones comencé con el cuestionario.

  • Nombre, apellidos y edad: Raquel xxxxx, veintiséis años.

  • Dame tu dirección de correo electrónico, Facebook y demás redes sociales en las que participes con sus claves, así como el número de tu móvil.

  • ¿Estás prometida?. Sí, soy la prometida de Mateo.

En ese instante sonó el timbre de aviso, era Rebeca. El novio de su hermana se impacientaba y tenía mucha prisa

  • En cinco minutos acabamos, contesté sin poder ocultar  mi mala hostia.

  • ¿Cuándo os casáis?. El veintidós de Mayo de este año.

  • Mírame a los ojos zorra. Raquel levantó la vista mientras incrementaba el ritmo de mi paja. ¿Eres virgen?, si contestó. Lo que se pierde el estúpido de tu novio, si fueses mi hembra te daría verga todos los días.

  • De todas formas, algo harás con tu novio -insistí-. Nos acariciamos mutuamente, respondió.

En ese instante tuve una convulsión, mi espalda se arqueó y me corrí como un animal llenando el preservativo de leche caliente.

  • Vístete zorra, ordené. Tu y yo lo vamos a pasar muy bien.

Salimos de la sala de oftalmología, no sin antes sacar a Raquel de su trance. No recordaba nada de lo ocurrido. Era tarde, Rebeca muy diligentemente había cerrado la oficina de farmacia.

  • Raquel tiene una levísima miopía que no es necesario corregir, comenté.

  • Muchas gracias Oscar, pero no deberías haberte molestado te hemos entretenido mucho, dijo Mateo.

  • Ha sido un verdadero “placer”, contesté recalcando la última palabra.

  • Muchas gracias dijo Raquel con su encantador tono de voz, mientras nos dábamos un inocente beso de despedida.

Observé como los tres montaban en un carísimo coche último modelo conducido por el gilipollas de Mateo. La primera parte del plan ha salido perfectamente pensé para mis adentros. Voy a follarme a la beata de Raquel y voy a preñarla para que todo el mundo, el día de su boda, sepa lo puta que es. Me encerré a mi despacho a recrearme viendo el video de mi nueva hembra.

Al día siguiente enseñé a Rebeca como hipnotizar a su hermana utilizando la palabra clave y dí a mi adjunta las oportunas instrucciones:

  • Voy a follarme a Raquel en su propia casa, en su cama matrimonial y además con su ajuar de boda puesto. Tendrás que sonsacarle información y fijar un día para que vaya a su casa sin que nadie nos moleste.

  • Quiero follarme a Raquel en sus días más fértiles para preñarla cuanto antes.

El sábado por la mañana Rebeca trajo muy buenas noticias.

  • Mi hermana tiene su ajuar de boda en casa y mañana Alfredo, mi hijo y Mateo se van a pescar. Yo iré a casa de Raquel para que me enseñe su vestido nupcial, haré que se lo pruebe. Creo que es el momento adecuado para entregarte a mi hermana.

  • Magnífico exclamé eufórico mientras sobaba las tetas de mi empleada, vamos dentro quiero que una preñada me coma la polla.

En el salón de oftalmología ordené a Rebeca que se arrodillase y diese comienzo a su trabajo. Saqué mi verga y se la restregué por las mejillas, por su cara y su frente, la dí varios pollazos mientras mi subalterna con la boca abierta intentaba tragarse la polla de un hombre que no era su esposo. De un solo golpe se la introduje hasta el fondo de la garganta y me follé la boca de Rebeca.

  • Chúpame el culo cerda, ordené.

Mi empleada se afanaba en cumplir todas mis ordenes, la práctica continuada había hecho de ella una gran comedora de pollas pese a que le había prohibido que se la mamase al gilipollas de su marido. Rebeca sacó mi verga de su  boca y comenzó a lamer y besar el grueso tronco, succionó uno de mis cojones con su tierna boquita para acabar metiendo la lengua en mi ano mientras me pajeaba lentamente.

