El exorcismo de Litte Lupe capitulo 3

CAPITULO FINAL. Sor Lupe esperaba su iniciación con el viejo cura encima quien ya acomodaba su verga en la entrada de la virginal panocha de la desprevenida y bella monjita.La cerrada vagina que estaba siendo por primera vez profanada resistió el primer y solido empujón .

El padre Ramón abiertamente le estaba comiendo la zorra, adentraba su lengua lo que más podía, sorbía y saboreaba todo ese exquisito elixir femenino que la concha de la hermana Lupita de solo 18 añitos le iba soltando.

La joven gradualmente se había empezado a menear con suaves movimientos pélvicos, preguntándose a ella misma que era eso tan rico que estaba sintiendo, acaso esas serían sus ganas?, era lo que se preguntaba a la vez que hacía cortos movimientos con sus brazos esposados a la cama, obviamente ella como hembra deseaba llevar sus manos al cuerpo del macho para alentarlo a que siguiera haciéndole cosas, estaba sintiendo muy rico.

La joven y hermosa religiosa seguía con esos siniestros movimientos y meneadas con sus caderas, ahora su acalorada panochita arremetía contra la bocaza del padre Ramón, no quería que esa maravillosa y caliente lengua la abandonara. Pensaba que si la mamada al bendito instrumento le había gustado un montón esto que le hacía ahora el buen padrecito a ella lo encontraba celestial y hasta casi bíblico.

Por su parte el descarado sacerdote sabía que la joven monjita estaba gozando como una verdadera puta, desde ahora se le haría aun más fácil poseerla, así que cuando ya se cansó de chupar, lamer y jugar con su virgen hendidura otra vez le abrió las piernas doblándoselas y haciendo que se quedara con ellas recogidas, para luego empezar a montarse sobre su curvilínea anatomía, la chica sin entender porque el padre Ramón se subía sobre su cuerpo tiraba sus brazos con tal de sujetar su pecho para que no la aplastara, pero era ahí cuando se sabía inmovilizada, ahora el miserable cura ya estaba sobre ella con claras intenciones de meterle aquella monstruosidad de verga que mantenía más tiesa y parada que nunca.

La joven religiosa que no sabía los motivos del porque ese tremendo animal estaba montado sobre su cuerpo sentía como este paseaba su virilidad por sus labios vaginales expuestos, su mente trabajo a mil, la verga del hombre estaba a la misma altura de su vagina, el mismo le había dicho que se la iba a meter, lo que en un principio no entendió mucho, pero ahora al saber en la posición en que ambos estaban y como este ejercía presión en aquella zona, fue cuando supo que era lo que le iban a meter y por donde, por lo que instintivamente comenzó una frenética lucha para defender su integridad, el pomo de la gruesa herramienta del cura era tan gruesa y redonda como el diámetro de una pelota de tenis calculaba en comparación de su estrecha ranura intima que si esta no se rajaba en el intento el instrumento del padre Ramón jamás entraría, pensaba rápidamente en forma enajenada mientras seguía sintiendo como el obeso cura se acomodaba sobre sus muslos para hacerle eso, un tremendo pánico se apoderó de su persona con solo imaginarse estar siendo penetrada por semejante herramienta.

Pero el padre Ramón ya estaba caliente al máximo y no iba a dejar pasar esa oportunidad y ya sintiéndose en condiciones sobre su blanco, curvilíneo e inmaculado cuerpo se dio a notificarle de lo que ahora le iba a ocurrir,

–Ahora vas a saber lo que realmente iban a hacer ese hombre con esa mujer que viste en el parque, jajajjaaaa…!!!! Así que no temáis, ya estás en edad de ser gozada por un hombre de verdad…!!!,

–Padrecito…mi buen padre que me va a hacer ahora…!?, no se los motivos pero tengo miedoooo…!!, y que era lo que iban a hacer ese hombre con la mujer…!!??

La chica a pesar de que la tenían desnuda y a punto de desvirgarla aun sentía atracción por lo que hacían el hombre con la mujer del parque.

–Ellos…ellos iban a “culear” hijaaaa… lo mismo que nosotros vamos a hacer ahora, así que solo mantente quietecita que yo hare el trabajo más difícil tu solo debes aguantar…

–Iban a “culear”…!?, pero… pero que es eso…!?

–Es el acto principal del ancestral y milenario ritual que te dije, este debe ser llevado a cabo por un hombre y una mujer, deben hacerlo desnudos y en una cama, o sea, tal cual como ya estamos nosotros…

La enajenante conversación se llevaba con la joven esposada a la cama y con sus muslos abiertos y recogidos como una M con el obeso hombre montado sobre su estilizado cuerpo, mirándola muy cerca de su cara y con su rostro descongestionado por la lujuria.

–Y como se supone que se culea… yo no sé cómo hacerlo…, -seguía consultándole la contrariada Sor Lupe que de apoco le iba perdiendo el miedo a la situación y sintiéndose cada vez más interesada por el enajenante tema.

–Este se lleva a cabo con la inserción de mi verga al interior de tu cuerpo, deberás comértela toda…

–Comérmela toda…!? Pero por donde me la deberé comerrr…!!??

–Sera por aquí…, -le dijo en forma resuelta el asqueroso cura a la misma vez que metía su mano por entre medio de los cuerpos y posaba su cabezón cipote en los apretados labios vaginales de la joven y aun asustada monjita.

