El esposo de su amiga III
Lorena tras lo ocurrido en la boda intento esquivar al marido de su amiga. Pero el destino volvió a reunirlos en un centro comercial, y tras un café, la misma se ve forzada por el hombre a entrar en uno de los baños comerciales, donde fue nuevamente penetrada por el mismo, con corrida interna incluida.
Lorena no daba crédito. Ahí estaba ella con el marido de su amiga, en la habitación contigua a la de su amiga, mientras comprobaba como Richard se había vuelto a empalmar de nuevo pese a la copiosa eyaculación que había tenido hacia poco tiempo. Pese a que, tampoco le hubiera venido mal una segunda cogida por aquel semental, ella fue más cautelosa, y se lo impidió, invitándolo a que saliera de la habitación.
Richard, también se encontraba cansado de lo agotador del día, y, aquel tremendo polvazo que le había propinado a la amiga de su mujer lo había terminado de relajar. Por ello tampoco puso mucho énfasis en permanecer en aquella habitación, por lo que aceptó la invitación de la mujer y marchó a la habitación donde dormía su esposa. El sabía que aquella no era la única ocasión en la que iba a tener aquella hermosa mujer.
Ya en su habitación, se hecho en la cama al lado de su esposa, la cual dormía plácidamente la borrachera. En ese momento recordó el cuerpo de la amiga de su mujer, y noto que se le volvía a endurecer el nabo. De todas las mujeres que había tenido, no recordaba otra con un cuerpo tan suculento.
Lorena, por su parte, tras marchar el marido de su amiga, se quedo pensando en lo ocurrido, pero pronto el agotamiento del día, los tragos ingeridos, y el tremendo polvo, terminó por dejarla plácidamente dormida. Al día siguiente regresaron a sus respectivos domicilios sin hacer comentario alguno al respecto. No obstante, Lorena también intuía que habría más encuentros con aquel hermoso semental, aunque ello supusiera un verdadero peligro, no solo si llegaba a conocimiento de su amiga o de su esposo, e incluso la posibilidad de que hubiera quedado embarazada. Menos mal, que le bajo la regla, ya que paso bastantes días preocupada, con el pensamiento en haber sido cogida en época fértil.
Lorena no obstante lo sucedido, continuó visitando a su amiga en la casa de la misma, aunque trataba de no quedarse a solas con Richard, ya que suponía que sería capaz de tomarla allí mismo. Ya conocía como trataba a la joven domestica, a la que estaba segura que se la continuaba cogiendo a espaldas de su esposa. Y, de esta manera pasando los meses. Hasta que, la pasividad sexual de su esposo, llevó a que Lorena a retomar aquellos pensamiento morbosos, soñando con volver a ser tomada por el marido de su amiga. Nuevamente comenzó a masturbarse pensando en aquel hombre que la tenía trastornada, haciendo que su pasión por un nuevo encuentro se hiciera cada vez más anhelante.
Transcurrieron seis meses después de lo ocurrido, cuando un buen día, mientras Lorena se encontraba de compras por un Centro Comercial situado en las afueras de la ciudad, cuando de repente alguien se la acerca por detrás y le llama:
-¿Dónde vas preciosa?. ¿Qué tal de compras ?-
Ella se giro, sorprendida al reconocer la voz del marido de su amiga. Se detiene y sonrojada, dándose cuenta de que éste iba bien vestido, con un pantalón, chaqueta y corbata. La realidad es que aquel traje le queda bastante bien, y además le hacía mucho más atractivo. Le costó reaccionar de la impresión, contestándole: Hola eras tú Richard. ¿No te había visto ? ¿ Qué haces por el centro comercial?,..¿No me digas que también estas de compras ?
- No. Había venido adquirir unos productos a una tienda, y pensé en tomarme un café. Ya que te he encontrado ¿Qué tal si te tomas un café conmigo ?. Le manifestó, casi tomándola por el brazo a la mujer para llevarla a la cafetería más cercana.
-Bueno . –le contesto ella, algo intranquila ante la presencia del hombre, al que llevaba tiempo esquivando, pero al que en el fondo anhelaba verlo.
Tras sentarse en una mesa y pedir unos cafés, ella se puso algo nerviosa al ver como la miraba y le dijo:- ¡ Ay Richard no me mires de esa forma !
-¡ he visto que llevas tiempo tratando de esquivarme desde aquella vez!. “Volver a verte, es todo un placer”. Además estas radiante .- le contesta el sin quitarle el ojo de encima.
-Ay Richard ¿no es que trate de esquivarte?. Pero no quiero que vuelva a ocurrir nada más. Lo sucedido en la boda fue una locura . – le dice ella sonrojada.
