El estudiante virgen

Un adolescente virgen e ignorante de las verdades de la vida, en la década del 60, conoce a un chico hermoso que entre otras muchas cosas, le enseña a masturbarse y le da el mejor beso de su vida.

EL ESTUDIANTE VIRGEN

Eran otros tiempos. Tiempos de inocencia y virginidad. Tiempos de misa y comunión frecuentes. Epocas oscuras de represión y castigo. Tiempos de culpa y pecado. Años en los que el sexo era una palabra tabú, prohibida y ajena y yo un adolescente casto, que apenas había conocido el placer del orgasmo sin tocarme, con la sola excitación que me producían mis lecturas a escondidas de aquellas novelitas españolas con tapa de cartón, al estilo de los libros de Corin Tellado pero de tamaño algo mayor, novelitas prohibidas y sensuales , que el hijo de los vecinos leía y cuya madre , sin saber su contenido, había prestado a una de mis hermanas.

Yo me había críado en un ambiente lleno de mujeres: una abuela viuda, dominante y enérgica, jubilada como profesora de Bellas Artes, autora de imposibles cuadros de vírgenes y santas impolutas, tan devota, santulona y creyente que uno podría pensar que solo tuvo sexo en su vida, las cuatro veces en que concibió a sus hijos; una madre divorciada, frágil y sin carácter, bella aún pero con rasgos de amargura , mirándose ante el espejo impiadoso que marcaba el inexorable paso del tiempo, un padre ausente, o mejor, escapado (en los Estados Unidos, donde tenía otra mujer e hijos), varias hermanas solteras, una tía solterona con un pasado que se ocultaba (enamorada de un seminarista había tenido un aborto) y dos sirvientas mayores, o sea todo un matriarcado en el que yo aparecía como el único varón.

Yo era el representante de ese sexo masculino maligno e ingrato, que recordaba al marido indeseado y muerto para una , al marido infiel y traidor para la otra, al padre libertino y abandónico:, en síntesis a todos los hombres con su brutalidad e instintos carnales, esos sinvergüenzas...... bueno , yo no aceptaba esos calificativos. Vos te callás me decían: que sabés vos lo que es la vida........

Nada. Yo no sabía nada de la vida. Era como si me hubieran puesto en este mundo con una venda que ocultaba todo aquello que yo no debía ver ni saber. Nadie me había hablado de la pubertad, o del sexo, o de los deseos sexuales. Y ahí estaba yo, el machito de la casa, distraído, soñador y tímido , con su acné juvenil, el vello y los miembros, piel y huesos creciendo de noche, con su delgadez y sus ojeras, pensando en eso todo el tiempo....... Ahí estaba yo, el hombre de la casa, combatiendo esas erecciones impertinentes que venían sin anunciarse y que no se bajaban cuando uno quería...... Mi pija era como una pordiosera insaciable que si algo le daba me pedía más y más y más. Ustedes me entienden.....

Yo lo ignoraba todo , era virgen , inocente , ingenuo , pero también, todo lo que desconocía lo presumía. Algunas presunciones eran equivocadas. En otras el instinto me indicaba lo que era correcto o no. Es así que me di cuenta que no era normal que me gustara el hijo de los vecinos, aquel galleguito soltero y guapo, dueño de aquellas novelas tan osadas.

Los tipos normales , había observado, gustaban de las mujeres, noviaban con ellas, se casaban , las embarazaban y las encerraban en casitas blancas con dos ventanas a la calle, con tejado rojo, verja y jardín para que les criaran a sus hijos. Era raro que a mi me calentara otro hombre. Yo me sentía medio "degenerado".....