–Veo difícil que su instrumento pueda deslizarse por ahí… siento que esa parte de mi cuerpo la tengo muy cerrada y apretada… su… su cosa es muy grandeee…!!! Además… además que no sabré como hacerlo…!!!

–Sera el espíritu divino quien te guiara a cómo hacerlo, el te dirá como moverte cuando ya lo hayas recibido en tus carnes… y una vez que te hayas congraciado con este acto carnal deberás comparecer a diario en esta habitación para que sigamos culeando todo lo que queramos.

La impetuosa mente de la joven monjita trabajaba a mil imaginando todas esas cosas que le decía el pervertido sacerdote, a la misma vez que increíblemente para todos nosotros su joven panocha ya había comenzado a destilar jugos vaginales preparándose ella sola para la penetración, sin que su misma dueña lo supiera, hasta que ya sin querer darle más vueltas al asunto la inexperta joven ya le daba su autorización al descarado hombre:

–Ohhhh…!! Que así sea…!!! Mi buen padre Ramón… solo hágamelo…!!!, yo serviré de instrumento carnal para llevar a cabo el ritual… creo que me las arreglaré para recibirlo y aprenderé a culear tanto como Usted quiere.

En eso la joven escuchaba al padre Ramón recitar algo raro, era como la oración antes de comenzar el ritual, por lo menos eso era lo que pensaba ella:

–“Bieeeeennnn… ya que ahooooora”… “eres tú mismaaaaaa quien lo está pidieeeendooooo…”, “ha llegadoooooo el momentooooo…” “Para que meta mi saaaaanta vergaaaaaa” “en tu sagrada panochaaaaaaa…”, -el viejo cura ridículamente le decía esto último si como estuviera cantando en forma gregoriana, solo para seguir embaucando a su víctima y hacerle creer esas mamadas del santo ritual y demás falacias con las que se estaba encargando de enguarrecerla.

Una vez que el descarado religioso terminó con su canto gregoriano se acomodó entre medio de esas exquisitas y potentes piernas pensando que ya no había nada que esperar.

Sor Lupe esperaba su iniciación con su respiración fuertemente agitada y sus blancos muslos flexionados y abiertos, con el viejo cura encima de ella, quien ya acomodaba su verga en la entrada de su última vez virginal entrada intima.

El padre Ramón afianzó su tranca en el jugoso tajo que le estaban ofreciendo, mientras su dueña aguardaba ansiosa por lo que le iba a suceder, quería que ese robusto trazo de carne se deslizara hacia su interior, fue en eso que el caliente clérigo presionó con su verga para adentrarse al interior del prodigioso cuerpo de la desprevenida y bella monjita.

La cerrada vagina que estaba siendo por primera vez profanada resistió el primer y solido empujón, la verga del sacerdote resbaló y salió expulsada de esa zona virginal, acompañado de un sonoro gemido de dolor por parte de la joven monjita, aun así ella estaba decidida a recibírsela.

La respiración de la joven religiosa se volvió aun más agitada que antes, sentía como se le tapaban las fosas nasales, a raíz de las alteradas emociones que la atacaban, pero la valiente adolescente continuaba quieta con sus piernas bien abiertas y ofreciéndole al buen padrecito su más sagrado tesoro.

Por lo que el excitado padre Ramón otra vez volvía a la carga, nuevamente posó su cabezón instrumento en el pequeño y apretado conducto intimo de la joven hembra, para luego meter sus peludos brazos por debajo de los suaves hombros de ella para afianzársela mejor debido al bestial espolonazo que pensaba mandarle a la dulce criatura,

–Prepárate hija que ahora si lo vas a recibir…

Junto con decirle lo último el sanguinario hombre cerró sus ojos y de un solo empujón logró meter la grotesca punta de su tranca en el interior de la pequeña vagina de la joven monjita, la cabeza de esa descomunal verga había quedado atorada justo en la pared en que se encontraba el sello de garantía y calidad que le certificaban al horrendo cura el estado de pureza y virginidad en que se encontraba la casi ensartada muchacha.

La reacción corporal y síquica de la curvilínea adolescente fue automática, en el acto desaparecieron de su mente todas las ricas sensaciones y hormigueos que había estado sintiendo hasta ese mismo momento: La Pequeña Lupita decía…

–Nooooo…!!, por favor padre Ramonnnnn…!! sáquelaaaaa…!!! no me la voy a poderrrrrr…!!! No me la metaaaaaaaaa…! ay…!! ay…!!! ay…!!!!!, -gritaba martirizadamente por cada movimiento que hacía el obeso sacerdote sobre su cuerpo.

–Ya es tarde para arrepentiros hijaaaaa!! te la debo meter todaaaaa…!!! Solo así serás santificadaaaa…!!!, -le decía el sacerdote con sus ojos abiertos como paltos producto de saberse en la misma ante sala del placer desenfrenado.

–Nooo… por favooor…!!! yo no quiero ser santificadaaaa…!!! Snifffs…!!! Snifffs…!!!, -lloraba y le decía desconsoladamente la mortificada monjita.

–Lo siento pero debes ser culeada… así me lo ha mostrado la divina providenciaaaa…!!! ahora solo tienes que aguantar…!!!

Mientras Sor Lupe lloraba y le pedía al viejo que se la sacara este mismo volvía a empujar hacia adentro.

