El exhibicionismo de Laura ocasiona un trió

La caliente experiencia que vive una pareja de recién casados en su luna de miel en Puerto Escondido Oaxaca, derivado del exhibicionismo de la hermosa nueva esposa

El exhibicionismo de Laura ocasiona un trio

Somos una pareja joven de la ciudad de Puebla en México, mi nombre es  Fabián tengo 32 años, de ocupación piloto de ala fija,  mi esposa Laura de 27 a pesar que egresó como licenciada en mercadotecnia hasta hace un mes se dedicaba al hogar, ella es de mediana estatura de piel blanca y cabello muy negro eso es lo que me cautivó, tiene unos pechos que me enloquecen, sus amigas envidian y muchos caballeros admiran , es delgada pero su trasero forma una deliciosa curva ya que tiene las nalgas muy paraditas lo que causa que cuando sale a correr con su ropa deportiva o ande cómoda en el edificio donde vivimos los vecinos no pierdan oportunidad para mirarle su trasero, vivimos en un tercer piso y son constantes las ocasiones en que mi mujer sube los escalones con las faldas que suele usar que más bien son mini faldas y los pubertos hacen esfuerzos por mirar su ropa interior cuando ella sube las escaleras, eran constantes las discusiones por su uso constantes de faldas “rabonas” como dicen por aquí,  incluso algunas al caminar cuando hay viento se le alzan al grado de exhibir sus cachetes del culo y tanga, a lo que ella siempre me dice que le encantan mi celos o termina por agarrarme mi verga sobre la ropa y decirme: “no sea celosito, solo soy tuya tontito”

La conocí hace algunos años cuando ingresé a mi especialización a la ciudad de México, ella estudiaba en una prestigiosa universidad, destacaba  por ser la más guapa, de las más bellas en su facultad , tuve oportunidad  de hacer amistad con ella ya que en nuestras constantes salidas, nuestros amigos en común nos presentaron al paso del tiempo nos hicimos novios, me sorprendió la vasta experiencia que demostró en la cama pero lejos de molestarme me encantó, pasaron los meses y decidimos vivir juntos antes de graduarnos  dado que somos provenientes de familias económicamente bien acomodadas nuestros padres nos apoyaron  moral y económicamente, todo iba bien solo había algo que siempre me incomodaba, tenía el hábito de no usar ropa interior, algo que cuando la conocí me enloqueció pero al saberla mía, me despertaba  el gusano de los celos, su gusto por las minifaldas y exhibir sus piernas eran la causa de mis constantes enfados.

Después de egresar obtuve un trabajo con un jugoso sueldo en una conocida aerolínea realizando vuelos nacionales por lo que no tarde en proponerle matrimonio a Laura, nuestras familias se regocijaron con la decisión, después de haber terminado ella sus estudios tuvimos una bella ceremonia religiosa un excelente banquete donde nos acompañaron nuestras familias y amistades, ella lucia hermosa, por decisión de mi nueva esposa nos fuimos de luna de miel a Puerto Escondido Oaxaca, un bello lugar.