En esas largas siestas del verano anterior a mi ingreso a la Universidad, pensaba en aquel muchacho moreno de cabellos ensortijados, ojos brillantes y piel muy blanca y seguramente muy pajero y calentón, y lo hacía protagonistas de las historias de aquellas novelas calenturientas que nos habia prestado, Lo gracioso del tema es que acababa sin tocarme con solo pensar en el galleguito .......La primera vez que me ocurrió, fue como un volcán de lava que se deslizaba por mis caderas flacas, por mi pubis adolescente por mi pecho flaco de costillas marcadas... Creí morir, desangrarme, casi me desvanezco que marica que era .....pero cuando me di cuenta que no era pus sino semen, qué placer increíble había descubierto, qué grandes satisfacciones podía producirme mi pito.........

Las acabadas que siguieron eran largos orgasmos, culpables y placenteros, inspirados por el vecino (cuya pija soñaba con llevarme a la boca) y por aquellos escritores que se permitían decirme lo que todos me habían callado. Yo era un sub normal en mi desarrollo sexual. Nada sabía, salvo mis necesidades cotidianas, mi pija que se paraba seguido, y lo que me gustaba el vecino, con sus piernas ágiles, su culo redondo, y el bulto adivinado a través del pantalón. Pija de españolito que había sufrido la guerra civil y que llevaba adentro tantas leches amargas, tanto hambre , tantas pasiones recién desatadas.

Se llamaba Antonio, y era guapo, hermoso, y para mi exótico.. Se llamaba Antonio y yo lo besaba cada vez que lo imaginaba, pero era la funda de mi almohada y no su boca la que recibía esos besos calientes y apasionados, esos besos maricones de muchachito virgen y pajero, de adolescente siempre caliente criado entre polleras. Besos cargados de leche joven, de sangre fluyente, de hormonas en pleno funcionamiento.

Sabía que esa atracción que sentía por los hombres no era normal y que esas historias que mi fantasía diseñaba no eran aceptables.......... Sería yo un pervertido, un degenerado (palabra de moda entonces) , un amoral ???? Terminaría, me preguntaba siendo como aquellos trasvestidos, quasi mujeres, con largas pelucas y maquillados hasta la desesperación que oficiaban de rumberas semi desnudas en las comparsas del carnaval de mi ciudad suburbana.......... Esas maricas quasi pornográficas que excitaban a los hombres panzones con su fantasía de parecer mujeres pero que en realidad tenian manija. Mujeres con regalito, mujeres con pija....

Virgen y casi casto, ignorante de todo, obsesionado por el sexo y todo lo que a el se refieriera, casi sin amigos, tímido y muy reprimido, ingresé con diecisiete años a la Universidad a cursar el año de ingreso en la Facultad de Derecho. Corrían los años sesenta y todavía no se había producido la revolución sexual .

En aquellas aulas, en aquellos corredores inmensos , en las escaleras y salones, encontraría miles de objetos de mis fantasías y deseos sexuales, muchachos de mi edad o mayores, generalmente muy bien vestidos, de belleza aún superior a la de mi vecino, especímenes sensuales y libres, con cuerpos bien formados, pelos en el pecho y en los brazos , adivinados a través de las camisas blancas o claras.

Hombres sexuales y depredadores que enloquecían a algunas muchachas y desafiaban desde su mundo ajeno, a ese adolescente temeroso y calladoo que era yo y que de noche originaban esas masturbaciones , en realidad esas poluciones. que llenaban de leche mi pecho y mi vientre, mis sábanas, mis calzoncillos, mi soledad de muchacho aislado........

Como me hizo falta en ese momento pienso, ese padre abandónico que ya nunca mas vería , que estaba criando otros hijos y que nunca ya pensaría en mi..

Cuando conocí a Norberto, tuve la misma impresión que me causaba el resto de los muchachos, pertenecía para mi a una raza distinta y libre, fuerte y bulliciosa que contrastaba con mi imagen de tranquilidad, compostura y silencio. El solía hablar a los gritos, decía groserías a cada momento y caminaba por todas partes saludando gente, besando a las chicas, riendo con ellas. Tenía lo que yo llamaba "huevos" , el coraje de ser como era, sin miedos ni represiones. Era libre, sensual, avasallante, no tenía límites.... También era heterosexual y picaflor. Con todas las chicas coqueteaba y algunas y no las feas precisamente , le daban corte......, caían en sus redes.