–Nooooooo…! no lo hagaaa…!! No empuje que me dueeeleee… Ahhhh…!!! me dueleeee…!!!, -gritaba de pavor la desesperada muchacha pensando que literalmente su verdugo quería partirla en dos con su verga, mientras este mismo y que era el buen padre Ramón ejercía presión con fuerzas descomunales contra el cuerpo de la angustiada hembrita, pero la membrana de castidad de la joven doncella resistía y no le daba cabida a esa verga grandota y hedionda que quería colarse por esas tibias carnes.

Por cada a empujón que le asestaba el enloquecido clérigo con su enorme tranca, a la adolorida joven le parecía estarle destrozándola por dentro, pero de pronto sintió que el dolor se hacía cada vez más intenso e insoportable, con sus ojos bañados en lagrimas veía como el viejo cura hacía fuerzas desmesuradas por meter su herramienta lo que más pudiera adentro de su apretada y aun casi virgen conchita que se negaba a recibirlo por completo. Ambos cuerpos sudaban, y el suplicio para Sor Lupe ni siquiera comenzaba aun.

El padre Ramón quien estaba decidido en convertirla en su mujer volvió a acomodarse en los abiertos y blancos muslos de la joven religiosa, la miró a sus ojos color miel metiendo sus gruesas y peludas manos regordetas por entremedio de sus sedosos cabellos negros para estamparle un asqueroso beso con lengua que la joven recibió entre sollozos, hasta que ella lo vio separarse de sus labios y cerrar sus ojos como si este viejo asqueroso se concentrara en algo, y fue en ese mismo momento cuando se sintió intensamente invadida por un extraño objeto alargado al interior de su cuerpo. Sor Lupe ya no era virgen.

–Nooooooooooooooooooooooo…!!!!!, -fue el primer desgarrador grito que se sintió por todos los rincones del aislado monasterio.

El siniestro cura había empujado firme y en forma salvaje alojándole su gruesa verga al interior de su cuerpo en toda su extensión, su virgen vagina ya no lo era, se lo había comido todo y los ríos de sangre que manaba desde el interior de su vagina así lo confirmaban,

–Ahhhhhhhhhhhhyyyyyyyyyyyy…!!!! Saqueloooooo…!!! Buahhhhhhhh!!!! Buaaahhhhhh…!!!! Ayyyyyyyyyyy…!!!! Ayyyyyyyyyy…!!!!, -gritaba le recién desvirgada chica por cada empujón que le ponía el sacerdote intentando adentrarse aun mas al interior de su cuerpo.

La hermanita Lupita lloraba con su carita desencajada por el inmenso dolor que le causaba el sentir su rajadura intima abierta y ensartada por una verga que según ella y como la sentía le llegaba hasta la misma altura de su cintura.

La cara del padre Ramón era la de un autentico depravado sexual, solo se daba a mirarla con degeneramiento mientras ahora la mantenía ensartada, en tanto la carita de la joven Lupe era solo de dolor y pavor al mismo tiempo.

El obeso viejo no se movía, solo se mantenía teniéndola bien clavada hasta el fondo de sus entrañas, a la vez que sentía como las tibias carnes interiores de la joven monjita le apretaban deliciosamente su verga,

–Ahhh… por fin te la has comido hijaaaaa…!!!, Ahora eres miaaaa…!!! solo miaaaa…!!! –le gritaba mirándola a sus claros ojos y a la misma vez que empujaba su verga mas para adentro a la adolorida muchacha.

Por su parte nuestra Pequeña Lupita solo lo escuchaba y dejaba hacer, su cuerpo era como el de una muñeca inflable, que podían hacer con ella lo que quisieran, y eso era lo que estaba haciendo el obeso y peludo sacerdote quien ahora le arremetía con lentos movimientos de mete y saca con ella resistiendo los inmensos dolores vaginales que esto le causaba, aun así la chica sentía como los gelatinosos jadeos de sacerdote cada vez se iban haciendo mas rápidos.

El padre Ramón ya aserruchaba con mas fuerzas, le clavaba la verga y se la ensartaba sin piedad, los gemidos del dolor que emitía la recién desflorada doncella rápidamente se transformaron en gritos, la religiosa gritaba de la misma forma en que la estuvieran torturando, y la verdad era que si la estaban torturando ya que sentía que la punta superior de su vagina en cualquier momento se iba a rajar al mantenerse dolorosamente distendida y estirada al soportar el grosor de la verga que la taladraba libremente en su interior.

Pero la femenina sensualidad de la hembra ya daba los primeros signos del porque la hembrita se encontraba en tal delirante y acalorada situación, recordemos que ella misma se había calentado con el solo ver a una pareja magreándose en un parque. Ahora su mente solo se concentraba en imaginar los acelerados ingresos que hacía la verga del cura hacia el interior de su cuerpo, su concentración solo se centraba en la fricción que hacía el bendito instrumento al deslizarse por su estrecha ranura imaginándolo largo grueso y nudoso.

Con estos escandalosos pensamientos el curvilíneo cuerpo de la Pequeña Lupita recibía las primeras oleadas de placer puro, que por cada estocada que le daba el padre Ramón en el interior de su panocha esas ricas sensaciones se ramificaban hacia todas sus articulaciones, recorriendo todos los rincones de su exquisita y delineada figura, ahora ella misma alentada por unas extrañas emociones intentaba con su vagina apretar y comprimir la verga de buen padrecito, como si se la estuviera sorbiendo con su panocha para que se le metiera mas para adentro.

La Pequeña Lupita de solo 18 añitos lentamente fue subiendo sus muslos flexionados, para abrirlos más todavía y de un momento a otro ya se estaba meneando sincronizadamente tal como lo hacía su violador.