Nos hospedamos en un confortable hotel a orilla de la playa con una atención de primera, nos instalamos, nos dimos una ducha y lo primero que quería hacerle era tenderla sobre la cama para hacerle el amor después del tedioso viaje, ella se negó diciéndome que en la noche haríamos de todo que en ese momento lo único que quería era comer,  a mi pesar procedí a hacer caso, me puse mis bermudas de playa y playeras ligeras cuando volteo mi recién esposa se está colocando una micro falda que le tapaba poco arriba debajo de las nalgas y por su culo paradito cada movimiento se le apreciaban el inicio de su bikini, no quise decirle nada ya que para la ocasión que estábamos en una playa me convencí que no era escandaloso, bajamos al restaurante inevitablemente comensales y meseros escaneaban de pies a cabeza a mi flamante esposa, podía percibir la envidia de algunos en sus rostros sonreí a mis adentros y tome de la cintura a mi mujer y nos sentamos en la mesa donde nos indicó la hostess, pedimos los platillos y el mesero se tardó excesivamente tomando la orden de mi Laura, fingiendo anotar y dirigiendo la mirada a su entrepierna que asomaba supuse. Satisfechos propuso darnos un chapuzón en la alberca la cual estaba repleta de vacacionistas familias con niños, algunos jóvenes y escasamente dos o tres chicas de buen ver, Laura me dijo que iría a cambiarse a los vestidores que regresaba en un minuto tomo su bolso de playa y se dirigió a un costado del área de albercas, me quite la playera para lucir mis apenas perceptibles abdominales mis moderadas visitas al gimnasio me permiten no tener panza solo un abdomen plano, y algo de pesas para un pecho atractivo , en eso estaba yo cuando observo que casi la totalidad de las personas veían hacia mi derecha volteo y descubro la razón, ella salía de los vestidores con un  microbikini color blanco que de la parte superior pareciera que era dos tallas más chica sus pechos se querían desbordar, poco falto que al caminar el bamboleo de sus senos el elástico cediera y estas asomaran, de la parte de abajo no era más tela que la que cubría su pubis,  si no fuera porque está totalmente depilada los vellos asomarían por la parte de arriba y por si no fuera poco una especie de costura le partía la vagina en dos como si fuera la abertura natural que tanto nos enloquece, por la parte de atrás solo un hilo que se metía entre las nalgas, estaba mudo y en cierta parte enfadado, ella  caminando despampanante con sus sandalias de playa de esas que agregan altura con plataformas, atravesó por el frente de los camastros donde todos los caballeros presentes la devoraron con los ojos, algunas señoras murmuraron algo entre ellas alimentando mi enfado, cuando la tuve a mi lado no pude evitar tomarla del brazo acercarla a mí y decirle que ese bikini no era de mi agrado, ella con su singular desenfado me contesto que no empezara con mis celos que estábamos en una playa y se quería broncear completa que además nadie  nos conocía, me dejó pasmado. Los minutos siguientes estuve serio ensimismado en un libro que no leía, mero pretexto para que notara mi disgusto;  ella parecía disfrutar estar exhibiéndose,  se aplicaba bronceador, incluso al ponerse de espaldas se desabrochó la parte superior del bikini.  Hasta que se puso de pie y me invitó a meternos a la alberca de inmediato acepte, al menos ahí nadie la vería, pensé. Estuvimos un muy buen rato relajándonos y jugueteándonos por estar celándola no me había dado tiempo de disfrutar su cuerpo la tomaba de las nalgas por debajo del agua mi miembro reaccionó, tenía una erección que me dolía quizás por aguantarme en la mañana, ella noto mi erección y tomó mi pene por encima de mi short, - uy papi algo quieres, ¿verdad?  Me dijo.

–Tú tienes La culpa, así me dejaste en la mañana.  Le metí la mano por debajo del pedazo de tela que cubre su vagina y pase mis dedos por su raja que estaba muy viscosa, señal que estaba excitadísima. – Vamos a la habitación. Casi le rogué.  –Ok, vamos que  quiero que salgamos a cenar enseguida ella se apartó de mí, dejándome con la verga erecta, se dirigió a la escalera de la alberca y en unos movimientos muy sensuales como de modelo de videoclip musical subió la escalera causando el mismo efecto en quienes quedaban en las albercas y ahora era porque el bikini que portaba con el agua era totalmente transparente, por delante se dibujaban a la perfección los pequeños pezones  que contrastan con el tamaño de sus senos, su vulva de no ser por el hilo que hace unas horas me había ofendido ahora tenía la función de disimular que los labios se le vieran como si estuviera desnuda, yo con mi erección no quise salir para cubrirla con una toalla por el espectáculo que estaba dando, le lance una mirada que ella ignoró, solo se colocó sus sandalias y se inclinaba sobre el camastro para guardar las cosas en su bolso, yo estaba que ardía no sé si de coraje o de excitación el pene me dolía de lo duro que estaba,  estaba entendiendo su jueguito , me envalentoné y salí de la alberca me sentí orgulloso al ver que quienes hace unos segundos se comían a mi esposa con los ojos ahora me veían a mi apuntando su mirada a mi enhiesta verga, tome mi playera y  en un estilo de galán solo me la coloque en mis hombros tome de la mano a mi esposa y nos dirigimos hacia el lobby ya ni siquiera la deje irse a colocar su ropa, atravesamos el lobby hasta llegar a la habitación ella casi desnuda yo con la verga parada, apenas entramos de no ser porque estaba cooperando la hubiera violado, le separe la tanga y me dispuse a chuparle la húmeda cavidad como nunca antes se lo había hecho, sus jugos me humectaban la barbilla, mis manos no se quedaban quietas acariciándole los pechos, apretando los pezones y levantándole las nalgas, para hundir más mi boca entre sus labios vaginales, le separé las piernas  me puse de pie me baje el short disfrute la vista que tenía frente a mí, parecía como si fuera la primera vez que la fuera a poseer, su cabello húmedo desordenado sobre la cama, sus pechos aun con la parte del bikini echada a los lados, su delicado y plano abdomen le quite la tanga, tome mi verga y se la hundí lenta hasta el fondo lenta pero firmemente, ella suspiro como nunca lo había hecho, realmente estaba disfrutando nuestra luna de miel pensé. Disfrute cada metida de verga en su mojada cueva, tras una maratónica sesión donde la puse en cuatro con la mejilla derecha sobre la almohada me vine, sentí que mi vida se me iba en estado líquido dentro de ella una serie de espasmos hacían que cada arcada inyectara más semen dentro de mi sudada y exquisita esposa, no sé si me desvanecí unos segundos o solo me deje caer a un costado de ella, ella cuando mi respiración se reguló, ya que parecía que había corrido un maratón la observe y seguía en la misma posición en que quedó, con el culo en popa y la leche brotando de su interior,  gentilmente la tome de las nalgas y la arrime hacia mí,  su respiración seguía agitada tenia las mejillas muy rosadas, solo la acariciaba disfrutando del aire acondicionado que inundaba la habitación el sudor poco a poco iba secándose, ella rompió el silencio,- Fabio, me cogiste como nunca, perdí la cuenta de los orgasmos. Puse mi mente en estado: héroe.

