El ex de mi mejor amiga

Me volvió a besar y ahí en la puerta, prácticamente en la calle, nos besamos desesperadamente, se pegaba a mí y sentía su paquete en mi pierna, como iba creciendo.

Hola de nuevo, saludos a todos mi nombre es Fabiola (es mi nombre real, el nombre de cualquier otro personaje será ficticio por obvias razones) tengo 20 años, soy de la ciudad de Irapuato Guanajuato, México, mido 1 60 de estatura, soy de tez blanca, cabello negro hasta los hombros, mis ojos son de color verde herencia de mi madre, soy delgada y mis medidas no son las de una supermodelo pero no me quejo, debo señalar que nunca e sido la mas bella de mis amigas ni de mi escuela pero por comentarios de amigos y compañeros puedo decir que e sido la fantasía de mas de uno. Espero les haya gustado mi primer relato "PROVOCANDO A MI HERMANO", si no lo has leído espero lo hagas y me des tu opinión, prometo que daré la continuación en cuanto tenga tiempo, el siguiente es un relato que me sucedió hace tiempo y el cual quiero platicarles....... espero que les guste.

Todo comenzó un día que paseaba por el centro de la ciudad, fui a hacer unas compras y aproveché para comprar un café y así poder descansar un poco. Transcurrieron algunos minutos cuando vi que a lo lejos un chavo bastante guapo me saludaba, sin poder reconocerlo inmediatamente al acercarse note que era Manuel el ex novio de Yolanda, mi mejor amiga que hacia años no veía. Me saludó muy sorprendido y me dijo "vaya que has crecido, te ves muy bien", me enrojecí un poco, pero le agradecí el cumplido y le dije que a él también le había sentado bien el tiempo. Preguntó que hacia a donde iba y le dije que ya me iba a mi casa, y me preguntó si venía acompañada o sola, a lo que contesté que venía sola y se ofreció a llevarme a mi casa, lo pensé un poco, pero le dije que sí. Platicamos en el carro sobre lo que había sido de nosotras y nuestras familias en el tiempo en el que no nos habíamos visto, aunque no nos llevábamos excelente cuando era novio de mi amiga, él tenía algo de amistad con mis hermanos y a eso redujimos la plática. Me preguntó si tenía hambre y le dije que no, pero en ese momento mi estómago anunció lo contrario, me rugían las tripas de hambre, como vulgarmente se dice. Solté una carcajada nerviosa y me puse roja de la pena, me llevó a cenar, seguimos platicando, pero esta vez me preguntó que había sido de mi vida en el último año. Le platiqué un poco sobre mis amigos, mi vida en la escuela, mis aventurillas, hablando de todo y de nada, sin dar detalles ni entrar en un tema a fondo. Terminamos de cenar y me llevó a mi casa, nos despedimos con un beso en el cachete y me pidió mi celular y mi mail para mantenernos en contacto y que le había gustado mucho haberme encontrado y platicar así conmigo. Pasaron algunas semanas en las que estuvimos saliendo a tomar café o al cine y otros lugares, tiempo en el que pasamos de una simple relación de conocidos a una verdadera relación de amigos, después de una o dos semanas en miércoles me habla por teléfono y me dice que vayamos al cine, CINEPOLIS que es cuando o está más barato o hay dos por uno; no tenía ganas de hacer la tarea, así que acepté su invitación y pasó por mí. Llegamos al cine y discutimos un rato sobre lo que queríamos ver, cuando nos decidimos fuimos a taquilla e insistió en pagarlo todo él, no me hice mucho del rogar. Mientras esperábamos a que empezara la función fuimos a dar una vuelta por la plaza, entrar a las tiendas a curiosear, comer un helado, etc. Se nos fue el tiempo y llegó la hora de entrar al cine. Nos sentamos hasta atrás porque es donde se ve mejor, empezó la película, y casi de principio a fin me tuvo con los ojos bien abiertos atenta a la pantalla, era una película de terror y son mis favoritas (aunque me muera de miedo), de vez en cuando le apretaba la mano o la pierna o escondía la cara en su hombro para mirar de reojo. Él se reía de mí y me espantaba haciéndome gritar y brincar, afortunadamente no había mucha gente en la sala a pesar del día. Salimos de ahí comentando el punto y seguía haciéndome brincar y gritar de los sustos que me pegaba combinados con cosquillas, así se la pasó todo el camino del cine a mi casa, nos reíamos, hacíamos bromas. Pasamos un rato bastante ameno, cuando llegamos a mi casa, se bajó a despedirme y ya estaba en la puerta, nos despedimos con el habitual beso en el cachete, ya se iba y yo estaba a punto de cerrar la puerta cuando se regresó y me dio un beso en la boca y me dijo gracias hace mucho que no me divertía tanto. Me volvió a besar y ahí en la puerta, prácticamente en la calle, nos besamos desesperadamente, se pegaba a mí y sentía su paquete en mi pierna, como iba creciendo. Puso sus manos en mi cintura y después las bajó a mi trasero, levantándome un poco. Se nos dificultaba un poco besarnos porque él es bastante más alto que yo y él se tenía que agachar y yo ponerme de puntitas, cuando sintió que respondí a sus besos me pidió que fuéramos a su casa, sus papas habían salido y teníamos 2 horas antes de que llegaran, era tal mi excitación que sin pensarlo acepte.

