El estrés y otros factores - Normal

¿Alguna vez se enamoraron de una persona tan fría y odiosa que no sabían si su amor podría ser correspondido? Alejo tiene las mejores intensiones pero la autoestima por el suelo. *Tiene partes eróticas pero no en este capítulo*

CAPÍTULO 1 - NORMAL

Alejandro es el tipo de persona que no voltearías a ver en una multitud,  nunca es notado por nadie y podría desaparecer sin que lo percibieras.  Lo mismo se repite todos los días, ya es casi una rutina. Desde pequeño pensó en dejar los estudios, vivir como un vago y ser mantenido por sus padres pero al ser pobre, ese pensamiento de su niñez desapareció con el tiempo. Se imaginó una vida emocionante, siguiendo a los delincuentes y deteniendo a narcotraficantes como en las novelas que tanto le encantaban a su madre, pero hoy en día, es muy complicado enfrentarse a ese tipo de cosas y disparar un arma no está entre sus planes de vida. También imaginó vivir una vida romántica, llena de amor y apasionada como en las películas pero es casi imposible encontrar una mujer agradable que le pudiera ofrecer todas esas cosas que él buscaba, siendo casi que invisible para todos a su alrededor.

Así, al final del día, nuestro querido Alejandro es sólo un chico muy normal e invisible. Tiene la autoestima un poco baja, pero no se siente triste por esas cosas, la mayoría de las veces,  Alejo como le dicen sus padres esta  sonriente y feliz de estar vivo.

Su mayor sueño, en definitiva, es tener una esposa, dos bellas hijas y una humilde casa donde pueda estar hasta el final de sus días pero mientras eso pasa, Alejandro se preocupaba por empacar todas sus cosas.

Después de graduarse de de bachiller, Alejandro paso por uno de los peores y mejores momentos de su vida, debido a que no logro pasar las pruebas y entrar a una buena universidad, duro un año entero trabajando en la tienda de sus padres, hasta que su madre no soporto verlo más tiempo en casa y se puso en contacto con todas sus amigas. Luego de varios días de espera, logro conseguir ayuda para su hijo en una buena universidad, solo que era algo lejos de casa y tendría que irse por un tiempo.

Luego de pasar un año sin tocar o siquiera escribir en una hoja, Alejo estaba muy nervioso por como seria la universidad y por la clase de retos que le esperarían detrás de las puertas del conocimiento más avanzado, un lugar conocido por ser el hogar de grandes sueños y expectativas que él esperaría cumplir.

Fue un poco difícil despedirse de sus padres y mucho más difícil ver a su madre llorar por apartarse de su único hijo,  Alejo comprendió que debía volver como un hombre del que sus padres pudieran sentirse orgullosos por lo que se fue con una sonrisa. Luego de siete largas horas de viaje, Alejandro piso la ciudad que le abrió las puertas para continuar con sus estudios, el viaje fue agotador y largo pero todo esto valía la pena.

Espero un buen rato para ser recogido por su tía en el terminal de buses y solo para ser dejado en una residencia para estudiantes cerca de la universidad, la residencia era un pequeño edificio de tan solo tres pisos con diez apartamentos eso lo supo solo con ver los timbres de la puerta pero lucia distinto, el edificio tenía algo que lo hacía ver majestuoso.

Alejandro ya tenía un buen tiempo admirando la estructura del edificio, sumido en sus pensamientos, pero una voz lo interrumpió, diciendo:

-Disculpa, eres nuevo? Estas perdido? Lo digo por todas esas maletas que traes.

Alejandro pensó que esa fue la suposición más tonta que había escuchado en su vida, era obvio que él es nuevo, se dio la vuelta para ver quién era la persona que le hablaba y ahora frente a él se encontraba un chico que a su parecer era bastante feo y raro, “ él feo ” como decidió llamarlo al no saber su nombre, tenía en sus manos unas bolsa de una reconocida cadena de súper mercado, el chico feo volvió abrir su boca, diciendo:

-Tu nombre es Alejandro?  Creo que eres mi nuevo compañero, mi nombre es Diego.

-Sí, me llamo Alejandro, es un placer. Alejandro sonrió mientras detallaba un poco mejor a su nuevo  compañero, Diego. Luego de un rato noto que no es tan feo como pensó y que los  brazos de su nuevo compañero son algo formados, así que llego a la conclusión de que ese chico es uno de esos locos por lo fitness.

-Cuántos años tienes? Diego lo saco de sus pensamientos con una nueva pregunta y al final agrego “Yo tengo 21”.

-Tengo 16. En realidad, Alejo tiene 18 años, pero le encanta mentir sobre su edad, le parece algo  divertido pero Diego no es tonto y le pareció algo sorprendente la edad de Alejandro.

-16? Eres tan joven, debes de ser un genio para estar estudiando en la universidad.