Nos duchamos, nos colocamos unos jeans y posteriormente salimos a comer o más bien cenar, tomamos unas cervezas y nos fuimos a la playa donde había un bar con música viva, bailamos como lo que éramos un par de enamorados en su luna de miel, estaba feliz.

Al día siguiente al despertarnos algo tarde, me propuso irnos esta vez a la playa me comento que quería visitar la playa de Zipolite, creí que era la playa donde se practicaba el surf no soy muy bueno nadando pero me animé, al llegar la playa me encantó, una serie de palapas y restaurantes, la playa entre  rocas, nos instalamos en una palapa enseguida se acercó un mozo y pedimos unas margaritas, el calor era agobiante, mi esposa se quitó el vestido de playa que portaba, esta vez no se excedió, menos mal pensé.

-Disculpe joven cual es la playa “del Amor”. –Pregunto al joven mesero, quien señaló una extensión cercana de playa, indicó que también se encontraba la playa “ la Gloria “, fuimos y sorpresa; había algunas chicas en topples, dos señoras de avanzada edad totalmente desnudas, un grupo de jóvenes unos con su traje de baño unas chicas en tanga, ya sabía por dónde iba mi esposa,  ya estaba extendiendo su toalla sobre la arena. –Mi vida haré topples.  Viendo que todos estaban en su mundo y en total naturalidad, solo alce los hombros,  ella se quitó la parte de arriba de su bikini y me pidió que le colocara bronceador, el tacto con el aceite y sus piel me estaba poniendo caliente, le acariciaba los pechos sin ningún problema, se recostó y cada determinado tiempo se giraba cual pollo en rosticería. Mientras escuchaba música en mi iPod y observaba la variedad de senos de la chicas presentes ella me avisó que se sumergiría en la playa, se puso de pie se sacudió la arena que se había adherido a sus pies y enfiló al suave remanso de las olas, sus pechos firmes nada le pedían a los de las jovencitas de ahí, incluso si hubiese un concurso de belleza en esa playa sin duda creería que Laura seria la ganadora. Después de un tiempo de estar jugando con las olas salió de la playa.  -Oh no. – Pensé. Traía el bikini en su mano y salía desnuda completamente de la playa, su pubis depilado esta ves si llamó la atención de varios chicos que caminaban sobre la arena, el agua resbalando por su piel la hacía ver más sensual se es que se podía, me miraba con una sonrisa traviesa, solo me limité a mover la cabeza. -¿Qué?, es una playa nudista. –Intentó justificarse. – Si, Laura pero…

-Pero nada, me siento bien con mi cuerpo y aquí es normal.- puntualizó como si con su argumento fuera definitivo. –Respire e intente relajarme, ella se acostó en la toalla.