–Shhhhhh… Ahhhhh…!!!!, -fue el primer y exquisito gemido de autentico placer que emitió la bella monjita al saberse participe de tan exquisito y milenario ritual, –Ahhhhhhhh!!… Ohhhh…!!! Ahhh…!!!, -continuaba gimiendo por cada una de las clavadas que le asestaba el grotesco sacerdote las cuales combinaba con una serie de movimientos circulares con su cintura pero siempre empujando hacia adentro, obviamente el muy miserable se la quería agrandar para el metérsela en forma mas cómoda.

–Así…! así hermanaaa…!!!, comenzó a bufar el padre Ramón cuando cayó en cuenta que la bella Sor Lupita ya se meneaba junto con él, por lo que seguía animándola: –Así muéveteeeee… muévete todo lo que quierassss…!!!!, veo que ya te acostúmbraste a la vergaaaa…!!!! Así…!!!! Así…!!! Que luego nos comenzaremos a mover más fuerteeeee…!!!! Ohhhh…!!!! Ahhhhhh…!!!! Que delicia de hembra que eresssss…!!!!, -le decía el depravado cura mientras estiraba una de las manos al velador y procedía a liberar las manitas de la chica de las esposas.

Sor Lupe rápidamente al sentirse liberada y por autentico instinto de hembra necesitada de macho se abrazó férreamente a las anchas espaldas del obeso y peludo hombre, entregándose en cuerpo y alma a la culeada que le estaban pegando, la cama de fierro rechinaba al ritmo de los jadeos, meciéndose de arriba y hacia abajo al mismo vaivén de los movimientos de los amantes.

En el sagrado ambiente de la eclesiástica habitación ahora todo era suspiros y sonidos de cuerpos que se frotaban y chocaban uno contra el otro, a la misma vez que el fuerte aroma a sexo mezclado con el de coño y a verga lentamente la iban impregnando todo.

El padre Ramón seguía penetrándola con todas sus fuerzas, y el dolor ya había desaparecido del cuerpo de la joven monja, a estas alturas su vagina estaba hecha agua a la misma vez que se comía en toda su extensión la gruesa verga del excitado sacerdote quien se mantenía aserruchándola firme, y así estuvieron por largos minutos, lo que sentía la joven religiosa en esos momentos era algo totalmente nuevo para ella, eran oleadas de ricos escalofríos que la recorrían entera animándola a seguir expuesta y completamente abierta para que el sacerdote le hiciera todo lo que el quisiera.

El buen Padre Ramón se la estuvo culiando por un buen rato, la cogida ya iba como para más de una hora por lo menos con la monjita moviéndose al mismo ritmo con que le empujaban la verga para adentro.

Estando la hermana Lupita cogiendo abajo del cuerpo del cura con sus ojos cerrados y con sus cejas fruncidas como si estuviese enojada sentía que mientras ella más firme empujara contra la verga más rico y delicioso era el placer que le otorgaba su sistema nervioso.

En eso estaba la recién desflorada monjita cuando sintió una sensación de como si se le fuera a parar el corazón pero la sensaciones se multiplicaban a mil de cómo había estado sintiendo, como una verdadera poseída empezó a menear su cuerpo en forma acelerada jadeando y gimiendo como una vulgar puta, mientras que el buen padre babeaba de gusto y calentura, la hermana Lupita ya culeaba como una verdadera mujer y él era el causante de ello y quien le había enseñado, así que sin aguantarse más el asqueroso hombre volvió a juntar su bocota de depredador junto a los rojos labios de la hembrita quien lo recibió con un exquisito beso con lengua.

Ambos amantes no se daban cuenta de la forma salvaje en que estaban cogiendo, el sacerdote como pudo la giró en la cama para quedar con ella montada sobre su redonda y prominente panza peluda, para luego dedicarse a alabarla:

–Lo ves hijaaaaaa…!? Yo sabía que te iba a encantar la vergaaaa…!!!, -la monjita casi no lo escuchaba solo estaba concentrada en moverse y refregarse bien refregada la verga del viejo en su ensangrentada hendidura,

–Ohhhh…!!! Si…!!! Si padrecitoooo…!!! su vergaaaa…!!! la siento a la misma altura de mi ombligooooo…!!!!, -mientras le decía lo anterior sus tetas saltaban exquisitamente al mismo ritmo en que la monjita hacía sus movimientos copulatorios, su pelvis se movía desquiciantemente de atrás para adelante en tanto se comía la verga, combinando estos movimientos con firmes subidas y bajadas de caderas para luego hacer unas diabólicas ondulaciones como si de verdad quisiera despacharse al pobre hombre para el otro mundo.

El salido sacerdote comenzó a darle unas fuertes estocadas hacia arriba, ensartándola con ferocidad…

–Ohhhhh…!!!!, –Ahhhhhh…!!!, -gesticulaba inconscientemente la ensartada hembra con sus dos manitas apoyadas en la peluda panza del hombre.

–Te gusta zorraaaaa…???!!! Te gusta este ritual…???!!!

–Siiiiiii…!!! es muy… ri cooooooo…!!! Su bendita herramienta me pone como loca padre Ramonnnnnn…!!!!, -le confirmaba la transpirada monjita sin dejar de menearse, y menos de ponerse a pensar porque ahora el cura la trataba de zorra.