- Pues yo no me arrepiento ni un ápice. Eres una mujer muy hermosa. Y “me gustaría volver a tenerte de nuevo”. Le manifestó el hombre sin apenas inmutarse.
-¡ estás loco!. Ni lo sueñes- le contesto ella revolviéndose sobre su propia silla ante la propuesta del hombre. No se esperaba que fuera tan directo.
El la mira fijamente a los ojos, y casi acercándose a su cara, le dice casi al oído. ¡ No te creo!. ¡Sé que aún recuerdas mi tranca!. Me apuesto lo que sea a que anhelas que vuelva a meterte mi polla hasta los huevos!. … ¡¡Ahora mismo te clavaría sin contemplaciones!! .-
Lorena se excito ante aquellas palabras. Sin poder evitarlo noto como se mojo su braga. Era como si el cabronazo del marido de su amiga supiera lo que estaba deseando en aquel momento. Pero, estaba en un lugar muy concurrido, y tampoco era prudente estar mucho tiempo con el mismo. Por ella le dijo casi alterada, y casi tropezándose las palabras: - pero Richard…. Por favor “Compórtate”. ¿No ves que estamos en una cafetería y podían oírte?.
-¡¡Pues deseo clavarte ahora mismo!!. Llevo días pensando en tomarte, aunque fuera por la fuerza. Quiero que vuelvas a sentir mi polla dentro de tu coñito. – le contestó aquel casi levantando un poco la voz, poniendo sumamente nerviosa y agitada a la mujer. Al levantar la voz el marido de su amiga, le puso más agitada y miraba para todos lados por si alguien lo hubiera escuchado. Lo menos que quería era dar motivo a un escándalo.
- Por favor Richard. Baja la voz … ¡ Estas completamente chalado !
El la mira fijamente, luego llama al camarero y le pide la cuenta. Tras pagar, la toma del brazo y le dice: ¡ sígueme!.
-¿ pero dónde me llevas ? Le pregunta ella siguiendo al mismo, que la tomaba del brazo, y casi la obligaba a tener que ir con él. Nerviosa sin saber cómo actuar pero por miedo al escándalo, lo siguió.
Mientras caminaba observó que la llevaba hasta donde se localizaban unos baños públicos del centro comercial. Ella sabía que aquella zona no era muy concurrida, ya que estos baños se localizaban en uno de los extremos y muy pocas personas lo usaban.
- pero ¿qué pretendes?. Le dijo casi intentando rezagarse ¿No querrás que entre contigo al baño ? le dijo ella, mientras hacía fuerza para resistirse intentando no seguir. Pero el hombre la tomó de la mano y le dijo: -¿ No creo que quieras que monte en número aquí ?
Lorena enrojeció. Sabía que aquel hombre estaba decidió, y que era capaz de hacer lo que le decía. Por ello, aunque fuera una locura, se dejó llevar, viendo como el hombre con decisión abrió el baño de los hombres, constatando que no había nadie a la vista. Luego abrió el baño destinado a minusválidos, viendo que se encontraba libre, y la hizo entrar cerrando el pestillo de la puerta tras de sí. Aquel baño era el mayor.
Richard, sin decir nada se desprendió de la chaqueta y corbata colgándola de un estribo, e hizo sentar a la mujer sobre la taza del baño, y desabrochándose la bragueta, ante la mirada sorprendida y enrojecida y sorprendida de la mujer extrajo su pene, el cual ya estaba bastante endurecido, y lo puso a la altura de su cara.
- Oh Richard. ¿No querrás que…? le contesto ella, casi tartamudeando, mientras volvía a verificar el tremenda falo del marido de su amiga.
-Eso quiero Lorena. Que me des una mamaba, como una buena putita. Tienes una boca preciosa para ello. Vamos ¡pónmela a punto preciosa! Le dijo de forma autoritaria.
Lorena, al volver a escuchar el tono autoritario del hombre, la excito más, y, como una buena sierva, tomo la tranca del marido de su amiga en su mano, y volvió “ a calibrar la dureza, longitud y grosor de la misma ”. Nada más sentirla en su mano, todo su cuerpo se estremeció. Recordó de nuevo el pene de su marido, y pensó “ la de mi esposo apenas llega a la mitad de esta ”. Le miro a la cara al hombre, y tras darle unas masturbaciones con la mano, procedió a acercarla a su boca.