-Es una exhibicionista, no cabe duda. La observaba con sus lentes de sol como única prenda, recostada descansando sus manos sobre su abdomen dibujando círculos con sus dedos,  sus piernas semiflexionadas y un poco separadas, quien pasaba por el frente fácilmente podía verle los labios y hasta el ano. – El sol ya era molesto para mi le propuse irnos hacia la sombra, rentamos otra palapa, dos meseros acudieron a limpiar y acomodar exageradamente la mesa y sus sillas, no perdían detalle de mi mujer, la proximidad con  el restaurant hacia que estuvieran muy “atentos” con el servicio, dado que Laura seguía llamando mucho la atención opte por aplicar el plan de la alberca, me desnudé.  Al igual que Laura yo me depilo en su totalidad el pene y los testículos, desde que nos conocimos lo hacemos se nos hace más higiénico para el sexo oral, y además mi verga luce más grande. Háganlo.

Ella me volteó a ver alzo sus lentes de sol levantó  una ceja vio mi verga medio adormilada pero considerable para lucirla, se volvió a bajar los lentes de sol me sonrió y se volvió a recostar.

Las chicas que estaban en el grupo a unos veinte metros de nosotros me observaron y me ufané de liberarme de mi prenda. Intempestivamente Laura me tomo de la mano, me levantó y me llevó al agua, nos sumergimos a media cintura, por debajo del agua me tomó el miembro y jugaba dulcemente con él,  agradable sensación la abrace y la besé. Estuvimos abrazados disfrutando de nuestra desnudes a pesar de las caricias no daba señales de eyacular, la alce de las nalgas hice que me abrazara con sus piernas y la lleve un poco más profundo, ahí la penetré ella me abrazaba  sorbiendo gotas de agua salada de mi cuello, quien nos viera desde la orilla sabrían que estábamos teniendo sexo,  la sensación de coger en la playa es muy excitante, es como estar en público pero sin que te vean, después de un lento mete y saca eyaculé dentro de ella, lo sintió y se despegó de mí.  Con sonrisas cómplices salimos del agua y fuimos a donde estaban nuestras cosas,  ella levantó la mano y llamó al mesero más próximo, este se colocó estratégicamente para apreciar su vagina casi ignorándome,  estiró la mano para recibir el menú y se enderezó, realizó un movimiento de cruzar las piernas frente a ellas con lo que abría en su totalidad las piernas luciendo su vagina abierta, depilada y húmeda, el nativo ya no tenía recato para apreciar a mi esposa, igual me enderecé y comprobar que  exhibía Laura, un hilo de semen  escurría de los labios expuestos, ella me veía a través de sus lentes oscuros, esbozó una maliciosa sonrisa me casi tuve que exigirle al mesero que se apresurara. –Cierra las piernas, te está escurriendo el semen. Le dije; acto seguido ella estiro las piernas se inclinó, con su mano izquierda se acarició la vagina como si estuviera masturbándose  comprobó la viscosidad del líquido que emanaba de su cuerpo  lo acercó a su nariz y lo probo con la punta de la lengua. –Son tuyos amor. -Dijo casi en susurro, en segundos mi verga estaba totalmente parada.

Después de la exquisita comida, nos vestimos y fuimos al hotel era la última noche y había que disfrutarla, se vistió con un sexy vestido blanco muy suelto y corto, -no llevo ropa interior. – Me avisó. El gesto de la tarde y su comentario me provocaron que la quisiera coger pero me contuvo,- regresando-, me dijo. Fuimos a un antro que nos recomendó el mozo de playa, mucha gente bonita el lugar muy fresco y estilo lounge me agradó, no soy mucho de baile pero la estábamos  pasando de maravilla, cuando pusieron música de banda me insistía que bailáramos , me conozco y sé que más que bailar solo doy brincos, me negué. – Voy a bailar con algún muchacho. –Me amenazó. Solo sonreí le dije que yo haría lo mismo cuando pusieran otro estilo de música, reímos. Teníamos ya una botella de whisky ingerida y ya estaba sintiendo los estragos, me paré de la mesa y fui al sanitario, tardé algunos minutos secándome el rostro ya que me había enjuagado la cara, cuando regresé a nuestro lugar Laura no estaba, la busco y está bailando en la pista con un chico de su edad más o menos, la tenía tomada de la cintura bailando alguna canción grupera ella lo rodeaba con un brazo al cuello al estilo norteño, pero la mano del chico casi reposaba sobre el parado trasero de mi chica, una sensación de celos , coraje y rabia me invadieron al recordar que ella no llevaba ropa interior, algo que el grandioso bailarín ya debería de haberse percatado.- La canción cesó y ella muy sonriente se dirigió a la mesa seguida por el tipejo, -él es Fabián mi esposo, te presentó a Miguel , me presentó. – Estreche no de muy buena gana la mano. –Mucho gusto, dije. Lo invitó a sentarse, ella tomó asiento a mi lado y me abrazó muy melosa, quizás se había  dado cuenta de mi disgusto de tener a un desconocido en nuestra mesa, - Cómo te tardaste acepte bailar con Miguel, dice que es de aquí de Pochutla, -solo asentía como si me interesará su explicación.

