El extraño conocido
En una mañana de primavera, mi vida comenzó a cambiar...
Mi nombre es Mayca, tengo 30 años y estoy casada desde hace 2, tengo un cuerpo muy bien conservado, o eso intento, voy al gimnasio todos los dias que puedo, mido 1.65 cms y tengo los pechos grandes y firmes y un culito bastante apretadito, debido a las clases de spinning. La vida sexual con mi marido no es mala, aunque un poco monótona, yo siempre he sido muy fogosa y a veces siento que mi marido no ha sabido despertar la verdadera mujer que hay en mí.
Un día de primavera, por la mañana en la cocina, me encontraba preparándome el desayuno, mi marido acababa de marcharse a trabajar y yo medio dormida me preparaba un café cuando de pronto sentí que se abría la puerta de casa, Jose que se habrá dejado algo, pensé, y seguí con mi desayuno.
De pronto sentí que agarraban por detrás, una mano se puso sobre mi boca y la otra me rodeaba la cintura, me asusté un poco, porque parecía diferente, sus manos, su olor, su forma de actuar…
Intenté volverme pero no me dejó y me apretó con más fuerza…me resultó raro, porque a Jose no le gustaba mucho jugar y menos a esas horas, a pesar de todo yo me dejaba llevar, él empezó a besarme el cuello despacio y la mano que rodeaba mi cintura fue subiendo poco a poco acariciando mi vientre por encima del camisón, hasta llegar a la altura de mis pechos, tengo unos pechos redondos y firmes, uso una talla 95 de sujetador, aunque para dormir no suelo llevar, por lo que cuando llegó a mis pechos y empezó a acariciarme los pezones se me pusieron duros al instante, en ese justo momento, me susurró al oído
–Que buena estás, Zorra!!
Mi cuerpo se quedó totalmente paralizado y mi cara cambió su rictus, definitivamente ese hombre no era mi marido, pero, ¿Quién era? Intenté volverme con más fuerza pero no puede, el intruso me agarraba con más fuerza y hacia inútiles mis intentos por volverme ahora me daba cuenta, sus manos eran más grandes que las de Jose y por la forma en que me mordía la oreja y me besaba el cuello, también debía ser más alto, mi respiración comenzaba a agitarse, estaba asustada y nerviosa, y él volvió a susurrarme, su voz era grave y parecía tranquilo y seguro de sí mismo,
- Te voy a quitar la mano de la boca, pero no vas a gritar, porque si lo haces te rompo el cuello antes de que te des cuenta.
-Por favor no me hagas nada, coge todo lo que quieras. Lo dije sin mucho convencimiento, porque sabía perfectamente lo que aquel tipo quería coger…
-Shhh….
Fue su única respuesta, cerquita de mi oído y mi cuerpo entero se estremeció, sus manos comenzaron a moverse acariciando mi cuerpo por encima del camisón, una de ellas sobaba mis tetas con soltura y con la otra empezaba a subirme la delgada telita del camisón, tocando mis muslos y todo mientras apretaba su paquete contra mi culo, yo notaba ya el gran bulto que tenía entre las piernas y sin quererlo me estaba poniendo a cien, la mano que acariciaba mis muslos comenzó a subir hasta llegar a mi sexo, que me lo empezó a acariciar por encima de mis braguitas, en seguida las apartó con maestría y empezó a tocarme en círculos mi ya húmedo coñito, en ese momento solté un gemido, y volvió a susurrarme al oído.
-Estás caliente como una perra, vas a disfrutar como nunca antes lo habías hecho.
Apretó su cuerpo todavía más contra el mío, yo tenía los brazos apoyados en la encimera, me dejé caer un poco debido al placer que me estaba proporcionando, sacó los dedos de mi coño y los llevó hacia mi boca…
-uuummm te gusta eh zorrita!!!
Sin dejar de apretarme contra la encimera, me soltó un instante y escuché el ruido de bajarse la cremallera y de cómo caía los pantalones al suelo, de un tirón me bajó las bragas dejándolas por debajo de mis rodillas, me abrió un poco las piernas, y con sus manos cogió las mías que seguían apoyadas en la encimera, su boca seguía jugando con mi cuello y oreja, con su polla jugaba con mi coño mojado sin llegar a meterla…parecía grande y gruesa, más tarde lo comprobaría…la verdad es que estaba a cien, la sensación de estar sometida a un desconocido me volvía loca y en esos momentos no podía pensar en mi marido.