  • Sigue perra, continua, le ordenaba entre gemidos y jadeos, ya no eres una puta novata comiendo pollas eres una auténtica ramera de lujo, que sepa el hijo de puta de tu esposo lo que se pierde.

Recosté a Rebeca sobre el sofá, levante su falda y separando su tanga la penetré hasta el fondo de un solo golpe, su coño estaba empapado y mis huevos chocaron contra su pelvis. La empalé con mucha fuerza. Voy a follarme a tu hermana aullé, tu misma me la has puesto en bandeja de plata.

  • Fóllala gritó mi adjunta, fóllala y hazla un hijo, que suba al altar preñada así todos los invitados verán nuestras tripas y sabrán lo putas que somos.

Incrementé el ritmo de mi follada, tenía bien empalada a mi empleada, pasado un rato mi espalda se arqueó, AGGGGGGGG ….. me corrí como un verdadero cabrón, cinco o seis chorros de leche caliente inundaron el coño de Rebeca mientras mi empleada gritaba preñala hijo de puta, preña a mi hermana también. Me importó una mierda que Raquel no alcanzase su orgasmo, aséate ordené, tenemos que ultimar los preparativos para mañana.

Había llegado el gran día, me encontraba dentro de mi coche estacionado enfrente de la casa de Raquel. La urbanización era espectacular, multitud de chalets a cada cual más espectacular, canchas de pádel, baloncesto y futbol sala, piscina climatizada, campo de golf de dieciocho hoyos y un pequeño centro comercial. No les iba nada mal a los tortolitos mascullé entre dientes.

Estaba muy excitado pero sobre todo nervioso Era la primera vez que mi empleada salía del trabajo bajo mi influjo, además tenía dudas de si podría manejar a dos hembras en estado de hipnosis.

Mi móvil sonó, Rebeca:

  • Buenos días Oscar, todo está dispuesto como ordenaste, he hipnotizado a Raquel.

  • Fantástico zorra, ¿Has instalado la cámara?, si contesto. Abre la cancela y esperarme en el dormitorio.

Crucé la puerta y accedí a un espacioso jardín muy cuidado, -hay sitio de sobra para poner unos columpios y juegue los primos-, pensé para mis adentros. Entré dentro de la casa, una gran cocina, un aseo y un salón de gigantescas dimensiones conformaban la planta baja. Encima de un pesado aparador había multitud de fotografías de la pareja y su familia. La madre de Mateo era especialmente atractiva. Es una pena que por su edad no pueda procrear murmullé.

Bajé a la bodega y examiné la colección de vinos de Mateo. Simplemente fabulosa, crianzas y gran reservas, champán carísimo y botellas de coñac de grandes añadas, como se cuida el cornudo del novio pensé. Mi verga estaba chorreando al violar la intimidad de la parejita, ingerí una pastillita azul y subí a la primera planta. Tres habitaciones con sus correspondientes baños, parece que tienen idea de tener muchos hijos me dije.

La cuarta puerta estaba cerrada, llamé y sin esperar respuesta accedí.

  • Hola Oscar, saludaron sumisamente las dos hermanitas.

Raquel estaba espectacular con su vestido de boda, de un color blanco que hacía daño a los ojos, modelo palabra de honor con un escote recto que realzaba sus formidables tetas de futura vaca lechera, muy ceñido a su escultural cuerpo, sin una gran cola y con un velo de finísima seda.

Hola zorras, contesté. Rebeca enciende la cámara ordené. Estás preciosa Raquel con tu vestido de novia es un placer que te lo hayas puesto para mí. La saqué una foto con mi móvil. ¿Sabes porqué estoy aquí?, -continué- tu hermana te lo contado verdad. Raquel afirmó muy despacio con su cabeza.

  • Dímelo Raquel, quiero oírlo de tu propia voz.