Miguel el bailarín pidió otra botella de escoses,  y me preguntó si le permitía bailar nuevamente con Laura todavía no contestaba cuando ella ya estaba de pie,- Mierda, tengo que tomar unas clases de baile, dije a mis adentros. Ellos bailaban algo de Merengue no sé qué tanto le decía el tipo que ella reía cada vez que daba algún giro, con esas vueltas y el vestido que llevaba las nalgas y su pubis se apreciaban desde donde estaba voltee a los lados para ver si alguien más estaba viendo a mi chica, pero nada cada quien bailando, bebiendo o charlando la escasa luz ayudaba.  Regresaron a la mesa exagerando el cansancio por haber bailado tanto,  Miguel ofreció su vaso a mi esposa  mientras yo por dentro estaba cada vez más incómodo.

– ¿A qué te dedicas? -Me preguntó.

-Soy piloto aviador., -¿En serio? Vaya, te la has de pasar de lujo, -expresó como fascinado.

-Algo; siempre es vivir en hoteles, le aclaré como para que calmara su emoción.

-¿Eres de aerolínea privada o comercial? –Comercial, estoy en mexicana de aviación. Cada vez sus preguntas hacían que tuviera que responder más sus dudas, Laura solo se dedicaba a escucharnos y seguía tomando,  hábilmente el tipo rompió el hielo y poco tiempo después me encontraba explicándole la caída de los vuelos debido a la crisis, el problema del sindicato y su posible venta de la empresa, cosas del trabajo, algo de lo que me gusta hablar.

Laura pidió otra botella,  ya que se había terminado la anterior, la charla continua entre números y políticas sindicales. - Te has de coger a las aeromozas, dijo en un tono un tanto estilo “eso campeón”, Laura me volteo a ver como si lo dicho fuera una verdad. –Claro que no, son muy profesionales, aclaré. – Seguramente- dijo Laura - algunas de tus amigas son bien putitas. Miguel reía por haber provocado los celos de mi esposa, incluso reí por ser yo ahora quien provocara sus celos.

Poco antes de la una de la mañana y varias botellas encima, los tres ya estábamos ebrios el animador de la cabina de sonido avisa que es tercera llamada para el concurso de “bikini contest” ,  llama a las participantes, extranjeras en su mayoría, con música reggaetón y electrónica las participantes se contoneaban,  la mesa en la que estábamos nos daba una excelente vista del escenario, algunas muy frondosas pasaban a la final, las que no enseñaban nada eran eliminadas , Miguel y yo gritábamos y animábamos a agritos y chiflidos a las favoritas, realmente me estaba divirtiendo, dos de las chicas de origen estadounidense  estaban realmente bellas, ya estaban en topples, el animador paró la música y repitió que el premio sería una botella para la ganadora, que se valía “de todo”, las dos jovencitas bailaban como si en ello se les fuera la vida, terminada la pieza el dj paró la música el animador llamó al público a elegir con aplausos a la ganadora, -concluyó en empate- dijo al micrófono; las dos jovencitas empapadas ya iban a bajar de la pista cuando el público a gritos incluidos Miguel y yo exigíamos un desempate, el animador cedió a la presión del buen ambiente generado por el concurso, dijo –Haremos algo. En ingles les preguntó a las guapas extranjeras ¿están dispuestas al desempate? a lo que ellas solo se encogieron de hombros, - ¿llamamos una retadora que les parece?,  gritos y aplausos. -¿Hay alguna chica que quiera participar? Miguel voltea y anima a Laura que estaba no tan prendida como nosotros, trato de detener a Miguel, persuado a Laura de que no lo haga, ella se pone de pie Miguel le ofrece un trago derecho de licor ella se lo toma cual si fuera agua y levanta la mano, las luces giran nuestra mesa, la ovación opaca mis gritos, -¡Laura, dije que no!

-Soy Laura-, se escucha en el estruendoso audio, el animador le pregunta  de dónde visita y algunas estupideces, ella se ve algo tímida, -Se va a bajar, me trato de animar a mis adentros.