Luego de entrar a su nuevo apartamento compartido, Alejandro se sentía muy raro, el espacio era muy pequeño, casi que la celda de un prisionero pero era lo que sus padres podrían costear así que puso la mejor de las sonrisas y acepto. La sala-cocina era una decepción pero la habitación era un poco más grande, lo primero que noto fue la litera, el montón de revistas con contenido pornográfico por todos lados y las pesas en el suelo No se equivoco con Diego, si es un fanático del mundo fitness Aparte de eso, él Diego es bastante agradable.

Organizar sus cosas no fue para nada complicado, establecieron sus reglas rápido y Diego le explico lo básico sobre las residencias, sobre cómo llegar a la universidad y sobrevivir sin meterse en problemas pero eso no sería algo difícil para Alejo, después de todo, el es casi nulo para todo el mundo. mm, ¿Qué será de mi vida universitaria? Pensando en eso, Alejo se quedó dormido.

En clases todo fue muy normal, su profesor se presento y como siempre, desapareció para los demás hasta que volvió a casa. Alejo no tenía nada que hacer y se ocurrió salir a recorrer un poco más los alrededores. En el camino compro algunos dulces y unas películas para entretenerse un rato, de regreso al dormitorio. La ciudad era muy linda de noche, escuchaba los autos que pitaban sin parar, las motos iban a gran velocidad, las personas caminaban de un lado  otro y se sentía extraño, todo esto era diferente en su ciudad, en la que nunca pasaba nada diferente o nuevo.

Admiró nuevamente la fachada de su edificio, su nuevo hogar, paso un rato mas antes de subir a su habitación pero un chico un poco más alto lo saco de sus pensamientos.

-Eres el compañero de Diego? Puedes decirle que deje de estar haciéndose la paja a mitad de la noche en el baño? Sé que es su baño y pueden hacer lo que quieran pero es que ese pervertido gime muy fuerte y su baño da con nuestra habitación y no nos deja dormir. Esas cosas son malas para el cuerpo, deberían de saberlo.

Alejo no sabía que responder y no tenía ni tiempo de pensar en algo debido a que el chico que le estaba regañando por no dejarlo dormir ya se había marchando. Alejandro subió a su mini apartamento y estaba usando las llaves para abrir la puerta pero estas no funcionaban, por lo que pensó que Diego estaba encerrado tocándose a si mismo, entonces golpeó la puerta con fuerza, gritando en repetidas ocasiones.

“Diego! ¿Por qué cerraste con seguro la puerta?”

“¿Te estás masturbando de nuevo?”

“Esas cosas no son buenas para el cuerpo, abre la puerta ahora!”

Después de un buen rato de gritos, la puerta de la habitación de al lado se abrió, y Diego asomó la cabeza diciendo: "Alejo, ¿por qué estás gritando esas estupideces?" El rostro de Alejo cambió mientras miraba a la puerta, él no sabía qué hacer, grito todas esas tonterías por el enojo que tenia al ser regañado.

"Jaja, mi pana, yo solo estaba bromeando, no se moleste conmigo--" Dijo todas esas cosas para Diego, quien se encontraba al lado pero la puerta en la que estaba parado gritando se abrió y Alejo hizo todo lo posible para mantenerse calmado mientras levantaba la cabeza lentamente y veía la cara del tipo que salió.

Es muy guapo y con esos rasgos faciales afilados desprende un aura cool, como de chico malo *fue lo primero que pensó * Sus ojos negros miraban al casi invisible Alejo y sus labios se curvaron ligeramente hacia arriba. Si no fuera por el buen autocontrol de Alejandro, ya habría subido sobre ese tipo y le estaría dando besos.

"Disculpa, mala mía!", dijo Alejo y se apresuró a regresar a su habitación.


Al pasar los días, Alejandro se enteró de que el nombre del tipo es Dayer. Pronto, todos en la universidad hablaban del tipo que se la paso por todo el mundo viajando y que ahora volvió para estudiar, no sólo las chicas del 1er semestre se babeaban al verlo, sino también las chicas mayores. Pero Dayer es muy frío con todo el mundo, su personalidad es un asco y tiene una buena posición económica por lo que no le importa mucho los asuntos de otros.

El pobre Alejo no podía dejar de pensar en ese tipo tan atractivo y en lo afortunado que era en ser su vecino, quizás así tendría la oportunidad de ser su amigo, él quería llegar a conocerlo mejor. Su mente maquino muchas cosas pero su principal problema seguía siendo el mismo, su baja autoestima y su poder de no dejar de ser invisible para las otras personas, Alejo podría ser el chico más amable del mundo pero eso nunca le funciono ni para que una chica le mostrara su sonrisa, como le funcionaria con el chico mas odioso de la universidad?