  • Quieres que me entregue a ti, que seas tu el hombre con quien pierda el tesoro de mi virginidad, follarme en la cama matrimonial que compartiré con mi futuro esposo después de nuestra boda y dejarme embarazada.

Me reí con estruendosas carcajadas. Exactamente mi querida Rebeca voy a follaros a ti y a tu hermana en esa cama. Tu estúpido novio va a ser el mayo buey de esta capital.

Me desnudé apresuradamente sin quitarme el boxer ya manchado de líquido preseminal, sentándome en un cómodo sillón. Rebeca -ordené- es hora de que ayudes a tu hermana  a quitarse ese bonito vestido, nadie quiere verlo sucio el día más feliz de la vida de tu hermana, ¿verdad?. Como tú ordenes Oscar, contestó sumisamente mi adjunta.

Rebeca se colocó detrás de Raquel y muy lentamente desabotonó los corchetes del vestido nupcial, sacó ambas mangas y el traje de novia se deslizó hasta el suelo, mi adjunta se agachó para retirar el vestido mientras su hermana levantaba las piernas para facilitar la tarea.

FORMIDABLE, exclamé. Raquel apareció ante mí con su íntimo ajuar. Unos zapatos blancos, finas medias de seda hasta medio muslo, un tanga de encaje blanco y sujetador a juego.

  • Rebeca, la tarea de una buena dama de honor es ayudar a la novia en lo que necesite el día más preciado de su vida, QUITALE EL VELO.

Me acaricié muy lentamente por debajo de mi boxer disfrutando de semejante situación tan morbosa. Las dos hermanas estaban completamente entregadas, desnúdate Rebeca, ordené. Mi adjunta se despojó de la ropa, se notaban los indicios de su embarazo aunque su cuerpo en ese momento no me interesaba lo más mínimo.

  • Raquel quítate el sujetador ordené.

Las tetas de la novia quedaron expuestas para mí. Sus pezones estaban duros como la piedra, la muy zorra estaba excitada y una gran mancha de flujo en su tanga también lo delataba. No le quites las medias idiota le ordené a Rebeca.

  • ¿Estás caliente putita?, pregunté.

  • Si Oscar, estoy muy excitada. ¿Más que con el gilipollas de Mateo?, lentamente asintió con la cabeza. Entonces, -proseguí-, date la vuelta y abre tus nalgas para tu hombre

Raquel se giró. El fino hilo dental escondido entre sus nalgas no era visible. Se puso en pompa y con sus manos abrió los cachetes de su culo. Me levanté y separé el hilo, su estrecho ano quedo a mi vista, no pude evitar la tentación de besarlo e introducir mi lengua en su estrecho orificio. La novia exhaló un gemido.

Le dí un tremendo cachete en sus formidables nalgas y nuevamente me senté para disfrutar de la visión.

Raquel, -ordené- no tendrás inconveniente en darme tu tanga.

La hermana de mi adjunta muy pausadamente se libró de su hermosa tanga, siguiendo mi “sugerencia” había depilado su coño para mí. Dócilmente me entregó la prenda más íntima de su ajuar, lo llevé a mi nariz, olía a perra excitada, a hembra en celo deseosa de acoger una verga en sus entrañas. Me levanté acercándome a la novia, Raquel temblaba, bésame ordené. Raquel me besó de forma sucia con lujuria y deseperación, como nunca besó al imbécil de su novio, nuestras lenguas jugaron intercambiando nuestras salivas.

Rebeca, túmbate en la cama y mastúrbate viendo como tu hermana se traga una verdadera polla no como la del medio hombre de tu marido. Rebeca introdujo un par de dedos en su húmedo coño pellizcándose los pezones con su otra mano, gemidos de placer y lujuria comenzaron a llenar la habitación. Raquel, de rodillas y a comer verga, puta de mierda.