–Jajajajaja…!!!!, yo sabía que te iba a gustar hija mía… desde hoy eres mi hembraaaa…!!! Y deberás venir todas las noches para que hagamos esto mismo… lo harás hermana Lupitaaaa…!?

–Si…! Si lo haré mi buen padrecito…!!! Usted me culea muy ricoooooo…!!!, es así como se le dice a esto no…!? yo vendré todas las noches a acostarme con para que me meta su cosa Ustedddd…!!! Ohhhhhh…!!! auchhhhh…!!! que ricoooo es culear…!!!, -le decía la caliente religiosa sin ni siquiera saber lo que estaba diciendo.

–Así es hija mía…!!!, así es…!!! culear es el verbo…!!!

Tras la ardiente conversación en que en ningún momento dejaron de moverse el padre Ramón la atrajo hacia él abrazándola con sus peludos brazos, a la vez que le daba sendas chupadas a las duras tetas que se gastaba la joven sor Lupita, ella ya lo disfrutaba todo, su mente estaba en blanco, solo sentía oleadas de placer por todo lo que le hacía el buen padrecito, premiándolo con exquisitos movimientos coitales sobre aquella grandiosa verga que se la tenían ensartada en lo más recóndito de su espléndida anatomía.

Pero el perverso cura deseaba poseerla en forma completa, así que sacando fuerzas de contención para no correrse se la desclavó dándole un fuerte empujón en donde la Pequeña Lupita quedo tirada a un lado de la gran cama del sacerdote, por un momento no entendía nada pero fue el mismo padre Ramón quien le aclaraba la situación,

–Bien hija, ya superaste la primera parte del ritual, así que ahora viene la parte culmine en donde si quedaras totalmente santificada.

Lupita lo veía puesto de rodillas en la cama masajeándole la verga al viejo cura mientras este la hablaba.

–Mi buen padrecito… y en qué consiste la parte culmine del sacro ritual…!?, -la imagen de la bella joven desnuda y recién cogida en la cama era para el recuerdo, el vejete también así lo veía, pero el ya estaba que se corría por lo que ahora pensaba hacerle.

–Ya lo entenderás Sor Lupe, por lo pronto debes ponerte en 4 patas…!

–En 4 patas…!?, -la monjita ahora sí que no entendía nada, ella no tenía patas.

–Si putaaaaa…!!!, en 4 patas, debes sostener tu cuerpo con tus brazos y tus piernas, tal cual como lo hacen las perras…

La mente de la joven beata rápidamente le indicó cual era la posición solicitada, y atraída por ese soez vocabulario que el cura empezaba a ocupar cuando se dirigía a ella, poco a poco la iban cautivando, ni siquiera sabía que era una puta, pero le gustaba que el hombre la llamara de esa forma, así que moviendo todas sus curvas de un momento a otro ya estuvo tal como le habían ordenado.

–Así… así está bien…?, -le consultó mirándole con todos sus cabellos enarbolados y en la perruna posición.

–Exacto, ahora solo debes esperar que yo me encargo…

El padre Ramón avanzó de rodillas hacia ella hasta ubicarse justo detrás del redondo trasero, con sus manos temblorosas se dio a posarlas una en cada nalga de la nerviosa joven para proceder a abrírselas y estudiar su cerrado orificio posterior que era tan rosado como el pétalo de una rosa cuando recién se abre del capullo, así que ya sin pensársela mas se lanzó a lamerle el culo como si este estuviese hecho de manjar.

La joven monjita sentía muy rico, la sensación de la lengua del padre Ramón en su esfínter casi la enloquecieron, ni siquiera su mente le permitió pensar en lo asqueroso que era eso que le hacía el aprovechador sacerdote en su orificio posterior que ella habitualmente ocupaba para otra cosa, solo se daba a reconocer que le encantaba sentir la lengua y boca del clérigo chapotear en su redondo trasero, pero cuando notó que el viejo se acomodaba con la enorme verga en mano en la misma entrada de su orificio y que este sin darle tiempo de reacción ya empujaba con ella intentando perforarla por este otro nuevo reducto, otra vez cayó en pánico:

–Nooooo!!!, noooo!!, noooo!, por favor padrecito eso Nooooo…!!! Otra vez Nooooo…!!!!, -le decía con su vocecita muy asustada y mirándolo con sus inocentes y bellos ojos hacia atrás de su cuerpo.

Pero el sacerdote no le tuvo compasión, una vez que acomodó la verga en el cerrado orificio posterior de la Pequeña Lupita , y no escuchando sus suplicas se afianzó con sus dos manazas a las suaves caderas de la chica el gigantesco Citote como una ciruela morada y dura empujaba sobre la muy cerrada arandela de cuero, donde nadie podría imaginar que terrible aparato podría entrar en la tan estrecha cueva de nuestra hermosa colegiala.

Pero el sacerdote no le tuvo compasión, una vez que acomodó la verga en el cerrado orificio posterior de la hermana Lupita de solo 18 añitos, y no escuchando sus suplicas se afianzó con sus dos manazas a las suaves caderas de la chica y simplemente empujó con brutalidad enterrándose por completo en el culo de la bella monjita.

La pequeña Lupita recibió el salvaje apuntalamiento de carne con un ahogado grito de tortuoso dolor, sus ojos se abrieron como platos como no creyendo que se la acababan de envainar por el trasero, al mismo tiempo que sus manitas empuñaban fuertemente las colchas de la cama del sacerdote, quedándose estática y con su boquita completamente abierta simulando gritar de dolor, con la única diferencia que su grito fue ahogado por el demencial laceramiento anal que estaba sintiendo, simplemente creía que el cura en cualquier momento le reventaría el culo.

