El Esclavo Doméstico (4ta parte)
Aquelarre FemDom, fetischismo, exhibicionismo, ...peripecias de un viaje de un sumiso y una pareja lésbica
El Esclavo Doméstico (4ta parte)
Desperté temprano con el amanecer, quizá por la brisa fría matinal y fue a orinar como pude pese al cinturón de castidad que me obligaba a bañarme todas las piernas en mi propio orine, me asee como pude con el agua del grifo, y me arrodille frente al espejo procurando afeitarme bien, ese proceso me llevo mas de una hora, porque quería quitar todo los vellos de mi cuerpo, incluida las piernas, tuve que retirarme el plus por momento para afeitar también esa zona y solo quedo el área del pene por el cinturón con candado. Espere a las Señoras con ansiedad y porque sabía que vendría otra jornada de rudos azotes. La rutina de azotes diarios a casi la misma hora se convierte por la expectación y la amenaza, por el miedo al dolor que vendrá y la espera mórbida de la bizarra situación en un castigo psicológico adicional…
De mueco Ama J me amarro a la viga, nuevamente empezó la cadencia de azotes, pero con el flogger de tiras cortas, mas quemantes y cortantes que el látigo, y de nuevo mis aullidos sordos. Ama X me había colocado una mordaza y vendaron mis ojos, mientras decía, contaremos nosotras…Zas pas…”Uno”, Zas pas “dos”…zas pas… zas pas….y fueron cayendo hasta el “quince” y luego zas pas “quince”…zas pas “ catorce”…Zas pas “ diecisiete”…” zas pas “ ocho” zas pas “ nueve” y la cuenta aleatoria se torno en un desesperante tormento psicológico pues no sabía cuando terminaría el castigo que iba y venía con numeración sin orden alguno…y mi angustia crecía con cada golpe, donde mentalmente ya superaba los cuarenta y siete azotes según mi cuenta, tenía los ojos irritados y la venda mojada de mis lagrimas y ciertamente ya no soportaba el castigo, cada azote se estrellaba como bomba en mi cabeza. Y finalmente llego el zas pas “ cero” …y caí al suelo pesadamente cuando me liberaron los brazos del techo, me quitaron la mordaza y la venda de los ojos y Ama X comenzó a pisarme la cara y a meter su pie con todo y sandalia dentro de mi boca, Los lamí como pude sin mucho éxito, y a continuación me ordenaron esperar de rodillas frente al hall de la entrada., llegue allí casi arrastrándome, con mis piernas horriblemente mallugadas pues los azotes que se habían concentrado casi exclusivamente en las pantorrillas, la parte baja de los muslos por delante y por detrás, y en la zona alta de la espalda.
Ama X, se aproximo con unos pequeños candados de metal, que rápidamente colocó en muñequeras, tobilleras y en el cuello de modo que ahora no podría, si lo deseara o necesitara, quitarme el atavió de esclavo. En seguida me dijo,
Hoy vas salir, pero serás nuestra sirvienta, o esclava…y por tanto tendremos que ponerte a tono, agradece la idea de la Señora J, que te maquillara los ojos, y la cara…deberás permanecer con los brazos extendidos a la altura de los hombros, de rodillas y sin moverte.
Permanecer de rodillas erguido es una cosa, pero la postura con los brazos extendidos es un tormento, al cabo de pocos minutos los músculos se distienden y los brazos se mueven un poco hacia abajo; y cada vez que eso ocurría,, Ama J se abofeteaba… pausando su labor de colocarme sombra en los ojos y delineador…más rudo fue soportar el maquillaje de las cejas, cada tirón de mis pobladas cejas me dolía horriblemente, y la labor se prolongaba bastante, Creo que termine con las cejas hinchadas pero me agrado que Ama X se regocijaba por mi aspecto de “ Putita ” según decía, fue ella quien me colocó el labial y unos largos aros como zarcillos que aprisionaron bastante mis lóbulos de las orejas…:
Vamos a tener que abrirte unos hoyos para que puedas usar mas zarcillos de verdad,…pero lo haremos luego, cuando te pongamos el otro piercing y el aro en el pene…je je , quizá para tu cumpleaños
Aquella amenaza me heló la sangre, aun recordaba el dolor mas intenso de mi vida, cuándo Ama X me llevo a poner el piercing en la tetilla izquierda cosa que hicieron sin ningún tipo de anestesia, y casi me desmaye en aquella ocasión, al punto que jamás desde entonces me he atrevido a retirarme el piercing por ningún motivo.