Raquel, totalmente humillada, se arrodilló ante mí, abrió mis piernas, su lengua recorrió la parte interna de sus muslos hasta llegar a mi empapado boxer. Suavemente succionó la polla que se ocultaba bajo mi ropa interior. Alcé las caderas y la hermanita bajó mi boxer hasta los tobillos. Mis veinte centímetros de dura carne y mis duros cojones parecieron impresionar a la novia.

  • Es tremenda, exclamó Raquel.

  • ¿más grande que la de tu futuro esposo?, pregunté con satisfacción.

  • Muchísimo más y más gorda contestó la novia.

  • Pareces muy modosita pero eres una verdadera zorra, COMETELA ordené.

Raquel lamió el glande y se introdujo mi enorme virilidad en su boca, succionó y la mojó con su saliva. No pude contenerme más, la pastillita azul hacía tiempo que surtía efectos y agarrando su cabeza con mis poderosas manos comencé a follarle la boca. Se la metí de un fuerte empujón hasta lo más profundo de su garganta provocándole arcadas y lagrimones.

  • ¿Te gusta putita?, ¿te gusta el regalo de bodas que te hago?. Ahora quiero que te comas mis cojones grité fuera de mis cabales. Para ser la primera vez, supuestamente, que Raquel comía verga no lo hacía nada mal y con mucha devoción, enseguida tuve que ordenar que parase ya que mi semen no era para su boca sino para su útero.

Rebeca por su parte continuaba haciéndose un dedo observando como su modosa hermanita devoraba con total esmero mi polla. El orgasmo de mi adjunta parecía inminente, Raquel, ¿has follado alguna vez con una mujer?, negaó moviendo su bonita cabecita.

  • FOLLATE A TU HERMANA, ordené.

Raquel se acercó a la cama y sin ningún preámbulo abrazó a su hermana, se morrearon lascivamente, entrecruzaron sus  piernas buscando el roce entre sus húmedos coños. Me senté en el butacón y me masturbé contemplando el espectáculo que me ofrecían mis dos hembras.

Los gemidos y jadeos inundaron el dormitorio matrimonial mientras las hermanitas magreaban las respectivas nalgas dándose cachetadas con dureza, Raquel deslizó su boca por el cuello de su hermana hasta sus pechos, acarició las areolas y mordió, los duros y enormes pezones de la preñada. Una de sus manos se posó en el coño de Rebeca e introdujo dos dedos acariciando el clítoris. Mi adjunta se retorcía de placer hasta que explotó en un profundo e intenso orgasmo, sus piernas se cerraron aprisionando la mano de Rebeca.

Por mi parte continuaba pajeándome con deleite al ver a las dos hermanas follando como putas profesionales. Mi cara tenía una mueca desencajada mezcla de lujuria y placer enfermizo. Rebeca se recuperó de su orgasmo, se abalanzó sobre su hermana y asiendo sus muñecas la inmovilizó con las manos a la espalda. Mi adjunta acarició con dulzura el rostro de su hermana descendiendo por el cuello hasta sus tetas, las magreó tirando con fuerza de los duros pezones. La novia grito de dolor, Rebeca deslizó sus manos por la cintura de Raquel hasta llegar a sus nalgas, las levantó acercando su cara al húmedo y depilado coño de su hermana, lo olió, -hueles a puta en celo exclamó-, e introdujo la lengua en el húmedo sexo. Rebeca estaba totalmente desatada comiendo el coño de su hermana, mientras ésta se retorcia de placer. Los gemidos de Raquel debieron de oírse en toda la urbanización

Rebeca sin delicadeza alguna abrió las piernas de su hermana introduciendo las suyas, las dos vulvas se rozaron provocando un espasmo de placer a Raquel. Mi adjunta asió los tobillos de su hermana y empezó a empujar chocando los coños entre sí, los flujos vaginales de las dos se mezclaron manchando las sábanas de la cama nupcial, mientras sus tetas se bamboleaban consecuencia de las embestidas.