El traspirado sacerdote al saber de tenerla firmemente enculada simplemente comenzó a meter y sacar su verga solo hasta la mitad de su extensión, se la metía con rabia y con fuerzas desmedidas, su cara se descongestionaba por cada clavada que le ponía, mientras que ahora a sus oídos llegaban los primeros gemidos y sollozos de dolor por parte de su bella víctima:

–Ayyyyyyy…!!! Ohhhhhhh…!!!! Padre Ramonnnnn…!!!, no tan fuerte por favor…!!!! que me va a partir por el culoooooooooo…!!!!! –le gritaba en forma desfalleciente la nuevamente adolorida monjita.

Pero el depravado cura que estaba bañado en sudor solo seguía enculandola como un poseído, –Plafff…!!! Plafff…!!!! Plaffff…!!!!!, -retumbaban las redondas y antojables nalgotas da la joven hermana Lupe ante el enardecido ataque del caliente religioso.

La monjita ahora aguantaba el brutal enculamiento mordiendo una de las almohadas con sus ojos fuertemente cerrados. Ante cada bestial clavada de verga del lujurioso padre, de sus rojos labios de azúcar se manifestaban grandilocuentes alaridos que más parecían de placer que de dolor, así lo confirmaba también su respiración agitada y excitada, el intenso dolor anal y el saberse puesta en cuatro patas le hacían sentirse más mujer, más hembra y más perra que como una verdadera religiosa tal como lo era ella.

El padre Ramón se la estaba culeando como un verdadero enloquecido, miraba ese portentoso y tremendo cuerpazo que la monjita habitualmente escondía debajo de sus oscuras ropas, le miraba ese glorioso par de nalgotas que le sorbían sus 25 centímetros de verga casi en su totalidad,

–Ayyyyyy…! mi buen y venerable padrecitooooo…!!! me dueleeee…!!! pero me gustaaaaa…!!! que es esto Dios mioooooo…???!!! , -le gritaba mirándolo hacia atrás con su inocente mirada y con espanto.

–Este es el exquisito placer de carne zorra inmunda…!!!!, y tu estas destinada para ello…!!!!, has sido llamada para el sacrificio y el vicio de la carneeeee…!!!!, -Todo esto se lo decía el insolente hombre apuntalándola una y otra vez reciamente, –Por eso mismo tomaaaa…!!!!, -le gritó empujando su verga con mas bestialidad que antes.

–Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy…!!!!, -fue el fuerte alarido que pegó la bella Lupita ahora bramando con su cara mirando hacia el techo cuando el viejo le mandó el feroz enculamiento ultimo, a la misma vez que girando su cara hacia atrás también le preguntaba por eso que él le decía: –De verdad…!!?? De verdad que yo he sido llamada para cumplir con tan sacrificada tarea…!!??

–Así es putaaaa…!!! y no te extrañes por las palabras que ocupo, todo es parte del ritual del EXORCISMO…!!!! Tomaaaa…!!!! Toma inmunda perra asquerosaaaaaa…!!!! Desde hoy estas destinada a ser una viciosaaaaaaa…!!!!!

–Ahhhh…!!!! Ohhhhh…!!!! que rico padrecitooooo…!!!! Siento que el bendito instrumento me llena por completoooo…!!!! Eso… eso… también es parte del vicio al cual fui llamadaaa…!!??

–Siiiii…!!! este es el verdadero vicioooo hijaaaa…!!!, y como ya te dije tú has sido llamada para congraciarte con este mismo, también con la lujuria, y con todo lo que tenga que ver con los placeres mundanos…!!!!!

La hermosa monjita de pelos sedosamente negros y blanca piel gozaba como una verdadera fulana, estaba casi enloquecida de calentura al escuchar ese lenguaje soez y vulgar con que la trataba el miserable cura mientras la seguía enculando fieramente, sin mencionar que en su mente aun retumbaban las palabrotas del sacerdote en donde le notificaba que ella había sido llamada para congraciarse con el verdadero vicio de la carne y los placeres mundanos.

Las estocadas que le daban por el culo a la enviciada hermana Lupita cada vez eran más recias y profundas y ellas las sentía muy ricas y placenteras, sensaciones que la obligaban a retorcerse de gusto intentando de atornillar con su trasero a aquella gruesa verga que tan deliciosamente la perforaba.

El escultural cuerpo de la monjita ya no podía aguantar más de tanto placer que le estaban otorgando, por su parte el padre Ramón al notar de lo bien que se lo estaba pasando la tierna chiquilla la tomó violentamente de sus cabellos de la frente jalándoselos fuertemente hacia atrás, para luego comenzar a darle más duro por el culo, mientras que con su otra mano la levantaba y…

–Plaffffff…! Plaffffff…!! Plaffffff…!!! Plaffffff…!!!! Plaffffff…!!!!! Plaffffff…!!!!!! Plaffffff…!!!!!!, -las fuertes nalgadas de ida vuelta mientras la tenían agarrada de los cabellos fueron de menos a más, las firmes carnes de su trasero vibraban ante las lacerantes firmes palmadas que el viejo cura le ponía sin misericordia.

–Toma…!!! toma maldita zorraaaa…!!! esto se merecen las viciosas como tú que se calientan apenas ven algo guarro, jajajaja… Tomaaaa…!!!!, -El Padre Ramón soltándole de sus cabellos posó esa mano férreamente en una de sus caderas para sujetarla y con la otra siguió nalgueándola a su total antojo.