No sé porqué nos hicimos amigos. Quizás por la atracción que ejercen los polos opuestos. El era un libertino para mis ojos castos y desacostumbrados al juego de la seducción, y yo no había tenido novias, ni amigas íntimas, solo compañeras de colegio, conocidas.... El era un estudiante que no quería estudiar y yo me entregaba a los libros con desesperación para obterner las mejores notas.

Tampoco sé porque nuestras conversaciones , previas o posteriores a las clases se referían al sexo, a las mujeres, a las erecciones y calenturas. Se sentaba a mi lado y me preguntaba intimidades que yo respondía ambiguamente, con la habilidad del débil para defender su intimidad.

Me di cuenta que me atraía como un imán cuando se reía de ciertas inocencias mías, de mi inexperiencia, de mis poluciones nocturnas, de mi desconocimiento de las mejores técnicas para pajearse. Veía sus ojos, su piel siempre bronceada y cubierta por esos pelitos brillantes y enrulados, percibía su olor a muchacho limpio, su perfume que recordaba a alguna colonia con sándalo, su aliento a chicles Bazooka, y como un fetiche, sus medias claras envolviendo sus pies calzados por mocasines de una zapateria de moda y cara.

Mi primer amigo me gustaba, me atraía, me calentaba con sus comentarios y conversaciones, con los movimientos de su cuerpo ágil y deportista y yo me convertí en su perrito faldero, en su esclavo, su seguidor a todas partes, la presencia permanente que acompañaba sus pasos, su sombra...... El me introdujo a sus amigos y amigas, a sus compañeros de curso, al mundo de la gente que vivía su adolescencia en las antípodas de mi vida.

El tenía una novia en la facultad, una tal Norma , de ondeada melena, una morena llamativa de grandes tetas y ojos verdes, que lo tenía a maltraer. Yo los veía pasar e incluso como se besaban y acariciaban y sentía como unos celos extraños e inexplicables.

Norberto se sentaba a mi lado en las clases, era delgado , no tan alto como yo, de ojos almendrados y húmedos, una boca roja siempre enmarcada por la dura barba que reaparecía enseguida luego de afeitarse. De pronto nuestras piernas se chocaban y su calor me atacaba como si fuera una inyección de calentura, y esa intimidad y proximidad de nuestros cuerpos me excitaba .

Fue un proceso rápido que despertó la inquietud en mi casa, y me corté el pelo a la moda, comencé a vestirme con ropas mas actuales, decía palabrotas, escuchaba nueva música, y hablaba todo el dia con Norberto o de Norberto..

Siempre me decía te voy a llevar a debutar , esto es a coger por primera vez con una mujer y yo ponía excusas. No me interesaban las putas, no me gustaban las mujeres , pero cómo reconocerlo a un heterosexual tan vital y donjuanesco como Norberto.... Cómo decirle que detrás del chico virgen había un puto desesperado por su primera pija, un homosexual "degenerado" que se hacía la paja pensando en su culo chiquito redondido y parado.....Cómo reconocer esa ansiedad por su cercanía, por el calor de su cuerpo de macho...... Como decirle: soy maricón y me enamoré perdidamente de vos, perdoname.....

Comencé a visitar su casa, a conocer a su familia, me hice amigo de su hermana, me invitaban a reuniones familiares, era uno mas de ellos. Algunos de sus familiares me miraban con cierta desconfianza., otros con simpatía. El padre me ponía como ejemplo del estudiante ejemplar, de altísimas calificaciones. El hijo ideal de su mamá sola. Yo que me sentía una piltrafa.... Norberto recibía comentarios sobre mi excelente desempeño académico y críticas al suyo. Para sus padres yo era el paradigma de lo que su hijo debía hacer, pero para mi, Norberto era todo lo que yo quería llegar a ser......