Me acercaron un espejo para que me viera con mi nevo aspecto de “putita” y creo que se burlaban con el fin de aumentar mi sonrojo, me daba mucha pena y me sentía full humillado el ser feminizado y obviamente exhibido asi, porque ya sabia que seria expuesto públicamente mientras les acompañaba.
Aun falta tu vestidito, pero no tenemos sino este, pruébatelo, dijo la Señora J, mientras me arrojaba una tela floreada de rojo y amarillo chillón, de un solo corte, sin manga ni cuello que denudaba un poco la espalda y me caía por debajo de las rodillas; era más ancho para mí. Me hicieron posar frente a ellas, burlándose y dándome con la fusta para que pusiera una mano en la cintura y tongonear las caderas.
Ama X uso unas tijeras para recortar el vestido, groseramente, dándole un aspecto descuidado pero con la intención de que quedara a nivel de minifaldas, y se apreciara en todo su extensión las marcas de azotes de los muslos. Hizo otro tanto con la parte de la espalda, de modo que la tijera se encargo de ajustar el vestido para que desnudara toda la parte superior de la haciendo evidentes los azotes de la víspera…entonces comprendí la intensión de usar el flogger y el porqué en esta ocasión se habían concentrado en esa zona. En verdad agradecí que quisieran sentirse orgullosas de usarme como lienzo par las pinceladas dadas con su floggers, y me regocije de serle útil y divertido a Ama X. Incluso ama X opto por ponerme dos pinzas de ropa sobre las tetillas, mordiéndolos, con el fin de que, levantaran hacia adelante la tela para “ disimular un poco las tetas que te faltan putita” ;
Nuevamente debí desfilar frente a ellas, tongoneando las caderas, con las manos en la cintura, caminado en punta de pies y la boca abierta para demostrar mas mi sumisión. Los aplausos de ambas cuando al final repetir el desfile por cuarta vez y el premio de dos nalgadas amainaron mi ruborizado rostro.
“ toma putita, píntate las uñas como puedas, mientras nosotras nos arreglamos para salir”
Sentencio Ama J., acercándome un frasco de esmalte rojo chillón.
En verdad no me motivaba mi aspecto, solo que de momento pude estar erguido y de pies, cosa simple que uno añora luego de cinco días andando arrastrado y de rodillas. Estaba el problema que no sé como pintarme las uñas ni usar el esmalte, así que luego de algún esfuerzo para no pintarme los dedos, me quedaron las manos y pies mal pintados pero al final lograban el efecto de feminizarme, según ellas mismas dijeron al examinar mi labor y hacerme posar frente al espejo.
Yo intente decirles que aun me faltaba calzado, pero fue en vano; primero Ama X me recordó que hablar sin su permiso era una falta grave, y que seria castigado por ello. Me ordenó retirarme el Plus anal y lo sustituyó por un consolador de batería mas grande que el Plus; y lo ajusto con una tira de tela para que no se saliera; resultaba incomodo y me dificultaba andar con el; amen de la sensación de tener aquel tormento vibrando mis entrañas.
Por hablar sin permiso, putita, tendrás ese tormento con baterías nuevas, hasta que regresemos en la noche, creo que ya no volverás a equivócate, je je .
Además, no tenemos zapatos de tu talla, tendrás que andar descalza y combinar con tu cabeza rapada, un completo aspecto de esclava-puta
A la humillación de la feminización forzada, y de la angustia de la exhibición publica, de la ridiculización evidente y de la sumisión explicita debía sumarle ahora la sensación desagradable y permanente de la violación continuada. Reflexiones que pronto se tornaron en secundarias, por las sorpresas que aun me aguardaban.
Las señoras finalmente se aprestaron a salir, encendieron el vehículo y yo esperaba ordenes, porque no iba a a conducir por falta de permiso en ese país; no iría de copiloto; y tampoco estaba bien que fuera atrás co las Señoras adelante.
Claro ya mi inteligente Ama X lo había pensado, y su solución superaba mis expectativas.