Los besos en el cuello los mordiscos en la oreja y su polla frotándose contra mi coño….ya no podía más, quería no…deseaba que me la metiera de una vez, entonces me cogió del pelo de forma un poco brusca y me tiró hacia atrás, y me obligó a arrodillarme delante de él, me bajó los tirantes del camisón dejando mis pechos al descubierto.
-Vamos, se que lo estás deseando.
No me lo pensé dos veces y empecé a besar la puntita de ese gran miembro, con una mano se la cogí y le tiré del pellejo hacia atrás, con la otra mano le acariciaba las pelotas y sin ningún pudor empecé a metérmela en la boca suavemente…
-Eso es putita, mójamela bien, se que te gusta… vamos, quiero oírtelo decir.
-Sí, me gusta
Logré decir sin sacármela de la boca, volvió a cogerme del pelo y empezó a follarme la boca con fuerza, de vez en cuando se me escaba una arcada, debido a lo grande de su pene, la saliva se me escapaba por la comisura de los labios y caían en mis pechos…me volvió a levantar y me puso contra el frigorífico de espaldas a él, mis pezones se volvieron todavía más duros al contacto con el frío tacto de la puerta del frigo, me abrió un poco las piernas y de nuevo empezó a jugar con su polla a rozarme el coño y el culito sin llegar a metérmela, metía solo un poquito y la sacaba y lo mismo hacia con el agujero del culo, cuando la tenía sobre mi mojado coño, yo inclinaba el culo hacia atrás para facilitarle la tarea…
-Tienes ganas de polla, ehh zorrita!!
-Por favor, no juegues más conmigo y clávamela ya!!
A pesar de lo grande de su pene, entró de un tirón sin problemas, pues estaba chorreando, no aguanté mucho más, y a los pocos segundos me vino el primer orgasmo…
-Aaaarrrgggg!!! Uuuffff!!!
-Eres más zorra de lo que creía, y sólo acabo de empezar, creo q vamos a divertirnos mucho…
Mientras él seguía con lo suyo, al poco rato, me la sacó y la puso justo en huequito del culo, me asusté un poco, ya que nunca me lo habían hecho por ahí,
-Por favor, por el culo no!! nunca me lo han hecho por ahí.
Esto pareció ponerle más cachondo todavía.
.Tranquila, vas a terminar siendo tú la que me pidas que te rompa el culo, porque eres una buena zorrita, y las zorras piden que les rompan el culo.
Me apretó más fuerte contra el frigorífico y poco a poco fue introduciéndomela, yo gritaba un poco, pero parecía importarle poco, porque seguía, hasta q la metió entera, la dejó unos segundos dentro y empezó a sacarla poco a poco y después de nuevo hacia dentro, así cada vez más rápido, el dolor se había convertido en placer y yo gritaba y gemía como una autentica perra, hasta que me corrí por segunda vez, estaba extasiada, él también empezó a gemir… entonces me susurró de nuevo al oído.
-Zorra, ¿Dónde quieres mi leche?
-En mis tetas. Le dije como pude.
En ese momento, me volvió a coger del pelo y me arrodilló frente a él, los dos primeros chorros, largos y espesos cayeron en mi cara y pelo y el resto fueron a caer sobre mis pechos, que se mezclaban con los restos que caían desde mi barbilla, tenía los ojos cerrados, llenos de semen, me limpié un poco como pude para poder abrirlos, y cuando los abrí, el extraño visitante, cámara en mano estaba tomándome fotos.
-¿Pero qué haces?
-Es un recuerdo.
En ese momento y al verle la cara me dio un vuelco el corazón, a este tipo lo conozco de algo, moreno, alto, guapo y de pelo rizado. Se puso rápido los pantalones y salió de la cocina guiñándome un ojo y diciendo:
-Pronto tendrás noticias mías, mi pequeña zorrita.
Y me dejó allí, de rodillas y toda llena de semen, y con la duda en la cabeza, porque sin duda lo conocía de algo, aunque no lograra recordarlo.
Ese día cambió mi vida por completo, su olor, su fuerza y esa forma de tratarme, descubrieron algo en mí que estaba oculto y que pronto descubriría…
(Continuará)
Espero vuestros comentarios, es mi primer relato y os agradecería vuestras críticas, ya que mi intención es seguir mejorando… Gracias