En una de esas visitas a su casa, hubo una tormenta y las calles se anegaron completamente. Como debía esperar hasta que las aguas bajaran, fuimos a su cuarto a escuchar música. El se quedó en calzoncillos, de estilo boxer color celeste claro, echó a su perra Fraulein y cerró la puerta con llave.

Puso un long play, de Fausto Pappetti, muy pero muy sensual y me dijo si quería que me enseñara a hacerme la paja. Que no podía creer que no supiera hacérmela. Me puse colorado como una remolacha e incómodo como la Reina de Inglaterra en un baño público de Calcuta.

Le dije que no quería que no me gustaba...... Si que te gusta la paja decía él y hasta que vos te atrevas a coger con una mujer van a a pasar años, mejor que aprendas a darte placer ........ Apagó la luz del velador y se tiró en la cama. Sacate la ropa me dijo, no seas maricón, la palabra me dolió porque yo sabía que era maricón y gay y trolo. Pero el la dijo sin intención y sin el sentido usual. Se levantó de la cama y me ayudó a sacarme la camisa y yo me quité el pantalón y los zapatos y el me sacó las medias con suavidad. Quedamos los dos en calzoncillos sobre la cama mientras tronaba y llovia y Pappetti seguía tocando con su trompeta maravillosa.

Veni acércate me decía y nuestros cuerpos casi se tocaban a todo lo largo, y el comenzó a masajear su pija buscando una erección y cuando la tuvo para mi deleite y vergüenza, se quitó los boxers.

Notó que yo ya estaba erecto y me hizo sacar los calzoncillos. Era el momento de la verdad........ Tocate me decía y yo repasaba mi pija mas pequeña que la suya que era gorda y enorme, con su cabecita bien afuera con forma de hongo. Pajeate asi, y agarraba su polla hermosa blanca gruesa y dura con toda la mano derecha, esta es "la técnica del misionero o del puño" me decia, a ver hacela vos, y yo repetía sus movimientos....Luego dejó cuatro dedos sobre su pija en diagonal y un dedo por debajo y me dijo esta es "la cuatro dedos", vamos hacela casi gritaba, y luego me enseñó "la lapicera", la del revés con la mano izquierda, la de la seda, con una tela que se frotaba sobre la pija una y otra vez.

Trajo un lubricante y se lo pasó por toda su pija erecta y brillante y para mi sorpresa por la mia y seguimos masturbándonos, y el me seguía indicando técnicas, "el paraguitas", donde se acariciaba especialmente la cabecita, ya lubricada por el pre –semen, y finalmente entre otras variantes, "la cambiadita" en la que el tomó mi pija ya erecta al máximo y llevó mi mano a su pija mas grande y totalmente dura, y por primera vez toqué una verga ajena, y me maravillé por su calor, su suavidad, lo tirante de esa piel llena de sangre , de ese trozo de carne salpicado de venas , de esos huevos llenos de leche que colgaban mas abajo, y me olvidé de las técnicas y apreté y subi y bajé y el gemía y hacia lo propio conmigo , ay guacho como me la estas apretando gritaba y yo comencé ingenuamente a llorar cuando vi mis cuatro chorros de semen volar por los aires y el acabó con un grito en ese mismo momento y en la oscuridad mientras su verga tan deseada llenaba el espacio de su leche , busco mi boca, mi boca virgen, sin aliento y sin saliva, mi boca casta y desperdiciada, y abrazándome con una ternura infinita, me besó dulcemente , con un beso de vida lleno de calor, lengua y saliva. Era como darme respiración artificial con un beso largo apasionado y profundo, como nunca hubo otro en mi vida, como nunca lo habrá....

Fue nuestra única vez, porque al poco tiempo dejó de estudiar y no nos volvimos a ver más......

galansoy

Hola a todos. Espero les guste este relato que dedico a todos los lectores jóvenes de edad o de corazón. Escríbanme a galansoy@hotmail.com y por favor si les gustó, valoren este relato. Besos argentinos de g.