Esclava nosotras nos adelantaremos, tu deberás ir a pie, no te tardes, solo tienes que seguir derecho por la avenida unas quince cuadras, girar a la derecha y luego a la izquierda, allí estará un local Café “Excalibur”, donde nos esperaras y pedirás solamente una cerveza, que tienes prohibido terminártela antes de que lleguemos…ahh y por cierto no te tardes ni te distraigas en el camino
Mi angustia era indescriptible, se suponía ahora que debería exhibirme solo, en un país extraño, sin papeles, sin saber el idioma y andar ridículamente trasvertido sin saber si infligía alguna ley o sufría algún percance… pensaba en ello mientras camina cuesta abajo por la calle, donde para mi sorpresa me tope con uno que otro viandante: un señor que paseaba sus perros, un grupo de jóvenes escolares y una señora con bolsas d mercado…y ninguno me prestó mayor atención a mi aspecto, eso me tranquilizaba. Pero el vibrador y el andar descalzo eran verdaderos tormentos. Ya en la zona comercial busque el Excalibur, y vi que era un local discreto y modesto, informal, no muy concurrido y con sillas afuera. Dude para entrar, primero tenias los pies además de adoloridos, sucios, y segundo no sabia como pedir una cerveza. Finalmente me armè de valor y me coloque en un lugar visible pero discreto que pudiera divisar la calle. Cuando se acercó la mesera y me dijo algo que no entendí, intente hablarle en Ingles “ One beer please” y mi cara se puso roja “ ok mistress, wait moment” con un tonillo burlón mientras me desnudaba con su mirada de reproche fija en mis piernas marcadas de azotes y en el colar de mi cuello.
En la mesa contigua un grupito de jóvenes me lanzaban miradas curiosas y las risillas mal disimuladas delataban las burlas de las que seguro estaba siendo blanco.
Al rato de sentirme angustiosamente incomodo, taladrado por miradas de asombro y burlas, apareció Ama X junto a la Señora J y una pareja adicional, un hombre treintón acompañado de una chica delgada de unos veintitantos años. Me levante y aparte una silla para Ama X; que ordeno secamente:
Comienza por saludarnos esclava
Y me arrodille enseguida besando sus pies y los de la señora J. Una bofetada nada disimulada me cruzo el rostro:
No olvides saludar a nuestros amigos esclava
Y aquella orden me derribaba mis ultimes resquicios de masculinidad, al tener que besar los zapatos del desconocido y de la chica que le acompañaba, lo hice sin muchas ganas y de forma muy veloz; pero surtió el efecto.
La esclava requiere adiestramiento, pero ya va aprendiendo
Dijo Ama X, mientras tomaban asiento y me hizo señas con el dedo, hacia el piso al lado de Ella y de chica nueva; lugar donde me arrodille y mi cabeza quedaba apenas por encima de la mesa.
La velada continuó sin prestarme ninguna atención, platicaban en su idioma, reian y me ignoraban, solo al rato, Ama X me obsequió la cerveza que aun permanecía casi intacta sobre la mesa, yo le había dado dos sorbos para disimular en el local, antes de su llegada.
Mi esclava aun no prueba la cerveza …
Y después del sarcasmos, vacio lentamente el contenido del tarro sobre mi cabeza, empapándome, ante las risas de sus compañeros de mesa; luego empujo mi cabeza hacia atrás y ordeno que abriera la boca y mantuviera sin tragar un buche de cerveza que lleno toda mi garganta. Y dirigiéndose a su amiga, que estaba a mi lado, y que recién había encendido un cigarrillo, le dijo
Puedes usarla como cenicero
El tener la boca abierta con la cabeza hacia atrás era difícil, tan difícil como que la luz caía directamente sobre los ojos obligándome a cerrarlos, y lo mas inquietante no eran las cenizas que de vez en vez depositaban en mi boca, con sabor áspero, sino el peligro inminente de la quemadura de la colilla en caso de que no lograra mantener el buche de cerveza en el fondo de la garganta. Ya me dolía el cuello cuando la señorita dejo caer la colilla en mi boca e instintivamente cerré los labios para burbujear desde adentro y apagar la colilla. Y aunque los volví a abrir de inmediato regresando a mi posición previo, Ama X me dio un fuerte tirón de orejas de reprimenda y clavo sus uñas en mi cachete dándome un fuerte pellizco:
Estate quieta putita
Y siguió un rato mas el compartir entre ellos, yo permanecí inmóvil, humillado públicamente ya como sumiso, esclava u objeto decorativo por deseos de Ama X.