–Plaffffff…! Plaffffff…!! Plaffffff…!!! Plaffffff…!!!! Plaffffff…!!!!! Plaffffff…!!!!!! Plaffffff…!!!!!!, -seguían retumbando en la habitación otra serie de sonoros y aun mas fuertes palmetazos en las tiernas carnes prietas de la atractiva monjita.

Esto fue demasiado para la pobre hermana Sor Lupe, simplemente la hermosa adolescente se llegó a mear de tanto placer al sentir como le flagelaban sus carnes de una forma tan humillante y bestial…

–Ayyy padrecitoooo… siento algo raroooo…!!! Ohhhh que esto por Diosssss…!!! Ohhhhh que ricoooooo…!!! Ohhhh…!!! Ahhhhhh…!!!!, -hasta que la joven explotó con todas sus energías reprimidas en los años de abstinencia sexual en un enloquecedor y fenomenal orgasmo, –Ayyyyyy que me meooooo…!!! Ayyyy padreeeeee… que me meooooooo…!!!! Asiiiiiiii…!!!! Deme más durooooo…!!!! Pégueme más fuerteeeee…!!!! Padrecitoooooo…!!!! Ya no aguanto masssss…!!!! Me meoooooo…!!!! Me meoooooooooooo…!!!!!

Mientras el sacerdote ahora agarrado firmemente a sus dos caderas clavándole sus uñas en la suave piel de aquella parte de su cuerpo y seguía metiéndosela bestialmente por el ano, desde su vagina salían fuertes chorros de líquidos vaginales producto del celestial orgasmo anal en que la joven estaba inmersa, y ella al no tener experiencia pensaba que se estaba meando, aunque por la cantidad que le salían igual parecía que esto así fuera.

Por su parte el desvergonzado cura que aun aguantaba sus fuerzas la desclavó de una, Lupita sintió su orificio posterior vacío en el mismo momento en que se le llenó de aire para luego proceder a cerrase apretadamente como por obra de magia, su cuerpo estaba electrizado, aun se sentía dependiente de aquella monstruosa verga que la había convertido en mujer, ahora con cara de viciosa se puso de espaldas sobre la cama del sacerdote y abrió sus muslos todo lo que pudo, para demandar lo que a ella le correspondía, su nuevo instinto de hembra le decía que el cura también debía sentir algo parecido a lo de ella y que este aun no lo hacía.

El lujurioso sacerdote quien estaba tan conectado con la joven hembra solo se daba a mirarla, la carita de la joven sor en aquellos momentos era el de una verdadera viciosa, así que ya no aguantando más se abalanzó sobre su cuerpo y comenzó a besarla frenética y asquerosamente, le metía su inmunda lengua en su inmaculada boquita de azúcar.

La monjita recibía sus babas y batía su lengüita con la de él para de a momentos dedicarse a lamerle los grasientos cachetes de su cara verdosa con puntas de pelos gruesos que la pinchaban, su fuerte sabor a viejo la tenían cautivada y quería todo lo de él.

Por su parte el excitado padre Ramón ya estaba que se corría con tanta pasión por parte de la joven hermanita, sentía que su tranca ya estaba nuevamente en su máxima erección, así que estando totalmente enardecido recorría con sus peludas y grotescas manos el suave y curvilíneo cuerpazo de la hermana Lupita, que a puros gemidos parecía estar rogando por que la ensartaran nuevamente, sin esperar nada mas el viejo sacerdote se montó nuevamente a su desesperado cuerpo sediento de verga y ubicó su gruesa tranca en el recién estrenado reducto de amor de la nena, poco a poco se la fue metiendo mientras le decía a sus perfumados oídos,

–Que apretadita que tienes la concha monjita caliente… esto es lo que querías…!?

–Mmmmmm…, -gimió Lupi al ir sintiendo como otra vez se la ensartaban por delante, imaginaba que el buen padrecito jamás acabaría de meterle la verga, y le encantaba sentirlo así, sus jadeos no demoraron en hacerse presente en aquella cama.

–Jejeje… que hermanita más rica es a la que me estoy culeando, -le decía mientras empujaba profundo sobre el acalorado cuerpo de la joven el cual también jadeaba en forma exquisita, –Lo ves putita como a terminado por encantarte la verga…!? Te mueves bien rico a la hora culear… eres una verdadera viciocillaaaa… jejejee…!!!

Luego de decirle lo ultimo el padre Ramón empezó con los rudos movimientos de mete y saca, ya estaba casi por llegar al tan ansiado orgasmo…

–Ahhhhh…!!! Padre Ramonnnnn…!!! Masssss…!!! Masssss…!!! Deme masssssssss…!!!!, -le rogaba la monjita quien se movía totalmente aferrada de las anchas y peludas espaldas de su amante.

–Pues tomaaaa…!!!! Tomaaaaa…!!!! -Le decía el salido sacerdote apuntalándola con bestialidad, –Toma perraaaaa calienteeee…!!!!

La panochita de la joven religiosa nuevamente chorreaba cuantiosas cantidades de líquidos vaginales, la verga del venerable padre entraba y salía sin ningún impedimento de la resbalosa entrada intima de la joven quien también empujaba sus caderas hacia adelante en busca de verga, el viejo prácticamente la estaba matando de placer, hasta que las tibiezas de sus carnes le ganaron al empeñoso aguante del aprovechador sacerdote,

–Ohhhh…!!! que rico estoy sintiendo zorraaaaaaaaa…!!!!! te lo voy a darrr…!!!!!

