El estrés y otros factores - ¿Podemos ser amigos?

Incluso si a Dayer le gusta tratarlo de forma dura y fría, cerrarle la puerta en la cara, lesionarle la mano y echarle a perder toda su cama, Alejo no podía estar verdaderamente enojado con él.

CAPÍTULO 2 - PODEMOS SER AMIGOS?

Los dos hablaban tan bajo en la mini sala de su celda, por lo que era casi imposible escuchar la conversación entre ellos Alejo y Diego desde el apartamento vecino. Diego estaba bastante ansioso por saber  y pedía conocer la respuesta a la pregunta, pero Alejo se guardo la repuesta verdadera y le dio otra a Diego.

-No es gay, le gustan las chicas. Respondió Alejo muy confiado y con una pequeña sonrisa.

Él sentía que, al hacerlo, él estaba ayudando a Dayer a mantener eso en secreto. Pero quién sabe, puede que Alejandro tenga motivos personales para no hablar sobre la verdadera condición de su vecino?

Alejo  quiere ser amigo de Dayer, eso está claro,  su vida siempre ha sido normal y aburrida, incluso sus amigos son comunes y no particularmente interesantes en términos de caracteres. Así que, esta vez, accidentalmente descubrió que Dayer es bisexual, y que una extraña curiosidad nació en él desde el momento que lo supo. Alejo estaba haciendo esto solo para tener que contarles a sus nietos cuando sea un anciano senil y nada puede ser más interesante que hablarles a tus nietos de su mejor amigo bisexual cuando era joven.

Ni el mismo Alejandro estaba seguro de que tendrá nietos cuando sea un hombre mayor pero no perdía la esperanza de que algo interesante pasara en su vida.

Ya era de día, Alejo salió de su habitación con el pelo totalmente mojado y llamó a la puerta del apartamento de al lado. Después de llamar un buen tiempo, Dayer involuntariamente abre la puerta, y Alejo le dio una brillante sonrisa mientras decía:

-Vecino, nos quedamos sin agua en los tambores ¿puedo pedir prestado su baño?

-No. La puerta se cerró.

Alejo sabía que Dayer era una persona fría, pero no esperaba que fuera de esa forma con él o con su sonrisa que al parecer no tenía ningún efecto o ayuda en absoluto, pero rendirse no era una opción y al día siguiente, se encontraba frente a la puerta de Dayer y volvió a tocar.

-Vecino, puede prestarme las notas de ayer? Me sentía un poco mal y falte.

-No. Y como ayer, la puerta se cerró en su cara.

Al tercer día, Alejandro estaba siendo algo descarado.

-Vecino, ¿puedo usar su baño? No puedo aguantar más y Diego está usando el baño de nuestro apartamento.

-No. La puerta volvió a cerrase en su cara.

En el cuarto día, Alejo ya se había rendido.

-Vecino, ¿puedes prestarme algo de Azúcar?

-No.

Justo cuando Dayer está a punto de cerrar la puerta, Alejo puso su mano en el marco de la puerta, diciendo:

-Dayer, eres un imbécil, ¿sabes? ¿Cómo puedes tratar a su vecino lindo y amable que es más joven que usted así? Si te atreves a tratarme así, te reto, cierra la puerta y aplasta mis dedos.

Alejo pensó que Dayer no cerraría la puerta, y Dayer pensó que Alejo definitivamente no dejaría su mano, por lo que cerró la puerta.

Después de eso vinieron los gritos de dolor de Alejo cuando la puerta se cerró, el tiro le salió por la culata. La mano de Alejo estaba tan roja y solo podía saltar alrededor por el dolor, soplaba su mano mientras le daba una expresión atroz a Dayer, como si eso fuera a calmar su dolor. Ni siquiera tenía tiempo para gritarle alguna grosería, sólo podía exclamar palabras para describir el dolor.

Su mano comenzó a hincharse y a ponerse mucho mas roja, Dayer frunció el ceño mientras sacaba al adolorido Alejo del pasillo y lo metía en su apartamento, ¿Quién dijo que pusieras la mano allí?! Por su tono, Dayer no mostraba signo de remordimiento en alguno. La mano de Alejo estaba empezando a temblar de dolor y él sospechaba que sus dedos estaban rotos. Sus ojos estaban llenos de lágrimas cuando miró a Dayer diciendo:

-Rápido, en mi habitación tengo un botiquín de primeros auxilios con una crema de mi madre. Podrías buscarla?

-Maldita sea, que molestia eres.

A pesar de lo que dijo, salió de su apartamento y se fue al lado. Diego, que estaba jugando juegos de computadora en ese momento, se sorprendió al ver a Dayer entrar y hacer un lío en la cama de Alejo como si fuera un perro, antes de que continuara desordenando las camas, Diego le hablo:

-Ehh, ¿qué es lo que buscas? "

-El botiquín de primeros auxilios. Exclamo Dayer, quien finalmente lo encontró en la esquina de la cama dentro de una bolsa. Él lo tomó, y se marcho.

-El botiquín? Diego estaba lleno de curiosidad, corrió hasta la puerta de la habitación de al lado y puso sus oídos sobre la puerta.