Al llegar inmediatamente después de bajarnos de su coche me volvió a besar y a sujetar de la cintura podía sentir como su pantalón estaba por estallar de la excitación, los vecinos de enfrente veían el espectáculo, hasta que después de meter su mano por mi blusa y desabrochar el bra, me empujó suavemente hacia adentro de la casa y cerró la puerta, yo lo jalé hacia el cuarto y me sentó en la cama. Me quitó la chamarra y el suéter y me levantó, después me quité los zapatos y me hinqué en la cama, y así quedamos a la altura perfecta para besarnos a gusto. Mi bra ya estaba desabrochado, así que metía las manos por debajo de la blusa mientras masajeaba mi pecho suavemente, pellizcando y jalando mis pezones despacio, al mismo tiempo que mordía mi cuello y mis orejas empezando a sacarme gemidos de placer y me dijo al oído, desde que te encontré tengo muchas ganas de hacer esto y me la pasé toda la semana pensando en ti. Yo sonreí y le dije, yo también tenía ganas, pero desde que te conocí. Dicho esto me quitó la blusa y desabrochó mi pantalón, al mismo tiempo que se metía mis pezones duros a la boca. Lo abracé y le dije que no parara, no me parecía justo que yo estuviera en calzones y él siguiera vestido, así que le levanté la camisa y se la quité, y después de explorar con mis manos y mi boca su pecho, su espalda, sus hombros, bajé al pantalón. Me bajé de la cama y lo empujé hacia la pared, lo besé, empecé a jugar con sus orejas, bajé a su cuello, sus hombros, llegando a su pecho, bajando poco a poco hasta toparme con el cierre de su pantalón y un bulto que se veía bastante grande. Le desabroché el pantalón y me tomé mi tiempo para bajárselo, mientras lo veía y sonreía, él solo cerraba los ojos y me acariciaba el cabello. Ya sin pantalón, se asomaba por el bóxer un pené que parecía grande y duro, y que mi naturaleza curiosa me invitaba a probar. Metí la mano para comprobar que era grande y ya chorreaba líquido preseminal. Pasé mis dedos por la punta despacio, mientras lo fui sacando poco a poco, hasta que tuve su verga dura y grande frente a mi cara media aproximadamente 20 cm. Jugaba con ella entre mis dedos, y le di un besito en la punta y jugaba con su verga con una mano, con la otra acariciaba sus huevos. Empecé a hacer círculos con la lengua en la punta, rodeándola toda con mi lengua, poco a poco metiéndome su verga a la boca, seguí chupando mientras succionaba y jugaba con sus testículos y pasaba la lengua por todo su tronco, chupando bien la cabeza y metiéndolo a mi boca una y otra vez. Me dijo que estaba a punto de venirse y me agarró de los brazos y me levantó, mientras que yo seguí dándole placer con la mano en su verga y sus testículos mientras que lo besaba y le mordía los hombros y el cuello. Se vino en mi mano y me comí un poco de lo que tenía en la mano, pues era mucho, y lo demás me lo quité con un pedazo de papel. Me agarró de la cintura y me empujó a la cama, se acostó sobre mí y me dijo al oído que le había encantado la mamada y empezó a jugar con mi oreja, metiéndome la lengua, mordiendo mi oreja, pasando al cuello, mis hombros, llegando a mi pecho y mordiendo suavemente mis pezones. Con una mano atendía a una y chupaba y mordía un pezón, con la otra mano pellizcaba y jalaba el otro pezón, acariciándola completamente. Yo gemía feliz, tengo muy sensible el área de los pezones y me encantaba como jugaba con ellos y empezó a bajar por mi abdomen sin soltar mis tetas. Llegó a mi ombligo y después de jugar con él un momento bajó hasta llegar al monte de Venus, lo lamía, y con una mano abría mis labios y sentía lo húmedo de mi vagina. Pasaba los dedos cerca de mi clítoris, sin tocarlo, solo lo rodeaba, y empezó a hacer lo mismo con la lengua. Cada vez que pasaba cerca de mi clítoris gemía más duro para que entendiera que quería que llegara ahí, pero en lugar de eso se empeñaba en rodearlo para hacer que me mojara más. Cuando logró que me escurrieran jugos por las piernas fue cuando metió dos dedos de un golpe y me hizo gritar, al mismo tiempo que pasaba la lengua por mi clítoris, despacio, presionándolo un poco. Pasaba la lengua una y otra vez, succionando mi clítoris y mordiéndolo suavemente hasta que no aguanté más y me vine empapándole los dedos y la cara de mis jugos. Sin desaprovechar lo mojada que estaba y todavía excitada y su propia excitación, se levantó y me jaló de los tobillos, me puso a la orilla de la cama y me levantó, me puso contra la pared, así como había hecho yo con el al principio, solo que él me levantó una pierna y empezó a meterme su verga poco a poco, y después subí la otra pierna y me cogió contra la pared un momento. Fue bastante cansado para los dos, así que así sin sacarla, nos volteamos, de manera que él quedó contra la pared de nuevo y nos sentamos. Así sentados empecé a marcar un ritmo riquísimo y el lo siguió, ayudándome a meterla más duro. Yo gritaba siii, siii, papito, asiiiii, durooo, gemía, lo abrazaba, lo besaba. Me encantaba como estábamos cogiendo, sentía como mis jugos se me escurrían por los muslos de lo excitada que estaba mientras le gritaba que me encantaba hacerlo con él y él me decía, chorréate bien chiquita, así me gusta mami que estés bien caliente, pídeme más. Empecé a sentir mi orgasmo y cerré los ojos y grité mientras sentía los espasmos de orgasmo en todo el cuerpo. Él se vino casi al mismo tiempo que yo, mientras yo seguía apretando su verga en mi vagina, él estaba dándome y con un gruñido soltó la leche dentro de mí. Seguimos moviéndonos cada vez más despacio hasta detenernos completamente, se quedó así adentro de mí y nos abrazamos. Sin darnos cuenta ya habían transcurrido las 2 horas, por lo que pedí un taxi para regresar a mi casa sin que antes le agradeciera la hermosa noche que pase.