Le ofrecen una playera se la coloca por encima del vestido algo que suaviza mi preocupación, un auxiliar del animador lanza agua con un aspersor a mi mujer, la música suena y los gritos comienzan, Laura baila suavemente, a diferencia de  las adolescentes  estadounidenses, ella lo hace lento, disfruta el agua que para esas alturas el lugar ya era muy caluroso, quizá por los ánimos,  el animador pide aplausos para la retadora, Laura sigue contorsionándose, se acaricia la cintura, el cuello, el agua comienza a transparentar sus prendas, la playera cubre algo los senos, pero diablos, todas las nalgas y el pubis se aprecian perfectamente, decenas de celulares se ven por encima de las cabezas, graban a mi mujer semidesnuda, bailando sensualmente  frente a jaurías de lobos hambrientos, estoy que me muero de celos y coraje, el agua ya es más que suficiente para que el cuerpo entero de Lau se vea , ella misma con sus movimientos se sube el vestido la raja de su vagina se asoma, los gritos y aullidos opacan la música, sin duda la declaran ganadora. Se arregla sus prendas y baja del escenario, llega totalmente empapada a la mesa, gritando de emoción me abraza, ignoro su abrazo, sin embargo Miguel la abraza efusivamente como si hubiera ganado las olimpiadas en la disciplina de nado, sus manos la estrechan de la cintura y la mano derecha baja a las nalgas, descaradamente la soba, estoy por alejarme indignado cuando el mesero llega con una botella igual a la que estábamos tomando, con una bengala encendida, llama la atención tanto la mesa que los asistentes siguen aplaudiendo, algunos nos hacen la seña con el dedo pulgar de que todo está bien felicitándonos por el buen show que mi pareja brindó,  un tipo se acerca a Miguel le da una palmada en la espalda y le dice: ¡tu novia está de diez felicidades!, vaya comentario. Tomo a Laura de la cintura y le ofrezco asiento, me retracto de montar mi escena de celos,  le digo que es hora de retirarnos la botella nos la tomaremos en el hotel, Miguel pide la cuenta la pagamos entre los dos y nos acompaña a la salida, se despide de ambos con un abrazo y un beso a Laura, esta vez más recatado quizás percibió mi enfado. Pedimos un taxi pero no nos dejan abordar ya que Laura está empapada, mierda; otro taxi y lo mismo se niegan  a parte de que ya vamos bastante bebidos Laura incluso se tambalea, preguntamos qué tan lejos está el hotel y nos dicen  que caminando muy lejos,  Miguel escucha y se ofrece a llevarnos,  sin tener otra opción acepto y suavizo mi actitud ante él, - No creí que fueras tan aventada.  -Le dice a Laura quien va sentada en la parte de atrás del auto.

-No sabes que tan atrevida soy.  Responde.

-Todo el día de hoy estuvimos desnudos en la playa, agrego para integrarme a la plática.

-Wow,  que agradable, yo también suelo desnudarme en la playa del amor,  me gusta andar desnudo, pero  luego se escandalizan. Agrega.

-¿Y eso,  por qué?-Pregunto curioso mientras abro la botella.

-Lo que pasa es que no controlo mis erecciones casi siempre ando con mi pene parado. Y no falta que algún conocido me vea, es incómodo.

-Haz de calzar grande, -dice riendo Laura-.

Miguel ríe y asiente con la cabeza. El silencio  se hace incómodo y para romperlo comentó,-A mí me pasó igual tuvimos que coger en el agua para que se me bajara, Laura ríe y me da un pequeño golpe en el hombro- ¡cállate Fabián!- Me burlo.

-Que les parece si nos tomamos la botella de regalo-, cambia el tema Laura.

Acordamos los tres, al llegar al hotel ordenamos sodas y hielo, subimos a la habitación  Laura va por delante la humedad del vestido sigue transparentando sus nalgas, volteo y Miguel va contemplando su trasero,  lo vivido durante la noche me ha provocado mucha sed y sirvo las copas para los tres, Laura toma una toalla y se seca el cabello se cubre el cuerpo en ese movimiento que hacen las mujeres mientras se desprende del vestido que cae por sus piernas,  no sé si por su estado de ebriedad perdió el pudor y está tan solo cubierta con una toalla y desnuda ,  se sienta en la cama y nosotros en las cómodas sillas, Miguel y yo ya estamos lo suficientemente ebrios igual o más que Laura, durante la charla en tres ocasiones la toalla ha resbalado de los pechos enseñando su teta izquierda,  el alcohol nos ha puesto un tanto desinhibidos además me tranquiliza saber que ya casi la vio desnuda en el antro.