La Pequeña Lupita inmediatamente acertó en que el buen padre Ramón algo tenía para darle, por lo que ella en el acto se puso a exigir lo que le correspondía:

–Demelooooooo…!!!! lo quieroooooooo…!!!! demeloooo todoooooooo…!!!! VIEJO INUTIIIILL…Damelo Perooooo

Damelooo viejo INSANOOOO TE APROVECHAS MENDIGOOO

La jovencita no sabia de donde sacaba tremendas palabrotas que en su vida había escuchado, las lepradas que salían de su inocente boca eran producto de la mismísima calentura.

La joven monjita y el viejo cura se pusieron a culear rápidamente, con sus respiraciones totalmente agitadas y entre mezcladas, –Ah…! Ohhh…! Ha…! Si…!!! Ah…! Diosss…!!! Ha…!! Uffff…!!! Ah…!! Mmmm…!!! Ha…!! Ricooo…!!! Ah…!!! Putitaaa…!!!! Ha…!!! Siiiii…!!!! Ah…!!! Mmmm…!!! Ha…Putoooo!!!! -Se decían entre ellos mientras se daban como desesperados, hasta que el lujurioso cura sintió como si algo al interior de la apretada concha le estuviese succionando la verga:

–Arrrrrggggggggggggg…!!! Me corroooooooo…!!! Es increíble cómo me sorbes la vergaaaa…!!!! Tomaaaaaa zorraaaaaaaa…!!!!, Aahhhhhhh…!!!! que rico me la comes…Esto es un verdadero EXORCISMOOOOOO!!!!! Arrrrrggggggggggggg…!!! Mmmmmmfsssss…!!!!!

La joven Lupita en los mismos momentos en que el cura le daba aviso que se corría sentía en su vagina como la gruesa herramienta de este se inflamaba y como esta aumentaba de volumen, para luego sentir por primera vez en su vida como una inmensa vergota escupía con fuerzas y rápidamente varias inyecciones de cuantiosas cantidades de un líquido espeso y caliente al interior de su cuerpo.

Por lo anterior la monjita nuevamente no se aguantó más y volvió a mearse de una verdadera y genuina calentura, a la misma vez que solo meneaba muy despacito su cintura para que aquel grueso falo al cual ella estaba bañando con sus calientes líquidos y que tan exquisitamente la estaba fertilizando (claro que esto ella ni se lo imaginaba, porque sencillamente no lo entendía) no se le saliera ningún centímetro de su interior. Solo sintió que su cuerpo se desintegraba, y mordiéndose su labio inferior gozó deleitosamente morbosa de su propio orgasmo atenazada con piernas y brazos al cuerpo de su macho, hasta que sintió que este dejó de hacer fuerzas con su verga. Ambos se quedaron pegados y tendidos en la cama por unos buenos minutos.

Al rato de lo sucedido el padre Ramón una vez que la desclavo limpiándose su verga con el negro hábito de la monjita se vio atacado por un profundo sueño que lo sacó del combate, mientras la hermana Lupita ahora ya más recuperada y al estar con la mente fría se vestía viéndose asaltada por un verdadero vendaval de dudas y señales contradictorias.

Eran casi las 4 de la mañana cuando ella cruzaba el frío pasillo de donde dormían las demás monjas, iba llegando a su celda con su negro hábito mal trecho y manchado de un extraño liquido viscoso, con ella hedionda a verga y a semen.

Desde atrás de uno de los pilares y desde las sombras dos figuras veían en las condiciones en que la monjita volvía a su claustro.

–Te lo dije Anacleto… tarde o temprano esta guarrilla se iba a aparecer, mañana investigaremos en donde estuvo metida todas estas horas, y si es así como yo lo pienso te aseguro que tu obtendrás eso que quieres de ella, jejejeje… -reía el bajo y gordo padre el Cayetano, un asqueroso cura que mantenía afeitado el centro de su cabeza y que los pelos restantes que la circundaban eran tan tiesos y negros como el crin de los caballos. Con su fea cara llena de verrugas miraba como la hembrita ya entraba a su celda mientras le daba unas palmaditas en las huesudas espaldas del infeliz Sacristan Anacleto.

La pareja de pervertidos había llegado a la misma hora de todas las noches para espiar a sor Lupita cuando ella solo en camisa de dormir oraba en el suelo y con su trasero bien levantado, pero al ver que no se encontraba en su celda en vez de dar aviso decidieron esperar para ver qué era lo que pasaba.

FIN… ESPERO QUE LA EXPERIENCIA DE NUESTRA BELLA ADOLESCENTE LLAMADA LUPITA Y QUE QUITA EL SUEÑO A MAS DE UNO, LES HAYA DADO EL MENSAJE DE QUE A PESAR DE SU INOCENCIA LA LUJURIA Y EL SEXO TRIUNFARON CONVIRTIENDO A NUESTRA PROTAGONISTA EN UNA AUTENTICA NINFOMANA. QUE LUEGO SERA TRANSFERIDA A OTRO CONVENTO DONDE CAERA EN MANOS DE OTROS CURAS PERVERTIDOS. PODRAS VERLA EN ACCION EN PAGINAS PARA ADULTOS CON EL NOMBRE DE LUPE FUENTES, O LITTLE LUPE.