El exiliado poeta ha retornado

Un poema digno de ser publicado

Ha regresado el poeta,

y así ha vuelto a crear.

El exiliado aedo ha inmigrado

a su barda tierra natal,

con un tintero desbordante de versos

inéditos.

Cuánta tinta fresca para derramar

sobre las blancas páginas del libro

de primoroso nombre y apellido.

-Mas, ¿qué de tal libro

de primoroso nombre y apellido…?

¿Cuál es ese nombre?

¿cuál es ese apellido…?

¿Y qué de su prólogo?

¿qué de su primer escrito…?

¿Quieres, poeta, darlo

a conocer…?

-El mago calla;

no dice nada

más que candor,

más que dulzura,

más que modosa calidez femenina.

-La quietud cunde.

Todo queda en suspenso.

Tres expresiones,

Y al fin aflora el silencio.

Un terso y suave incienso

impregna la serenidad.

Una tácita brisa huidiza

atraviesa los intersticios aéreos,

y de pronto el vacío exhala

una exquisita fragancia a capullos florales

con sabor néctar de rosas rojas.

Brevísimos instantes…

y una voz irrumpe:

-“¡Cuánto candor!.

¡Cuánta dulzura!.

¡Cuánta modosa calidez  femenina!.

¡Vaya, mujer!

¿cómo desestimarte,

si cada verbo tuyo hace vibrar mis entrañas

y el brío de su ígneo son erige

el sumiso palpitar de mi existencia…?

Dime tú, oh  mujer,

¿cómo omitirte

en esta nueva inspiración de mi alma

reviviente…?”

-El mago calla;

no dice ya nada

para no impedir que fluya,

más allá de esta última estrofa,

el omnisciente magín del supremo

luminar etéreo,

que como sol naciente fulgura

desde los vastos cercos de la inmensidad

distante…

A la escritora: “Vicky E. Durán”

(Virginia Enríquez Duran)