-Yo creo chicos que ya los dejo solos, querrán cogerse el resto de la noche. Mientras dice esto trastabilla hacia atrás. -Deberías de pasar la noche aquí estás muy tomado,  no manejarás así. –Dice Laura.

Evidentemente ebrio Miguel le refuta –Borracho manejo mejor.

-Date un baño  igual y se te baja, le sugiero.

Acepta, se mete al baño cierra la puerta y segundos después se escucha la regadera. Laura se desprende de la toalla levanta la delgada sabana la cual es innecesaria dado el calor que hace, y se mete, me extiende la mano a manera de invitación, me desnudo y me uno a ella, la acarició ella toma mi pene, mueve su mano de arriba abajo hasta que está totalmente erecta, se sube sobre mi toma mi miembro y lo hunde en su interior un gemido sale de su boca.- Ya la quería dentro de mí, amor.

Los recuerdos de la tarde de nudismo y el concurso me ponen al mil, ella se saca la verga de su interior para comprobar mi excitación y me besa como si me quisiera devorar, le susurró al oído-eres bien puta amor.-  eso  parece encantarle ya que arrecia sus movimientos. En eso estamos cuando el ruido de la regadera cesa y el picaporte se abre, Laura se baja de mí y se acuesta,  Miguel salió con una toalla a la cintura y en la mano sus prendas, de cuerpo es muy similar al mío pensé,  la luz del sanitario alumbraba parte de su silueta mientras se colocaba los boxers, discretamente Lura y yo observamos, Laura me pide su toalla para ir al sanitario la cual no encuentro ella se pone de pie arrancando la sabana de mí, dejándome desnudo  sobre la cama, se cubre con la delgada tela blanca y cruza frente a Miguel para entrar al baño,  este ya se ha colocado el pantalón se ajusta el cinturón, sin playera Miguel sirve otra ronda de copas de la botella en los tres vasos y me ofrece el mío, cuando Laura sale del tocador le ofrece el de ella, yo continuo desnudo con el pene a media erección disfrutando del fresco del aire acondicionado, Laura se sienta a mi lado, Miguel dice que mejor se dormirá en las tumbonas, si bien no son camas funcionan igual –dice- , terminamos nuestras copas el estado de los tres ya es  más ebrios que despiertos ella se pone de pie desnuda para apagar la poca luz que ilumina la habitación Miguel no perdió detalle, nos disponemos a dormir pero Lura quiere guerra, me acaricia la verga con la luz apagada se sube sobre mis piernas sin cubrirse con las sabanas , Miguel apenas y estaría durmiéndose, imagino.  Se mete toda la verga y comienza a gemir, me excita tanto que nuestro invitado pudiera estar viéndonos, ella sigue moviéndose y gimiendo, se sale de mí y se inclina para mamármela vaya que lo hace bien, su culo parado apuntando cínicamente a nuestro amigo,  yo disfruto cada vez ella me la mama más y más fuerte,  me enloquece cierro los ojos, los gemidos de mi mujer con mi verga dentro de su boca me hacen acariciarle la cabeza para eso me inclino y en la oscuridad veo la silueta de Miguel acariciando las nalgas, mi verga se pone más dura de ver a Laura ser acariciada por otro, Miguel se da cuenta que lo he visto y decide salir de su sigilo, le susurra a Laura que abra las piernas ellas las abre obedientemente, Miguel se agacha para chuparle la raja, por las chupadas que me da mi puta recién esposa me doy cuenta que se lo está haciendo realmente bien,  mi excitación es tanta que tengo que detener la boca de Laura para no vaciarme dentro de su boca quiero aguantar más, veo que los dedos de Miguel entra y sale de la vagina de Laura, ella solo se retuerce de placer, estoy igual o más excitado que la noche anterior, es imposible estar más excitado que ayer, -pienso- en eso Miguel se incorpora se quita por completo el pantalón, el cinturón suena al caer al suelo; coloca la cabeza de su verga en la entrada de la vagina de Laura, él empuja y Laura suelta mi verga para volver su rostro hacia atrás, -ahhhh está muy grande Miguel, me duele, le dice.