El orgasmo de Raquel era más que inminente, sus palabras incoherentes, los jadeos y toqueteos la estaban llevando al clímax. No pude contenerme, salté del butacón y de un empujón desplacé a Rebeca, pude ver el coño encharcado de Raquel, le abrí las piernas y me puse sobre ella.

ERES MIA RAQUEL, TU COÑO ME PERTENECE, VOY A DESVIRGARTE Y A DEJARTE EMBARAZADA, grité fuera de mí.

Mi verga rozaba sus labios vaginales de arriba hacia abajo sin llegar a penetrarla. ¿La sientes puta? aullé, ¿verdad que es mas grande que la del marica de tu novio?, pídeme que te folle maldita zorra, pídelo puta. FOLLAME gritó desesperadamente Raquel. De un solo golpe la penetré, ví una foto de los novios encima de la mesita auxiliar, mientras mi enorme verga encontraba la oposición del virgo de la novia. Saqué mi polla y volví a penetrarla. ME DUELEEEEE gritó Raquel mientras una verga que no era la de su prometido quebraba y profanaba el himen de la novia. Un hilillo de sangre manchó las sábanas de la cama del futuro matrimonio. Su desvirgado coño era muy estrecho, dejé que mi polla se acomodase en lo más hondo de su interior mientras sentía su vagina aprisionar mi miembro. Comencé un mete saca brutal, la penetraba hasta lo más profundo de su útero y la sacaba dejando su glande en la entrada de su encharcado coño para volver a penetrarla con más fuerza.

  • MAS, MAS DURO CABRON, FOLLAME, gritaba Raquel, COMO ME GUSTA, FOLLAME, MAS DAME MAS.

  • TOMA VERGA ZORRA, PUTA …. ERES MÍA, ME HAS DADO TU VIRGO Y VOY A PREÑARTE, SUBIRAS AL ALTAR CON UN HIJO MIO EN TU VIENTRE. ¿COMO SE LLAMA EL CORNUDO, COMO SE LLAMA TU NOVIO?, DIMELO MALDITA PERRA, DIMELO.

  • MATEO grito la novia, MATEO ME ESTOY ENTREGANDO A OTRO HOMBRE.

En ese instante, Rebeca tuvo un intenso orgasmo. Las palabras de Raquel y el orgasmo de mi adjunta aumentaron más si cabe mi excitación Me desacoplé de la novia tumbándome en su cama, Rebeca agarra mi polla, Raquel clávatela vas a follarte tu misma y quiero ver como rebotan tus tetas de futura madre, ordené.

Raquel se puso a horcajadas sobre mí, MIRAME A LA CARA ZORRA grité mientras Raquel se dejaba caer sobre mi verga. La penetración fue muy profunda hasta donde nunca llegará el medio hombre de su futuro esposo. Raquel totalmente empalada me cabalgaba como una consumada amazona dejándose llevar por su instinto, me besó con lujuria, sus tetas se bamboleaban mientras mis manos magreaban sus deliciosas nalgas y sus tremendos senos, apretando los pezones con mucha fuerza.

-ERES MI PUTA RAQUEL, ERES MI PUTA, ENTREGATE A TU MACHO. TE VOY A MARCAR COMO A LA PUTA YEGUA QUE ERES, grité desesperadamente.

-MATEO, MATEO, NUNCA ME HE SENTIDO MAS LLENA, gritaba la novia.

La habitación estaba inundada de gemidos y jadeos, olía a sexo, a perras en celo. Mientras seguía empalando a la novia la atraje hacia mí. La besé y escupí dentro de su boca. TE HE MARCADO CON MI SALIVA Y TE VOY A MARCAR CON MI LECHE, grité.

El culo de Raquel había quedado totalmente expuesto, Rebeca folla el culo de tu hermana ordené.

-EL CULO NO POR FAVOR, ME DOLERA dijo Raquel.