Muy pronto, en su salón todo el mundo sabía sobre Dayer, pero nadie tenía ni idea de quién era Alejo. Ese mismo día, Diego volvió un poco temprano de la universidad, miró extrañamente a Alejo, tanto así que lo puso bastante incómodo.

"Alejandro, ¿Puedes ayudarme con algo?" Exclamo el chico con una mirada intimidante.

"¿Por qué tengo que ayudarle?" Respondió Alejo casi al instante.

Diego lo pensó un momento y volvió a hablar "Si me ayudas, el mes que viene pago la renta por los dos."

Los ojos de Alejandro inmediatamente brillaron, esa era una muy buena condición para ayudar, tanto así que casi al instante respondió con un gran "¿Qué debo hacer?"

"En realidad, es muy simple. Solo le tienes que preguntar al pana del al lado, Dayer, si es gay."

En realidad, Diego estaba algo molestó porque algunas de las chicas con las que sale ya fueron rechazadas por Dayer, un buen montón de chicas, a pesar de que el semestre se inició hace sólo unos días, por lo que, todo el mundo sospecha que es gay y él quería averiguarlo para sus amigas.

-¿Y porque tú no lo haces? Alejo quería saber la razón por la cual era sobornado para hacer tal pregunta.

-No tengo el valor y no quiero que piensen que soy un marica también.

-Sólo le tengo que preguntar eso?

-Es una simple pregunta, lo haces y pago la renta completa yo solo el mes que viene. Esto tiene que ser suerte, fue lo primero que pensó Alejo antes de aceptar.

Alejandro ya no podía esperar, se quedo parado detrás de la puerta y cuando escucho que alguien subía, miro y por casualidad, vio a Dayer, quien estaba regresando a su apartamento.

"Hey, pana, espera momento!” Alejo llamó a Dayer.

Dayer se volteo a mirar al ruidoso de Alejo mientras murmuraba algo, "Umm, tengo algo que preguntarte." Alejo no quería perder el tiempo.

"Mhm?" Solo ese extraño sonido se escucho de Dayer.

"¿Te gustan los chicos?" La pregunta fue tan directa que el mismo Dayer abrió los ojos impresionado.

En la puerta de al lado, Diego solo observaba a distancia, le pareció algo muy Idiota de parte de Alejo preguntar de esa forma tan directa. Dayer solamente arrugo la cara y sus cejas decían que estaba molesto, dejando claro que no tenía intención de responder a una pregunta tan idiota.

Alejandro noto que fue muy descortés al preguntar de esa forma y temía que Dayer podría malinterpretar las cosas, por lo que de inmediato agregó: "No pienses mal de mí, no me gustas, pero alguien me pidió que te preguntara”.

"Yo no dije nada." Eran las primeras palabras que escuchaba de ese chico y debido a la honestidad de Alejo, Dayer se comenzó a reír.

"Así que, ¿Eres gay, bisexual o algo así?" Alejo estaba empezando a ser un poco impaciente y ansioso.

Al ver a  Alejandro tan ansioso, Dayer lo pensó por un momento, se acerco un poco más, y le susurró al odio: "Chicos, chicas, yo me como todo."

La frase tan seductora de Dayer le provoco un sarpullido en todo el cuerpo a Alejandro, el aire que exhalo tan cerca de su oído, le puso la cara totalmente roja. Dayer entonces sacó su llave para abrir la puerta e irse pero Alejo se aferró a ella antes de que cerrara, es solo por curiosidad pero, bajó un poco su volumen y preguntó: “¿Por qué te gustan los chicos?”

Dayer no dijo nada y estaba a punto de cerrar la puerta, Entonces Alejo usó su mano para detenerla y decir:

“Es porque cuando te quitas toda la ropa y te das cuenta de que tienen lo mismo, se siente mas cómodo, es por eso que te gustan los chicos?” Alejo siempre pensó que era por eso qué a algunos chicos les pudiera gustar otros chicos y esta era la oportunidad perfecta para confirmar con otro homosexual como él.

"¿Eres idiota?" Dayer lo empujó del marco de su puerta y luego cerro.

Pero Alejo se negó a renunciar a  las respuestas que quería, él era una persona muy curiosa y Dayer sería su nuevo objeto de estudio. Alejo sentía tanta curiosidad que algo extraño comenzó a nacer en su corazón. Mmm. ¿Le gustan los chicos y chicas? ¿No es que sólo en las películas se ven a los chicos bisexuales? Y sin pensarlo dos veces, se pega en la puerta y grita solo para Dayer : "No deberías de ser tan glotón y dejar algo para los otros."

Dayer soltó una risa ligera en su habitación.

Sin tener idea de nada, uno de los sueños de Alejo se estaba haciendo realidad en ese momento. El había logrado lo que no habían podido lograr otros, que Dayer lo recordara---

Continuará…