–Aguanta nena, lo haré con cuidado, escucho y fuerzo a mi mujer a seguir mamándomela, -no pares-le digo. La indicación pareciera haberla entendido Miguel quién se la dejó ir hasta el fondo de una estocada, los gritos de Laura deberán haber despertado a todo el hotel,  se enderezó y con una mano  pareciera ponerle un tope a la verga de Miguel , este empujaba cada vez más recio y no con mucho cuidado como había prometido,  el delicioso cuerpo de mi esposa estaba empapado de sudor,  el bronceado delos dos días se le veía delicioso me comencé a masturbar viendo la escena,; un desconocido se estaba follando a mi mujer frente a mí en nuestra luna de miel, ella se sacó la verga y le dijo a Miguel que se recostará fui ahí donde pude ver el tamaño de esa verga si bien yo creía que la tenía grande esa era al menos dos tantos más que la mía, pero gruesa, brillaba por los fluidos que había depositado mi esposa, Laura lo masturbo un momento se inclinó hacia él y le dio un beso en la boca sus lenguas se entrelazaban eso que vi me causo una sensación enorme de celos, pero mi verga parecía pensar lo contrario, más erecta no podía estar, el tipo con sus dedos se enterraba  en la vagina de mi chica sin dejar de besarla, reaccione al ver las redondas nalgas y la vulva expuesta  de Lau, me coloqué atrás y la penetré, el tipo parecía haberla dilatado tanto, era una sensación rara, no estaba acostumbrado a eso. Ella dejo de besarlo y se bajó a su pene, lo acaricio antes de metérselo a la boca, me inclinaba para ver con que gusto estaba mamando esa verga ajena,  la escupía y la chupaba, a mí no me hacía eso-pensé-, acariciaba sus nalgas con fuerza me gustaba lo que veía, vaya tormento, de celos y gusto

Dejó de mamar me empujo para salirme, se subió en él y se fue introduciendo ese cañón poco a poco solo los veía sin dar crédito que todo eso pudiera caber dentro de mi princesa, ella me jaló de la mano indicándome que me pusiera de pie, me tomo la verga y se dispuso a mamarla, Miguel acostado le sobaba los pechos como si nunca hubiera tenido unos en su vida, ella brincoteaba arriba y debajo de él,  esa visión ya no pude aguantarla y me vine, me vacié en tal cantidad que Laura no podía tragar todo, lo que resbalaba por sus comisuras caía sobre sus senos haciéndolos brillar combinados con el sudor y Miguel esparcía mi semen en todo su pecho y abdomen, que venida, en mi vida había sacado tanto semen,  ella seguía chupándomela cuando Miguel comenzó a tener espasmos aviso de su corrida apretaba los senos de Laura y sus cintura  pero ella no se inmutó sus movimientos de cadera se acentuaron dejo mi verga y se acostó en el pecho de Miguel, mientras sus nalgas rebotaban en los huevos de nuestro recién conocido, él tomo las nalgas de mi mujer, los movimientos de Miguel indicaban que se estaba viniendo dentro de mi estrenada esposa, el hijo de puta se está vaciando adentro,  ella parecía estar teniendo un intenso orgasmo por las muecas de su rostro, tras una serie de espasmos se tranquilizaron, me acosté a un lado ellos seguían abrazados, respirando agitados.

Minutos después fue él quien se quitó de encima el deshilachado cuerpo de Laura, parecía una muñeca de trapo, Miguel se puso su ropa y me dirigió la palabra, - fue un gusto conocerlos, espero verlos de nuevo, cuando regresen me buscan, trabajo en el restaurant de playa donde fueron ayer.

Agua fría calló sobre mí. Solo acerté a decir ok, que estés bien.

-Adiós Laura, dijo, recibiendo nula respuesta, Laura seguía en su letargo acostada casi bocabajo con las piernas abiertas cantidades de leche saliendo de su raja dilatada, enrojecida. Su piel sudada por la refriega, su rostro descansaba sobre la almohada estaba más que dormida.

Se cerró la puerta, me quedé pensando en lo que acababa de pasar, me estaba volviendo a excitar, la volteo y le abrí las piernas para penetrarla nuevamente, el semen depositado por Miguel la hacían mucho más cálida y lubricada, no tarde en vaciarme dentro, en minutos me quedé dormido satisfecho.

Al día siguiente los del servicio de limpieza tocaron la puerta, ella seguía casi en la misma posición que se quedó,  la desperté una merecida ducha, nos vestimos y salimos rumbo al aeropuerto, casi sin hablar camino a casa, solo mencioné, -El que te cogió era el mesero de la playa.

-Vaya luna de miel. Respondió.

Nuestra sexualidad estaba marcada.