Dentro de la habitación Alejo se hablaba con Dayer, ¿Todo este departamento es para ti solo? Miró a su alrededor y se enteró que sólo había una cama. La cama de Dayer estaba en la misma pared que la suya, en otras palabras, sin la pared, Alejo casi ha estado durmiendo literalmente al lado de Dayer.

Dayer no respondió al abrir la botella de crema.

Alejo quería arrebatarle la botella, preferiría hacerlo el mismo.

-Dame tu mano. Dayer tomó algo de la crema y más o menos la frotó en la mano de Alejo, pero como siempre, él no era siquiera suave.

-Aaaaay, ¿Podrías dejar de ser un Idiota? ¿Te va a matar ser un poco más gentil?.

-Gentil? Eso no importa, te va a doler de todos modos.

-¡Ay, ay, ay! No quiero que esto me pase nunca más! Sigues siendo igual de duro a pesar de que mi mano está hinchada. Alejandro estaba muy disgustado con la forma de aplicar la medicina de Dayer.

-Deja de ser ruidoso, compórtate como un hombre.

Diego podía oír lo que decían, pero no podía ver lo que estaban haciendo. El estaba siendo muy creativo con lo que imaginaba, tanto que podía sentir como algo pasaba en sus pantalones, finalmente, en voz baja volvió a su habitación. Después de un corto tiempo, Alejo volvió enojado y Diego lo observó un rato antes de preguntar:

-Pana, de vuelta tan pronto?.

-¿Qué quieres decir con “tan pronto”? Voy a morir de dolor.

-La primera vez siempre es dolorosa. Diego murmuro mientras seguía jugando en su computadora.

Alejandro sintió que las palabras de Diego eran bastante extrañas y raras, pero él no pensó demasiado en eso, al ver el desorden que Dayer hizo en su cama, que ahora estaba literalmente en la parte superior, se dispuso a ordenar nuevamente todo.

Por la noche, Alejo no podía dormir por el dolor en su mano, así que él puso su oído en la pared, para escuchar si había alguna conmoción en el otro lado de la pared, pero no podía oír nada.

-Hola, Dayer. ¿Puedes oírme hablar? Alejo le dijo en voz baja a la pared.

-¿Hola? Las paredes no eran tan espesas, por lo que él debería de ser capaz de escucharlo o eso es lo que sentía Alejandro.

Después de un largo rato, del otro lado Dayer no tuvo ninguna reacción, pero Diego empezó a hablar desde su cama diciendo:

-¿Hola? ¿Estás loco? ¿Me vas a dejar dormir o no?.

Alejo entonces guardó silencio y se mantuvo cerca de la pared antes de dormirse.

Incluso si a Dayer le gusta tratarlo de forma dura y fría, cerrarle la puerta en la cara, lesionarle la mano y echarle a perder toda su cama, Alejo no podía estar verdaderamente enojado con él.

Los amigos deben de comprometer algunas cosas.


Alejo consideró tener muy mala suerte, justo esta semana le tocaba comenzar su nuevo trabajo ordenando libros en la biblioteca y ya se había lesionado la mano. Su primer mandado fue entregar varios libros a una clase en los últimos pisos. Había una enorme pila de libros siendo cargada por Alejo en sus manos y otra más en su bolso. Su mano derecha era incapaz de conjurar cualquier fuerza, por lo que sólo podía usar su brazo derecho para llevar los libros.

Como si su suerte no podría empeorar, el timbre sonó y la mayoría de las clases salió, los estudiantes le estaban empujando por toda la escalera, su brazo muy cansado no resistió mas el peso de los libros y todos cayeron al piso.

En ese momento, una mano atrapo algunos libros antes de que tocaran el suelo, Alejo agradeció desde el suelo, mientras recogía algunos libros. Cuando levantó la vista y vio a Dayer, se sintió con un poco de suerte.

-Gracias. Ayúdame a entregarlos. Alejo expresó su agradecimiento mientras arreglaba nuevamente la pila de  libros.

Dayer puso los libros de vuelta en la parte superior de la pila que Alejo sostenía y le  dijo:

-Yo en ningún momento he dicho que te ayudare a llevar los libros.

-Técnicamente hablando, tú fuiste el que me rompió la mano, te va a matar a ayudarme? Alejo le dio una mirada implacable a Dayer, si no fuera por el hecho de que son bisexuales, Alejo  no quisiera tener un amigo como él.

-Estas siendo demasiado ruidoso, no te ayude a aplicar la medicina?.

Alejo caminaba adelante mientras Dayer caminaba unos pasos detrás. Alejo estaba caminando y  se giro de nuevo a mira fijamente Dayer, diciendo:

-Te atreves a decir que, ¿Que considere que me aplicaste la crema? Me pusiste la crema como si estuvieras tratando con una piedra y  ahora mi mano esta como un bollo.

Dayer no dijo más y superó a Alejo.

Alejo miró la figura de Dayer cada vez más lejos y comenzó a caminar más rápido para alcanzarlo.

Un día, caminaras gustosamente a mi lado.---

Continuará...

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