Terminaron de compartir y decidieron caminar por el boulevard para ir de compras, yo debía seguir el grupo unos pasos a distancia a tras de ellos; otras veces me hicieron andar unos pasos por delante para verme “tongonear las caderas como puta” y se rían al ver la reacción de los transeúntes ante la escena de ver desfilar una esclava trasvertí que caminaba con las manos en las caderas, descalza con la cabeza rapada y las piernas y espalda marcadas de evidentes latigazos.
Creo que ama X le divertía el mostrar su poder de humillarme como si fuera un bufón a su servicio, por momentos me hacia subirme el vestido para que descubriera parte de las nalgas marcadas y que sonriera en poses cada vez mas obscenas, que imaginaba y ordenaba para filmar y tomar fotografías: unas veces agachándome tocándome el pecho con amabas manos, otras abrazando con una pierna un poste de luz o restregándome viciosamente contra el tronco de un árbol, en escenas grotescas…las risas y nalgadas de Ella y de sus acompañantes me causaban mas morbo y turbación que la humillación y degradación exhibicionista a la que estaba siendo sometido.
En una zona arboleada del parque que estaba al lado del boulevar compartieron unas barquillas, mientras jugaban conmigo; Ama X lanzaba de vez en vez un palito para que corriera en cuatro patas a buscarlo y lo trajera entre los dientes, repitiendo esa extenuante escena, mostrando que podía hacer de mascota; me cacheteaba y ordenaba
Ladra perrita ladra
Y con sonoros guao guao, corría en cuatro patas a buscar la ramita y traerla a sus pies, lo que ella recompensaba extendiendo hacia mi su pierna, y ordenándome lamer de las suelas de sus sandalias porciones de helado de chocolate y fresa que había pisado. Se esmeraba en restregar sobre mi rostro y cabeza la mezcla de sobras de helado y tierra para ensuciarme la cara; y en tomar fotos ante las risas y burlas de la señora J y sus amigos; a quienes animaba a que me azotaran de vez en vez con un látigo corto de dos tiras que cargaba siempre en su cartera;. No eran los azotes lo que me incomodaba, ni tampoco que fueran públicos, sino que me prestara para ser castigado y humillado por su pareja de amigos como si fuera un objeto o mejor una putita que se presta a cualquiera para ser usada o castigada.
En el fondo me agradaba ser centro de la atención de Ama X, importándome menos si eso suponía una degradación, exhibición, maltrato o castigo para mi. Era mejor que se ignorado por mi diosa Ama X.
El resto de esa jornada fue menos divertido pero igualmente intenso, debí seguirles a varios pasos tras ellas, cargando las bolsas de las comprar, medio ignorado por el grupo que camina delante de mi, pero muy apenado al ver el deplorable aspecto que tenia. Mi aspecto lo detalle en el reflejo de la vitrina de una tienda, mientras les esperaba afuera: a la ya escena descrita de travesti sumiso, con marcas de azotes y aspecto esclavo, estaba mi cara y cabeza sucia de mezcla de helado y barro, igual mis pies por el andar descalzo y piernas sucias por el gateo en le parque, además del vestido roto por los cortes con la tijera y muy sucio luego de haberse humedecido por el baño de cerveza y el andar a cuatro patas en el parque.
La poca vergüenza que me quedaba me obligaba a bajar la cabeza mientras andaba por la calle acentuando el rol de sumiso y eso le agradaba a Ama X. Al fina había que regresar a casa; que estaba lo bastante lejos como para que no supiera como regresar, y eso me inquietaba, como siempre Ama X lo había previsto. Fuimos a su coche, deposite las bolsas en el asiento trasero, que ocupaba la pareja de amigos de Ama X; la señora J de copiloto y Ama X me metió en la maleta. Acomodarme adentro acurrucado en espacio tan reducido no era mas difícil que hacerlo en la casita de perros, pero al cerrar la cajuela, la sensación de encierro por la falta completa oscuridad y poco aire, unido a las curvas y frenazos que se sienten mas estando acotado me causó mareo, mucho mayor que la turbación de la humillación pública previa.