Rebeca sin ningún miramiento ni piedad metió un dedo hasta la falange en el culo de su hermana, uno, dos y hasta tres dedos profanaron la intimidad de la novia.

  • ME DUELE, AYYYYY, ME DUELE aulló Raquel.

Pronto su dolor se transformo en gemidos y jadeos de placer. Raquel estaba cabalgando la verga de otro hombre que no era su novio mientras su ano era profanado por su propia hermana. Raquel estalló en un tremendo orgasmo, NO AGUANTO MAS, ME CORROOOO, AHHHHH, la hermanita convulsionó, jadeó y gritó como una verdadera perra. Su ya dilatada vagina succionó aún más mi verga manchada de sus copiosos fluidos.

Raquel se desplomó sobre mí, mientras yo seguía empalándola hasta lo más profundo de su útero, mis testículos golpeaban su entrepierna, mi orgasmo estaba muy próximo, ACARICIAME LOS HUEVOS REBECA, TOCAMELOS VOY A CORRERME DENTRO DE TU HERMANA.

Sentí las manos de mi empleada acariciando mis durísimos cojones, CORRETE HIJO DE PUTA PREÑA A MI HERMANA COMO ME PREÑASTE A MI, LA NOVIA Y LA DAMA DE HONOR SUBIREMOS PREÑADAS POR EL MISMO HOMBRE AL ALTAR, gritó mi subordinada. Exploté en ese instante, seis, siete trallazos de leche llegaron hasta lo más profundo del útero de su hermana. PREÑAME MALDITO CABRON, DANOS UN HIJO grito Raquel mientras Rebeca, acariciando y comiéndose mis cojones, conseguía que me vaciase por entero mi semilla dentro del vientre de su hermana. Todos quedamos extenuados.

Ese domingo me follé en otras tres ocasiones a las dos hermanitas, pero siempre corriéndome en las entrañas de Raquel. Sabía que no tendría muchas ocasiones de volver a follármela. Me fui a media tarde ordenándolas que limpiasen y aireasen la habitación que olía a sexo y hembra en celo, no sin antes llevarme unas cuantas botellas de vino y coñac del gilipollas de Mateo.

Habían pasado unos tres meses aproximadamente desde nuestra orgía, me encontraba en mi despachito repasando las copias de las recetas del día. Llamaron a la puerta y entró Rebeca. Su embarazo era notorio, tenía un buen bombo y sus tetas habían aumentado de tamaño para amamantar a “nuestro” hijo. Me levanté y la dí un buen morreo mientras mi mano acariciaba sus nalgas.

-Hasta mañana, Oscar.

-Mañana nos vemos, descansa Rebeca, por cierto, ¿Qué tal llevas tu embarazo?.

-Bien, contestó alegremente, aunque me duelen los pies y tengo mucha retención de líquidos. Por cierto, continuó mi adjunta, ¿te acuerdas de mi hermana Raquel? -asentí con -la cabeza-. Está embarazada.

-Enhorabuena, respondí cínicamente.

-Estoy muy preocupada, -contestó mi adjunta-, mis padres y la familia de su novio están muy enfadados con el hecho de que mi hermana vaya a subir al altar embarazada, somos muy tradicionales y no se como se lo va a tomar la gente. De todas formas van a seguir con el embarazo adelante.

CAPATA CAPATA, Rebeca salió de su trance y se despidió. Me quedé en mi despacho pensando en Raquel y su bombo. La idea de que fuese a subir preñada al altar por otro hombre que no era su futuro esposo me llenaba de morbo, más si cabe cuando no le dí a Raquel la orden de que follase con el hijo puta de su novio para hacerle creer que era él quien la preñaba. Otro cornudo consentidor pensé mientras me reía a carcajada limpia.

Abrí el cajón y saqué la carpeta con los curriculums. Rompí los de hombres y me centré únicamente en los de chicas. Rebeca muy pronto cogerá la baja y voy a necesitar una nueva adjunta  ………..