Ella jamás había cometido una acción similar. En el fondo le parecía algo indecente, pero ante la actitud imperativa del hombre, aceptó. Pronto, sin pensarlo, se vio teniendo dentro de su boca aquel pedazo de carne, al que sin querer poco a poco comenzó a lamer y mamar. Aunque no lo hacía muy bien de entrada, pronto fue tomando carrerilla y en pocos minutos la tranca del Richard entraba y salía de su boca sin grandes esfuerzos. Al propio tiempo, con una morbosidad tremenda, alcanzó con una de sus manos los testículos de aquel hombre, palpándolos, constatando el tamaño de los mismos, mientras más se excitada, especialmente cuando se dio cuenta de que “ aquel macho tenía los huevos cargados ”.
Richard pronto se dio cuenta de que, de continuar por ese camino, la amiga de su mujer le iba hacer correrse en su boca. ¡ El quería follarla!. Razón por la que, se terminó de bajar completamente el pantalón y retirándole el nabo de la boca de la mujer, la levantó del inodoro y ocupó el dicho lugar, sentándose sobre la tapa del mismo.
Lorena, agitada, observó aquel tremendo semental sentado en aquella posición, quien mostraba su tremendo pene que emergía hacia el cielo entre las piernas del mismo. Se estremeció de arriba abajo, al comprobar no solo la enormidad del mismo, que ya conocía, sino la dureza que mostraba ahora. ¡La tenía como autentico mástil!. Reaccionó cuando escucho la voz del hombre: - ¡ qué esperas putita!. “Vamos bájate las bragas y ven” ¡¡¡que te voy a clavar totalmente mi tranca!!!
Lorena, excitada, obedeció, subiéndose un poco el traje, y con cierta morbosidad se procedió a bajar las bragas ante el hombre. Tras quitárselas, las dejo sobre un perchero, se recogió bien el traje por la cintura, abriéndose de piernas para colocarse a horcajadas sobre aquel semental. El hombre, no daba crédito a la tremenda hembra que tenía delante. Su excitación aumento al contemplar el hermoso coño de la mujer, bien arreglado, pero con bastante vello. Y se dijo para sí: ¡ qué buena esta la cabrona! ¡Qué polvo le voy a echar!
La mujer, tremendamente excitada se procede a colocar, abierta de piernas sobre el hombre, al tiempo que va acercando su coño hasta colocarlo a la altura del pene del varón. Dando un suspiro, fue flexionando sus piernas poco a poco hasta que su raja quedo justo a la altura de la tranca del marido de su amiga. Con nerviosismo inusitado tomó el nabo de hombre y procedió a pasar el glande varias veces por su raja, embadurnando el instrumento con sus jugos. Luego tras verificar la cabeza brillante de aquel pene, se fue sentando poco a poco. Al momento Lorena observó como aquel tremendo falo se iba alojando en su cavidad vaginal. – oh “cabronazo como la tienes”… uuf.. Joder me vas abrir otra vez. uff….Dios que grande… oooo
-¡No te quejes putita!. “En el fondo deseas ser clavada por este macho”. ¿A que tengo razón? Exclamó el hombre, a la vez que veía como la mujer terminaba de clavarse la totalidad de su falo hasta la misma base. Richard entonces alcanzó con sus manos el trasero desnudo de la mujer, y tras acariciarlo, lo apretó hacia el, haciendo que su pene se terminara de clavar totalmente dentro exquisito coño de Lorena. Oh… joder…despacio ooo
Lorena se dio cuenta que, en aquella posición, el hombre la tenía a su plena disposición, con todo el pene dentro de su coño. Su excitación aumentó cuando aquel la instó a cabalgarle, haciendo que brincara sobre su nabo, haciéndola desclavarse para luego volver a clavarse aquel fierro una y otra vez. ¿ Te gusta e putita?. ¿Te gusta sentirte bien clavada eh?, …¡así cabalga esta polla!. Voy hacer que te corras como una autentica putita… así vamos continua…
Ese palabreo, y la grosería del hombre, fue el punto justo para que pronto Lorena alcanzara su cenit, cabalgado sin parar aquella tranca, retorciéndose de gusto, e incluso haciendo movimientos giratorios con la polla dentro, que igualmente enloquecieron a Richard. Oh si… oh joder me voy a correr.. siii ooo
Y sin mucha más demora, comenzó un vaivén, cabalgando sin parar la polla del hombre, al tiempo que se echó sobre el pecho del mismo, terminado por contraer los labios de su vagina al máximo, como si pretendiera estrujar con ello el pene del marido de su amiga. Ello resultó suficiente para que se viniera, mientras se retorcía de gusto, con gran agitación, verificando el hombre como los jugos de la mujer no solo bañaban su tranca, sino que descendían bañando sus testículos. Ohhhh siiii
-así putita… ¡te estás corriendo a gusto!..¡a que si!…
Tras terminar, ella se quedó recostada sobre el pecho del hombre, aún teniendo todo el nabo incrustado en su concha. Lo miro a la cara, y entonces el hombre la beso en la boca. Luego éste le dice: - anda preciosa, levántate. Quiero que te pongas en cuatro, que deseo dejarte mi lechita dentro.