Afortunadamente el trayecto fue corto; sentí cuando aparcaron el vehículo y el sonar de las puertas, pero pasaron minutos angustiantes esperando que me sacaran de allí, lo que no ocurrió de inmediato, por lo visto Ama X estaba ocupada con sus visitantes en otras cosas…se había olvidado de mi?, estaba entumecido y sudoroso, me aterra que se agote el aire,…la espera desespera. Nuevamente la sensación de abandono la juzgo peor que la degradación, humillación o las torturas a que era sometido. Me tranquilice pensando en que como siempre Ama X lo tendría previsto e intente dormirme, cosa que no logre, y los minutos se me antojaban eternos. Sentí gran alegría cuando se abrió la cajuela, la Señora J sin mucho miramiento se limitó a decir.
Sal putita holgazana y espera frente a la perrera
Me baje estirándome rápidamente y corrí en cuatro patas , pues sabia que no podía estar erguido frente a las señora, y me coloque en posición de sumisión frente a la perrera, de rodillas, cabizbajo y con las manos tras la nuca.
Ama X apareció al rato junto a sus acompañantes, sonreída dijo:
Quítate tu vestido de puta y ponlo al lado de la perrera, será tu única prenda de vestir para salir de casa, así sea sucio y roto,
Hice lo que me indicó, y luego me arrastró por el collar hacia la viga del pórtico, para ponerme en el suelo boca arriba, con los brazos atados a la nuca, ató entre si mis tobilleras y estas a una cuerda, que extendió haciendo que mis piernas quedaran grotescamente levantadas en dirección a mi cabeza, quedando expuesta las plantas de mis pies, la parte trasera de los muslo y glúteos y elevando mi ano, aun con el consolador, unos centímetros por encima del suelo. En esa posición incómoda, de piernas elevadas por sobre la cabeza, también queda accesible mi entrepierna y mi rostro cercano a las rodillas.
Ama X, comenzó a explorar y acariciar mis cuerpo con la punta de la vara de bambú, acercándola para que la besara.
Aprenderás a tener mas cuidado, serás castigado por tener las patas sucias, aquí solo tus amas pueden estar así para que tu los lamas, pero las putitas deben aprender a andar solamente de puntillas cuando camines en la calle
Y tomando impulso descargo un fuerte palazo sobre mis plantas ennegrecidas, el golpe se transmitió como un rayo por todo mi cuerpo explotando en mi cabeza y dándome un cosquilleo y n ardor increíble en la planta del pie, que exprese con un desgarrador AYYYY
Ama X, se detuvo, extrajo el consolador de mi culo de un tirón, que sentí como liberación al contraerse el esfínter, y me lo introdujo en la boca a modo de mordaza, aun vibraba muy débilmente, y peor esa la sensación repulsiva del sabor sucio del mismo, que me humillaba y degradaba.
Cállate perrita, te daré cuarenta bastinazos, y la duplicare la cuenta la próxima vez.
Era una cifra aterradora, después de diez bastinazos en las plantas la sensación es exasperante y el dolor no permite apoyar los pies en un rato; solo se aguantaba por las pausas en las cuales Ama X se frenaba para pisar con sus sandalias mi escroto y pene, restregando el barro y ocasionando cierta excitación antes de volver a descargar golpes arteros sobre la plastas de los pies, la parte trasera de los muslos y en ocasiones sobre la parte posterior de las piernas, dejando trazos cáusticos de un rojo intenso, más anchos que las trazas de los látigo; igual sobre la parte baja de las nalgas. Yo hacia esfuerzos para succionar el consolador mordaza que purgaba con salirse a cada golpe que me hacia vibrar el cuerpo. E intentaba recordar el número de golpes que llevaba y animarme por la pronta culminación de la tortura.
Conté dieciocho palazos, luego una pausa y la invasión de mi ano con algo que quedaba dentro. Al cabo de otros seis o siete bastonazos, las sensaciones se centraban a lo interior de mi intestino grueso, sentía un ardor desesperante y comencé a restregar y mover mi trasero buscando inútilmente alivio a la comezón interna, ahora los golpes de la vara se me antojaban menos fuertes por la angustiosa comezón, y al oír las carcajadas de los presentes adivinaba que se trataba de otra de las oscuras creaciones de Ama X. Supe después que me había colocado una raíz de jengibre, que da ese efecto de ansiedad y deseo de ser cogido para aliviar la comezón interna. La estrategia funcionó, porque gracias a eso pude aguantar el bastinado aterrador de 40 golpes en las plantas de los pies, que quedaron entumecidas cuando me liberó.
…Continuará…/