La mujer lo mira y le dice: - Pero ¿sigue pretendido correrte dentro?. ¡Tú lo que deseas es preñarme!.... Joder Richard, “me vas a desgraciar”.
- tengo bastante leche acumulada, esperando este momento. No te vas a escapar. ¡Me importa un comino que te preñe o no!. Pero ten por seguro que te voy a dejar bien llena . Le contesta el con ese autoritarismo y machismo característico del marido de su amiga.
Lorena pese a saber las consecuencias, no pudo negarse. Por ello se incorporó, y se puso en cuatro colocando sus manos sobre el inodoro, dejando su trasero a disposición del marido de su amiga. En el fondo ansiaba sentir de nuevo la leche de aquel semental dentro de ella.
Richard al observar a la mujer, como de forma obediente, le deja el culo en pompa, toma su nabo en una mano y lo acerca a la ranura encharcada de la mujer, y, sin contemplaciones, le envaina su pene hasta la misma base: oh despacio ooo - respondió la mujer al ver la bravura de aquel macho.
Sin mucho miramientos, el hombre comenzó a penetrar aquel fabulo coño una y otra vez, aumentando cada vez más el ritmo, de tal forma, que pronto se dio cuenta que necesitaba descargar. Aceleró sus bombeos, y al momento su cliente y abundante semen emergió como un volcán en erupción por su tranca, para terminar saliendo disparado hacia lo más profundo del coño de la mujer.
Oh si… joder ya me viene ooo
Lorena al sentir la primera lechada, se dio cuenta de la potencia y copiosidad del semen del marido de su amiga. Nada que ver con los espermatozoides de su marido, que apenas los sentía. Sabía que ese día estaba bastante caliente y posiblemente ovulando. Aquel semen era tan abundante y espeso, que las posibilidades de un embarazo eran muy elevadas. ¡ Quizás vuelva a ser madre de nuevo ! Pensó. No lo esperaba, pero los genes de aquel macho debían ser bastante potentes, y su nuevo descendiente seguro que se parecería aquel.
Oh … Richard… “lo vas a conseguir”. Joder…”como me has llenado” . Se incorporó le toco los testículos al hombre, y le dijo: -“ te has vaciado dentro”. ¡Qué cabronazo eres!
El hombre le sonrió y diciéndole: ¡ y que lo digas Lorena!. Tenía bastantes ganas de volver a cogerte. Llevaba con los huevos cargados varios días. Ya te dije que, si quedas embarazada, serás la madre de mi descendiente. ¡Ninguna mujer que tú!.
-¡ Serás sinvergüenza!. Y encima…tonta de mi que te he dejado . Dijo ella, mientras se arreglaba, mirándose como aún fluía resto del semen por su vagina.
Tampoco te pongas así Lorena. En el fondo sabes que me deseabas. He visto con que gusto te has corrido. Le manifiesto el hombre terminado de vestirse.
Lorena se limpio nuevamente con un poco de papel y se colocó sus bragas, diciendo, mientras se dispuso a salir diciendor:- Será la última vez. Esto debe acabar.**
El hombre la tomo nuevamente entre sus brazos, acercó su cara hasta la suya y le dijo: - Ni tú misma de lo crees. Sabes que me necesitas. Reconoce que pronto volverás a buscarme, ya que necesitará tener en tu coño una buena polla como la mía. La de tu marido apenas te satisface . Y tras darle un beso, le pasa la mano por su barriga y añadió: - será un placer cogerte bien Preñadita. Uff solo pensarlo se me pone dura nuevamente .
- serás desgraciado ….- Y salido del baño, algo enfurecida con las palabras del hombre, aunque sabía que lo que le estaba diciendo era pura verdad.
Mientras ella tomaba el autobús de vuelta a casa, notaba como su braga estaba empapada. Sabía que no era de sus flujos, sino del semen del marido de su amiga que aún le quedaba dentro. Pensó, ¡ si se llega a entrar su mujer! ¡No me habla nunca más!. Recordó en ese momento como aquel hombre había tomado a la domestica por el trasero, y se estremeció con el solo pensamiento de que alguna vez quiera hacer lo mismo con ella.
continuara